lunes, 17 de julio de 2017

"El gran retroceso", de Bauman, Zizek, Della Porta y otros (2017)

Resumen del libro "El gran retroceso", de Bauman, Zizek, Della Porta y otros (2017)


Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2017/07/el-gran-retroceso-de-bauman-zizek-della.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Social, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, neoliberalismo, economía política, democracia,

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Título: "El gran retroceso"

Subtítulo: Un debate internacional sobre el reto urgente de reconducir el rumbo de la democracia

Título original en alemán: "Die grosse Regresion. Eine internationale Debatte über die geistige Situation der Zeit.

Autores:  Santiago Alba Rico, Arjun Appadurai, Zigmunt Bauman,  Donatella della Porta, Nancy Fraser, Marina Garcés, Eva Illouz, Ivan Krastev, Bruno Latour, Paul Mason, Pankai Mishra, Robert Misik, Oliver Nachtwey, César Renduelles, Wolfrang Streeck, David Van Reybrouck, Slavoi Zizek.


Fecha de publicación en alemán: Berlín, 2017

Fecha de publicación en español: Barcelona, 2017 / Seix Barral, Editorial Planeta

Número de páginas: sobre 360

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Texto de la contraportada

"Nos encontramos en un escenario impensable hace unos años. Trump es el rostro enfurecido de una nueva demagogia que dice estar contra la élite mientras llama a la construcción de muros. La sorpresa del Brexit  ha dado paso a un clima de desilusión y de fatiga democrática. Los partidos nacionalistas y las tendencias autoritarias se extienden por Europa. Y asistimos a una normalización del odio a los inmigrantes, a la brutalización del discurso público y a la desconfianza en los medios de comunicación. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Es posible cambiarla?"

"Este libro analiza el actual momento político y social, lo sitúa en un contexto histórico, reflexiona sobre los escenarios futuros y discute estrategias para contrarrrestar esta regresión global. Intelectuales e investigadores de prestigio internacional inician aqui un debate tan urgente como necesario"

Texto de las solapas

 Santiago Alba Rico sostiene que "hay muchas razones para pensar que 2017 está más cerca de 1917 o de 1930 que de 2018". Por su parte, Arjun Appadurai mantiene que "los 62 millones de estadounidenses que eligieron a Trump votaron por él y contra la democracia". En cuanto a  Zigmunt Bauman (recientemente fallecido), "se ha creado un clima de desconfianza, recelo y competencia a degüello. Y en él, las semillas del espíritu colectivo y de la ayuda mutua se asfixian, se marchitan y
decaen".

La autora Donatella della Porta añade que "el populismo no empodera al pueblo sino más bien al líder individual". Por su parte, Nancy Fraser mantiene que "se abre ante nosotros una situación inestable en la que hay mentes y corazones que pueden ser conquistados". En cuanto a Marina Garcés, esta indica que "no sabemos cómo responder a la muerte real, la de los viejos y los enfermos, a las mujeres violadas y asesinadas, a los refugiados y a los inmigrantes que cruzan fronteras dejándose en ellas la piel". Otra de las coautoras, Eva Illouz, mantiene que "a largo plazo, el liberalismo podría estar condenado a la extinción".

 Por su parte,  Ivan Krastev indica que "lo que hoy experimentamos es un completo cambio de rumbo; la destrucción del mundo que nació en 1989". Mientras, Bruno Latour, considera que "en vías de desmembramiento, Europa no puede contar con Estados Unidos, en manos ahora de un nuevo rey Ubú". En cuanto a Paul Mason, este señala que "si hay un agente colectivo que pueda pilotar la transición hacia algo más allá del capitalismo, lo compondrán los jóvenes, conectados y relativamente emancipados. No son una clase, pero el desplome del neoliberalismo los ha dejado sin futuro".

