ÍNDICE

ÍNDICE Y TEMAS

lunes, 19 de noviembre de 2018

"Renta básica", de Guy Standing (2017)

Resumen del libro "Renta básica", de Guy Standing (2017)


Ver resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/11/renta-basica-de-guy-standing-2017.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, renta básica, estructura social, ayuda social, Estado del bienestar, política económica

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Ficha técnica

Título: "Renta básica"

Subtítulo: "Un derecho para todos y para siempre"

Título en inglés: "Basic Income: And How We Can Make It Happen"

Autor: Guy Standing

Fecha de publicación: 2017

Publicación en español: Ediciones del Pasado y Presente SL, Barcelona, 2018

Hay un epílogo de Daniel Raventós y David Casassas

Número de páginas: 317

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Biografía oficial del autor Guy Standing (hasta 2018)

Guy Standing es investigador asociado y antiguo profesor de Estudios del Desarrollo en la Universidad de Londres. Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Cambridge y miembro de la Academia de Ciencias Sociales del Reino Unido, ha enseñado en la Universidad de Bath y en la Monash, de Melbourne. Entre 1999 y 2006 fue director del Programa de Seguridad Socieconómica de la Organización Internacional del Trabajo, en Ginebra. El profesor Standing es miembro fundador y copresidente honorífico de BIEN (Basic Income Earth Network), una oenegé internacional que promueve la renta básica. En 2014 fue nombrado doctor honoris causa por el Colegio Europeo de Economía y Dirección de Empresas. En Pasado & Presente ha publicado Precariado. Una nueva clase social (2014) y La corrupción del capitalismo (2017). En el 2018, publica Renta básica.

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Texto de la contraportada

Solo incluye tres reseñas. Tampoco hay nada en la solapa.

"Ha llegado el momento de una propuesta como la renta básica y Guy Standing ha sido el pionero en divulgarla y mejorar nuestro conocimiento sobre ella" (Paul Mason)

"La renta básica tal vez sea la idea más prometedora de nuestro tiempo y Guy Standing ha encabezado el movimiento en su defensa durante cuatro décadas. En este acercamiento soberbio y concienzudo nos explica cómo funciona y por qué tiene el potencial de revitalizar la vida y la democracia en nuestras sociedades, Este es un libro esencial" (Brian Eno)

"Para que una idea radical sea aceptada finalmente como sentido común a menudo se necesita una guía práctica para concebirla e implementarla. Este libro supone una contribución indispensable para el necesario encumbramiento de la renta básica desde idea periférica a política central de una desafiante economía en constante cambio" (John McDonnell)

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ÍNDICE

1. La renta básica: significado y orígenes históricos

2. La renta básica como justicia social

3. Renta básica y libertad

4. Reducir la pobreza, la desigualdad y la inseguridad

5. Los argumentos económicos

6. Las objeciones clásicas

7. La viabilidad económica

8. Las implicaciones para el trabajo remunerado y no remunerado

9. Las alternativas

10. Renta básica y desarrollo

11. Las iniciativas de renta básica y las pruebas piloto

12. El reto político: cómo llegar allí desde aquí

Apéndice: Cómo llevar a cabo una prueba piloto de renta básica

Epílogo: La viabilidad de la renta básica en el Reino de España. Lista de organizaciones afiliadas al BIEN.

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RESUMEN

Comentarios previos: Se han escrito muchos libros sobre renta básica pero este analiza pormenorizada y exhaustivamente todos los argumentos a favor y en contra de implantarla, sus posibles refutaciones y los escenarios en los que se desarrollaría, así como las experiencias piloto desarrolladas.

La idea del autor es que el libro guíe al lector respecto a los argumentos a favor y en contra de la implantación de una renta básica como un derecho, pagada en metálico (o algo similar) a todos los individuos sin consideración de edad, género, estado civil, estatus laboral o historia laboral. Justifica la renta básica en cuestiones de justicia, libertad y seguridad. Explica también su viabilidad económica, el impacto en la oferta laboral y su implementación.

Una de las príncipales críticas que se hace a la renta básica es que llevaría a la gente a la "vagancia" (la imagen del típico tío que se pasa el día surfeando en Malibú) y a una menor oferta de la mano de obra. El autor replica que la mayoría de la gente querría ganar más dinero si pudiera y muchas mentes "ociosas" fueron brillantes artistas gracias a la herencia de sus padres.

En el libro habla de los "libertatarianos", que se trataría de gente que no quiere interferencias del Estado en su vida.

Define la renta básica como "una cantidad modesta de dinero pagado incondicionalmente a los individuos de forma regular (por ejemplo, mensualmente). A menudo se la llama renta básica universal (RBU) porque está diseñada para proporcionársela a todo el mundo"

[nota del lector: un ejemplo de renta básica sería cuando el presidente José Luis Zapatero devolvió 400 euros del IRPF a todos los ciudadanos entorno al año 2009; muchos ni lo notaron y a otros les vino muy bien. Esos 400 euros serían cada mes, con la renta básica]

El autor explica que en l986 un grupo de economistas, filósofos y científicos sociales de Europa Occidental crearon en Lovaina (lugar donde se publicó "Utopia" de Tomás Moro) la red internacional Basic Income European Network (BIEN). Uno de los fundadores fue Guy Standing. En el 2004, la palabra "European" se sustituyó por "Earth". Ya hizo 16 congresos internacionales.

