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viernes, 6 de enero de 2023

"El capital en la era del Antropoceno", de Kohei Saito (2020)

Resumen del libro "El capital en la era del Antropoceno", de Kohei Saito (2020)

Resumen actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/01/el-capital-en-la-era-del-antropoceno-de.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Contemporánea, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, Antropoceno, capitalismo, ecologismo, decrecimiento, Karl Marx, progreso

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA

"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:

Descargar en PDF en este enlace:
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Ficha técnica:

Título: "El capital en la era del Antropoceno"

Subtítulo: Una llamada para liberar la imaginación para cambiar el sistema y frenar el cambio climático

Título en japonés: "Hitoshinsei no Shihonron"

Autor:  Kohei Saito

Publicado en japonés en 2020, Tokio.

Publicado en español: Sine qua non, Penguin Random House Grupo Editorial, 2022

Número de páginas: 334

Premios:  Asian Book Award 2021.

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Bibliografía del autor  Kohei Saito (hasta 2023)

 Kohei Saito (Tokio, 1987) es un aclamado filósofo de la economía japonés. Tras doctorarse en Filosofía por la Universidad Humboldt de Berlín, en 2018, fue el ganador más joven del prestigioso premio Deutscher Memorial por su obra La naturaleza contra el capital, traducida a siete lenguas y loada como una "obra monumental" por el filósofo Slavoj Zizek. 

Su segundo libro publicado, El capital en el Antropoceno, ha sido un enorme éxito de ventas en Japón, con casi medio millón de lectores, y ha recibido el Asian Book Award 2021 al mejor libro del año por capturar, con suma claridad y gran aceptación entre los jóvenes nipones, el cambio necesario en nuestra era.

Actualmente (2023), Saito es profesor asociado de Filosofía en la Universidad de Tokio.

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Texto de la contraportada

"El impactante libro que desafía el capitalismo para construir una sociedad más justa y terminar con la emergencia climática, a través del pensamiento de Karl Marx. Casi medio millón de lectores en Japón. Premio Asian Book Award 2021 al mejor libro del año"

"La civilización se enfrentan a una grave crisis existencial en la era del Antropoceno, en la que la actividad económica destruye con saña la Tierra y condena a la humanidad a la catástrofe medioambiental. Si no se toman medidas contra el cambio climático, el mundo volverá a un estado de barbarie. No existe un plan B para el planeta Tierra.

Para evitar la debacle, es necesario acabar con la obsesión capitalista por la búsqueda ilimitada de beneficios. Pero ¿puede la civilización prosperar renunciando al capitalismo? Por supuesto. Existen soluciones para sortear la crisis, y las pistas para alcanzarlas llevan 150 años esperando en el pensamiento del último Karl Marx. Hay una única salida posible: Es la oportunidad para lograr una sociedad más justa".

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ÍNDICE

A modo de introducción: ¡los ODS (objetivos de desarrollo sostenible) son el "opio del pueblo"

Capítulo 1. El cambio climático y el modo de vida imperial

Capítulo 2. El límite del keynesianismo medioambiental

Capítulo 3. Contra el decrecimiento bajo el capitalismo

Capítulo 4. Marx en el Antropoceno

Capítulo 5. Una evasión de la realidad llamada "aceleracionismo"

Capítulo 6. Capitalismo de las carencias, comunismo de la abundancia

Capítulo 7. El comunismo decrecentista salvará el mundo

Capítulo 8. La "palanca" de la justicia climática

A modo de epílogo: para que no sea el fin de la historia

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RESUMEN

El autor  Kohei Saito parte de la base de que ninguna de las vías actuales solucionará la crisis y la emergencia climática mientras la Humanidad apueste por el crecimiento económico y por el capitalismo, ya que entre ambos están esquilmando el planeta y, en concreto, a la periferia. Recuerda que la era del Antropoceno (cuando la acción del hombre empieza a tener efectos notorios sobre el clima) empezó a la vez que el capitalismo, en 1700, o incluso antes, en 1500, o en todo caso cuando los países avanzados empezaron a quemar carbón y emitir gases a la atmósfera. Otro dato que apunta es que la llamada Generación Z (nacidos a partir de 1996 hasta el 2008) son "de izquierdas" y quieren soluciones progresistas y democráticas para curar el planeta.

 Kohei Saito rechaza continuar con el capitalismo neoliberal porque su afán extractivo continuará saqueando los recursos naturales de los países periféricos del planeta. Critica el llamado "modo de vida imperial", que consiste en un modelo donde una sociedad central vive con toda comodidad a costa de extraer los recursos de la periferia y que todavía se mantiene en Europa y EE.UU.) y que acabará por dejar el mundo inhabitable [nota del lector: la "europeización" del mundo; un planeta urbanizado con cemento y árboles decorativos]. Pone como ejemplo que los Países Bajos hacen "green washing" (ecoblanqueado) diciendo que su economía es "sostenible" y "ecológica" pero a costa de la explotación de los recursos de la periferia. También rechaza como solución los ODS de la ONU (Objetivos de Desarrollo Sostenible) porque insisten en que debe seguir el crecimiento económico.

 Tampoco apuesta por las propuestas de "decrecimiento keynesiano" o Green New Deal al estilo de los años 70 (imponer restricciones al capitalismo y mayores controles con un nuevo estado del bienestar a la vez que se invierte en instaurar infraestructuras "verdes") porque el capitalismo encontraría la manera de burlar los controles y restaurar el neoliberalismo, lo que volvería a arrasar los recursos del planeta. Y en todo caso, el Green New Deal sigue apostando por un crecimiento económico, aunque sea "verde". Tampoco confía en la perspectiva tecnológica ya que la implantación de tecnologías renovables y el crecimiento verde supondrá un gasto de consumo de otros elementos como el litio para las baterías y, además, volverá a estimular el despilfarro. Dice que el "desaloplamiento" es una fantasía por muchas etiquetas verdes que se le pongan y el crecimiento incrementa inexorablemente la carga medioambiental. Otra idea que descarta es el "decrecimiento" dentro de un sociedad capitalista en la medida en que es algo totalmente contradictorio con el capitalismo, que lo que quiere es ganar más capital en vez de menos y eso se logra a través de un crecimiento infinito que no es real ni posible. Se trataría de buscar un tipo de economía nueva que no dependa del crecimiento.

También echa por tierra otras ideas como el "aceleracionismo" (acelerar el desarrollo tecnológico y capitalista para pasar a la siguiente fase avanzada de la historia).

Dado que ninguna de estas vías funcionará para frenar la crisis climática, el autor supone que la Humanidad quedará encasillada en estas cuatro posibles opciones futuras a la emergencia climática: 

1) Un maoísmo climático (un estado dictatorial centralizado asume plenos poderes para acometer medidas más efectivas e igualitarias)

 2) Fascismo climático (Estados despóticos que protegen los intereses del capitalismo de las víctimas y los refugiados ambientales)

 3) Barbarie (La sublevación de los perjudicados por el cambio climático generará un caos político en una "guerra contra todos" de Hobbes) 

4)  "X" (Un Estado fuerte, con una sociedad de ayuda mutua de tipo democrático, voluntariamente desarrollada por los individuos).

 Todas estas soluciones acabarán por agotar los recursos del planeta por lo que Saito propone otra idea: el "decrecimiento" dentro de una sociedad comunista. 

Para elaborar su nuevo modelo de economía, recurre a los últimos escritos de Karl Marx (fallecido en 1883), que han sido reinterpretados a partir de sus apuntes para las partes 2 y 3 de El Capital, que dejó inconcluso y cuya edición preparó su fiel amigo Engels, respetando las ideas del auto del primer libro de El Capital. Sin embargo, dice el autor, hubo unos últimos escritos que se están conociendo ahora a través del proyecto MEGA donde Marx, en su vejez, ya había renunciado a su "eurocentrismo" (era crítico con el imperialismo británico pero consideraba que Occidente ayudaba con sus intervenciones a los países pobres a escalar a otro nivel más avanzado) y se mostraba crítico incluso con la idea de progreso, de la cual se había convertido en uno de los principales adalides a través de sus ideas sobre el progreso histórico. En sus últimos escritos y cartas a los revolucionarios rusos del siglo XIX, les recomendaba mantener los "mir" o comunas agrícolas basadas en las tierras comunales como así ocurría con las colonias germánicas (basadas en tierras comunales que se transmitían de generación en generación y no eran de nadie) ya que creía que podían ser importantes en una sociedad moderna y avanzada sin necesidad de pasar por el capitalismo.

Aquí es a donde quiere llegar  Kohei Saito, porque considera que el "bien comun" o "comunal" ha permitido perservar la tierra durante milenios en muchas sociedades sin que genere desigualdades ni haya un descontrol por parte de los ricos ni un proceso extractivo excesivo. Asegura que tras la época extractiva de la Antigüedad, durante la Edad Media se establecieron tierras comunales y se mejoró la calidad de los suelos, dando de comer a todo el mundo durante más de mil años.  

El autor también estudia cómo los recursos comunes se han ido privatizando desde hace dos siglos porque es una forma de generar escasez y, por tanto, aumentar el precio del producto demandado. Su teoría es que con la privatización de los campos comunes, que fueron cercados y vallados en el siglo XVIII, se privó a los labriegos de su sustento gratuito y abundante que tenían al alcance de la mano y se vieron abocados a trabajar en las minas y las fábricas, un entorno de mayor escasez. El autor señala que en aquella época, la energía hidráulica era fácilmente disponible y gratuita y se había creado una gran industria con energía gratis pero el capitalismo apostó por el carbón porque este era escaso y se podía transportar a las ciudades, donde pusieron las fábricas. El resultado fue que, privados de sus recursos gratuitos, los trabajadores fabriles perdieron calidad de vida: mientras en el campo podían comer verduras y carne a diario, gratis si los cogían de los campos comunales, en las ciudades su salario, que obtenían en un entorno muy competitivo, en la ciudad no comían a diario carne ni verduras y su dieta empeoró. Se veían obligados a trabajar porque para comprar comida, en la ciudad, necesitaban dinero, que solo se conseguía trabajando. Pero su calidad de vida empeoró respecto a su vida en el campo, dice el autor. Empeoraron su dieta alimenticia y perdieron su tiempo libre y de ocio, ya que se pasaban el día trabajando para pagarse la hipoteca de la casa y la comida. Y el escaso ocio lo dedican a consumir productos desaforadamente.




lunes, 3 de diciembre de 2018

"Lo inevitable", de Kevin Kelly (2016)

Resumen del libro "Lo inevitable", de Kevin Kelly (2016)


Resumen original y actualizado del libro en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/11/lo-inevitable-de-kevin-kelly-2016.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, tecnología, sociedad de la información, Internet

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Ficha técnica

Título: "Lo inevitable"

Subtítulo: Entender las 12 fuerzas tecnológicas que configurarán nuestro futuro

Título en inglés: No consta. ( "The inevitable. Understanding the 12 technological forces that will shape our future" )

Autor:  Kevin Kelly

Publicación en España: Teell Editorial SL, 2017

Número de páginas: 316

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Biografía oficial del autor (hasta 2017)

Kevin Kelly es Senior Maverick en la revista Wired. - Wired es una revista que aborda cómo la tecnología afecta a la cultura, educación, economía, y política. Kelly fue cofundador de Wired en 1993 y fue su editor ejecutivo durante sus primeros siete años. También es editor, fundador y co-editor del popular sitio web Cool Tools, que ha estado revisando las herramientas informáticas diariamente desde 2003. De 1984 a 1990, Kelly fue editor de Whole Earth Review, una revista de noticias técnicas poco ortodoxas. Fue cofundador de la actual Conferencia de Hackers y participó en el lanzamiento de WELL, un servicio pionero en línea iniciado en 1985. Sus libros incluyen las Nuevas Reglas para la Nueva Economía, el libro clásico sobre sistemas emergentes, descentralizados y Out of Control, una novela gráfica sobre robots y ángeles, The Silver Cord, un catálogo sobredimensionado de lo mejor de Cool Tools, y su teoría resumida en What Technology Wants. Su nuevo libro para Teell Editorial es "Lo inevitable", que es best seller del New York Times y del Wall Street Journal.

