lunes, 24 de septiembre de 2018

"Teoría King Kong", de Virginie Despentes (2006)

Resumen del libro "Teoría King Kong", de Virginie Despentes (2006)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/08/teoria-king-kong-de-virginie-despentes.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, feminismo, derechos de la mujer, estructura social, posfeminismo

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Título: "Teoría King Kong"

Título original: "King Kong Theory"

Autora: Virginie Despentes

Edición original: Éditions Grasset & Fasquelle, París, 2006

Edición en español: 2007,  Barcelona, 2018 , Penguin Random House GE

Páginas: 175

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Biografía oficial de la autora (hasta el 2018)

Virginie Despentes (Nancy, Francia, 1969) es novelista y directora de cine. A los 17 años dejó el instituto y se marchó a vivir a Lyon, donde encontró empleo en una tienda de discos, colaboró en revistas musicales, cantó en un grupo de rap y trabajó en un peepshow. La popularidad le llegó con su primera novela, Fóllame, que fue llevada a la gran pantalla. Desde entonces, ha publicado Perras sabias, Lo bueno de verdad, Teen Spirit, Bye Bye Blondie, Apocalyse bebé y la trilogía Vernon Subutex, un retrato demoledor de la sociedad contemporánea francesa que la ha reafirmado como una voz imprescindible de las letras de su país. Publicado por primera vez en 2006, Teoría King Kong la convirtió en uno de los referentes del posfeminismo. 

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Texto de la contraportada

"Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica, pero también para los hombres que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no son ambiciosos, ni competitivos, ni la tienen grande. Porque el ideal de la mujer blanca, seductora, que nos ponen delante de los ojos es posible incluso que no exista".

"Teoría King Kong - con la espléndida traducción revisada de Paul B. Preciado - es uno de los grandes libros de referencia del feminismo y de la teoría de género, un incisivo ensayo en el que Despentes comparte su propia experiencia para hablarnos sin tapujos ni concesiones sobre la prostitución, la violación, la represión del deseo y la pornografía, y para contribuir al derrumbe de los cimientos patriarcales de la sociedad actual".

"Despentes se ha convertido en una especie de heroína de culto, una santa patrona de las mujeres invisibles"

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ÍNDICE

Tenientas corruptas

¿Te doy o me das por el cul?

Imposible violr a una mujer tan vicisa

Durmiendo con el enemigo

Brujas porn

King Kong Girl

Buena suerte, chicas

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RESUMEN

Comentarios previos: la autora del libro defiende una tesis feminista y no se corta nada pues habla con un lenguaje coloquial muy crudo y sin eufemismos, directo al grano y llamando al pan pan y al vino vino. Dice las cosas claras para que todos y todas la entiendan. Habla de la vida misma y de su experiencia personal, brutal. A veces, recurre a la ironía o hace comparaciones algo forzadas, pero lo importante del libro es el mensaje feminista que quiere transmitir examinando las situaciones de violencia a las que son sometidas las mujeres por parte de los hombres y contado desde su propia experiencia: multiviolación (como joven víctima), prostitución (como joven ejerciente de lujo), cine porno (como directora), o el propio matrimonio patriarcal.

La autora Virginie Despentes representa la voz de una generación de mujeres que buscan un cambio social para alcanzar una igualdad de géneros. Despentes se alza como voz de las "feas", las perdedoras e invisibles en una sociedad machista y patriarcal que enfoca el éxito de la mujer en la belleza femenina y no en su bagaje intelectual, por ejemplo. Supone un soplo de aire fresco. Otro sociólogo francés, Lipovietsky, ya indagó en las consecuencias de la presión por la estética.


Despentes divide el libro en cinco partes: en primer lugar, habla de las mujeres feas, gordas, perdedoras, insatisfechas sexualmente por su hombre y vagas que no interesan a los hombres ni encajan en el prototipo femenino de mujer de éxito, blanca y emprendedora, y que, por tanto, quedan marginadas en la sociedad. Pero, en un potente discurso, las anima a salir adelante ya que el ideal femenino de mujer, ni siquiera existe en la realidad.

 En segundo lugar, cuenta que siendo muy joven ella y una amiga, que vestían en estilo punk y estaban alegres y borrachas, volvían de un festival de música y hacían autostop y las recogieron en coche tres amigos, que luego las violaron en un bosque amenazándolas con una escopeta y dándoles una paliza. Ella llevaba una navaja pero no la usó, lo que sorprendió a los chicos, que pensaron que entonces es que a ellas les había gustado. La autora comenta que tuvo que afrontar esta terrible realidad, que cometieron un error al no bajarse de inmediato al meterse en un coche con tres chicos, y que ellos quizás no vieron ningún delito ni culpabilidad en lo que hicieron debido a su cultura machista. Ella se queja de que las mujeres violadas son juzgadas por la gente por si hicieron algo provocativo, si en realidad les gustó o si no se resistieron lo suficiente ni recibieron una buena paliza o no murieron resistiendo.

En el segundo capítulo, cuenta su experiencia trabajando como prostituta durante dos años, mientras era una empleada precaria pero honesta en un servicio de revelado de fotos de Lyon. Dijo que se metió en el tema de las citas porque era dinero fácil, ganaba más que como trabajadora precaria y porque le sirvió para ganar experiencia en el sexo. Dice que usaba el Minitel (el antecesor de Internet en Francia en los años 90) para hacer contactos. Sus clientes eran sobre todo muchos sexagenarios solitarios y tristes con dinero que la trataban con suma amabilidad. El hecho de vestirse con tacones y minifalda (para ella, un disfraz) la convirtió en “supermujer” y “superfemenina” y se dio cuenta del poder que tenía ante los hombres al pasar por la calle. Sostiene que la prostitución siempre se ha presentado como algo rodeado de miseria (y no como una libre elección profesional de la mujer para ganar una buena suma de dinero). La razón de ilegalizar o hacer clandestina la prostitución, en vez de legalizar todo y poner unas condiciones dignas de trabajo, es que el verdadero motivo es ponérselo difícil al hombre para obtener sexo diario fuera del matrimonio. Parece una táctica para obligarlo a contraer matrimonio si quiere sexo gratis a diario, pues así lo estipula el contrato matrimonial. Se queja de los hombres pican en el matrimonio porque la prostitución es casi clandestina. Insiste en que la prostitución podría ejercerse con total normalidad y en buenas condiciones laborales, pero nadie se interesa ya que las propias mujeres prefieren que el hombre vea una imagen de clandestinidad, de inmigrantes ilegales secuestradas, que casi roce la ilegalidad, de forma que el matrimonio sea la opción más aceptable para tener sexo garantizado. En cuanto a la mujer, el matrimonio se convierte en otra trampa en la que su contrato le estipula obligaciones como hacer las labores domésticas gratis, cuidar a los niños gratis y dar una tarifa plana de sexo al marido. Comenta la cercanía entre una casada "mantenida" y rica y, salvando las distancias, una prostituta, ya que ambas han recibido una contraprestración económica por yacer con un hombre, una mediante un contrato matrimonial con un millonario (que incluye mansión, chófer, uso de tarjeta, sirvientes) y otra mediante un pago por servicio por parte de un cliente pudiente. Por eso, ve hipócrita criticar a quienes se dedican a esta profesión cuando, en su opinión, el matrimonio es algo parecido pero con duración indefinida o con tarifa plana.

En el tercer capítulo, la autora aborda las películas porno. Cuenta la anécdota de que Paris Hilton fue pillada “in fraganti” y un presentador televisivo quiso humillarla pero ella no se dignó a contestar, no porque fuese mujer sino porque ella era de “clase alta”, la heredera de una cadena de hoteles de lujo, y el presentador de clase media o baja, y por tanto, lo ignoró. Despentes señala que la élite puede hacer lo que quiera y le dé la gana y disfrutar de su vida sexual sin importarle lo que digan las clases bajas. En el tema de las películas X, la autora sospecha que los hombres espectadores de este género cinematográfico se ven a sí mismos como las mujeres a las que el macho o machos dominan en todas las escenas de la película. Esa promiscuidad parece coincidir más con la mentalidad masculina que con la femenina. Las actrices que se prestan a esto quedan "estigmatizadas" y etiquetadas de por vida a pesar de que en estas películas es todo ficción.  Encuentra cierta violencia hacia la mujer, lo que concuerda con la concepción del hombre como un ser violento. La teoría de Despentes es que las películas porno venden mucho, pero solo entre el público femenino, porque encontraron una fórmula que les da éxito, cree que su estructura tiene algo retorcido que le gusta a los hombres. Ella cree que a los hombres les gusta identificarse con el papel de mujer en las películas porno, pero estas películas llevan a la pantalla las fantasías más oscuras del subconsciente masculino ya que las mujeres ven las relaciones sexuales de otra manera distinta. Añade que los hombres han sido educados en la violencia porque son los cadáveres que necesita el Estado para sus guerras mientras que las mujeres son educadas como máquinas de engendrar nuevos soldados.


En el cuarto capítulo, la autora habla del cine de acción como King Kong y lo compara con su película y libro "Follam..,", una obra que escandalizó a la sociedad francesa porque mostraba a una víctima de una violación que disfrutaba. Dice que la heroína de King Kong estaba segura con él (un animal presentado como asexuado) y se decepcionó al darse cuenta de que los hombres la habían utilizado para capturar al gorila gigante. Califica de “mentiroso” al director de la producción que visitó la isla de King Kong y que señaló a su actriz como la culpable de que los aviones lo abatieran al escalar Nueva York. Despentes replica que quienes dispararon a King Kong fueron los aviones y no la heroína, como si ella como mujer fuese culpable de algo.  Añade que la heroína estaba a gusto con King Kong, su protector, pero tuvo que contentarse con el héroe humano convencional, un mediocre e integrado en el sistema que fue a "rescatarla" y "protegerla".

En cuanto al matrimonio, la autora es bastante crítica con esta institución. Cree que al final hay que dejar hacer a la mujer para que la cosa funcione, ya que de por sí, el matrimonio, según opina, es una institución que enjaula a la mujer a cambio de dinero y seguridad económica. Lo ve como un mero contrato de intercambio: el hombre obtiene sexo en tarifa plana para toda su vida con la misma mujer mientras que la mujer logra seguridad económica, explica. Pero todo está pensado para que la mujer sea esclavizada en el hogar cuidando a los niños, trabajando si hace falta... el problema es que al Estado no se le ocurre cambiar los horarios ni poner más guarderías para contabilizar la vida personal y el trabajo, lo que no sabe si se hace a propósito para someter a la mujer o ahuyentarla del mercado de trabajo.

En la parte final, aborda el mito de la mujer blanca, dulce, sumisa, guapa y con éxito, como esencia de la feminidad. Advierte que las mujeres de cine solo existen en la imaginación de los hombres, pero esa belleza superfemenina no es la mujer real porque tal mito superfemenino no existe. Recuerda que ella era una punk y le preguntaban por qué con lo guapa que era no se ponía más linda para gustar a los hombres. Recuerda con horror que el mero hecho de ser mujer la situaba en un plano social más bajo y que un hombre, aunque fuese un barrigudo de 50 años con un miembro pequeño, se permitía piropearla por la calle por el mero hecho de ser él hombre y ella mujer.

Añade que las mujeres sumisas y feminizadas, al gusto de los hombres, triunfan en la sociedad y tienen éxito porque funcionan como otros hombres, en armonía con una sociedad patriarcal que ensalza la agresividad y la ambición, y que además compaginan la maternidad y el cuidado del hogar con dulzura. Pero que la mayoría de las mujeres no se prestan a eso y, por tanto, las mujeres reales no coinciden con las idealizadas, por lo que hay un conflicto con los hombres que esperan ciertas cosas.

A todo ello se suma la presión de la satisfacción sexual. La autora recuerda que hasta los años 60 nadie había oído hablar del orgasmo o no se le daba la menor importancia. Ahora, todo el mundo está preocupado por ese tema, las mujeres porque no lo alcanzan, como se supone que debería ser, y los hombres porque les angustia no estar a la altura de las exigencias. El sexo ya no es algo informal sino que exige un rendimiento y unas metas, y ocasiona angustia porque hay ganadores y perdedores, según explica la autora. Los adolescentes se angustian por estas cosas.

