miércoles, 9 de marzo de 2011

"Algo va mal", de Tony Judt (2010)


Resumen del libro "Algo va mal", de Tony Judt (2010)

NUEVO: Incluye resumen y dos versiones en cómic (color y BN)

 

VERSIÓN CÓMIC EN COLOR

Cómic Resumen del libro "Algo va mal" de Tony Judt (E. V. Pita, 2018)
Resumen exprés en cómic en color del libro "Algo va mal", de Tony Judt (2010)

Autor del cómic: E. V. Pita (2018)

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VERSIÓN EN BLANCO Y NEGRO

E. V. PITA 2018 /  http://evpitasociologia.blogspot.com/2011/03/algo-va-mal-tony-judt.html
Resumen exprés en cómic del libro "Algo va mal", de Tony Judt (2010)

Autor del cómic: E. V. Pita (2018)


Materia: sociología de la estructura social, cambio social, política económica

Resumen y comentarios: E.V.Pita (2011), licenciado en Sociología y Derecho

Resumen original y actualizado en el siguiente link:
 http://evpitasociologia.blogspot.com/2011/03/algo-va-mal-tony-judt.html

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Ficha técnica

Título: "Algo va mal"
Titulo original: "Ill fares the Land"
Autor: Tony Judt
Editorial: Taurus
Publicación: 2010

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ÍNDICE

CAPÍTULOS

-Introducción. Guía para perplejos.
Cap. 1 - Cómo vivimos ahora.
Cap. 2 - El mundo que hemos perdido.
Cap. 3 - La insoportable levedad de la política
Cap. 4 - ¿Adiós a todo esto?
Cap. 5 - ¿Qué hacer?
Cap. 6 -¿Qué nos reserva el porvenir?

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RESUMEN

En los primeros capítulos, Judt explica que desde 1980, el Estado [socialdemócrata protector que surgió tras la Gran Depresión] se disuelve frente a una oleada de neoliberalismo que privatiza los servicios públicos al entender que no son rentables ni eficaces y que es mejor que los regule la "mano invisible del mercado".

Centra el problema en que la política ya no se hará en función de más Estado o más mercado, sino en qué tipo de Estado quieres, si muy intervencionista o el actual de bienestar.
También examina las diferencias entre Estados Unidos, individualista y con bajos impuestos, y Europa, socialdemócrata y con impuestos retributivos de la renta.

La cuestión es que desde los años 80, las desigualdades sociales, según Judt, han aumentado debido a esta política más centrada en el esfuerzo individual que en el colectivo.

La frase clave del libro es: "La nueva generación siente una honda preocupación por el mundo que va a heredar. Pero esos temores van acompañados de una sensación general de frustración: nosotros sabemos que algo está mal y hay muchas cosas que no nos gustan. Pero ¿en qué podemos creer, qué debemos hacer?"

Anotación bibliográfica: muestra unas estadísticas que relacionan desigualdad de la renta y homicidios, trastorno mental y gasto en sanidad y esperanza de vida. Están extraídas de Wilkinson y Pickett, "The Spirit Level".

Capítulo 1

Judt dice que la economía clásica consideraba que el individuo siempre adoptaba decisiones económicas racionales conforme a su interés y que busca la maximización del beneficio y que vinculaba libertad a libertad financiera, pero esto lleva a evaluar las decisiones con un vacío moral. Se pregunta qué pasa con otras componentes que influyen en el comportamiento como el altruismo o la colaboración gratuita.

Nota del lector: en Internet, vemos que hay altruismo y colaboración, donde el rendimiento
económico es cero. Efectivamente, no hay rentabilidad.

Capítulo 2.


Judt recuerda los grandes desastres de l914 a 1945, lastrados por dos devastadoras guerras, epidemias, dictaduras o cracks financieros. Dice que en 1945 el principal problema era cómo asegurar la democracia y evitar que la experiencia se repitiese. El Estado liberal de libre mercado y "laisez-faire" fue barrido. Y ensalza a Maynard Keynes como la persona que más esfuerzos dedicó a ese desafío.

Keynes estudió el problema de la incertidumbre y la inseguridad que corroían la confianza en el liberalismo. La intervención del estado, se decía, había librado a Alemania del paro, a la URSS de la Gran Depresión y en Italia los trenes eran puntuales. [nota del lector: recuerdo las palabras de Hayek en esos años sobre el riesgo de que el Estado interviniese en los asuntos del individuo porque este se convertía en deudor o súbdito]. Keynes vio que había cosas positivas en las políticas contracíclicas y el Estado de la Seguridad Social.