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Texto de la contraportada

"El camino real de una gota de lluvia en el valle es impredecible, pero la dirección general es inevitable", nos dice en este libro el visionario digital Kevin Kelly y añade - "la tecnología es muy similar, impulsada por patrones que son sorprendentes pero inevitables. Nuestra inclinación por hacer las cosas más y más inteligentes tendrá un profundo impacto en casi todo lo que hacemos".

Kelly explora las doce tendencias en la IA que necesitamos entender para adoptar y dirigir su desarrollo. "Los productos de IA que serán más populares y todos usaremos en los próximos 20 años no se han inventado todavía", dice Kelly. "Eso significa que estás a tiempo".

De uno de los principales pensadores y escritores de tecnología, una guía a través de los doce imperativos tecnológicos que conformarán los próximos treinta años y transformarán nuestras vidas".

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ÍNDICE

1. Transformando

2. Añadiendo conocimiento de IA

3. Fluyendo

4. Proyectando

5. Accediendo

6. Compartiendo

7. Filtrando

8. Recombinando

9. Interactuando

10. Monitorizando

11. Preguntando

12. Comenzando

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RESUMEN

Comentarios iniciales: el autor dice que en el 2016 no hubo mejor época y con mayores oportunidades para inventar algo y señala que hay tecnologías que aún están poniéndose en marcha y que convergerán en los próximos 30 años (y recuerda que las tecnologías más importantes de dentro de 30 años están ahí latentes pero aún no se han inventado). Pone como ejemplo de lo inevitable que alguien uniese el teléfono y el ordenador, que es esa potencia en red lo que le da valor pues por sí solo el ordenador es una aburrida calculadora. Dice que a principios de los años 80, él había visto grandes computadoras y le sorprendió el ordenador personal Apple y a los pocos meses, cuando vio la versión Apple II conectada a un modem se le abrieron los ojos. En poco tiempo, ya sabía lo que era Internet pero entonces, la red solo valía para compartir documentación, enviar correos y hacer comunidades. Realmente, en los 80, nadie apostaba por Internet, ni siquiera medios de comunicación televisivos como ABC, pero ni él mismo pudo prever que se haría masivo mediante el "smartphone" o el iPhone, nadie lo supo prever ni tampoco que todo el mundo "tuitearía" cada cinco minutos. Pero insiste en que aunque se nos pasen de largo ciertos detalles, la tendencia general era previsible, la de combinar los teléfonos móviles con chips y usarlos como minicomputadoras, lo mismo que el nacimiento de las redes sociales, pues esos elementos estaban ahí y, al final, alguien las acabaría combinando, era cuestión de tiempo. Recuerda que en los años 80 Internet era una "frontera abierta" con todos los dominios sin registrar pero, a pesar de estar saturado de aplicaciones, aún está al principio de su comienzo y se está transformando. El Internet del 2050 se basará en innovaciones posteriores al 2016. Recuerda que el advenimiento de la Inteligencia Artificial "de verdad" se pronostica desde hace 60 años y nadie ha acertado con la fecha, aún sin llegar.

El uso de la palabra inevitable: Atribuye la inevitabilidad en el ámbito digital al resultado de un "ímpetu" de una transformación tecnológica en curso. Las fuertes tendencias que configuraron las tecnologías digitales en 30 años seguirán expandiéndose y fortaleciéndose en otros 30. El autor usa la palabra "inevitable" porque hay un sesgo en la naturaleza de la tecnología que la inclina en determinadas direcciones y no en otras. "Permaneciendo todo igual, la física y la matemática que dirigen la dinámica de la tecnología tienden a favorecer determinados comportamientos, Esas tendencias existen principalmente en las fuerzas agrupadas que configuran el contorno general de las formas tecnológicas y no rigen instancias específicas o particulares", dice. Pone como ejemplo que Internet era "inevitable" pero no el tipo concreto que decidimos tener: pudo haber sido más comercial y no un lugar sin ánimo de lucro, o un sistema nacional en vez de internacional, o secreto y no público. La telefonía (mensajes de voz transmitidos a largas distancias) era inevitable pero no el iPhone y la mensajería instantánea era inevitable pero no enviar un "tweet" cada cinco minutos. O poner un vibrador o silenciador al móvil para evitar que sonasen por todas partes,

Calcula que se tarda una década en aparecer una tecnología para desarrollar un consenso social.

Entre las novedades para los próximos 30 años, estos son algunos de sus augurios: han llegado para quedarse la copia masiva, el seguimiento masivo y la vigilancia total, la realidad virtual, la inteligencia artificial y los robots (que generarán nuevos negocios y nos quitarán los nuestros actuales puestos de empleo) o la descentralización de servicios (mediante "apps"). Cree que hay que aceptar estas nuevas tecnologías de progreso y no boicotearlas. Hay que humanizar y domesticar las nuevas invenciones. Cree que se puede regular el servicio del taxi mediante "apps" pero no prohibir la inevitable descentralización de servicios.

Dice que todo parece transformable pero estos cambios son imperceptibles, como una montaña erosionada a lento ritmo.

También habla de flujo (los procesos de cambio son más importantes que los productos, poniendo como ejemplo el método científico, un millón de veces más valioso que la patente más importante del mundo).
Explica el flujo diciendo que hay cosas fijas y sólidas (coches, zapatos) pero que la nueva tecnología los convierte en servicios de transporte (coche sin conductor, actualizaciones...)

El autor clasifica las miles de fuerzas tecnológicas en doce "verbos" organizadores en gerundio:  accediendo, monitorizando o compartiendo, así como transformando, añadiendo conocimiento IA, fluyendo, proyectando, accediendo, compartiendo, filtrando, recombinando, interactuando, monitorizando, preguntando y comenzando.

Considera que estas fuerzas (trayectorias, no destinos) son acciones continuas de flujo y aceleración; meta-tendencias y meta-transformaciones de la cultura que durarán 30 años porque hunden sus raíces en la naturaleza de la tecnología y no en la sociedad. Son fuerzas que se solapan y se recombinan (compartir lleva más flujo, para añadir IA hay que monitorizar, proyectar va con interactuar).

También tiene en cuenta la "zona de comodidad" (por ejemplo, no poner centrales eléctricas, térmicas o nucleares cerca de grandes poblaciones) para aplicarlo al cambio digital.

Dice que es impredecible saber qué empresas triunfarán o qué "gadchet" se pondrá de moda porque esas tendencias las deciden la moda o el comercio pero sí saber qué tendencias generales de productos y servicios habrá (y cuyas formas básicas parten de instrucciones de tecnologías emergentes que se están generalizando).

Capítulo 1. 
Transformando

Con transformar se refiere a la continua actualización de los códigos y programas informáticos, lo que hace del usuario un eterno novato.

[nota del lector: El autor habla del proceso transformador pero nunca cita a Polanyi, autor de La Gran Transformación].

Comenta que las webs o los programas de software son inestables y que envejecen y degradan muy rápido si no se mantienen. La continua actualización genera presión y es tan vital que ahora ya es automática (las máquinas se están transformando). Las constante actualización y transformación de la tecnología genera "insatisfacción" que desencadena ingenuidad y crecimiento creando nuevas necesidades que evitan el estancamiento, pues un futuro mejor conlleva primero incomodidades.

La tecnología conduce a la "protopía"
Entiende la "protopía" como pequeño progreso gradual ("pro" viene de proceso civilizatorio o progreso). Lo equipara a la frase: "Mañana será otro día [mejor que hoy]". Es silencioso, en  creciente mutación, difícil de ver y se basa en la acumulación de éxitos pasados de la tecnología y sus soluciones actuales. Pone como ejemplo la Ilustración: tras 200 años, sus frutos

Advierte que una utopía no tiene problemas que solucionar pero tampoco oportunidades y los relatos distópicos (catástrofes, tiranías) son más entretenidos pero insostenibles (pues la codicia de las mafias y gobiernos corruptos curan el caos y las distopías se parecen más a la "miserablemente" burocratizada URSS y no lugares sin ley). Por contra, en la protopía hay un proceso continuo de cambio.

Recuerda los tiempos en los años 80 y 90 en que la gente era escéptica con Internet y de rechazo, y no podían imaginar la alternativa a algo como la televisión.

Recalca que, al inicio de una nueva tecnología, la gente veía Internet como una televisión con 5.000 canales de material pero nadie sabía quién iba a crear ese contenido pues era muy costoso producirlo. Por otro lado, los "frikis" de la informática veían Internet como un regalo a la Humanidad y no querían comercializarlo hasta 1994 (el autor, ligado a Wired, no podía lanzar Well para hacer negocios). Otro error fue pasar por alto y menospreciar durante 30 años las tesis de Vannevar Bush (que en 1945 diseñó la idea central de la red: páginas unidas por enlaces), la idea del hipervínculo y que en 1965 intentó llevar a cabo Ted Nelson mediante el "docuverso". Solo fue a partir de admitir esas ideas cuando emergió la cultura de "compartir" y los usuarios se convirtieron en creadores y llenaron de contenido la Red (música, vídeo, enciclopedia, ventas por Internet). Internet se convirtió en una "ventana mágica".

"Lo que nadie pudo prever es qué proporción de este nuevo mundo sería efectuada por los usuarios, no por grandes instituciones. Todo el contenido ofrecido por Facebook, You Tube, Instagram y Twitter no lo genera su personal sino su audiencia", dice el autor. Recuerda que fue un "golpe" ver que hay dos nuevos blogs por segundo, 65.000 vídeos al día y que lo sorprendente de Amazon no era que fuese una "tienda de todo" virtual sino que los usuarios generan comentarios. Y Google convierte el tráfico y los patrones de enlaces generados por 90.000 millones de búsquedas mensuales en la inteligencia organizadora de una nueva economía.

Todo el tiempo, energía y recursos sale de la "audiencia" que elabora tutoriales gratis, entradas a enciclopedias gratis o listas como fruto del trabajo o la pasión. Dice que procedemos de un mundo industrial de masas y que el hecho de que el consumidor se implique "es una sorpresa". Era algo que ya estaba en marcha y que ha generado "muchedumbres inteligentes, conciencia colectiva y acción colaboradora. Y surgen nuevos niveles de usuarios: consumidor, desarrollador, vendedor, laboratorio y comerciales de empresas. Hay una aceptación universal.

Dice que el año 2050, Internet será algo nuevo y no lo podemos imaginar con nuestra mentalidad actual. Actualmente, no todos los archivos son accesibles mediante enlaces y hay cosas que no se pueden encontrar con un buscador. En el futuro sí se podrá.

Además de buscar todo (incluso el momento en que un familiar se graduó), también se expandirá temporalmente  mediante botones deslizantes que `nos dejarán ver versiones antiguas [nota del lector: ojo con esas fotos de fiesta subidas a Facebook o a Snapchat]. Nuestros hábitos estarán anotados y la Red intentará adelantarse a nuestras intenciones (nos recomienda restaurante según lo que comimos esa semana o anticipa que te gustaría ver la foto de un amigo).

El autor aborda otro tema importante que es el consumo eléctrico: la Red será una presencia constante de bajo nivel y no un lugar (el ciberespacio) como la electricidad: siempre a nuestro alrededor, conectada y subterránea. Habrá una "conversación"

Anticipa para el 2050 estas innovaciones en Internet: la gente mirará a sus holocubiertas, sus lentes de usar y tirar, sus avatares descargables, y sus interfaces de inteligencia artificial, podrán  coger casi cualquier tipo de cosa, añadirle IA y subirlo a la nube. Los dispositivos tendrán cientos de sensores.
 y dirán al anciano del 2016: "Vaya, en tu época no teníais el verdadero Internet".

Capítulo 2
Añadiendo conocimiento a la IA

Dice que la IA es barata, poderosa, gratis y ubicua y "lo cambiará todo". Una advertencia que hace es que exigir que la IA sea igual que la humana es la misma "lógica errónea" que exigir que el vuelo artificial sea como el de los pájaros. Los robots también pensarán de forma distinta.