Sospecha que a los hombres ni siquiera les gustan las mujeres pero que se ven obligados a estar con ellas, intentando disimular su decepción con frases bonitas y cortesías, y que lo que realmente desearían era estar con otros hombres, igual de machos y viriles que ellos. Dice que los hombres se ven obligados a hacer de carne de cañón para los Estados y ellas deben alimentar a la familia y sostener el hogar, y que ambos sexos están obligados a casarse, motivo de que haya tantos conflictos entre géneros porque ninguno de los dos congenia con el otro. Ella sospecha que ninguno de los géneros es feliz, y considera que lo mejor es que los hombres dejen a las mujeres en paz y hacer lo que les dé la gana.  

lunes, 17 de septiembre de 2018

"Contra todo esto", de Manuel Rivas (2018)

Resumen del libro "Contra todo esto", de Manuel Rivas (2018)

Resumen original y actualizado:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/10/contra-todo-esto-de-manuel-rivas-2018.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, globalización, mercantilización, capitalismo

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Título: "Contra todo esto"

Subtítulo: "Un manifiesto rebelde"

Autor: Manuel Rivas

Edición en español: Alfaguara (Penguin Random House GE), Barcelona, 2018

Páginas: 279

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Biografía oficial del autor (hasta el 2018)

Manuel Rivas nació en A Coruña. Sus reportajes y artículos periodísticos están reunidos en El periodismo es un cuento, Mujer en el baño y A cuerpo abierto. Una muestra de su poesía está recogida en la antología El pueblo en la noche y en La desaparición de la nieve. Como narrador, obtuvo, entre otros, el Premio de la Crítica española por Un millón de vacas, el premio de la Crítica en gallego por En salvaje compañía, el Premio Nacional de Narrativa por ¿Qué me quieres amor?, el Premio de la Crítica española por El lápiz el carpintero, y el Premio Nacional de la Crítica en gallego por Los libros arden mal, considerada como una de las grandes obras de la literatura gallega.

Sus cuentos están reunidos en el volumen Lo más extraño. Sus últimos libros publicados son las novelas Todo es silencio, finalista del premio Dashiell Hammet de novela negra y llevada al cine por José Luis Cuerda, y El último de Terranova; la narración autobiográfica Las voces bajas; el libro de viaje a la India Vicente Ferrer. Rumbo a las estrellas, con dificultades; el libro de poemas A boca da 
terra (La boca de la tierra) y Contra todo esto. Un manifiesto rebelde.

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Texto de la contraportada

"Todo Esto es descivilización. Todo Esto es retroceso y rearme, producción de miedo para poner en cuarentena derechos y libertades, la sustracción de la democracia, producción de grietas de desigualdad, desmantelamiento de los espacios comunes, producción del odio hacia el otro, el diferente, machismo como sistema, guerra contra la naturaleza y la caza de los ecologistas, domesticación intelectual, indiferencia y cinismo, paraísos fiscales, corrupción sistémica, una mezcla de la economía gris y la criminal, creciente mercantilización y burocratización de la enseñanza, desmemoria o, peor aún, contramemoria.

En la Oficina de Todo Esto, un concierto de manos muy visibles, hábiles en lo suyo como "croupiers" en el casino de Todo Esto, componen la gran mano invisible que mueve los hilos y toca teclas para mantener Todo Esto.

Siento vergüenza. La vergüenza te ayuda a ver. No es un desenlace, es el principio. La vergüenza abre paso a la esperanza. La esperanza no se espera. Hay que arrancársela de los brazos al conformismo".

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ÍNDICE

Un manifiesto rebelde

La España del capitalismo mágico

La Generación Perdida y la Generación Delincuente

Nadando en la abundancia

"¿A quién hay que chupársla?"

Quevedo y la ley Mordaza

Lo urgente es esperar


¡Viva el periodismo, cabrnes!

El periodismo espectral

Locos por el periodismo debajo del brazo

Salvar la cara, salva el cul

Cuando los sapos tienen razón

La boca peligrosa de besar


¡Qué futuro dejaremos a nuestros antepasados!

¿No estáis hartos de la "memoria histórica"?

El futuro de los antepasados

Con Antígona, en México

La tradición de la antitradición

¿Por qué España?

La "saudade" republicana y el "boomerang" monárquico


Disculpen las molestias, nos están matando

"No es dócil al imperio de mi voz"

Las voces rotas

Órdenes de no movernos

La "insolente marimacho"

Rosalía de Castro y la revolución queer

Un país de hechiceras


Sangre debajo de las multiplicaciones

La espada de Damocles

La otra Operación Triunfo

La cajera

Debajo de las multiplicaciones

Alas de pollo

Albert Camus y el bombero de Bilbao

Los tatuajes de la madre

Nanna y el mar

No apagaré la luz


Yo no quiero tener un enemigo

Homenaje a Catalunya

El cine y el cementerio

Contar votos y no enemigos

Salir del pozo


El lugar de los porqués

La conspiración de los huérfanos

Los rompedores de huevos

El arte de fracasar mejor

Los niños de los móviles

¡Es la cultura, tonto!

Nosotros no somos racistas

¡Ven a disparar con nosotros!

Nadie quiere ser turista

El funeral del robot

El robot de Faulkner 


Cuando los animales hablan

El Congreso y los animales

Tauromaquia para niños

Sopa de aleta de tiburón

El Mago Enloquecido

La ballena insurgente


La literatura escrita en la orilla

El secreto del Quijote

Con Borges, en la orilla

Cuando la atmósfera tiembla

El acuerdo secreto entre generaciones

Los poetas mueren en la orilla

Leer entre vidas, escribir entre líneas


Hierbas de ciego

Hierbas de ciego

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RESUMEN

Manuel Rivas junta en su libro cientos de reflexiones, pequeñas narraciones o cuentos sobre la vida diaria durante la crisis y las consecuencias para los ciudadanos más humildes para revelar la miseria de los políticos en el poder en los años tan duros y las injusticias con los más débiles. También hace referencia a políticas o debates parlamentarios de los que trasluce una gran injusticia. Generalmente coge noticias del periódico o la televisión y les da un repaso, buscando el lado paradójico o irónico de la situación.

En el primer capítulo, explica que "Todo Esto", contra lo que escribe, es:

- Canallocracia. Rapiña y corrupción. Cambió el régimen pero el hampa siguió y generó una democracia corroída donde los corruptos se pagan campañas de imagen.

Descivilización . Se refiere a la caída de Berlín, el fracaso del herrumboso y totalitario imperio soviético, el triunfal neoliberalismo, la Globalización feliz y el fin de la Historia de Fukuyama, un régimen mundial de la distopía donde los pobres son tratados como culpables por su pobreza, los emigrantes estigmatizados como potenciales delincuentes y los refugiados como peligros. Asoma un nuevo supremacismo, no tan nuevo, y una derecha alternativa, no tan alternativa pero sí jactanciosa.

- Retroceso y rearme. Explica que la cooperación internacional y la ayuda humanitaria se reducen o congelan como ideales obsoletos, se recortan los fondos sociales, se degrada la sanidad pública y se privatiza el cuidado de la salud, se desvalijan los sistemas de pensiones a la vejez, aumenta la pobreza infantil. Por contra, el "régimen mundial de la distopía" ha redescubierto un gran yacimiento catastrófico: la carrera armamentística. Califica al complejo militar-industrial como un poder fuera de control (Einsehower).

- Producción de miedo para poner en cuarentena derechos y libertades. Ve un vaciado democrático con leyes y tribunales excepcionales que acaban ocupando la normalidad. Dice que la avería de un Estado de derecho más gravosa y fraudulenta es contraponer seguridad y libertad. Añade que en España hay que ser prudentes para no ejercer las libertades (de palabra, de conciencia y la libertad de no ponerlas en práctica) por miedo a la Ley Mordaza.

- Sustracción de la democracia. La democracia resuelve conflictos contando con la gente pero, dice el autor, ahora se está prodigando el reflejo intimidatorio. Se protege la libertad... de quienes quieren ejercerla (totalitarismo orweliano).

- Producción de grietas de desigualdad. Bombardeo para romper la solidaridad, ese puente entre yo y nosotros, la ayuda mutua. En lo que llama el "Estado de la Vergüenza" ve élites despilfarradoras, desigualdad social, desigualdad de géneros, entre países, entre generaciones, segregación escolar, creación de guetos (germen principal de distopía).

- Desmantelamiento de espacios comunes. Ve una angustia, una corrosión de lo comunitario, de la transmisión entre generaciones, de vínculos solidarios como los sindicatos de base, asociaciones vecinales, ecologistas, culturales, escuelas de ayuda mutua y democracia. Añade que la historia no puede juzgarse si se la despoja de la rebeldía ante la injusticia. Hay una división entre personas humanas y no humanas. Se atacan las iniciativas "okupa", Cada vez que nace algo nuevo salen jaulas detrás, dice el autor.

- Producción de odio hacia el otro. Dice que el odio es acumulutativo: racista y clasista. El mismo que desprecia a un extranjero pobre adula a un rico del mismo origen.

- Machismo como sistema. Es un sistema de dominación permanente, una jerarquía de extensión universal, común a todas las sociedades, modos de producción, grandes religiones.

- Doble explotación de la mujer, como clase y subclase universal. Más precariedad en lo precario. Más temporales los contratos temporales. Más bajas pensiones. El techo de cristal. El trabajo gratuito de cuidadoras de ancianos, enfermos y dependientes. Doctoradas que cobran como becarias.

- Inquisición contra la mujer. Hacen un control dogmático de su vida pero no pueden ser sacerdotisas. Mujeres demonizadas por hechiceras. Si toma la iniciativa, es represaliada.

- Guerra contra la mujer. El sistema machista somete a la mujer, si hace falta con violencia. Feminicidios, trata sexual. Dice que hay un "histerismo masculino" que impulsa los mecanismos de poder, dominio académico cultural y belicista.

- Guerra contra la naturaleza. Al expolio sistemático, lo denominan "cambio climático" o "calentamiento global". Amenaza incipiente que afectará a generaciones futuras. Lo ve como una hipocresía de carácter criminal porque pretende desregular la protección,  bloquear y el sabotear los acuerdos internacionales y dar rienda suelta a la depredación del capitalismo incipiente.

- Domesticación intelectual. Los intelectuales son una especie extinguida de dinosaurios ilustrados. Los que se rescatan, es para solemnizar la opinión oficial o dar sensación de "unanimidad". Hay un tipo de tertuliano influyente que opina pero que no está comprometido ni critica al poder. El silencio legitima al Estado de la Vergüenza.

-Indiferencia y cinismo. Dice que en el periodismo, el problema no es la desobediencia sino la obediencia. Es un oficio tomado por el cinismo. La crisis del periodismo se ha acentuado por los fanáticos del "solucionismo tecnológico" de las redes sociales, máquinas donde el cliente es la mercancía. Recuerda a Lois Pereiro y su frase: "La indiferencia mata". Cree que el periodismo no va a morir porque solo necesita "más periodismo".

- Amputación de la cabeza. Critica los recortes en investigación en España.

También añade que Todo Esto es: paraísos fiscales, propagación del uso de la Lawfare (guerra jurídica) por parte de los poderosos, sustracción de la cultura como hábitat de la libertad, antieuropeísmo reaccionario, puertas giratorias de la Oficina de Todo Esto, abaratamiento humano en la era de la robotización, creciente mercantilización y burocratización de la enseñanza, tradición basada en pompas, desmemoria o contramemoria,

Le siguen varios capítulos donde reflexiona con humor tristón del riesgo de hacer periodismo en México, de la memoria histórica, del techo de cristal, de la educación, y otros temas de actualidad.

En uno de los capítulos cuenta escenas graciosas como la de dos políticos en un día de calor que aprovecharon para darse un baño sin ropa y los sorprendieron los "paparazzis". Mientras uno se tapaba sus partes, el otro le gritaba: "La cara, Manolo, la cara".

En los capítulos finales sopesa la cultura de los toros. Rivas comenta lo irónico de que el Parlamento haya declarado solemnemente que los animales son seres vivos y no cosas [nota del lector: es lo que dice la tradición jurídica desde el Derecho Romano]. El autor dice que hay leyes sacralizadas que se mantienen vigentes por ignorancia o interés. O se disfraza esa brutalidad con florituras culturales apelando a la tradición (dice Rivas que las únicas tradiciones que vale la pena son las risas del Carnaval por ser transguesoras que nos liberan de la jaula del conformismo). Rivas recuerda que el libro "Sapiens", de Harari, sacó a la luz la "inmensa desgracia" que el humano a causado a los animales. Añade que algunos replican con el "test de la ballena": ¿Por qué te preocupas de las ballenas cuando tantos hombres sufren?. Finalmente, el autor recuerda que Giner de los Ríos publicó en 1874 "El alma de los animales" y recuerda que el Premio Nacional de Tauromaquia vale 30.000 euros (10.000 más que el Premio Nacional de Filosofía y Literatura).

Otra noticia que comenta es la de un pueblo de Murcia que da cursillos prácticos de tauromaquia y que retransmite la televisión. Rivas dice si los niños serán adiestrados en el "arte de matar" (la "fiesta"). Luego señala que el Tribunal Constitucional declaró como "Bien de Interés Cultural" las corridas de toros a pesar de que mucha gente lo considera un espectáculo "anacrónico y cruel". Critica que las televisiones públicas le den cancha al "perfomance" de la tauramaquia para niños pero no a la ciencia, teatro, danza, pintura, por lo que ve detrás una "ideología de Estado".

También estudia la caza de tiburón para cortarle las aletas, lo que ha generado, dice el autor, una matanza similar a la del bisonte americano (una producción industrial de la muerte, la lengua del bisonte era una "delicatessen" en los restaurantes del Este, hasta que tuvieron que protegerlos por ley). En este caso, el tiburón es un depredador pero los que se lucran con el comercio de las aletas son "tiburones humanos" codiciosos. Pero Rivas dice que no solo "somos los que comemos" sino lo que "no comemos". Las tribus indias murieron de hambre por la caza del bisonte y en Cabo Verde, ruta de la cacería del tiburón, "viven del hambre".

