Resumen de "¿Cómo nos metimos en este desastre?", de George Monbiot (2015)
El resumen original y actualizado está en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2017/11/como-nos-metimos-en-este-desastre-de.html
El resumen fue elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Social, licenciado en Derecho y Sociología
Sociología, globalización, desigualdad, economía
.............................................................................................................
Título: "¿Cómo nos metimos en este desastre?"
Título en inglés: "How Did We Get into This Mess?"
Autor: George Monbiot
Edición en inglés: 2015, Verso Books
Edición en español: Editorial Sexto Piso SA, Madrid-México DF, 2017
Número de páginas
............................................................................................................
Biografía del autor George Monbiot (hasta 2017)
George Monbiot (1963) es un escritor británico conocido por su activismo político y medioambiental. Escribe una columna semanalmente para The Guardian y es autor de numerosos libros, entre los que se encuentran: Feral: Rewilding the Land, Sea and Human Life (2013), Heat: How to Stop the Planet Burning (2006), The Age of Consent: A Manifesto for a New World Order (2003) y Captive State: The Corporate Takeover of Britain (2000). En España sus artículos se pueden leer en Eldiario.es
............................................................................................................
Texto de la contraportada
"A lo largo de los últimos años George Monbiot - uno de los más prominentes periodistas de The Guardian - se ha convertido en una de las voces disidentes más agudas y reflexivas a nivel mundial. Gracias a una gran formación teórica e histórica, un pensamiento sumamente original y la valentía para ir a contracorriente incluso en lo relativo a causas ampliamente apoyadas por sectores progresistas, Monbiot es ya un referente indiscutible para comprender los mecanismos de poder de las últimas décadas producidos por la realidad tan convulsa y desigual que se vive hoy prácticamente en todos los países de Occidente.
En ¿Cómo nos metimos en este desastre? se recuperan sus escritos periodísticos sobre los temas más acuciantes de nuestro tiempo, con particular énfasis en la ideología y puesta en práctica del proyecto neoliberal, principal culpable de la desmedida concentración de riqueza en unas cuantas manos, así como de diversas catástrofes políticas y medioambientales producidas por un sistema que considera que a acumulación de ganancias es el valor esencial en torno al cual debe estructurarse la vida en sociedad. Y una de las principales tareas para imaginar un mundo diferente, en opinión de Monbiot, consiste en comprender su efectividad a nivel de las conciencias, pues el neoliberalismo se ha vuelto tan pmnipresente que prácticamente ya no se considera una ideología.
"¿Cómo nos metimos en este desastre?" proporciona una inmejorable hoja de ruta para comprender las principales dificultades a las que se enfrentan todos aquellos que están hartos de escuchar que nuestra realidad actual es la única posible"
............................................................................................................
ÍNDICE
Primera parte.... Existe algo llamado sociedad
El desmoronamiento
Descarrilado y orgulloso
Fuerza laboral
Adictos al bienestar
La zona cero
Ayudad a los adictos, pero encerrad a los consumidores ocasionales de cocaína
Segunda parte..... La juventud perdida
Que el niño vuelva a la naturaleza
El niño de interior
Amputar la vida cerca de la base
Insectos espachurrados
Maldita familia
La casta del sacrificio
Una modesta propuesta para hacer frente a los jóvenes
A favor de la muerte
Tercera parte...... La vida salvaje
Todo está relacionado
La civilización es aburrida
El fin de una era
El mito de la población
El amanecer
Cuarta parte..... Frenesí por la alimentación
El desastre de las ovejas
Destrucción de la estructura de la nación
Inundados de dinero
Lo pequeño es fecundo
Quinta parte... Los vampiros de la energía
Que los dejen donde están
Se aplauden a sí mismos a rabiar
La porquería tras el crimen
Seamos críticos
Obsesionados con la energía nuclear
Sexta parte.... Riquezas y ruinas
La imposibilidad del crecimiento
Contenga su malthusianismo
Cleptorremuneración
La falacia de la autoatribución
Las guaridas del estudio
El hombre que quiere convertir el planeta en el banco Northern Rock
El regalo de la muerte
Séptima parte..... Baila con quien te fastidió
Cómo los multimillonarios destrozaron el sistema
Los cabezas rapadas de la plutocracia
¿Cómo nos metimos en este desastre?
