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domingo, 11 de enero de 2015

"La agonía del Eros", de Byung-Chul Han (2012)

Resumen de "La agonía del Eros", de Byung-Chul Han (2012)


Resumen original y actualizado en:


Autor del resumen y anotaciones: E.V.Pita (2015), licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, cambio social

Títulos: "La agonía del Eros"

Título original: "Agonie des Eros"

Autor: Byung-Chul Han

Fecha de publicación: 2012, Berlín, MSB Matthes & Seitz

Publicación en español: 2014, Barcelona / Herder

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Biografía oficial del autor (hasta 2013)

Byung-Chul Han, de origen coreano, estudió Filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994, se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. En la actualidad es profesor de Filosofía y Teoría de los medios en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe. Autor de más de una decena de títulos, entre ellos La sociedad del cansancio y La sociedad de la transparencia.


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Texto de la contraportada del libro:

"La proclamación neoliberal de la libertad se manifiesta en realidad como un imperativo paradójico: sé libre. Domina una economía de la supervivencia en la que cada uno es su propio empresario, El neoliberalismo, con sus desinhibidos impulsos narcisistas del yo y del rendimiento, es el infierno de lo igual, una sociedad de la depresión y del cansancio compuesta por sujetos aislados.

Los muros y las fronteras ya no excitan la fantasía, pues no engendran al otro. Dado que el Eros se dirige a ese otro, el capitalismo elimina la alteridad para someterlo todo al consumo, a la exposición como mercancía, por lo que se intensifica lo pornográfico, pues no conoce ningún otro uso de la sexualidad. Desaparece así la experiencia erótica. La crisis actual del arte, y también de la literatura, puede atribuirse a esta desaparición del otro, a la agonía del Eros.

Con toda seguridad no habrá una política del amor. Sin embargo, las acciones políticas comunican con el Eros, pues suponen el deseo común de otra forma de vida. El amor interrumpe la perspectiva del uno y hace surgir el mundo desde el punto de vista del otro, de la diferencia. Así, el Eros constituye una fuente de energía para la protesta política. Se manifiesta como aspiración revolucionaria a una sociedad completamente diferente. Es más, mantiene en pie la fidelidad a lo que está por venir.

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ÍNDICE

Melancolía

No poder poder

La mera vida

Porno

Fantasía

Política del Eros

El final de la teoría

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[Nota del lector: Aunque el libro tiene numerosas referencias filosóficas, las paso por alto y resumo solo aquellos párrafos relacionados con la Sociología]

El autor dice que se ha proclamado el final del amor por la ilimitada libertad de elección, por las numerosas opciones y la coacción de lo óptimo. En un mundo de posibilidades ilimitadas no es posible el amor. Byung-Chul Han añade que además del exceso de oferta de "otros" otros hay una erosión del "otro" (algo que va unido a un excesivo narcisismo de la propia intimidad). En estos tiempos,  en la cultura actual del constante igualar no permite ninguna negatividad del "atopos" (sin lugar, el otro). La sociedad de consumo aspira a eliminar la alteridad atópica a favor de diferencias consumibles, heterotópicas. 
Byung-Chul Han dice que vivimos en una sociedad que cada vez se hace más narcisista (el mundo se le  presenta solo como proyecciones de sí mismo). La depresión es una enfermedad narcisista (una relación consigo mismo exagarada y patológicamente recargada). El sujeto narcisista-depresivo está agotado y fatigado de sí mismo, es lo contrario del Eros. Añade que el sujeto narcisista del rendimiento está abocado, sobre todo, al éxito (y desarrolla una depresión del éxito). En cambio el Eros hace posible una experiencia del otro, en su alteridad, que saca al uno de su infierno narcisista. En el infierno de lo igual, la llegada del otro atópico puede asumir "una forma apocalíptica".
Menciona la película Melancolía, que empieza con un desastre (de des-astrum).Explica la obra, en la que aparecen cuadros clásico (Brueghel, Caravaggio) y óperas como Tristan e Isolda. Dice que El país de Jauja, de Brueghel, le recuerda la sociedad actual en la que los hombres yacen con apatía aquí y allá con sus cuerpos repletos, agotados por la saciedad.