Indica que la primera verdadera IA (se refiere a la inteligencia sistémica o al pensamiento artificial, que ve como la fuerza universal de nuestro futuro) no nacerá en un superordenador independiente sino en el superorganismo de miles de millones de chips informáticos conocidos como la Red. Será del tamaño del planeta pero poco consistente, integrada y conectada libremente. Será difícil decir dónde comienzan sus pensamientos y dónde terminan los nuestros. Los aparatos en contacto con esta IA compartirán su inteligencia y se supone que "todo" estará conectado. [nota del lector: se me ocurre una buena idea para definir la superIA: inteligencia capaz de gestionar todo un planeta y sus recursos].

El autor recuerda a Watson, la IA de IBM que ganó el concurso Jeopardy! en el 2011 (eran diez máquinas del tamaño de una nevera). El actual Watson está extendido a través de una nube de servidores estándar abiertos que trabajan a la vez y da servicio a multitud de clientes simultáneos. Se hace más inteligente continuamente porque cada cosa que aprende lo transfiere al resto. Es una combinación de varios motores de software (deducción lógica, análisis del lenguaje...), todos integrados. Watson es experto en diagnósticos médicos pero también está CVS, una cadena de venta farmacéutica que da consejos al cliente. Quieren hacer una especie de "tricodificador" de Star Trek. Hay otros equipos trabajando en IA como DeepMind (de Google, que hace algoritmos de aprendizaje profundo de refuerzo maquinal para ver fisuras en los videojuegos que nadie vio) o los chinos TenCent y Baidu.

El autor niega que estemos ante un HAL 9000 (la computadora asesina de la película 2001: Odisea en el Espacio) ni va a surgir una singularidad de superinteligencia. Lo ve más una IA del tipo los servicios de Amazon: baratos, fiables, industrial e invisible. "La enchufaremos a la corriente y tendremos IA como si fuese electricidad", dice. La idea de negocio para hacerse rico es coger IA y añadírsela a un aparato. (como en su día se hizo a coger una escoba, añadirle electricidad y crear una aspiradora, etc...).

Campos en los que añadir IA y obtener Xs (un pelotazo):

- la fotografía (pequeñas cámaras que evalúan la luz, corrigen, sustituyen el obturador físico, eliminan lentes y añaden algoritmos, calcula 3D, tiene HD, computación e IA, que son pantallas planas o están integradas en cualquier cosa como un bolígrafo o la ropa)

- la química (la IA sirve para hacer millones de experimentos químicos virtuales y obtener elementos prometedores ).

- el derecho (buscar pruebas en documentos y hallar incoherencias).

- inversiones (índices de stocks, optimizar la estrategia fiscal...)

Otros ámbitos: música con IA (la música cambia e incluso se hacen composiciones para un jugador), lavado de ropa (la IA ajusta el ciclo de lavado), márketing (optimiza la atención del lector por euro gastad), servicios inmobiliarios (muestra inquilinos a los que les gustó varios apartamentos), cuidado de pacientes (seguimiento del paciente con sensores y biomarcadores), construcción (gestión de proyectos según el tiempo, atascos, cambios de diseño...), ética (seguridad del peatón ante un coche autónomo). juguetes (mascotas y muñecas-robot), deportes (estadísticas incluso de movimientos sutiles)...

Recuerda que el fundador de Google le confesó en una fiesta en el 2002: "No somos un buscador, en realidad estamos desarrollando una IA" [nota del lector: esta idea es el germen del libro Superficiales, de Nicholas Carr]. Google aprende de nuestras búsquedas al señalarle la imagen correcta de lo que pedimos. Un directivo de Google cree que en el 2026, el principal producto de Google no será su motor de búsqueda sino su IA.

El autor ve tres innovaciones (una "tormenta perfecta") para que haya despegado la IA:

1) Computación en paralelo de bajo coste (red neuronal barata que se basa en el chip GPU (unidad de procesamiento gráfico)

2) Big Data (un niño necesita 12 ejemplos distintos para diferenciar un gato de un perro y un programa 1.000 partidas de ajedrez). La IA busca bases de datos masivas, autorrastreo, cookies, huellas digitales, terabytes de almacenamiento, décadas de resultados de búsquedas, Wikipedia y universo digigtal. El motor de esta nave espacial son los algoritmos y el combustible los datos.

3) Mejores algoritmos (las redes neuronales funcionan como capas apiladas; tras desencadenarse un patrón se pasa al siguiente nivel). Hay una variación que es el "aprendizaje profundo": optimiza matemáticamente los resultados de cada capa, lo que incrementaba el aprendizaje más rápido.

Una desventaja de tener una super IA  es el "efecto red" basado en la ley de los beneficios crecientes. Cuanto más inteligente se haga la IA y más gente la use, más inteligente se volverá. Esto lleva a que la IA se la repartirán una oligarquía de dos o tres empresas de IA basadas en la  nube.

Otra idea es expandir los enfrentamientos de ajedrez al estilo libre entre una máquina y un equipo de humanos entrenados con IA (de hecho, los maestros ya lo hacen y han obtenido las mayores puntuaciones, caso de Magnus Carlsen).

El autor advierte que "el 99 % de la IA con la que interactuaremos, directa o indirectamente, estará formada por especialistas superinteligentes de mentalidad cuadriculada". No nos interesa la inteligencia fuerte ni consciente (un conductor centrado en la carretera y no divagando obsesivamente sobre un riña en el garaje). Recuerda que la inteligencia humana "es como es" y que interesa más la de una máquina para hacer tareas rutinarias, búsquedas o elaborar estadísticas. Da por hecho que desarrollaremos "mentes sintéticas" (humana combinada con máquina). Incluso ve grandes beneficios en inventar otros tipos de inteligencia y formas nuevas de pensar (recuerda que ballenas y delfines también tienen inteligencia diferente). Habla de mentes transhumanas.

Cita estas mentes posibles diseñadas para hacer tareas especializadas: una mente igual a la humana pero más rápida, una mente lenta (mucho razonamiento y memoria), una supermente global (millones de mentes unidas), una mente colectiva (pero no es consciente de que es colectiva), una supermente androide (muchas mentes unidas que saben que forman una unidad), una mente entrenada (solo para mejorar nuestra propia mente ), una mente capaz de imaginar una mente mayor (y otra que es capaz de crearla pero no para imaginarla), una mente que hace otra mayor una vez (y otra que duplique su rendimiento), otra que retoque su código fuente, una solucionadora de problemas que no es consciente de sí misma, una superlógica sin emociones, una mente que migra de una plataforma a otra, una nanomente, una mente simbionte (mitad máquina, mitad humana), una mente cuántica cuya lógica es incomprensible, etc...

Supone que en el futuro habrá problemas cientificos tan profundos que requerirán cientos de especies de mentes para solucionarlos, muy extrañas. Ve la IA como una forma de simular una inteligencia alienígena (los AA, alienígenas artificiales). E incluso pueden surgir nuevas ideas filosóficas: "los humanos existen para inventar nuevos tipos de inteligencia que no pueden llegar a evolucionar biológicamente". Las AA pensarán Ciencia como alienígenas.

Dice que, en los próximos 30 años, será "doloroso y triste" ver cómo una máquina compone música o pilota aviones y la Humanidad tendrá que volver a definirse y saber qué es.

Hace un apartado sobre los robots (mentes con cuerpo),
Dice que antes del siglo XXII, el 70 % de las ocupaciones actuales serán reemplazadas por la automatización. "Los robots son algo inevitable y el cambio de puesto de trabajo es solo cuestión de tiempo". Ve una segunda oleada de la automatización basada en la cognición artificial, sensores de bajo coste, aprendizaje maquinal e inteligencias distribuidas.

Añade que las máquinas consolidarán su ventaja en sectores ya automatizados (ensamblaje en serie, almacenes como los de Amazon, recogida de fruta y hortalizas, dispensador, trabajos intelectuales del tipo buscador de Google, traductor maquinal, papeleo de redactores, médicos, abogados, arquitectos...). Ve un dominio del robot de "dimensiones épicas" y avisa de que ya estamos en el "punto de inflexión".         

Menciona al robot Baxter (inventado por Rodney Brooks, el inventor de la aspiradora Roomba). Es un robot industrial con brazos grandes y fuertes y una pantalla plana que 1) puede mirar alrededor e indicar hacia donde mira (sirve para trabajar con humanos sin hacerles daño), 2) es fácil de entrenar gracias a su inteligencia que puede imitar a un obrero que le enseña los movimientos de una nueva tarea (el coste mayor del robot industrial es la reprogramación), 3) es barato (ideal para sustituir al personal de una fábrica de iPhones para ahorrarse los gastos de transporte desde China y poner las fábricas en EE.UU mediante franquicias locales pero el inventor cree que no funcionaría para hacer comida en un McDonalds).

El autor divide en cuatro categorías de los trabajos de robots:

1) los que pueden hacer los humanos pero que los robots pueden hacer incluso mejor (el telar mecánico, el piloto automático de un Boeing 787, evaluadores de hipotecas...)

2) Empleos que los humanos no pueden hacer, pero que los robots sí pueden (hacer tornillos, chips, inspeccionar concienzudamente una imagen de TAC, ).

3) Empleos que no sabíamos que queríamos que se hicieran (eliminar un tumor estomacal por el ombligo, enviar emails). Augura que las profesiones que más dinero van a ganar en el 2050 dependerán de la automatización y las máquinas.

4) Trabajos que sólo los humanos pueden hacer, en principio.

Cree que la economía postindustrial (mayoritaria del sector servicios) seguirá expandiéndose y que la tarea de toda persona será inventar cosas nuevas que hacer y convertirlas en repetitivas para los robots. Añade que la verdadera revolución surgirá cuando todo el mundo tenga robots personales de trabajo (otros Baxter) a su disposición (un granjero con robots recolectores [nota del lector: suena a granja de Tatooine de Star Wars]. El éxito será para quien optimice el proceso de trabajar con robots y máquinas.       

Este es el ciclo de las siete fases de sustitución del hombre por la máquina:

1) Un robot/ordenador quizás no hace las tareas que yo hago

2) Puede hacer algunas tareas pero no todas

3) Hace todo lo que yo hago pero me necesita si se estropea

4) Funciona sin problemas y yo le entreno en nuevas tareas

5) Esas labores aburridas que hace no estaban destinadas para los humanos

6) El robot hace mi antiguo trabajo y yo tengo uno más interesante y me pagan más

7) Estoy contento de que un robot/ordenador quizás no hace las tareas que hago yo ahora.

Lo define como una competición con las máquinas, nos pagarán por lo bien que trabajemos con robots. Dice que hay que dejar a los robots hacer nuestro trabajo y nosotros "soñar" con otros empleos importantes. [nota del lector: a pesar del mensaje positivo, risueño y optimisma del autor, este tema de creación de nuevos empleos por la computerización ya se ha estudiado y los resultados revelan que, a diferencia del cambio de la era agraria a la industrial, la automatización destruye más trabajos de los que crea]

Capítulo 3
Fluyendo   

La idea central de este capítulo es que mientras los libros son estáticos y rígidos y la prensa se renueva cada día, en cambio la información de Instagram o Twitter fluye constantemente. Los flujos son la tercera fase de la computación (los primeros pecés imitaban un escritorio con carpetas y las tareas se hacían en modo de lotes (facturas mensuales), la segunda trajo el hipertexto y el navegador y esperábamos recibir la información en el mismo día, y la tercera trajo los flujos y transmisiones en modo instantáneo, los tuits y los post... SnapChat, WeChat y WhatsApp funcionan por completo en el presente).

 El autor señala que Internet es la máquina de copiar más grande del mundo, un superconductor de superdistribución. Prácticamente copia cada acción, cada carácter, cada pensamiento que tenemos mientras navegamos. La economía digital pasa por este río de copias que fluye libremente, algunas de las cuales se hacen virales, la reduplicación instantánea de datos, ideas y medios forman la base de los principales sectores de la economía del siglo XXI. Entre las exportaciones más valiosas de EE.UU. están cosas que se pueden copiar como programas, música, películas y juegos. Por ello, dice que no podemos detener el proceso de copia masivo e indiscriminado. Se ha pasado de vender productos sólidos a servicios fluidos y actualizados.