El autor señala que el interés por la renta básica es un reconocimiento de que las políticas sociales y económicas actuales "están produciendo injusticias y desigualdades insostenibles". Añade que el sistema de redistribución de la renta del siglo XX "ha colapsado" a medida que la globalización ha avanzado, que la economía neoliberal ha hecho su trabajo y que la revolución tecnológica ha facilitado cambios transformadores en los mercados laborales. El resultado ha sido el "precariado" con millones de personas con trabajos inseguros e inestables, además de una falta de identidad ocupacional, a salarios reales en declive y crecientemente volátiles, a la pérdida de prestaciones sociales y al endeudamiento crónico.

Señala que en la segunda década del siglo XXI "el crecimiento y el nivel de desigualdad no tienen casi precedentes; la inseguridad económica está generalizada; el pleno empleo ha sido redefinido en torno al 5 % de desempleo con mucho "subempleo" (oculto en las estadísticas laborales deliberadamente inadecuadas) y el creciente precariado ha sido olvidado por la política".

Añade que, hasta el 2008, vivimos una "Segunda Edad Dorada" [nota del lector: no sé si hace referencia a la "Belle Epoque" (1873-1914) o bien a los "30 gloriosos" (1945-1973)] en la cual cada vez más ingresos están yendo a parar a las manos de una minoría de rentistas que prosperan gracias a las ganancias de la propiedad (física, financiera, intelectual) sin justificación moral ni económica. Esa falta de equidad aumenta el "resentimiento" y genera ansiedad, anomia (ver Durkheim), alineación y rabia, lo que crea una tormenta perfecta para los politicos populistas. Dice que si no se crea un nuevo sistema de distribución de la renta (hará una deriva a la extrema derecha, el Brexit, Donald Trump). La renta básica, dice el autor, es el ancla de un sistema más emancipatorio.

El autor explica que una renta básica no es una prestación que se otorgue a cambio de unas condiciones como demostrar que se es pobre. Es la forma de evitar caer en la trampa de la pobreza.

Señala que una renta básica eliminaría los desincentivos a aceptar trabajos de renta baja que plantean las trampas de la pobreza y de la precariedad, aumentaría las horas de empleos pagados o presionaría para que subieran los salarios. Este "riesgo moral" (quitarle los incentivos a la gente para hacer lo que de otra manera les gustaría hacer) tiene un coste triple: la continuidad de la dependencia respecto a las bajas prestaciones estatales, el resultado económico perdido y la pérdida de cotizaciones en impuestos y a la Seguridad Social que irían al Tesoro.

Como argumentos a favor estaría, un poco siguiendo la línea del pensamiento económico keynesiano y el efecto multiplicador de las rentas redistribuidas, que la renta básica fomentaría el crecimiento económico, sería un estabilizador automático sobre el ciclo económico, sería como una flexibilidad cuantitativa para los banqueros pero también para la gente, incluso generaría euro-dividendos a pagar a toda la población, supondría una retroalimentación económica (los pagos mejoran la nutrición y salud).

Habla de experimentos piloto de renta básica como el de:

- Namibia, donde casi todas las actividades económicas aumentaron después de implementarse.

- Madhya Pradesh, el trabajo remunerado y no remunerado entre los adultos creció porque los perceptores (mayormente mujeres) iniciaron actividades económicas secundarias por cuenta propia. Y los niños dejaron de trabajar tanto para volver más a la escuela.

Capítulo 2

Es una política que mejora la justicia social.

Los principios son:

- Diferencia de seguridad: una política es socialmente justa solo si mejora la seguridad de los grupos menos seguros en esa sociedad

- El principio del test del paternalismo: una política es socialmente justa solo si no impone controles sobre ciertos grupos que no son impuestos al mismo tiempo sobre los grupos más libres en esa sociedad.

- El principio de "derechos sí, caridad no": es socialmente justa si mejora los derechos de los perceptores de prestaciones o servicios y limita el poder discrecional de los que proporcionan la prestación.

En el capítulo 9 añade dos más:

- El principio de la restricción ecológica: es una política socialmente justa solo si no se impone un coste ecológico sobre la comunidad o sobre los directamente afectados.

- El principio del trabajo dignificado: una política es socialmente justa solo si no impide que la gente busque trabajo de una forma digna y si no coloca en situación de desventaja a los grupos más inseguros en relación a esto.

Capítulo 3

Ofrece una forma mejor de promover la libertad, en el sentido republicano

Capítulo 4
Reducir la pobreza, la desigualdad y la inseguridad

Dice que los modelos de seguridad social del británico Beveridge y del prusiano Bismarck "sencillamente no funcionan en economías abiertas y flexibles con un enorme y creciente precariado".

