Resumen del libro "El fin del mundo tal y como lo conocemos", de Marta García Aller (2017)
Resumen original y actualizado en:https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/05/el-fin-del-mundo-tal-y-como-lo.html
Autor del resumen: E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología
Sociología, sociedad, era digital, cambio social, tecnología, Internet, innovaciones
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Título: "El fin del mundo tal y como lo conocemos"
Subtítulo: Las grandes innovaciones que van a cambiar tu vida
Autora: Marta García Aller
Editorial en español: Editorial Planeta, Barcelona, 2017
Páginas:332
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Biografía oficial de la autora Marta García Aller (hasta 2017)
Marta García Aller (Madrid, 1980) es periodista. Antes de incorporarse a El Independiente, diario en el que trabaja desde su fundación, pasó por las redacciones de El Mundo, Actualidad Económica y la agencia Efe. Colabora con La Brújula, de Onda Cero, como analista de economía y cronista de actualidad. Desde el 2010, es profesora asociada del IE School of Human Sciencies and Technology del IE Bussines School. Ha recibido algunos de los premios más prestigiosos del periodismo económico y este es su tercer libro.
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Texto de la contraportada
"El fin del trabajo, el fin del dinero, el fin de la privacidad, el fin del petróleo... y otros diez finales que están a punto de llegar.
"Igual que en el siglo XX desaparecieron imperios que parecían eternos, preceptos morales que habían durado mil años y dogmas científicos que resultaron falsos, en el siglo XXI vamos a decir adiós a muchas de esas tecnologías, costumbres e ideas que nos rodean desde que nacimos. Y la misma suerte que corrieron los videoclubs, el fax y la URSS, la vivirán en breve muchas de las profesiones y los aparatos que nos rodean.
¿Cuánto de lo que vemos se desvanecerá? Se avecina el fin de los idiomas y de las cajas registradoras. Y, a medida que vamos olvidando cómo era el mundo antes de Google, desaparece la noción de privacidad, la costumbre de conversar y hasta el reloj biológico. Sin olvidar el más ambicioso de todos los avances que la ciencia espera lograr este siglo: el fin del envejecimiento.
En sintonía con los grandes reporteros y narradores de la actualidad, Marta García Aller nos sumerge en los cambios culturales, tecnológicos y económicos que nos esperan en el siglo XXI. Lo hace charlando con expertos de prestigio mundial, pero también con ciudadanos de a pie, como el dependiente de la tienda que no teme la robotización; el alto directivo del motor que sueña con jubilarse antes de que los coches sean autónomos y el encargado de cuidar un viejo almacén de cabinas telefónicas".
"Un libro imprescindible para entender los cambios inevitables que van a transformar nuestras vidas en un futuro próximo"
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Texto de la contraportada
"El fin del trabajo, el fin del dinero, el fin de la privacidad, el fin del petróleo... y otros diez finales que están a punto de llegar.
"Igual que en el siglo XX desaparecieron imperios que parecían eternos, preceptos morales que habían durado mil años y dogmas científicos que resultaron falsos, en el siglo XXI vamos a decir adiós a muchas de esas tecnologías, costumbres e ideas que nos rodean desde que nacimos. Y la misma suerte que corrieron los videoclubs, el fax y la URSS, la vivirán en breve muchas de las profesiones y los aparatos que nos rodean.
¿Cuánto de lo que vemos se desvanecerá? Se avecina el fin de los idiomas y de las cajas registradoras. Y, a medida que vamos olvidando cómo era el mundo antes de Google, desaparece la noción de privacidad, la costumbre de conversar y hasta el reloj biológico. Sin olvidar el más ambicioso de todos los avances que la ciencia espera lograr este siglo: el fin del envejecimiento.
En sintonía con los grandes reporteros y narradores de la actualidad, Marta García Aller nos sumerge en los cambios culturales, tecnológicos y económicos que nos esperan en el siglo XXI. Lo hace charlando con expertos de prestigio mundial, pero también con ciudadanos de a pie, como el dependiente de la tienda que no teme la robotización; el alto directivo del motor que sueña con jubilarse antes de que los coches sean autónomos y el encargado de cuidar un viejo almacén de cabinas telefónicas".