Pone ejemplos de fluidez: el coche aparcado en el garaje es ahora un servicio personal bajo demanda de Uber, Lyft, Zip o Sidecar. La mejora de los teléfonos móviles es continua. 

Estos flujos en tiempo real tienen su reflejo en los visionados en "streaming" de Netflix o comprar libros on line media hora antes de leerlos. Las empresas deben interactuar en tiempo real. Lo mismo pasa con el dinero al instante de Square, PayPal, Alipay o Apple Pay. Por tanto, la infraestructura tecnológica debía hacerse "líquida"  [nota del lector: nos viene a la mente el concepto de mundo líquido de Zygmunt Bauman]. Las unidades fundacionales de este tercer régimen digital son flujos, tags y nubes.

La primera aplicación de fluidez fue la música (un vídeo gratuito y ubicuo colgado en You Tube fue visto 10.000 millones de veces). Las copias son tan baratas pero dejan de tener valor y el material que no puede copiarse es el que se convierte en escaso y valioso en la economía basada en la Nube: la confianza, la fidelidad (marcas) con valor generativo (algo único).

Pone ejemplos de ocho cosas generativas "mejor que gratis":
1) Inmediatez (justo en el momento en que se publica como los libros de pasta dura, acceso a versiones beta, ver películas en el cine),
 2) Personalización (película apta para niños, aspirina adaptada al propio ADN)
3) Interpretación (líneas de código gratis tienen valor por las instrucciones, el genoma ADN será ofrecido gratis por las compañías de seguros)
4) Autenticidad (sin errores, virus ni spam)
5) Accesibilidad (pagar por la comodidad de un fácil acceso)
 6) Materialización (libros forrados de cuero, juegos on line con amigos de verdad en eventos reales, cine con proyección láser, conciertos de bandas, charlas en directo)
7) Patrocinio (el público quiere pagar a los creadores: debe ser fácil, cobro razonable, beneficio tangible y el dinero beneficiará a los creadores) y
8) Capacidad de ser descubierto (hay un número creciente de obras y los lectores pagan por un motor de recomendaciones y un servicio de revisiones para que les digan lo mejor para elegir).                                                                                                                                                                     
El autor recuerda que la protección de copias es inútil y que el éxito ya no es controlar la distribución porque esta es automática. La música en MP3 (se podía reordenar la secuencia de melodías de un album o desactivar la letra de la canción) acabó con la tiranía del disc-jockey de la emisora. Ahora lo que importa son  las formas de anotar una copia, marcarla, transferir datos... (pone como ejemplo Spotify, suscribirse a la lista de canciones de un amigo). Y además, los aficionados crean sus propias canciones (mezclar pistas, probar sonidos, estudiar letras...) combinando los elementos que encuentran. En la era postdigital, la música nos rodea (al hacer ejercicio, etc...), hay podcast (documental en audio). Medios como WeChat, WhatsApp, Vine, Meerkat, Periscope y otros permiten compartir vídeo y audio.

Los mismo pasa con las fotografías (ahora todos somos músicos y también todos fotógrafos gracias al WYSIWYG (lo que ves es lo que obtienes, lo mismo que somos directores de cine en You Tube).

En cuanto a los libros electrónicos, estos tienen como ventaja la fluidez de la página (adaptable a cualquier espacio), de la edición (personalizado), del recipiente (se puede guardar en la Nube) y crecimiento (el libro electrónico nunca está terminado, puede actualizarse).

Dice que el patrón de fluidez de la música, películas, libros electrónicos se traslada ahora a los juegos, los periódicos y la educación, y se difundirá al transporte, la agricultura y la asistencia sanitaria.

Establece cuatro fases de la fluidez

1) Rígido (poco común, obra artesanal cara)

2) Gratis (generalizada)

3) Fluido (compartido, recombinación de las partes)

4) Apertura (transformación, aficionados que crean nuevos productos y editan música o cine con herramientas halladas en la nube).

Capítulo 4.
Proyectando

Cuenta la transformación que generó la imprenta ya que cualquiera podía publicar un libro o una ley escribirse.  La prosperidad fue el libro. Ahora propone la Biblioteca Universal de Todo.

Entre las ideas que propone está un libro electrónico de cien páginas (pantallas) en el que se podrían descargar las obras que se quisieran. Otra idea es la biblioteca en red universal de todos los libros (los existentes y los que ya hubo) y se sabría todo lo escrito sobre cualquier cosa.

Capítulo 5
Accediendo

Ni Facebook genera contenidos, ni Alibaba tiene inventario ni Uber taxis ni Airbnb, propiedades. Y Netflix me permite ver películas sin yo tenerlas, y en Spotify puedo escuchar música sin tenerla. Y el Kindle Unlimited de Amazon me deja leer 800.000 libros sin tenerlos, lo mismo que la Play Station Now. "La propiedad no es tan importante como lo fue en su día, el hecho de acceder a algo es más importante que nunca", dice el autor. Si vivimos en la tienda de alquiler más grande del mundo, para qué comprar nada si ya hay un préstamo instantáneo que se saca de ese "armario mágico" llamado Internet.

Ve cinco tendencias que lo han hecho posible:

1) Desmaterialización (mejores productos con menos materiales, los átomos se sustituyen por bits; por ejemplo, la lata de refresco pesa menos, lo mismo que los coches, el material que usamos por cada euro de PIB decae). Al acelerar la migración de productos a servicios, se acelera la desmaterialización.

2) Tiempo real bajo demanda (apetito insaciable por lo instantáneo; pone como ejemplo, Uber, cuyo trabajo se externaliza con freelances o prosumidores)

3) Descentralización (propone descentralizar el dinero porque yo puedo pagar en efectivo pero no es una cosa práctica cuando nuestra economía se está digitalizando mediante el bitcoin y la cadena de bloques a modo de mecanismo de confianza generalizada)

4) Sinergia de la plataforma (Una plataforma es una base o ecosistema creada por una firma que deja que otras firmas desarrollen servicios y productos en ella. No es un mercado ni una empresa, sino algo nuevo, siendo ejemplos la hoja de cálculo Lotus, iTunes, Facebook y el resto que usa APIs que animan a otros a participar. La desventaja es que el precio del paso de la propiedad al acceso tiene un  precio: está ausente nuestro derecho de modificar o controlar el uso de nuestra propiedad o las compras; salvo el software gratis). La desmaterialización, la descentralización y la comunicación masiva generan más plataformas.

5) Nubes (nuestro dispositivo es la ventana a la nube, más potente que un superordenador tradicional. Cree que Google podría aplicar fácilmente a nuestra carta una IA basada en la nube como revisar documentos de propiedad. El problema es si la nube, donde tenemos toda nuestra vida memorizada, nos censura el acceso y sentiremos "dolor" como si nos amputasen porque es una extensión de nosotros mismos o de nuestro yo. También cree que habrá inter-nubes que se entrelazan y forman una nube masiva. Otra idea es usar la app FireChat con wifi en el móvil para enviar mensajes y eludir las torres telefónicas como ocurrió en las protestas estudiantiles de Hong Kong ).

El autor imagina un apartamento autónomo donde, si necesita unas tijeras para cortar el pelo, las trae un dron a su casillero en media hora. Lo mismo, para alimentos. Las prendas de ropa no se compran si no que uno se suscribe cada día a las que va a poner. Recibe una bicicleta personalizada, lista para usar. Para largos viajes, usa un dron flotante más cómodos que los vuelos comerciales.

[Nota del lector: este mundo de "alquiler" y sin propiedad es inquietante porque recuerda a los siervos de la gleba de la Edad Media que tampoco tenían tierras sino que se las alquilaba una "plataforma", su señor feudal].


(en preparación)

jueves, 1 de noviembre de 2018

Economistas optimistas (la lista de Steven Pinker)

Economistas optimistas (la lista elaborada por Steven Pinker)

Link a este "post":
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/11/economistas-optimistas-la-lista-de.html

Steven Pinker se suma a los autores "positivos"  que destacan el progreso alcanzado en los últimos siglos. En general, resaltan las grandes conquistas realizadas en materia de sanidad e higiene, crecimiento de la población acompañado de aumento de las productividad de las cosechas, mejora de la calidad de vida, etc...

El propio Pinker hace una lista de los autores o libros "optimistas"

Sitios Web:

- Our World in Data , de Max Roser

- Human Progress , de Marian Tupy

- Gapminder , de Hans Rosling

Libros:

- The Progress Paradox (La paradoja del progreso)

- Infinite Progress (Progreso infinito)

- The Infinitive Resource (El recurso infinito)

El optimista racional, de Matt Ridley

Resumen original y actualizado en:
 http://evpitasociologia.blogspot.com/2013/07/el-optimista-racional-de-matt-ridley.html

´-The Case for Rational Optimist (En defensa del optimismo racional)

Utopía para realistas, de Rutger Bregman

Resumen original y actualizado en:
 http://evpitasociologia.blogspot.com/2017/05/utopia-para-realistas-de-rutger-bregman.html


- Mass Flourishing (La prosperidad de las masas)

Abundancia, de Peter H. Diamandis y Steven Kotler.

Resumen original y actualizado en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/07/abundancia-de-peter-h-diamandis-y.html


- The improving State of the World (El estado de mejora del mundo)

- Getting Better (Mejorando)

- The End of Doom (El final de la fatalidad)

- The Moral Arc (El arco moral)

- The Big Ratchet (El gran trinquete)

El Gran Escape , de Angus Deaton

Resumen original y actualizado en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/07/el-gran-escape-de-angus-deaton-2013.html

- The Great Surge (La gran explosión)

- The Great Convergence (La gran convergencia)

En esta lista falta, inexplicablemente, Progreso, de Norberg , autor y libro al que Pinker cita varias veces.

-Progreso, diez razones para mirar el futuro con optimismo, de Johan Norberg

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/02/progreso-diez-razones-para-mirar-al.html

Y el propio libro de Pinker:

- "En defensa de la Ilustración", de Steven Pinker

Resumen original y actualizado en el siguiente link:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/10/en-defensa-de-la-ilustracion-de-steven.html

Estos autores elogian los grandes avances que ha hecho la Humanidad gracias a la razón y la ciencia desde el siglo de las Luces, lo que ellos relacionan con las virtudes del modo de vida liberal, democrático y capitalista. Como dice Pinker: "La información sobre el progreso humano, aunque ausente de los principales medios informativos y foros intelectuales, es fácil de hallar. Los datos no están sepultados en áridos informes sino en maravillosos sitios web. El argumento se ha defendido en libros bellamente escritos, algunos de ellos premios Nobel (en referencia a Angus Deaton)".


Hechos y razones para el optimismo económico:

En su libro En defensa de la Ilustracción, Steven Pinker se queja de que los telediarios dan continuamente malas noticias a pesar de que el mundo progresa y está mejor que hace 50 años, ya que la violencia se ha reducido mucho desde 1945 (a pesar de rebrotes con la seguridad ciudadana entre 1970 y 1990).

