martes, 10 de abril de 2012

"Camino de servidumbre", de Friedrich A. Hayek (1943)

Resumen: "Camino de servidumbre", de Friedrich A. Hayek (1943)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:
 http://evpitasociologia.blogspot.com/2012/04/camino-de-servidumbre-de-friedrich.html

Sociología, estructura económica, teoría política

Resumen, comentarios y anotaciones de E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

Título: "Camino de servidumbre",
Título original: " The Road to Serfdom"

 Autor: Friedrich A. Hayek
Fecha de publicación:  1943
Editorial en España: Alianza Editorial

Advertencia previa a la lectura: las teorías de Hayek podrían enfadar o indignar especialmente a los socialdemócratas del siglo XXI o aquellos socialistas posteriores a la II Guerra Mundial porque equipara al socialismo con la economía planificada y los totalitarismos fascistas y estalinistas de los años 30 y 40, cuando escribió el libro. El propio autor aclara en una edición de 1960 que él se refería al socialismo de tipo Staliniano de los años 30 que propugnaba una colectivización de los medios de produción y una economía planificada frente al derecho del individuo a la propia elección a través de la oferta y la demanda en un libre mercado. Por tanto, esa es la acepción que tiene socialismo para Hayek y no la que actualmente conocemos asociada al laboralismo (o socialdemocracia, como lo conocemos aquí), y que respeta los principios del libre mercado. Creo que lo que Hayek critica en su libro es la tendencia del Estado (especialmente, los totalitarios) a asumir facetas que ya eran cubiertas por la libre competencia o a invadir esferas propias del individuo. Pero hay que aclarar a aquellos defensores a ultranza del libre mercado y del neoliberalismo que el autor sí está conforme con que el Estado asuma tareas que nunca podrían ser llevadas a cabo por la iniciativa privada porque se trata de servicios básicos que son importantes para el funcionamiento de la sociedad pero que no son rentables para una empresa. Por otra parte, critica duramente la planificación económica (eso también incluye al monopolio) cuando, según él, el libre mercado y el precio son más eficientes en la asignación de recursos. Le horroriza, como a cualquier liberal demócrata, que el Estado priorice los intereses colectivos, o que considera de interés general, a costa de socavar la libertad individual y convertir al ciudadano en un siervo del Estado, de ahí el título.

Hayek no es el fundador de la escuela austríca, germen del pensamiento neoliberal, sino que continúa la tradición que se remonta a medio siglo antes con Carl Menger,Eugen von Böhm-Bawerk y Ludwig von Mises. Sin embargo, habría que decir que Hayek fue el que dio mayor fama a la escuela austríaca.
 En los albores de la Segunda Guerra Mundial, el profesor de la London School of Economics se da cuenta de que el comunismo y el totalitarismo tienen un ingrediente en común: el colectivismo y la planificación económica. Defiende que la otra opción es el liberalismo económico entendido como el libre mercado y libre competencia pero rechaza el "laisez-faire".

En el prólogo y primer capítulo, Hayek, refugiado en Inglaterra, recuerda que cuando escribe el libro entre 1938 y 1943 están en conflicto diplomático y luego guerra contra los nazis. Este cree que el virus del socialismo también ha llegado a Inglaterra y persuade a la gente de que los nazis no son capitalistas que quieren frenar al socialismo soviético sino que Hitler y sus seguidores totalitarios son también socialistas porque proponen una economía planificada, un peligro del que no está a salvo ninguna sociedad occidental. Este sostiene que el socialismo se adentra en las sociedades democráticas y las despoja de su democracia porque colectiviza la sociedad y la lleva ineludiblemente hacia el totalitarismo. En la edicción de 1974, Hayek dice que le sorprende lo acertado que estuvo en su día aunque aclara que con socialismo se refiere a la economía planificada.
[Nota del lector: al leer esas líneas, me vino a la mente la Unión Europea, un sistema burocrático de gobierno que da la impresión de que a veces funciona como una economía planificada]