Respecto a Pankai Mishra, este sostiene que "la elevación de un rencoroso trol de Twitter a hombre más poderoso del planeta es el último recordatorio de que las proclamas de las élites sobre la democracia y el liberalismo nunca coincidieron con la realidad del país". Por su parte, Robert Misik afirma que "la competitividad ha llevado a las sociedades pluralistas al borde del colapso". En cuanto a Oliver Nachtwey, dice que "el individuo se mide según su rendimiento en el mercado. Los ganadores obtienen un dividendo de autonomía, los perdedores, estigmación".

Finalmente, otro grupo de autores señala la siguiente. César Renduelles mantiene que "la única salida a la implosión de la UE pasa por deshacer el malentendido histórico que daba prioridad al mercado en la construcción de un proyecto político continental". Wolfrang Streeck afirma que "con el paso a la postdemocracia, llegó al mundo una nueva clase de mentira: la mentira de los expertos".  David Van Reybrouck indica que "las elecciones son el combustible fósil de la política: si en su día impulsaron la democracia, ahora generan nuevos peligros". Por último, Slavoi Zizek sugiere que "tanto la izquierda progresista como la derecha populista están atrapadas en la política del miedo. La primera tarea que debemos realizar es desplazarnos del miedo al "angst".

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ÍNDICE

Prólogo

- Retrocesos, repeticiones, restas (Santiago Alba Rico)

- Fatiga democrática (Arjun Appadurai)

- Síntomas en busca de objeto y nombre (Zigmunt Bauman)

- Políticas progresistas y regresivas en el neoliberalismo tardío ( Donatella della Porta)

- Saltar de la sartén para caer en las brasas. Neoliberalismo progresista frente a populismo reaccionario (Nancy Fraser)

- Condición póstuma (Marina Garcés)

- De la paradoja de la liberación a la extinción de la ética liberal (Eva Illouz)

-Un futuro para las mayorías (Ivan Krastev)

- La Europa refugio (Bruno Latour)

- Superar el miedo a la libertad (Paul Mason)

- La política en la era del resentimiento. El oscuro legado de la Ilustración (Pankai Mishra)

- El valor de la audacia (Robert Misik)

- Descivilización. Tendencias regresivas en las sociedades occidentales (Oliver Nachtwey)

- De la regresión global a los contramovimientos  postcapitalistas (César Renduelles)

- El regreso de los reprimidos como principio del fin del capitalismo neoliberal (Wolfrang Streeck)

- Estimado presidente Juncker (David Van Reybrouck)

- La tentacion populista (Slavoi Zizek)

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RESUMEN

Un grupo de autores europeos cree que, con las sacudidas de inmigración y terrorismo en Europa o la guerra de Siria. se han establecido unas nuevas políticas de recorte de derechos que nos lleva a estar en un momento de regresión democrática (unos derechos que tanto costaron conseguir). Lo atribuyen a los modelos alternativos que han surgido como consecuencia de la crisis del neoliberalismo, un modelo basado en el crecimiento económico y la globalización y que dan por agotado tras la crisis económica del 2008. En su lugar, surgen alternativas políticas diversas, unas regresivas y escoradas hacia la derecha (como el populismo antiglobalización de Trump) y otras hacia la izquierda (como un replanteamiento de la socialdemocracia) en las que los partidos progresistas deben recuperar la credibilidad como representantes de los sectores que han resultado más perjudicados económicamente.

La autora Donatella Della Porta lo sintetiza así en la página 85: "La impresión de que estamos ante un gran retroceso se nutre de los sucesos que culminaron con la votación del brexit y la victoria de Trump en las elecciones presidenciales, pero también se ha visto reforzada por las tendencias registradas en Francia, donde el Frente Nacional tiene una larga historia, en Alemania, con el rápido crecimiento de Alternativa por Alemania y también en Austria, los países escandinavos, Polonia y Hungría. El Tea Party de EE.UU,, Pegida en Alemania, la Liga de Defensa Inglesa en el Reino Unido, el Bloque Identitario en Francia y Casa Pound en Italia son ejemplos de política de extrema derecha en forma de movimientos sociales. Aunque todavía disponemos de escasa evidencia empírica para desarrollar un análisis detallado de este giro regresivo, podemos definir los temas más relevantes".