Añade que la sociedad del rendimiento está dominada en su totalidad por el verbo modal poder, en contraposición a la sociedad de la disciplina, que formula prohibiciones y utiliza el verbo deber. A partir de un determinado punto de productividad, la palabra "deber" se topa pronto con su límite y es sustituida por "poder". Dice que "la llamada a la motivación, a la iniciativa, al proyecto, es más eficaz para la explotación que el látigo y el mandato". El sujeto del rendimiento, como empresario de sí mismo, sin duda es libre en cuanto que no está sometido a ningún otro que le mande o lo explote, pero no es realmente libre pues se explota a sí mismo, por más que lo hanga con entera libertad. Recueda que Foucault dijo que el "homo oeconomicus" neoliberal no mora en la sociedad disciplinaria pero, replica Byung-Chul Han, se explota a sí mismo, no se ve como sujeto sometido sino como desarrollo de un proyecto. "Se le escapa por completo la estructura de poder y coacción que hay en la proclamación neoliberal de la libertad; se proclama con un imperativo paradójico: sé libre". Precipita alsujeto del rendimiento a la depresión y el agotamiento, hay detrás una "violencia de la libertad" con frases como "tú puedes" (más coactivo que el "tú debes"). Quien fracasa es culpable y no hay posibilidad de excusa o expiación. Además de la crisis de culpa hay una crisis de gratificación y deuda. Viene a concluir que "el capitalismo no es ninguna religión (como decía Walter Benjamin) pues todas las religiones tienen deuda (culpa) y desendeudamiento (perdón) y el capitalismo es solo "endeudador" porque no tiene ningún mecanismo que libere al deudor de su deuda [Nota del lector: justo lo que pasa en Grecia, que son culpables de su deuda y no se les quiere dejar reestructurarla por las buenas].

Respecto al amor, dice que la sexualidad está sometida al dictado del rendimiento y la sensualidad es un capital que hay que aumentar. "El cuerpo, con su valor de exposición, equivale a una mercancía, el otro es sexualizado como objeto excitante, al ser un objeto sexual no es posible una relación con el otro", dice. Añade que "hoy se pierden cada vez más la decencia, los buenos modales y también el distanciamiento. A través de los medios digitales, intentamos hoy acercar al otro tanto comosea posible pero lo hacemos desaparecer. En vez de cercanía (tensión) surge una falta de distancia (positividad)".

Añade que el amor se ve hoy como una fórmula de disfrute que engendre sentimientos agradables (una excitación sin consecuencias, no hay sitio para la herida o la pasión). Pone como ejemplo la novela 50 sombras de Grey en la que los protagonistas firman "acuerdos" como hacer mucho deporte y comer sano.

"La sociedad de la transparencia", de Byrung-Chul Han (2012)

Resumen de "La sociedad de la transparencia", de Byrung-Chul Han (2012)


Resumen original y actualizado en:


Resumen y anotaciones de E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho,

Sociología, crítica social, política, cambio social, sociedad digital, redes sociales, cultura digital

Título: "La sociedad de la transparencia"
Título original: "Transparenzgessellschaft"

Autor: Byrung-Chul Han

Fecha de publicación: Berlín, 2012 (MSB Matthes & Seitz Verlag)

Publicación en español: Herder Editorial SL, Barcelona, 2013

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Biografía oficial del autor (hasta 2013)

Byung-Chul Han, de origen coreano, estudió Filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994, se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. En la actualidad es profesor de Filosofía y Teoría de los medios en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe. Autor de más de una decena de títulos, entre ellos La sociedad del cansancio.

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Texto de la contraportada del libro:

"Ningún otro lema domina hoy el discurso público tanto como la transparencia. Según Han, quien la refiere solamente a la corrupción y a la libertad de información, desconoce su envergadura. Esta se manifiesta cuando ha desaparecido la confianza y la sociedad apuesta por la vigilancia y el control. Se trata de una coacción sistémica, de un imperativo económico, no moral o biopolítico. Las cosas se hacen tranasparentes cuando se expresan en la dimensión del precio y se despojan de su singularidad. La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual.
Google y las redes sociales, que se presentan como espacios de libertad, se han convertido en un gran panóptico, el centro penitenciario imaginado por Bentham en el siglo XVIII, donde el vigilante puede observar ocultamente a todos los prisioneros. El cliente transparente es el nuevo morador de este panóptico digital, porque no existe ninguna comunidad sino acumulaciones de Egos incapaces de una acción común, política, de un nosotros. Los consumidores ya no constituyen ninguna fuerza que cuestionara el interior sistémico. La vigilancia no se realiza como ataque a la libertad, Más bien, cada uno se entrega voluntariamente, desnudándose, exponiéndose, a la mirada panóptica. El morador del panóptico digital es víctima y actor a la vez".