Me desnudaré
Octava parte.... Ojos que no ven, corazón que no siente
El holocausto que no veremos
El Imperio contraataca
Dolor que no remite
Bombardear a todos
Novena parte.... Resistir
Prohibición global de política de izquierdas
Inocente hasta que se demuestre que está muerto
El escuadrón de la paranoia
Unión con el diablo
Décima parte.... Encontrar nuestro lugar
La historia del otro
Highland Spring
Un silencio revelador
Los valores de todas las cosas
.....................................................................................................
RESUMEN
Comentarios iniciales: Monbiot y Owen ("La demonización de la clase obrera") tienen en común que atacan a la prensa inglesa por ser un mero altavoz de la élite y que se dedican a justificar por qué hay mayor desigualdad económica. Monbiot pide a periodistas e intelectuales realmente independientes que alcen la voz contra el poder plutocrático, identificando sus abusos y fallos y proponiendo alternativas. No cree que cambien el mundo pero algo harán para mostrarlo tal como es y evitar la única visión impuesta por lo que él llama el "aparato de justificación" de las políticas de recortes, etc.. .
El autor repasa todas las supuestas injusticias y mentiras que rigen en el mundo actual. El título se refiere al inicio de las políticas neoliberales con Margareth Thacher, siguiendo un programa ideológico iniciado en 1947 por Hayek y la Mon Pelerin Society. Su ideario de menos impuestos y menos Estado coincidía a la perfección con las idas de los ultrarricos, por lo que no tardaron en llegar subvenciones para financiar "laboratorios de ideas", las escuelas de negocios y los departamentos de Economía de las universidades que promoviesen esta política. En la década de los 70, el presidente conservador Nixon seguía diciendo que "todos somos keynesianos" pero unos años después se había dado la vuelta a la tortilla y Thatcher y sus sucesores insistieron en que "no hay alternativa". El desarrollo fue descrito por David Harvey en "Breve historia del neoliberalismo".
El autor se pregunta cómo el neoliberalismo ha logrado dominar la vida pública a pesar de desmantelar los servicios públicos y la desregulación de los mercados empresariales y financieros. En las crisis, desde 1975, propugnan siempre las mismas recetas: recortes masivos en los servicios públicos, eliminación de los sindicatos y subvenciones públicas para las empresas. El rescate salía bien pero pronto venían más crisis que obligaron al Estado a intervenir cada vez más. El FMI y el Banco Mundial dejaron claro a los países que "si no estás de acuerdo, estás muerto". Los medios de comunicación, propiedad de magnates, difundieron términos como "creadores de riqueza", "desgravación fiscal", "gran gobierno", "democracia del consumidor", "burocracia", "cultura de la compensación", "buscadores de trabajo" y "trampas en la prestación social".
El libro arranca con una explicación de los llamados "aparatos de justificación", en referencia a la prensa corporativa, los "spin" doctors, los grupos de presión y los laboratorios de ideas. Sin su colaboración, los Gobiernos no podían haber llevado a cabo sus programas de austeridad y la destrucción del medioambiente sería objeto de protesta constante. Desde el siglo XIX, este complejo propagandístico hace hincapié en la selección natural y en que las desigualdades económicas son "naturales" y que muchos pensadores independientes piensan lo mismo. Esta ideología que rige en la mayoría de los Gobiernos actualmente no ha sido identificada hasta hace poco y nadie sabe muy bien como llamarla con un nombre estándar: ¿Neoliberalismo? ¿Fundamentalismo mercadológico? ¿Economía del "laissez-faire"? La ideología dominante apenas es conocida si se compara con el comunismo y el anarquismo, dos especies en vía de extinción.