Por su parte, Zymung Bauman (fallecido en 2017) hace especial hincapié en la emigración sugiere en la página 60 que el origen primario del fenómeno hay que buscarlo en el miedo a lo desconocido, a los extranjeros o gente de fuera. Señala que en el mundo en que vivimos la inmigración seguirá su lógica hagamos lo que hagamos. "El proceso va a desarrollarse durante mucho tiempo, de la mano de la globalización, Hay una contradicción entre el cosmopolitismo y la ausencia virtual de una conciencia, una mentalidad o una actitud cosmopolita. Este problema está en la base de nuestros dilemas actuales más persistentes y nuestras preocupaciones más inquietantes" (página 61). Dice que ese mecanismo de "nosotros" y "ellos" acompañó al hombre desde sus mismos orígenes pero ahora la "situación cosmopolita" viene impuesta en la agenda política y la gente no encaja, lo que ha generado miedos populares aprovechados por los demagogos. "Desde lo más alto a lo más bajo de la sociedad se crea un cloma de desconfianza mutua y recelo y las semillas del espíritu colectivo y de la ayuda mutua se asfixian" (página 65).

Bauman termina su análisis con que "como resultado de la globalización y de la división consiguiente del poder y de la política", en la actualidad los estados se están convirtiendo en poco más que vecindarios un poco más grandes, encajados dentro de unas fronteras vagamente delineadas, porosas e ineficazmente fortificadas. Y los antiguos vecindarios se esfuerzan ahora por asumir los roles de pequeños Estados sacándole el máximo partido de lo que queda de política cuasilocal". Ve un territorio poblado de tribus que evitan el conflicto entre los bandos pero tratan como inferiores a los otros miembros de la tribu.


El escritor Paul Mason explica los cambios que han surgido tras el derrumbe de la URSS en 1989-1991 y que, tras la victoria de Trump, estos mismos síntomas del desplome empiezan a ser visibles en Occidente afectando a la globalización, los valores sociales progresistas, los derechos humanos y el Estado de derecho. De ser así, la forma por defecto del capitalismo sería  un nacionalismo xenófobo y oligárquico y todos los proyectos de justicia social sufrirían un reajuste nacional (como en los años 30). La propuesta de Mason es que la izquierda se deshaga del neoliberalismo para preservar la globalización, reducir la desigualdad y redistribuir los rendimientos del comercio y del progreso tecnológico entre los trabajadores y la gente joven.

Estas son las cinco reformas que propone Mason (pp.206):

1) Adoptar políticas industriales que traigan al Norte el trabajo productivo (dan igual los efectos en el PIB del sur)

2) Forzar a las empresas a asumir sus responsabilidades con comunidades reales, concretas y específicas y no con la sociedad civil en abstracto.

3) Renacionalizar los servicios públicos estratégicos para darlos de forma gratuita o a precios baratos, paliando así los efectos del trabajo precario.

4) Erradicar los entramados en paraísos fiscales y banca en la sombra para financiar más inversión pública.

5) Desfinanciarizar la economía: aumentar los salarios, reducir la dependencia del crédito y equilibrar la deuda pública y privada con quitas, tener la inflación controlada y hacer controles de capital.

Señala que estas reformas no acaban con la globalización pero la revertirían en parte (hasta que se corrigiesen sus desequilibrios sociales) y ayudarían a estabilizar y preservar la economía global interconectada.

Respecto a la inmigración, Mason ve que es inevitable y que se podría regular y monotorizar, introducir reformas en el mercado laboral para evitar la explotación del inmigrante y dar la vuelta a la austeridad.


El periodista y escritor austríaco Robert Misik (premio nacional austríaco del periodismo cultural en el 2009) se centra en el ejemplo de la UE, que tiene una arquitectura política-económica "implicitamente" neoliberal, en el sentido de que hace muy complicado implantar conceptos de propios de la izquierda en la política práctica.

Misk (pp.243) señala que para que se produzca un cambio de rumbo hacen falta tres cosas:
1) partidos de izquierda nacionales vivos que gocen de la suficiente credibilidad como para ganar las elecciones en sus respectivos países.

