lunes, 5 de noviembre de 2018

"El desmoronamiento", de George Packer (2013)

Resumen del libro "El desmoronamiento",  de George Packer (2013)

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/11/el-desmoronamiento-de-george-parker-2013.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, historia de Estados Unidos, economía, estructura social, movilidad social

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Ficha técnica

Título: "El desmoronamiento"

Subtítulo: "Treinta años de declive americano"

Título original: "The Unwinding: An Inner History of the New America"

Autor: George Packer

Edición en inglés: NYC, 2013

Edición en español: Barcelona, 2015, Debate, Penguin Random House Grupo Editorial

Número de páginas: 521

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Biografía oficial del autor George Packer (hasta 2015)

George Packer escribe para The New Yorker y es autor de Assasins' Gate: America in Iraq, que obtuvo varios premios y fue considerado uno de los diez mejores libros del 2005 por The New York Times Book Review. También ha escrito dos novelas, The Half Man y Central Square, y otras dos obras de no ficción, Blood of the Liberals, que ganó el premio Robert F. Kennedy en el 2001, y The Village of Waiting. Su obra de teatro, Betrayed, se representó en el off-Broadway durante cinco meses en el 2008 y obtuvo el Lucille Lortel Award a la mejor obra. Vive en Brooklyn.

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Texto de la solapa

"El Desmoronamiento narra los últimos treinta años de la historia de Estados Unidos, la época del declive americano, a través de las vidas de varias personas: Dean Price, hijo de granjeros, que se convierte en abanderado de la nueva economía en el sur rural; Tammy Thomas, una obrera del cinturón industrial del país que intenta sobrevivir al colapso de su ciudad; Jeff Connaughton, miembro del círculo político de Washington, que oscila entre el idealismo y el atractivo del dinero, y Peter Thiel, un millonario de Silicon Valley que cuestiona la importancia de Internet y construye una visión radical del futuro. Packer entrelaza estas historias personales con perfiles biográficos de las grandes figuras públicas de la época, desde Newt Gingrich hasta el rapero Jay-Z, y con collages de titulares del periódico, lemas publicitarios y letras de canciones, que captan la evolución de los acontecimientos y sus corrientes subterráneas.

El desmoronamiento es el retrato de una superpotencia a punto de derrumbarse, con élites que ya no son élite, instituciones que ya no funcionan y la gente corriente abandonada a su suerte. La historia narrativa y caleidoscópica de la nueva América es la obra más ambiciosa publicada en mucho tiempo".

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ÍNDICE

Primera parte

1978
Dean Price
La guerra total: Newt Gingrich
Jeff Connaughton

1984
Tammy Thomas
Hecha a sí misma: Oprah Winfrey
Jeff Connaughton

1987
El artesano: Raymond Carver
Dean Price
Tammy Thomas
El señor Sam: Sam Walton

1994
Jeff Connaughton
Silicon Valley

1999
Dean Price
Tammy Thomas

2003
El hombre institución (1): Colin Powell
Jeff Connaughton

Segunda parte

Dean Price
La reina del rábano: Alice Waters
Tampa
Silicon Valley

2008
El hombre institución (2): Robert Rubin
Jeff Connaughton
Tammy Thomas
Dean Price
Solo son negocios: Jay-Z
Tampa

Tercera parte

Jeff Connaughton

2010
Periodista ciudadano: Andrew Breitbart
Tampa
Dean Price
Tammy Thomas
Tampa
La populista de las praderas: Elizabeth Warren
Wall Street

2012
Silicon Valley
Jeff Connaughton
Tampa
Tammy Thomas
Dean Price

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RESUMEN

El libro escrito con estilo periodístico retrata desde un punto de vista moralizante las vidas, esperanzas y decepciones de varios personaje. Entre ellos, figuran madres de clase media-baja, varios obreros de la industria a los que golpeó de lleno la deslocalización, la de un abogado lobbista de Washington que se hizo rico, la del militar Collin Powell, hecho a sí mismo, la del libertario Peter Thiel que se hizo millonario en Silicon Valley, así como varios perdedores del medio Oeste. La idea es que en los últimos 30 años se desmanteló un medio de vida institucional en el que todo el mundo creía (General Motors, los partidos, las iglesias, etc...). En vez de tener resuelta su vida, una generación entera se estrelló contra otra realidad: los recortes y ajustes aplicados por los "brokers" de Wall Street, a lo que se sumó la deslocalización. Tampoco salen muy bien parados los políticos que, según  sus testimonios, van a Washington a medrar y hacer dinero aunque también hay políticos de buena fe.

