miércoles, 19 de julio de 2023

"Menos es más", de Jason Hickel (2021)

 Resumen del libro "Menos es más", de Jason Hickel (2021)

Resumen original y actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/07/menos-es-mas-de-jason-hickel-2021.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, economía, decrecimiento, postcapitalismo, cambio climático

.............................................................................................................

Ficha técnica

Título: "Menos es más"

Subtítulo: Cómo el decrecimiento salvará el mundo

Título en inglés: Less is More: How Degrowth Will Save the World 

Autor: Jason Hickel

Publicación en inglés: 2021

Publicación en español: Capitán Swing Libros SL, Madrid, 2023

Número de páginas: 310

.............................................................................................................

Texto de la contraportada

"Nuestro planeta está en problemas, pero ¿cómo podemos revertir la crisis actual y crear un futuro sostenible? El mundo ha despertado por fin a la realidad del colapso climático y ecológico, ahora debemos enfrentarnos a su causa principal. El capitalismo exige una expansión perpetua, que está devastando el mundo, y sólo hay una solución que conducirá a un cambio significativo e inmediato: el decrecimiento. Si queremos tener una oportunidad de detener la crisis, tenemos que frenar y restablecer el equilibrio. Cambiar nuestra forma de ver la naturaleza y nuestro lugar en ella, pasando de una filosofía de dominación y extracción a otra basada en la reciprocidad y la regeneración. Tenemos que evolucionar más allá de los dogmas del capitalismo hacia un nuevo sistema adecuado para el siglo XXI. ¿Pero qué pasa con el empleo? ¿Y la salud? ¿Y el progreso? Jason Hickel aborda estas cuestiones y ofrece una visión inspiradora de cómo podría ser una economía poscapitalista: una economía más justa, más solidaria y que no solo nos sacará de la crisis actual, sino que nos devolverá el sentido de conexión con un mundo rebosante de vida. Tomando menos, podemos llegar a ser más. Hickel nos muestra cómo podemos devolver a nuestra economía el equilibrio con el mundo vivo y construir un futuro mejor".

.............................................................................................................

ÍNDICE

Prólogo de Kofi Mawuli Klu y Rupert Read

Introducción. Bienvenidos al Antropoceno

Parte I. Más es menos

01. Capitalismo: los orígenes

02. El avance de la bestia

03. ¿Nos va a salvar la tecnología?

Parte II. Menos es más

04. Secretos del buen vivir.

05. Vías hacia un mundo poscapitalista

06. Todo está conectado

.............................................................................................................

RESUMEN

La idea de este libro surgió tras la crisis financiera del 2008 cuando el autor Jason Hickel y su esposa Guddi, una médico de la sanidad pública del Reino Unido, fueron a una conferencia de Paul Krugman en el 2012 en Londres y, al salir, hablaron sobre posibles soluciones para salir del atolladero. Hickel propuso como Krugman la receta del crecimiento económico y de que EE.UU. debía hacer un enorme estímulo gubernamental para volver a impulsar el crecimiento. Mientras paseaban Guddi se preguntó en voz alta si Estados Unidos necesitaba crecer más cuando había países que hacían más con menos (en el libro, el autor menciona como ejemplos a Costa Rica y Portugal, entre otros, con menos PIB que EE.UU. pero mayor nivel de esperanza de vida, que a fin de cuentas es lo que importa). El autor se dio cuenta de que estaba repitiendo el "mantra de siempre" del eterno crecimiento y se quedó intranquilo y se calló.

El antropólogo Jason Hickel defiende el decrecimiento como fórmula para reducir el impacto del cambio climático. Aclara que algunos críticos equiparan el decrecimiento con una nueva versión de la austeridad pero es "justamente lo contrario". Dice que la austeridad aboga por la escasez para generar más crecimiento mientras que el decrecimiento aboga por la abundancia para volver innecesario el crecimiento. "Si queremos evitar el colapso climático, el ecologismo del siglo XXI tiene que articular una nueva reivindicación: la reivindicación de una abundancia radical", dice el autor. La economía produciría menos pero porque se necesitaría menos y, en términos generales, habría una abundancia mucho mayor. Aunque el PIB disminuyese (y restase beneficios a una élite), la riqueza pública aumentaría, mejorando la vida del resto de la sociedad. Ve una paradoja: la abundancia se revela como el antídoto contra el crecimiento. "Neutraliza el propio imperativo del crecimiento, al permitirnos frenar la bestia [del consumismo capitalista] y liberar de su yugo al mundo viviente", dice Hickel. Recuerda unas palabras de Giorgos Kallis, en su libro Límites: "El capitalismo no puede funcionar en condiciones de abundancia". 

