Resumen del libro "Elon Musk. El empresario que anticipa el futuro", de Ashlee Vance (2015)
Resumen original y actualizado en el siguiente link:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/11/elon-musk-el-empresario-que-anticipa-el.html
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Título: "Elon Musk"
Subtítulo: "El empresario que anticipa el futuro"
Título original: "Elon Musk. Inventing the future"
Autor: Ashlee Vance
Fecha de edición en inglés; 2015
Editorial en español: Ediciones península, Grup Editorial, 62, Barcelona, 2016
Páginas: 431
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Biografía del autor (hasta 2016)
Ashlee Vance (1977) es periodista. Ha trabajado en The Register, The New York Times y The Economist, entre otros medios. Su especialidad es el desarrollo de la industria tecnológica de San Francisco y en concreto la historia de Silicon Valley. En la actualidad colabora con Bloomberg Businessweek y presenta el programa de divulgación tecnológica Hello World para Bloomberg.com.
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Texto de la contraportada
"Hay un hombre en el mundo que lo hace todo. Que es la perfecta combinación entre Thomas Edison, Henry Ford, Howard Hughes y Steve Jobs. Se llama Elon Musk y es el emprendedor que está detrás de Tesla Motors, SpaceX y Solar City, las empresas más innovadoras de sus respectivos campos - la automovilística, la aeronáutica y la energía -, con las que Musk está consiguiendo convertir en realidad lo que hasta hace poco no era más que ciencia ficción.
Ídolo de toda una nueva generación de ingenieros y emprendedores, Musk vendió su primera empresa por 300 millones de dólares, y la segunda, PayPal, por 1.500. A partir de ese momento empezó a soñar a lo grande: coches eléctricos a precios asequibles, cohetes que vuelven a la Tierra y pueden reutilizarse, un medio de transporte terrestre capaz de circular a 1.200 km/h, baterías de litio en las que almacenar energía con las que funcionar al margen de las eléctricas...
Esta es la fascinante historia de la tumultuosa ascensión a las cumbres del mundo empresarial de Musk, un hombre que ha revolucionado la industria estadounidense rompiendo todos los límites de la innovación, y ganándose de forma inevitable unos cuantos enemigos por el camino. Más que un inventor, más que un pensador, más que un genio, Musk es el perfecto ejemplo del emprendedor que persigue cambiar nuestra vida cotidiana hasta extremos que aún no somos capaces de imaginar.
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ÍNDICE
1. El mundo de Elon
2. África
3. Canadá
4. La primera empresa
5. El jefe de la mafia de PayPal
6. Ratones en el espacio
7. Totalmente eléctrico
8. Dolor, sufrimiento y supervivencia
9. Despegue
10. La venganza del automóvil eléctrico
11. La teoría del campo unificado de Elon Musk
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RESUMEN
Elon Musk, de 45 años, es uno de los nuevos emprendedores de la era de Internet que apuesta por un mundo eléctrico. No hay nada de revolucionario sino que aplica la lógica al uso a escala industrial de los materiales ya existentes: coches eléctricos, paneles sonares para generar electricidad para los coches, cohetes espaciales privados... Su apuesta es por la tecnología del transporte y, posiblemente, marcará las pautas a seguir para desarrollar estas energías y potenciarlas a escala gigantesca (sobre todo la red de coches eléctricos). Muestra una ventana al futuro.
El autor Ashelee Vance muestra al empresario tecnológico como un tipo que trabaja dos días en una empresa (paneles solares), otro pasa por Tesla (su coche eléctrico viable), otros en su cohete SpaceX, duerme en casa de amigos y los fines de semana se va de barbacoa o senderismo con sus colegas. Al quedarse sin novia y tener que ponerse a buscar otra, se hizo el firme compromiso de buscar tiempo y dedicarle al menos cinco horas a la semana a la relación sentimental para poder conservarla.
Al parecer, cuando Musk llega a una de sus industrias, los empleados saben que se van a someter a las exigencias de su jefe, que siempre está supervisando todo pues no hay detalle que se le escape. Las fábricas suelen ser gigantescas, antiguos hangares de la Boeing, en perdidos polígonos industriales. Luego, tiene un lugar de pruebas para el lanzamiento de cohetes.
