lunes, 3 de diciembre de 2018

"Lo inevitable", de Kevin Kelly (2016)

Resumen del libro "Lo inevitable", de Kevin Kelly (2016)


Resumen original y actualizado del libro en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/11/lo-inevitable-de-kevin-kelly-2016.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, tecnología, sociedad de la información, Internet

.......................................................................................................

Ficha técnica

Título: "Lo inevitable"

Subtítulo: Entender las 12 fuerzas tecnológicas que configurarán nuestro futuro

Título en inglés: No consta. ( "The inevitable. Understanding the 12 technological forces that will shape our future" )

Autor:  Kevin Kelly

Publicación en España: Teell Editorial SL, 2017

Número de páginas: 316

..................................................................................................................................

Biografía oficial del autor (hasta 2017)

Kevin Kelly es Senior Maverick en la revista Wired. - Wired es una revista que aborda cómo la tecnología afecta a la cultura, educación, economía, y política. Kelly fue cofundador de Wired en 1993 y fue su editor ejecutivo durante sus primeros siete años. También es editor, fundador y co-editor del popular sitio web Cool Tools, que ha estado revisando las herramientas informáticas diariamente desde 2003. De 1984 a 1990, Kelly fue editor de Whole Earth Review, una revista de noticias técnicas poco ortodoxas. Fue cofundador de la actual Conferencia de Hackers y participó en el lanzamiento de WELL, un servicio pionero en línea iniciado en 1985. Sus libros incluyen las Nuevas Reglas para la Nueva Economía, el libro clásico sobre sistemas emergentes, descentralizados y Out of Control, una novela gráfica sobre robots y ángeles, The Silver Cord, un catálogo sobredimensionado de lo mejor de Cool Tools, y su teoría resumida en What Technology Wants. Su nuevo libro para Teell Editorial es "Lo inevitable", que es best seller del New York Times y del Wall Street Journal.

..................................................................................................................................

Texto de la contraportada

"El camino real de una gota de lluvia en el valle es impredecible, pero la dirección general es inevitable", nos dice en este libro el visionario digital Kevin Kelly y añade - "la tecnología es muy similar, impulsada por patrones que son sorprendentes pero inevitables. Nuestra inclinación por hacer las cosas más y más inteligentes tendrá un profundo impacto en casi todo lo que hacemos".

Kelly explora las doce tendencias en la IA que necesitamos entender para adoptar y dirigir su desarrollo. "Los productos de IA que serán más populares y todos usaremos en los próximos 20 años no se han inventado todavía", dice Kelly. "Eso significa que estás a tiempo".

De uno de los principales pensadores y escritores de tecnología, una guía a través de los doce imperativos tecnológicos que conformarán los próximos treinta años y transformarán nuestras vidas".

..................................................................................................................................

ÍNDICE

1. Transformando

2. Añadiendo conocimiento de IA

3. Fluyendo

4. Proyectando

5. Accediendo

6. Compartiendo

7. Filtrando

8. Recombinando

9. Interactuando

10. Monitorizando

11. Preguntando

12. Comenzando

.................................................................................................................

RESUMEN

Comentarios iniciales: el autor dice que en el 2016 no hubo mejor época y con mayores oportunidades para inventar algo y señala que hay tecnologías que aún están poniéndose en marcha y que convergerán en los próximos 30 años (y recuerda que las tecnologías más importantes de dentro de 30 años están ahí latentes pero aún no se han inventado). Pone como ejemplo de lo inevitable que alguien uniese el teléfono y el ordenador, que es esa potencia en red lo que le da valor pues por sí solo el ordenador es una aburrida calculadora. Dice que a principios de los años 80, él había visto grandes computadoras y le sorprendió el ordenador personal Apple y a los pocos meses, cuando vio la versión Apple II conectada a un modem se le abrieron los ojos. En poco tiempo, ya sabía lo que era Internet pero entonces, la red solo valía para compartir documentación, enviar correos y hacer comunidades. Realmente, en los 80, nadie apostaba por Internet, ni siquiera medios de comunicación televisivos como ABC, pero ni él mismo pudo prever que se haría masivo mediante el "smartphone" o el iPhone, nadie lo supo prever ni tampoco que todo el mundo "tuitearía" cada cinco minutos. Pero insiste en que aunque se nos pasen de largo ciertos detalles, la tendencia general era previsible, la de combinar los teléfonos móviles con chips y usarlos como minicomputadoras, lo mismo que el nacimiento de las redes sociales, pues esos elementos estaban ahí y, al final, alguien las acabaría combinando, era cuestión de tiempo. Recuerda que en los años 80 Internet era una "frontera abierta" con todos los dominios sin registrar pero, a pesar de estar saturado de aplicaciones, aún está al principio de su comienzo y se está transformando. El Internet del 2050 se basará en innovaciones posteriores al 2016. Recuerda que el advenimiento de la Inteligencia Artificial "de verdad" se pronostica desde hace 60 años y nadie ha acertado con la fecha, aún sin llegar.

El uso de la palabra inevitable: Atribuye la inevitabilidad en el ámbito digital al resultado de un "ímpetu" de una transformación tecnológica en curso. Las fuertes tendencias que configuraron las tecnologías digitales en 30 años seguirán expandiéndose y fortaleciéndose en otros 30. El autor usa la palabra "inevitable" porque hay un sesgo en la naturaleza de la tecnología que la inclina en determinadas direcciones y no en otras. "Permaneciendo todo igual, la física y la matemática que dirigen la dinámica de la tecnología tienden a favorecer determinados comportamientos, Esas tendencias existen principalmente en las fuerzas agrupadas que configuran el contorno general de las formas tecnológicas y no rigen instancias específicas o particulares", dice. Pone como ejemplo que Internet era "inevitable" pero no el tipo concreto que decidimos tener: pudo haber sido más comercial y no un lugar sin ánimo de lucro, o un sistema nacional en vez de internacional, o secreto y no público. La telefonía (mensajes de voz transmitidos a largas distancias) era inevitable pero no el iPhone y la mensajería instantánea era inevitable pero no enviar un "tweet" cada cinco minutos. O poner un vibrador o silenciador al móvil para evitar que sonasen por todas partes,

Calcula que se tarda una década en aparecer una tecnología para desarrollar un consenso social.

Entre las novedades para los próximos 30 años, estos son algunos de sus augurios: han llegado para quedarse la copia masiva, el seguimiento masivo y la vigilancia total, la realidad virtual, la inteligencia artificial y los robots (que generarán nuevos negocios y nos quitarán los nuestros actuales puestos de empleo) o la descentralización de servicios (mediante "apps"). Cree que hay que aceptar estas nuevas tecnologías de progreso y no boicotearlas. Hay que humanizar y domesticar las nuevas invenciones. Cree que se puede regular el servicio del taxi mediante "apps" pero no prohibir la inevitable descentralización de servicios.

Dice que todo parece transformable pero estos cambios son imperceptibles, como una montaña erosionada a lento ritmo.

También habla de flujo (los procesos de cambio son más importantes que los productos, poniendo como ejemplo el método científico, un millón de veces más valioso que la patente más importante del mundo).
Explica el flujo diciendo que hay cosas fijas y sólidas (coches, zapatos) pero que la nueva tecnología los convierte en servicios de transporte (coche sin conductor, actualizaciones...)

El autor clasifica las miles de fuerzas tecnológicas en doce "verbos" organizadores en gerundio:  accediendo, monitorizando o compartiendo, así como transformando, añadiendo conocimiento IA, fluyendo, proyectando, accediendo, compartiendo, filtrando, recombinando, interactuando, monitorizando, preguntando y comenzando.

Considera que estas fuerzas (trayectorias, no destinos) son acciones continuas de flujo y aceleración; meta-tendencias y meta-transformaciones de la cultura que durarán 30 años porque hunden sus raíces en la naturaleza de la tecnología y no en la sociedad. Son fuerzas que se solapan y se recombinan (compartir lleva más flujo, para añadir IA hay que monitorizar, proyectar va con interactuar).

También tiene en cuenta la "zona de comodidad" (por ejemplo, no poner centrales eléctricas, térmicas o nucleares cerca de grandes poblaciones) para aplicarlo al cambio digital.

Dice que es impredecible saber qué empresas triunfarán o qué "gadchet" se pondrá de moda porque esas tendencias las deciden la moda o el comercio pero sí saber qué tendencias generales de productos y servicios habrá (y cuyas formas básicas parten de instrucciones de tecnologías emergentes que se están generalizando).

Capítulo 1. 
Transformando

Con transformar se refiere a la continua actualización de los códigos y programas informáticos, lo que hace del usuario un eterno novato.

[nota del lector: El autor habla del proceso transformador pero nunca cita a Polanyi, autor de La Gran Transformación].

Comenta que las webs o los programas de software son inestables y que envejecen y degradan muy rápido si no se mantienen. La continua actualización genera presión y es tan vital que ahora ya es automática (las máquinas se están transformando). Las constante actualización y transformación de la tecnología genera "insatisfacción" que desencadena ingenuidad y crecimiento creando nuevas necesidades que evitan el estancamiento, pues un futuro mejor conlleva primero incomodidades.

La tecnología conduce a la "protopía"
Entiende la "protopía" como pequeño progreso gradual ("pro" viene de proceso civilizatorio o progreso). Lo equipara a la frase: "Mañana será otro día [mejor que hoy]". Es silencioso, en  creciente mutación, difícil de ver y se basa en la acumulación de éxitos pasados de la tecnología y sus soluciones actuales. Pone como ejemplo la Ilustración: tras 200 años, sus frutos

Advierte que una utopía no tiene problemas que solucionar pero tampoco oportunidades y los relatos distópicos (catástrofes, tiranías) son más entretenidos pero insostenibles (pues la codicia de las mafias y gobiernos corruptos curan el caos y las distopías se parecen más a la "miserablemente" burocratizada URSS y no lugares sin ley). Por contra, en la protopía hay un proceso continuo de cambio.

Recuerda los tiempos en los años 80 y 90 en que la gente era escéptica con Internet y de rechazo, y no podían imaginar la alternativa a algo como la televisión.

Recalca que, al inicio de una nueva tecnología, la gente veía Internet como una televisión con 5.000 canales de material pero nadie sabía quién iba a crear ese contenido pues era muy costoso producirlo. Por otro lado, los "frikis" de la informática veían Internet como un regalo a la Humanidad y no querían comercializarlo hasta 1994 (el autor, ligado a Wired, no podía lanzar Well para hacer negocios). Otro error fue pasar por alto y menospreciar durante 30 años las tesis de Vannevar Bush (que en 1945 diseñó la idea central de la red: páginas unidas por enlaces), la idea del hipervínculo y que en 1965 intentó llevar a cabo Ted Nelson mediante el "docuverso". Solo fue a partir de admitir esas ideas cuando emergió la cultura de "compartir" y los usuarios se convirtieron en creadores y llenaron de contenido la Red (música, vídeo, enciclopedia, ventas por Internet). Internet se convirtió en una "ventana mágica".

"Lo que nadie pudo prever es qué proporción de este nuevo mundo sería efectuada por los usuarios, no por grandes instituciones. Todo el contenido ofrecido por Facebook, You Tube, Instagram y Twitter no lo genera su personal sino su audiencia", dice el autor. Recuerda que fue un "golpe" ver que hay dos nuevos blogs por segundo, 65.000 vídeos al día y que lo sorprendente de Amazon no era que fuese una "tienda de todo" virtual sino que los usuarios generan comentarios. Y Google convierte el tráfico y los patrones de enlaces generados por 90.000 millones de búsquedas mensuales en la inteligencia organizadora de una nueva economía.

Todo el tiempo, energía y recursos sale de la "audiencia" que elabora tutoriales gratis, entradas a enciclopedias gratis o listas como fruto del trabajo o la pasión. Dice que procedemos de un mundo industrial de masas y que el hecho de que el consumidor se implique "es una sorpresa". Era algo que ya estaba en marcha y que ha generado "muchedumbres inteligentes, conciencia colectiva y acción colaboradora. Y surgen nuevos niveles de usuarios: consumidor, desarrollador, vendedor, laboratorio y comerciales de empresas. Hay una aceptación universal.

Dice que el año 2050, Internet será algo nuevo y no lo podemos imaginar con nuestra mentalidad actual. Actualmente, no todos los archivos son accesibles mediante enlaces y hay cosas que no se pueden encontrar con un buscador. En el futuro sí se podrá.

Además de buscar todo (incluso el momento en que un familiar se graduó), también se expandirá temporalmente  mediante botones deslizantes que `nos dejarán ver versiones antiguas [nota del lector: ojo con esas fotos de fiesta subidas a Facebook o a Snapchat]. Nuestros hábitos estarán anotados y la Red intentará adelantarse a nuestras intenciones (nos recomienda restaurante según lo que comimos esa semana o anticipa que te gustaría ver la foto de un amigo).

El autor aborda otro tema importante que es el consumo eléctrico: la Red será una presencia constante de bajo nivel y no un lugar (el ciberespacio) como la electricidad: siempre a nuestro alrededor, conectada y subterránea. Habrá una "conversación"

Anticipa para el 2050 estas innovaciones en Internet: la gente mirará a sus holocubiertas, sus lentes de usar y tirar, sus avatares descargables, y sus interfaces de inteligencia artificial, podrán  coger casi cualquier tipo de cosa, añadirle IA y subirlo a la nube. Los dispositivos tendrán cientos de sensores.
 y dirán al anciano del 2016: "Vaya, en tu época no teníais el verdadero Internet".

Capítulo 2
Añadiendo conocimiento a la IA

Dice que la IA es barata, poderosa, gratis y ubicua y "lo cambiará todo". Una advertencia que hace es que exigir que la IA sea igual que la humana es la misma "lógica errónea" que exigir que el vuelo artificial sea como el de los pájaros. Los robots también pensarán de forma distinta.

Indica que la primera verdadera IA (se refiere a la inteligencia sistémica o al pensamiento artificial, que ve como la fuerza universal de nuestro futuro) no nacerá en un superordenador independiente sino en el superorganismo de miles de millones de chips informáticos conocidos como la Red. Será del tamaño del planeta pero poco consistente, integrada y conectada libremente. Será difícil decir dónde comienzan sus pensamientos y dónde terminan los nuestros. Los aparatos en contacto con esta IA compartirán su inteligencia y se supone que "todo" estará conectado. [nota del lector: se me ocurre una buena idea para definir la superIA: inteligencia capaz de gestionar todo un planeta y sus recursos].

El autor recuerda a Watson, la IA de IBM que ganó el concurso Jeopardy! en el 2011 (eran diez máquinas del tamaño de una nevera). El actual Watson está extendido a través de una nube de servidores estándar abiertos que trabajan a la vez y da servicio a multitud de clientes simultáneos. Se hace más inteligente continuamente porque cada cosa que aprende lo transfiere al resto. Es una combinación de varios motores de software (deducción lógica, análisis del lenguaje...), todos integrados. Watson es experto en diagnósticos médicos pero también está CVS, una cadena de venta farmacéutica que da consejos al cliente. Quieren hacer una especie de "tricodificador" de Star Trek. Hay otros equipos trabajando en IA como DeepMind (de Google, que hace algoritmos de aprendizaje profundo de refuerzo maquinal para ver fisuras en los videojuegos que nadie vio) o los chinos TenCent y Baidu.

El autor niega que estemos ante un HAL 9000 (la computadora asesina de la película 2001: Odisea en el Espacio) ni va a surgir una singularidad de superinteligencia. Lo ve más una IA del tipo los servicios de Amazon: baratos, fiables, industrial e invisible. "La enchufaremos a la corriente y tendremos IA como si fuese electricidad", dice. La idea de negocio para hacerse rico es coger IA y añadírsela a un aparato. (como en su día se hizo a coger una escoba, añadirle electricidad y crear una aspiradora, etc...).

Campos en los que añadir IA y obtener Xs (un pelotazo):

- la fotografía (pequeñas cámaras que evalúan la luz, corrigen, sustituyen el obturador físico, eliminan lentes y añaden algoritmos, calcula 3D, tiene HD, computación e IA, que son pantallas planas o están integradas en cualquier cosa como un bolígrafo o la ropa)

- la química (la IA sirve para hacer millones de experimentos químicos virtuales y obtener elementos prometedores ).

- el derecho (buscar pruebas en documentos y hallar incoherencias).

- inversiones (índices de stocks, optimizar la estrategia fiscal...)

Otros ámbitos: música con IA (la música cambia e incluso se hacen composiciones para un jugador), lavado de ropa (la IA ajusta el ciclo de lavado), márketing (optimiza la atención del lector por euro gastad), servicios inmobiliarios (muestra inquilinos a los que les gustó varios apartamentos), cuidado de pacientes (seguimiento del paciente con sensores y biomarcadores), construcción (gestión de proyectos según el tiempo, atascos, cambios de diseño...), ética (seguridad del peatón ante un coche autónomo). juguetes (mascotas y muñecas-robot), deportes (estadísticas incluso de movimientos sutiles)...

Recuerda que el fundador de Google le confesó en una fiesta en el 2002: "No somos un buscador, en realidad estamos desarrollando una IA" [nota del lector: esta idea es el germen del libro Superficiales, de Nicholas Carr]. Google aprende de nuestras búsquedas al señalarle la imagen correcta de lo que pedimos. Un directivo de Google cree que en el 2026, el principal producto de Google no será su motor de búsqueda sino su IA.

El autor ve tres innovaciones (una "tormenta perfecta") para que haya despegado la IA:

1) Computación en paralelo de bajo coste (red neuronal barata que se basa en el chip GPU (unidad de procesamiento gráfico)

2) Big Data (un niño necesita 12 ejemplos distintos para diferenciar un gato de un perro y un programa 1.000 partidas de ajedrez). La IA busca bases de datos masivas, autorrastreo, cookies, huellas digitales, terabytes de almacenamiento, décadas de resultados de búsquedas, Wikipedia y universo digigtal. El motor de esta nave espacial son los algoritmos y el combustible los datos.

3) Mejores algoritmos (las redes neuronales funcionan como capas apiladas; tras desencadenarse un patrón se pasa al siguiente nivel). Hay una variación que es el "aprendizaje profundo": optimiza matemáticamente los resultados de cada capa, lo que incrementaba el aprendizaje más rápido.

Una desventaja de tener una super IA  es el "efecto red" basado en la ley de los beneficios crecientes. Cuanto más inteligente se haga la IA y más gente la use, más inteligente se volverá. Esto lleva a que la IA se la repartirán una oligarquía de dos o tres empresas de IA basadas en la  nube.

Otra idea es expandir los enfrentamientos de ajedrez al estilo libre entre una máquina y un equipo de humanos entrenados con IA (de hecho, los maestros ya lo hacen y han obtenido las mayores puntuaciones, caso de Magnus Carlsen).

El autor advierte que "el 99 % de la IA con la que interactuaremos, directa o indirectamente, estará formada por especialistas superinteligentes de mentalidad cuadriculada". No nos interesa la inteligencia fuerte ni consciente (un conductor centrado en la carretera y no divagando obsesivamente sobre un riña en el garaje). Recuerda que la inteligencia humana "es como es" y que interesa más la de una máquina para hacer tareas rutinarias, búsquedas o elaborar estadísticas. Da por hecho que desarrollaremos "mentes sintéticas" (humana combinada con máquina). Incluso ve grandes beneficios en inventar otros tipos de inteligencia y formas nuevas de pensar (recuerda que ballenas y delfines también tienen inteligencia diferente). Habla de mentes transhumanas.

Cita estas mentes posibles diseñadas para hacer tareas especializadas: una mente igual a la humana pero más rápida, una mente lenta (mucho razonamiento y memoria), una supermente global (millones de mentes unidas), una mente colectiva (pero no es consciente de que es colectiva), una supermente androide (muchas mentes unidas que saben que forman una unidad), una mente entrenada (solo para mejorar nuestra propia mente ), una mente capaz de imaginar una mente mayor (y otra que es capaz de crearla pero no para imaginarla), una mente que hace otra mayor una vez (y otra que duplique su rendimiento), otra que retoque su código fuente, una solucionadora de problemas que no es consciente de sí misma, una superlógica sin emociones, una mente que migra de una plataforma a otra, una nanomente, una mente simbionte (mitad máquina, mitad humana), una mente cuántica cuya lógica es incomprensible, etc...

Supone que en el futuro habrá problemas cientificos tan profundos que requerirán cientos de especies de mentes para solucionarlos, muy extrañas. Ve la IA como una forma de simular una inteligencia alienígena (los AA, alienígenas artificiales). E incluso pueden surgir nuevas ideas filosóficas: "los humanos existen para inventar nuevos tipos de inteligencia que no pueden llegar a evolucionar biológicamente". Las AA pensarán Ciencia como alienígenas.

Dice que, en los próximos 30 años, será "doloroso y triste" ver cómo una máquina compone música o pilota aviones y la Humanidad tendrá que volver a definirse y saber qué es.

Hace un apartado sobre los robots (mentes con cuerpo),
Dice que antes del siglo XXII, el 70 % de las ocupaciones actuales serán reemplazadas por la automatización. "Los robots son algo inevitable y el cambio de puesto de trabajo es solo cuestión de tiempo". Ve una segunda oleada de la automatización basada en la cognición artificial, sensores de bajo coste, aprendizaje maquinal e inteligencias distribuidas.

Añade que las máquinas consolidarán su ventaja en sectores ya automatizados (ensamblaje en serie, almacenes como los de Amazon, recogida de fruta y hortalizas, dispensador, trabajos intelectuales del tipo buscador de Google, traductor maquinal, papeleo de redactores, médicos, abogados, arquitectos...). Ve un dominio del robot de "dimensiones épicas" y avisa de que ya estamos en el "punto de inflexión".         

Menciona al robot Baxter (inventado por Rodney Brooks, el inventor de la aspiradora Roomba). Es un robot industrial con brazos grandes y fuertes y una pantalla plana que 1) puede mirar alrededor e indicar hacia donde mira (sirve para trabajar con humanos sin hacerles daño), 2) es fácil de entrenar gracias a su inteligencia que puede imitar a un obrero que le enseña los movimientos de una nueva tarea (el coste mayor del robot industrial es la reprogramación), 3) es barato (ideal para sustituir al personal de una fábrica de iPhones para ahorrarse los gastos de transporte desde China y poner las fábricas en EE.UU mediante franquicias locales pero el inventor cree que no funcionaría para hacer comida en un McDonalds).

El autor divide en cuatro categorías de los trabajos de robots:

1) los que pueden hacer los humanos pero que los robots pueden hacer incluso mejor (el telar mecánico, el piloto automático de un Boeing 787, evaluadores de hipotecas...)

2) Empleos que los humanos no pueden hacer, pero que los robots sí pueden (hacer tornillos, chips, inspeccionar concienzudamente una imagen de TAC, ).

3) Empleos que no sabíamos que queríamos que se hicieran (eliminar un tumor estomacal por el ombligo, enviar emails). Augura que las profesiones que más dinero van a ganar en el 2050 dependerán de la automatización y las máquinas.

4) Trabajos que sólo los humanos pueden hacer, en principio.

Cree que la economía postindustrial (mayoritaria del sector servicios) seguirá expandiéndose y que la tarea de toda persona será inventar cosas nuevas que hacer y convertirlas en repetitivas para los robots. Añade que la verdadera revolución surgirá cuando todo el mundo tenga robots personales de trabajo (otros Baxter) a su disposición (un granjero con robots recolectores [nota del lector: suena a granja de Tatooine de Star Wars]. El éxito será para quien optimice el proceso de trabajar con robots y máquinas.       

Este es el ciclo de las siete fases de sustitución del hombre por la máquina:

1) Un robot/ordenador quizás no hace las tareas que yo hago

2) Puede hacer algunas tareas pero no todas

3) Hace todo lo que yo hago pero me necesita si se estropea

4) Funciona sin problemas y yo le entreno en nuevas tareas

5) Esas labores aburridas que hace no estaban destinadas para los humanos

6) El robot hace mi antiguo trabajo y yo tengo uno más interesante y me pagan más

7) Estoy contento de que un robot/ordenador quizás no hace las tareas que hago yo ahora.

Lo define como una competición con las máquinas, nos pagarán por lo bien que trabajemos con robots. Dice que hay que dejar a los robots hacer nuestro trabajo y nosotros "soñar" con otros empleos importantes. [nota del lector: a pesar del mensaje positivo, risueño y optimisma del autor, este tema de creación de nuevos empleos por la computerización ya se ha estudiado y los resultados revelan que, a diferencia del cambio de la era agraria a la industrial, la automatización destruye más trabajos de los que crea]

Capítulo 3
Fluyendo   

La idea central de este capítulo es que mientras los libros son estáticos y rígidos y la prensa se renueva cada día, en cambio la información de Instagram o Twitter fluye constantemente. Los flujos son la tercera fase de la computación (los primeros pecés imitaban un escritorio con carpetas y las tareas se hacían en modo de lotes (facturas mensuales), la segunda trajo el hipertexto y el navegador y esperábamos recibir la información en el mismo día, y la tercera trajo los flujos y transmisiones en modo instantáneo, los tuits y los post... SnapChat, WeChat y WhatsApp funcionan por completo en el presente).

 El autor señala que Internet es la máquina de copiar más grande del mundo, un superconductor de superdistribución. Prácticamente copia cada acción, cada carácter, cada pensamiento que tenemos mientras navegamos. La economía digital pasa por este río de copias que fluye libremente, algunas de las cuales se hacen virales, la reduplicación instantánea de datos, ideas y medios forman la base de los principales sectores de la economía del siglo XXI. Entre las exportaciones más valiosas de EE.UU. están cosas que se pueden copiar como programas, música, películas y juegos. Por ello, dice que no podemos detener el proceso de copia masivo e indiscriminado. Se ha pasado de vender productos sólidos a servicios fluidos y actualizados.

Pone ejemplos de fluidez: el coche aparcado en el garaje es ahora un servicio personal bajo demanda de Uber, Lyft, Zip o Sidecar. La mejora de los teléfonos móviles es continua. 

Estos flujos en tiempo real tienen su reflejo en los visionados en "streaming" de Netflix o comprar libros on line media hora antes de leerlos. Las empresas deben interactuar en tiempo real. Lo mismo pasa con el dinero al instante de Square, PayPal, Alipay o Apple Pay. Por tanto, la infraestructura tecnológica debía hacerse "líquida"  [nota del lector: nos viene a la mente el concepto de mundo líquido de Zygmunt Bauman]. Las unidades fundacionales de este tercer régimen digital son flujos, tags y nubes.

La primera aplicación de fluidez fue la música (un vídeo gratuito y ubicuo colgado en You Tube fue visto 10.000 millones de veces). Las copias son tan baratas pero dejan de tener valor y el material que no puede copiarse es el que se convierte en escaso y valioso en la economía basada en la Nube: la confianza, la fidelidad (marcas) con valor generativo (algo único).

Pone ejemplos de ocho cosas generativas "mejor que gratis":
1) Inmediatez (justo en el momento en que se publica como los libros de pasta dura, acceso a versiones beta, ver películas en el cine),
 2) Personalización (película apta para niños, aspirina adaptada al propio ADN)
3) Interpretación (líneas de código gratis tienen valor por las instrucciones, el genoma ADN será ofrecido gratis por las compañías de seguros)
4) Autenticidad (sin errores, virus ni spam)
5) Accesibilidad (pagar por la comodidad de un fácil acceso)
 6) Materialización (libros forrados de cuero, juegos on line con amigos de verdad en eventos reales, cine con proyección láser, conciertos de bandas, charlas en directo)
7) Patrocinio (el público quiere pagar a los creadores: debe ser fácil, cobro razonable, beneficio tangible y el dinero beneficiará a los creadores) y
8) Capacidad de ser descubierto (hay un número creciente de obras y los lectores pagan por un motor de recomendaciones y un servicio de revisiones para que les digan lo mejor para elegir).                                                                                                                                                                     
El autor recuerda que la protección de copias es inútil y que el éxito ya no es controlar la distribución porque esta es automática. La música en MP3 (se podía reordenar la secuencia de melodías de un album o desactivar la letra de la canción) acabó con la tiranía del disc-jockey de la emisora. Ahora lo que importa son  las formas de anotar una copia, marcarla, transferir datos... (pone como ejemplo Spotify, suscribirse a la lista de canciones de un amigo). Y además, los aficionados crean sus propias canciones (mezclar pistas, probar sonidos, estudiar letras...) combinando los elementos que encuentran. En la era postdigital, la música nos rodea (al hacer ejercicio, etc...), hay podcast (documental en audio). Medios como WeChat, WhatsApp, Vine, Meerkat, Periscope y otros permiten compartir vídeo y audio.

Los mismo pasa con las fotografías (ahora todos somos músicos y también todos fotógrafos gracias al WYSIWYG (lo que ves es lo que obtienes, lo mismo que somos directores de cine en You Tube).

En cuanto a los libros electrónicos, estos tienen como ventaja la fluidez de la página (adaptable a cualquier espacio), de la edición (personalizado), del recipiente (se puede guardar en la Nube) y crecimiento (el libro electrónico nunca está terminado, puede actualizarse).

Dice que el patrón de fluidez de la música, películas, libros electrónicos se traslada ahora a los juegos, los periódicos y la educación, y se difundirá al transporte, la agricultura y la asistencia sanitaria.

Establece cuatro fases de la fluidez

1) Rígido (poco común, obra artesanal cara)

2) Gratis (generalizada)

3) Fluido (compartido, recombinación de las partes)

4) Apertura (transformación, aficionados que crean nuevos productos y editan música o cine con herramientas halladas en la nube).

Capítulo 4.
Proyectando

Cuenta la transformación que generó la imprenta ya que cualquiera podía publicar un libro o una ley escribirse.  La prosperidad fue el libro. Ahora propone la Biblioteca Universal de Todo.

Entre las ideas que propone está un libro electrónico de cien páginas (pantallas) en el que se podrían descargar las obras que se quisieran. Otra idea es la biblioteca en red universal de todos los libros (los existentes y los que ya hubo) y se sabría todo lo escrito sobre cualquier cosa.

Capítulo 5
Accediendo

Ni Facebook genera contenidos, ni Alibaba tiene inventario ni Uber taxis ni Airbnb, propiedades. Y Netflix me permite ver películas sin yo tenerlas, y en Spotify puedo escuchar música sin tenerla. Y el Kindle Unlimited de Amazon me deja leer 800.000 libros sin tenerlos, lo mismo que la Play Station Now. "La propiedad no es tan importante como lo fue en su día, el hecho de acceder a algo es más importante que nunca", dice el autor. Si vivimos en la tienda de alquiler más grande del mundo, para qué comprar nada si ya hay un préstamo instantáneo que se saca de ese "armario mágico" llamado Internet.

Ve cinco tendencias que lo han hecho posible:

1) Desmaterialización (mejores productos con menos materiales, los átomos se sustituyen por bits; por ejemplo, la lata de refresco pesa menos, lo mismo que los coches, el material que usamos por cada euro de PIB decae). Al acelerar la migración de productos a servicios, se acelera la desmaterialización.

2) Tiempo real bajo demanda (apetito insaciable por lo instantáneo; pone como ejemplo, Uber, cuyo trabajo se externaliza con freelances o prosumidores)

3) Descentralización (propone descentralizar el dinero porque yo puedo pagar en efectivo pero no es una cosa práctica cuando nuestra economía se está digitalizando mediante el bitcoin y la cadena de bloques a modo de mecanismo de confianza generalizada)

4) Sinergia de la plataforma (Una plataforma es una base o ecosistema creada por una firma que deja que otras firmas desarrollen servicios y productos en ella. No es un mercado ni una empresa, sino algo nuevo, siendo ejemplos la hoja de cálculo Lotus, iTunes, Facebook y el resto que usa APIs que animan a otros a participar. La desventaja es que el precio del paso de la propiedad al acceso tiene un  precio: está ausente nuestro derecho de modificar o controlar el uso de nuestra propiedad o las compras; salvo el software gratis). La desmaterialización, la descentralización y la comunicación masiva generan más plataformas.

5) Nubes (nuestro dispositivo es la ventana a la nube, más potente que un superordenador tradicional. Cree que Google podría aplicar fácilmente a nuestra carta una IA basada en la nube como revisar documentos de propiedad. El problema es si la nube, donde tenemos toda nuestra vida memorizada, nos censura el acceso y sentiremos "dolor" como si nos amputasen porque es una extensión de nosotros mismos o de nuestro yo. También cree que habrá inter-nubes que se entrelazan y forman una nube masiva. Otra idea es usar la app FireChat con wifi en el móvil para enviar mensajes y eludir las torres telefónicas como ocurrió en las protestas estudiantiles de Hong Kong ).

El autor imagina un apartamento autónomo donde, si necesita unas tijeras para cortar el pelo, las trae un dron a su casillero en media hora. Lo mismo, para alimentos. Las prendas de ropa no se compran si no que uno se suscribe cada día a las que va a poner. Recibe una bicicleta personalizada, lista para usar. Para largos viajes, usa un dron flotante más cómodos que los vuelos comerciales.

[Nota del lector: este mundo de "alquiler" y sin propiedad es inquietante porque recuerda a los siervos de la gleba de la Edad Media que tampoco tenían tierras sino que se las alquilaba una "plataforma", su señor feudal].


(en preparación)

No hay comentarios:

Publicar un comentario