miércoles, 12 de junio de 2019

"Los límites del crecimiento", de Dennis L. Meadows / Club de Roma (1972)

Resumen del libro "Los límites del crecimiento", de Dennis L. Meadows / Club de Roma (1972)


Resumen original y actualizado del libro en el siguiente link:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/06/los-limites-del-crecimiento-de-dennis-l.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, ecología, crecimiento económico, medio ambiente, desarrollo sostenible,

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Ficha técnica

Título: "Los límites del crecimiento"

Autor (dirección): Dennis L. Meadows y colaboradores del MIT (Club de Roma)

Lista de participantes: Dennis L. Meadows (director), Alison A, Anderson (contaminación), Jay M. Anderson (contaminación), Ilyas Bayar (agricultura), William W, Behrens III (recursos), Farhad Hakimzadeh (población), Steffen Harbordt (tendencias sociopolíticas), Judith A. Machen (administración), Donella H. Meadows (población), Peter Milling (capital), Nirmala S. Murthy (población), Roger F. Naill (recursos), Jorgen Randers (contaminación), Stephen Shantzis (agricultura), John A. Seeger (administración), Marilyn Williams (documentación) y Erich K. O. Zahn (agricultura).

Título en inglés: "The Limits to Growth"

Publicado en 1972

Edición en español: Fondo de Cultura Económica, México (1972-1982)

Páginas: 253

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Texto de la contraportada

Un grupo de intelectuales y hombres de empresa y de ciencia de Europa y Norteamérica, a los que se han agregado estudiosos de Asia, África y América Latina, resolvió en 1968 emprender con los métodos que la cibernética y las ciencias sociales son capaces de usar hoy en día, un examen a fondo de las interrelaciones entre crecimiento de la población, desarrollo industrial y agrícola, utilización de los recursos naturales y contaminación del medio ambiente en una perspectiva de largo plazo hasta por lo menos mediados del siglo XXI. Tras una labor de más de tres años, con base en la mejor información disponible, el grupo técnico elaboró los modelos que son objeto del presente estudio, cuya versión original ha suscitado ya, en el mundo entero, apasionadas polémicas.

Los modelos muestran diversas alternativas de las que se desprende que de seguir las tendencias actuales, se excederá la capacidad del planeta para sostener una población siempre creciente. Lejos de tener ninguna intención alarmista, los análisis efectuados pretenden llamar la atención sobre las consecuencias de distintas posibles situaciones reales, con objeto de que los responsables de la conducción de la Humanidad puedan prever las medidas y las políticas que serían oportunas para que no se llegue a una situación catastrófica.

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ÍNDICE

Prólogo a la edición en español: "Allende el año 2000"

Presentación

La condición humana

La problemática mundial: síntomas y enfermedad

El proyecto del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)

Introducción

Perspectivas humanas

Problemas y modelos

1. Naturaleza del crecimiento exponencial

La matemáticas del crecimiento exponencial

Modelos y crecimiento exponencial

Crecimiento de la población mundial

Crecimiento económico mundial

2. Los límites del crecimiento exponencial

Alimentos

Recursos no renovables

La contaminación

El crecimiento exponencial de la contaminación

Límites superiores desconocidos

Rezagos naturales en los procesos ecológicos

Distribución global de los contaminantes

Los límites de la contaminación

Un mundo finito

3. El crecimiento en el sistema mundial

Objetivos del modelo mundial

La estructura del circuito de retroalimentación

Hipótesis cuantitativas

Uso de recursos "per cápita"

La utilidad del modelo mundial

4. La técnica y los límites del crecimiento

La tecnología en el modelo mundial

La tecnología en el mundo real

5. El estado de equilibrio global

Frenos deliberados en el crecimiento

El estado de equilibrio

El crecimiento en el estado de equilibrio

La igualdad en el estado de equilibrio

Comentario

Apéndice: "Estudios relacionados con el actual"

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RESUMEN

Comentarios iniciales:  "Los límites del crecimiento" es una obra clásica que se publicó como informe en 1972 por el Club de Roma. Fue uno de los primeros en alertar de que era una mala idea pensar en un crecimiento exponencial en un planeta con recursos limitados. Una de las pruebas era que el petróleo se iba a agotar y, casualmente, en 1973 estalló una crisis energética sin precedentes. Casi 50 años después, las advertencias del Club de Roma siguen vigentes, en un planeta sobrecalentado. En 1972, la población mundial era de 3.500 millones de personas; ahora son el doble y en el 2050 se espera llegar a los 10.000 millones.