Resumen original y actualizado de En defensa de la ilustracción, Steven Pinker, en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/10/en-defensa-de-la-ilustracion-de-steven.html


Estos son algunos de los artículos en medios informativos que dan buenas noticias:

- Five Amazing Pieces of Good News Nobody is reporting 
(Cinco buenas noticias increíbles que nadie está contando)

http://www.cracked.com/article_20731_5-amazing-pieces-good-news-nobody-reporting.html

Five Reasons Why 2013 Was the Best Year in Human History
(Cinco razones por las que 2013 fue el mejor año de la historia humana)

https://thinkprogress.org/5-reasons-why-2013-was-the-best-year-in-human-history-392c4888e603/

Seven Reasons the World Looks Worse Than It Really Is
(Siete razones por las que el mundo parece peor de lo que es en realidad)

http://www.cracked.com/blog/7-reasons-news-looks-worse-than-it-really-is/

29 Charts and Maps That Show the World is Getting Much, Much Better
(29 gráficos y mapas que muestran que el mundo está mejorando muchísimo)

https://www.vox.com/2014/11/24/7272929/global-poverty-health-crime-literacy-good-news

40 Ways the World is Getting Better
(40 formas en las que el mundo está mejorando)

https://reason.com/archives/2017/07/18/40-ways-the-world-is-getting-better

-50 Reasons We're Living Throught the Greatest Period in World History
(50 razones por las que estamos viviendo el período más grande de la historia mundial)

https://www.fool.com/investing/general/2014/01/29/50-reasons-were-living-through-the-greatest-period.aspx


lunes, 29 de octubre de 2018

"En defensa de la Ilustración", de Steven Pinker (2018)

Resumen del libro "En defensa de la Ilustración", de Steven Pinker (2018)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/10/en-defensa-de-la-ilustracion-de-steven.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, progreso, ciencia, humanismo, economía política, psicología social

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Ficha técnica

Título: "En defensa de la Ilustración"

Subtítulo: Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso

Título original: Enlightenment Now

Autor: Steven Pinker

Edición en inglés: 2018

Edición en español: Paidós / Espasa Libros, SLU, Barcelona, 2018

Número de páginas: 740

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Biografía oficial del autor (hasta el 2018)

Steven Pinker (Montreal, 1954), profesor Johnstone de Psicología en la Universidad de Harvard, es un prominente psicólogo experimental americano, científico cognitivo y un popular escritor, conocido por su defensa enérgica y de gran alcance de la psicología evolucionista y de la teoría computacional de la mente.

Realizó sus estudios en la Universidad McGill y en la Universidad de Harvard, donde obtuvo su doctorado; fue elegido para ingresar en la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, y es miembro de la Asociación Psicológica Americana y de la Sociedad Psicológica Americana.

Finalista en dos ocasiones del Premio Pulitzer, es autor de varios libros, entre los que destacan La tabla rasa y Los ángeles que llevamos dentro, ambos publicados por Paidós.

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Texto de la contraportada

Bill Gates dice: "El mejor libro que he leído nunca"

"Si creías que el mundo estaba llegando a su fin, esto le interesa: vivimos más años y la salud nos acompaña, somos más libres y, en definitiva, más felices; y aunque los problemas a los que nos enfrentamos son extraordinarios, las soluciones residen en el ideal de la Ilustración: el uso de la razón y de la ciencia.

En esta elegante evolución de la condición humana en el tercer milenio, el científico cognitivo e intelectual Steven Pinker nos insta a ver con otra perspectiva los titulares alarmistas y las profecías apocalípticas que juegan con nuestros prejuicios psicológicos. En cambio, haciendo uso de datos empíricos, muestra que la vida, la salud, la prosperidad, la seguridad, la paz, el conocimiento y la felicidad van en aumento no solo en Occidente, sino en todo el mundo. Este progreso no es el resultado de ninguna fuerza cósmica. Es un regalo de la Ilustración: la convicción de que la razón y la ciencia pueden mejorar el florecimiento humano.

Lejos de ser una esperanza ingenua, la Ilustración, ahora lo sabemos, ha funcionado. Pero hoy más que nunca necesita que la defendamos con vigor. Con profundidad intelectual y estilo literario, En defensa de la Ilustración defiende la razón, la ciencia y el humanismo: los ideales que necesitamos para enfrentarnos a nuestros problemas y continuar nuestro progreso".

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ÍNDICE

Primera parte : La Ilustración

1. ¡Atrévete a saber!

2. Entro, evo, info

3. Contrailustraciones


Segunda parte: El progreso

4. Progresofobia

5. Vida

6. Salud

7. Sustento

8. Riqueza

9. Desigualdad

10. Medio ambiente

11. Paz

12. Seguridad

13. Terrorismo

14. Democracia

15. Igualdad de derechos

16. Conocimiento

17. Calidad de vida

18. Felicidad

19. Amenazas existenciales

20. El futuro del progreso


Tercera Parte: Razón, ciencia y humanismo

21. Razón

22. Ciencia

23. Humanismo

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RESUMEN

Comentarios iniciales: Steven Pinker se suma a los autores "positivos"  que destacan el progreso alcanzado en los últimos siglos. En general, resaltan las grandes conquistas realizadas en materia de sanidad e higiene, crecimiento de la población acompañado de aumento de las productividad de las cosechas, mejora de la calidad de vida, etc...

El propio Pinker hace una lista de los autores o libros "optimistas"

Sitios Web:

Our World in Data , de Max Roser

Human Progress , de Marian Tupy

Gapminder , de Hans Rosling


Libros:

- The Progress Paradox (La paradoja del progreso)

- Infinite Progress (Progreso infinito)

- The Infinitive Resource (El recurso infinito)

- El optimista racional, de Matt Ridley

Resumen original y actualizado en:
 http://evpitasociologia.blogspot.com/2013/07/el-optimista-racional-de-matt-ridley.html

´-The Case for Rational Optimist (En defensa del optimismo racional)

- Utopía para realistas, de Rutger Bregman

Resumen original y actualizado en:
 http://evpitasociologia.blogspot.com/2017/05/utopia-para-realistas-de-rutger-bregman.html


- Mass Flourishing (La prosperidad de las masas)

- Abundancia, de Peter H. Diamandis y Steven Kotler.

Resumen original y actualizado en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/07/abundancia-de-peter-h-diamandis-y.html


- The improving State of the World (El estado de mejora del mundo)

- Getting Better (Mejorando)

- The End of Doom (El final de la fatalidad)

- The Moral Arc (El arco moral)

- The Big Ratchet (El gran trinquete)

- El Gran Escape , de Angus Deaton

Resumen original y actualizado en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/07/el-gran-escape-de-angus-deaton-2013.html

- The Great Surge (La gran explosión)

- The Great Convergence (La gran convergencia)

En esta lista falta, inexplicablemente, Progreso, de Norberg , autor y libro al que Pinker cita varias veces.

-Progreso, diez razones para mirar el futuro con optimismo, de Johan Norberg

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/02/progreso-diez-razones-para-mirar-al.html



Estos autores elogian los grandes avances que ha hecho la Humanidad gracias a la razón y la ciencia desde el siglo de las Luces, lo que ellos relacionan con las virtudes del modo de vida liberal, democrático y capitalista. Como dice Pinker: "La información sobre el progreso humano, aunque ausente de los principales medios informativos y foros intelectuales, es fácil de hallar. Los datos no están sepultados en áridos informes sino en maravillosos sitios web. El argumento se ha defendido en libros bellamente escritos, algunos de ellos premios Nobel (en referencia a Angus Deaton)".

Creen que este sistema es el que ha llevado a las más altas cotas de progreso mundial si se echa una vista atrás, hasta el siglo XVIII. Detrás de la salida en defensa del progreso subyace otro problema que es la posible decadencia de las políticas liberales que pudieron haber decepcionado a gente o que dejan "perdedores" por el camino.

Otra crítica que se puede hacer a estos autores "optimistas" es que, según el libro Dinero Oscuro, los millonarios Koch, por razones políticas de derechas y republicanas, promovieron a partir de la segunda victoria de Obama (2012), diversos institutos privados universitarios y fundaciones que defienden la tesis de que el neoliberalismo está ligado al "bienestar y la prosperidad". Por ejemplo, si se lee el libro de Norberg, se verá que hace hincapié en que disminuyó la violencia y la desaparición de enfermedades pero no dice ni pío sobre la precariedad en el empleo. Estos autores vinculan el progreso y el bienestar al espectacular aumento de la esperanza de vida (impulsado por el desplome de la mortandad infantil, lo que dispara estadísticamente la esperanza de vida).

En este caso, Pinker defiende que la Ilustración (animado por las palabras de Hayek) es un proyecto que "ha funcionado" pero la razón, la ciencia y el humanismo han sido menospreciados a pesar de que él dice que "son una razón para vivir".

Pinker comienza su libro contando que en una conferencia habló de que la mente se rige por patrones neuronales pues no somos más que un conjunto de átomos y un joven se levantó y le preguntó: "Entonces [si todo está predeterminado], ¿por qué debería vivir?" El autor quiso escribir este libro para explicar que la razón es buena y de reafirmar los ideales de la Ilustración (también llamados humanismo, sociedad abierta y liberalismo cosmopolita o clásico). Recalca que ignorar los avances del progreso humano puede conducir a síntomas más graves que la angustia existencial: "Puede fomentar el cinismo de la gente en lo que atañe a las instituciones inspiridas en la Ilustración que están garantizando el progreso, tales como la democracia liberal y las organizaciones de cooperación internacional, alentando así alternativas atávicas".

El autor explica que los ideales de la Ilustración son productos de la razón humana, pero siempre en pugna con otras facetas de la naturaleza humana: la lealtad a la tribu, la deferencia hacia la autoridad, el pensamiento mágico o la culpabilización a los malhechores por los infortunios.

Recalca que en la segunda década del siglo XXI ha asistido al surgimiento de movimientos políticos que describen sus países como sociedades abocadas a una infernal distopía por facciones malignas a las que solo puede hacer frente un líder fuerte que retrotraiga enérgicamente al país a su pasado con el fin de hacerlo "grande de nuevo". En estos relatos, se hace hincapié en que la modernidad ha fracasado y todos los aspectos de la vida están sumidos en una crisis cada vez más profunda. Pinker dice que resulta más difícil hallar una concepción positiva que vea los problemas del mundo en un contexto de progreso sobre el que intente construir, solucionando a su vez dichos problemas.

El autor explica que la Ilustración surge en el siglo XVIII y que uno de los máximos exponentes es Kant y la máxima "atrévete a saber".

Señala que desde la década de 1960 se ha producido la quiebra de la confianza en las instituciones de la modernidad y la segunda década del siglo XXI ha asistido al surgimiento de movimientos populares que rechazan abiertamente los ideales de la Ilustración. Son tribalistas en lugar de cosmopolitas, autoritarios en lugar de democráticos, desdeñosos hacia los expertos en lugar de respetuosos hacia el conocimiento y nostálgicos de un pasado idílico en lugar de esperanzados respecto a un futuro mejor. No solo es populismo, dice Pinker.

Las críticas al proyecto de la Ilustración son que es una invención occidental, inapropiada para el mundo en toda su diversidad. El autor replica que cualquier humano, venga de donde venga, puede comprometerse con estas ideas que emanan de la propia razón humana. El autor recuerda que tras surgir la Ilustración tuvo su rápida respuesta: el romanticismo, que negaban que la razón pudiese separarse a la emoción, y glosaron la lucha heroica. En el siglo XXI apareció, "aunque parezca una locura", otra corriente de contrailustrados en un repertorio sorprendente de movimientos culturales e intelectuales de las élites.

Ideales contrailustrados del siglo XXI

1) La fe religiosa (elevan algún bien moral por encima del bienestar de los humanos, valorar las almas por encima de las vidas)

2) El nacionalismo (las personas son las células imprescindibles de un superorganismo (un clan, tribu, grupo étnico, religión, raza, clase, nación) y el bien supremo es la gloria de esta colectividad en lugar del bienestar de las personas que la integran). No tiene que ver con los ideales cívicos o la responsabilidad civil.

3) El ecosistema (el romántico movimiento verde no ve la captación humana de energía como una forma de resistir la entropía y promover la prosperidad humana, sino como un crimen atroz contra la naturaleza. La salvación pasaría por arrepentirnos y repudiar la tecnología y el crecimiento económico y volver a un modo de vida más sencillo).

4) El decadentismo A (lamenta nuestros escarceos prometeicos con la tecnología: contaminación, armas nucleares, ciberterror, bioterror, inteligencia artificial, nanotecnología y otras amenazas existenciales. Incluso si la civilización escapa a la aniquilación total le espera un mundo feliz orweliano y una distopía violenta e injusta).

5) El decadentismo B (se atormenta de que la vida es demasiado agradable y segura pues el capitalismo ha condenado a la gente a una vida atomizada, conformista, consumista, materialista, desarraigada, rutinizada y embrutecedora; lo que genera alienacion, anomia, apatía. La respuesta es el heroísmo sagrado y la violencia aristocrática)

Respecto a los pesimistas hay dos tipos: los pesimistas históricos temen la caída pero lamentan que seamos incapaces de detenerla / los pesimistas culturales dicen que de los escombros del colapso surgirá un nuevo orden que será superior.