Añade que la renta básica puede ayudar a mejorar la salud mental, especialmente en los niños, en circunstancias donde la ansiedad sobre el dinero es una causa próxima de aquella.

Considera que reduce la desigualdad.

Capítulo 5
Los argumentos económicos

El autor indica que hay una ciencia económica unilateralmente sesgada porque ignora el impacto probable del poder adquisitivo extra sobre la oferta de bienes y servicios. En los países en desarrollo y en las comunidades con baja renta en los países ricos, los efectos sobre la renta podrían de hecho bajar los precios de los bienes y servicios.
Analiza las preocupaciones sobre un futuro "sin trabajos", según las predicciones de los pesimistas tecnológicos en las que relegarían a la marginalidad cualquier cambio probable provocado por la renta básica en la oferta laboral.

Capítulo 6 
Objeciones clásicas

Entre las objeciones clásicas están las tres reglas de Hirschmann sobre cualquier nueva idea de política social: Futilidad (no funcionaría), Perversidad (tendría consecuencias imprevistas no deseadas) y Riesgo (pondría en peligro otros objetivos). Estos argumentos se emplearon contra el seguro del desempleo y la Seguridad Social pero luego fueron sustituidos por su "inevitavilidad" y su "sentido común".

Cita los siguientes argumentos en contra  de la renta básica y su réplica:

1)  Es utópica, nunca se ha implantado anteriormente.

Réplica: Se podría decir lo mismo de cualquier política nueva. Todas las políticas para proporcionar seguridad económica a la gente se han intentado ya y se han mostrado insuficientes. Ahora hay medios para hacerlo.

2) No sería viable económicamente.

Réplica: ¿Apoyaría la renta básica si se pudiese financiar o se opone por razones inconfesables?

3)  Llevaría a desmantelar el Estado de Bienestar

Réplica: la renta básica no implica el desmantelamiento de servicios públicos ni el reemplazo por otras prestaciones de bienestar.

4) Distraería la atención de las políticas progresistas, como el pleno empleo

Réplica: Esos empleos que tanto preocupan deben ser los de burócratas mal pagados que se entrometen en la vida de los solicitantes de las prestaciones condicionadas para determinar si las "merecen" o a los que sancionan por llegar cinco minutos tarde a las degradantes reuniones creadas para probar que los perceptores cumplen las condiciones. ¿Dónde está la presión para materializar otras políticas progresistas? ¿Por qué debería considerarse el pleno empleo como una política progresista, tener tanta gente subordinada a sus jefes? ¿por qué la renta básica no iba a dar substancia a otras políticas progresistas?

5) Los defensores de la renta básica presuponen que a los pobres solo les falta dinero.

Réplica: Nadie cree que el dinero lo resuelve todo, no es una panacea para todos los males. Además, las enfermedades sociales y las vulnerabilidades deberían ser abordadas por servicios sociales entramados y no con políticas de protección social (todos podemos necesitar apoyo algún día).

6)  Es algo tan estúpido como dar dinero a los ricos y a los pobres

Réplica: La renta básica es un "dividendo social" que va a parar a cada ciudadano porque es su derecho universal y no solo va a las rentas bajas que más lo necesitan. Administrativamente, es más fácil pagar a todos (se eliminan arbitrarias y complejas reglas como los test de comprobación de recursos que no llegan a todas las personas o a unas que no están acreditadas para ello; el ciudadano teme el estigma y este sistema burocrático impone trampas a la pobreza y mayor precariedad). Además, los sistemas "focalizados" tienen más probabilidad de aumentar la desigualdad.

7) Le daría a la gente algo a cambio de nada

Réplica: Este argumento moralista e "hipócrita" lo recogieron los políticos de la Tercera Vía que exige a los perceptores una búsqueda activa de empleo o programas de rehabilitación ("workfare"). El autor replica que algo a cambio de nada es lo que la sociedad da en rentas heredadas por 70 años en derechos de autor, recortes selectivos de impuestos y programas de subsidios por los que los ricos "no han hecho nada por ganárselos", herencias de grandes fortunas, medios de evasión fiscal...

8)  Llevaría a más gasto en "productos nocivos"

Réplica: El argumento "paternalista selectivo" dice que la gente se gastaría su renta básica en tabaco y alcohol en vez de en sus hijos o bienes básicos como comida, ropa o calefacción. Replica que "¿por qué un rico podría comprar un "producto nocivo" y un pobre no, por qué el lujo del obrero es censurable? ¿Por qué pagar impuestos por armas nucleares y carreteras y no en protección social? Finalmente, replica que "las pruebas piloto de renta básica y los programas de transferencias monetarias han mostrado que, de forma aplastante, la gente gasta el dinero en "bienes privados".

9)  Reduciría el trabajo

Réplica: No hay evidencia empírica y el impacto es mucho más complejo.