Los autores advierten de que uno de los mitos más generalizados en la sociedad actual es la promesa de que el mantenimiento de los patrones prevalecientes de crecimiento llevará a la igualdad entre los hombres. En realidad, el crecimiento de población y capital ensanchan la "brecha" que existe entre ricos y pobres en el mundo y dicho patrón lleva a un "colapso desastroso". Añaden que el mayor impedimento para una distribución más igualitaria de los recursos mundiales es el crecimiento demográfico (según aumenta la población, la distribución es más inequitativa). La solución que proponen es dirigir el mundo a un crecimiento estacional (estable, con población y capital estables). Calculan una población estabilizada en 8.200 millones si se pusieran en marcha ya el control de natalidad en 1972 y el reemplazo familiar fuese efectivo en el 2000.

"No emprender ninguna acción para resolver estos problemas equivale a emprender una acción poderosa. Cada día que transcurre de crecimiento exponencial sostenido va acercándose el sistema mundial a sus límites últimos de crecimiento. La decisión de no hacer nada aumenta el riesgo de colapso. No podemos decir con certeza cuánto tiempo puede la Humanidad aplazar el inicio de controles deliberados de su crecimiento, antes de que pierda la oportunidad de controlarlo. No puede continuar cien años más. Debido a los regazos, si la sociedad global espera a que estos obstáculos se manifiesten claramente, habrá esperado demasiado", indican los autores. Advierten que "la Humanidad podría ahora iniciar una transición controlada y ordenada del crecimiento hacia el equilibrio global".

El libro se plantea esta pregunta: "¿Existen recursos suficientes para que pueda llevarse a cabo el desarrollo económico de los 7.000 millones de habitantes que se prevé que tendrá el mundo en el año 2000, a un nivel de vida razonablemente elevado?". La respuesta es: depende de la manera como las principales sociedades consumidoras de recursos traten algunas decisiones importantes que afrontar. Podían seguir aumentando el consumo de recursos conforme a la tendencia actual. Podrían aprender a recuperar y reciclar materiales desechados. Podrían desarrollar nuevos diseños para aumentar la durabilidad de productos derivados de recursos escasos. Podrían fomentar patrones económicos y sociales que satisficieran las necesidades de una persona, a la vez que minimizaran, en lugar de maximizar, las sustancias irremplazables que esa persona posea y desgaste. "Todas esas posibilidades implican sacrificios que son partícularmente difíciles en este caso porque conllevan la elección entre beneficios presentes y futuros", dice. Una de las soluciones es subir el precio de los recursos para hacerlos "antieconómicos" pero el aumento poblacional obligará a que el sistema se vea empujado a sus límites y al agotamiento de los recursos mundiales no renovables.

Según indican, el hombre se enfrenta a toda una gama de problemas que parecen intratables e inasibles: deterioro del medio ambiente, incontrolable expansión urbana, inseguridad de empleo, enajenación de la juventud, rechazo del sistema de valores de nuestra sociedad por parte de una proporción siempre en aumento de la población, inflación. Se trata de problemas que surgen en países en desarrollo, son complejos y actúan vigorosamente entre sí de una manera que aún nos resulta incomprensible. 

Dicen que el predicamento de la Humanidad es que somos capaces de percibir los síntomas individuales del profundo malestar de la sociedad; sin embargo, no podemos entender el significado y la interrelación de sus innumerables componentes y diagnosticar sus causas básicas, y por lo mismo, somos incapaces de planear respuestas adecuadas al caso. Dicen que hay que, ante la perspectiva cortoplacista, hay que introducir cambios profundos para rectificar la situación mundial antes de que sea demasiado tarde.

Advierten que 

1) Si se mantienen las tendecias de 1972 de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación ambiental, producción de alimentos y agotamiento de los recursos, este planeta alcanzará los límites de su crecimiento en el curso de los próximos cien años. El resultado más probable sería un súbito e incontrolable descenso de la población y de la capacidad industrial.

2) Es posible alterar estas tendencias de crecimiento y establecer una condición de estabilidad ecológica y económica que pueda mantenerse durante largo tiempo. El estado de equilibrio global puede diseñarse de manera que cada ser humano pueda satisfacer sus necesidades materiales básicas y gozar de igualdad de oportunidades para desarrollar su potencial particular.