Sus empresas están divididas en tres ramas, dos de ellas muy interconectadas. Esto lo explica bien Vance en el último capítulo. La rama de la industria eléctrica le permite a Musk montar una gran industria dedicada a proveer de materiales e instalarlos a los clientes que quieran tener paneles solares en su casa. Es un negocio altamente competitivo basado en precios ultrabajos.
Por un lado ya tiene la electricidad. Por otro, se dedica a fabricar coches eléctricos de gran autonomía que puedan recargar en muchas gasolineras o puntos de recarga de su país y ligados a su empresa Solar City. Por lógica, la energía captada por su industria de paneles solares Solar City debería servir para abastecer a los coches eléctricos Tesla Motors que vende y de su red que ha montado en las carreteras.
Finalmente, su tercer negocio está centrado en los cohetes SpaceX privados. Parece un mundo aislado de las energías renovables pero su pretensión es la misma: abaratar costes en el transporte. En este caso se logra al reutilizar el depósito de combustible cuando regresa vacío de la zona alta de la atmósfera. Aligerar el peso es otro de los retos para minimizar el gasto.
Su proyecto más espectacular es el Hyperloop, un sistema de lanzamiento de cápsulas dentro de tubos a velocidades de mil kilómetros por hora que le permitirían llegar de San Francisco a Los Ángeles en media hora.
El autor Ashelee Vance muestra al empresario tecnológico como un tipo que trabaja dos días en una empresa (paneles solares), otro pasa por Tesla (su coche eléctrico viable), otros en su cohete SpaceX, duerme en casa de amigos y los fines de semana se va de barbacoa o senderismo con sus colegas. Al quedarse sin novia y tener que ponerse a buscar otra, se hizo el firme compromiso de buscar tiempo y dedicarle al menos cinco horas a la semana a la relación sentimental para poder conservarla.
Al parecer, cuando Musk llega a una de sus industrias, los empleados saben que se van a someter a las exigencias de su jefe, que siempre está supervisando todo pues no hay detalle que se le escape. Las fábricas suelen ser gigantescas, antiguos hangares de la Boeing, en perdidos polígonos industriales. Luego, tiene un lugar de pruebas para el lanzamiento de cohetes.
Sus empresas están divididas en tres ramas, dos de ellas muy interconectadas. Esto lo explica bien Vance en el último capítulo. La rama de la industria eléctrica le permite a Musk montar una gran industria dedicada a proveer de materiales e instalarlos a los clientes que quieran tener paneles solares en su casa. Es un negocio altamente competitivo basado en precios ultrabajos.
Por un lado ya tiene la electricidad. Por otro, se dedica a fabricar coches eléctricos de gran autonomía que puedan recargar en muchas gasolineras o puntos de recarga de su país y ligados a su empresa Solar City. Por lógica, la energía captada por su industria de paneles solares Solar City debería servir para abastecer a los coches eléctricos Tesla Motors que vende y de su red que ha montado en las carreteras.
Finalmente, su tercer negocio está centrado en los cohetes SpaceX privados. Parece un mundo aislado de las energías renovables pero su pretensión es la misma: abaratar costes en el transporte. En este caso se logra al reutilizar el depósito de combustible cuando regresa vacío de la zona alta de la atmósfera. Aligerar el peso es otro de los retos para minimizar el gasto.
Su proyecto más espectacular es el Hyperloop, un sistema de lanzamiento de cápsulas dentro de tubos a velocidades de mil kilómetros por hora que le permitirían llegar de San Francisco a Los Ángeles en media hora.
Sobre la biografía de Elon Musk, de ascendencia canadiense, nació en Sudáfrica en 1971, donde se crió con sus tres hermanos hasta que a los 18 se fue a trabajar, para evitar servir al Gobierno del aparhaid, y estudiar a Canadá y Estados Unidos.
