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lunes, 21 de noviembre de 2016

"De la ligereza", de Gilles Lipovetsky (2015)

Resumen del libro "De la ligereza", de Gilles Lipovetsky (2015)


Resumen original y actualizado en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/11/de-la-ligereza-de-gilles-lipovetsky-2015.html

Resumen por E.V. Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología.

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Título:  "De la ligereza"
Subtítulo: Hacia una civilización de lo ligero

Título en francés: De la légèreté

Autor: Gilles Lipovetsky

Fecha de publicación en francés: Éditions Grasset &  Fasquelle, París, 2015

Publicación en español: Barcelona, Anagrama, Colección Argumentos, 2016

Páginas: 339

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Biografía del autor Gilles Lipovetsky (hasta 2016)

Gilles Lipovetsky es el autor de los celebrados ensayos La era del vacío, El imperio de lo efímero, El crepúsculo del deber, La tercera mujer, Metamorfosis de la cultura liberal, El lujo eterno (con Elyette Roux), Los tiempos hipermodernos (con Sebastian Charles), La felicidad paradójica, La sociedad de la decepción, La pantalla global (con Jean Serroy), La cultura-mundo, El Occidente globalizado (con Hervé Juvin) y La estetización del mundo (con Jean Serroy), publicados todos ellos en Anagrama.

Ha sido considerado "el heredero de Tocqueville y Louis Dumont" (Luc Ferry) t "una estrella de los analistas de la contemporaneidad" (Vicente Verdú).

Es caballero de la Legión de Honor y doctor honoris causa por las universidades de Sherbrooke (Quebec, Canadá), Sofía (Bulgaria) y Aveiro (Portugal).

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Texto de la contraportada

"La ligereza, viene a decir Lipovetsky, es la tendencia dominante en el espíritu de nuestra época (Marx habría dicho: es la ideología de nuestra época) y se manifiesta en todos o casi todos los aspectos del mundo occidental. De las artes plásticas a la industria de la energía, de la informática a las prácticas consumistas, de la educación al deporte y el cultivo del cuerpo, de la tecnología a la medicina, del diseño a las relaciones sexuales, de los imaginarios colectivos a las fantasías individuales, el fantasma de la ligereza, la miniaturización, la provisionalidad, la liberalización de todas las ataduras, la evanescencia, la frivolidad y la virtualidad recorre Occidente como expresión de deseos, sueños, esperanzas y utopías. La ligereza es "un valor, un ideal, un imperativo": estamos en la civilización de lo ligero.

En el terreno de la vida personal, la primera modernidad era pesada, moralista y rigorista, buscaba compromisos e imponía obligaciones. La última modernidad ha desencadenado una revolución liberadora que sin embargo presenta una doble cara. Por un lado, se caracteriza por la búsqueda y el cultivo de la libertad individual, la comodidad, la indiferencia, lo cool, la relajación interior. Pero por otro tiene contrapartidas peligrosas. Los individuos necesitan sentirse libres, pero también quieren establecer vínculos. El resultado de esta tensión es una angustia que no cesa. Tampoco cesan, antes bien crecen, la incultura de los estudiantes, las agresiones y faltas de respeto cotidianas, la desinformación de los medios de información, la inmoralidad de los representantes públicos, el número de suicidios, los neofascismos disfrazados de progresismos, la distancia económica entre pobres y ricos. Y estamos solo en los comienzos".

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ÍNDICE

La ligereza como mundo y cultura

La utopía de la ligereza

La civilización de lo ligero y sus límites

Arquetipos de la ligereza

Reabrir la cuestión de la ligereza

1. Aligerar la vida: Bienestar, Economía y Consumo

Ligereza de los Antiguos, ligereza de los Modernos

El capitalismo de seducción; una economía de la ligereza

¿La insoportable levedad del consumo?

2. Un nuevo cuerpo

Un cuerpo sin sufrimientos

Relajación y armonía

El deslizamiento o el desquite de Ícaro

De la finura a la delgadez

La obsesión por la delgadez

Delgadez y autoridad sobre uno mismo

¿Fin de la dictadura de la delgadez?

Un nuevo espíritu de pesadez

3. Lo micro, lo nano y lo inmaterial

La ligereza como mundo material

Aligerar, miniaturizar, desmaterializar

Revolución digital y fluidez nómada

Nube digital y Big Data

El peso de las tecnologías ligeras

4. Moda y feminidad

De la ligereza aristocrática a la ligereza moderna

Ligereza, feminidad, masculinidad

Ligereza y ansiedad de las apariencias

5. De la ligereza en el arte a la ligereza del arte

La gracia y la pesadez

Regocijo y despreocupación

Luz, movimiento y diversión

La conversión del arte en moda

El estadio ligero del arte

El arte "interesante"

6. Arquitectura y diseño: una nueva estética de la ligereza

Arquitectura y racionalismo moderno

De la casa al mobiliario

Flexibilidad y fluidez

Minimalismo, espectáculo y complejidad

Expresión y ornamento

Transparencia, luz y desmaterialización

Ligereza responsable

Hacia una arquitectura sensible

La arquitectura como alquimia

7. ¿Somos "cool"?