6) La Segunda Cultura (condena y desdén hacia la ciencia; pone por encima la "gran literatura" por encima de "elevar el nivel de vida" de la población mediante la ciencia. La segunda cultura se refiere a las humanidades). Cita a Lewis.

El humanismo ilustrado, que defiende que el bien supremo radica en usar el conocimiento para fomentar el bienestar humano, "deja frío a la gente". El autor señala que a día de hoy se sigue creyendo que el mundo es un valle de lágrimas y que por eso hay que comenzar a defender y valorar la idea del progreso.

El autor también critica a los intelectuales porque "odian el progreso", incluidos los que se llaman a sí mismos "progresistas". No odian los frutos del progreso sino la idea de progreso: la creencia ilustrada en que nuestra compresión del mundo puede mejorar la condición humana. Critican la fe ciega en el mito de la marcha imparable del progreso inevitable. El autor cita el libro "La idea de la decandencia en la historia occidental", de Arthur Herman, que habla de los "profetas de la fatalidad" en los que incluye a Nietzsche, Schopenhauer, Heidegger, Adorno, Benjamin, Marcuse, Paul-Sartre, Fanon, Foucault, Edward Said, Cornel West y otros "ecopesimistas". En "La historia de la idea de progreso", Robert Nisbet coincide en que "el escepticismo respecto al progreso intelectual ha crecido y se ha propagado entre la mayoría de los intelectuales del último cuarto del siglo XX y entre millones de occidentales".

Hay una "brecha del optimismo" (la gente cree que su situación mejorará pero no la de su país o la situación del medioambiente).



El autor cuenta que, pese al progreso, aún hay amenazas existenciales para el crecimiento económico y el buen nivel de vida. Cita el fanatismo religioso (islamistas radicales, sectas evangélicas) y el populismo entre ellas. Considera que la democracia ha avanzado en América, Europa y Asia pero se ha estancado en los países musulmanes, donde todavía sigue sin hacerse la separación entre Estado y religión ni se ha formado una sociedad laica como en el resto del mundo, por lo que estos países son los que figuran en las cotas más bajas de desarrollo humano y que el autor considera la base para una sociedad libre.

En cuanto al populismo, señala que un análisis estadístico sobre los votantes de Donald Trump (al que critica por su regresionismo) revela que la mayoría de los que le votaron no estaban muy preocupados por la Economía (ni por el empleo ni la deslocalización) como se pensaba sino que el presidente captó el voto de los menos formados y con menor nivel educativo. Por eso, ellos ven la inmigración como una amenaza. A ello se suma que los laicos se quedaron en casa sin votar mientras que los evangélicos y otros fundamentalistas religiosos cristianos (Tea Party) movilizaron a sus bases para ir a las urnas. También hay una mayor proporción de blancos protestantes que van a votar frente a otros segmentos poblacionales menos participantes.

Hay otro dato, dice el autor, y es que cada generación se hace más laica que la anterior. El laicismo está avanzando en los países más ricos y los "millennials" (nacidos entre 1980 y el 2000) son mucho más laicos que la Generación X (nacidos entre 1965 y 1980) y todavía más que la generación "babby boom" (1947-1965) o la Generación Silenciosa (1929-1945).

El autor también habla de una Segunda Cultura.

Respecto al regresionismo, se produce una contradicción entre la tendencia general a progresar (el autor dice que no es fácil frenar una marea que dura dos siglos) y el regresionismo (políticas populistas o fundamentalistas que boicotean la igualdad de la mujer, los derechos humanos, la libre competencia, la redistribución de la riqueza o la asistencia pública)


Sobre la desigualdad

El autor también es crítico con las teorías sobre la desigualdad y advierte que no se puede comparar la desigualdad con la pobreza.

Habla del período del Gran Escape de la pobreza, en el que el PIB mundial se dispara de forma exponencial entre 1750 y 1930 y luego se convirtió en la Gran Convergencia en el siglo XXI (cuando muchos países emergentes mejoraron sus economías).
Pinker insiste en que la pobreza extrema mundial se ha desplomado desde 1970 y los Objetivos de Desarrollo del Milenio alcanzaron la meta de reducir la pobreza cinco años antes de lo previsto.
Causas de la Gran Convergencia son cinco, según Radelet: la muerte de Mao, el declive del comunismo (las economías de mercado usan los precios como medio de información), el liderazgo juicioso, el final de la Guerra Fría (sofocó guerras civiles), la globalización y la explosión comercial, así como la industrialización, la ciencia y la tecnología (el teléfono móvil ayuda a los pescadores hindús a buscar el mejor precio).
Ve una correlación entre los países ricos y la longevidad, la salud, la nutrición, la paz, la democracia o los derechos humanos, así como respeto por los valores emancipatorios (igualdad de la mujer, libertad de expresión, derechos de elección sexual, democracia participativa y protección del medioambiente).

Respecto a la desigualdad, cita a Harry Frankfurt: "Desde el punto de vista de la moral, no es importante que todos tengan lo mimsmo sino lo suficiente".
Cree que hay una confusión de la desigualdad con la pobreza que procede de la "falacia de la cantidad fija" (mentalidad según la cual la riqueza es un recurso finito o de suma cero pero la riqueza no funciona así porque se expande exponencialmente).

Acusa a Piketty y su libro El capital en el siglo XXI, que se convirtió en un talismán contra la desigualdad, de repetir la falacia de la cantidad fija y decir que "la mitad más pobre de la población mundial es tan pobre en la actualidad como lo era en el pasado, con apenas el 5 % de la riqueza total en 2010, al igual que en 1910". Pinker replica que "la riqueza total actual es infinitamente mayor que en 1910, por lo que si la mitad más pobre posee la misma proporción, es mucho más rica, no igual de pobre".

Una de las consecuencias "más dañinas" de la falacia de la cantidad fija es la creencia de que si algunos se enriquecen, deben de haberles arrebatado a todos los demás más de lo que les corresponde". Pone ejemplos como que la autora de Harry Potter se hizo rica con su esfuerzo (no porque robase 10 dólares a cada lector) y que una anafalbeta de un país pobre vive 50 años pero si fuese la misma persona en un país rico, por muy pobre que fuese, habría visitado varios países y vivirá hasta los 80 años aunque no logrará salir de la clase media-baja, lo que la hará infeliz. En parte, el autor cree que el caladero de votos de Donald Trump procede de la clase media-baja perdedora de la globalización.

El autor también refuta la idea de que los países más desiguales sean más violentos por ese motivo sino que hay otros factores que influyen y recuerda que Singapur y Hong Kong son países ricos pero desiguales.

También rechaza el  llamado síndrome de "aversión a la desigualdad" si el reparto o la redistribución es justa porque lo que quieren es que el país sea meritocrático.

Habla de la "curva de Kuznets" que revela que cuando una sociedad empieza a despegar económicamente genera mayor desigualdad (medida por el coeficiente de Gini o la proporción de ingresos) pero esto se debe a que la gente abandona la agricultura para ocupar puestos en la industria mejor pagados. Luego genera una curva en "U" invertida (el llamado hipotético arco de desigualdad), en el que la desigualdad disminuye.

Otra idea es que los países emergentes se enriquecen más rápido que los ricos, lo que se puede comprobar con un índice de Gini calibrado (que se ve cómo la desigualdad cae en el mundo, salvo en los países ricos, donde remonta desde 1980)

La evolución revela que la mayor igualdad se corresponde con catástrofes como una gran guerra (1914-1945), una revolución transformadora, el colapso estatal o una pandemia letal.
El autor recalca que incluso Estados Unidos tiene un "socialismo invisible" que redistribuye la riqueza de los ricos a través de los cupones de comida, el Medicare, el seguro de desempleo o la Seguridad Social, así como un impuesto del 22 % para los ricos. Dice que el gasto social asciende al 22 %, algo que todos los electores apoyan, y que va muy unido al bienestar social.

El autor también afirma que se ha reducido la violencia y critica que se incluya como violencia, por ejemplo, las campañas publicitarias o el "bullyng" en los colegios, "algo de toda la vida". Cree que se está exagerando sobre lo que es violencia.

Respecto al cambio climático, admite que solo cuatro científicos entre 69.000 niegan el cambio climático pero la solución realista pasaría por imponer un impuesto al consumo de carbono (algo a lo que se oponen tanto los millonarios hermanos Koch como la activista Naomi Klein) porque así la gente tiene que elegir entre ducharse en agua caliente o coger el coche para hacer una excursión el domingo. La solución más factible, según Pinker, es montar centrales nucleares de cuarta generación porque no contaminan y generan enormes cantidades de energía de forma muy segura. Añade que el gas es lo menos contaminante que hay frente a quemar madera y que habría que plantar más árboles para captar el CO2 sobrante en la atmósfera y que aún sigue ahí. Dice que muere más gente por respirar carbón que por los accidentes nucleares (solo hubo tres, Chernobil, Pennsilvania y Fukuyama). Lo ve más factible que apostar por las alternativas como la energía eólica (el viento no sopla siempre) o solar (porque había que llenar países enteros de paneles solares). A ello se suma que la contaminación se ha reducido desde los tiempos del londres victoriano del siglo XIX y ahora.

El autor también estudia la influencia del humanismo y la ciencia frente a las ideas regresivas de las religiones dogmáticas (los teoconsevadores) y el populismo, el nacionalismo y el heroísmo romántico. Señala que el espiritu liberal defiende la libertad de dejar hacer a quien no molesta ni hace daño pero los moralistas quieren invadir esos límites sin dar razones. El autor se lamenta de que no acertamos a reconocer nuestro progreso logrado a duras penas y podemos llegar a creer que el orden perfecto y la prosperidad universal son el Estado natural de las cosas. Reprocha a quienes creen que todo problema es un ultraje que requiere culpar a los malhechores, derribar las instituciones y empoderar a un líder que restablecerá la grandeza legítima del país. Pinker insiste en que hay que evitar contribuir al olvido generalizado de los dones de la Ilustración.

Como última lección Pinker dice que una anécdota no es una tendencia  (matemáticas),  el hecho de que algo sea malo hoy no significa que fuese mejor en el pasado (historia), no se puede razonar que no existe tal cosa como la razón o que algo es verdadero o bueno porque Dios ha dicho que lo es (filosofía ) y buena parte de lo que sabemos no es así, especialmente cuando nuestros colegas también lo saben (psicología ).