En Sudáfrica era lo que se llama una rata de biblioteca con memoria fotográfica que se leyó todos los libros de su biblioteca del barrio y luego todos los artículos de la Enciclopedia Británica. Sabía perfectamente la distancia entre la Tierra y la Luna (1 segundo luz). Le interesaba especialmente la Física. A los 10 años, su padre le compró un ordenador cuando nadie sabía lo que era y empezó a progamar. Luego, se le dio muy bien el tema de los juegos de rol como Masters and Dragons.
Pero lo pasó mal porque los matones de su colegio la tomaron con él y le daban brutales palizas, en alguna de las cuales acabó hospitalizado. En el instituto, obtuvo notas muy altas.
A los 17 años, para escapar del servicio militar del régimen del aparheid, viajó a Canadá para trabajar y estudiar, pues allí tenía familia. Estuvo un año haciendo todo tipo de trabajos, incluso cortar leña, hasta que inició sus estudios en una universidad de Estados Unidos, en Pensilvania, en ADE compaginada con Física. Su tenacidad le llevó a conquistar a una bella estudiante que además era una lumbrera, ahora escritora.
Su hermano le siguió hasta EE.UU. y pronto empezaron a hacer negocios. Por ejemplo, alquilaron una casa de 10 habitaciones y luego montaron fiestas universitarias por las que cobraban. Con lo que ganaban se podían sufragar los estudios en el campus.
En los siguientes capítulos del libro se examina cómo Elon Musk fundó las primeras starts-ups en apartamentos cutres en Palo Alto, en Silicon Valley, en pleno bum de Internet en 1996. Él mismo se encargaba de programar. Primero hizo Zip, que era una especie de guía de páginas amarillas con anuncios. Gracias a que dieron con un buen gerente, pudieron encontrar anunciantes en el sector del automóvil. La creación de mapas también fueron de interés. Intentaron fusionarse con otras start-ups. Por lo general, las horas de trabajo eran maratonianas, sin ducharse siquiera, programadores sobreviviendo a base de pizza.
Al final, vendieron la start-up por 10 millones de euros.
Musk se planteó entrar en finanzas a través de Internet pero el resultado fue PayPal, la famosa plataforma de pago que recabó millones de clientes que buscaban mayor eficacia que la banca tradicional. Compitieron con otros dos colegas situados a escasos metros de ellos y en la operación de venta de PayPal Musk ganó 200 millones de dólares. Lo primero que hizo, como un nuevo rico, fue comprarse un Fórmula 1 cuya recogida fue grabada por la CNN. Se convirtió en uno de los millonarios punto.com.
Los 200 millones los invirtió en dos compañías: SpaceX, cuyo proyecto final es la colonización de Marte, y Tesla Motors, cuyo objetivo es promover el coche eléctrico a gran escala.
La idea de SpaceX surge de la pasión de Musk por enviar cohetes baratos a Marte y fundar colonias allí. Pero, con un claro olfato, se da cuenta de que la actual industria es demasiado burocrática y cara y que la carrera espacial lleva cuatro décadas empantanada. De repente, vislumbra el negocio: hacer cohetes baratos que lleven a órbita los satélites de sus clientes.
En cuanto a Space X, la filosofía de Musk fue montar cohetes con motores construidos en EE.UU. Se le ocurrió la idea después de fracasar en el intento de negociar con los rusos. Todo el material fue fabricado en USA, lo que a la larga ha sido imitado por otros fabricantes privados de cohetes. El sistema de lanzamiento tardó cuatro años en perfeccionarse tras muchos fallos que casi arruinan a Musk en un año "horribilis" en el que también se divorció,
En SpaceX los ingenieros trabajaban doce horas diarias, si alguno no daba la talla era fulminantemente despedido. Así se logró la hazaña de lanzar desde unas islas de Hawai el Falcon 1 y luego el Falcon 9 y obtener un contrato de 1.500 millones de la NASA. Además, Musk produjo la cápsula Dragon para trasladar tripulación y carga a la estación espacial.
Lo que Musk demostró es que la carrera espacial estaba obsoleta y los países habían dejado de invertir en innovaciones. Los únicos cambios desde los 60 llegaron con Musk al idear cohetes reutilizables, lo que ahorró mucho dinero frente al despilfarro de la Administración y sus contratistas, algunos que los cuales inflaban los costes.