El autor relata las historia de varios ganadores de clase baja y afroamericanos como la presentadora televisiva Oprah  o el rapero Jay-Z. Ambos procedían de familias desestructuradas de clase baja que salieron a flote. En el caso de Oprah, tras una adolescencia problemática empezó a destacar en las tertulias con un lenguaje sincero y directo que conectó con las mujeres de las clases medias y sus dramas románticos y vitales. Se hizo tan famosa que ganó mil millones y volaba en su avión privado desde su casa en el Golfo de México hasta Chicago para grabar los programas. Se hizo tan rica que quiso repartir dinero y regalos e incluso casas entre su público del programa. El autor dice que ella pensaba que si ella había llegado hasta arriba también lo podían hacer los demás o sería culpa de síndole mismos por no triunfar como ella.

Otro caso de éxito fue el de Jay-Z,  criado en los suburbios de Nueva York y que de muy niño aprendió a hacer rimas con una facilidad espantosa. Durante años se dedicó a traficar con drogas de gran calidad por lo que obtuvo muy buena clientela. Era serio y aprendió a hacer dinero. Cuando tuvo la oportunidad de ser músico de rap y hip-hop se convirtió en un gran triunfador aunque por el medio dejó a algún amigo. Solo le importaba la pasta.

El autor también examina el caso de una profesora de derecho que investigó las quiebras pensando que era culpa de las gente por no ser más sería.  Pero descubrió que en realidad entre 1945 y 1980 no hubo quiebras de bancos y que estas solo empezaron autor darse con la desregulación de Reagan al suprimir los controles a la banca.  Obama, tras la crisis del 2008, quiso ponerla al frente de una comisión reguladora pero la banca lo impidió echándole en cara sus desaires a la gente de Washington, ella se marchó para empezar una carrera política. 

Entre las cosas que comenta, el autor habla del caso de una hindú que emigró a Estados Unidos y quiso comprar un hotel. Luego, los bancos intentaron embargarle el negocio pero ella luchó contra uno de los grandes bancos (el BSCH) y ganó el pleito. Le ayudaron sus familiares repartidos por todo el mundo. El autor reflexiona: ella tenía familia solidaria que le ayudó pero si hubiese sido americana se habría quedado sola.

Otro detalle que cuenta es el de un joven universitario, Jeff  Connaughton, metido en política que se hizo seguidor de un senador de su Estado, Jon  Biden, el cual siempre participó en los debates de su campus. El joven se carteaba. Incluso viajó con unos amigos a Washington para pedirle ayuda. Aunque entró en el Capitolio, no  vio a su amigo político en su despacho se encontró con unos senadores, con aspecto de patricio, que salían bromeando de una sala. Pero después, el aspirante se mudó de Estado y le escribió desde allí a su amigo senador y jamás recibió respuesta: la razón era que, por motivos electorales, solo devolvía las cartas de la gente de su propio Estado e ignoraba las restantes.

Finamente, Connaughton prestó servicio como asistente a Biden y luego a otro juez que fue a trabajar a la Casa Blanca para Bill Clinton. Connaughton cuenta que un día lo llamó el presidente a su despacho privado, una ocasión única que no pudo retratar porque no había fotógrafos oficiales. Esa foto con el presidente era la típica que luego ponías en tu despacho para impresionar a amigos y clientes. En la reunión, pedía consejo sobre si autorizar las demandas colectivas contra la banca; al final, se llegó a una solución que dio la razón a Wall Street pero a Connaughton le pareció que Clinton era un político que actuaba de buena fe. La Casa Blanca no le gustaba mucho y regresó a los despachos de abogados hasta que le surgió una buena oportunidad.