Finaliza el libro diciendo que la defensa actual de la Ilustración no pasa únicamente por desenmascar falacias o difundir datos y puede  plasmarse en un relato emocionante ya que la historia del progreso humano es heroica, gloriosa e inspiradora y patrimonio de toda la humanidad. Recuerda que la vida es mejor que la muerte, la salud mejor que la enfermedad, la abundancia mejor que la penuria, la libertad mejor que la coerción, la felicidad mejor que el sufrimiento y el conocimiento mejor que la superstición y la ignorancia.
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CRÍTICAS A PINKER  EN "RETRATOS DE LA VIOLENCIA"

En la novela gráfica "Retratos de la violencia. Una historia ilustrada del pensamiento radical", escrita por Brad Evans y Sean Michael Wilson, hacen una crítica a la teoría de Pinker de que la violencia ha descendido.
En el capítulo dedicado a Brad Evans, señalan los autores que "en su libro Los ángeles que llevamos dentro, Steven Pinker defiende que, objetivamente, hay menos violencia en el mundo, pero no tengo claro que debamos cuantificar así la historia de la violencia. Me parece cuestionable porque privilegia el tópico de que la violencia es algo inalterable a lo largo de la historia"
Añade Brad que "hay mucha gente que hace un trabajo importante documentando las bajas en los conflictos y las guerras, recogiendo los "daños colaterales" de las últimas campañas y responsabilizando al poder. Ninguna vida debería ser colateral".
Finalmente concluye que "hay que evitar caer en la trampa metodológica que tiende Pinker, que es un intelectual con un sesgo político y ético". Y advierte que "estos intentos de reflexionar cuantitativamente sobre la violencia conducen a cálculos utilitaristas que justifican algunas formas de violencia. ¿Cuántos muertos son bastantes? ¿Podemos aceptar 1.000 muertes pero 1.001 serían demasiadas?"
Añade que las afirmaciones de Pinker son inexactas históricamente en lo que se refiere a la relación entre liberalismo y violencia. No está claro qué constituye realmente un acto de violencia política"

En el capítulo dedicado a Michael Foucault, indican que "intelectuales como Pinker dicen que nos hemos vuelto menos religiosos debido a nuestra madurez liberal, que el liberalismo y la paz van de la mano pero, a través de una lente foucaltiana, diríamos que es una lectura errada de las relaciones históricas entre el liberalismo y la violencia, y que ignora la biopolítica. La idea de que un mundo nuevo pueda construirse mediante la aplicación racional de la fuerza es específicamente moderna e informa las ideas... del pensamiento ilustrado radical. Y añade que los liberales a menudo se remiten a la humanidad para justificar su empleo de la fuerza militar, o que los ciudadanos se enfrentan a un peligro radical por las amenazas externas (terrorismo,cambio climático)


(en preparación)

lunes, 5 de febrero de 2018

"Progreso; diez razones para mirar al futuro con optimismo", de Johan Norberg (2016)

Reseña de "Progreso; diez razones para mirar al futuro con optimismo", de Johan Norberg (2016)

Link del resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/02/progreso-diez-razones-para-mirar-al.html

Resumen por E.V.Pita. doctor en Comunicación Social, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, progreso, crecimiento económico, globalización

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Título: "Progreso; diez razones para mirar al futuro con optimismo"

Título original en inglés: Progress

Autor: Johan Norberg

Publicación en inglés: Oneworld Publications, Londres, Reino Unido, 2016


Fecha de publicación en español: Deusto, Grupo Planeta, Barcelona, 2017,

Número de páginas: 317

Menciones: The Economist escogió Progreso como libro del año 2016.

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Biografía oficial del autor Johan Norberg (hasta el 2017)

Ensayista económico sueco y activo conferenciante internacional, colabora habitualmente con medios globales y escribe una columna en el periódico Metro. Sus trabajos tratan sobre el emprendimiento, la libertad, la economía y la globalización. Es miembro del consejo de la Sociedad Mont Pelerin de Suiza, experto del Cato Institute de Washington y senior fellow del European Centre for Internacional Political Economy de Bruselas.

Ha escrito quince libros, de los cuales en España se han publicado En defensa del capitalismo global (Unidad Editorial, 2005) y Fiasco Financiero:  Cómo la obsesión de los americanos por la propiedad inmobiliaria y el dinero fácil causó la crisis económica (Unidad Editorial, 2015).

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Texto de la contraportada

"Las malas noticias son omnipresentes en las televisiones, los periódicos y las conversaciones. Sea por razones económicas, políticas o debido a catástrofes naturales, parece que nuestro mundo va cada vez peor. Sin embargo, eso no es cierto. El progreso que la humanidad ha experimentado en las últimas décadas ha sido asombroso y no tiene precedentes. Y así lo demuestra el detallado examen que Johan Norberg hace en este libro de las cifras oficiales de organizaciones internacionales como Naciones Unidas, el Banco Mundial o la Organización Mundial de la Salud.

Nuestra percepción puede decirnos que todo va mal, pero los datos indican que el mundo mejora y que lo hace, en muchas ocasiones, para aquellos que se encuentran en un peor punto de partida: en casi todos los rincones del mundo la gente vive más años, con mayor prosperidad, más seguridad y mejor salud.

Por supuesto, ni todos los problemas han sido resueltos ni todas las partes del mundo pueden compartir ese optimismo. Pero en la mayoría de los casos sabemos, al menos, qué herramientas pueden ayudarnos; muchas veces, una tecnología tan simple como la que permite el acceso al agua potable y sistemas de fontanería domésticos puede marcar una enorme diferencia. La educación y la nutrición son también claves y constituyen indicadores que mejoran. Nada debería hacernos pensar, en consecuencia que el mundo del futuro va a ser peor que el actual. De hecho, y como nos recuerda Norberg en las páginas de este libro, vivimos en la mejor época de la comunidad.

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ÍNDICE

Prólogo de Juan Ramón Rallo
Introducción. Estamos mejor que nunca
Capítulo 1. Alimentación
Capítulo 2. Saneamiento
Capítulo 3. Esperanza de vida
Capítulo 4. Pobreza
Capítulo 5. Violencia
Capítulo 6. Medio ambiente
Capítulo 7. Alfabetización
Capítulo 8. Libertad
Capítulo 9. Igualdad
Capítulo 10. La próxima generación
Epílogo. ¿Aún no estás convencido?

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Comentarios previos (por E.V.Pita): 

El libro ya fue publicado y en prensa hay disponibles reseñas. El interés del libro es que aporta una visión optimista al debate sobre el progreso.

El debate sobre el progreso comienza con Habermas en los años 80 y la crítica al racionalismo que aunque trajo inicialmente prosperidad (tren, telégrafo, electricidad, aviación....) desembocó en dos guerras mundiales y genocidios con matanzas a escala industrial nunca vistas. A partir de la crisis del 2008, el concepto de progreso se volvió a atacar, esta vez porque una de las promesas, tanto del marxismo como del neoliberalismo, se volvía paradójica. La revolución informática no ha traído un gran progreso ni en la productividad ni en los salarios, que han descendido. No solo eso, sino que las desigualdades sociales se han incrementado.

Ante estas voces surgen otras optimistas, entre ellas de las de Steven Piker, Johan Norberg o Edmund Phelps ("Una prosperidad inaudita") o Diamandis y Kotler ("Abundancia") que sostienen que, a pesar de los cataclismos mundiales y las megacrisis, la Humanidad cada vez vive más y mejor gracias a la globalización y el liberalismo democrático. En la misma línea de progreso estaría Ian Morris ("La guerra ¿para qué sirve?"). El autor cita numerosas veces al premio Nóbel Angus Deaton, quien recordó que su abuelo era minero y que, en solo una generación, él es un prestigioso economista mundial.

El autor comienza el primer capítulo hablando de las hambrunas que asolaron Suecia o países tan ricos como Francia en la Edad Media, Moderna y hasta el siglo XIX en el campo sueco. El hambre era una tragedia cíclica que segaba las vidas de la décima parte de la población o incluso el 30 % en Finlandia. En China o India era peor. A todo ello, aunque hubiese comida no se podía conservar y se consumía de inmediato comiendo el mismo menú de avenas, gachas y arenque durante toda la semana y con las cucharas relamidas por toda la familia y sin lavar. La comida que llegaba a las mesas de Europa en el siglo XVIII equivalía a lo que hoy se considera desnutrición en África. La gente era bajita y pequeña para consumir menos comida. Y cita a Angus Deaton que recuerda que la propia Inglaterra sufría en aquella época una "trampa nutricional" pues no comían lo bastante para trabajar más y producir más alimentos. Algunos estaban tan mal alimentados que solo podían caminar unas horas al día. Malthus predijo que la situación continuaría así de por vida y que el lacra del hambre seguiría ahí. Países como Francia tenían a gran parte de la población sumida en la pobreza, el que lograba pan para consumir cada día, se consideraba que no era pobre, los demás no sabían si llegarían al día siguiente.

Pero el autor replica que Malthus se equivocó porque subestimó los avances tecnológicos, tales como los fertilizantes y la fijación industrial del nitrógeno, que disparó las cosechas (aunque a la larga generó un problema medioambiental). En el siglo XX, las hambrunas eran cosa del pasado. A ello se suma la maquinaria que hace el trabajo de un día de 25 hombres en solo cinco minutos. La productividad es 2.500 veces mayor. El comercio o la refrigeración mejoraron esto mucho más. A todo ello se sumó la caída de la natalidad (ligada a la educación y a menos hijos), que impidió que se hiciese realidad la pesadilla malthusiana. A pesar de aumentar la comida, la población no aumentó en la misma proporción. Además, hay una sorpresa añadida porque se redujo la mortalidad, lo que se compensó con una menor natalidad (debido a que aumentó la esperanza de vida). Mientras la producción de alimentos se disparaba sobre la misma superficie cultivada (quizás un 15 % más) y la población crecía, desaparecieron las hambrunas.

A día de hoy, los occidentales son 15 veces más ricos que en 1800 y eso a pesar de que la población se ha duplicado varias veces desde entonces.

El autor menciona la Revolución Verde iniciada por Borlaug en México (con un trigo super-resistente) y luego en la India y Pakistán, que en pocos años se volvieron autosuficientes en cereales y eliminaron las hambrunas de un plumazo. A ello se ligó una economía de precios de mercado para dar salida a todo el producto frente a los precios fijos anteriores. El aumento de calorías medios en los países pobres pasó de 2.000 al día a 2.800. Solo Zambia se queda por debajo. Y el precio del cereal en el Índice Grilli-Yang es la mitad que hace 60 años. El autor recuerda que países como Perú siguen reduciendo la desnutrición a pasos agigantados. Y en Vietnam, al reducirse los impuestos y liberalizarse el precio del arroz, se salvaron 20 millones de vidas.En África, aunque bajó el porcentaje de malnutrición, aumentó la población, y por tanto la cifra absoluta de malnutridos subió a 46 millones de personas.

Otro factor importante ha sido la sanidad. Las pestes y las enfermedades han mantenido a raya a la población humana entre el año 1 y 1800, en la que el PIB solo creció un 50 %. Incluso en el Londres de 1850 había muertes por cólera que diezmaban barrios enteros. Angus Deaton recuerda cómo se descubrió el foco de contagio del cólera: era una compañía suministradora de agua. El cólera se propagaba por el agua (contaminada con residuos fecales) y ese es el punto de inflexión para dispararse la esperanza de vida a nivel mundial. Tras este descubrimiento, seguido de los hallazgos de Pasteur sobre los gérmenes, el lavado de manos con jabón de los médicos y enfermeras en los hospitales, y la penilicina y antibióticos de Fleming, la salud mundial se disparó y la esperanza de vida pasó de 30 o 40 años en 1900 a los 85 actuales, algo que se consideraba imposible.

El autor recuerda que a día de hoy en África hay muchas dificultades para acceder al auga potable y que las enfermedades siguen diezmando a la población. Se han hecho esfuerzos para eliminar los baños comunales o la "bolsa volante" (excrementos metidos en una bolsa y lanzados a la calle o los ríos). El problema de una buena gestión de los residuos data de la Antigüedad pero, de una u otra manera, las grandes Civilizaciones inventaron su propio retrete, caso de Roma. El temor al agua contaminada llevó a griegos y romanos a beber vino o desinfectar heridas con vino, señal de que no se fiaban del agua. Hasta la época moderna, la población e incluso las élites evitaban bañarse. El llamado "water close" no se difundió por las ciudades occidentales hasta el siglo XX. En general, la higiene era lamentable y solo cuando se adoptaron las medidas adecuadas, la esperanza de vida se disparó.

Norberg también recuerda cómo ha avanzado la esperanza de vida y cómo se ha logrado que la mayoría de los recién nacidos logren sobrevivir al parto y a los cinco años de vida, excepción hecha de Francia.

El autor también repasa cómo las naciones más pobres han escalado puestos. Explica que los países europeos más avanzados de 1800 tenían una riqueza similar a la actual de Haití, Liberia o Zimbawe [nota del lector: puede ser casualidad el haber mencionado a estos países pero las tres destacan por haber sido repúblicas fundadas por antiguos esclavos que se independizaron del hombre blanco. Haití se fundó tras un brutal motín contra los franceses y se convirtió en un país poscrito; Liberia fue la república fundada en África por los afroamericanos liberados de la esclavitud; Zimbawe echó a los blancos de sus plantaciones]. En general, un europeo anciano de hace dos o tres siglos dejaba en herencia su ropa, una silla y una mesa.