Respecto al coche eléctrico Tesla, Musk ideó unos coches que funcionaban con baterías y carrocería de superlujo tan veloces que aceleraban de 1 a 100 en cuatro segundos y una autonomía de 400 kilómetros. Hubo listas de espera entre los millonarios que adelantaron 100.000 dólares para hacerse con un Tesla pero no salió bien el tema y los retrasos se acumularon porque los coches tenían continuos fallos que nadie había imaginado o no previeron un plan de producción industrial en masa.
Sobre la personalidad de Musk se ha hablado bastante por el "queme" a sus empleados, que trabajan 12 horas al día y dormir otras 10 y no les felicita sino que todavía les mete más presión y los abronca. Es obvio que algo de látigo le ha servido para sacar los proyectos adelante, bajando él mismo al ruedo a resolver problemas de ingeniería. Como cosa curiosa, en sus fábricas hace un parón a media tarde para que sus empleados puedan jugar a los videojuegos y él mismo les gana a todos. Pero la queja general es que son jornadas muy largas y llenas de estrés, con un sueldo medio y la esperanza de que las acciones de la empresa se disparen cuando salga a Bolsa. El propio Musk va por las universidades a reclutar a los mejores expedientes para contratarlos.
En cuanto a su vida privada, se casó con Justine, la chica más bonita de su campus y posterior bloguera de éxito en Hollywood. La primera hija murió a las pocas semanas de vida pero luego la pareja tuvo cinco niños más. El divorcio sobrevino en un momento difícil para Musk porque estaba a punto de arruinarse (se lo jugaba a todo a que el lanzamiento de un cohete Falcon fuese exitoso). Al no haber acuerdo, Musk se divorció y cortó la tarjeta de crédito de su ya exmujer.
Su segundo matrimonio llegó unos meses después. Musk fue a una discoteca-pub de Londres con otros empresarios y le presentaron a una incipiente actriz británica de 22 años de buena familia. Tras una breve conversación, hubo romance y ella le siguió a Estados Unidos, donde se casaron. Él le llevaba 14 años pero no fue obstáculo para la relación. La pareja se divorció y se volvió a casar.
El libro termina con un resumen del trabajo que ha hecho Musk en el sector eléctrico a través de Tesla Motors. La idea es que los dueños del coche puedan beneficiarse de recargas gratuitas de la electricidad que produce otra empresa de Musk, Solar,
Sin embargo, el futuro de Musk podría ser todavía más glorioso si le sale adelante su proyecto del Hidroloop para unir San Francisco y Los Ángeles en media hora con un tubo propulsor.
En los siguientes capítulos del libro se examina cómo Elon Musk fundó las primeras starts-ups en apartamentos cutres en Palo Alto, en Silicon Valley, en pleno bum de Internet en 1996. Él mismo se encargaba de programar. Primero hizo Zip, que era una especie de guía de páginas amarillas con anuncios. Gracias a que dieron con un buen gerente, pudieron encontrar anunciantes en el sector del automóvil. La creación de mapas también fueron de interés. Intentaron fusionarse con otras start-ups. Por lo general, las horas de trabajo eran maratonianas, sin ducharse siquiera, programadores sobreviviendo a base de pizza.
Al final, vendieron la start-up por 10 millones de euros.
Musk se planteó entrar en finanzas a través de Internet pero el resultado fue PayPal, la famosa plataforma de pago que recabó millones de clientes que buscaban mayor eficacia que la banca tradicional. Compitieron con otros dos colegas situados a escasos metros de ellos y en la operación de venta de PayPal Musk ganó 200 millones de dólares. Lo primero que hizo, como un nuevo rico, fue comprarse un Fórmula 1 cuya recogida fue grabada por la CNN. Se convirtió en uno de los millonarios punto.com.
Los 200 millones los invirtió en dos compañías: SpaceX, cuyo proyecto final es la colonización de Marte, y Tesla Motors, cuyo objetivo es promover el coche eléctrico a gran escala.