"Un libro imprescindible para entender los cambios inevitables que van a transformar nuestras vidas en un futuro próximo"
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ÍNDICE
El principio del fin
Parte Primera..... Cosas que se acaban
1. El fin del trabajo
De por qué los vendedores de seguros perderán sus trabajos pero los dentistas no
2. El fin de las cosas
De cómo estamos condenados a ser novatos para siempre y las enciclopedias desaparecieron para siempre
3. El fin del dinero
De por qué en Suecia las limosnas se pagan con tarjeta y Facebook aspira a ser el banco más poderoso del mundo
4. El fin de los volantes
De cuando las ciudades no necesiten semáforos ni los robocoches controles de alcoholemia
5. El fin de la fotografía
De por qué ya no se enmarcan los recuerdos al final del verano y será un lío rebobinar la vida entera
6. El fin de las tiendas
De cómo el papel higiénico llegará a casa antes de que se acabe el último rollo
7. El fin de los camellos
De por qué un cepillo de dientes puede provocar un secuestro y a la venta de drogas le pasará a lo que los videoclubs
8. El fin del petróleo
De cuando la gasolina acaba con las boñigas de caballo
Parte segunda: Ideas que se acaban
9. El fin de la conversación
De cómo WhatsApp acerca a los que están lejos y aleja a los que están cerca
10. El fin del reloj biológico
De cuando la maternidad no tenga fecha de caducidad
11. El fin de la privacidad
De por qué nadie tendrá secretos para Google
12. El fin de la globalización
De cómo renacieron las fronteras en el mundo al revés
13. El fin de los idiomas
De cómo entendernos todas las lenguas sin esfuerzo como hacía C3-PO
14. El fin de la muerte
De cuando la ciencia consiga la vida eterna y elijamos si crionizar o digitalizar nuestros cerebros
Epílogo. El fin de la jubilación
De cómo nos pasaremos la vida siendo eternos estudiantes
RESUMEN DEL LIBRO
Comentarios iniciales: El libro engancha y narra de modo ameno los grandes cambios que generarán las nuevas tecnologías en el empleo, los oficios y otras cuestiones de la vida cotidiana. En cada capítulo recuerda de una de sus vivencias de la niñez (las enciclopedias, el vendedor de leche en el ultramarinos) y luego cuenta cómo estos negocios desaparecieron y fueron sustituidos por otros más modernos (Wikipedia o Google, Amazon)
Desde el punto de vista de la crítica de Sociología, es un libro positivo y optimista pero le falta una capa de pintura de crítica fuerte, pues debería haber introducido las teorías de grandes críticos de la tecnología como Evgeny Morozov o Larnier, por mencionar a varios de los gurús de Silicon Valley más citados, o del iconoclasta filósofo coreano-alemán Han, para hacerse una idea general del contexto sociológico de la sociedad 4.0. Le falta un gran componente de crítica social al cambio social pero el libro apuesta más por lo divulgativo sin entrar en el fondo del asunto. Tampoco aparecen temas críticos como el cambio climático global aunque sí afronta el estudio de la crisis energética o un capítulo muy interesante sobre el fin de la globalización. Por último, la bibliografía mencionada para un trabajo de esta envergadura es floja: unos 30-40 libros y artículos, que sirven para ilustrar las ideas más importantes de cada capítulo pero falta una confrontación de ideas sobre los distintos autores. Sin embargo, sí es cierto que en el capítulo 13 recoge a los grandes expertos en la materia.
En el primer capítulo, la autora aborda el fin del trabajo, no solo en las fábricas inteligentes robotizadas o los camioneros de reparto (sustituidos como coches autónomos) sino en aquellas profesiones que vayan a ser sustituidas por robots o inteligencia artificial, caso de los abogados o contables, pero otras seguirán como los médicos (ayudados de robots cirujanos o programas de IA para elaborar diagnósticos) o los dentistas.
En el segundo capítulo, pone el ejemplo de cómo las enciclopedias desaparecieron de los salones de los hogares para ser sustituidos por consultas rápidas en el teléfono móvil.