En el primer capítulo, Hayek recuerda la tradición liberal de Adam Smith, Mill o De Tocqueville en los que alzaron los valores del individualismo que no significa egoísmo sino libertad. Este añade que los obreros nunca fueron tan libres y dueños de su vida desde principios del siglo XX pero que tras la Primera Guerra Mundial las cosas cambiaron y hubo una merma de la causa democrática porque el Estado comenzó a intervenir en la economía. Para el autor, quienes no han caído bajo el totalitarismo siguen otro camino: el Estado de los siervos.
El autor sostiene que la gente se acomodó y pensó que los logros y el progreso que trajo el liberalismo en el siglo XIX eran perdurables, para siempre y lo que faltaba sería pronto conseguido. Y aquí viene una frase clave del libro: "Hemos acometido la eliminación de las fuerzas que producen resultados imprevistos y lz sustitución del mecanismo impersonal y anónimo del mercado por una dirección colectiva y consciente de todas las fuerzas sociales hacia metas deliberadamente colectivas. Para Hayek la libertad que difundió por el mundo fue sustituida al partir de 1870 por ideas alemanas de socialismo. Los ingleses ignoran que los problemas que empezaron a discutir en 1938 fueron debatidos antes en Alemania, donde se equiparó occidental con democracia, liberalismo, librecambio, capitalismo, internacionalismo o amor por la paz, lo que muchos alemanes despreciaron.

En el segundo capítulo, Hayek habla de la gran utopía y de como el socialismo desplazó al liberalismo. Dice que, al principio, socialismo, fascismo y comunismo, rivalizaron por el poder y la gente creyó que eran ideologías diferentes pero Hayek dice que son distintas versiones de lo mismo frente al verdadero enemigo común: el liberalismo demócrata, del que no quedaban apenas seguidores en los años 20 y 30. Está de acuerdo con otros autores en que el comunismo de Stalin en 1939 era súperfascismo, peor que el de Hitler. El hecho de que muchos socialistas se pasen facilmente al fascismo se explica porque son todos lo mismo. También rechaza la pretensión de los socialistas de ser un partido que siga las reglas del juego democrático ya que el individualismo es incompatible con el colectivismo. [Nota del lector: si aplicásemos la teoría de Hayek a la guerra civil española tiene razón en una cosa y es que el liberalismo democrático desapareció del mapa político y la lucha por el poder se dirimió entre fascistas contra socialistas y comunistas. Ganase quien ganase, no hsbía esperanzas de un regreso al sistema democrático].
Aquí hay una frase demoledora: "los socialistas prometieron libertad pero para los apóstoles de la libertad política la palabra había significado libertad frente a coerción, libertad frente al poder arbitrario de otros hombres, libertad de los lazos que impiden a un individuo toda su elección y le obligan a obedecer las ordenes de un superior al que está sujeto. La nueva libertad prometida era, en cambio, libertad frente a la indigencia, supresión del apremio de las circunstancias, que inevitablemente nos limitan en todos el campo de elección, aunque a algunos más que a otros. Antes de que el hombre pudiera ser verdaderamente libre había que abolir las trabas del sistema económico. En este sentido, la libertad no es más que otro nombre para el poder o la riqueza".

En el capítulo 3, Hayek denuncia que el colectivismo, en el que está incluido el socialismo, propugna la igualdad social pero el método para conseguirlo es la privatización de empresas y la economía planificada. Por contra, el liberalismo defiende el crear libre competencia y efigiencia hallí donde se pueda gatantizando libertad de precios y de concurrencias, impidiendo que grupos pacten precios. Hayek dice que el sistema de competencia no excluye que el Estado actúe allí donde la competencia no sea rentable o que suministre servicios sociales. Lo importante es que se asegure la competencia allí donde haga mąs eficaz la distribución de recursos y precios. Por contra, rechaza la planificación económica porque genera monopolios, que son más ineficaces que la conoetencia y que están controlados bajo una dirección única y centralizada, lo que produce "horror" a los liberales. Hayek está a favor de la planificación de la competencia pero en contra de la planificación contra la competencia, a la planificación destinada a sustituirla.