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ÍNDICE


La sociedad positiva

La sociedad de la exposición

La sociedad de la evidencia

La sociedad porno

La sociedad de la aceleración

La sociedad íntima

La sociedad de la información

La sociedad de la revelación

La sociedad del control

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Comentarios previos: El tema está bien elegido porque más que nunca oímos la importancia de la transparencia en la política. De hecho, hay leyes como la de la Transparencia que obliga a los políticos a revelar sus bienes, sus viajes, regalos y otro tipo de beneficios para evitar casos de corrupción. Más o menos, a todo el mundo le parece una medida razonable. Pero el autor dice que tenemos que ver más allá, por ejemplo, en el botón "Me gusta" de Facebook. ¿Por qué no hay uno que diga "No me gusta"? Han dice que la positividad ayuda a la comunicación y la negatividad no, y lo que se hace es fomentar la comunicación. 

En el antepenúltimo capítulo habla de la sociedad de la información. Primero reflexiona sobre el mito de la caverna de Platón en el que la luz brota de una fuente o un origen y desarrolla una negatividad.
Añade que la sociedad de la transparencia es sociedad de la información porque a la información le falta toda negatividad. Es un lenguaje positivizado y operacionalizado. Cree que la información no debería equiparse con el engranaje de Heidegger (colocar, encargar, representar y confeccionar son figuras de poder y dominio) porque no coinciden poder y captación de atención. La teoría de Heidegger de la imagen (medio por el que nos apodaramos del ente y lo tenemos a disposición) "no explica las imágenes mediáticas de hoy pues estas son simulacros que ya no representan a ningún ente". Concluye que la masa multimedia de la información y la comunicación es más un "amalgama" que un "engranaje".
Añade que la sociedad de la información no solo carece de verdad sino también de apariencia (hay que llenar el vacío). No genera verdad y cuanta más información hay, más intrincado se hace el mundo. "La hiperinformación y la hipercomunicación no inyecta ninguna luz en la oscuridad", dijo.

En el penúltimo capítulo estudia la sociedad de la revelación. Alude a las Confesiones de Jean-Jacques Rousseau y su corazón cristalino y la dictadura del corazón. En tiempos de Rousseau se exigía transparencia: pelucas con pinturas de escenas históricas o sentimientos y no unas poses. Byrung-Chul Han dice que en esos tiempos la moral de una transparencia se trueca necesariamente en tiranía (rompe todos los velos, saca todo a la luz) en los que están prohibido el teatro y la mímesis. La sociedad de la transparencia de Rousseau se muestra como una sociedad de control y vigilancia totales. Dice que hoy en día, el "viento digital" de la comunicación lo penetra todo y lo hace transparente. Dado que la red digital no tiene corazón ni ética ni moral, la transparencia digital es pornográfica (sigue los dictados del provecho máximo, atención máxima).

En el último capítulo estudia la sociedad del control. Byrung-Chul Han dice que el "panóptico digital" del siglo XXI carece de perspectiva en el sentido de que "no es vigilado desde el único centro por la omnipotencia de la mirada despótica". Al contrario que el correccional de Bentham, no hay centro ni periferia. En el panóptico digital, los moradores no están aislados entre sí sino que se conectan y colaboran de manera activa en su construcción y conservación porque se exhiben ellos mismos su propia esfera privada y se desnudan (el exhibicionismo y el vouyerismo alimentan las redes). David Brin habla de una democratización de la vigilancia (todos se vigilan entre sí). Sostiene que la vigilancia permanente y el control total aniquila la libertad de acción y conduce a una uniformidad. Cree que la transparencia deshace la confianza y que es un imperativo económico (iluminación es explotación). El cliente transparente es el nuevo morador, el hombre sagrado del panóptico digital. Dice que en la sociedad de la transparencia no hay ninguna comunidad sino agrupaciones de individuos aislados de egos que se agrupan entorno a una marca (Brand communities). Hay una expliotación de lo social, lo social se degrada, es un elemento funcional de la producción. Añade que Google y las redes sociales, que se presentan como espacios de la libertad, adoptan formas panópticas. "Hoy la vigilancia no se realiza como ataque a la libertad sino que cada uno se entrega voluntariamente a la mirada panóptica. A sabiendas, contribuimos al panóptico digital en la medida en que nos desnudamos y exponemos. El morador del panóptico es víctima y actor a la vez. Ahí está la dialéctica de la libertad, que se hace patente como control", dice el autor Byrung-Chul Han.