En el tercer capítulo, tiene una interesante explicación de lo que ocurre en Suecia, donde todo el mundo paga con el móvil o la tarjeta y el dinero ha desaparecido de las calles.
En el cuarto capítulo, examina sobre todo el dilema moral de los coches autónomos cuando deben decidir entre atropellar a diez peatones o matar a un ocupante en un accidente. La gente elige salvar a los 10 peatones y sacrificar la vida de un familiar pero luego todos comprarían un coche que pusiese a salvo a todos los ocupantes. La autora dice que estos dilemas deben solucionarse antes de que los coches autónomos empiecen a circular porque, con las máquinas, nada debe quedar al azar.
En el quinto capítulo, cuenta cómo las fotografías desaparecieron de nuestros hogares, lo mismo que las tiendas de revelado cuando el teléfono móvil incorporó las cámaras y todo el mundo se puso a sacar fotos y a compartirlas. Ahora, la gente amontona sus fotos en la Nube sin contar con unas microcámaras de Snapchat que lo graban todo lo que hacer todo el día (superaron a las fracasadas gafas de Google).
En el sexto capítulo, aborda el fin de los supermercados (nacidos en Tennesse en 1920 y que llegaron a España en 1960 aunque no se popularizaron con la cadena Día hasta 1980). Dice que las nuevas tiendas robotizadas de Amazon parecen seguir un recorrido distinto a la tendencia a comprar todo por Internet pero tienen sentido: cuando el cliente cruza por la puerta todos sus datos son registrados (donde se para a recoger algo o cuando lo mira y lo devuelva a la estantería). Esos datos sirven para elaborar un perfil del consumidor.
La autora también examina la estrategia de las tiendas de Zara, donde los encargados se valen del Big Data para conocer al momento si hay que reponer una prenda y el número de existencias, e incluso si está mal colocada. El centro de Arteixo sabe en cualquier momento si alguna tienda en el mundo está mal iluminada o funciona mal el aire acondicionado. Se valen de potentes transmisores de wifi para enviar numerosos datos desde las tiendas a la central. Esta inversión en Big Data ha permitido hacer inventario en solo tres horas. Un dependiente puede detectar con un "scanner" si hay alguna percha extraviada y fuera de lugar. Por otra parte, estas tiendas se parecen cada vez más a escaparates ya que la gente ve la ropa por Internet y elige la que le gusta y va a la tienda a echar un ojo, o al revés, visita el establecimiento físico y luego la compra por Internet.
En el mismo sentido, ya existen tiendas, como la de Apple, en las que ni siquiera te cobran en metálico sino que el cliente baja una aplicación a su móvil para pagar por teléfono y le mandan la factura por e-mail.
Otro de los temas que trata es el fin de la privacidad, un concepto que solo tiene solo tres siglos de antigüedad, y que coincide con la era industrial, ya que en la era feudal y moderna, todo era comunal. Y añade que, pasado este parántesis, ahora nos encaminamos a una era dominada por un Gran Hermano que todo lo ve. Los adolescentes del siglo XXI no entienden por qué nuestras experiencias escritas fueron guardadas celosamente en un diario con llave durante la adolescencia porque ellos transmiten todo por Internet, en blogs, Facebook, en Instagram o Snapchat. Los propios usuarios se dedican a llenar de contenido las webs de Internet. Recuerda que Uber, Google y WhatsApp descubren antes que nadie si alguien tiene una aventurilla o lío. A ello se suma el control de los usuarios por otros usuarios (a base de puntos de valoración por servicio), lo que la autora compara con la película futurista Minority Report [nota del lector: no confundir con el informe Minority Report del matrimonio Webb en el que se basó la Sociedad del Bienestar ].
El capítulo 12, sobre la globalización, es uno de los más brillantes con frases como "imponer aranceles en el siglo XXI es cómo levantar un muro en medio de una fábrica". La autora aborda la globalización. Dice que la UE da signos de agotamiento y que nada es duradero, pues también cayó el imperio Austro-Húngaro y la URSS. Añade que al escritor Stefan Zweig lamentó la ingenuidad del progreso que generó un optimismo que dos guerras mundiales hicieron caer como un castillo de naipes. La autora ve cierto paralelismo. Ve rebrotes de desigualdades, populismos y una expulsión del mercado laboral de millones de personas que no están preparadas para la transformación del trabajo donde las rutinas serán cosa de máquinas. "Es como para preocuparse". dice.