En otro capítulo, retoma con humor la frase del presidente Rajoy sobre el Cambio Climático: "Yo sé poco de este asunto, pero mi primo supongo que sabrá". Y el primo le dijo que diez científicos que invitó a un congreso nadie garantizaba el tiempo que haría al día siguiente en Sevilla, ¿cómo acertar para dentro de 300 años? Rivas lamenta que España se aleja otra vez de la Ciencia y que "perdió en los últimos años su condición de referencia mundial de la investigación e implantación de energías renovables". Y elogia el sentido común del Papa ecologista que anima a luchar contra el cambio climático.

Rivas dedica otro capítulo a "Mobi Dick", la novela fronteriza de 1851 que narra la locura de un capitán obsesinado por cazar a una ballena blanca. Rivas dice que Melville era un escritor "piel roja" que solo fue reconocido póstumamente. La caza de Moby Dick fue la última artesanal, luego llegó la gran depredación industrializada.

En la misma línea sobre la relación entre los animales y el hombre, Rivas aborda la figura de Quijote y Sancho Panza con Rocinante. Además, cuenta que Quijote y Sancho se reconocieron mutuamente en el campo de la verdad. Y Sancho Panzo fue de los pocos que lloró al morir el Caballero Andante, lo que demuestra un amor desinteresado.

También se pregunta si grandes autores como Carpentier, Borges, Lezama Lima podrían salvarse de la sentencia implacable del mercado si propusieran hoy en día su primera obra editorial.

Sobre Saramago, recuerda esa frase moribundo: "Que no me hablen de la muerte porque ya la conozco". Añade que el "efecto Saramago" consiste en que "al abrir Memorial del Convento", "la atmósfera tiembla".

Otro capítulo lo dedica al poeta, editor, activista cultura y "percebeiro y almeiro" Francisco Souto Barreiro, de Malpica, fallecido en la mar, por una ola en un acantilado. Siempre se mojó, lo importante era no dar la espalda, dice Rivas, en homanaje.

Habla de Las uvas de la ira (Steinbeck), sobre un campamento de desposeídos por la crisis del 29 y la Gran Depresión.



(en preparación)


miércoles, 12 de septiembre de 2018

"Una herencia incómoda", de Nicholas Wade (2014)

Resumen del libro  "Una herencia incómoda", de Nicholas Wade (2014)

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/09/una-herencia-incomoda-de-nicholas-wade.html

Resumen elaborado por E. V. Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Economía y Sociología

Sociología, genética, población, evolución social, cultura, historia humana

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Título: "Una herencia incómoda"

Subtítulo: "Genes, raza e historia humana"

Título original en inglés: "A troublesome Inheritance: Genes, Race and Human History"

Autor: Nicholas Wade

Publicado en inglés en el 2014

Editorial en español: Ariel, Planeta, Barcelona, 2015

Páginas: 295

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Biografía del autor

Licenciado en Ciencias Naturales por el King's College de la Universidad de Cambridge. Fue editor de la revista Nature y se convirtió después en su corresponsal en Washington. Posteriormente se unió a la revista Science para acabar en el New York Times como editor especializado en asuntos de ciencia, espacio, tecnología, defensa y genética.

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Texto de la contraportada

"Buceando en las nuevas evidencias que ha dejado la descodificación del genoma humano, Nicholas Wade nos adentra en las bases genéticas de la raza y su rol fundamental en la historia de la humanidad.

Pocas ideas han sido más perniciosas que aquellas que afirman que hay razas inherentemente superiores a otras. Por esa razón, el debate sobre las diferencias biológicas entre razas han sido completamente proscrito del ámbito científico. La evolución humana, se insiste desde un inusitado consenso, acabó en la prehistoria.

No obstante, el consenso parece ser erróneo. Wade demuestra a lo largo de este libro que la evolución humana siguió su curso, que el aislamiento en que han vivido las distintas poblaciones a lo largo de los siglos han propiciado este desarrollo y que existen distinciones, divergencias, en el comportamiento y por tanto en las sociedades mismas. Que, en consecuencia, atributos como el ahorro, el pacifismo y la alfabetización, propios de las clases medias, han sido lentamente inoculados genéticamente desde la población agraria, culminando en la Revolución Industrial y la emergencia de las sociedades modernas.

Este libro rechaza sin ambages la noción de superioridad racial y demuestra cómo la información genética es vital para entender nuestra historia y las sociedades que la integran, y que la mejor forma de servir al interés público es buscando incesantemente, sin miedo, la verdad científica".

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ÍNDICE 

1. Evolución, raza e historia

2. Perversiones de la ciencia

3. Orígenes de la naturaleza social humana

4. El experimento humano

5. La genética de la raza

6. Sociedades e instituciones

7. La reconstrucción de la naturaleza humana

8. Adaptaciones judías

9. Civilizaciones e historia

10. Perspectivas evolutivas sobre la raza

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RESUMEN

Comentarios iniciales: El autor recalca que el concepto de raza es muy polémico y tiende a ser eliminado en los trabajos científicos porque las políticas que ensalzaron la superioridad y jerarquía de unas razas sobre otras (racismo) desembocaron en graves crímenes en el pasado. Pero, científicamente, según dice, es un hecho que existen tres tipos de raza humana, levemente diferenciadas genéticamente y culturalmente (africana, asiática y caucásica-amerindia), aunque a decir verdad la casi totalidad del genoma humano es idéntico en toda la población mundial, a excepción de algunos alelos (variaciones). El autor indica que estas pequeñas variaciones genéticas (en las que incluye dos razas más como la australiana o la amerindia, y etnias como la judía) han permitido a los distintos pueblos adaptarse al medio ambiente y salir exitosos. Indica que la evolución sigue funcionando, incluso a nivel de inteligencia, en la que los individuos soportan la presión social o se vuelven más pacíficos y cooperativos. En el caso de los judíos, estos se especializaron en oficios de contabilidad y finanzas. Su supervivencia dependía de saber manejar los números, razón por la que su CI es mayor (promedio de 110 frente a la media de 100 americana-europea) que el resto de la población porque, generación tras generación, esta etnia favoreció genéticamente a los más inteligentes.

El autor indica que la evolución humana es un proceso continuo que ha avanzado durante los últimos 30.000 años, con total seguridad, hasta el presente. Desde que los humanos se dispersaron de África hace 50.000 años, las poblaciones de cada continente evolucionaron en gran parte de manera independiente una de otra desde que cada una se adaptaba a su propio ambiente regional. Bajo estas presiones locales, se desarrollaron las principales razas de la humanidad: africanos, asiáticos orientales y europeos, así como otros grupos secundarios. Pero aclara que la naturaleza humana es la misma en todo el mundo. Las sociedades humanas pueden diferir ampliamente, pero los individuos que las componen, no. Añade que la evolución humana ha sido reciente, copiosa y regional. Muchos genes se han visto favorecidos por la selección natural por la presión evolutiva reciente (un 8 % entre los últimos 30.000 y 5.000 años). Considera cambio genético el hecho de cambiar la edad reproductiva del primer hijo o la edad de la menopausia (algo que se observa en las sociedades actuales modernas). Algunos expertos concluyen que "estamos evolucionando y nuestra naturaleza es dinámica, no estática".

La raza africana sería la subsahariana, la asiática oriental serían chinos, japoneses y coreanos, y los caucásicos (europeos, pueblos de Oriente Próximo y del subcontinente indio). En estas razas, dice el autor, han cambiado los genes como el color de la piel y el metabolismo nutricional, sino también aspectos de la función cerebral (de maneras que aún no se comprenden bien). En las razas mixtas (como los afroamericanos) se cuelan un 20 % de genes europeos.

A nivel científico, el autor dice que es indudable que hay diferencias entre las poblaciones pero son muy sutiles. Lejos de ser distintas, las razas difieren simplemente en la cualidad que los genetistas denominan frecuencia relativa de los alelos (es decir, cuántas veces sale en una misma población un determinado gen o cualidad). "Tales diferencias existen porque, una vez que se hubieron distribuido por todo el globo, las diversas poblaciones fueron en gran parte independientes unas de otras, y por ello siguieron sendas evolutivas diferentes. En contra tiene a pensadores de izquierda que ven la raza como un constructo social, no una realidad biológica y se oponen "rabiosamente" a cualquier discusión de base biológica de la raza. "Sus ideas son honorables pero sus tácticas no tanto", dice. Lamenta que cualquiera que saque el tema sea tachado de "racista cientifico" y demonizado como racista, por lo que la izquierda académica ha eliminado del debate casi toda discusión sobre la diferenciación acádemica. El autor aclara que aunque haya distintas razas ninguna es superior a otra y que si esto se midiese en términos de éxito evolutivo, lo sería la etnia han, que tiene 1.000 millones o más de miembros solo en China. El autor ha recibido muchas críticas de genetistas académicos.

El autor también recalca que la evolución darwiniana no terminó en la prehistoria en África sino que los humanos que salieron de África también evolucionaron en dos ramas diferenciadas: Por un lado, los que hace 50.000 años salieron de África y se dirigieron al norte (y regresaron al huir de las glaciaciones), al Cáucaso, la India y Oriente Próximo se tornaron blancos (que era el ADN original, luego oscurecido para hacer frente al clima tropical africano). Y por otro lado, hubo otra división, los asiáticos orientales (en concreto, la etnia han, la más numerosa del mundo) adquirieron otros atributos (pelo lacio y grueso, ojos rasgados, rostro redondeado, etc...). Por su parte, los aborígenes de Australia se quedaron "congelados" en el tiempo de hace 46.000 años, en pleno Neolítico, y se adaptaron a un entorno hostil.

Otro de los puntos en los que incide el autor es la influencia de la cultura. Cree que juega un papel fundamental en la historia de las civilizaciones y moldea el carácter o virtudes como el ahorro. Señala que, aunque a nivel individual, un individuo se parece a otro, las sociedades no se parecen en nada (China, Occidente o África). Unas culturas aún no han salido del tribalismo (caso de África o los países árabes) y otros son grandes estados modernos (siendo China la primera que creó uno). A ello se suma que la cultura define a una población (Nota del lector: por ejemplo, los protestantes aman el trabajo duro, la frugalidad y las innovaciones, los mediterráneos apuestan por el ocio, la buena comida y la salud, los chinos por el trabajo y el esfuerzo, razón por la que triunfan fuera de sus países sin que los lugareños sean capaces de imitarlos; si solo fuese un hábito cultural, los inmigrantes se adaptarían a la nueva cultura y serían menos trabajadores). A ello se suma que algunas organizaciones gubernamentales son disfuncionales, caso de los gobiernos autoritarios que frenan la innovación, pero también cree que si los habitantes aceptan esos gobiernos fuertes es porque han heredado el gen de obediencia a la autoridad (ya que los rebeldes y pendencieros fueron eliminados o murieron sin dejar descendientes generación tras generación hasta que quedó una población homogénea, pacífica y genéticamente dócil que no cuestiona la autoridad).

Uno de los ejemplos más impresionantes del libro se refiere al experimento realizado por genetistas rusos que seleccionaron zorros agresivos, dóciles e indiferentes al hombre. Pasadas 25 generaciones y 40 años de experimentos, los zorros dóciles se asomaban en sus jaulas para que los investigadores les diesen caricias mientras que los agresivos les intentaban morder. El grupo de control, los zorros sin ningún caracter especial, seguían teniendo la misma naturaleza de siempre. El autor sugiere que si es posible domesticar a una población de zorros, los gobiernos antiguos también podrían haber hecho lo mismo con las poblaciones de agricultores a lo largo de generaciones, hasta labrar su carácter dócil. Por ejemplo, con leyes que castigaban la rebeldía y premiaban la obediencia al gobernante. Todo desobediente que se salía de la norma, era marginado y perdía la oportunidad de propagar su herencia genética. De esta forma, la población agrícola se curtió en determinados caracteres pasados 2.000 años.
Posteriormente, habla del gen MAO-A, que influye en la agresividad y que varía sustancialmente entre las razas y las etnias, lo que sugiere que este gen ha sido sometido a presión evolutiva.

Viene a decir que la historia de las Civilizaciones es un darwinismo social aplicado en estado puro. En Europa, en la Edad Media no cuajó un estado fuerte y, prácticamente, cada uno hizo lo que quiso, pese a las protestas del Papado, que tampoco tenía una fuerza aplastante. Nadie podía dominar al resto. De esta forma, surgieron las universidades medievales independientes sin que nadie pudiese controlarlas totalmente, lo que favoreció la innovación. En el 1500, Europa ya era la ùnica potencia mundial, destacando los ingleses, que tenían un alto índice de alfabetismo para la época y pronto contaron con un Parlamento. Las otras naciones europeas pronto les imitaron, el autor dice que es porque tenían la misma base genética y entendían estos progresos, mientras que Oriente Próximo, África y China se estancaron y renunciaron al progreso para eludir la "intoxicación" occidental. En el fondo, viene a decir que en cada civilización hay un acervo genético común (heredado y que evolucionó generación tras generación) que permite a los habitantes sobrevivir en ese ambiente. Resumiendo este argumento, en China, la población obedece a un Estado fuerte, burocrático y autoritario (que funciona como una máquina bien engrasada desde hace 2.200 años); en Europa y Estados Unidos, sus habitantes compiten por ser el más innovador; y en África, cada familia gobernante ayuda a sus parientes, amigos y vecinos de su tribu (porque la selección natural favoreció a quienes mantenían fuertes lazos familiares y la fidelidad a los más allegados para sobrevivir).