Parejas del tercer tipo

Padres "cool", hijos frágiles

¿Juego de Eros?

La reducción de la ligereza del ser

8. Libertad, igualdad, ligereza

La ciudadanía "light"

¿Quiebra de la igualdad?

¿Cuánto pesan las ideas?

Deseo, libertad y singularidad

Ligereza contra ligereza

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RESUMEN

Gilles Lipovetsky, al igual que Han o Sennett investigan los nuevos aspectos que surgen de la modernidad (la postmodernidad, la hipermodernidad o la segunda modernidad) así como el cambio social vivido desde 1973, En el caso de Lipovetsky, estudió la cultura de las grandes modelos y la importancia de la apariencia, pero también la importancia del éxito en todas las facetas de la vida (y la "obligación" de ser feliz en el mundo postmoderno). Son cuestiones que nos suenan familiares de los tiempos que vivimos pero de las que solo apreciamos su transcendencia cuando Lipovetsky analiza todas sus consecuencias.

Lipovetsky habla de la ligereza, en primer lugar, como el arte de liberar al hombre de la carga de la supervivencia y aliviar la pesadez de su vida mediante "gatches". Por ejemplo, el consumismo ha creado nuevos artefactos como la tablet o la aspiradora, todos pensados para prestar entretenimiento, jugar, aliviar las penalidades de la limpieza en el hogar, y otras utilidades que hacen la vida más "ligera".

En el presente libro, Lipovetsky indaga sobre la cultura de lo "light", otro de los símbolos reconocibles de nuestra época. Basta con pasarse por un supermercado y ver refrescos "light", mantequilla "light", jamón "light", y todo tipo de productos ligeros. Pero la ligereza también abarca otro tipo de productos como los iPods o los iPhone, teléfonos superligeros que ensalzan lo ligero y minimalista.

El autor analiza las consecuencias de esta obsesión moderna por la ligereza. Por un lado, esta cultura obliga a los ciudadanos a machacarse en el gimnasio haciendo "fitness" para conseguir un cuerpo "light" y eliminar las grasas. El cuerpo de los 90 o del siglo XXI de las mujeres es radicalmente diferente al de hace un siglo: señoras con redondeces eran el sumun de la belleza en los años 50 frente al "look" juvenil de los años 2010. Esta cultura desvía poco a poco a la recomendación de hacer una comida sana y parece más orientada a parecer "siempre joven", una tendencia que no es natural, Lo saludable queda engullido por lo "light", por la obligación de no estar gordo ni parecer un viejo. La cuestión más trascendente es que las personas que fracasan y engordan se sienten culpables, peor aún, recae en ellas la responsabilidad del fracaso, es por culpa de ellas mismas y de su poca voluntad que son incapaces de moldear su cuerpo según los cánones estéticos de los años 1980 en adelante. El autor recuerda que hay trampa: puedes seguir una dieta durante años pero si la dejas se produce un "efecto yo-yo" que te hace recuperar enseguida los kilos perdidos, con el consiguiente malestar y baja autoestima. Uno asume que es responsable del propio fracaso. ¿No hay algo aquí que nos hace sumamente infelices?

¿No es todo esto un poco inquietante? Lipovetsky cree que sí, que hay algo de cruel en esta obsesión mundial por estar delgado. Es un juego de ganadores (las más bellas modelos son todas muy delgadas) y perdedores (obsesidad). Y el juego es peligroso porque, como apunta el autor, algunas modelos han perdido la vida por su anorexia. El que más y el que menos no está conforme con su cuerpo (aunque esté en su peso ideal) y todos desean perder unos kilitos. Pero ese ideal supone mortificar el cuerpo con draconianas dietas o dejando de probar alimentos sabrosos que nos endulzan la vida. Es una forma de fastidiarte la vida, concluye Lipovetsky. El autor dice que toda esta obsesión por la delgadez le recuerda a aquellos tiempos de santos y mártires que sentían el gozo del ayuno pero en la época moderna no se ve por ningún lado la mística religiosa, parece más una exaltación de los valores de la austeridad y la prudencia.

[nota del lector: toda esta idelogía del cuerpo perfecto, más allá de las necesidades prudentes de conservar la salud, recuerda mucho a esa mentalidad de militarismo espartano, como si se hubiese impregnado a toda la sociedad del siglo XXI. Frente al hedonismo consumista de los años 60 del siglo XX y de la opulencia feliz nos encontramos ahora presionados para llevar una vida espartana en lucha constante contra el exceso de calorías y kilos].

En otro capítulo examina otras formas de ligereza aplicadas a la ciencia.