García Aller menciona al economista Pankaj Ghemawat, que dice que la globalización y la estabilidad del orden económico mundial están en peligro mientras Trump esté en la Casa Blanca. Dicho estudioso recuerda que la Ley de Aranceles de 1930, para proteger a los agricultores de la competencia foránea, fue un desastre e hizo implosionar la economía internacional y que Trump vuelve a repetir este error. Trump es un activista antiglobalización que desmarca a EE.UU. de la economía mundial mientras China se abandera como paladín del comercio global y la lucha contra el cambio climático. La autora menciona a Larry Diamond, quien dice que hemos entrado en una "recesión democrática". La nueva división política del mundo ya no es izquierdas o derechas sino "abierto o cerrado". Vuelve el discurso nacionalista y antiglobalización para ganar votos entre quienes han sufrido la deslocalización, un discurso que es agravado con el "filtro burbuja" de Internet que sesga y polariza los contenidos que recibimos en Internet para adaptarlos a nuestras opiniones. El proteccionismo podría suponer un parón económico global y la autora apuesta por una mejor política educativa que ayudara a ganar competitividad. Para Ghemawat, la globalización debería haber ido acompañada de redes de seguridad como un salario mínimo y una cobertura social para los perdedores que necesitan reinsertarse en otros sectores. Acusa los Gobiernos de no haber invertido en mejorar los servicios públicos.
La autora dice, al igual que otros expertos, que en España no existe una base social para el éxito de movimientos antiglobalización, ya sean de derecha o de izquierda, porque los españoles asocian la globalización con mayores facilidades para viajar y estudiar en otros países.
La autora concluye que Trump sigue viviendo en sus años de gloria de los años 80 y los "yuppies" y que no se da cuenta de que EE.UU. es ahora un país robotizado cuyas fábricas están automatizadas. Si vuelven a abrir plantas en dicho país, para ahorrarse impuestos, no contratarán más gente porque serán automatizadas. La producción no decreció por las deslocalizaciones, los empleos se perdieron por la tecnología. Si Amazon crea 100.000 empleos seguro que destruye otros 300.000 de empresas tradicionales. Ahora Nike, hasta imprime zapatillas con impresoras en 3D. Mientras Chinas se robotiza a marchas forzadas, el Gobierno de EE.UU. no forma a sus trabajadores. "Les prometen traer sus trabajos de vuelta pero nadie les ha explicado que esos trabajos ya no existen (cita aprox.)", dice Aller en una de las frases más esclarecedoras del libro.
La autora también examina la estrategia de las tiendas de Zara, donde los encargados se valen del Big Data para conocer al momento si hay que reponer una prenda y el número de existencias, e incluso si está mal colocada. El centro de Arteixo sabe en cualquier momento si alguna tienda en el mundo está mal iluminada o funciona mal el aire acondicionado. Se valen de potentes transmisores de wifi para enviar numerosos datos desde las tiendas a la central. Esta inversión en Big Data ha permitido hacer inventario en solo tres horas. Un dependiente puede detectar con un "scanner" si hay alguna percha extraviada y fuera de lugar. Por otra parte, estas tiendas se parecen cada vez más a escaparates ya que la gente ve la ropa por Internet y elige la que le gusta y va a la tienda a echar un ojo, o al revés, visita el establecimiento físico y luego la compra por Internet.
En el mismo sentido, ya existen tiendas, como la de Apple, en las que ni siquiera te cobran en metálico sino que el cliente baja una aplicación a su móvil para pagar por teléfono y le mandan la factura por e-mail.