sábado, 20 de diciembre de 2014

"La sociedad del cansancio", de Byung-Chul Han (2010)

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA

"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:

Descargar el PDF en este enlace:
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Resumen: "La sociedad del cansancio", de Byung-Chul Han (2010)




Autor del resumen: E.V.Pita, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, cambio social, estructura social

Título: "La sociedad del cansancio"

Título original: "Die Müdigkeitsgesellschaft"

Autor:  Byung-Chul Han

Fecha de publicación: Berlín, 2010
Editorial original: MSB Matthes & Seitz

Editorial en español: Herder Editorial SL, Barcelona, 2012

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Biografía oficial del autor (hasta 2012)

Byung-Chul Han, de origen coreano, estudió Filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994, se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. En la actualidad es profesor de Filosofía y Teoría de los medios en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe. Autor de más de una decena de títulos.

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ÍNDICE

El Prometeo cansado

La violencia neuronal

Más allá de la sociedad disciplinaria

El aburrimiento profundo

Vita activa

Pedagogía del mirar

El caso Bartleby

La sociedad del cansancio

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Idea general: Byung-Chul Han parte de la idea de que el individuo de las sociedades actuales está sometido a una gran presión para obtener el mejor rendimiento posible en el trabajo [nota del lector: Lipovesky diría también que en el entorno personal y amoroso]. El obrero ya no es explotado sino que se autoexplota él mismo para mejorar su eficiencia, incluso con dopaje, lo que le lleva a una situación de cansancio permanente e infinito. "El sujeto del rendimiento se cree en libertad pero está tan encadenado como Prometeo", dice.

Aunque el autor es filósofo, su idea es una gran proeza sociológica porque a nadie se le había ocurrido entender la actual sociedad como generadora de cansancio  e incluso depresión aunque muchos empleados lo vean a diario cuando se tumban "fritos" sobre el sofá al llegar a casa. Lipovesky se había acercado mucho a esta idea al señalar en uno de sus libros que la actual sociedad exigía un gran rendimiento al individuo, obligado a ser feliz en ámbitos tan dispares como el trabajo, la moda, la familia o incluso la cama, lo que le generaba "stress" si fallaba algo para lograr sus estándares de felicidad.

Byung-Chul Han sigue esa línea de razonamiento. 
En el capítulo 1 sobre la violencia neuronal, señala que en épocas pasadas las enfermedades eran virales pero esa época quedó atrás gracias a las vacunas y antibióticos inmunológicos. En esas épocas, se luchaba contra un enemigo externo como en la Guerra Fría y se repelía ciegamente todo lo extraño con discursos negativos sobre la amenaza del "otro" para provocar una reacción inmunitaria.
Pero desde hace tiempo se lleva "de manera inadvertida", dice Byung-Chul Han, un cambio de paradigma que surgió tras el fin de la Guerra Fría y, por lo que se deduce de su texto, llegó con el auge de la globalización que disolvió las fronteras. En vez de extrañeza, ahora hay "diferencia", que no produce reacción inmunitaria. Ni siquiera los inmigrantes serían extraños, sino una "carga" económica, dice el autor.
Según el autor, la patología del siglo XXI sería neuronal con enfermedades e "infartos psíquicos" como la depresión, el trastorno límite de personalidad (TLP), el transtorno límite de personalidad (TDAH) y el síndrome del desgaste ocupacional (SDO), lo que vulgarmente se conoce como "estar quemado". El colapso del yo se produce por un "sobrecalentamiento" de lo positivo como la hiperactividad.
Detrás de estas enfermedades ve un exceso de positividad por la sobreabundancia de lo "idéntico".
Y añade: "La violencia de la positividad, que resulta de la superproducción, el superrendimiento o la supercomunicación ya no es viral, lo que genera rechazo, agotamiento, fatiga y asfixia ante la sobreabundancia. Es una violencia neuronal".
Dice que Braudrillard se equivoca al interpretar la violencia de la positividad en clave inmunológica cuando dice que la "comunicación generalizada y la superinformación amenaza todas las defensas humanas". Pero para Byung-Chul Han, la violencia de la positividad no presupone ninguna enemistad sino que se despliega en una sociedad permisiva y pacífica. Dado que se generan dentro del propio sistema y es inmanente al sistema, no hay resistencia inmunológica porque la violencia neuronal carece de negatividad.