Monbiot señala que si algo diferencia al siglo XXI del XX es que esta es la Era de la Soledad, una especie de Estado post-social, epidemia entre los jóvenes adultos, pero también en los mayores de 50 años, sometidos a una "tristeza extrema". Añade que la soledad y el aislamiento social mata más que el ébola y es el doble de mortal que la obesidad. Dice que detrás hay una ideología que refuerza el aislamiento social porque hay una guerra del hombre contra el hombre (mundo hoobesiano). Se ensalza al emprendedor que se ha hecho a sí mismo, pues lo que importa es ganar y todo lo demás son daños colaterales. Los niños aspiran a ser ricos y el peor insulto es "perdedor", ya no hay personas sino individuos. Añade que la competencia ya no nos hace más ricos. Aunque aumente la renta nacional, no crece la felicidad. En realidad, dice el autor, los salarios han caído pero los jefes ganan más y recuerda que el 1 % de la población, los que están en la cima, posee el 84 % de la riqueza y no está contento. Monbiot concluye: "Para esto hemos destrozado el mundo natural, degradado nuestras condiciones de vida, entregado nuestra libertad, sin alegría...".
El mismo escritor señala que el fundamentalismo de mercado se basa en la cultura de méritos pero nadie cree en ella porque, entonces, nivelarían el punto de partida entre los más pobres que viven en chabolas y los que son multimillonarios porque han heredado millones, gracias a los cuales se han pagado una formidable educación. El mercado en vez de emanciparnos nos ha atomizado y dado soledad.
El autor recalca que el neoliberalismo es identificado con la creencia de que el libre mercado satisfará todas las necesidades pero él recalca que es una "construcción política que a menudo tiene que ser impuesta por la violencia" (pone como ejemplos el golpe de Pinochet, la supresión de las protestas contra el ajuste estructural y la austeridad en todo el mundo). Añade que el mercado está dominado por corporaciones y oligarcas que presionan para lograr contratos, exenciones tributarias, tratados y otros favores políticos. La libertad que piden, añade Monbiot, es una "libertad negativa" que significa estar libre de las interferencias de los demás, de regulaciones medioambientales, negociaciones colectivas o impuestos. "Significa en suma estar libre de democracia", acusa el autor.
El autor es crítico con la prensa británica porque, algunos aceptan dinero de fundaciones neoliberales, pero luego no son transparentes y no quieren rendir cuentas ante el público. Monbiot, en un ejercicio de transparencia, publica en su web lo que gana, las invitaciones que acepta y los regalos que recibe.
Racismo y política internacional
Habla sobre la película Avatar, odiada por los conservadores porque parece un "western" revisionista en el que los vaqueros son los malos y los indios, los buenos. Señala que el Holocausto nazi habría sido minimizado de haber ganado la guerra Hitler, lo mismo que pasó con las atrocidades en América que nadie quiere ver. El autor recuerda las brutalidades de Colón y otros descubridores en América con el genocidio indígena (incluso dice que el misionero franciscano Fray Junípero era el director de un campo de concentración indígena que él llamaba eufemísticamente "la misión", donde los indios eran obligados a trabajar la tierra por un quinto de la ración de comida diaria aconsejada), luego América del Norte atacó a las tribus indias hasta exterminarlas y, por su parte, los británicos sembraron el terror en África (según revelan los archivos secretos) o provocar una hambruna en la India durante la época del Imperio Británico. Sin embargo, solo se ven los genocidios de los otros, no los propios, que se ocultan al público, afirma el autor. Añade que esto fue cosa del racismo colonial europeo del siglo XIX, que defendía que la raza más fuerte tiene derecho a eliminar a la inferior, en referencia a los pueblos primitivos. Los Imperios se insensibilizaron y eso llevó a una paradoja: millones de muertos europeos en la Gran Guerra de 1914, sin que nadie parase la matanza. Los "otros", a los ojos de la élite, añade el autor, también son quienes piden prestaciones sociales, los que buscan asilo y los musulmanes.