Otro de los temas que trata es el fin de la privacidad, un concepto que solo tiene solo tres siglos de antigüedad, y que coincide con la era industrial, ya que en la era feudal y moderna, todo era comunal. Y añade que, pasado este parántesis, ahora nos encaminamos a una era dominada por un Gran Hermano que todo lo ve. Los adolescentes del siglo XXI no entienden por qué nuestras experiencias escritas fueron guardadas celosamente en un diario con llave durante la adolescencia porque ellos transmiten todo por Internet, en blogs, Facebook, en Instagram o Snapchat. Los propios usuarios se dedican a llenar de contenido las webs de Internet. Recuerda que Uber, Google y WhatsApp descubren antes que nadie si alguien tiene una aventurilla o lío. A ello se suma el control de los usuarios por otros usuarios (a base de puntos de valoración por servicio), lo que la autora compara con la película futurista Minority Report [nota del lector: no confundir con el informe Minority Report del matrimonio Webb en el que se basó la Sociedad del Bienestar ].
El capítulo 12, sobre la globalización, es uno de los más brillantes con frases como "imponer aranceles en el siglo XXI es cómo levantar un muro en medio de una fábrica". La autora aborda la globalización. Dice que la UE da signos de agotamiento y que nada es duradero, pues también cayó el imperio Austro-Húngaro y la URSS. Añade que al escritor Stefan Zweig lamentó la ingenuidad del progreso que generó un optimismo que dos guerras mundiales hicieron caer como un castillo de naipes. La autora ve cierto paralelismo. Ve rebrotes de desigualdades, populismos y una expulsión del mercado laboral de millones de personas que no están preparadas para la transformación del trabajo donde las rutinas serán cosa de máquinas. "Es como para preocuparse". dice.
García Aller menciona al economista Pankaj Ghemawat, que dice que la globalización y la estabilidad del orden económico mundial están en peligro mientras Trump esté en la Casa Blanca. Dicho estudioso recuerda que la Ley de Aranceles de 1930, para proteger a los agricultores de la competencia foránea, fue un desastre e hizo implosionar la economía internacional y que Trump vuelve a repetir este error. Trump es un activista antiglobalización que desmarca a EE.UU. de la economía mundial mientras China se abandera como paladín del comercio global y la lucha contra el cambio climático. La autora menciona a Larry Diamond, quien dice que hemos entrado en una "recesión democrática". La nueva división política del mundo ya no es izquierdas o derechas sino "abierto o cerrado". Vuelve el discurso nacionalista y antiglobalización para ganar votos entre quienes han sufrido la deslocalización, un discurso que es agravado con el "filtro burbuja" de Internet que sesga y polariza los contenidos que recibimos en Internet para adaptarlos a nuestras opiniones. El proteccionismo podría suponer un parón económico global y la autora apuesta por una mejor política educativa que ayudara a ganar competitividad. Para Ghemawat, la globalización debería haber ido acompañada de redes de seguridad como un salario mínimo y una cobertura social para los perdedores que necesitan reinsertarse en otros sectores. Acusa los Gobiernos de no haber invertido en mejorar los servicios públicos.
La autora dice, al igual que otros expertos, que en España no existe una base social para el éxito de movimientos antiglobalización, ya sean de derecha o de izquierda, porque los españoles asocian la globalización con mayores facilidades para viajar y estudiar en otros países.
La autora concluye que Trump sigue viviendo en sus años de gloria de los años 80 y los "yuppies" y que no se da cuenta de que EE.UU. es ahora un país robotizado cuyas fábricas están automatizadas. Si vuelven a abrir plantas en dicho país, para ahorrarse impuestos, no contratarán más gente porque serán automatizadas. La producción no decreció por las deslocalizaciones, los empleos se perdieron por la tecnología. Si Amazon crea 100.000 empleos seguro que destruye otros 300.000 de empresas tradicionales. Ahora Nike, hasta imprime zapatillas con impresoras en 3D. Mientras Chinas se robotiza a marchas forzadas, el Gobierno de EE.UU. no forma a sus trabajadores. "Les prometen traer sus trabajos de vuelta pero nadie les ha explicado que esos trabajos ya no existen (cita aprox.)", dice Aller en una de las frases más esclarecedoras del libro.