Una de las tesis del autor es que los genes de los supervivientes de cada raza (que solían ser los más ricos) se transmitieron a otras clases sociales más bajas, de forma que poco a poco toda la población se homegeneizó y adquirió las virtudes de las élites que triunfaron en un entorno difícil. Cuenta que la "presión malthusiana" barrió a las familias más pobres (a lo largo de generaciones, los más pobres murieron o no pudieron transmitir sus genes) mientras que los ricos conseguían superar las hambrunas y transmitir sus genes a sus descendientes. Continúa diciendo que algunos de los hijos de los más ricos perdieron su posición social, de forma que los mismos genes de supervivencia se transmitieron a las clases medias y poco a poco a sus miembros adquirieron una predisposición a favor del ahorro, la frugalidad y el trabajo duro. Esto lo ilustra también con una supuesta tradición judía azkenasí (los judíos asentados en Europa y EE.UU.) en la que los comerciantes ricos casaban a sus hijas con los estudiantes más sobresalientes para ser rabinos, a fin de que sus nietos fuesen altamente inteligentes (pero el autor se pregunta si esto no será un mito, ya que la tendencia natural de un comerciante rico es casar a su hija con el hijo de otro comerciante rico como él y no con un estudiante listo pero muy pobre).

[nota del lector: a nivel general, el autor presupone que los ricos sobreviven más que los pobres por que tienen unas cualidades genéticas excelentes que les permiten superar las hambrunas o los momentos de escasez pero también podría ser que se debe a cuestión de simple suerte, como el hecho de heredar una enorme fortuna desde la cuna  (una trampa genética) o que súbítamente un vago haya ganado la lotería sin que nada tuviesen que ver otras cualidades genéticas como el amor por el trabajo duro, el emprendimiento o la virtud del ahorro. Y, por otra parte, Wade no parece tener en cuenta que los pobres pueden ser genéticamente más aptos para sobrevivir a graves hambrunas, habilidad labrada generación tras generación para superar duras penalidades. En todo caso, el autor sí dice que tras una hambruna, sobreviven madres fuertes y esos genes los transmiten a la siguiente generación].

Lo que viene a decir es que algunos pueblos triunfaron porque se propagaron los genes de la personalidad pacífica, el trabajo duro, la docilidad, la obediencia, etc... y tuvieron más éxito que otros más agresivos y violentos, en perpetua guerra y acosados por el hambre, que a día de hoy siguen siendo estados fallidos, sobre todo en la tribal África. (se entiende mejor si ahora se pretende que Estados Unidos se convierta en una federación de tribus, nadie entendería ni sabría cómo hacer eso, ya que el "software" genético de la población está programado para actuar en grandes unidades colaborativas). Lo mismo ocurrió con Europa, que favoreció la inventiva, la discusión y el debate, el cuestionamiento de la autoridad en favor de la razón, unas cualidades que le permitieron progresar más rápido que otros pueblos. El autor pone como prueba que cuando Inglaterra lanzó la Revolución Industrial todos los países europeos se aprestaron a copiarla mientras que en China y el Imperio Otomano no entendían la utilidad de algunos avances técnicos ni sabían cómo copiarlos. Un ejemplo es la invención del telescopio, rápidamente copiado por Galileo, que inmediatamente descubrió cuatro lunas de Júpiter, y por otros científicos. Los jesuitas lo exhibieron como gran novedad ante el emperador chino pero sus sabios solo lo usaron para los cálculos de las festividades y no vieron qué podía tener de utilidad práctica aquel juguete. En el caso del imperio otomano, le dieron un uso militar pero no vieron mayor utilidad, además de prohibir publicar libros impresos, ya fuese de Ciencia o de cualquier otra cosa, lo que le costó un retraso tecnológico de dos siglos.

Wade también examina el papel de las religiones. Sostiene que en el acervo genético hay genes que contribuyen al sentimiento de colaboración, identificación y unidad de la tribu extensa, lo que hace que muchos pueblos estén unidos por una religión y una cultura común. En el caso del judaísmo, el autor relata en este libro un dato sorprendente: dice que, tras la demolición del templo de Salomón en Jerusalén por los romanos, la religión judía tuvo que reinventarse y ordenó a los practicantes aprender a leer y recitar la Torah. Dado que muchos agricultores pobres no podían permitirse el lujo de dar una educación a sus hijos, se permitió que la gente del campo profesase una religión judía "light" que eximía de alfabetizarse y que proponía un Dios solar que nacía en otoño y renacía en primavera, un nuevo concepto del que se encargó de divulgar Pablo de Tarso, uno de los primeros fundadores del cristianismo. Según el autor, el ala alfabetizada evolucionó hacia genes más inteligentes, ya que su nuevo modo de vida dependía de ello (cálculo, aritmética...) y no de oficios manuales. La prueba, dice el autor, es que los judíos que quedaron en territorio del Imperio Otomano fueron relegados a oficios como carnicero y, siglos después, dan un CI más bajo que los residentes en Europa, dedicados a labores de finanzas y contabilidad.


Recalca que el cambio cultural es más rápido que el genético hasta el punto de convertir culturalmente, en un par de generaciones, a naciones agresivas y militaristas en países pacíficos y defensores de los derechos humanos. Aunque Wade supone que la población de dichos países sigue conservando genéticamente esa agresividad que les permitió sobrevivir en el pasado. [Nota del lector: también podemos suponer que ese fuerte militarismo les condujo a brutales guerras donde los más agresivos y violentos murieron en encarnizadas batallas que se libraron de forma industrial (y donde la fuerza física del soldado ya no era decisiva) y, por ello, solo volvieron a casa los soldados más prudentes que se quedaron a cubierto o que tuvieron más suerte en el campo de batalla. De esta forma, el 50 o 70 % de la población con genes más violentos desapareció en esas guerras y el gen se diluyó en las siguientes generaciones].

En la segunda parte del libro, el autor plantea la cuestión de si el comportamiento social humano, y por lo tanto, la naturaleza de las sociedades humanas, ha experimentado un cambio evolutivo en el pasado reciente. En su opinión, "existe al menos una hipótesis plausible de que la selección natural no ha ignorado modelar el comportamiento social de una especie muy social. Si las sociedades humanas han continuado evolucionando a lo largo de los últimos miles de años, un proceso de este tipo iluminaría de manera considerable muchos aspectos de la historia y del mundo moderno". Cree que ayudaría a explicar por qué hay instituciones, que bajo gruesas capas de cultura descansan sobre el comportamiento social humano, que tienden a diferir de una sociedad a otra en pautas a largo plazo.

Cree pausible que un pequeño componente evolutivo ha contribuido a la rica diversidad de las sociedades humanas y ve probable esa alternativa. Sin embargo, el autor lamenta que el dogma dominante en las ciencias sociales sostiene desde hace décadas que todas las diferencias de las sociedades humanas son puramente culturales y cualquier cuestionamiento de esta hipótesis genera agitación. Añade que, en el caso del genoma, "es evidente que estamos abriendo un archivo de datos completamente nuevo acerca de la historia humana".

Termina el libro examinando por qué las sociedades humanas no han podido ser modeladas totalmente por la cultura sino que hay que dejar un margen a la genética. Por ejemplo, no explica de manera satisfactoria, dice el autor, por que las diferencias entre las sociedades humanas se hayan tan profundamente arraigadas como parece ser el caso. Argumenta que si las diferencias entre una sociedad tribal  y un estado moderno fueran puramente culturales, será fácil modernizar una sociedad tribal importando las instituciones occidentales (pone como ejemplo Haití, Irak, Afganistán). Añade que no se puede asumir la tesis cultural de que la mente es una hoja en blanco que nace desprovista de comportamientos innatos. Les reprocha que piensen que la importancia del comportamiento social sea demasiado trivial para que haya sido modelada por la selección natural.

Recalca su tesis de que hay un componente genético del comportamiento social humano, tan crítico para la supervivencia humana, sujeto a cambio evolutivo y que ha evolucionado en el tiempo. La evolución en el comportamiento social ha avanzado de manera independiente en las cinco razas principales y en las demás, y que las leves diferencias evolutivas en el comportamiento social están en la base de diferencias en instituciones sociales prevalentes entre las principales poblaciones humanas.

Aporta como pruebas que las estructuras sociales de los primates, incluidos los humanos, se basan en comportamientos modelados genéticamente. Heredaron la misma plantilla. Además, estos comportamientos sociales genéticamente modelados apuntalan las instituciones alrededor de las cuales están construidas las sociedades humanas. En tercer lugar, la evolución del comportamiento social ha continuado durante los últimos 50.000 años y a lo largo del periodo histórico (falta la prueba que identifique los genes que modelan los circuitos neuronales del comportamiento social y la demostración de que han estado sometidos a selección natural en cada raza). Añade que en las diversas poblaciones actuales puede observarse que el comportamiento social ha evolucionado (pone como ejemplo los 600 años anteriores a la Revolución Industrial inglesa, cuando la población se volvió menos violenta, más alfabetizada y ahorrativa; lo mismo ocurrió con los agricultores asiáticos o con los judíos). Añade que las diferencias significativas son las que hay entre las sociedades humanas, no entre sus miembros individuales. Leves variaciones apenas perceptibles se combinan para crear sociedades muy diferentes.



CRÍTICAS DE WADE A OTROS AUTORES

Críticas a Jared Diamond y "Armas, gérmenes y acero" en el libro "Una herencia incómoda", de Nicholas Wade (2015)

El autor Nicholas Wade, en "Una herencia incómoda" critica a Diamond y lo libro ´"Armas, gérmenes y acero" en las páginas 235 a 237. Se refiere a la explicación del auge de Occidente como una cuestión geográfica, defendida por el geógrafo Diamond. Argumenta dicho autor que Occidente es más poderoso que otros simplemente porque tuvo una ventaja inicial al gozar de condiciones naturales más favorables para la agricultura. La naturaleza de la propia gente o de sus sociedades no tiene nada que ver con ello, en su opinión. Toda la historia humana estuvo determinada por características geográficas como las especies de plantas y animales de que se disponía para su domesticación o las epidemias endémicas en una población pero no en otra. Asegura que Diamond hace afirmaciones "extravagantes" y los lectores de este popular libro pasan por alto una pista sobre la naturaleza del texto: está guiado por la ideología, no por la ciencia. Asegura el crítico que los "bonitos" razonamientos de Diamond acerca de la disponibilidad de especies domésticas o de la difusión de enfermedades "no son evaluaciones desapasionadas de los hechos sino que están enjaezadas al caballo galopante del determinismo geográfico de Diamond, que a su vez está concebido para apartar al lector de la idea de que los genes y la evolución pudieron haber desempeñado algún papel en la historia humana reciente". Añade que "sin duda la geografía y el clima han sido importantes, pero no en la medida abrumadora que Diamond sugiere". Y recuerda que Europa y Asia Oriental, altamente urbanizadas, casualmente están en la misma latitud pero fueron impulsadas en líneas diferentes.

Wade ve lagunas serias en dicho libro. Una es la suposición antievolutiva de que sólo importa la geografía, no los genes. Recalca que el determinismo geográfico es tan absurdo como el determinismo genético, puesto que la evolución tiene que ver con la interacción entre ambos.
Además, Wade reprocha a Diamond que no tuviese en cuenta el auge de la ciencia moderna, la Revolución industrial y las instituciones económicas gracias a las que los europeos escaparon de la trampa malthusiana. Pone como ejemplo que los aborígenes de Australia seguían en el neolítico cuando llegaron los europeos con sus instituciones y convirtieron el continente en un país de economía productiva. Por eso, Wade dice que está claro que el ambiente no es lo único que influye.

Wade reprocha que Diamond diga que "la selección natural que promueve genes para la inteligencia ha sido probablemente más despiadada en Nueva Guinea que en sociedades más densamente pobladas y políticamente complejas... En capacidad mental, los neoguineanos son probablemente superiores, desde el punto de vista genético, a los occidentales". Pero Wade replica: "no hay prueba alguna de que esta improbable conjetura sea cierta".

También califica de "extraña" la afirmación de Diamond de que es más probable que la inteligencia se vea favorecida en sociedades de la Edad de Piedra que en las modernas. Wade replica que en las sociedades modernas la demanda de inteligencia es mayor y que los asiáticos orientales y los europeos tienen puntuaciones más altas de CI que los que viven en tribus o son cazadores-recolectores.