El autor también estudia la obstaculización en el envío de remesas de los inmigrantes a Somalia por temor a que las usen los terroristas para financiar la yihad. Pero Monbiot replica que el sistema de giros de envío de dinero "xawala" de Somalia es uno de los más eficientes del mundo y ayuda a mucha gente por sus bajas comisiones. Al suprimir estos envíos, condenó a miles de aldeas a la muerte por hambre. Todo lo contrario, añade el autor, ocurrió respecto al banco HSBC, que pese a transferir dinero de narcos y terroristas, no recibió un castigo judicial porque había en juego demasiados empleos americanos. Monbiot cree que esto tiene un nombre: racismo.
Otra de las críticas de Monbiot es hacia los bombardeos "humanitarios" en Oriente Medio que se justifican para algunos países violentos y no para otros. Al final, hay bombas para todo lo que se mueva. Señala que la venta de armas es un gran negocio en esa zona y que las regiones en las que los Gobiernos occidentales intervienen son las que más sufren esas guerras y su vida empeora. Cree que hay otras soluciones políticas como crear instituciones cívicas, pasos seguros y Gobiernos buenos.
El TTIP y el arbitraje
Monbiot también estudia el ocaso de la política de izquierdas y del TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership) para eliminar las diferencias regulatorias entre EE.UU. y las naciones europeas. La clave de este acuerdo es que las empresas inversoras podrán poner demandas a los Gobiernos si intentan defender a sus ciudadanos, desprotegiéndolos de sus derechos para eliminar las regulaciones que protegen a las personas y al planeta vivo. Australia y Argentina ya han tenido que pagar indemnizaciones millonarias por poner paquetes feos de tabaco o congelar el recibo del agua y la luz. El Salvador indemnizó a una empresa canadiense por excavar una mina. Las empresas pueden revisar la ley que no les gusta y revocarla sin que el Parlamento pueda hacer nada. En definitiva, Monbiot ve detrás del sistema de arbitraje de la inversión "un sistema de justicia privatizado para las corporaciones globales", según Democracy Centre. Detrás, la idea, es bloquear cualquier política de izquierdas que pretenda regular los bancos, frenar la codicia de las empresas de energía, renacionalizar los ferrocarriles, etc... Pese a la pérdida de soberanía, la Derecha calla.
En posteriores capítulos, Monbiot habla de la lucha antiterrorista de EE.UU. con ejecuciones extrajudiciales sin el "debido proceso" que no es lo mismo que un "proceso judicial". Esto afecta especialmente al uso de drones en el extranjero para llevar a cabo la lista de asesinatos del presidente. Lo malo de este sistema es que entres en la lista por meras sospechas sin saber por qué ni de qué sospechan de ti y no puedas ni defenderte. El problema es que los abusos en el extranjero luego se trasvasan a la gente humilde de casa, añade el autor.
Otro caso que estudia es el de las empresas que usan la ley contra el acoso a mujeres para impedir las protestas pacíficas de los conservacionistas medioambientales, inicialmente, y que luego se amplió a cualquier tipo de protesta, con lo que la desobediencia civil fue "criminalizada" con exageraciones de las empresas afectadas para pedir mano dura. Los que protestan acaban en una lista de "extremistas domésticos" o "ecoextremistas". Pero, en realidad, solo son violentas las campañas en defensa de los animales y contra el aborto, señala el autor.