2) Consolidar la soberanía del discurso progresista en Europa para crear las condiciones necesarias para una reestructuración.

3) Alianzas entre gobiernos renovados en el ámbito europeo.

Una de las críticas que Misik hace a las socialdemocracias europeas es que estos partidos hace décadas que se amoldaron al paradigma neoliberal mientras surgen otros partidos como Syriza que los reemplazan, como Podemos, que se enfrentan a ellos, o como los lusos, que se coaliccionan.

Para que los partidos progresistas recuperen la credibilidad, Misik propone varios puntos:

1) Ver la realidad esbozada por Misik

2) Durante 30 años el ciudadano de a pie ha pagado el precio de la globalización neoliberal y considera a la izquierda como parte del "establishment". Hace falta un programa distinto.

3) Hacer desaparecer la arrogancia hacia los votantes.

4) El votante de clase obrera está enfadado porque los partidos de izquierda le prestan demasiada atención a las demandas d baños públicos transgénero y no le hacen caso a las demandas obreras sobre su situación económica y social.

5) Buenos empleos, subida salarial, vivienda asequible, educación y oportunidades para los hijos son cuestiones clave y hay que mostrar al votante de forma creíble que sí importan estas cuestiones y tiene un plan.

6) La desaparición de las redes de movimiento obrero creó "agujeros" en la estructura de la vida de los barrios no privilegiados que ahora se sienten abandonados. La propuesta es construir estructuras modernas en los barrios como los "community organizing".

7) No tildar a la clase obrera de misógina, antifeminista, xenófoba porque cualquier padre de familia quiere que su hija disfrute de todas las oportunidades de crecimiento existentes y tengan un buen trabajo bien pagado.

8) Animar a los activistas a ocupar cargos en los partidos, muy sobrerrepresentados ahora por intelectuales de clase media mientras que en los barrios obreros predominan los "apparatchik" rancios de los años 70 y que solo llegan alto en los partidos muertos. Hay que dejar sitio a jóvenes de valía.

Dentro de la propia alianza progresista (inteligencia burguesa y clase obrera) hay quienes luchan por conquistar nuevos derechos civiles y quieren modernizar nuestras sociedades y quienes abogan por la bonanza económica. Misik recuerda que la izquierda se creó para lograr lo imposible: mejorar el mundo y la vida de las personas a pesar de todas las adversidades y la aparente falta de perspectivas.



Otros autores han estudiado el ascenso de una alternativa de derechas retrógradas. Oliver Nachtwey muestra su preocupación por el presidente Trump que parece lo contrario de una sociedad occidental como sociedad de autocontrol en las que las fuerzas de progreso social se encuentran como en casa y fomentan la educación, la igualdad de derechos y la integración social. Pero este ideal se ha trastocado debido a que en el debate político ha surgido una rabia incontrolable, un odio impúdico, sentimientos peligrosos, fantasías violentas... En parte, es lo que le llaman el electorado resentido o la política del resentido, que surge en lugares donde la desigualdad se ha incrementado.


Po su parte, Donatella della Porta ve un gran paralelismo entre lo ocurrido a finales del siglo XX y los acontecimientos descritos en La Gran Transformación, de Karl Polanyi (1943). En las páginas 75, 76 y 77 de "El Gran Retroceso" (2017), Donatella della Porta señala que "el neoliberalismo y su crisis se pueden entender dentro de un marco que el economista político Karl Polanyi ha descrito como un doble movimiento en el desarrollo del capitalismo. Tras la expansión de los mercados apareció un contramovimiento que busca la protección de la sociedad. Polanyi advirtió contra la transformación de la mano de obra, la tierra y el dinero en mercancías (mercantilización), tendencia que sin un contrato adecuado podría destruir la sociedad"