3) Si los seres humanos deciden empeñar sus esfuerzos en el logro del segundo resultado en vez del primero, cuanto más pronto empiecen a trabajar en ese sentido, mayores serán las probabilidades de éxito.


En primer lugar, el grupo aborda el concepto de "perspectivas humanas". Señalan que estas varían en tiempo y en espacio y todo interés humano se localiza en algún punto de la gráfica tiempo-espacio. Afirman que la mayoría de población del mundo se preocupa por cuestiones que afectan únicamente a su familia o a sus amigos en un período corto de tiempo. Otros ven más allá y en un área más amplia (una ciudad o un país). Muy pocos tienen una perspectiva global que se proyecte a un futuro muy lejano. Por ejemplo, la preocupación la próxima semana por la familia es enorme, lo mismo que los amigos, pero menos intensa para el país o mundo. El próximo año, esta preocupación continúa para la familia y amigos, pero se va diluyendo para un período de vida del sujeto o la vida de sus hijos.

Otro dato del que alertan es que el consumo de fertilizantes crece exponencialmente con un tiempo de duplicación de casi diez años. Su uso en 1972 era cinco veces mayor que en 1945.

Respecto a la población, el informe calculaba que la población urbana total aumente exponencialmente en las regiones menos desarrolladas del mundo y casi linealmente en las desarrolladas. En las menos desarrolladas, la población se duplica cada 15 años. Se esperaba pasar de 400 millones a 2.000 millones de habitantes urbanos en el Tercer Mundo y de 500 a 1.200 millones en las ciudades de las regiones más desarrolladas.

Respecto al ahorro, explican la diferencia entre crecimiento exponencial y lineal con el ejemplo de 10.000 dólares guardados bajo el colchón. En la versión mexicana, si una persona guarda diez pesos bajo su colchón, sus ahorros crecerán linealmente. Si después de diez años, invierte sus 100 pesos a una tasa de interés del 7 %, esos 100 pesos crecerán exponencialmente, con un tiempo de duplicación de diez años. Mediante estas explicaciones. pretendían concienciar a la gente de que un problema es mucho más problemático si crece de forma exponencial que lineal, en referencia al agotamiento de recursos y al crecimiento de la población.

Exponen que desde 1650 la población mundial ha crecido exponencialmente a una tasa de crecimiento que va en aumento. La población de 1970 ya superaba las previsiones de 1958 (a una tasa de incremento del 2,1 %, se duplicaría en 33 años). Y dieron en la diana porque su proyección estimaba 6.000 millones de habitantes en el 2000 (y, efectivamente, se alcanzaron ese año los 6.228 millones). Lo explican diciendo que mientras aumenta el promedio de fecundidad (proporción de la población que da a luz anualmente), disminuye el promedio de mortalidad (la proporción de la población que muere anualmente).

También tienen en cuenta la producción industrial mundial desde 1963. Ve un claro aumento exponencial a pesar de pequeñas fluctuaciones. Si la tasa media de producción total está creciendo al 7 %, la tasa por habitante es del 5 % anual. El resultado es que en 1970 ya había subido a 150 %.
Además, ven que está aumentando la inversión (nuevo capital añadido anualmente) mientras que disminuye la depreciación (capital desechado anualmente).

Aplicando esta tasa de crecimiento económico (PNB) a diversos países (Estados Unidos, Suecia, Reino Unido, Japón, Argentina, Ghana e India), observan que las tasas de crecimiento exponencial están ampliando la brecha económica que existe entre los países ricos y los pobres. USA pasó de 250 dólares per cápita en 1750 a 3.500 en 1970 mientras que India pasó de 30 dólares en 1850 a 100 en 1970. 
Lo que descubren es que el aumento de la población no se corresponde con el de la producción: Mientras la población de China crecía en 1970 un 1,5 % su PNB crecía solo un 0,3. Caso igual de dramático era el de India. donde el crecimiento poblacional era del 2,5 % y el PNB solo del 1%. Por contra, Estados Unidos crecía un 1,4 % y la tasa del PNB se disparaba un 3,4 % (con lo cual, había más riqueza a repartir), un caso muy parecido al de Alemania. Especialmente afortunado era Japón: aumentaba un 1% su población pero un 9,9 % su PNB (tocaba más a repartir).