10) Bajaría los salarios

Réplica: El argumento dice que la renta básica actuaría como un subsidio a los salarios (presionándolos a la baja) y que los empresarios no tendrían necesidad de pagar tanto como pagan pero los defensores de la renta básica replican que "una renta básica daría a la gente mayor capacidad para rechazar las ofertas de empleos con salarios explotadores y también les daría más seguridad para negociar unos mayores salarios". Habría mayor poder de negociación salarial y los peores puestos de trabajo que nadie quiere tendrían que mejorar su sueldo. En cuanto a los "subsidios al salario", los detractores también tendrían que oponerse a créditos fiscales vinculados al empleo.

11) Sería inflacionaria

Réplica: El argumento dice que habría más dinero en la economía, con precios desorbitados, por lo que nadie acabaría mejor que antes. Replica que la idea de mayor inflación solo sería válida en una economía cercana al pleno empleo (hay pocas o ninguna en esa situación y su lucha contra la deflación es cara e inefectiva) pero en los países pobres, los precios con mayor elasticidad de la oferta podrían bajar porque habría más productores (que aumentarían la oferta y, por tanto, bajarían los precios) a la vez que reactiva la demanda. Y si la renta básica estuviese financiada por un cambio en el gasto público (en vez del gasto adicional), el efecto inflacionario sería mínimo. La renta básica, aunque fuese levemente inflacionaria, ayudaría a superar la actual deflación.

12)  Incentivaría la inmigración ("turismo del bienestar")

Réplica: El temor al "efecto llamada" llevó a los votantes de Suiza a votar "no" a la renta básica en su referéndum del 2016. Lo refuta diciendo que la actual asistencia social ayudó a los "más necesitados" (que eran los extranjeros pobres recién llegados) y esto generó frustración y resentimiento en los nativos porque "los forasteros se saltaban la cola". La renta básica, dice el autor, sería más justa y ayudaría a reducir los sentimientos anti-inmigración porque el derecho a prestaciones podría ser priorizado por la duración de la residencia legal en la comunidad, los inmigrantes tendrían que cumplir los criterios de "residentes permanentes" o esperar dos años (p.ej.) y habría una asistencia social residual para los marginados. No habría competencia por los recursos con los inmigrantes.

13) Sería manipulada por los gobiernos justo antes de las elecciones generales

Réplica: El Gobierno "compraría" al electorado subiendo la cantidad de la renta básica antes de la reelección. La solución sería hacer "ajustes automáticos" de la cuantía de la renta básica según la renta nacional para evitar populismos.


El autor también examina la viabilidad económica. Se estima que la renta básica costaría tanto como lo que gasta el mismo país en Seguridad Social pero el autor replica que la renta básica tiene un efecto multiplicador.

Capítulo 7

Viabilidad económica

El autor cita a varios economistas (Tim Harford, Financial Times) que hacen sus cálculos caseros en servilletas para probar que la renta básica no sería viable, lo que ha generado quejas de los expertos que sí lo han investigado. Por ejemplo, Harford estima que si se pagase una renta básica de 10 libras a cada británico al día (300 libras al mes, 450 euros al mes), costaría 234.000 millones de libras al año algo más que los 217.000 millones que cuesta la Seguridad Social).

Las estimaciones de The Economist

Estos cálculos se hacen tomando como referencia un cambio del gasto de transferencias no relacionadas con la salud, dejando los ingresos fiscales y otras partidas del gasto sin tocar. Según estos cálculos, algunos países de la OCDE podrían pagar 10.000 dólares (8.000 euros) al año, Corea del Sur (2.200 dólares) y México (900 dólares).

Otro método es calcular qué subida de impuestos sería necesaria para pagar una renta básica (para pagar un tercio de la renta per cápita, habría que subir la recaudación fiscal un 15 %).

El autor ve estos puntos débiles:

1) Los cálculos no permiten recobrar la renta básica mediante impuestos a las rentas más altas.

2) No tienen en cuenta los ahorros en gastos administrativos provenientes de eliminar las exigencias de comprobación de recursos y comportamientos.

3) Comparan el coste de una renta básica con el presupuesto social actual y asumen que todas las demás áreas del gasto público se quedarán sin tocar. Pero los Gobiernos siempre pueden elegir realinear las prioridades de gasto (gasto nuclear, "bienestar empresarial" como subsidios a compañías, subsidios agrícolas).

4) Ignoran la enorme variedad de exenciones fiscales y concesiones que han llegado a conformar el sistema fiscal actual (desgravaciones fiscales en la renta personal...). Estas exenciones fiscales selectivas incluyen los impuestos locales y estatales, intereses hipotecarios y donaciones benéficas y cuyo coste en Estados Unidos suman 185.000 millones de dólares al año (lo que daría para pagar una modesta renta básica).