Monbiot también estudia la debacle de los sindicatos ingleses y de cómo el Gobierno laborista los pone a prueba. Aunque obtuvieron salario mínimo, mejores pensiones, mejoras en el permiso parental y mejores condiciones para los trabajadores a tiempo parcial, el número de derrotas son mayores, según dice, pues el Gobierno bloqueó directivas europeas de protección al trabajador y se negó a revocar las draconianas leyes thatcherianas para los sindicatos. El resultado es que la desigualdad aumenta, la evasión de impuestos es galopante y las viviendas sociales están moribundas. Las promesas más difíciles, como las mejoras del precariado, han sido postergadas. La clave está en el apoyo que dan los sindicatos afiliados al Gobierno laborista, pues este puede apaciguar a los jefes y recibir financiación.
También habla de otro concepto que es la "justificación del sistema" (proceso mediante el cual las disposiciones legales existentes se legitiman, incluso a expensas de los intereses personales y del grupo). Es un deseo de defender el "status quo". Monbiot usó esta definición para calificar a los escoceses que votaron "No" en el referendum de independencia, en el que Escocia cede una soberanía mayor a UK que este reino a la UE y que "mantiene uno de los índices mayores de desigualdad del mundo y un sistema fracturado, corrupto, disfuncional y retentivo". El autor viene a decir que Escocia perdió la oportunidad de escribir una constitución "buena" que promueva la cohesión, la justicia social, la defensa del planeta vivo y poner fin a las guerras elegidas. Por contra, sucumbió a los caprichos de una élite distante y despreocupada.
La conclusión del autor es que en los últimos años ha habido un abandono del universalismo, el desmantelamiento del refugio que el Estado proporciona pero, a parte de algunas protestas, nadie ha salido a luchar. Los trabajadores están aceptado políticas que se oponen a sus intereses. Monbiot menciona el artículo "Causa común" de Tom Croptom (WWF), en el que dice que a la gente se le expone los datos y luego elige racionalmente pero no es así si no que elegimos lo que no contradice nuestra manera de pensar. Hay valores intrínsecos (buenos) y extrínsecos (egoístas). Ahora hay una fascinación por los ricos y poderosos, lo que hace a la gente amiga del dinero menos sensible a la justicia social. El autor señala que en vez de enfrentarnos al cambio de valores "hemos procurado adaptarnos a él". Los progresistas y ecologistas han apaciguado a la gente hablando de su "interés propio", de modo que aliviando la pobreza en el mundo construyen un mercado para los productos de Inglaterra. El artículo "Causa Común" propone como remedio que dejemos de intentar nuestros valores y que los expliquemos y defendamos, explicando cómo cambiaron nuestras mentes mediante la manipulación y desafiar a la publicidad que nos vuelve inseguros y egoístas.
Comentarios iniciales: Monbiot y Owen ("La demonización de la clase obrera") tienen en común que atacan a la prensa inglesa por ser un mero altavoz de la élite y que se dedican a justificar por qué hay mayor desigualdad económica. Monbiot pide a periodistas e intelectuales realmente independientes que alcen la voz contra el poder plutocrático, identificando sus abusos y fallos y proponiendo alternativas. No cree que cambien el mundo pero algo harán para mostrarlo tal como es y evitar la única visión impuesta por lo que él llama el "aparato de justificación" de las políticas de recortes, etc.. .
El autor repasa todas las supuestas injusticias y mentiras que rigen en el mundo actual. El título se refiere al inicio de las políticas neoliberales con Margareth Thacher, siguiendo un programa ideológico iniciado en 1947 por Hayek y la Mon Pelerin Society. Su ideario de menos impuestos y menos Estado coincidía a la perfección con las idas de los ultrarricos, por lo que no tardaron en llegar subvenciones para financiar "laboratorios de ideas", las escuelas de negocios y los departamentos de Economía de las universidades que promoviesen esta política. En la década de los 70, el presidente conservador Nixon seguía diciendo que "todos somos keynesianos" pero unos años después se había dado la vuelta a la tortilla y Thatcher y sus sucesores insistieron en que "no hay alternativa". El desarrollo fue descrito por David Harvey en "Breve historia del neoliberalismo".