Entre las soluciones que Hickel propone para frenar el crecimiento económico antiecológico y converger hacia una economía postcapitalista figuran: 1) Poner fin a la obsolescencia programada 2) Limitar la publicidad 3) Pasar de la propiedad al usufructo 4) Acabar con el desperdicio de alimentos 5) Reducir el tamaño de las industrias ecológicamente destructivas. Otras soluciones consisten en reducir la jornada laboral (para ajustar el menor empleo al decrecimiento), reducir la desigualdad, desmercantilizar los bienes públicos y ampliar el procomún, aplicar una ley del jubileo para cancelar las deudas, crear dinero nuevo para una economía nueva y avanzar en la democracia (entendida como igualdad y bienestar de todos).

Para Hickel, el decrecimiento representa la descolonización, tanto de las tierras como de las personas y las mentes. Representa el descercamiento del procomún, la desmercantilización de los bienes públicos y la desintificación del trabajo y de la vida. Representa la descosificación de los seres humanos y de la naturaleza y la desescalada de la crisis ecológica. Es tomar menos de nuestro entorno y abrir un mundo de posibilidades: El decrecimiento "nos traslada de la escasez a la abundancia, de la extracción a la regeneración, de la dominación a la reprocidad y de la soledad y la separación a la conexión con un mundo efervescente de vida". Aboga por una relación con el mundo de reprocidad y cuidado frente a otra de dominación y extracción. 

En el capítulo 1,  Hickel describe cómo el ascenso del capitalismo requirió de la creación de escasez artificial (cercaron los montes comunales para obligar a los campesinos, que antes se autoabastecían en una economía de subsistencia, a trabajar en la industria y aceptasen trabajar con salarios bajos a riesgo de morir de hambre y mejorar la productividad a base de una fuerte competencia y a su vez unirse a la masa de consumidores). Esa lógica de la escasez artificial pervive hoy: los trabajadores se sienten amenazados por el desempleo, deben ser cada vez más disciplinados y productivos para eludir el despido o que lo reemplacen por alguien más desesperado. Pero si la productividad aumenta, se producen despidos y los Gobiernos se ven obligados a hacer políticas de crecimiento y los trabajadores les votan. El autor replica que esa productividad podría revertir en los trabajadores mediante salarios más altos y jornadas más cortas. Además, los beneficios del crecimiento van despacísimo hacia abajo, hacia los trabajadores (la promesa del goteo o de que todos los barcos suben con la marea alta). A ello se suma que la desigualdad genera una escasez artificial de bienestar (al envidiar al vecino). Y también hay escasez de tiempo libre que nos obliga a pagar empresas para hacer la comida, limpiar la casa, jugar con nuestros hijos, cuidar de los padres mayores. El exceso de trabajo genera estrés y eso alimenta la industria de los antidepresivos, pastillas para dormir, dietas, terapia de pareja, vacaciones caras, y cosas que no necesitamos, lo que obliga a trabajar más para pagar esos productos. La escasez también afecta a los bienes públicos después de la ola privatizadora de los años 80 de la educación, la sanidad, el agua, la vivienda, la seguridad social, etc... Ante esta escasez, la gente se ve obligada a adquirir servicios privados. Finalmente, la austeridad de 2008 socavó lo que que quedaba de bienes públicos y protección social (ayudas a jubilados, prestaciones de desempleo, salarios de funcionarios) para que los "vagos" se sientan amenazados por el hambre y vuelvan a trabajar.