Estudios de viabilidad económica en el Reino Unido

Estos estudios contemplan una "estricta neutralidad sobre el ingreso público" (que la renta básica sea financiada exclusivamente mediante ajustes en los tipos y las desgravaciones del impuesto personal de la renta junto con los ahorros en el gasto anual en bienestar). También calculan el impacto sobre los hogares según tipos y rentas.
Se critica a estos estudios que el presupuesto social actual llevaría a empeorar la situación de muchos hogares de renta baja porque obtendrían menos de una renta básica de lo que obtienen con los actuales subsidios. Una solución es un "programa híbrido" que pague una renta básica además de las prestaciones actuales.

El think-tank Compass comparó el coste de un programa híbrido de transición (61 libras a la semana (90 euros) y las prestaciones ya percibidas como pensiones y ayudas a la vivienda). Costaría 700 millones de libras anuales aboliendo las desgravaciones personales sobre el impuesto de la renta, aumentando la tasa de cotización a la Seguridad Social de las rentas altas y subiendo un 3 % los impuestos a la renta en todos los tramos. Creen que este programa y otro de 10 libras extra a la semana reduciría la pobreza infantil en un 38 % y un 45 % (con las diez libras extra).

Otro programas, como el de Malcolm Torry, estimó el coste híbrido en 50 libras a la semana para gente de 25 a 65 años. Tiene de novedoso que hay un ingreso ciudadano para adultos jóvenes, en la cohorte de 16 a 24 años, de 40 libras a la semana y previa comprobación de recursos).

En estas simulaciones hay "perdedores" en la fase de transición pero recortarían la pobreza infantil en un tercio y beneficiaría a los "exprimidos estratos medios".

La Royal Society of Arts (RSA) ofrece 71 libras a la semana a adultos de 25 a 64 años, 143 libras para mayores de 65 años, 82 libras para el primer niño, 65 para los siguientes de 0 a 5 años y 56 libras para niños y jóvenes de 5 a 24 años. Estas cantidades reemplazarían la mayor parte de las prestaciones actuales. El apoyo a la discapacidad y las ayudas a la vivienda quedan fuera.

El autor señala que estas simulaciones, en las que algunos perceptores de subsidios de renta baja saldrían perdiendo con el cambio, demuestran que "moverse hacia un sistema de renta básica podría ser algo factible y viable económicamente". Incluso si se financiase con el impuesto de la renta y con ahorros compensadores en el gasto social, los incrementos en los tipos impositivos podrían mantenerse dentro de límites razonables y podría reducirse el número de "perdedores" con el cambio.

Costes de la vivienda

Las simulaciones en el Reino Unido también ponen suplementos a la renta básica por discapacidad pero tienen dudas sobre el coste de la vivienda, que se haría separado de la Seguridad Social. Hay un "problema del alquiler" por los altos precios.

Las soluciones de la RSA al alquiler son 1) limitar la reducción 2) transferir el gasto de vivienda a las autoridades locales 3) pagar una renta básica de alquiler a todos los inquilinos financiada con el impuesto al valor del suelo.

Viabilidad económica en otros países
Menciona el "rompecabezas" del profesor de Harvard Greg Mankiw, donde establece dos políticas: 1) dar 10.000 dólares a cada persona (cobrando un 20% en impuestos) y 2) Se dan 10.000 dólares a todo el que lo necesite pero se le quitan 20 centavos a cada dólar que gane. Obviamente, ambos programas son lo mismo (sacarte 20 centavos de cada dólar que ganes es lo mismo que financiar la renta básica con un impuesto a la renta del 20 %).

Efectos dinámicos y de retroalimentación
Se refiere a que la comprobación de recursos crea un "riesgo inmoral" porque tienta a la gente del precariado a entrar en la economía sumergida (y elude cotizar). Pero con una renta básica, habría menos incentivos para ocultar los ingresos extra.
Respecto a la retroalimentación, se refiere a una mejora en la salud mental y física mejor, reduciendo la demanda de servicios sociales y de salud. Esto debería liberar ahorros en los costes y liberar fondos para la renta básica o para servicios públicos mejorados.


Fondos de riqueza social y dividendos sociales
Al final del capítulo, el autor enumera otras formas de financiar la renta básica como aplicar una tasa al carbón, impuestos sobre la renta de la tierra, de transacciones financieras, robotización, herencia o que Google o Facebook paguen por los datos o incluso un fondo de emprendimiento social (en Suecia, salario mixto con renta básica).

El autor dice que su forma preferida de financiar la renta básica sería mediante la construcción de fondos de riqueza soberana (Fondo Permanente de Alaska o Fondo de Pensiones noruego). Se inspira en el trabajo Agathatopia, del premio Nobel James Meade (un país da un dividendo social a sus ciudadanos). No hay que desmantelar la Seguridad Social ni subir los impuestos a la renta al trabajo.

También Peter Barnes propone el "Sky Trust", que cobra impuestos por usar recursos universales (aire, agua, minerales), así como los "construidos socialmente" como el régimen de propiedad intelectual y la infraestructura legal y financiera.

Otra idea (Stewart Lansley) es el "fondo de riqueza social" financiada sobre una carga sobre la propiedad de acciones.

Además, se propone un fondo que reciba el 10 % de los ingresos generados por el "fracking" (lo que parece un soborno para autorizar operaciones que dañen el medioambiente).