El capítulo 13 aborda el "machine learning" o aprendizaje de máquinas. Uno de las novedades es Alexa (un asistente virtual doméstico de Amazon que obedece a las órdenes de voz, es decir, que ya no hay que saber leer ni escribir, algo que agradecen los niños pequeños, que tampoco necesitan aprender modales). Ya hay lavadoras conectadas y compatibles con Alexa (va a ser un fenómeno de ventas). Incluso a los coches se les puede pedir a viva voz ir a un sitio y el navegador calcula esa ruta. Todos están trabajando en sistemas similares para traducir frases. Una cosa curiosa es que si alguien pregunta de viva voz a un asistente sobre un restaurante le hará una o dos propuestas...sin anuncios pero podría recordarle que hoy es el estreno de una película. Solo falta una "killer application" como WhatsApp para que los asistentes de voz se popularicen en el hogar. El problema es que el asistente si te ve triste al entrar en casa te podría recomendar hacer compras de chocolate o productos de Amazon. Lo mejor es que el asistente haría la reserva del hotel. Cree que confluirán diversas tecnologías como las gafas de Google, Siri y otras, tecnologías que el público aún no asimila.
En el 14, García Aller aborda el fin de la muerte. Se basa en la longitud de los telómetros (extremos de los cromosomas y que pueden ayudar al rejuvenecimiento celular como se probó en el ratón Triple). La autora añade que frenar el envejecimiento es la nueva obsesión de Silicon Valley y varios multimillonarios están invirtiendo para encontrar la cura del envejecimiento (primero cambiaron el mundo con sus algoritmos y ahora ven la senetud como un código genético que se puede "hackear" Hay que tener en cuenta que el análisis de genoma requiere mucho Big Data). Google tiene un laboratorio de longevidad llamado Calico (California Life Company). Otra empresa, 23andMe envía un kit para hacer un análisis genético a domicilio.
Por su parte, la Universidad de la Singularidad desarrolla la inteligencia artificial para fusionarla con la mente. De hecho, "Google es la tercera mitad de su cerebro" (Sergey Brin). Habrá implantes biónicos que harán a la gente casi superhumana, con ojos de alta definición.
Los expertos son críticos sobre estos avances porque ni siquiera se puede hacer un riñón de verdad en el laboratorio para trasplantarlo.
Otra idea son las pastillas antienvejecimiento que contengan metformina (para diabetes pero reduce el cáncer, demencia y cardíacas), rapamicina y resveratrol. Para quienes quieran vivir más estos son los tres consejos más saludables: restricción calórica, ejercicio constante y reducción del estrés. El 80 % de los factores que determinan el envejecimiento son ambientales y el 20 % genéticos.
El libro termina con el fin de la jubilación y ser el eterno estudiante porque los conocimientos avanzan a gran velocidad y habrá necesidad de aprender.
En el 14, García Aller aborda el fin de la muerte. Se basa en la longitud de los telómetros (extremos de los cromosomas y que pueden ayudar al rejuvenecimiento celular como se probó en el ratón Triple). La autora añade que frenar el envejecimiento es la nueva obsesión de Silicon Valley y varios multimillonarios están invirtiendo para encontrar la cura del envejecimiento (primero cambiaron el mundo con sus algoritmos y ahora ven la senetud como un código genético que se puede "hackear" Hay que tener en cuenta que el análisis de genoma requiere mucho Big Data). Google tiene un laboratorio de longevidad llamado Calico (California Life Company). Otra empresa, 23andMe envía un kit para hacer un análisis genético a domicilio.
Por su parte, la Universidad de la Singularidad desarrolla la inteligencia artificial para fusionarla con la mente. De hecho, "Google es la tercera mitad de su cerebro" (Sergey Brin). Habrá implantes biónicos que harán a la gente casi superhumana, con ojos de alta definición.
Los expertos son críticos sobre estos avances porque ni siquiera se puede hacer un riñón de verdad en el laboratorio para trasplantarlo.
Otra idea son las pastillas antienvejecimiento que contengan metformina (para diabetes pero reduce el cáncer, demencia y cardíacas), rapamicina y resveratrol. Para quienes quieran vivir más estos son los tres consejos más saludables: restricción calórica, ejercicio constante y reducción del estrés. El 80 % de los factores que determinan el envejecimiento son ambientales y el 20 % genéticos.
El libro termina con el fin de la jubilación y ser el eterno estudiante porque los conocimientos avanzan a gran velocidad y habrá necesidad de aprender.
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