 El Estado liberal se había visto obligado a salvar al capitalismo con políticas que parecían entonces socialistas [nota del lector: nuevamente Hayek puso objeciones]. Pero hubo consenso (Butler + Gaitskell= butskelismo]. Defendían la planificación económica e inversión a gran escala. Judt dice que "la seguridad del bienestar en que se vivía y la futura prosperidad suavizaron las injusticias del capitalismo". Entre 1945 y 1975 hubo prosperidad, seguridad en el empleo y movilidad social ascendente a escala sin precedentes. La clase media recibió educación gratuita, atención médica barata o gratis, pensiones públicas y seguro de desempleo. Se abrió la élite cultural a las masas.

Si el estado movilizó a las masas para la guerra también podía hacerlo para la paz mediante la planificación a través de incentivos fiscales. Se insistió en que las instituciones resolvían lo que el mercado no podía hacer o hacían controles de divisas, regulaciones salariales o precios límite, y se aumentaron los impuestos. Se redistribuyó la riqueza como algo beneficioso para todos. Pero Judt advierte que a ojos de hoy esas metas eran ineficaces y que ponían peligrosamente enormes recursos sociales en manos de burócratas, políticos y grandes gobiernos. Se hizo porque los contribuyentes tenían confianza en su comunidad porque era igualitaria. Esto se notó mucho en países pequeños y homogéneos que generaron confianza y cooperación pero que rozaba el egoísmo cuando entran otros colectivos a los que mantener.

Judt cree que no es demasiado alto el precio pagado por la confianza, la tributación progresiva y el Estado intervencionista de 1945-1975, en general socialdemócratas que crearon el Estado del Bienestar. Pero ahora se piensa en términos de destrucción creativa (Schumpeter). Para la generación más vieja el bienestar les pareció milagroso, nada que ver con los empleos basura de hoy, dice el autor. Pero a finales de los 70 hubo alertas sobre el desequilibro del gasto social y público a medida que envejecía la generación del baby-boom a la vez que se ralentizaba el crecimiento. Ello conllevó el declive de la "Gran Sociedad" pero por sí solos no explican la transición radical a nuestra época.


Capitulo 3.

Menciona a Le Corbusier y la planificación de las ciudades tras la posguerra, así como la creación de pisos-colmena y la destrucción de centros históricos en aras de la modernidad, sin contar con la opinión de los ciudadanos. [Nota del lector: esto recuerda a toda la fase de desarrollismo de los años 60 y a la ley del suelo que permitía derribar cascos históricos para construir bloques de hormigón en aras del progreso.]

La escuela austríaca. Judt menciona a cinco economistas austríacos de la escuela de Chicago de libre mercado (Chicago boys): Von Mises, Hayek, Schumpeter (descripción de la creatividad destructiva del capitalismo), Karl Popper (defensa de la sociedad abierta) y Drucker (gestión empresarial). Todos trataron de explicar en los años 30 la debacle de la izquierda frente a los totalitarismos por la intervención del estado en la economía, frente a las recetas contracíclicas de Keynes. Para ellos, la planificación no tenía sentido porque se basa en cálculos y predicciones poco realistas.

Hayek en "Camino de la servidumbre" advierte de que el estado de bienestar deviene en totalitarismo, lo que fue desmentido en los prósperos años 50 a 70.

Para Judt, los cinco economistas de la escuela de Chicago, que tanto influyó en Reagan o Thatcher, estaban continuando un debate sobre los mercados libres y las libertades occidentales que se remonta al siglo XIX.

Capítulo 4 - ¿Adios a todo esto?

Judt señala que la caída del muro no supuso el fin de la historia, fue una oportunidad perdida de reconfigurar el mundo en torno a instituciones y prácticas internacionales consensuadas y perfeccionadas.

1989 y el final de la riqueza
Desde la Revolucion Francesa había una fe secular por el progreso con doctrinas como el positivismo (uso político de datos sociales para remediar el mundo, ver a Beatrice Webb). Esta idea fue desmontada en el siglo XX por los totalitarismos. La caída del comunismo en 1989 dejó a la socialdemocracia (su discurso era que ellos estaban a favor de la libertad, igualdad, justicia social y mercados regulados) sin una doctrina ni narración de democracia frente al conservadurismo. Ahora, apenas se distinguen. Todos somos demócratas.

Las ironías del poscomunismo
El Estado no es tan malo si se compara con los estados fallidos. La caída de la URSS supuso el fin de la planificación y el control central pero no los desacreditó. El desafío, dice Judt, es organizarnos en beneficio común.