El autor concluye que la viabilidad económica es "una cuestión política" porque los impuestos están muy bajos y además hay "gigantescas" exenciones mientras que el programa de protección social es ineficiente.

Capítulo 8

Las implicaciones para el trabajo remunerado y no remunerado

El autor distingue entre trabajo remunerado (profesión) y no remunerado (hogar y ocio, cuidar a los hijos y los ancianos, trabajo doméstico, voluntario de la comunidad). Distingue otros trabajos no pagados: rellenar el formulario del impuesto de la renta, comprar on line, buscar trabajo, y los precariados deben hacer colas, esperar por llamadas...

Standing opina que una renta básica incrementaría tanto la cantidad como la productividad del "trabajo" y podría incrementar también la calidad del ocio (schole, en griego, estar liberado de trabajar). El autor añade que muchas horas extra son "contraproductivas" y dañinas para la salud.

El autor recuerda que en la era terciaria (servicios) el trabajo y el empleo se desdibujan y se hacen fuera de los lugares de trabajo oficiales y del tiempo de trabajo estipulado (y hace que la medición de los horarios sea más arbitraria).

¿La renta básica aumentaría o reduciría la cantidad de trabajo?

Dice que los críticos que afirman que una renta básica reduciría el trabajo remunerado raramente reconocen hasta qué punto los programas actuales ya provocan esto.

Indica que una renta básica resolvería la trampa de la pobreza que surge de al retirada de las prestaciones condicionadas y la trampa de la precariedad asociada a esta (miedo a ser incapaz de recuperar el acceso a las prestaciones si hiciera falta). Animaría a la gente con baja cualificación a entrar en el mercado laboral legal, evitando la economía sumergida y aceptar empleos parciales sin miedo a perder las prestaciones (por ejemplo, gente que cuida a sus padres ancianos).

Experimentos de 1968 a 1980 en Estados Unidos y el Mincome de Canadá revelaron que la renta básica redujo el trabajo pero porque se hizo mediante un "impuesto negativo sobre la renta". Lo que la gente hizo fue reducir sus horas de trabajo de las madres para cuidar ancianos o niños o mejorar sus vidas estudiando o abriendo negocios. Además, el impuesto negativo recompensa la ocultación de empleos (menos ingresos declarados, mayor renta recibida).

La mayoría de la gente dice que ellos seguirían trabajando pese a cobrar una renta básica pero que los demás no lo harían porque "son vagos". Pero la evidencia muestra que los multimillonarios Bill Gates, Warren Buffet y Mark  siguen trabajando pese a ganar millones. Lo mismo ocurre con los ganadores de lotería, que la mayoría siguen trabajando en algo en lo que realmente disfrutaban. Incluso solo el 2 % de los suizos del referendum del 2016 dijeron que dejarían de trabajar si cobrasen una renta básica de 2.500 francos suizos al mes (una suma holgada).

El autor concluye que una renta básica incrementaría la cantidad y "calidad" del trabajo, y aumentaría el trabajo cooperativo.

Respecto al precariado, dice que mejorarían su situación.


Capítulo 9.

Las alternativas

Los Gobiernos, en un contexto de globalización y la precariedad, han propuesto estas alternativa a la renta básica.

1) Salario mínimo legal y "salarios de subsistencia".

Tras restringirse la negociación colectiva y limitado el poder de los sindicatos, como parte de la agenda para hacer los mercados más flexibles, los gobiernos instauraron un "suelo salarial" (salario mínimo) pero esto funciona bien en un mercado con empleos estables a tiempo completo pero no en un sector terciario flexible (donde es difícil o imposible medir el trabajo remunerado).
Los salarios mínimos son difíciles de monitorizar.

Dice que, en términos de principios de justicia social, los salarios mínimos no satisfacen el principio de diferencia de seguridad (no ofrecen mucha seguridad a los grupos más vulnerables de la sociedad y no mejoran la libertad)

2) Seguridad social o nacional

Basados en los programas de Beveridge o Bismarck, se subvenciona de forma cruzada a gente con una baja probabilidad de riesgos asegurados (riesgos contingentes como desempleo, enfermedad, accidentes, discapacidad o embarazo) junto a aquellos que tenían una mayor probabilidad.

El autor dice que estos programas no fueron tan solidarios ni tan universales como se dijo (porque depende de la base de cotizantes pero ahora hay mucho precario y ahora los de rentas altas son reacios a subvencionar a aquellos con riesgos altos).

3) La asistencia social condicionada

Está focalizada en las personas que son pobres.

Ve problemas como que la medición de renta es compleja e implica reglas arbitrarias al fijar los límites.

4) Comida subvencionada y cupones

Se trata de subvencionar alimentos y son políticas focalizadas a los pobres. En la India hay un programa PDS y en Estados Unidos el SNAP (vales de comida). El Estado solo les da lo imprescindible que les falta y solo eso y les protege de las fluctuaciones de los precios.