 Por un lado, se hace hincapie en las nuevas tecnologías por su potencial ecológico y eficiencia al ahorrar recursos porque el flujo de datos por la Red se trata de algo inmaterial. La existencia de la Nube es un gran ejemplo de la ligereza actual pòrque los usuarios ya no tienen objetos materiales donde almacenar los datos sino que estos pasan a ser guardados en granjas de servidores. El problema, apunta Lipovetsky, es que este sistema informático elimina el papel pero genera un ingente consumo de energía eléctrica, lo que obliga a consumir más carbón u otros recursos para generar la electricidad, ya que las energías alternativas como la eólica a o la solar aún son poco eficientes. A todo ello se suma que hay una carrera mundial por localizar los metales raros para fabricar los iPhones y el litio para las baterías. No solo eso, sino que la obsolescencia programada de los dispositivos electrónicos obliga al consumidor a adquirir nuevas pantallas de plasma en HD, las nuevas generaciones de iPhone, etc... Todo este consumo no parece ser muy ecológico (por ejemplo, ¿porqué las carcasas de los móviles no se pueden conservar y lo que sea obsoleta sea el circuito central que se podría renovar cada año con solo insertarlo en una ranura como una tarjeta?).

[nota del lector: lo dicho en el párrafo anterior nos lleva a considerar que el coche eléctrico no tendrá por qué ser más ecológico si su funcionamiento exige un alto consumo eléctrico y genera un alto coste ambiental]

Lipovetsky también estudia la nueva arquitectura racional y minimalista, que fomenta los edificios ligeros y funcionales frente a las fachadas monumentales del siglo XIX. Esta arquitectura funcional prescinde de la estética y  busca lo barato para construir edificios sociales y afronta problemas tales como resolver el aislamiento térmico, aspectos higiénicos y humedades.

Respecto a la política, el autor detecta el fin del sistema de las ideologías (tras las desastrosas experiencias del siglo XX con los totalitarismos) y una despolitización (algo que ha sido también diagnosticado por otros autores: Pippa Norris, Bauman, Putnam) que ha sido sustituido por los valores de la ligereza (consumismo, culto al yo, liberalismo económico). La ligereza trae consigo "una nueva ideocracia, la del culto al mercado, al hipereconomismo típico del capitalismo global y financiero cuyos principios clave son: agilizar, aligerar, economizar, flexibilizar" (Lipovetsky, 2015:301), La búsqueda de la eficacia y la competitividad desbocada hace aumentar la inseguridad, dado que todos tenemos un futuro más incierto, dice el autor, Hay un miedo a la evaluación permanente, a las exigencias de la empresa "flexible", a que la globalización deje al trabajador "fuera de juego" y genera una nueva clase angustiada (según Robert Reich), formada por infinidad de individuos prescindibles y con contrato temporal.

Por otra parte, la ligereza no ha hecho feliz al hombre sino todo lo contrario: en la hipermodernidad hay un aumento de las depresiones o de la tristeza a causa de esa presión contemparánea por la "eficacia"(en el empleo, en el aspecto físico...). Lipovetsky se ha dado cuenta de que ha desaparecido el humor de las canciones.

Lipovetsky añade que en las democracias hipermodernas se produce una especie de singularidad: todos los individuos ven lo mismo, oyen lo mismo, el yo no es más que un uno gregario y despersonalizado... pero a la vez tienen un toque personalizado, singular. En principio,

Una de las criticas que se ha hecho a los tiempos actuales es la falta de debate intelectual pero el autor replica que hay más debate que nunca en las redes sociales gracias a Internet, Quizás no haya sesudos intelectuales fumando en pipa, que era la figura central en la Modernidad, pero sí hay una discusión en las redes como nunca se había visto antes, donde cada cual expresa con total libertad su opinión. Señala que la sociedad ligera de la distracción y el hiperconsumo no ha destruido el deseo de comprender, de reflexionar y expresarse, En la nueva sociedad de la individualización de la relación el saber se ha dispersado y es falso, dice el autor, que haya un no-pensamiento y un infantilismo generalizado. "Hay menos respuestas, pero más preguntas", dice (Lipovetsky, 2015:325).

El autor no ve motivos para caer en el pesimismo radical pues la ligereza perdida reaparecerá una mañana y las burbujas de champán desaparecidas volverán a danzar algún día.

En definitiva en la época actual, dice Lipovetsky, se ha perdido la alegría de vivir y en el interior del individuo renace el "espíritu de la pesantez" pero cada uno a su manera hace pruebas de ensayo y error para ser feliz.

Añade que la ligereza frívola no es dramática por sí misma pero llega a serlo si se impone como estilo de vida dominante pero la vida es triste y agobiante sin ligereza superficial, "Aunque todo es más flexible, la vida carece de orientación y de seguridad y es notablemente frágil. Por doquier se oyen encendidos cánticos al placer pero no hacen más que aumentar los casos de angustia y depresión. La multiplicación de los dispositivos ligeros no consigue eliminar el malestar, el estrés ni la degradación de la autoestima que ha generado el imperativo de eficacia", dice el autor. "La revolución de lo ligero avanza pero la armonía brilla por su ausencia en nuestras vidas: no nos ha hecho más felices" (Lipovetsky, 2015:334),

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