 Byung-Chul Han también dice que hemos dejado atrás la sociedad disciplinaria de Foucault (llena de hospitales, psiquiátricos, cárceles, cuarteles y fábricas), una sociedad del control, la prohibición y la negatividad, y ha sido sustituida por una sociedad de gimnasios, oficinas, bancos, aviones, centros comerciales y laboratorios genéticos. "La sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria sino una sociedad de rendimiento, los súbditos son ahora sujetos de rendimiento, emprendedores de sí mismos". Es una sociedad de un poder sin límites, del "Yes, we can" [nota del lector: y en España el "Podemos"]. Los proyectos, iniciativas y motivación reemplazan a la prohibición. En vez de locos y criminales, ahora se generan depresivos y fracasados.
Lo único que tienen en común ambas sociedades es que se empeñan en "maximizar la producción", pero llega un punto en que la sociedad disciplinaria se topa con un límite a su crecimiento por lo que el inconsciente social pasa del "deber" al "poder" para aumentar mucho más la productividad. Y añade Byung-Chul Han: "El sujeto de rendimiento es más rápido y más productivo que el de obediencia". Hay una mera continuidad. Quienes no están a la altura,... se deprimen (cita a Alain Ehrenberg). Para el autor confluyen otros factores como la carencia de vínculos y, sobre todo, la presión por el rendimiento, que es el nuevo mandato de la sociedad del trabajo tardomoderna. El obligarse a sí mismo a rendir genera exceso de trabajo y rendimiento, "lo que se convierte en autoexplotación" y encima es muy eficaz porque va acompañada de un "sentimiento de libertad". [nota del lector: Vuelve al mismo punto de partida de Lipovesky en "La Felicidad Paradójica": es una libertad paradójica porque las obligaciones inmanentes a ella se convierten en violencia y su manifestación patológica son las enfermedades psíquicas".

En el tercer capítulo, sobre el aburrimiento, Byung-Chul Han habla del exceso de estímulos que dispersan la atención como, por ejemplo, los juegos de ordenador o las tareas "multitasking", una habilidad para la que están capacitados tanto el hombre actual como los animales salvajes (estresados por los ruidos "raros" en la selva y en permanente estado de vigilancia para sobrevivir). Ninguno de los dos está inmerso en lo contemplativo. De la preocupación por una buena vida, el ego hiperactivo actual pasa a una preocupación por la superivivencia, lo que no es un buen ambiente para generar cultura o incluso bailar, que son fruto de la vida contemplativa y el aburrimiento.

Luego, el autor Byung-Chul Han cuestiona el concepto de "animal laborans" moderno de Hanna Arendt en La Condición Humana. Sostiene él que el animal laborans moderno no renuncia a su individualidad ni a su ego para consumarse trabajando en el proceso vital anónimo de la especie. "La sociedad del trabajo se ha individualizado y convertido en la sociedad del rendimiento y la actividad histérica del trabajo. Es un hiperneurótico, con un gran nivel de agitación nerviosa", dice. 
Añade que en las sociedades tardomodernas el "yo" está aislado porque su vida sin religión es ahora efímera y le falta la narración que le daba la religión y nos reduce a todos a una "vida desnuda" o un "homo sacer" (un excluido de la sociedad totalmente aniquilable como el preso de Guantanamo, un sinpapeles, un enfermo vegetal enchufado a una máquina). Dice que el hombre moderno sería un "muerto viviente". "En esta sociedad de obligación actual, cada cual lleva consigo su campo de trabajos forzados, la depresión actual se parece a la de los presos muselmänner de los campos de concentración debilitados y apáticos aunque el actual enfermo está bien nutrido y obeso", añade.

En los últimos capítulos, Byung-Chul Han viene a concluir que el ser humano y la sociedad se ha transformado en una "máquina de rendimiento autista".

El último capítulo, La sociedad del cansancio, arroja más luz sobre el asunto al añadir el efecto del dopaje que se considera admisible para aumentar el rendimiento de, por ejemplo, un cirujano que salva vidas. Se busca un cuerpo que funcione sin alteraciones y maximice su rendimiento. Pero el exceso de actividad y de rendimiento provoca un "infarto del alma". 
Añade que el cansancio de la sociedad del rendimiento es un cansancio a solas que aísla y divide. Lo contrapone al cansancio de Handke, que es inspirador como el domingo pensado para no hacer nada y disfrutar de un tiempo de paz, que se contrapone al cansancio del Yo agotado, que se debe a un exceso de positividad e incapacita para hacer algo. La comunidad del Pentecostés, del sabbath o el domingo libre, se opone a la sociedad activa.