Hay diversas objeciones: son programas paternalistas, los cupones son caros de suministrar y monitorizar por la burocracia, son menos valiosos que su equivalente monetario (los cupones solo se aceptan en ciertos sitios), requieren comprobaciones de recursos, estigmatizan a los perceptores, promueven la provisión de bienes y servicios de baja calidad, se prestan a la corrupción o a comportamientos rentistas por intereses especiales, y algunos grupos vulnerables se quedan fuera del programa.

5)Trabajo garantizado

Se argumenta se basa en que un desempleado es más infeliz que un trabajador y que, por tanto, el empleo tiene algún tipo de valor intrínseco más allá del ingreso que reportan (sentido de identidad, contribución a la comunidad, estructuración del tiempo, interacción con los trabajadores). En Inglaterra, lo defendió Lord Layard, el "zar de la felicidad" de Tony Blair. Otros proponen "redistribuir" la jornada y reducir los horarios.

Las objeciones son el trabajo garantizado "es un engaño" e irrealista prometer un empleo que encaje con la persona, aproveche sus capacidades, esté bien pagado. Por contra, sería un "trabajillo" de baja productividad y mal pagado (limpiar las calles, reponer estanterías...). Estarán localizados entre la gente joven para prevenir su "marginación". E ignoran la "tasa natural de desempleo" en el que la inflación se mantiene estable.

6) Workfare

El "workfare" es una evolución natural de reformas del estado de bienestar desde los años 80 (que introdujo la condicionalidad en las ayudas). Por ello, hay pobres que "no son culpables" y quienes eligen serlo por errores y fallos personales. Y solo quienes aceptan el trabajo ofrecido por el Estado deben ser "merecedores" de la prestación o será "sancionado". El mantra de la Tercera Vía fue "bienestar solo para el dispuesto a trabajar". Esto hundió la solicitud de prestaciones a cambio de que muchas familias cayeran en una pobreza más profunda.

Las principales objeciones, además del paternalismo, es que aceptar malos empleos rompe la propia búsqueda de empleo. Y tiene efectos distorsionadores sobre el mercado laboral real porque presiona a la baja los salarios e incluso poner en peligro empleos reales.

7) Créditos fiscales

Los créditos fiscales complementan los bajos salarios, deteniéndose en el umbral del ingreso ganado.
Fueron la opción preferida por los gobiernos socialdemócratas en los países industrializados en la ola de enormes presiones a la baja sobre los salarios vinculados a la globalización y los mercados laborales "flexibles". Es un programa muy caro (en EE.UU. cuesta 80.000 millones de dólares que ayudó a 26 millones de solicitantes). En Reino Unido se ligaron al empleo y a hijo para padres.

Las objeciones es que se vuelve a caer en la trampa de la pobreza con tipos impositivos marginales sobre los ingresos del 80 % o más, lo que desincentiva mejorar los ingresos a medida que el crédito fiscal empieza a ser retirado. Son un subsidio al capital (ya que el empleador gana algo por pagar menores salarios) y disuaden de hacer innovaciones. Solo ayudan a las personas con empleo. Hay errores y fraudes.

8) El Crédito universal

Es específico del Reino Unido. Los individuos y los hogares reciben una transferencia mesualmente para complementar la que recibieron el mes anterior, calculado sobre un día particular.

Las objeciones son que no es universal ni un crédito porque trata de integrar seis prestaciones condicionadas y créditos fiscales distintos (solo está diseñado para rentas bajas) y hay condicionalidad de la conducta. Además, los ingresos varían hasta un 30 % de mes a mes y de semana a semana. Caben la trampa de la pobreza (se va retirando si suben los ingresos) y de la precariedad porque hay que esperar 42 días para cobrarlo y los solicitantes se endeudan. Hay que comprometerse a buscar empleo y horas extras y los solicitantes serán monitorizados por "tutores".

9) El impuesto negativo sobre la renta

Fue una idea de Milton Friedman, que él mismo veía como una renta básica. Estaría vinculado a los ingresos o rentas familiares y, como los créditos fiscales en EE.UU., sería pagado por personas de rentas bajas retrospectivamente, después de que acabase el año fiscal. Sería un programa condicionado selectivo.

La cantidad de pago no sería conocida de antemano. Se parecería a un dinero caído del cielo (o a una subvención de capital anual), más que a una fuente regular de seguridad en renta básica.

El autor dice que no sería un vehículo de justicia social porque no se aplicaría a las personas sin empleo o con ingresos demasiado bajos como pagar impuestos (solo en EE.UU. hay 20 millones de personas que no rellenan las declaraciones).

10) Caridad privada

Algunos opinan que el Estado debería retirarse de toda forma de gasto social y dejar que los individuos y las "organizaciones benéficas" cuidasen de la gente necesitada. Dice el autor que "a los libertarianos de derechas les gustaría idealmente confiar en la caridad de forma completa pero no se atreven a sugerir esto" porque una generosidad masiva es esperar demasiado.

Añade que la caridad está basada en un sentimiento de "lástima" (según Hume, es desprecio).