El párrafo clave del libro: "¿por qué iba a parecernos mejor que unos empresarios codiciosos salgan enriquecidos del derrumbamiento de un Estado autoritario es mucho mejor que el propio autoritarismo? Ambas situaciones sugieren que algo falla seriamente en nuestra sociedad. La libertad es la libertad. Pero si conduce a la desigualdad, la pobreza y el cinismo, deberíamos decirlo con claridad en vez de ocultarlo bajo la alfombra en nombre del triunfo de la libertad sobre la opresión".

El problema de los impuestos: tras la llegada del paro en 1970, los que aún trabajaban tuvieron que pagar más impuestos, lo que generó quejas. Nadie recordaba por qué se instauró ese sistema tras la Gran Depresión de 1929. La socialdemocracia no sobrevivió más de una generación porque a los hijos de los primeros beneficiarios les indignaba el coste de la subvención a la cultura, transporte público o las piscinas.

Judt propone el retraso de las jubilaciones como mal menor pese a que sea una medida impopular que los Gobiernos pusilánimes no quieren tomar.

La lógica del Estado protector preservó su forma democrática.

¿Qué hemos aprendido? [de 1989]
La socialdemocracia tuvo su momento con el New Deal y la Gran Sociedad ( se refiere a la década de 1945-1970) y el neoliberalismo tuvo su momento en 1970 hasta que se desacreditó con la crisis financiera de 2008.
Para Judt, 1989 supuso el redescubrimiento de la libertad.

Otro párrafo clave del libro: "¿Por qué estamos tan seguros de que cierta medida de planificación o la tributación progresiva o la propiedad colectiva de lo bienes públicos son restricciones intolerables de la libertad mientras que las cámaras de circuito cerrado, los rescates estatales de bancos de inversión "demasiado grandes para dejarlos caer", las escuchas telefónicas y las costosas guerras en otros países son cargas aceptables que la gente debe aceptar?".
Se pregunta ¿qué hacer?

Capitulo 5. ¿Qué hacer?


En defensa de la disconformidad.
Judt dice que la conformidad en las comunidades tiene un precio: no puede responder a los nuevos desafíos. Estados Unidos, como observó Tocqueville, se inclinó hacia la conformidad y los que dicen lo que quieren son marginados o sus palabras silenciadas. Y la tolerante Gran Bretaña descalifica al que no esté de acuerdo con la corrección política o los tipos impositivos.

Fuentes de disconformidad: diferencias teológicas, de clase, intelectuales (primero contra los abusos del poder y luego contra la opinión pública). Los debates han caído en manos de think-tanks.

Cláusulas de exclusión en debates de EEUU sobre el papel activo del Gobierno: Impuestos bajos, el Gobierno no se entrometa en asuntos, y nada de socialismo. En Europa, la tolerante Inglaterra llena sus calles de cámaras de videovigilancia que invaden la intimidad.

Duda que los intelectuales (que no se opusieron a la guerra de Irak) ni los políticos puedan cambiar nada. Según Judt, lo harán los jóvenes si no caen en el apoliticismo.

Aquí hay un párrafo muy interesante: "Lo primero que se le ocurre a un joven que quiere "comprometerse" es afiliarse a Amnistía Internacional o Greenpeace o a Human Rights Wacth o a Médicos sin Fronteras". Pero si renuncian a la política, abandonan su sociedad a los funcionarios más mediocres, sin la talla de un Churchill o un Roosevelt. "Políticamente, nuestra época es de pigmeos", dice Judt. Los sondeos dicen que hay desilusión con los políticos que no afrontan problemas como el calentamiento global.

-Una conversación pública renovada.
-Reabrir la cuestión local
-¿Una nueva narración moral?

Capítulo 6. ¿Qué nos reserva el porvenir?

-La globalización

Combina el crecimiento es bueno y es inevitable. Pero la expansion economica no garantiza ni igualdad ni prosperidad.

Aquí comenta algo muy interesante: en 1914, el mundo estaba globalizado pero tras las dos guerras, no se recuperó el comercio internacional hasta 1950.

En 2008, quedó dinamitada la idea de los estados corporativistas de mercado

Se pregunta: "¿Estamos seguros de que la globalización va a ser permanente?

-Pensar el Estado.

Las economías mixtas hicieron que la generación más joven diese por sentada la estabilidad y a exigir la eliminación del obstáculo de los impuestos, las regulaciones y la interferencia del Estado.

Tras la liberalización de 1980 a 2008, el Estado vuelve a intervenir pese a que oficialmente se rechaza su protagonismo. El problema, según dice Judt, es que el Estado genera desconfianza por el daño que causaron, porque ejerce coerción frente a la libertad política y que los Estados activistas pueden equivocarse a gran escala.