Della Porta añade que "en su análisis, Polanyi se centró en algunas de las formas más específicas que pueden asumir los contramovimientos (movimientos de gente que se siente traicionada por cambios como los producidos por el neoliberalismo). Esos contramovimientos - afirmó Polanyi - son en realidad movimientos reactivos, es decir, tienen una actitud defensiva y orientada al pasado. De hecho, a menudo se establecen como resistencia contra una ideología que predica el predominio del mercado sobre cualquier otro aspecto de la sociedad. Por poner solamente  dos ejemplos:  en muchos casos estallaron rebeliones campesinas cuando los trabajadores del campo sintieron que el contrato social implícito que les ofrecía por lo menos una protección mínima contra los caprichos del mercado había sido quebrantado; del mismo modo, los llamados motines del pan (food riots) se han interpretado a menudo como reacciones ante la destrucción de una economía moral cuando se cercan las tierras comunales y se desregula el mercado de productos básicos, como el pan. La historia nos enseña que los contramovimientos que buscan el restablecimiento de derechos tradicionalmente garantizados pueden proponer narrativas progresistas y ofrecer visiones incluyentes y participativas, pero también pueden inspirarse en modelos regresivos y en ideas excluyentes y plebiscitarias".

Además, Della Porta incide en que "la implementación política de los dogmas económicos neoliberales ha revelado algunos paralelismos con la "gran transformación" descrita por Polanyi. Cuando el éxito de la resistencia contra el fundamentalismo rampante del mercado había hecho posible una expansión de la protección social dentro de algunas naciones-Estado (socialdemocracias y "socialismo real").

Añade Della Porta (página 80) que la juventud con un alto grado de formación no es el único grupo social perjudicado por el asalto liberal a los derechos civiles y sociales. Toma por caso los pensionistas y los funcionarios públicos, porque sus condiciones de vida se han vuelto más precarias, lo mismo que los obreros de fábricas grandes y pequeñas cerradas o con peligro de cerrar. Todos ellos han participado en las protestas; sacaron a la calle "a una especie de sociedad de los dos tercios (invertida), de los más afectados por las políticas de austeridad".

Della Porta recuerda que Bauman (2002, "Modernidad líquida") demostró "con solvencia" (página 81) que "el neoliberalismo produce una sociedad líquida que destruye la vieja base de la identidad personal, colectiva y política, mediante la movilidad obligada y la correspondiente inseguridad". Dice que el movimiento obrero desarrolló una identidad distintiva, sostenida por una compleja ideología, y los nuevos movimientos sociales centraron su interés en problemas específicos, como los derechos de género o la defensa del medio ambiente". Añade que los participantes en las protestas antiausteridad parecieron desafiar la individualización, así como su miedo y su carácter excluyente, proponiendo en cambio una ciudadanía incluyente (la gente del 99 %). Se estableció como un "robusto marco moral" frente a la amoralidad del neoliberalismo y la mercantilización de los servicios públicos. El neoliberalismo llegó a hacer responsables a los individuos de su supervivencia y proclamó que la motivación egoísta era benéfica pero fue estigmatizado en nombre de los derechos preexistentes, que reclamó el retorno al bien común frente a políticas neoliberales "injustas e ineficaces".

A lo largo de la crisis, continúa Della Porta, se culpó a las grandes corporaciones que no dan cuenta a nadie de sus decisiones, ni siquiera a sus gobiernos, en lo que la gente ve como el "secuestro de la democracia" (pp. 82). Las protestas antiausteridad de 2011 a 2014 se centraron en la soberanía nacional, en evitar el expolio de los derechos de los ciudadanos por parte de unas élites globales que no rendían cuentas ante ningún electorado pero los activistas defendían los derechos políticos y sociales en tanto que derechos humanos. La denuncia de la corrupción del 1 % quedó enmarcada en una lucha contra la concentración de poder en manos de una oligarquía pero pronto evolucionó hacia la reclamación de una democracia directa, más que un retorno a los pactos sociales del capitalismo fordista. La autora ve una extensa politización del sur de Europa a través de movimientos como Podemos, Bloco de Esquerda, Movimento 5 Stelle o Syriza, así como Occupy (Corbyn y Sanders).

















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