Críticas a David S. Landes y "La riqueza y la pobreza de las naciones" en el libro "Una herencia incómoda", de Nicholas Wade (2015)

El autor Nicholas Wade, en "Una herencia incómoda" critica a David S. Landes y su "La riqueza y la pobreza de las naciones". Señala que el historiador examina todos los factores posibles para explicar el auge de Occidente y el estancamiento de China, y llega a la conclusión de que, en esencia, la respuesta reside en la naturaleza de la gente. Landes atribuye el factor decisivo a la cultura, pero describe la cultura de tal manera que implícitamente se refiere a la raza. "Si hemos aprendido algo de la historia del desarrollo económico, es que la cultura supone toda la diferencia", escribe Landes. "Lo demuestra la empresa de las minorías expatriadas: los chinos en Asia Oriental y Sudoriental, los indios en África Oriental, los judíos y calvinistas en gran parte de Europa, y así sucesivamente. Pero la cultura, en el sentido de los valores internos y las actitudes que guían a una población, atemoriza a los estudiosos. Tiene un olor sulfúrico de raza y herencia, un aire de inmutabilidad", añade Landes. Y Wade le replica que Landes sugiere que la cultura de cada raza ha supuesto la diferencia en el desarrollo económico. El autor Wade concluye que las intensas presiones para la supervivencia ha obligado a europeos y chinos a adaptarse y añade que las instituciones que caracterizan a una sociedad son una mezcla de comportamientos determinados culturalmente e influidos genéticamente. Señala que el cambio cultural es muy rápido, como se demostró con Alemania y Japón, sociedades altamente militarizadas que, tras una brutal guerra, se convirtieron en países pacíficos, un cambio cultural demasiado rápido para ser genético. Landes cree que, además de la cultura, hay un componente genético que influye en el éxito, por ejemplo, de los chinos. Sospecha que el auge de China y el de Occidente son acontecimientos no solo de la historia sino también de la evolución humana.

Críticas a Daron Acemoglu y James A. Robinson y "¿Por qué fracasan los países?"  en el libro "Una herencia incómoda", de Nicholas Wade (2015).

El autor Nicholas Wade, en "Una herencia incómoda" critica al economista Acemoglu y al científico político Robinson. Estos concuerdan con Francis Fukuyama al considerar que las instituciones son fundamentales para comprender cómo funcionan las sociedades humanas. Y llegan a esta conclusión por una ruta independiente. Fukuyama identifica el papel de las instituciones en gran medida mediante patrones históricos: Acemoglu y Robinson ponen énfasis en el análisis político y económico. Aseguran que la mayor parte de la desigualdad entre los países del mundo ha surgido desde la Revolución Industrial, antes de cuya época el nivel de vida era casi uniforme, salvo para el exclusivo club de la élite que dirigía cada país. Según ellos, una lista de los 30 países más ricos del mundo incluiría ahora la Gran Bretaña y los países que iniciaron la Revolución industrial. Si nos remontásemos un siglo atrás, la lista sería parecida, salvo Singapur y Corea, nuevos miembros del club. Su tesis es que hay instituciones malas e instituciones buenas o, como ellos las denominan, extractivas e inclusivas. En las primeras, una pequeña élite extorsiona a sus súbditos y se opone al cambio tecnológico porque desorganiza el orden político y económico. Mediante su avaricia, la élite empobrece a todos los demás e impide el progreso, por lo que caen en un círculo vicioso. En cambio, las instituciones buenas permiten el imperio de la ley y los derechos de propiedad compensan el esfuerzo. No hay sector bastante poderoso para bloquear el cambio económico. Un círculo virtuoso entre política y economía mantiene una prosperidad creciente. Al comparar Inglaterra y Etiopía, vemos que Inglaterra es un país parlamentario desde 1688 que se hizo rico y que Etiopía fue absolutista durante varios siglos más y siguió pobre. Admiten que los países absolutistas pueden generar riqueza temporalmente transfiriendo mano de obra de la agricultura a la industria (URSS, China). Si las instituciones inclusivas son la única cosa que importa a la hora de conseguir la prosperidad, de ahí se sigue que la ayuda exterior es inútil a menos que empiece con la reforma institucional, por lo que son necesarias para romper el ciclo de la pobreza.

Para Wade la tesis de Acemoglu y Robinson parece "razonablemente satisfactoria" pero los autores tienen gran dificultad a la hora de explicar cómo surgen las instituciones buenas o, cómo pueden establecerse en un país que no las tiene. "La respuesta honesta, desde luego, es que no hay una fórmula para construir dichas instituciones". Wade replica que no tienen ninguna fórmula que ofrecer porque creen que las instituciones buenas han surgido por casualidad, como rizos aleatorios en las mareas inexplicables de la historia. Argumentan que las instituciones cambian por la "deriva institucional", como si fuese un proceso aleatorio genético o por coyunturas críticas. Pero Wave replica: "¿La suerte es una explicación? ¿Y no la divina providencia o algún signo del Zodíaco? Los autores se ven impelidos a alcanzar estas explicaciones nada satisfactorias porque han descartado la posibilidad obvia de que las variaciones en el comportamiento humano sean la causa de las buenas o malas instituciones. Así se ven obligados a dar de nuevo explicaciones que no lo son, como la suerte o la senda contingente de la historia".

Wade añade que la riqueza de las sociedades humanas no ha seguido alguna senda aleatoria a lo largo del último milenio, sino que más bien, como Acemoglu y Robinson observan, una parte del mundo se ha hecho, de manera uniforme y constante, cada vez más rica a lo largo de los últimos 300 años. Esto no es un accidente, ni suerte, y disponemos de una explicación razonable en términos de la evolución humana", dice Wade. La explicación es que ha habido un cambio evolutivo en el comportamiento social humano que ha facilitado la nueva estructura social, postribal, sobre la que se basan las sociedades e instituciones favorables. Y añade que "los países pobres son los que no se han librado totalmente del tribalismo y del trabajo bajo instituciones extractivas que reflejam su limitado radio de confianza. Añade que, al igual que la invasión de los agricultores de tierras de cazadores-recolectores hace 10.000 años, "ahora nos encontramos en un nuevo proceso de transición en el que las poblaciones han salido ya de las fuerzas modeladoras de la agricultura malthusiana y otras se encuentran en el ajetreo del proceso mesoindustrial".

sábado, 8 de septiembre de 2018

Reseña: "Veinte libros para entender la Gran Recesión" (Lista de El País + resúmemes)

Reseña: "Veinte libros para entender la Gran Recesión" 

Lista elaborada por El País
https://elpais.com/cultura/2018/09/07/babelia/1536338430_931760.html

Fecha de publicación: 8 de septiembre del 2018, en el suplemento Babelia

Link al articulo original de Joaquín Estefanía en suplemento Babelia:
"Diez años bastan". 
Subtítulo: "En este decenio se ha producido la mayor intervención pública para salvar el capitalismo y la democracia tal y como los conocíamos"
https://elpais.com/cultura/2018/09/07/babelia/1536338430_931760.html


VEINTE LIBROS PARA ENTENDER LA GRAN RECESIÓN

(Nota del lector: para enriquecer la lista de El País, he añadido los links a resúmenes de libros disponibles en Evpitasociologia)


1. Crash. Cómo una década de crisis financieras ha cambiado el mundo. Adam Tooze. Editorial Crítica, 2018.

****. Bueno. El libro sobre la crisis del 2008 aporta como novedad cómo la FED inyectó billones de dólares en la UE, cuyos bancos centrales apenas tenían dinero para cubrir el apalancamiento de sus propios bancos. Defiende la idea de que Estados Unidos salvó a Europa de una debacle financiera. Cree que el origen de la crisis se debe al excesivo déficit comercial y el endeudamiento, entre otras causas y a una falta de confianza. Analiza la relación China-EE.UU.

Resumen del libro:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/01/crash-como-una-decada-de-crisis.html


2. La economía desenmascarada. Steve Keen. Capitán Swing, 2015.


3. El capital en el siglo XXI. Thomas Piketty. Fondo de Cultura Económica, 2014.

****. Obra maestra. Desde su publicación, ha generado una gran polémica al plantear el tema de la desigualdad económica de la distribución de las rentas. El autor sostiene que hace falta cobrar impuestos más altos a los más ricos para mejorar la renta de los más pobres porque el sistema actual no lo hace automáticamente. Sus críticos dicen que prefieren un mundo de emprendedores en los que prima la iniciativa del individuo, aunque sea pobre, para prosperar que unos ciudadanos subvencionados por el Estado que pone obstáculos al crecimiento.

Ver el resumen del libro en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2014/04/el-capital-en-el-siglo-xxi-de-thomas.html



4. Austeridad. Historia de una idea peligrosa. Mark Blyth. Editorial Crítica, 2014.

****... Blyth se hace la misma pregunta que todo el mundo: ¿por qué insistir en aplicar políticas de austeridad para aumentar el crecimiento y el empleo si no funcionan? La razón, según el autor, que el principal objetivo es rescatar a la banca pues la crisis del 2008 no es deuda sino de apalancamiento del sector financiero. Un rescata que no ha concluido y que van a pagar los ciudadanos.

Ver el resumen del libro en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2014/08/austeridad-historia-de-una-idea.html


5. Esta vez es distinto: ocho siglos de necedad financiera. Carmen Reinhard y Kenneth Rogoff. Fondo de Cultura Económica, 2011.


****. Obra importante. Los autores han sido criticados por varios errores matemáticos cometidos en su cálculo del déficit de un país para entrar en quiebra (se supone que el 90-100% del déficit público conduce al impago). Pero creo que la obra reúne méritos suficientes para convencer a los escépticos de que nada sube para siempre y sobre todo explica que hay un límite de deuda a partir del cual la quiebra es irreversible.

Ver el resumen en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2012/08/esta-vez-es-distinto-ocho-siglos-de.html


6. El precariado. Una nueva clase social. Guy Standing. Pasado y Presente, 2014.

****. Muy bueno, Standing analiza cómo el empleo ha ido perdiendo derechos y ha creado una nueva clase social llamada el precariado que es todo lo contrario al empleo fijo.

Ver el resumen del libro en:
http://evpitasociologia.blogspot.com.es/2015/06/el-precariado-de-guy-standing-2011.html


7. Postcapitalismo. Hacia un nuevo mundo. Paul Mason. Paidós, 2015.

***. Bueno. Estudia la transformaciones de un futuro con una alta tecnificación y un bajo empleo, lo que obligará a los estados a crear una renta básica universal.

Ver el resumen del libro en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/06/postcapitalismo-hacia-un-nuevo-futuro.html


8. Chavs. La demonización de la clase obrera. Owen Jones. Capitán Swing, 2013.

****. Obra maestra. Se puede decir que ya es un clásico del periodismo sociológico. El autor descubre una realidad sobre cómo la clase obrera inglesa fue machacada por la prensa de clase media a partir del gobierno de Margaret Thatcher que acabó con las huelgas de los mineros. El resultado es un Inglaterra de castas, donde la clase más baja trabaja de cajero y es vilipendiada por su pobreza.

Ver el resumen del libro en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/01/chavs-la-demonizacion-de-la-clase.html


9. 10 años de crisis. Hacia un control ciudadano de las finanzas. ATTAC, 2018.


10. Occupy Wall Street. Manual de uso. Janet Byrne, director. RBA, 2013.


11. Comportarse como adultos. Yanis Varoufakis. Deusto, 2017.


12. Los que tienen y los que no tienen. Branko Milanovic. Alianza Editorial, 2012.


13. La economía del bien común. Jean Tirole. Taurus, 2017.

Jean Tirole es Premio Nobel de Economía

Ver el resumen del libro en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2017/07/la-economia-del-bien-comun-de-jean.html


14. Por qué fracasan los países. Daron Acemoglu y James Robinson. Deusto, 2012.

 ****. Obra popular. Los autores sostienen que la falta de democracia ha arrastrado a muchos países al subdesarrollo porque mantuvieron estructuras oligárquicas, aristocráticas o absolutistas poco distributivas y desiguales. Sorprende la interpretación que hace de la independencia de las colonias españolas en América: los criollos se sublevaron porque no aceptaban al Gobierno liberal de España, que promovía la democracia, e instauraron oligarquías. Examina también casos como el del reino absolutista de Etiopía.

Ver el resumen en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2013/02/por-que-fracasan-los-paises-de-daron.html


15. Cómo hablar de dinero. John Lanchester. Anagrama, 2015.


16. Los límites del crecimiento: 30 años después. Donella Meadows, Jorgen Randers y Dennis Meadows. Galaxia Gutenberg, 2006.


17. El desmoronamiento. 30 años de declive americano. George Packer. Debate, 2015.

***. Bueno. El libro escrito con estilo periodístico retrata desde un punto de vista moralizante las vidas, esperanzas y decepciones de varios personajes: madres de clase media-baja, obreros de la industria a los que golpeó de lleno la deslocalización, un abogado lobbista de Washington que se hizo rico, el militar Collin Powell, hecho a sí mismo, la del libertario Peter Thiel que se hizo millonario en Silicon Valley. Sostiene que en los últimos 30 años se desmanteló un medio de vida institucional en el que todo el mundo creía (General Motors, partidos, iglesias, etc...). En vez de tener resuelta su vida, una generación entera se estrelló contra otra realidad: los recortes y ajustes aplicados por Wall Street.

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/11/el-desmoronamiento-de-george-parker-2013.html


18. La gran brecha. Joseph Stiglitz. Taurus, 2015.

***. Obra de interés. El premio Nobel de Economía analiza la sociedad del 1% de ultrarricos y el 99 % de resto de ciudadanos empobrecidos con unas políticas de redistribución desiguales.

Ver el resumen del libro en:
http://evpitasociologia.blogspot.com.es/2015/12/la-gran-brecha-de-joseph-e-stiglitz-2015.html


19. La paradoja de la globalización. Dani Rodrik. Antoni Bosch Editor, 2011.


20. La mentira os hará libres. Fernando Vallespín. Galaxia Gutenberg, 2012.

lunes, 3 de septiembre de 2018

"Fuego y furia", de Michael Woolf (2018)

Resumen del libro "Fuego y furia", de Michael Woolf (2018)

Resumen original y actualizado:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/08/fuego-y-furia-de-michael-woolf-2018.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, política internacional, Donald Trump, política exterior de EE.UU., globalización

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Título:  "Fuego y furia"

Subtítulo: "En las entrañas de la Casa Blanca de Trump"

Título original en inglés: "Fire and Fury"

Autor: Michael Wolff

Fecha de publicación en inglés: 2018

Fecha de publicación en español: Grup Editorial 62, Barcelona, 2018 / Ediciones Península / Planeta

Número de páginas: 414

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Biografía oficial del autor Michael Woolf

(Paterson, Estados Unidos, 1953) es periodista y escritor, y ha recibido numerosos premios por su trabajo, incluidos dos National Magazine Awards. Ha publicado artículos en Vanity Fair, New York, The Hollywood Reporter, GQ, USA Today y The Guardian. Es autor de otros seis libros, entre ellos Burn Rate y The Man Who Owns the News. Vive en Manhattan y tiene cuatro hijos.
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Texto de la contraportada

"El libro que Trump no quiere que leas.
Pocos libros pueden presumir de haber puesto en peligro una carrera presidencial. Y solo uno puede decir que ha conseguido que un presidente de Estados Unidos tratara de parar su publicación, reaccionara de forma furibunda en Twitter y provocara, con todo ello, unas ventas de más de un millón de ejemplares en tres días, y que se publique en una treintena de países en todo el mundo. Este es ese libro".

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ÍNDICE

Prólogo: Ailes y Bannon

1. Día de elecciones

2. Torre Trump

3. Día uno

4. Bannon

5. El dúo Jarvanka

6. En casa

7. Rusia

8. Organigrama

9. CPAC

10. Goldman

11. Teléfonos pinchados

12. Derogar y reemplazar

13. Tribulaciones de Bannon

14. Sala de crisis

15. Medios

16. Comey

17. En casa y en el extranjero

18. Bannon ha vuelto

19. Mika... ¿quién?

20. McMaster y Scaramucci

21. Bannon y Scaramucci

22. El general Kelly

Epílogo: Bannon y Trump

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RESUMEN

El libro, basado en testimonios y cotilleos de pasillo, revela el caos reinante en la Casa Blanca de Trump, donde se crean dos bandos: los bannonistas (afines a Bannon, el ideólogo del trumpismo) y los seguidores del dúa Javarka (los familiares de Trump, Ivanka y su marido Jared, así como la fiel secretaria Hope). El autor usa un lenguaje sarcástico e irónico que hace sonreír por el disparatado ambiente que hay en la Casa Blanca de Trump, donde unos intentan disuadirle de sus locuras y otros le siguen la corriente y meten más la pata. El libro se centra en la figura de Bannon, el intrigante fundador del trumpismo, un populismo de extrema derecha, tras este olfatear un gran nicho electoral entre la clase trabajadora blanca arruinada por la globalización, lo que le dio el triunfo a Trump. Bannon, al llegar a la Casa Blanca, se convirtió en la sombra de Trump, dormía allí por si el jefe le llamaba a medianoche, y echó un pulso son la hija y el yerno de Trump por nombrar cargos. El periodista que escribió el libro relata todas las tensiones de forma tan vívida como si él mismo estuviese allí dentro. Para escribir el libro tuvo que contratar a uno de los mejores abogados de EE.UU. en litigios de difamaciones para evitar querellas. Las líneas centrales del libro son cómo lograron una inesperada victoria electoral, el caos creado al aplicar las primeras medidas contra el Obamacare y los inmigrantes, y luego el escándalo de la trama rusa y el fulminante despido del jefe del FBI que iba a investigar a Trump.

Para seguir el hilo al libro hay que analizar primero los personajes de la Casablanca y el círculo del presidente Donald Trump. Ninguno tenía experiencia política ni contactos gubernamentales a los que recurrir y como dice: "nadie del Gobierno de Trump sabía hacer nada, nadie sabía qué hacía cada uno". Este es un resumen de los perfiles que elaboró el autor del libro, Michael Woolf, a lo largo de las páginas de su libro. Hay que tener en cuenta que el autor usa mucho sarcasmo e ironía.

- Donald Trump: empresario inmobiliario y presidente de Estados Unidos. Casado con Melania Trump, de la que está orgulloso como "mujer trofeo". Le gusta tomar helado Häagen-Dazs de vainilla al tiempo que opina alegre y despreocupadamente sobre una serie de temas. Algunos colaboradores lo definen como impredecible, jugador poco serio. Entre sus neurosis, dice el libro, está el horror a la pérdida de memoria y la senilidad. Trump es Trump pero lo entiende. Gente que lo conoce lo califica de rebelde, perturbador, vivía fuera de las reglas y las despreciaba, un tipo sin escrúpulos que solo trataba de ganar sin importar cómo se hiciese. Incluso metía en líos a amigos para que sus mujeres creyesen que les eran infieles. Sus colabodores aseguran que en una hora de conversación con él en una reunión en su despacho, cuenta 50 minutos de historias repetidas una y otra vez, por lo que tienen que plantearle un asunto y repetirlo varias veces. Bannon lo definió como una máquina simple: el interruptor de encendido estaba lleno de halagos, el de apagado, de calumnias. El autor añade que Trump tiene la táctica del vendedor que te llena de halagos y adulaciones. Wolf añade que Trump era como un oráculo de Delfos o un dios Sol que era el centro absoluto de atención y dispensaba favores y delegaba favores que podía invalidar cuando quisiese. No calculaba a largo plazo y vivía el momento. El autor, por conversaciones con otros colaboradores, decía que la persona que lograba influir en Trump era "el último que llegaba". Además, no sopesaba sus respuestas (y repetía todo). Lo califica de "actor mimado, instintivo y con mucho éxito". Según el autor, la premisa de Trump: "Ser famoso es ser querido, o, por lo menos, sirve para que te adulen".

- Melania Trump: Modelo eslovaca y tercera esposa de Trump, mujeriego notorio (según el autor). El autor dice que apoyó a su marido en la campaña electoral pero que deseaba que perdiese para seguir viviendo tranquila en la torre Trump. Pasaba días sin verse, ella no sabía dónde estaba él ni de sus negocios. Tienen un hijo en común: Barron. El lema de Trump con sus esposas era: "Vive y deja vivir. Dedícate a tus cosas". A veces habla de sí mismo en tercera persona.

- Jared Kushner: De 36 años, consejero político de su suegro y auténtico jefe de campaña o designado por la familia. Pero Trump lo considera un miembro más de su séquito. Obtuvo la cartera internacional de Oriente Próximo. Heredero de una dinastía inmobiliaria judía y yerno de Trump, fue educado en Harvard. Esposo de Ivanka Trump, una hija de la primera mujer de Trump, Ivana. Jared Kushner intenta escorar el programa de Trump hacia una visión más centrista e incluso demócrata, partido al que un año antes era afín, como su hermano Óscar. El autor cuenta que el padre de Jared, Charlie, pasó algún tiempo en una prisión federal por evasión de impuestos, manipulación de testigos y donativos a campañas ilegales. Como prudente yerno, solo habla con su suegro cuando este le habla, ofreciendo siempre una visión tranquila y halagadora, cuenta el autor del libro. Para evitar un conflicto de intereses, Trump tuvo que renunciar a nombrarlo jefe de su gabinete. A nivel privado, los amigos y consejeros le aconsejaron que Trump se "suavizase" para no irritar al Partido Republicano ni a los congresistas, ni a la comunidad de inteligencia. Es cura de los unionistas de Internet.

Jared ganó influencia porque hablaba mucho con Murdoch y compró el semanario New York Observer, un capricho de ricos que no daba beneficios y que narraba la vida de la alta sociedad. El New York Observer se encargó de la cobertura mediática de Trump y creó el mito del millonario desvergonzado, teatral e instructivo. Pero cuando Trump se convirtió en un empresario fracasado, los clichés sobre él ya no hacían tanta gracia y se dejó de informar de él porque resultaba vergonzoso. Kushner, con 25 años, compró el diario en el 2006 y accedió al círculo social de Trump y a su hija Ivanka, con la que se casó en el 2009.

- Ivanka Trump: De 35 años, con tres hijos. Hija de Trump y esposa de Jared Kushner tras convertirse al judaísmo ortodoxo. Es, de facto, la primera dama de EE.UU. y le gustaría ser la primera presidenta. Con su marido Jared hacen la moneda o dúo Jarvanka. Habitual del restaurante Four Seasons, donde comen otras celebridades.

- Stephen K. Bannon, el "loco" Steve: De 63 años. Estratega jefe de Trump, cenaba con él a diario, algo que los demás colaboradores eludían por su pesadez. De clase obrera, hecho a sí mismo, el autor sugiere que se arrimaba a los ricos. Fue teniente en un barco, trabajó como banquero para Goldman Sachs, fundó una asesoría financiera orientada al espectáculo. El autor dice que estaba siempre tramando y decepcionando. Participó en proyectos fallidas como Biosfera 2, y el proyecto virtual de Videojuego de Rol Multijugador Masivo en Línea (MMORPG o MMO) que se llamaba Internet Gaming Entertaiment (IGE). En el 2000, se convirtió en proveedor de libros a los conservadores. Finalmente, los nerds Bob Mercer y su hija (de los fondos Renaissance Technologies) lo ficharon para crear un Tea Party privado, un movimiento político ultraliberal, antiestatista, pro educación privada, antiprogresista, pro patrón oro, pro pena de muerte, antimusulmán, procristiano, monetarista y contrario a los derechos civiles en Estados Unidos. Algunos los tildan de "fanáticos" ideológicos. Bannon tomó el control de Breitbart News (de los Mercer) y usó Gamergate (dedicado a dañar la imagen de las mujeres en Hollywood) para conseguir enorme tráfico a través de memes políticos virales. Bannon se convirtió en el consigliere del movimiento Tea Party. Breitbart trató a Trump como su tótem. Bannon fue el hombre que hizo coherente el discurso de Trump y lo encaminó hacia una idea política concreta: el camino de la victoria radicaba en el mensaje cultural y económico que se dirigiera a los trabajadores blancos de Florida, Ohio, Michigan y Pensilvania. A favor de Bannon, dice el autor, es que, era el único del equipo que se había leído uno o dos libros. La fórmula de Breitbart era noticias inmediatas que horrorizaban tanto a los progresistas como a los conservadores, un conflicto que generaba una cascada de clics de disgusto y aprobación. Su idea que la nueva política no era el arte del compromiso sino el arte del conflicto.

La ambición de Bannon era convertirse en el líder del movimiento Tea Party. Es un empresario metido a organizar campañas y actos para los republicanos y el Tea Party. Sin experiencia política ni en gobierno, verdadero ideólogo detrás del programa de Trump, del que dice que su única virtud política es ser un macho alfa, sacado de Mad Men.  Fue desde el principio, la mano derecha de Trump, al que le sorprendía su discurso lleno de palabrería histórica, insultos, perspectivas de los medios, comentarios derechistas y tópicos motivacionales. Fue el único capaz de ofrecer una visión coherente del populismo trumpista. En su día, fundó Breitbart News. En el glosario de Breitbart se barajaban nociones como el Estado "profundo", la idea de la derecha y de la izquierda de una red de inteligencia permanente y conspiración del Gobierno. Su mensaje caló en el momento adecuado: el mundo necesitaba fronteras o debía regresar a una época en las que la tenía. Cuando Ámerica era grande. Trump entendía la causa populista de los trabajadores. Dentro del programa también estaba trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Uno de sus fallos era que era desorganizado, centraba su atención en cualquier cosa que atrajera su mente obtusa, parecía incapaz de devolver una llamada telefónica, respondía a los correos con una sola palabra y era controladoramente críptico, según el autor. Nadie lo contrataría para un trabajo que requiriese que los trenes saliesen con puntualidad. Bannon se casó tres veces y llevaba una vida de soltero en Capitol Hill y oficina de Breitbart. Consideraba que Trump jamás cambiaría e intentar hacerlo dañaría su estilo, a los partidarios de Trump no les importaba, a la prensa no les iba a gustar y era mejor jugar contra los medios que para los medios, y era un engaño que los medios fuesen los protectores de la honradez factual y que la revolución de Trump era un ataque a las asunciones convencionales y a los expertos, por lo que Trump era incontrolable porque nunca se iba a ajustar al guión. Aseguraba que Trump no entendía los hechos correctamente ni tampoco iba a admitir que los hubiera entendido mal. Tras ocupar el Ala Oeste de la Casa Blanca, Bannon se distanció de sus compañeros, incluido Jared. Alentó al equipo a leer The Best and the Brightest, de David Halberstam, para comprender a todos los hombres del presidente durante la guerra de Vietnam y que malinterpretaron las claves del conficto y guía o lista de recomendaciones para llegar al poder.

Una vez en la Casa Blanca, Bannon no usaba ordenador. Katie Walsh llegó a decir que "el caos era la estrategia de Steve".

La campaña electoral se apoyó en tres personas: Corey Lewandowski (director de campaña despedido), la portavoz-asistente-interna Hope Hicks, y el propio Trump. La organización de su equipo presidencial fue complicada porque, según el autor, a Trump le costaba entender la importancia de los cargos, por lo que quería que los ocupasen familiares y amigos, y la estructura del gabinete de Washington para soportar la feroz oposición. Si el presidente ya era un "outsider", lo más probable es que se rodee de gente peculiar.

[nota del lector: Bannon en el 2018 se trasladó a Europa para fundar The Movement y agrupar a los euroescépticos, los ultranconservadores y contrarios a la UE]

- Hope Hicks: eficiente secretaria de 26 años y ayudante de Trump. Este siempre preguntaba por ella: "¿Dónde está Hope?". Fue la auxiliar de relaciones públicas que Ivanka Trump agregó a la campaña electoral, fue la primera en entrar en  el equipo electoral de Trump. Trump despidió a su amante y le dijo a Hope en una reunión: "Tú eras el mejor trasero que él va a tener nunca". Ella se marchó escandalizada.

- Corey Lewandowski: ayudante. Fue el primer director de campaña de Trump pero en el 2016 Trump lo despidió por "perdedor". Lo mismo pasó con su segundo director, Paul Manafort.


- John Kelly: jefe de gabinete. General retirado.

- Reince Priebus: De 45 años, de clase trabajadora. Era un recaudador de fondos. Jefe del Comité Nacional Republicano (CNR), herramienta de la clase dirigente republicana y que no apoyó a Trump. Le ayuda su compañera Katie Walsh y su publicista Sean Spicer. Su fama la logró al aplacar al Tea Party en el 2011 en Wisconsin. Apostó por el candidato Trump cuando casi estaba desahuciado y no lo abandonó por completo. Su cargo como jefe de gabinete fue nominal porque los demás (Bannon, Krushner, Barrack) lo puenteaban para hablar directamente con Trump, quien así seguía siendo el jefe mientras los otros se disputaban su atención. Según el autor, Priebus tenía que organizar reuniones y horarios, contratar a los miembros de la plantilla y supervisar las funciones individuales de los departamentos pero Bannon, Kushner, Conway e Ivanka carecían de responsabilidades específicas, hacían lo que se les ocurría sobre la marcha.

-Kellyanne Conway:  jefa de campaña de Donald Trump. Personalidad central y destacada en el mundo de Trump. Aspiraba a ser una estrella de las noticias por cable. Antes había estado a cargo de una agencia de encuestas de poca importancia. Durante la campaña, también lidió contra la prensa, a la que acusó de verter noticias falsas en montañas de arena, y su derecho a decir "hechos alternativos" o, más concretamente, "información alternativa".

- Sean Spicer: secretario de prensa, profesional serio que se vio obligado a defender a Trump ante los medios, sobre todo cuando Trump dijo que había un millón de personas en su investidura, algo claramente exagerado cuando se vieron las imágenes de televisión. Spicer dijo que a Trump no podías contradecirlo porque él sabía lo que sabía y no creía nada de lo demás. El autor dice que su trabajo consistía en explicar qué hacía la gente y porqué fracasaba a menudo en su labor porque nadie tenía una ocupación de verdad.

- Stephen Miller: antiguo ayudante de Jeff Sessions, conservador entregado a la causa, redactaba órdenes ejecutivas y hacía discursos, pero según el autor,  solo hacía enumeraciones esquemáticas y "era incapaz de construir oraciones".

- Mika Brzezinski y Joe Scarborough: pareja y presentadores del programa Morning Joe de la MSNBC. Confidentes de Jared y amigos de Trump, se sorprendieron al saber que nadie le había dicho que su primera semana de gobierno fue un desastre.

- Roger Ailes: viejo amigo de Trump. Anterior director de Fox News y la figura más importante en los medios de derecha. De 76 años y recién jubilado tras ser acusado de acoso sexual y destituido de la Fox.

- Bob Mercer, un patrocinador de Ted Cruz, y su hija Rebekah, recaudaron fondos para Trump. Introdujeron en la campaña electoral a sus tenientes Steve Bannon y Kellyanne Conway.

 -Alexandra Preate: ayudante y lugarteniente de Bannon. Recaudadora de fondos y encargada de las relaciones públicas. Tan desorganizada como Bannon.

- Rudy Giuliani: exalcalde de Nueva York, que obtuvo un importante cargo gubernamental.

- Chris Christie: gobernador de Nueva Jersey, y exfiscal del mismo estado que mandó a la cárcel al padre del yerno de Trump. Por eso mismo, posiblemente fue descartado como jefe de gabinete.


- Anna Coulter: diva de la derecha y partidaria de Trump, le aconsejó que no contratase a sus hijos ni familiares en la Casablanca porque eso no se podía hacer.

- Sam Nunberg: explicó la Constitución a Trump cuando era candidato.

- Roger Stone: asesor político de Trump durante tiempo.

- Mike Flynn: telonero de la campaña y consejero de Seguridad Nacional de Trump. Al parecer, captó 45.000 dólares de los rusos por dar un discurso.

- Paul Manafort: cabildero internacional y agente político que participó en la campaña de Trump. Representó durante 30 años, según el autor, a dictadores y déspotas corruptos y cuyo rastro de dinero atrajo la atención. Un oligarca ruso le reclamó 17 millones de una supuesta estafa inmobiliaria.

- Rupert Murdoch: multimillonario amigo de Trump, al que considera un charlatán, y accionista que controla Fox News. Presiona a Trump a moderarse y controlarse. Se opuso a que Bannon fuese jefe de gabinete por ser una elección "peligrosa". También se quejó de que Trump aceptase de buena fe buscar una solución para las visas H-1B que le pidieron los empresarios de Silicon Valley porque eso iba contra el enfoque liberal sobre inmigración. Murdoch se quejaba de que Trump lo tenía todo el rato al teléfono.

- Tom Barrack: amigo millonario libanés, dueño del rancho Neverland de Michael Jackson, rechazó sumarse al gabinete de Trump para no separar sus empresas de sus intereses. Hombre en la sombra de la Casa Blanca, recaudó dinero para organizar la investidura como presidente de Trump. Murió un año después, tras sufrir una caída en el baño.

- Henry Kissinger: de los tiempos de Nixon, aconsejó a Jared Kushner.

- James Comey: director del FBI. Once días antes de las elecciones, dijo que iba a reabrir la investigación sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton. Luego, cuando también propuso investigar la trama rusa, Trump lo despidió fulminantemente.

- Brennan: Director de la CIA

- Fusión GPS: empresa de investigación de la oposición demócrata que destapó la supuesta trama rusa.

- Christopher Stele: antiguo espía británico que ayudó a Fusión a investigar las relaciones de Trump con Putin y el Kremlin. En un informe de septiembre del 2016, un mes antes de las elecciones,, sugirió que Trump fue chantajeado por el Gobierno de Putin y avisó a la prensa pero nadie publicó nada aunque la CNN dejó escapar algunos detalles del dosier pero BuzzFeed lo publicó completo. La teoría decía que los rusos sobornaron a Trump en un tosco montaje de chantaje en el que lo grabaron, supuestamente, con prostitutas haciendo la lluvia dorada. La conclusión era que Trump aceptaba sumarse a la conspiración rusa para robar las elecciones e instalarse en la Casa Blanca como marioneta de Putin, siempre según relata Michael Woolf en su libro. Trump lo negó todo y replicó que los medios estaban tan cegados con expulsarlo de la presidencia que se inventaban cualquier calumnia.

- Jeff Bezos: dueño de Amazon y del Washington Post.

- Stephen Schwarzman: director del grupo Blackstone y amigo de Kushner.



El libro arranca un año antes de las elecciones. Nadie creía que Trump ganaría las elecciones, ni él mismo. Trump fue torpedeado por los medios, los demócratas y el "pantano" de Washington.

Entre su propio partido republicano y en los que apoyaban su candidatura, opinaban que Donald Trump no sería presidente ni debería serlo. Un colaborador dijo que la configuración psíquica de Trump hacía imposible que se evaluase él mismo en profundidad, no era capaz de soportar que alguien pudiese saber tanto sobre él y que tampoco hacía falta examinar el pasado de sus colaboradores ni el conflicto de intereses de sus negocios y sus participaciones inmobiliarias porque tenía nulas posibilidades de ganar. El autor señala que Trump pasó de ser candidato de chiste a encantador de una base demográfica desafecta, a nominado risible y a presidente electo que inmediatamente se creyó inevitable y que ahora quería que los medios de comunicación le mostrasen una deferencia desmesurada.

Durante las elecciones, su propio partido le abandonó a su suerte pero Trump sobrevivió a todo: a la publicación de la grabación con el presentador de la NBC Billy Bush donde hacía comentarios sexistas, el CNR le presionó para que abandonase la carrera. La gente se preguntaba si Trump realmente quería ser presidente o solo obtener ser el hombre más famoso del mundo, ganar en renombre y fama, reforzar su marca y montar una cadena de TV propia. Ya se daba por ganador aunque no ganase las elecciones. Trump decía que su campaña electoral era un desastre y sus colaboradores unos "perdedores" y que todos los que le rodeaban eran idiotas. El propio Bannon calificó de "patética" la campaña e incluso Trump rechazaba invertir dinero en su propia elección aunque luego prestó diez millones con la condición de recupèrar todo. El autor señala que la campaña de Trump no estaba diseñada para ganar nada. Y el propio Trump convenció a su esposa Melania de que no ganaría las elecciones. Pero tras ganar (por tres millones de votos menos que la demócrata Hillary Clinton), Trump parecía haber visto un fantasma y su mujer lloraba desconsolada. Pero en una hora, el Trump estupefacto se convirtió en un hombre que creía que merecía ser presidente y que estaba capacitado para ello. Tras ganar, muchos de los que lo habían desdeñado intentaron comprender su éxito pese a que creían que su cerebro era incapaz de realizar las tareas esenciales de su nuevo trabajo de presidente pues era incapaz de relacionar causa y efecto. Tras ganar las elecciones, Trump quiso pasárselo a todo el mundo por la cara.

La Torre Trump se convirtió, tras las elecciones, en el cuartel general de la Revolución Populista,  una cara sede donde se preparó la transición de la presidencia y no en Washington y la "ciénaga". Uno de las primeras medidas de Trump fue organizar el "paseo de los perpetradores", donde todos los que le iban a visitar aceptaban el gobierno de un advenedizo, según el autor.

El autor señala que Trump y su clan de alguna forma sustentaron sus negocios en el flujo de efectivo internacional y el "dinero gris" y que al ser un foco tan visible en la presidencia, se dieron cuenta del lío en el que se habían metido.

Se centra sobre todo en la figura de Bannon, al que el autor define como un ejecutivo a la busca de millonarios que sufraguen sus proyectos. Tras meterse en política, apostó por una versión ultra del Tea Party, que incluía expulsión de inmigrantes, poner la embajada de EE.UU. en Jerusalem y otras cuestiones que el propio Trump asumió más tarde. Además, Bannon había tenido éxito con el marketing digital. Trump entró en campaña pensando que no iba a ganar pero que le iba a hacer famoso en todo el mundo y, por tanto, generaría un incremento de valor de la marca Trump. Era una buena idea para promocionarse y todo el mundo pensó que estaba acabado tras las declaraciones machistas en una televisión pero no fue así. Ni siquiera las sospechas de que Rusia financió su campaña acabaron con él, entre otras cosas porque no lo creían con capacidad intelectual para montar una conspiración, ni esa ni ninguna, por su completa falta de organización. El autor está convencido de que ni el propio Trump esperaba ganar y que solo cuando ganó asumió que eso era lo "lógico". Cuenta que la esposa del candidato, Melania, era la única que confiaba en que iba a ser presidente pero cuando salió elegido se quedó de piedra al darse cuenta de que su mundo perfecto en la Torre Trump se desmoronaba.

El autor cuenta que otros presidentes, que habían hecho carrera política, se quedaban impresionados al entrar en la Casa Blanca y ser recibidos por un séquito de mayordomos y sirvientes, una corte de asesores y un avión privado. Donald Trump no solo no se quedó impresionado, pues ya tenía su propio séquito de sirvientes, sino que además la Casa Blanca era un caserón con 200 años de antigüedad, un edificio viejo y con cucarachas que palidecía ante el lujo de la Torre Trump. Para el presidente, dejar sus negocios por el despacho oval le salía caro, salvo por la promoción que iba a obtener. 

Michael Woolf se basa en sus fuentes para describir a la Casa Blanca como un lugar gobernado por el "jefe" de un clan familiar y amiguetes de confianza, donde todo lo guisan Trump, su yerno (el marido de Ivanka y, al parecer, el único del clan que lee libros) y Bannon. Describe el palacio presidencial como un completo caos sin un programa meditado y donde todo está improvisado. Añade que Trump está completamente desorientado y un día dice una cosa y al rato otra distinta, y así, sucesivamente. Tuvieron que nombrar asesores oficiales pero estos se vieron "puenteados" por la familia de Trump, por ser ellos los que tenían el monopolio del acceso a Trump. Woolf cuenta que una vez que entrabas a trabajar a la Casa Blanca, la gente hacía apuestas de cuántos meses iba a aguantar, pero pasados unos días, lo reducía a cuántas semanas duraría allí, tal era el caos.

El autor cuenta que el presidente se enfadó porque la prensa ponía imágenes vacías del público que acudió a la toma de posesión. Los cálculas más realistas sitúan la asistencia en 200.000 personas pero Trump se empeñó en que allí había un millón. Otra de las cosas que preocupó fue el discurso de Trump, de tono belicista y totalmente caótico, y que se cree que fue escrito por Bannon y luego Trump añadió cosas de su propia cosecha o las inventó directamente improvisando.

Del tema de las supuestas charlas con los rusos, Trump y los suyos se quedaron estupefactos. El autor está convencido de que no tenían ni idea de lo que estaban hablando en televisión. Pero, según el escritor del libro, luego Trump cayó en la cuenta de que si la prensa tiraba del hilo pòdría llegar a los negocios ocultos del millonario, esos que tendría a nombre de testaferros de compañías del Este. Pero eso, de momento, se ha quedado en el terreno de la especulación. Mientras el tema de los espías rusos le parecía increíble, lo que le inquietó era que llegasen a detectar su telaraña de empresas fantasma y otros entramados, si es que existían.

Sobre el carácter de Trump, se vierten todo tipo de descripciones. La principal es que vive en una realidad paralela, en su propio mundo. Por ejemplo, no sabía que tenía que dejar sus negocios si era presidente, una alto cargo de los republicanos se lo tuvo que comentar en privado en un cóctel. Otra idea es que se mete en la cama con una hamburguesa de McDonalds y mira tres canales de televisión: si algo no le gusta, tuitea un mensaje de queja.

También le señalan que dentro de Nueva York, las grandes fortunas lo consideran un empresario de medio pelo, un nuevo rico, pero él se ve como un gran amigo de Murdoch, el dueño de la prensa. Sin embargo, hasta que fue presidente nadie del círculo más vip lo tomó en serio.

Aseguran que cuando le explicaron la constitución, no entendió más allá de la cuarta página.Y que en los conflictos internacionales, no se entera de nada, según cuenta el autor.

En el libro, se detallan las luchas internas en la Casablanca entre judíos y gentiles, como las definió jocosamente Kissinger (creo). En el grupo judío figuran Kushner, el yerno de Trump, y su esposa (e hija de Trump)  Ivanka, convertida por matrimonio, y que serían el ala "demócrata". En el grupo de los gentiles estarían Bannon y otros, que vendrían a representar los intereses extremistas y el programa del Tea Party. Dichas luchas por el control de la Casablanca salieron a relucir cuando comenzaron los primeros nombramientos, ya que cada grupo se esforzaba por colocar a su candidato y desprestigiar al del grupo rival. Entre los fichajes estaba Priebus, un general independiente que pronto se vio arrinconado por dichas fuerzas.

A los pocos meses, Trump estuvo ocupado con dos temas importantes: el escándalo ruso, que el no veía por ninguna parte, y la supresión del programa sanitario Obamacare. En el tema sanitario, la propuesta de Ryan fue "derogar y reemplazar": derogar el programa, lo que gustaría a los republicanos, y poner otro para satisfacer las promesas que Trump había hecho por su cuenta. Según cuenta el autor en este libro, cuando a Trump le explicaban las tesis republicanas sobre sanidad se despistaba y se ponía a hablar de golf.

Sobre el tema ruso, Bannon intentó convencer a Ailes de que "¿Tan mala es Rusia? Son malos, pero el mundo está lleno de tipos malos". Ailes le replicó: "Pero es bueno saber que los malos son los malos. Donald quizás no lo sepa". Para Bannon, el verdadero enemigo era China, nueva fuente de una guerra fría. Cree que Obama lo malinterpretó todo. Cree que el Estado hipernacionalista chino va a perder los estribos y no se va a poder meter al genio otra vez en la botella. Según le contó Bannon a Ailes, dice el autor del libro, Donald fue a Rusia y creyó que iba a reunirse con Putin pero este no parece interesado. El autor señala que Trump era tan incapaz de atar cabos que aunque no hubiese conspirado personalmente con los rusos para amañar el resultado, sus esfuerzos para conseguir el favor de Putin habían dejado un rastro de palabras y actos preocupantes que tendrían un coste político enorme. Tras conocer el informe Christopher Stele sobre la lluvia dorada, Trump lo negó todo, dijo que mientras China hackeaba 22 millones de cuentas americanas, Rusia era más respetuoso.

En cuanto al tema de la inmigración, el autor señala que Bannon comprendió que el "nativismo" y el etnocentrismo tenía adeptos y además sacaba de quicio a los progresistas, a los que tildaba de hipócritas. Para los "privilegiados" progresistas, opinaba Bannon, la diversidad era un bien absoluto pero él pensaba que cualquier persona que no estuviese cegada podía ver las olas de inmigrantes llegaban con un montón de problemas y que recaían en los ciudadanos más expuestos del otro extremo de la escala económica, como se podía ver en Europa. Esa es la visión que recoge el autor. Y los progresistas se negaban a ver los problemas y dificultades que generaba la inmigración descontrolada. La tesis de Bannon es que los globalizadores progresistas habían extendido el mito de una inmigración libre (a pesar de que Obama había sido muy agresivo en materia de deportación de inmigrantes, dice el autor). Las ideas de Bannon de prohibir la entrada a los musulmanes fue "recortada" por Priebus.

Una de las primeras medidas para gobernar fueron las OE (órdenes ejecutivas) o decretos, lo que iba a generar conflicto. El nuevo Gobierno, cuenta el autor, se complicó la vida al replantear procedimientos ya existentes en términos incendiarios, agresivos y con  argumentos ad hominem. El problema, dice el autor, es que presentaron OE para limitar los viajes (lo que desató una ola de terror en los aeropuertos) sin pasar el visto de abogados y reguladores, ni las agencias responsables de aplicarlas y "Trump firmó lo que le pusieron delante". Los amigos de Trump le llamaron por teléfono para abroncarlo. De esta forma, Bannon trazó una línea entre los EE.UU. progresistas y los EE.UU. de Trump. Sin embargo, esta medida draconiana y esa forma de hacer las cosas preocupó a los nuevos moradores de la Casa Blanca.

En cuanto a su disputa con los medios, Trump sufría desde los años 90 burlas de los medios de Nueva York, por lo que decidió triunfar en Hollywood con su propio reality show: "The Aprrentice".

La  parte final del libro se centra en Bannon en su lucha contra el dúa Jaranka y los errores cometidos en la gestión del escándalo de los espías rusos. Por un lado, saltó a la luz que durante la campaña electoral uno de los hijos del presidente, Don Jr, invitó al despacho principal de la Torre Trump a toda una delegación de supuestos agentes rusos porque estos le dijeron que tenían secretos que implicaban a Hillary Clinton. En la reunión estarían Jared e Ivanka, así como Don Jr, y Trump se libró porque nadie lo mencionó entre los presentes. Al poco tiempo, salieron en Wikileaks publicados los correos comprometedores de Hillary Clinton y que supusieron que el fiscal se pusiese a investigar y que, a la postre, hiciese peligrar su carrera presidencial.
Tras saltar el escándalo, en el era tan cantoso como que la reunión se organizó en la torre Trump, las culpas cayeron sobre Don Jr. El autor del libro señala que tanto él como el otro hermano eran gente sensata que llevaban bien los negocios inmobiliarios del padre pero que cayeron en la novatada. El autor comenta que estaba empezando la carrera electoral y nadie daba nada porque Trump saliese presidente, ni él mismo. Jared y Don pensaron echarse unas risas jugando sucio sin pensar que eso les iba a costar un buen escándalo tiempo después.

El segundo error de esta crisis fue que Trump decidió despedir al director del FBI porque quería investigar la trama rusa y, al parecer, los fiscales también empezaron a interesarse en los negocios familiares de Trump con los rusos, lo que el presidente les prohibió investigar sin mucho éxito. El autor cuenta que Bannon consideró que Jared e Ivanka estaban detrás de la destitución del director del FBI, lo que era ir contra toda la institución, algo de lo que luego el propio presidente se avergonzó. Bannon consideró que Jared e Ivanka habían ido demasiado lejos. Dado que la trama rusa y el despido del jefe del FBI no fue bien llevado por los jefes de prensa, empezaron a despedir a cargos como el del jefe del gabinete, sustituido por el general Kelly. Jared e Ivanka incluso metieron a un jefe de prensa, un yuppie llamado  Scaramucci y apodado El Gorrón, que estuvo mendigando un puesto en la Casa Blanca (para obtener desgravaciones fiscales, sugiere el autor) y que solo duró diez días en el cargo tras sus meteduras de pata, conducta inapropiada para el cargo y su palabrería. Tuvieron que nombrar a un nuevo jefe de gabinete para que echase al Gorrón, ya que el anterior había dimitido en protesta por dicho nombramiento. Bannon creyó que era hora de echar a Jared e Ivanka, algo que también se planteó el general Kelly, pero Trump dio largas.

Una de las quejas de Trump es que tras dimitir un fiscal (del que se habían aprovechado de uno de sus informes para echar al jefe del FBI), el presidente nombró a otro y este continuó con la investigación de la trama rusa. Trump se enfadó porque consideraba que el fiscal había sido un empleado desleal pero le explicaron que el problema no eran las personas, sino las instituciones. Cambiaban las personas pero la maquinaria seguía funcionando.

Otra crisis fue la de Afganistán. Un general pidió refuerzos de 50.000 hombres en ese país pero Trump se negó a mandar a nadie más, tras 16 años en un atolladero. Consideró que bastaba con enviar 5.000, los justos para no perder la guerra.

También hubo otra crisis con Corea del Norte, cuando Trump dijo que si ese país no se atenía a las normas, caería sobre él una tormenta de fuego. También hubo un escándalo cuando un grupo neonazi se manifestó contra el traslado de una estatua del general confederado Lee de Charlotteville y hubo una pelea con contramanifestantes de izquierdas. Un extremista de derechas lanzó su coche contra la multitud y causó un muerto y 20 heridos. Trump dijo que “todos” debían ser pacíficos sin condenar expresamente el racismo y el segregacionismo, razón por la que tuvo que rectificar en un conmovedor discurso en favor de la igualdad racial aunque todos sabían que no se creía nada de lo que decía. La prueba es que poco después volvió a ser el Trump de siempre y echó la culpa también a los manifestantes de izquierdas que habían ido allí a montarla. El autor sugiere que ancestros de Trump pertenecieron a un grupo racista contra los afroamericanos.

Tras estas meteduras de pata, Bannon veía siempre la mano de Jared, Ivanka y la eficiente secretaria Hope, que obedecía todas las órdenes de Trump a rajatabla sin pararle los pies. El autor dice que llegó un momento en que parte del equipo de la Casa Blanca se dio cuenta de que el presidente no estaba bien y algunos hicieron las maletas. Otros cayeron. Finalmente, también cayó Bannon, que tampoco había asistido a las vacaciones de Trump en un club de golf, después de comentar que China era el único problema y que vendrían guerras comerciales, un legado que soportaría la próxima generación. Estas declaraciones le obligaron a marcharse de la Casa Blanca y él volvió a la sede de Bravetbart junto a su secretaria. Su idea era convertirse en líder del populismo trumpista, pero sin Trump, y ser presidente de EE.UU. en el 2020, ya que aún contaba con el apoyo de sus mentores millonarios. El libro concluye con que Bannon cree que la revolución del trumpismo rompió las instituciones y que al extremismo de derecha surgirá otro extremismo de izquierda, lo que romperá aún más las instituciones, lo que creará un gran conflicto. Se trata de una destrucción de las instituciones. Dice que aún no sabemos la que se nos va a venir encima. [nota del lector: Bannon en el 2018, se mudó a Europa para agrupar a los grupos antiUnión Europea y los euroescépticos y montar una alternativa ultraconservadora, la alt-right].