El autor Jason Hickel explica que el capitalismo se basa en producir escasez artificial, lo que sirvió de motor para acumular capital, y, a pesar del mito, no genera muchísimas cosas ni abundancia. El crecimiento no se basa en satisfacer las necesidades humanas sino en evitar satisfacerlas. "Es irracional y ecológicamente violento", dice Hickel. Surgió con los cercamientos (la privatización de los montes de mano común o comunales) en el siglo XVIII y XIX, lo que generó numerosa mano de obra para la incipiente industria, con salarios bajos y jornadas extenuantes. Añade que el capitalismo no es similar al comercio (comprar barato y vender caro para generar un beneficio con el que ganarse la vida) sino que el dinero se emplea para generar una producción que genera más dinero y el cual ser reinvierte en la producción, y volver a reinvertir, o lo que es lo mismo el capitalismo necesita el crecimiento para acumular capital, porque el dinero no se usa para comer (valor de uso) sino para acrecentar el capital (valor de cambio). Y eso obliga a un continuo crecimiento.

Por otro lado, el capitalismo lleva adherido el llamado dualismo: la separación del cuerpo de la mente (al estilo cartesiano) y la separación del hombre de la Naturaleza. El cuerpo y la Naturaleza se convierten en "cosas" a las que subyugar y explotar. Dado que los recursos de la Naturaleza son gratis, se puede explotar y destrozar a coste cero, porque tampoco se paga por las externalidades (la contaminación de los ríos, mares y aire, el deterioro medioambiental, el cambio climático). Y esa explotación de la naturaleza se traduce en ir allí donde están los recursos naturales para cogerlos gratis, lo que en el siglo XIX derivó en una carrera colonialista por colonizar el Salvaje Oeste, África o Asia, esclavizando o explotando a los nativos, puesto que el hombre también es un "recurso humano". La tesis del libro es que el capitalismo impulsa un crecimiento continuo (del que son rehenes los países, ya que nadie quiere reducir su PIB sino aumentarlo cada año) que está devorando los recursos del planeta y llevando al colapso al medio ambiente. La solución pasaría por un decrecimiento, que no significa que un país deba reducir el PIB sino que solo produzca aquello que es necesario y no despilfarre.

El autor pone como ejemplo a Portugal, Costa Rica o Finlandia, que con un PIB muy inferior a Estados Unidos han logrado una mayor esperanza de vida gracias a que el Estado ha invertido en sanidad y educación para toda la población, la cual no tiene que estresarse para ganar más dinero ni trabajar más para pagar cosas básicas como el médico privado o la universidad privada. Según el autor, esos países, entre otros, demuestran que se puede hacer más con menos dinero y vendrían a avalar que no es necesario que el PIB siga creciendo indefinidamente sino que hay que distribuirlo entre todos. Añade que la felicidad tiene una barrera a partir de la cual nadie es más feliz por mucha riqueza que tenga y que todos son más felices si tienen la misma riqueza que sus vecinos y no hay competencia por exhibir su poderío económico. Por tanto, el autor propone evolucionar hacia otro tipo de economía más distributiva, en la que se invierta en sanidad y educación para todos, y donde el crecimiento enfermizo del PIB no es una preocupación porque lo que realmente interesa es que la economía sea sostenible y genere un bienestar general a toda la población y no a unos pocos. El crecimiento del PIB dejará de tener sentido y ya no preocupará lo más mínimo porque habrá otras mediciones distintas basadas en el medio ambiente o la salud y educación de los residentes.

Una de las soluciones que plantea Jason Hickel es cobrar en impuestos la mitad de sus ganancias al 0,1 % más rico del mundo (se recaudarían 19 billones de euros; la mitad bastaría para acabar con el hambre en el mundo). El autor aclara que los impuestos gravarían las rentas (lo que ingresan cada año) pero no la riqueza que ya poseen (165 billones). Poniendo impuestos a los ultrarricos, dice el autor, disminuiría el PIB por sí solo (habría decrecimiento) sin perjudicar a nadie y, además, mejoraría el medioambiente porque ya no viajarían tanto en su jet privado ni harían vacaciones a lugares lejanos.