El autor se pregunta cómo el neoliberalismo ha logrado dominar la vida pública a pesar de desmantelar los servicios públicos y la desregulación de los mercados empresariales y financieros. En las crisis, desde 1975, propugnan siempre las mismas recetas: recortes masivos en los servicios públicos, eliminación de los sindicatos y subvenciones públicas para las empresas. El rescate salía bien pero pronto venían más crisis que obligaron al Estado a intervenir cada vez más. El FMI y el Banco Mundial dejaron claro a los países que "si no estás de acuerdo, estás muerto". Los medios de comunicación, propiedad de magnates, difundieron términos como "creadores de riqueza", "desgravación fiscal", "gran gobierno", "democracia del consumidor", "burocracia", "cultura de la compensación", "buscadores de trabajo" y "trampas en la prestación social".
El libro arranca con una explicación de los llamados "aparatos de justificación", en referencia a la prensa corporativa, los "spin" doctors, los grupos de presión y los laboratorios de ideas. Sin su colaboración, los Gobiernos no podían haber llevado a cabo sus programas de austeridad y la destrucción del medioambiente sería objeto de protesta constante. Desde el siglo XIX, este complejo propagandístico hace hincapié en la selección natural y en que las desigualdades económicas son "naturales" y que muchos pensadores independientes piensan lo mismo. Esta ideología que rige en la mayoría de los Gobiernos actualmente no ha sido identificada hasta hace poco y nadie sabe muy bien como llamarla con un nombre estándar: ¿Neoliberalismo? ¿Fundamentalismo mercadológico? ¿Economía del "laissez-faire"? La ideología dominante apenas es conocida si se compara con el comunismo y el anarquismo, dos especies en vía de extinción.
Monbiot señala que si algo diferencia al siglo XXI del XX es que esta es la Era de la Soledad, una especie de Estado post-social, epidemia entre los jóvenes adultos, pero también en los mayores de 50 años, sometidos a una "tristeza extrema". Añade que la soledad y el aislamiento social mata más que el ébola y es el doble de mortal que la obesidad. Dice que detrás hay una ideología que refuerza el aislamiento social porque hay una guerra del hombre contra el hombre (mundo hoobesiano). Se ensalza al emprendedor que se ha hecho a sí mismo, pues lo que importa es ganar y todo lo demás son daños colaterales. Los niños aspiran a ser ricos y el peor insulto es "perdedor", ya no hay personas sino individuos. Añade que la competencia ya no nos hace más ricos. Aunque aumente la renta nacional, no crece la felicidad. En realidad, dice el autor, los salarios han caído pero los jefes ganan más y recuerda que el 1 % de la población, los que están en la cima, posee el 84 % de la riqueza y no está contento. Monbiot concluye: "Para esto hemos destrozado el mundo natural, degradado nuestras condiciones de vida, entregado nuestra libertad, sin alegría...".
El mismo escritor señala que el fundamentalismo de mercado se basa en la cultura de méritos pero nadie cree en ella porque, entonces, nivelarían el punto de partida entre los más pobres que viven en chabolas y los que son multimillonarios porque han heredado millones, gracias a los cuales se han pagado una formidable educación. El mercado en vez de emanciparnos nos ha atomizado y dado soledad.
El autor recalca que el neoliberalismo es identificado con la creencia de que el libre mercado satisfará todas las necesidades pero él recalca que es una "construcción política que a menudo tiene que ser impuesta por la violencia" (pone como ejemplos el golpe de Pinochet, la supresión de las protestas contra el ajuste estructural y la austeridad en todo el mundo). Añade que el mercado está dominado por corporaciones y oligarcas que presionan para lograr contratos, exenciones tributarias, tratados y otros favores políticos. La libertad que piden, añade Monbiot, es una "libertad negativa" que significa estar libre de las interferencias de los demás, de regulaciones medioambientales, negociaciones colectivas o impuestos. "Significa en suma estar libre de democracia", acusa el autor.