Paradoja sobre que no se puede tener Estados que presten servicios sociales o eficientes mercados libres. El problema es que si el estado es débil, intervienen otros jugadores como los monopolios o los trust, que se benefician excesivamente de una economía desregulada y las ganancias están mal distribuidas. Por eso recomienda actuar al estado para garantizar ciertas obras del bien público.

Demanda opcional: la cantidad que paga un individuo por tener un servicio a todas horas. Aquí no funciona la mano invisible del Estado.

-Los ferrocarriles, estudio de un caso

Los trenes son un monopolio. Pero su privatización lleva aparejadas varias condiciones: combinación de lo peor del control monopolista del mercado, interferencia estatal y albur moral.

En el transporte, Judt considera que el Estado debe dar un servicio aunque sea ineficiente y poco rentable a los más desfavorecidos (pueblos apartados de las ruta comerciales, jubilados...). Un economista propondría arrancar las vías para hacer las rutas poco rentables en coche.

Ejemplo de los ferrocarriles británicos privados, que recibieron importantes subvenciones. También se cerraron líneas para levantar autopistas, lo que generó un coste medioambiental.

Las estaciones de ferrocarril no envejecen como sistema de transporte, lo que entronca con el "individualismo" moderno y la aparición de la sociedad civil.

-La política del temor

La inseguridad vuelve a la vida política en las democracias occidentales, dice Judt, : terrorismo, cambio, paro, distribución de recursos, control de la rutina.

Ojo a esto que dice: "En Occidente hemos vivido un largo periodo de estabilidad, adormecidos en la ilusión de un progreso económico indefinido. Pero eso ya ha pasado".

Avecina una época de lideres locales y cree que un estado débil y un mercado libre no va a ayudar mucho (ver cleptocracias de Europa del Este). Dice que mucha gente prefiere un estado fuerte-autoritario pero estable a uno fallido y que ahora la socialdemocracia ya no tiene argumentos para captar a sus votantes. Advierte de que las democracias liberales pueden zozobrar. Y el conservadurismo ha abandonado la moderación social.
Siente que la socialdemocracia abandonó los logros que tanto esfuerzo costaron conseguir.

Conclusión: Qué pervive y qué ha muerto de la socialdemocracia.

Los críticos preguntan si el estado de Bienestar debe permanecer. Y acusa a los socialdemócratas de no definirse o de guardar silencio ante atrocidades de Balcanes. A partir de los 90 se perdió la ilusión de la igualdad y volvió el egoísmo con el objetivo en la vida de tener éxito en los negocios.

Y finaliza: "Si pensamos que algo va mal, debemos actuar en congruencia con ese conocimiento".


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CRITICAS Y COMENTARIOS DE OTROS AUTORES AL LIBRO "ALGO VA MAL"

Comentarios de Joaquín Estefanía en  "Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?" (2017)

El autor Joaquín Estafanía menciona en la página 23 de  "Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?" (Planeta, 2017) a "Algo va mal" de Tony Judt. Dice que el autor teoriza sobre la enfermedad social del miedo y rebate la tópica idea de que el miedo es libre y analiza cómo cualquier tipo de crisis lo multiplica por mil. Estefanía dice que se tiene miedo al terrorismo, al otro, al que viene a competir por nuestro puesto de trabajo y nuestro Estado de Bienestar, a la inseguridad económica, a la incontrolable velocidad de los cambios, a quedar atrás en la redistribución de la renta y la riqueza cada vez más desigual.

6 comentarios:

  1. gracias x el resumen. sinceramente no me habia enterado de lo que consistia este libro, pero esta hipotesis me ha ayudado a comprender un poco la perspectiva politica y economia que tiene tony judt frente al pensamiento occidental (=

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  2. Falta el capítulo 2, ponlo!!!!

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  3. Cuando habla del terrazo de las jubilaciones como un medida que se debe tomar a pesar de lo impopular no se consideró que si para los jóvenes el acceso a la vida labor formal es difícil para los adultos es imposible. De tal manera que con la adopción de la medida se podría considerar la creación de otro tipo de escalón en la estratificación social, la de los jubilados, que además entraría a competir con la clase media, y lo unico que las asemejaria es que cada dia seria mas escasas.

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  4. Muchas gracias por el resumen me fue de mucha utilidad.

    Saludos

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  5. me pueden recomendar alguna bibliografia complementaria como apoyo a este libro? gracias de antemano

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  6. Muy bueno, gracias! :-)

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