Otras soluciones que aportó en su libro Divide fueron crear un salario mínimo interprofesional de alcance global (o al menos, que a nivel local sea el necesario para vivir). Otra idea es poner fin a la evasión fiscal con leyes que regulen el comercio transfronterizo y la contabilidad corporativa. También sugiere democratizar instituciones como el Banco Mundial o el FMI (ahora en manos de los países ricos que controlan el voto) para que el Sur global pueda participar en las decisiones que le afectan y ganar más dinero con sus exportaciones (1,5 billones de dólares más). Propone condonar las deudas odiosas para que los países pobres inviertan en educación y sanidad, poner fin a las expropiaciones de tierras por grandes empresas y repartir las tierras entre pequeños agricultores, reformar los regímenes de subvenciones (que dan ventaja a la rica industria agrícola). 

El autor añade que el relato del crecimiento del PIB es ideológico, una vez que se comprende la magnitud de las desigualdades a nivel nacional y mundial. Lo define como un conjunto de ideas promovido por la clase dominante que favorece sus intereses materiales y que el resto del mundo ha interiorizado como propios (hegemonía cultural). Con el crecimiento y el progreso humano, lo que las élites reivindican, dice el autor, es acelerar los mecanismos de acumulación. Algo de ese crecimiento mejora la vida de los pobres pero esto ya no es sostenible en una época de crisis ecológica, dice Hickel.

El autor insiste en que el crecimiento del PIB mide la salud del capitalismo pero no la situación real de la población, ya que mucha es pobre o tiene una esperanza de vida más baja que la media (caso de Estados Unidos). Por ello, no ve correlación entre un mayor crecimiento del PIB y una mayor esperanza de vida, sino que la correlación sí existe en un mayor acceso a la salud general (inversiones públicas en alcantarillado, agua potable, sanidad pública) de toda la población, lo que sí eleva la esperanza de vida. Aboga por invertir en sanidad pública y educación pública para rebajar la factura del sector privado en Estados Unidos, que es exageradamente elevada e inflada. Dice que las familias se desesperan por conseguir medio millón de dólares para pagar la universidad de sus hijos, un dinero que se ahorrarían si la enseñanza de calidad fuese pública. Invertir en lo público supondría reducir el PIB o decrecer sin causar perjuicios, sino todo lo contrario. Insiste en que el decrecimiento no es malo si lo que se elimina son los despilfarros (como la obsolescencia programada de los productos de consumo y anima a legislar en ese sentido para que los aparatos duren más tiempo o las compañías se vean obligadas a garantizar sus productos durante una década o tengan obligación de reparar las piezas dañadas).

[nota del lector: si se redujese el PIB, habría menos dinero en circulación y el efecto multiplicador del dinero al cambiar a menos manos también se vería reducido, siguiendo a Keynes]

El autor advierte que el crecimiento está sobrepasando los "límites planetarios" pero eso no impedirá que el PIB siga al alza aunque el planeta esté colapsando porque habrá nuevos sectores económicos emergentes como las defensas costeras, la militarización de las fronteras, la explotación minera del Ártico y las plantas desalinizadoras. Incluso las energías verdes obligan a extraer muchos minerales y siguen generando contaminación. Algunos Gobiernos ya están tomando posiciones para sacar partidos de posibles catástrofes ecológicas [nota: por ejemplo, la nuevas rutas marítimas y las plataformas petrolíferas por el deshielo del Ártico].

El libro finaliza con una visión de los indígenas y de Spinoza. Al contrario que Descartes, creen que no hay una dualidad (naturaleza-hombre, mente-cuerpo) sino que todos los seres vivos comparten un mismo origen y están interconectados para mantener el equilibrio de los ecosistemas, y el hombre está obligado, como un ser vivo más, o tomar solo lo justo de la naturaleza y devolverle el favor. Pero lejos de estas culturas animistas, cercanas a la idea de Gaia de Lovelock, lo que hace el mundo capitalista actual es arrasar con todo para crear cultivos extensivos de cereales, dice el autor, tomando gratis más de lo que necesita y sin dar nada a cambio, y además destruyendo el hábitat de otros seres sintientes como los animales o las plantas. 

..................................................................................................................................................................


500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA
"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/01/500-resumenes-de-libro originals-de-economia-y.html
Descargar el PDF en este enlace:


...............................................................................................................

No hay comentarios:

Publicar un comentario