El autor es crítico con la prensa británica porque, algunos aceptan dinero de fundaciones neoliberales, pero luego no son transparentes y no quieren rendir cuentas ante el público. Monbiot, en un ejercicio de transparencia, publica en su web lo que gana, las invitaciones que acepta y los regalos que recibe.
Racismo y política internacional
Habla sobre la película Avatar, odiada por los conservadores porque parece un "western" revisionista en el que los vaqueros son los malos y los indios, los buenos. Señala que el Holocausto nazi habría sido minimizado de haber ganado la guerra Hitler, lo mismo que pasó con las atrocidades en América que nadie quiere ver. El autor recuerda las brutalidades de Colón y otros descubridores en América con el genocidio indígena (incluso dice que el misionero franciscano Fray Junípero era el director de un campo de concentración indígena que él llamaba eufemísticamente "la misión", donde los indios eran obligados a trabajar la tierra por un quinto de la ración de comida diaria aconsejada), luego América del Norte atacó a las tribus indias hasta exterminarlas y, por su parte, los británicos sembraron el terror en África (según revelan los archivos secretos) o provocar una hambruna en la India durante la época del Imperio Británico. Sin embargo, solo se ven los genocidios de los otros, no los propios, que se ocultan al público, afirma el autor. Añade que esto fue cosa del racismo colonial europeo del siglo XIX, que defendía que la raza más fuerte tiene derecho a eliminar a la inferior, en referencia a los pueblos primitivos. Los Imperios se insensibilizaron y eso llevó a una paradoja: millones de muertos europeos en la Gran Guerra de 1914, sin que nadie parase la matanza. Los "otros", a los ojos de la élite, añade el autor, también son quienes piden prestaciones sociales, los que buscan asilo y los musulmanes.
El autor también estudia la obstaculización en el envío de remesas de los inmigrantes a Somalia por temor a que las usen los terroristas para financiar la yihad. Pero Monbiot replica que el sistema de giros de envío de dinero "xawala" de Somalia es uno de los más eficientes del mundo y ayuda a mucha gente por sus bajas comisiones. Al suprimir estos envíos, condenó a miles de aldeas a la muerte por hambre. Todo lo contrario, añade el autor, ocurrió respecto al banco HSBC, que pese a transferir dinero de narcos y terroristas, no recibió un castigo judicial porque había en juego demasiados empleos americanos. Monbiot cree que esto tiene un nombre: racismo.
Otra de las críticas de Monbiot es hacia los bombardeos "humanitarios" en Oriente Medio que se justifican para algunos países violentos y no para otros. Al final, hay bombas para todo lo que se mueva. Señala que la venta de armas es un gran negocio en esa zona y que las regiones en las que los Gobiernos occidentales intervienen son las que más sufren esas guerras y su vida empeora. Cree que hay otras soluciones políticas como crear instituciones cívicas, pasos seguros y Gobiernos buenos.
El TTIP y el arbitraje
Monbiot también estudia el ocaso de la política de izquierdas y del TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership) para eliminar las diferencias regulatorias entre EE.UU. y las naciones europeas. La clave de este acuerdo es que las empresas inversoras podrán poner demandas a los Gobiernos si intentan defender a sus ciudadanos, desprotegiéndolos de sus derechos para eliminar las regulaciones que protegen a las personas y al planeta vivo. Australia y Argentina ya han tenido que pagar indemnizaciones millonarias por poner paquetes feos de tabaco o congelar el recibo del agua y la luz. El Salvador indemnizó a una empresa canadiense por excavar una mina. Las empresas pueden revisar la ley que no les gusta y revocarla sin que el Parlamento pueda hacer nada. En definitiva, Monbiot ve detrás del sistema de arbitraje de la inversión "un sistema de justicia privatizado para las corporaciones globales", según Democracy Centre. Detrás, la idea, es bloquear cualquier política de izquierdas que pretenda regular los bancos, frenar la codicia de las empresas de energía, renacionalizar los ferrocarriles, etc... Pese a la pérdida de soberanía, la Derecha calla.