El autor recuerda que la extensión de la caridad refleja los fallos de la asistencia social condicionada, la injusticia de la condicionalidad, las sanciones deliberadas contra la gente vulnerable y por retrasos en las prestaciones,

En definitiva, dice el autor, que la mayoría de las alternativas a la renta básica fallan gravemente en la mayor parte de los principios de justicia social. Se pregunta por qué, a pesar del gasto público creciente, las tasas de pobreza están altas y la movilidad social parece reducirse. Los 126 programas contra la pobreza existentes han producido pocas mejoras, dice el autor.

A partir del capítulo 10

En los siguientes capítulos, el autor estudia los distintos programas de ayuda a los países en desarrollo mediante transferencias monetarias condicionadas o, bien, mediante transferencias incondionales pero solo para ancianos o niños en hogares pobres.

El autor dice que estas medidas están focalizadas hacia los pobres y el umbral de pobreza (algo que fluctúa). En el caso de las transferencias monetarias, se centran en los pobres, exigen condiciones de conducta, se pagan al hogar y no al individuo, y son experimentos a corto plazo.

Standing menciona varios experimentos piloto con renta básica:

- En Namibia (en el pueblo de Otvijero-Omitara). Hubo más asistencia al colegio, cayeron los delitos e incluso se montó un comité asesor de renta básica.

- En la India, hubo tres pruebas coordinadas por SEWA. A familias con la tarjeta BPL le daban dinero para comprar trigo, azúcar o queroseno.

Según el autor, las pruebas piloto de renta básica en Namibia y la India proveyeron de historias convincentes. El pago era básicamente en efectivo, mensual, sobre una base individual, a todo el mundo y de forma incondicional. Eso permitió identificar los efectos individuales, domésticos y comunitarios.

Capítulo 11.

Menciona las pruebas piloto de:

- la Seguridad Social en Finlandia promovidas por KELA para promocionar el empleo

- los municipios holandeses (lo ve como ingeniería social paternalista porque impone condiciones más duras de empleo que las actuales)

-la provincia canadiense de Ontario (parece el más prometedor pero excluye a niños y ancianos)

- Y Combinator, de California. Se aplica en Oackland y se dan 20 millones de dólares a 100 familias seleccionadas aleatoriamente durante cinco años. Es promovido por Sam Altman, joven inversor de capital riesgo.

- GiveDirectly, Kenia (promovido por una organización benéfica de California) para dar 30 millones de dólares en los pueblos de dos condados keniatas.

- Renta financiada por "crowdfunding".

El autor dice que las pruebas piloto no pueden comprobar y evaluar las justificaciones fundamentales de la renta básica (la justicia social, la libertad y la seguridad económica). Dice que estos programas deberían ser llevados a cabo con gobiernos. Ve tácticas moralmente dudosas extraídas de la economía conductual. Sería una cobertura de algo así como el "workfare" porque las pruebas piloto probarían los "incentivos al trabajo" y los tipos de condicionalidades. El autor insiste en que la verdadera renta básica es universal, incondicional e individual.

Cree que la presión pública ayudaría a implementar este programa.

Apéndice

Estas son las ideas para implantar una prueba piloto de renta básica "de verdad"

- Los pagos deben ser en efectivo, universal, de forma predecible y estable, no focalizada, no selectiva, a cada individuo, no hacer cambios de políticas

- El diseño de la prueba debe ser claro y sostenible, debe mantenerse constante

- El piloto debe ser lo suficientemente grande

- La duración debe ser lo suficientemente larga

- Deberían emplearse grupos de control aleatorios

- Deberían existir encuestas de referencia

- Deben llevarse a cabo encuestas de evaluación regularmente

- Debería emplearse información clave

-El análisis debería abordar los efectos multinivel

- Las evaluaciones deberían cubrir tanto los efectos de actitud como los conductuales

- Deberían explicitarse las hipótesis antes de que se lance el piloto

- El coste y el presupuesto deben ser realistas

- La muestra debe ser tan constante como sea posible

- Se debe monitorizar el mecanismo de transferencia

- Deberían tenerse en cuenta los efectos sobre la agencia a la "voz"

Epílogo
Sobre la viabilidad en España (Daniel Raventós y David Casassas)

Consideran, en un estudio en el que coparticiparon, que en España la implantación de la renta básica debe autofinanciarse sin generar un déficit neto estructural, que su impacto distributivo sea altamente progresivo, que más del 50 % de la población con menos ingresos gane renta neta con respecto a la situación actual, que los tipos impositivos reales o efectivos tras la reforma del modelo (es decir, una vez considerados no solo los nuevos tipos nominales del IRPF, sino también el efecto de la renta básica) no sean excesivamente elevados.
Otorgarían 7.471 euros anuales (622 euros mensuales) a los adultos, un 20 %  a los menores (124 euros al mes), lo que está dentro del umbral de pobreza. El 80 % de la población saldría ganando.

Dicen que la renta básica en España se puede financiar.

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