La idea de SpaceX surge de la pasión de Musk por enviar cohetes baratos a Marte y fundar colonias allí. Pero, con un claro olfato, se da cuenta de que la actual industria es demasiado burocrática y cara y que la carrera espacial lleva cuatro décadas empantanada. De repente, vislumbra el negocio: hacer cohetes baratos que lleven a órbita los satélites de sus clientes.
En cuanto a Space X, la filosofía de Musk fue montar cohetes con motores construidos en EE.UU. Se le ocurrió la idea después de fracasar en el intento de negociar con los rusos. Todo el material fue fabricado en USA, lo que a la larga ha sido imitado por otros fabricantes privados de cohetes. El sistema de lanzamiento tardó cuatro años en perfeccionarse tras muchos fallos que casi arruinan a Musk en un año "horribilis" en el que también se divorció,
En SpaceX los ingenieros trabajaban doce horas diarias, si alguno no daba la talla era fulminantemente despedido. Así se logró la hazaña de lanzar desde unas islas de Hawai el Falcon 1 y luego el Falcon 9 y obtener un contrato de 1.500 millones de la NASA. Además, Musk produjo la cápsula Dragon para trasladar tripulación y carga a la estación espacial.
Lo que Musk demostró es que la carrera espacial estaba obsoleta y los países habían dejado de invertir en innovaciones. Los únicos cambios desde los 60 llegaron con Musk al idear cohetes reutilizables, lo que ahorró mucho dinero frente al despilfarro de la Administración y sus contratistas, algunos que los cuales inflaban los costes.
Respecto al coche eléctrico Tesla, Musk ideó unos coches que funcionaban con baterías y carrocería de superlujo tan veloces que aceleraban de 1 a 100 en cuatro segundos y una autonomía de 400 kilómetros. Hubo listas de espera entre los millonarios que adelantaron 100.000 dólares para hacerse con un Tesla pero no salió bien el tema y los retrasos se acumularon porque los coches tenían continuos fallos que nadie había imaginado o no previeron un plan de producción industrial en masa.
Sobre la personalidad de Musk se ha hablado bastante por el "queme" a sus empleados, que trabajan 12 horas al día y dormir otras 10 y no les felicita sino que todavía les mete más presión y los abronca. Es obvio que algo de látigo le ha servido para sacar los proyectos adelante, bajando él mismo al ruedo a resolver problemas de ingeniería. Como cosa curiosa, en sus fábricas hace un parón a media tarde para que sus empleados puedan jugar a los videojuegos y él mismo les gana a todos. Pero la queja general es que son jornadas muy largas y llenas de estrés, con un sueldo medio y la esperanza de que las acciones de la empresa se disparen cuando salga a Bolsa. El propio Musk va por las universidades a reclutar a los mejores expedientes para contratarlos.
En cuanto a su vida privada, se casó con Justine, la chica más bonita de su campus y posterior bloguera de éxito en Hollywood. La primera hija murió a las pocas semanas de vida pero luego la pareja tuvo cinco niños más. El divorcio sobrevino en un momento difícil para Musk porque estaba a punto de arruinarse (se lo jugaba a todo a que el lanzamiento de un cohete Falcon fuese exitoso). Al no haber acuerdo, Musk se divorció y cortó la tarjeta de crédito de su ya exmujer.
Su segundo matrimonio llegó unos meses después. Musk fue a una discoteca-pub de Londres con otros empresarios y le presentaron a una incipiente actriz británica de 22 años de buena familia. Tras una breve conversación, hubo romance y ella le siguió a Estados Unidos, donde se casaron. Él le llevaba 14 años pero no fue obstáculo para la relación. La pareja se divorció y se volvió a casar.
El libro termina con un resumen del trabajo que ha hecho Musk en el sector eléctrico a través de Tesla Motors. La idea es que los dueños del coche puedan beneficiarse de recargas gratuitas de la electricidad que produce otra empresa de Musk, Solar,
Sin embargo, el futuro de Musk podría ser todavía más glorioso si le sale adelante su proyecto del Hidroloop para unir San Francisco y Los Ángeles en media hora con un tubo propulsor.
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