Uno de los fallos predictivos del Club de Roma fue la extrapolación del PNB al 2000 (lo situaban al valor del dólar en 1968 pero no contaban con la gran inflación de 1973-1982). A China le calculaban 100 dólares per cápita y en el 2000 resultó tener entre 930 y 2.340.

Respecto a la alimentación, indicaron que América del Norte y Europa Occidental excedían el máximo de proteínas (sobre todo las animales) y calorías necesarias para satisfacer la vida diaria mientras que África Central, Pakistán, India y África, no llegaban a lo necesario. "Existe desigualdad en la distribución no solo entre regiones sino dentro de las mismas regiones", indicaba.

Otro dato que detectaron es que la tasa de crecimiento de la producción total de alimentos en las regiones no industrializadas del mundo es casi la misma que la de la población, de lo que se deduce que el bajo nivel de la producción de alimentos "per cápita" ha permanecido casi constante. En las gráficas se ve cómo aumenta la producción en África, Medio Oriente, Lejano Oriente y América Latina pero a cada habitante le sigue correspondiendo la misma cantidad de alimento a causa del aumento poblacional.

Los expertos también abordan la tierra cultivable. Señalan que el total de tierra cultivable que existe en el mundo es de unas 3.200 millones de hectáreas. La productividad de 1970 exigía 0,4 hectáreas de tierra cultivable por persona. Suponiendo que la población sostuviese su tasa de crecimiento, la tierra disponible se agotaría en el 2000 (si no se mejorase la productividad), se acabaría en el 2045 si se duplicase la productividad y en el 2070 si de cuadriplicase. Pero en todo caso, alertan, la tierra cultivable disponible disminuye porque a medida que la población crece se utiliza con fines urbano-industriales. Con este factor correctivo, la tierra para alimentos se agotaría en el 2000 (de no haber mejoras productivas), 2025 (si se duplicase la productividad) y 2050 (si se cuadriplicase). Los expertos ven demasiado suerte ir superando estos sucesivos "puntos críticos", pues cada vez será más costoso hacerlo.

Luego, pasan a examinar (mediante una simulación informática) las reservas de recursos naturales no renovables. Por ejemplo, el cromo se agotarían en una situación normal en 420 pero si su uso aumenta en un 2,6 %, se terminarán en 95 años. Aunque las reservas se quintuplicasen, solo quedaría para 154 años. Y aunque se pudiese reciclar, no quedará más que para 235 años. A medida que crecen los costos, se frena su uso y el material se reemplaza por otro. Incluso si un hallazgo duplicase las reservas, estas se agotarían muy rápido y el período de duración del recurso solo se prolongaría 20 pírricos años.

De ahí concluyen que "dadas las actuales tasas de consumo de los recursos y el aumento proyectado de las tasas, la gran mayoría de los recursos no renovables hoy importantes tendrán costos extremadamente elevados dentro de cien años".

Al carbón le dan 2.300 años (posible cifra errónea) de duración estática, al petróleo 31 años, al aluminio 100, al cobre 36, al hierro 240, el gas natural 38 y al oro 11. Si se quintuplicasen las reservas, el petróleo duraría 50 años y el gas natural 49.

Por otra parte, estudian la contaminación, de la que culpan directamente al ser humano de su aumento exponencial. En primer lugar, analizan el consumo de energía y PNB per cápita. Ven una importante correlación (al trazar la recta de regresión) entre el consumo de energía y lo que produce cada persona en cada país. Aunque EE.UU. consume el equivalente a 10.000 kilos de carbón por persona y un país pobre, menos de 1.000, se ve una clara línea de correlación. Las diferencias y dispersiones que pueda haber se explican por el clima, precios locales de los combustibles o la incidencia de la industria pesada.

Otra de las alerta que lanza (y que se reveló acertada) es la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera que sigue una línea exponencial desde 1860 y crece 1,5 partes por millón (ppm) al año. Calcularon 380 ppm para el año 2000 (actualmente es de 387; la tasa en el 2000 fue de 2 ppm, invariable desde 1998).

También alertaron de que el desecho térmico liberado sobre la cuenca de Los Ángeles (EE.UU.) estaba afectando ya al clima local.

Del mismo modo, alertaban del aumento de los residuos nucleares a la vez que subía la capacidad de generación nuclear (calcularon que se multiplicaría por 90 en 30 años).