El autor habla también en los 90, no solo del ascenso de Wall Street, sino también de Silicon Valley. Retrata a Peter Thiel, un alumno reservado pero muy competitivo (sacaba todo sobresalientes) y experto en matemáticas y ajedrez que tenía una ideología libertaria (leía La Rebelión del Atlas, de Ayn Rand). Montó una revista procapitalista y derechista en el campus de Standfor, situada en la península de California llamada Silicon Valley, donde se empezaba a oír de palabras como "start-up". Tuvieron problemas con los progresistas que defendían la corrección política y la igualdad de las minorías, la mujer y otros colectivos. Al graduarse, se fue a trabajar a bufetes de Nueva York pero no le gustaba o le aburría su trabajo y la ciudad era muy cara. Así que regresó a Silicon Valley para captar inversiones justo en el momento en que empezaba a surgir Internet y Netscape iniciaba la guerra de los navegadores, que duró hasta 1999. Venían inversores de todos lados a poner su dinero en las nuevas webs por extravagantes que fuesen. Thiel captó 225.000 euros para lanzar PayPal (transferir pagos desde el móvil o la cuenta de correo electrónico). Consiguió dinero y se fusionó con X.com (la empresa de Elon Musk) justo antes de que estallase la burbuja de Internet, la cual se olió, y fue de las pocas empresas que sobrevivió. Cuando eBay empezó a usar PayPal (que se empezó a asociar con pagos en negro), le compraron el negocio por 55 millones. Era tan rico que se mudó de un apartamento de dos habitaciones a un bungalow en el hotel Four Seasons de San Francisco. Años más tarde, apostó por Facebook, invirtió medio millón y vendió luego su paquete de acciones por 1.000 millones.

Thiel menciona el libro The Soverign Individual, de lord William Rees-Mogg y James Dale Davidson, que describe un mundo futuro en el que la revolución informática mermaría la autoridad de los estados-nación, la lealtad de sus ciudadanos y las jerarquías de las profesiones tradicionales, capacitando al individuo a través del comercio electrónico glogal, descentralizando la economía al virtualizarla, a través del dinero electrónico, y hundiendo al Estado de Bienestar, a la vez que aumentaría las diferencias entre ricos y pobres. Y las mafias locales tendrían carta blanca para ejercer la violencia de manera aleatoria. Es una especie de "apocalipsis libertario". Eso inspiraría, en parte, la creación de Pay Pal, dice el autor. La idea era que PayPal daría mayor control sobre las divisas al individuo impediría a los gobiernos corruptos quedarse con el dinero de sus ciudadanos (mediante la inflación o la devaluación).

A lo largo del libro, el autor explica el cambio de carácter del supermillonario Thiel, cada vez más interesado en temas filosóficos y políticos. A su casa lo visitaban candidatos presidenciales republicanos como Rotmey. A sus empleados les decía que no comprasen casa y que alquilasen. A pesar de ser un supergurú, su empresa Quantum, que había logrado grandes hazañas de inversión, cometió el error de mudarse a Nueva York para invertir en fondos solo unos meses antes del crack inmobiliario del 2008. Primero vendió baratas sus acciones y luego compró otras con el mercado a la baja, por lo que sus acciones cayeron más, y sus 7.000 millones de dólares se esfumaron y solo le quedaron 350. Regresó a Silicon Valley a reflexionar.

La teoría de Thiel era que desde 1973 hubo un "parón tecnológico" causado por la burocracia (lo único que estaba desrregulado era Internet y las finanzas hasta el 2008, razón por la que los libertarios tenían que hacer otro mundo virtual sin tantas leyes para eludir al Estado) . Inventos como Internet o el iPhone eran meros cachivaches comparados con grandes logros industriales como el cohete que llevó al hombre a la luna pero Internet eran solo números virtuales y apenas creaba puestos de trabajo (como Twitter). Según la teoría de Thiel, hubo un verano de San Martín entre 1982 y el 2008, dos décadas radiantes, para luego continuar con el declive. La fecha exacta del inicio del desmoronamiento fue 1975, cuando finalizó la carrera tecnológica con la cita espacial de los rusos y americanos. A partir de ahí, las instituciones se desmoronaron, la educación pública se degradó por falta de fondos y aumentaban las desigualdades. En Estados Unidos, todo seguía funcionando pero sin que nadie estuviese al timón. Incluso la educación universitaria era una burbuja, los profesores de Stanford todavía les decían a sus alumnos recién ingresados: "Enhorabuena, tenéis la vida solucionada". Eso era en la década de los 70 pero no ahora. Finalmente, Thiel apostó por dos nuevas tecnologías: la cura del envejecimiento y la inteligencia artificial, de forma que apostó por "start-ups" dedicadas a la "singularidad" (cuando la máquina se hace más lista que el hombre) y el "transhumanismo" (inmortalidad tecnológica). También concedió becas a estudiantes que abandonasen la Universidad para emprender sus propias empresas para cambiar el mundo (pero los proyectos presentados eran muy mediocres: videojuegos, etc... ). El autor concluye que a Thiel le gustaba dar charlas y cenas en su mansión de San Francisco y los invitados veían las luces de Silicon Valley al anochecer en la zona de la ciudad donde iban bien las cosas; al sur, no les iban tan bien.


También habla de un industrial y hostelero, Dean Price, del medio oeste que volvió a su destartalado pueblo (mitad feo, mitad bonito) e inventó un tipo de gasolina alternativa que estaba funcionando pero con la crisis del 2008 se fue todo abajo, en el banco no le concedían créditos y tuvo que vender sus negocios, primero los de hostelería. Se fue todo al garete.

En el caso de Tammy Thomas, esta mujer se quedó embarazada a los 16 años y entró a trabajar en una fábrica. Tuvo tres hijas, la primera de las cuales se graduó. Ella soñaba a los 40 años con un retiro pausado pero, llegaron los tiburones que troceaban empresas, y despidieron a miles de empleados, siendo ella uno. Lo que parecía inimaginable en los años 80 o 90, fue una realidad en el 2000. Los ejecutivos buscaban valor para sus accionistas y despedazaron General Electric (en Delphi, y otros) para que, por separado, estas firmas valiesen más en Bolsa. Además, apostaron por reducir costes, lo que incluía tener plantillas más jóvenes y baratas. En cambio, los directivos que hacían estos recortes sacaban pluses de 35 millones en operaciones y créditos que gestionaban por valor de 4.500 millones. De esta forma, aquel lema de estudiar y entrar a trabajar se volatilizó para generaciones como la de Tammy Thomas, una madre soltera, que luego estuvo dos años con su novio de bachillerato hasta que ella lo dejó con la casa hipotecada, que tenía que sacar adelante a sus hijas. Finalmente, ella misma, a los 40, barajó irse a la Universidad a estudiar.

 Jeff Connaughton, que trabajaba como abogado en Washington, con muchos contactos en su agenda, acabó especializándose como lobbista conectando a sus clientes con peces gordos del Senado o el Congreso. El sueldo de 400.000 euros al año le daba para comprar varias casas, incluso en una playa de México, en el Caribe, pero otros colegas se quejaban de que no tenían bastante para los colegios de élite de los niños y las hipotecas y que no conseguían ahorrar. Organizaba desayunos y eventos de altos jefazos políticos. Su agencia la compró otro gigante y él se hizo rico.

También hay un capítulo dedicado a Collin Powell, el general afroamericano clave en la guerra del Golfo. Se metió en el ejército porque era una institución más meritocrática que la sociedad sureña en la que vivía. Sobrevivió en Vietnam a la caída en una trampa de pinchos, a una batalla de morteros y rescató a unos compañeros tras accidentarse su helicóptero en medio de un combate. En cambio, cuando volvió a su casa, en la hamburguesería cercana a la academia se negaron a servirle por ser negro. Asesoró a Nixon, a Reagan e incluso Gorbachov le preguntó: "¿Qué harán ahora que se quedan sin su mejor enemigo?". Más guerras sin las manos atadas, fue la respuesta de EE.UU., con la invasión de Panamá. También sirvió a Bush padre (con el ataque quirúrgico de cuatro días a las tropas de Sadam Husein en Kuwait pero dejaron solos a los chiítas y kurdos). En el 2001, tras el atentado de las torres gemelas el 11-S, fueron requeridos sus servicios de nuevo para ayudar a perseguir a Obama Bin Laden. En el 2003, tuvo que leer por televisión el discurso de declaración de guerra a Irak aunque ya había avisado de que aquellos informes de los servicios secretos tenían muchas cuestiones confusas. Decían que Bush durmió como un niño esa noche y Powell respondió: "Yo también dormí como un niño, con pesadillas cada dos horas".

Otra de las historias-río se refiere a la ciudad de Tampa, en Orlando, donde del día a la mañana se levantaron cientos de casas en nuevas urbanizaciones, como una especie de bum del ladrillo, a las que fue a vivir la clase media-baja.

(en preparación)


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