En el capítulo 4, se plantea el dilema entre que la producción la dirija un monopolio o lo haga el Estado. El propio EE.UU., altamente proteccionista en su día, alimentó en el siglo XIX la creación de cárteles para estibilizar los precios, según comenta Hayek. Los monopolios se extendieron a Italia o Alemania.
Algunos afirman que el progreso tecnológico moderno hace inevitable la planificación centralizada, pero quienes lo hace, dice Hayek, no piensan en los servicios públicos sino en coordinar la vida social para que no se disuelva en un caos.Y dice que el sistema de precios, precisamente, es el que nos da información sobre las decisiones individuales [Nota del lector: teoría de los mercados que retoma Tim Harford en Adáptate o El economista camuflado], lo que a la larga genera un sistema industrial diferenciado, complejo y flexible mientras que el centralizado es primitivo, toco y corto. Dice que la alternativa a un sistema muy barato es que todos usemos o seamos obligados a usar el mismo sistema (abarata costes), la ventaja técnica se obtiene por coacción.

En el capítulo 5, dice que tras las decisiones deliberadas de la planificación hay un "objetivo social" o dudoso "bienestar social", pero la felicidad de cada hombre es distinta, imposible de abarcar o valorar y no puede seguir una única vía. Y recuerda que la democracia es un medio para salvaguardar la paz interna y la libertad individual.

En el capítulo 6, aborda la planificación y el estado de Derecho. Dice que es prioritario salvar al individuo del estado arbitrario.

En el capítulo 8, lanza una advertencia: "Tan pronto como el Estado toma sobre sí la tarea de planificar l vida económica entera, el problema de la situación que merece cada individuo y grupo se convierte, inevitablemente en el problema político central. Como solo el poder coercitivo del Estado decidirá lo que tendrá cada uno, el único poder que merece la pena será la participación en el ejercicio de ese poder directivo".



(continuará el resumen)
Comentarios de Nicholas Taleb a la obra se Hayek

Fuente: "El cisne negro"

"Para Hayek, una autentica previsión se hace orgánicamente por medio de un sistema, no por decreto. Una única institución, por ejemplo, el planificador central, no puede agregar los conocimientos precisos: faltarán muchos fragmentos importantes de información. Pero la sociedad en su conjunto podrá integrar en su funcionamiento estas múltiples piezas de información. La sociedad como totalidad piensa fuera de lo establecido. Hayek atacaba el socialismo y gestionaba la economía como un producto de lo que he llamado conocimiento del estudioso obsesivo o platonicidad: debido al crecimiento del conocimiento científico, sobreestimamos nuestra capacidad para entender los sutiles cambios que acontecen en el mundo, así como la importancia que hay que dar a cada uno de ellos. Hayek llamó acertadamente a este fenómeno cientifismo.

Esta dolencia está gravemente integrada en nuestras intuiciones, motivo por el cual temo tanto a los gobiernos como a las grandes empresas ( resulta difícil distinguir a unos de otros). Los gobiernos hacen previsiones las empresas realizan proyecciones: todos los años, diversos analistas proyectan el nivel de los tipos de interés de las hipotecas y el estado se la Bolsa para el final del año siguiente. Las empresas sobreviven no porque hayan hecho buenas previsiones sino porque han tenido suerte. Los consumidores podemos dejar que prevean todo lo que quiera si eso es lo que necesitan para trabajar pero las empresas pueden quebrar cuantas veces quieran, ya que subvencionando a los consumidores trasfieren su riqueza a nuestro bolsillo. El estado es algo más serio y debemos asegurarnos de que no corremos con los gastos de su locura. Como individuos, nos debería encantar el libre mercado, porque quienes operan en él pueden ser tan incompetentes como quieran.

La única crític que se le puede hacer a Hayek es que establece una diario con tajante de carácter cualitativo entre las ciencias sociales y la física. "

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