La contaminación por desechos industriales y agrícolas también afectó a la concentración de sal en los lagos (como el de Ontario), lo que generó cambios químicos y un sospechoso descenso agudo y en picado de la pesca de trucas, gobios, sollos, arenques y otras especies. 

Además, analizan la acumulación de desechos orgánicos en el Mar Báltico, donde la circulación del agua es mínima, y se detectó la caída constante de concentración de oxígeno en el agua. En algunas zonas es cero, y no puede albergar vida.

Otro factor es el consumo de mercurio, que se usa para producir sosa cáustica y cloro, elementos que luego son liberados a la atmósfera crecientemente.

Y en Groenlandia, aumentan los depósitos de plomo en las capas profundas de la nieve. Delata la contaminación que emana de los tubos de escape de los coches.

Además, le siguen la huella del DDT (insecticida actualmente prohibido) en el medio ambiente. Aunque fue prohibido, los peces lo mantuvieron 11 años más (al ser parte de la cadena trófica, el DDT de los peces también llega al hombre y los pájaros) y hasta 1995 no desapareció.


SEGUNDA PARTE 

MODELOS Y SIMULACIONES INFORMÁTICAS

En la segunda parte del libro, analizan los posibles escenarios entre recursos del planeta y población.

Por ejemplo, sitúan varios escenarios posibles. En uno, la población aumenta hasta alcanzar la capacidad de sostenimiento y luego se mantiene estable a lo largo del tiempo. En otro modelo, la población sobrepasa la capacidad de sostenimiento y desciende levemente. En otro, la población sube y baja en función de si sobrepasa o no la capacidad de sostenimiento. Y en otro, los recursos se desploman rápidamente por el aumento descontrolado de la población y el número de habitantes se hunde en picado hasta alcanzar un nuevo equilibrio.

Relacionan el nivel de nutrición (en calorías vegetales) con la esperanza de vida para los hombres (comiendo miserablemente de 2.000 a 4.000 se rondan entre 30 y 50 años; a partir de 10.000, se rondan los 65 o 70 años; un aumento de consumo de alimentos es insignificante).

También  ven una relación entre las tasas de natalidad y el PNB per cápita. A medida que se aumenta el PNB y la riqueza personal, los nacimientos disminuyen. Lo mismo ocurre (es una tendencia comparable) con las familias que desean tener cuatro o más hijos (casi todas quieren tener familias grandes en países muy pobres, casi nadie en los países de renta media y un ascenso en aquellos que viven cómodamente).

Una de las gráficas más espectaculares aborda la evolución de cinco factores (recursos, alimentos, producción industrial, contaminación y población) combinados  dentro de una secuencia de tipo mundial entre 1900 y 2100. Dicen que todo crece exponencialmente hasta que la base de recursos, que disminuye con gran rapidez, lleva forzosamente a una pérdida de velocidad del crecimiento industrial. Hay "rezagos" y la población y la contaminación siguen aumentado algún tiempo después después de alcanzar el punto máximo de industralización. Finalmente, se detiene el crecimiento de la población porque aumenta la mortalidad por falta de alimentos y servicios médicos.

Según dicha simulación, el crecimiento se detiene mucho antes del 2100 (sin contar guerras o epidemias). "Con base a la hipótesis de que el sistema actual no sufrirá ningún cambio de importancia, el crecimiento industrial y el demográfico seguramente se detendrán a más tardar en el transcurso del próximo siglo XXI", dice el libro.

En otra simulación informática, los autores prueban a duplicar las reservas de recursos naturales. El resultado es alarmante porque la contaminación se dispara de modo exponencial. Según dicho modelo informático, la industrialización puede alcanzar un nivel superior que antes puesto que los recursos no se agotan con tanta rapidez. El problema es que la liberación de contaminación satura los mecanismos medioambientales de absorción, la cual se eleva con rapidez y genera un aumento de la tasa de mortalidad y la disminución de la producción de alimentos. Al final, los recursos se agotan a pesar de que había el doble que antes.

Por eso dicen que los recursos ilimitados no son la clave del crecimiento sostenido en el sistema mundial sino que para evitar el colapso hay que frenar la contaminación. 

En una tercera simulación, prueban a poner recursos ilimitados (mediante centrales nucleares) pero ni siquiera reciclando los materiales y duplicando los recursos se puede frenar la contaminación, que al crecer exponencialmente corta abruptamente los alimentos, población y producción.

Otro problema es que reducir la contaminación es muy costoso (hay un coste adicional a medida que se incrementa el volumen de desechos orgánicos a reducir). Esto también vale para la reducción de la contaminación atmósferica en una ciudad (a partir de cierto límite, mejorar un 15 % cuesta cuatro veces más).

Otra simulación aborda un modelo mundial con recursos limitados y el control de la contaminación. La idea es que las nuevas tecnologías reducen la contaminación industrial y agrícola, por lo que la población sigue creciendo hasta el límite máximo de tierra cultivable, momento en (sobre el 2070) que cae la disponibilidad de alimentos y el dinero invierte en la agricultura y lo retira de la industria.

Una nueva simulación prueba a usar recursos ilimitados pero con un control de la contaminación y un incremento de la productividad agrícola (con el doble de rendimiento medio de la tierra). En este caso, la población y la industria aumentan pero acaba generando una crisis de contaminación, que hunde la producción de alimentos y, al poco, la población.

En otro modelo, los recursos son ilimitados, hay un control de la contaminación y la natalidad está regulada perfectamente (control de natalidad voluntario) para evitar el problema de los alimentos. La población sigue creciendo lentamente pero la crisis de alimentos se aplaza solo uno o dos decenios. En cuanto la contaminación alcanza niveles intolerables, se hunde todo, esta vez cerca del 2100.

Otro modelo explora un escenario con recursos ilimitados, control de la contaminación, incremento de la productividad agrícola y regulación perfecta de la natalidad. Hay un reciclaje del 75 % y la contaminación se reduce al 25 %, los rendimientos de la tierra se duplican y se regula la natalidad. Aunque logra temporalmente una población constante con un ingreso mundial medio como EE.UU., todo se viene abajo porque el crecimiento industrial se frena al agotarse los recursos, la contaminación se acumula y bajan los alimentos (se desploman). Esto ocurría sobre 2070. Nuevamente, el resultado es que el fin del crecimiento se prevé para antes del 2100.

Los autores explican que no es difícil entender la manera como se presenta el colapso. En toda la red de circuitos de retroalimentación entrelazados que constituye el sistema mundial, tuvieron que introducir "rezagos" (efectos que salen a posteriori por un retardo: por ejemplo, desde que nace un niño se tardan 15 años en que sea fertil) y que solo son graves cuando hay cambios acelerados (como cuando pisas el freno a gran velocidad en una curva). Debido que actualmente experimentamos grandes cambios a mucha velocidad, los cambios podrían operar a través de los rezagos para retroalimentar cualquier parte del sistema antes de que se introdujese cualquier acción o política. La situación es peor cuando el crecimiento es exponencial (la población y el capital exceden los límites más allá de que el resto del sistema frene el crecimiento y la contaminación puede rebasar el punto crítico de peligro pero solo es detectado unos años después).

Parte 4. Sobre la tecnología

El libro señala que "las esperanzas de los optimistas tecnológicos se centran en la capacidad de la tecnología para desplazar o extender los límites del crecimiento de la población y del capital".

Los autores añaden que "hemos demostrado que en el modelo mundial la aplicación de la tecnología a resolver problemas aparentes de agotamiento de los recursos, contaminación o escasez de alimentos no tiene efecto alguno sobre el problema esencial constituido por el crecimiento exponencial en un sistema finito y complejo". Incluso los modelos más optimistas no impidieron la caída ulterior de la población y la industria y ninguno aplazó el colapso más allá del 2100.

Comentan el éxito de la Revolución Verde genera efectos sociales inesperados para los que no se puede hacer frente en 20 años. Recuerdan que hay problemas sin solución técnica como la carrera armamentística, las tensiones raciales o el desempleo. Un problema sin solución técnica podría poner fin al crecimiento de la población y del capital.

Los autores mencionan la caza de ballenas: si se agotan, también se acaban los balleneros, es preferible aceptar unas tasas de pesca (a medida que se matan las manadas, es más difícil encontrar supervivientes por muy potentes que sean los barcos). Se debaten entre aceptar el límite natural de crecimiento o superarlo con la esperanza de que haya otro salto tecnológico para seguir creciendo.

Recalcan que "nadie puede afirmar que el crecimiento material del planeta pueda continuar indefinidamente. El hombre todavía puede elegir sus límites y detenerse cuando desee, con tal de debilitar algunas de las presiones más fuertes que provocan el crecimiento del capital y la población, o de instituir contrapresiones (no del todo agradables y que implicarán cambios profundos en las estructuras sociales y económicas), o las dos cosas". Una vez superados los límites, las presiones ajenas a la voluntad del hombre frenarán el crecimiento y, según los modelos, estas pueden ser peores que las que la sociedad elija para sí misma.

Recalcan que la tecnología no lo resuelve todo (aunque la gente crea que sí) y que no puede ser la solución última a todos los problemas porque distrae la atención del problema de base (el problema del crecimiento en un sistema finito) e impide que hagamos una acción efectiva para resolverlo.

Parte 5. El estado de equilibrio general

Los autores recalcan que los circuitos positivos de retroalimentación que operan sin freno alguno (la población y el capital industrial) generan el crecimiento exponencial. Estos se contrarrestan con circuitos negativos de retroalimentación (por ejemplo, la natalidad se contrarresta con la mortalidad). Lo que proponen es igualar los nacimientos con las defunciones para hacer un mundo sostenible.

Por eso presentan uno modelo mundial con población estabilizada, en la que se igualan la tasa de natalidad y mortalidad mientras que el capital industrial sigue sin control generando el crecimiento exponencial de productos, alimentos y servicios. El agotamiento de los recursos acaba por originar un colapso súbito del sistema industrial. Eso ocurriría entono al 2030 o 2050, tras alcanzar un "pico" máximo de producción seguido de una caída en picado. Lo único bueno es que la población sigue estable.

En el siguiente modelo, la población y el capital están estabilizados. Se restringe el crecimiento del capital (se iguala la inversión a la depreciación). Ahora el crecimiento de la población se detiene y se estabiliza temporalmente. Sin embargo, la población y el capital son tan elevados que agotan aceleradamente los recursos puesto que no se han adoptado tecnologías para conservarlos. La producción industrial decae ante la falta de recursos y la eficiencia de capital, también al tener que usar más para generar producción utilizable. Este modelo establece un colapso entorno al 2100 pero los efectos ya se notan en el 2060 y es el que más se parece a la situación actual.

Finalmente, proponen un modelo mundial estabilizado (I) en el que los recursos se estiran más allá del 2100. Se aplican unas políticas de regulación del crecimiento (estabilización de la población, reducción del consumo, mayor educación en salud, reducir la contaminación un 75 %, alimentos suficientes para "toda" la población, enriquicimiento del suelo, distribución del capital hacia alimentos, reciclaje y control de la contaminación) y se añaden políticas tecnológicas para producir un estado de equilibrio sostenible en un futuro lejano. En este modelo estacionario, aún se produce el triple que en 1970.

En un segundo modelo estabilidado (II), con un control de la población, y sin tantas restricciones, hay un ligero aumento de todos los factores a medida que lentamente se agotan los recursos.

En otro modelo, si se introducen las políticas de estabilización en el año 2000, la población y el capital industrial alcanzarán niveles tan elevados que generan escasez de alimentos y de recursos aún antes del 2100 (sobre el 2060).

Estos serían los niveles del estado de equilibrio global:

1) Que el tamaño de la planta de capital y de la población sean constantes.

2) Que todas las tasas de insumos y productos (natalidad, mortalidad, inversión y depreciación) se mantengan a un nivel mínimo.

3) Que los niveles de capital y de población y la relación entre ambos se fijen de acuerdo con los valores de la sociedad.

Dicen que ese tipo de equilibrio no significa estancamiento. 

Creen que podría seguir el crecimiento indefinidamente sin degenerar el planeta. La gente podría dedicarse al arte o la música, o los deportes y la religión o la vida social, una vez que se ha generado un excedente de producción y se cubrieron las necesidades de alimento. Pero generalmente cuando hay un aumento de ocio (en el mundo real, eso no se traduce en la reducción de la jornada a la mitad para todos, sino el despido para la mitad, como dijo Russell. Las horas, efectivamente, son las mismas)

Entre los descubrimientos clave para mantener una sociedad de estado estable:

- Nuevos métodos de recolección de desechos (reciclaje) para reducir las tasas de agotamiento de recursos y minimizar la tasa de depreciación del capital

-  control de la energía solar (libre de contaminación)

- control natural de las plagas (por interrelación ecológica)

- avances médicos que reduzcan la mortalidad

- anticonceptivos (para igualar la natalidad a la mortalidad)










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