En posteriores capítulos, Monbiot habla de la lucha antiterrorista de EE.UU. con ejecuciones extrajudiciales sin el "debido proceso" que no es lo mismo que un "proceso judicial". Esto afecta especialmente al uso de drones en el extranjero para llevar a cabo la lista de asesinatos del presidente. Lo malo de este sistema es que entres en la lista por meras sospechas sin saber por qué ni de qué sospechan de ti y no puedas ni defenderte. El problema es que los abusos en el extranjero luego se trasvasan a la gente humilde de casa, añade el autor.
Otro caso que estudia es el de las empresas que usan la ley contra el acoso a mujeres para impedir las protestas pacíficas de los conservacionistas medioambientales, inicialmente, y que luego se amplió a cualquier tipo de protesta, con lo que la desobediencia civil fue "criminalizada" con exageraciones de las empresas afectadas para pedir mano dura. Los que protestan acaban en una lista de "extremistas domésticos" o "ecoextremistas". Pero, en realidad, solo son violentas las campañas en defensa de los animales y contra el aborto, señala el autor.
Monbiot también estudia la debacle de los sindicatos ingleses y de cómo el Gobierno laborista los pone a prueba. Aunque obtuvieron salario mínimo, mejores pensiones, mejoras en el permiso parental y mejores condiciones para los trabajadores a tiempo parcial, el número de derrotas son mayores, según dice, pues el Gobierno bloqueó directivas europeas de protección al trabajador y se negó a revocar las draconianas leyes thatcherianas para los sindicatos. El resultado es que la desigualdad aumenta, la evasión de impuestos es galopante y las viviendas sociales están moribundas. Las promesas más difíciles, como las mejoras del precariado, han sido postergadas. La clave está en el apoyo que dan los sindicatos afiliados al Gobierno laborista, pues este puede apaciguar a los jefes y recibir financiación.
También habla de otro concepto que es la "justificación del sistema" (proceso mediante el cual las disposiciones legales existentes se legitiman, incluso a expensas de los intereses personales y del grupo). Es un deseo de defender el "status quo". Monbiot usó esta definición para calificar a los escoceses que votaron "No" en el referendum de independencia, en el que Escocia cede una soberanía mayor a UK que este reino a la UE y que "mantiene uno de los índices mayores de desigualdad del mundo y un sistema fracturado, corrupto, disfuncional y retentivo". El autor viene a decir que Escocia perdió la oportunidad de escribir una constitución "buena" que promueva la cohesión, la justicia social, la defensa del planeta vivo y poner fin a las guerras elegidas. Por contra, sucumbió a los caprichos de una élite distante y despreocupada.
La conclusión del autor es que en los últimos años ha habido un abandono del universalismo, el desmantelamiento del refugio que el Estado proporciona pero, a parte de algunas protestas, nadie ha salido a luchar. Los trabajadores están aceptado políticas que se oponen a sus intereses. Monbiot menciona el artículo "Causa común" de Tom Croptom (WWF), en el que dice que a la gente se le expone los datos y luego elige racionalmente pero no es así si no que elegimos lo que no contradice nuestra manera de pensar. Hay valores intrínsecos (buenos) y extrínsecos (egoístas). Ahora hay una fascinación por los ricos y poderosos, lo que hace a la gente amiga del dinero menos sensible a la justicia social. El autor señala que en vez de enfrentarnos al cambio de valores "hemos procurado adaptarnos a él". Los progresistas y ecologistas han apaciguado a la gente hablando de su "interés propio", de modo que aliviando la pobreza en el mundo construyen un mercado para los productos de Inglaterra. El artículo "Causa Común" propone como remedio que dejemos de intentar nuestros valores y que los expliquemos y defendamos, explicando cómo cambiaron nuestras mentes mediante la manipulación y desafiar a la publicidad que nos vuelve inseguros y egoístas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario