Resumen del libro "Por qué los alemanes lo hacen mejor", de John Kampfner (2020)
Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/06/por-que-los-alemanes-lo-hacen-mejor-de.html
Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Contemporánea, licenciado en Derecho y Sociología
Sociología, Economía, Alemania, Europa, comercio internacional, política internacional,
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Ficha técnica
Título: Por qué los alemanes lo hacen mejor
Subtítulo: Notas sobre la primera economía europea
Título en inglés: Why the Germans Do it Better: Notes from a Grown-Up Country
Autor: John Kampfner
Edición en inglés: 2020
Edición en español: Capitán Swing Libros, Madrid, 2023
Número de páginas: 327
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Bibliografía de John Kampfner (hasta 2023)
John Kampfner es autor, locutor y comentarista británico. Actualmente es director ejecutivo de Chatham House, donde dirige su iniciativa "El Reino Unido en el mundo". Su sexto libro, Por qué los alemanes lo hacen mejor, fue publicado en 2020 y elegido como uno de los libros del año en 2020 y 2021 en varios periódicos. John Kampfner comenzó su carrera como corresponsal en el extranjero para Reuters en Moscú y Bonn. Informó sobre la caída del Muro de Berlín y la unificación de Alemania para The Daily Telegraph, y luego como jefe de la Oficina en Moscú en el momento de la disolución de la Unión Soviética. Posteriormente, fue corresponsal político jefe del Financial Times (1995-1998), comentarista político del programa de radio Today de la BBC y corresponsal político de Newsnight (1998-2000). En 2002 ganó los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera a la película del año y al periodista del año por The Ugly War, una película de la BBC sobre el conflicto palestino-israelí. John Kampfner fue editor del New Statesman entre 2005 y 2008. Fue el editor de asuntos de actualidad del año de la Sociedad Británica de Editores de Revistas en 2006. Actualmente es colaborador habitual de The Times y The New European. Fue nombrado uno de los mil londinenses más influyentes en la encuesta Evening Standard Progress 1000 en 2015, 2016 y 2017.
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Texto de la contraportada
"Surgido de un conjunto de ciudades-Estado hace 150 años, ningún otro país ha tenido una historia política tan turbulenta como Alemania ni ha disfrutado de una prosperidad semejante en tan poco tiempo. Hoy en día, cuando una buena parte del mundo está sucumbiendo al autoritarismo y la democracia misma es socavada desde su corazón, Alemania se erige como baluarte y referente de la decencia y la estabilidad. Mezclando viajes personales, anécdotas y convincentes pruebas empíricas a partes iguales, el genial autor británico John Kampfner despliega en estas páginas una exploración crítica y entretenida de un país que muchos en Occidente todavía prefieren odiar. Planteando importantes cuestiones para nuestro panorama post-Brexit, Kampfner se pregunta por qué, a pesar de sus defectos, Alemania se ha convertido en un modelo para los demás, mientras que otras democracias consolidadas como Gran Bretaña no consiguen afrontar los retos contemporáneos. Con una magistral combinación de memoria, historia y diario de viaje, Por qué los alemanes lo hacen mejor nos ofrece un retrato rico e ingenioso de un país eternamente fascinante".
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ÍNDICE
Introducción. Ellos y nosotros
01. Reconstrucción y memoria
02. En los cálidos brazos de mamá
03. Multikulti
04. Un país adulto
05. Objeto de admiración
06. Perro no come perro
07. No más paños calientes
Conclusión ¿Por qué los alemanes lo hace mejor?
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RESUMEN
El título procede de la pregunta que se hicieron los periódicos ingleses durante la pandemia del 2020 al ver que Alemania estaba gestionando mejor los contagios de covid. El autor dice que mientras en esa época el Reino Unido, Estados Unidos y Brasil eran gobernados por populistas carismáticos (Trump, Johnson, Bolsonaro), expertos en dividir a la gente pero no en unirla, en Alemania había un fuerte sentimiento identitario y de comunidad, de forma que a pesar de los intensos debates y largas y aburridas deliberaciones, no tenían que apelar a revivir valores tradicionales y desdeñados por los ingleses por anticuados como la familia, la responsabilidad personal y el papel del Estado, porque ya los tenían. John Kampfner afirma que "en esta época de nacionalismo, contrailustracción y miedo, Alemania es la mejor esperanza de Europa. Gran Bretaña se había considerado siempre un modelo, Estados Unidos también, pero ambos países se han desentendido de su responsabilidad y la han derivado al resto del mundo", afirma. Cree que Alemania puede representar los valores europeos en un un mundo en rápida transformación, oponerse a los regímenes autoritarios y argumentar a favor de la democracia liberal porque "sabe qué es lo que ocurre cuando los países no aprenden las lecciones de la historia". El autor anima a la gente a que pasee por las librerías y busque libros referidos a Alemania: la inmensa mayoría versan sobre las dos guerras mundiales. Ahora, tras años de crecimiento, entra en un período de incertidumbre.
El autor resalta que el sentido de identidad nacional que desarrollaron los alemanes, cuyo país tiene 150 años de historia, después de la guerra "está basado en la vergüenza por el legado nazi y la aversión al mismo, junto con las lecciones que hubo que aprender". A ello se suma que su seguridad ha quedado supeditada a otros países (los aliados en la WWII). Esos valores les ha ayudado a los políticos a sortear con serenidad varias crisis (la absorción de Alemania del Este (el Wende o cambio), la austeridad, el covid, la emergencia climática..). La descentralización de los estados alemanes también ayudó a tener más medios sanitarios y ucis para actuar contra el covid que el Reino Unido y luego inyectar 750.000 millones de euros que tenía ahorrados por no haber despilfarrado el dinero como otros países, dice el autor.
John Kampfner se pregunta qué otro país podría haber absorbido a un pariente pobre con tan poco trauma (en referencia a la reunificación con la antigua RDA) y habría dado entrada a más de un millón de personas entre las más desposeídas del mundo (refugiados sirios). En todo caso, estas decisiones también han generado fracturas culturales y gente del Este está mirando a los eslóganes de la extrema derecha. Además, la economía pierde fuelle por la pérdida de exportaciones hacia China, la población envejece cada vez más y las infraestructuras se deterioran. Y Alemania es reacia a asumir sus responsabilidades y liderazgo en política exterior, dice el autor británico.
El autor recuerda que Alemania solo ha tenido ocho cancilleres tras la Segunda Guerra Mundial (WWII) y cinco de ellos son gigantes de la política: Konrad Adenauer (postguerra, año clave 1949), Willy Brandt (distensión de la Guerra Fría, año clave 1968), Helmut Kohl (reunificación, año clave 1989), Gerhard Schröder (reformas económicas radicales, minijobs) y Angela Merkel (la canciller que más duró en el cargo, año clave 2015). El autor dice que la arquitectura política de Alemania occidental después de la guerra constituye "uno de los mayores triunfos de la democracia liberal", con ayuda de los británicos, pero que siguieron con sus estructuras políticas "embarazosamente atrofiadas".
En 1949, se creó una piedra de la actual Alemania que es la Grundgesetz (Ley Fundamental), que suma 60 enmiendas pero que ha sobrevivido a todo (dice que en España la Constitución postfranquista se está agrietando bajo la presión del conflicto entre el Gobierno central y Cataluña). Hubo un gran pacto liberal democrático que permitió el crecimiento económico del país sin gasto en defensa (pues la protección corría a cargo de EE.UU. y sus préstamos)
En 1968, las protestas de una nueva generación de jóvenes obligó a sus padres, con pasado nazi, a responder sobre su pasado y decir la vedad, un choque que generó grupos violentos.
En 1999, tras la caída del muro de Berlín, Kohl inició la reunificación con la RDA y convirtió a su país en un Estado estable con fronteras indiscutidas. El problema de la absorción es que generó daños colaterales porque se desmanteló por completo la industria de Alemania del Este, que aunque estaba moribunda se podría haber saneado. También se perdió la posición emancipada de las mujeres de Alemania del Este (que a diferencia de las del Oeste, trabajaban a jornada completa porque tenían guarderías gratuitas del Estado).
La última crisis, la del 2015, fue la de los refugiados sirios, cuando la Alemania de Merkel abrió sus puertas y resurgieron heridas sociales que aprovecharon movimientos de extrema derecha contrarios a la inmigración. El autor cita con preocupación el aumento de votos a AfD.
El libro de John Kampfner examina el errático rumbo del Reino Unido, reino de la improvisación, después de su triunfo en la Segunda Guerra Mundial hasta su salida de la UE con el Brexit y luego la desastrosa gestión de la pandemia de covid del 2020 por el primer ministro Boris Johnson y lo compara con la evolución hacia la prosperidad de la derrotada Alemania, que logró situarse como campeón comercial de Europa y gestionar bien la pandemia. Mientras el Reino Unido se convertía en un país postindustrial de servicios, azotado por el neoliberalismo de Thatcher, en Alemania se impuso un generoso estado del bienestar que luego se vio recortado por la crisis del 2008 aunque los cambios generaron pleno empleo (con mini-jobs). El autor recuerda que durante los duros años de la Gran Recesión las empresas no despidieron a nadie sino que recortaron las horas de trabajo para repartir entre todos el descenso de producción, de forma que salieron de la crisis siendo más productivos por hora.
El autor John Kampfner también estudia la forma en la que abordaron el populismo de extrema derecha de diferente manera el Reino Unido y Alemania. En un caso, Boris Johnson fue él mismo el populista mientras que en Alemania Ángela Merkel invitó a un millón de inmigrantes a entrar en el país para acogerlos durante la guerra de Siria (lo que le dio a Alemania una imagen de país solidario). Merkel, una ciudadana de Alemania del Este, también abortó los intentos de su partido de pactar con la extrema derecha para formar gobierno y obligó a dimitir a quienes lo autorizaron.
En el libro, Merkel queda muy bien retratada al contrario que su antecesor Schröder, al que el autor vincula con puertas giratorias que conducían directamente a un asiento en una empresa de gas estatal de Rusia tras la aprobación de un gasoducto entre Rusia y Alemania. Mientras su antecesor no ocultaba su amistad con Putin, Merkel fue más precavida y, según el autor, le tomó la medida y aguantó su mirada, que al parecer es gélida y glacial. El autor habla bien de Merkel, como una persona sensata y firme, e incorruptible. Al terminal el libro, ella aún seguía de canciller de Alemania. El autor vierte algunas sombras sobre Merkel en su juventud política, cuando esta física era apodada Das Mädchen por ser la novata del Este apadrinada por Kolh, y del cual ella se desvinculó cuando su mentor tuvo un lío político. Merkel, nacida en la RDA soñaba con jubilarse a los 60 y viajar por Estados Unidos por carretera en plan road-movie. En la RDA, los jubilados podían abandonar el país libremente porque ya no eran productivos económicamente.
Un dato importante es que Irlanda tiene solo seis milmillonarios y Alemania, 120, a pesar de tener una economía similar. La razón es que Alemania ha sido proteccionista y ha defendido a sus pymes y medianas empresas y ha impedido que sus grandes empresas cayeran en manos extranjeras, al menos después de que China comprara una de ellas y alarmase al país. Duisburgo, una ciudad ferroviaria y con canal fluvial que une al Rin y a otro río del Ruhr se ha convertido en el destino final de los trenes chinos de la llamada Ruta de la Seda. Llegan cargados de mercancías chinas a Duisburgo para distribuirlas por toda Europa y regresan a China con coches alemanes y vino francés.
El autor elogia que Alemania apostó desde hace décadas por una economía de crecimiento combinada con la inclusión social (amplios beneficios para los trabajadores). "Creó riqueza sin recurrir a la liberalización ilimitada de los mercados y a los excesos thatcheristas", dice John Kampfner. También apostó por remediar los desequilibrios regionales (los ciudadanos pagan un impuesto especial para subvencionar la absorción de Alemania del Este y compensar a sus habitantes [nota del lector: es como si los catalanes y madrileños pagasen un impuesto especial para favorecer el crecimiento económico de Extremadura, Castilla-La Mancha o la España vaciada y otras regiones más pobres]).
A ello, dice el autor, es que Alemania ha vivido un amplio crecimiento económico con altísimos niveles de empleo (tras hacer un draconiano recorte de los beneficios del subsidio del paro) y además ha logrado ingresos tributarios crecientes. En el 2014 generó superavits (porque limitó el gasto de la Administración y tiene muchas infraestructuras desgastadas y los trenes llegan con retraso, aclara el autor) y con el dinero sobrante saldó sus deudas (compara al típico ciudadano alemán ahorrando e invirtiendo en planes de pensión mientras los ciudadanos estadounidenses tienen que tirar de la tarjeta de crédito para llegar a fin de mes).
Recuerda que Alemania capeó la crisis financiera del 2008 con relativa comodidad (invirtiendo en vez de recortando el gasto). A ello se suma que ha absorbido con éxito un país entero (Alemania del Este, en 1989, tras la caída del muro de Berlín). Abrió las puertas a un millón de personas desfavorecidas (refugiados de la guerra de Siria). Y su industria es puntera porque concede mucha importancia a la formación profesional. Hay una palabra alemana, Schandenfreude, que significa "regocijarse en la desgracia ajena" pero el autor dice que, a pesar de todas las desdichas, Alemania sigue caminando.
El autor también aborda la reacción de los alemanes por los doce años de régimen nazi y sus crímenes contra la Humanidad. Mientras los más exaltados dicen que la historia alemana de mil años no debe empañarse por solo doce años de infamia (en referencia a los años 30 y la Segunda Guerra Mundial), la mayoría, Merkel a la cabeza, recuerda que la historia no debe repetirse y que Alemania ahora es un país de paz y solidario. La UE ha sido su forma de hacer un espacio seguro con Francia. Pero eso no quita que otros países aliados la espíen, como se probó con las escuchas a Merkel.
Respecto a la reunificación de las dos Alemanias, de la RFA (rica y occidental) y la RDA (pobre y bajo la órbita soviética) hay un chiste que cuenta el autor que es gracioso: ¿Cómo distinguir a un habitante de Alemania del Oeste (wessi) de uno de Alemania del Este (ossi)? Porque los wessis dudan en volver este año a veranear a las Islas Maldivas y cambiar de coche de alta gama.
Respecto a la cultura Verde, el autor se queja de que las normas del reciclaje, que son en sí muy buenas, se obligan a seguir al pie de la letra y los vecinos y encargados de la limpieza reprenden severamente al infractor por nimiedades. También le chocó que su novia alemana apagase la radio en pleno boletín de noticias para no molestar a los vecinos mayores de su edificio pues existía una norma para eso, ya que en Alemania están obsesionados con las normas. También le multaron por pasar un cruce un semáforo en rojo a las 4 de la madrugada sin tráfico. Otra vez unos vecinos le pusieron una nota en su coche agradeciéndole que limpiase su coche. Los alemanes replican que las normas son benignas porque impiden que los poderosos exploten a los débiles y restablecen el equilibrio.
Respecto al tema de las centrales nucleares, se optó por cerrarlas antes que las centrales térmicas de carbón (que eso sí que vierte CO2 a la atmósfera) y se realizó una importante inversión y subvenciones en energías solares y eólicas. El autor recalca que Alemania solo tenía carbón como energía disponible en su territorio y que Estados Unidos la hizo un país dependiente al introducirla en la economía del petróleo y el gas, que tuvieron que importar al extranjero. Eso les generó un problema con su proveedor de gas, Rusia, y la puesta en marcha de dos gasoductos por el mar ha sido fuente de conflictos en los últimos tiempos (sobre todo durante la guerra con Ucrania, que no había estallado cuando el autor escribió el libro). A nivel político, la Pizza-Conexion demostró que Verdes y democristianos estaban pactando en secreto, buscando puntos en común para futuras coaliciones, lo que evidencia que el debate es permanente. A todo ello se suma que la ecologista Greta Thumber es una heroína en el país aunque también hay voces que defienden la cultura del automóvil y el carbón (dos industrias poderosas de Alemania).
La cultura también es un punto fuerte de Alemania, y cada Estado regional cuenta con sus museos y palacios de congresos en ciudades medianas. Curiosamente, la RDA solo abrió un museo en 40 años de existencia.
En cuanto al urbanismo, cuenta el autor, Berlín sigue siendo una ciudad triste y aburrida llena de hipsters y hippies, y muchos prefieren vivir en ciudades más dinámicas como Munich o Hamburgo, o en los pueblos grandes de los Lands. A los turistas les atrae Berlín por su clubs nocturnos pero para vivir no es un buen lugar, además de que los alquileres son caros. La capital alemana nunca llegó a convertirse en una ciudad global (como París, Londres).
Respecto al Brexit y la salida del Reino Unido de la UE, la ministra Katarina Barley ya avisó de que serían inmediatamente desalojados del club europeo, lo que efectivamente ocurrió tras el referendum y el Reino Unido quedó relegado y, además, se dio cuenta de que Estados Unidos tenía otros intereses prioritarios en Asia. Los alemanes sintieron decepción por un Reino Unido que, hasta entonces, había dado una imagen de sociedad ilustrada, abierta, solidaria, compasiva.
El autor alaba de la actual Alemania su modestia, elogia su manera de hacer política, su trato mutuo y su actitud en relación con el resto del mundo.
Algunas palabras alemanas de esta época (1990-2023):
- Schwarze Null (políticas de austeridad)
- Schandenfreude (regocijo por la desgracia ajena)
- Die Wende (el cambio, en referencia a la Reunificación de la RFA y la RDA en 1990)
- Espíritu Blitz (actuar a la velocidad del relámpago)
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500 RESÚMENES DE LIBROS DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA
"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"
por E.V.Pita (2023)
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