El autor cree que el aumento del PIB ha sido tan extraordinario que ha beneficiado incluso a casos que se consideraban perdidos como es Asia. Si a principios de los años 80, dos periodistas suecos relataban la miseria en países asiáticos, dos décadas después veían gran actividad económica y, en su viaje más reciente, había rascacielos levantados por todas partes. Norberg cree que el capitalismo y la globalización han logrado disparar el crecimiento mundial, y sus logros son mucho mejores que los otros sistemas fallidos como el feudal (el campesino no era dueño de las tierras) o el comunista (el Estado era el dueño de las tierras y los medios de producción).

El éxito de Asia tiene que ver, según el autor, con la pequeña revolución iniciada en 1978 en una aldea china que acabó con las hambrunas maoístas. Los campesinos estaban colectivizados bajo un régimen post-maoísta y producían poco. En una remota aldea, los vecinos decidieron en secreto repartirse la propiedad de las tierras comunales, que registraron en papeles, y al año siguiente multiplicaron por seis su producción de cereales. La fórmula circuló como la pólvora y otros campesinos de otros pueblos les imitaron. El partido no pudo evitar hacer la vista gorda ante los espectaculares resultados de producción. Unos años después, el líder chino aprobaba que el enriquecimiento era bueno.

El libro también aborda la violencia y de cómo ha descendido. Menciona los trabajos de Pinker. El autor comenta las brutalidades que se cometían en la Antigüedad, con las peleas a muerte de los gladiadores, o en la Edad Media, donde la tortura estaba a la orden del día y se hacía a la vista del público. El autor señala que a medida que algunos países mejoraron económicamente, también se volvieron más sensibles hacia los derechos humanos. Por otra parte, el autor señala que en el Neolítico la tasa de homicidios era altísima, era un mundo salvaje, donde la probabilidad de ser asesinado era alta. En la Antigüedad, la violencia se redujo algo pero recuerda que en la Edad Media los Estados europeos guerreaban continuamente entre sí, a lo que se añadieron las masacres de los hunos contra Roma o de los mongoles contra Oriente. En cambio, a medida que pasaron los años, las poblaciones se fueron pacificando, salvo episodios como la Guerra de los 30 Años que se cobró la vida de un tercio de los alemanes, hasta llegar al siglo XIX, donde tras las guerras napoleónicas, hubo casi un siglo de paz. Asegura que, incluso con las dos guerras mundiales, que se cobraron en total cien millones de víctimas, la tasa de muertes violentas estaba muy debajo de lo habitual, y cayó más. Las recientes guerras de Afganistán o Irak, asegura el autor, dejaron menos muertos que las libradas en los años 80. Añade que ya no hay guerras entre grandes potencias.
[nota del lector: diversos autores insisten en que el siglo XX, a pesar de sus guerras industriales con millones de muertos, no fue tan violento como lo pintan. No sé qué pensaría un caballero de la Edad Media sobre la brutalidad del siglo XX al ver los millones de muertos de las trincheras, las guerras relámpago, los campos de concentración, los bombardeos de ciudades o la bomba atómica]

Respecto al medio ambiente, el autor dice que hay mucho debate sobre el cambio climático. Argumenta que el hambre y la miseria es peor que la contaminación y que muchos países emergentes tienen que elegir entre dar de comer hoy a sus hijos (y montar industrias contaminantes) o dejar todo limpio para venideras generaciones futuras. Asegura que la contaminación en los países industriales se ha reducido paulatinamente gracias a los avances tecnológicos: pone como ejemplo el "smoog" (neblina de humo tóxico) que anegaba Londres en el siglo XIX y hasta mediados del XX, y en el que el Támesis era un cloaca. Esos humos han desaparecido y los peces han vuelto al Támesis. Este proceso se reproduce en otros países ricos. Añade que la vegetación está aumentando otra vez. Los casos de "smoog" en China (por ejemplo, Pekín) es el precio a pagar por la industralización acelerada en los países emergentes pero cree que también se tomarán medidas para preservar el aire y el agua.

En el tema del calentamiento global, evita el negacionismo pero se muestra cauteloso y dice que ahora mismo hay muchos debates teóricos al respecto y que todo está un poco embrollado. En todo caso, aclara que la gente no parece tan preocupada porque haga un poco más de calor pero que sí habría alarma si estuviesen descendiendo las temperaturas, ya que el frío sí es más problemático, lo que no se ve. En todo caso, es optimista y asegura que los avances tecnológicos y científicos siempre han encontrado soluciones y que cree que la técnica también resolverá los desajustes climáticos.

En cuanto a la alfabetización, el autor también ve un progreso, sobre todo desde mediados del siglo XX. Hasta el XIX, apenas un 12 % de la población sabía leer o escribir (pero la tasa era mucho más alta en los países europeos del Norte, que alcanzaron el 80 % a partir de 1870, además de implantar la escolarización obligatoria). En los últimos 20 años, se ha avanzado mucho en los países emergentes, donde las nuevas generaciones saben leer y escribir y conviven con abuelos o padres que aún son analfabetos. Ve un gran avance en apenas un siglo. Cuenta la anécdota de un pueblo muy pobre del Norte de Suecia en 1630 donde todo el mundo sabía leer porque los habitantes se habían aficionado a mantener correspondencia y unos y otros se enseñaban a leer y escribir.

Respecto a la libertad, cuenta que la esclavitud era normal, no solo en la Antigüedad, sino que se mantuvo hasta mediados del siglo XVIII. Fue entonces cuando algunos ilustrados (incluso Adam Smith) alzaron la voz contra la servidumbre, lo que chocaba con los intereses de los terratenientes americanos. Añade que en África, antes de la llegada de los europeos, el 60 % de la población era esclava de otros africanos o de los árabes.  Incluso había esclavos blancos capturados por los piratas del Mediterráneo.  En apenas un siglo, las grandes potencias se concienciaron y proscribieron el esclavismo a lo largo del siglo XIX. Una flota británica se dedicaba a capturar barcos esclavistas. Cuenta cómo la lectura era emancipadora, ya que un esclavo de Alabama aprendió a leer con ayuda de amigos blancos, leyó noticias de que había Estados libres al Norte, y preparó su fuga en un tren. La lectura no le dio la libertad pero lo concienció de que la injusticia en la que vivía. Los últimos países que aprobaban la esclavitud la tuvieron que prohibir a finales del siglo XX.

A todo ello se suma que se han disparado el número de países democráticos a pesar de que en 1970 había pesimismo sobre este hecho (la URSS, América Latina y Asia con regímenes militares, África con dictaduras]. Sin embargo, en tres décadas la situación se ha invertido: América y Asia tienen la mayoría regímenes democráticos, así como muchos países de África, Europa del Este ha sido liberada y Rusia mantiene un régimen presidencial fuerte. Incluso los dictadores se ven obligados a convocar elecciones amañadas para dar buena imagen ante la opinión pública internacional. En los últimos 40 años se ha producido una mejora en las libertades del mundo.

La igualdad es otra de las grandes conquistas del último siglo. Cuenta cómo los afroamericanos como Rosa Parkers y Martin Luther King lucharon pacificamente contra el segregacionismo y ponían en evidencia la brutalidad de los "sheriffs" de los estados del Sur. Por su parte, las mujeres avanzaron desde el siglo XIX al ganar derechos que se les negaban (sobre la propiedad de sus bienes, derecho al voto, acceso a la educación, derecho a casarse con quien quiera). Cuenta que la reacción feminista surgió de tres americanas que fueron a Londres a un congreso progresista y que les denegaron el acceso por ser mujeres. Al volver a Nueva York, fundaron una asociación sufragista. En 1900, solo las mujeres blancas de Nueva Zelanda podían votar. Poco a poco, se sumaron otros países, como Gran Bretaña o Francia. [nota del lector: ignora el dato de que en 1931 España concedió el derecho de voto a las mujeres, lo que le convirtió en uno de los países democráticos más avanzados del momento].


En el último capítulo, el autor aborda el futuro de la próxima generación. Habla sobre la explotación laboral infantil y de cómo esta se ha reducido (caso de la India) y que "las condiciones de la infancia no han sido nunca mejores que hoy en día". Los niños crecen sanos, las niñas eluden condiciones insoportables, tienen suministro de agua potable, se libran de maltratos en el hogar,  están alfabetizados, se reducen los conflictos violentos,

Concluye que la humanidad ha subido peldaño a peldaño la escalera del desarrollo. La gente es más rica y más feliz ahora que hace 50 años porque sus condiciones de vida han mejorado. Esto no tiene nada que ver con el mundo de hace dos siglos. Añade que este espectacular avance del progreso nos abre los ojos y la mente. Menciona a dos autores Lasse Berg y Stig Karlsson, que viajaron por la India en varias décadas y se admiraron de los progresos.

Los autores reconocen que vende más los libros apocalípticos que los que dicen lo bien que van las cosas. Las encuestas revelan que la gente piensa el 75 % que el mundo va a peor pero las estadísticas revelan que el crimen está bajando.  Pero cree que la gente tiene una distorsión de la realidad, deformadas por las noticias de los telediarios que hablan de delitos y violencia. Añade que los periodistas se empeñan en hablar de los agujeros del queso (problemas, conflictos) en vez del queso (la sociedad y su progreso). Los titulares de noticias son por malas noticias cada vez más lejanas o por episodios puntuales. Pinker vio sesgos como que lo malo es más fuerte que lo bueno. Ve otro sesgo en "nuestra nostalgia de una edad de oro" en la que la vida era supuestamente más simple y mejor, pero cree que es una idealización que los poetas llevan repitiendo desde la Antigüedad.


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OTRAS RESEÑAS Y SINOPSIS

Reseña de El País (4 de febrero del 2018, suplemento Ideas)

Reproduce este párrafo: "Este  progreso empieza a desarrollarse con la Ilustracción y sus grandes avances intelectuales, que se dan entre los siglos XVII y XVIII y nos ayudan a examinar el mundo a través de las herramientas del empirismo. Poco a poco, aumenta el escepticismo ante las autoridades, las tradiciones y la superstición. El corolario político de este cambio es el liberalismo clásico, que rompió las cadenas del autoritarismo, la esclavitud y los privilegios. Y, no lo olvidemos, la Revolución Industrial transformó la economía a lo largo del siglo XIX y ayudó decisivamente a vencer la incidencia del hambre y la pobreza. Estas sucesivas revoluciones bastaron para liberar a gran parte de la humanidad de las duras condiciones de vida que, hasta entonces, eran habituales. Más recientemente, en las últimas décadas del siglo XX, la globalización ha contribuido a que estas ideas, libertades y avances tecnológicos se extiendan por todo el mundo, ampliando y acelerando el alcance del progreso".

Sinopsis que hace Planeta
Ver link: https://www.planetadelibros.com/libro-progreso/252160

"Las malas noticias son omnipresentes en las televisiones, los periódicos y las conversaciones. Sea por razones económicas, políticas o debido a catástrofes naturales, parece que nuestro mundo va cada vez peor. Sin embargo, eso no es cierto. El progreso que la humanidad ha experimentado en las últimas décadas ha sido asombroso y no tiene precedentes. Y así lo demuestra el detallado examen que Johan Norberg hace en este libro de las cifras oficiales de organizaciones internacionales como Naciones Unidas, el Banco Mundial o la Organización Mundial de la Salud.

Nuestra percepción puede decirnos que todo va mal, pero los datos indican que el mundo mejora y que lo hace, en muchas ocasiones, para aquellos que se encuentran en un peor punto de partida: en casi todos los rincones del mundo la gente vive más años, con mayor prosperidad, más seguridad y mejor salud.

Por supuesto, ni todos los problemas han sido resueltos ni todas las partes del mundo pueden compartir este optimismo. Pero en la mayoría de los casos sabemos, al menos, qué herramientas pueden ayudarnos; muchas veces, una tecnología tan simple como la que permite el acceso al agua potable y sistemas de fontanería domésticos puede marcar una enorme diferencia. La educación y la nutrición son también claves y constituyen indicadores que mejoran. Nada debería hacernos pensar, en consecuencia, que el mundo del futuro va a ser peor que el actual. De hecho, y como nos recuerda Norberg en las páginas de este libro, vivimos en la mejor época de la humanidad".