domingo, 29 de noviembre de 2020

"Streaming Wars", de Elena Neira (2020)

 Resumen del libro Streaming Wars", de Elena Neira (2020)

Resumen del libro:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2020/11/streaming-wars-de-elena-neira-2020.html

Resumen elaborado por E.V.Pita

Sociología, medios de comunicación, sociedad digital

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA

"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:

Descargar en PDF en este enlace:
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Ficha técnica

Título: "Streaming Wars"

Subtìtulo: La nueva televisión

Editorial: Libros Cúpula, Editorial Planeta, Barcelona, 2020

Páginas: 190

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Biografía oficial de la autora Elena Neira

Elena Neira es licenciada en Derecho y Comunicación Audiovisual, especializada en nuevos modelos de distribución audivisual, profesora de los estudios de comunicaciòn de la UDC y miembro del grupo GAME por la misma universidad. El impacto de las plataformas de streaming en la industria televisiva tradicional y en el espectador es una de sus principales líneas de investigación.

Colaboradora habitual de los especiales de Movistar+ en las galas de los Emmy, los Globos de Oro y los Óscar. ha impartido diversas charlas y conferencias, incluyendo una TED Talk sobre Netflix. Es autora de El espectador social y La otra pantalla. También se ha encargado del contenido editorial de los fanbooks de Élite y La casa de las flores publicados en Libros Cúpula.

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Texto de la contraportada

Vivimos en la era de la televisión hiperpersonalizada, del consumo compulsivo de contenidos, del visionado en movilidad y en múltiples pantallas, de la fragmentación de audiencias y de la atención dividida, del "boom" de las series y de los programas fenómeno que se olvidan casi tan rápido como se consumen.

La "Streaming Wars" es la ofensiva de varias compañías del sector del entretenimiento armadas hasta los dientes con nuevas plataformas, una selección abundante de contenidos, precios de derribo y todos los recursos necesarios para convencernos de que las necesitamos en nuestras pantallas. El nuevo dilema como espectadores será decidir cuánto dinero estamos dispuestos a comprometer mensualmente y a qué servicios destinarlo.

Este libro pretende ser una guía en un ocèano de oferta para ayudarte a elegir sabiamente y con sentido común porque, aunque haya presupusto, lo que no hay es vida para ver tanto.

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ÍNDICE

Prólogo

Parte I. La nueva televisión

¿De qué hablamos al referirnos al streaming?

Be water, TV

El modelo económico de explotaciòn se tambalea

Adiós al DVD y al Blu-ray

Pago por acceso, no por contenido

Ya nos vemos todos a una

La ineficacia de mostrar todo lo que tienes (y no lo que al usuario le interesa)

Bienvenido, míster Netflix

Tiempos difíciles para la televisión convencional

El ADN de la nueva televisión

La caja tonta se ha vuelto lista ¡Hola, ingeniería de la atención!

¿Devoras o saboreas?

El misterioso caso de las audiencias

La burbuja audiovisual


Parte II. Streaming Wars


Streaming... what? La (r)evolución over the top

Los nuevos

Disney +

Apple TV+

HBO Max

Peacok

Quibi


Los veteranos

Netflix

Amazon

You Tube

La resistencia local


Parte III. ¿Qué contratar?


Recomendaciones iniciales

Ya he contratado un servicio... ¿y ahora qué?

¿Cuál es el servicio ideal para ti?

Para los que más es mejor: Netflix

Para los que les gustan las cosas gratis: Amazon

Para los que su lema vital es "no sin mi iPhone": Apple TV

Para las tres F (fans, familias y frikis): Disney+

Para los que quieren calidad: HBO España

Para los nostálgicos del videoclub: Rakuten TV

Para los que quieren cultura y apoyar el negocio local: Filmin

Para los que resisten a abandonar Mocistar+ pero no quieren pagar tanto Movistar+ Lite

Para los que quieren canales de pago sin pagar televisiòn de pago: Sky


Epílogo 

La nueva televisión


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RESUMEN

La autora explica cómo en apenas dos décadas se dio una vuelta por completo a las televisiones tradicionales siendo el año 2000, el inicio de la decadencia hacia otros formatos, y que Internet cogió el relevo. 

Neira cuenta cómo las ventas de las películas en DVD y el Blue Ray, que eran los reyes de la facturación al añadir extras en sus "packs", se hundieron con el pirateo de Internet. Eso solo fue el principio porque después llegó Netflix que desarrolló una nueva fórmula de distribución de películas por Internet.

La idea era que las series atraían más al público que las películas, por lo que empezaron a incluir en su catálogo colecciones enteras de series y luego a hacer las suyas propias (Netflix Original). Usando Big Data supieron que iban a tener el máximo público con la serie Houses of Cards.

El siguiente plan de Netflix fue ofrecer una tarifa plana por suscripción sin diferenciar entre estreno y pelicula atrasada. El negocio estaba en captar suscriptores, cuantos más, más dinero.

Otro problema a resolver es que en Cannes les dijeron que debían respetar una ley francesa que dice que una película debe más de un año de su estreno en cines para que se vea en DVD y otros formatos. Netflix no estuvo de acuerdo en ello, fue algo con lo que tuvo que luchar porque ningún espectador va a aguantar tanto tiempo su interés por un estreno. Parecía más lógico distribuirlo en varias plataformas a la vez (cine, móvil, tablet....).

Otro acierto es que las suscripciones sean muy fáciles de hacer y de quitarse.

La autora menciona a series de éxito como Friends (NBC, 1994), Los Soprano (HBO, 2000), House of Cards (Netflix, 2013).Twin Peaks (ABC, 1990), Perdidos (ABC, 2004), Juego de Tronos (HBO,2010), La Casa de Papel (Antena 3- Netflix, 2017), Stranger Things (Netflix, 2016), El cuento de la criada (Hulu, 2017), Seinfeld (NBC, 1989), Fleabag (Amazon Prime Video, 2016), The Mandalorian (Disney+, 2019), La maravillosa señora Maisel (Amazon Prime Video, 2017), The Morning Show (Apple TV+, 2019), Anatomía de Grey (ABC, 2015), Arde Madrid (Movistar+, 2018) y The Witcher (Netflix, 2019).

La autora cree que la nueva televisión será un "traje a medida" de todo ese Big Data que los usuarios le regalan alegremente a los servicios que contratamos. Cree que será una televisión "líquida". También habrá más horas de demanda de visionado por individuo (y no de forma compartida) por lo que la televisión será "su televisión". También importará la fuerza de la marca.

También dice que estos miles de millones de televisiones estarán en manos de unos pocos agentes y con catálogos "inflados con esteroides" y prevé fusiones y facturas únicas. Habrá una obsesión por el contenido nuevo (llevará a acortar las temporadas) pero no habrá tanto interés como para suscribirse un año entero.

Por su parte, la televisión podrá competir por los directos, la experiencia y la tradición cultural.



domingo, 22 de noviembre de 2020

“Contra los zombis”, de Paul Krugman (2020)

 
Resumen del libro “Contra los zombis”, de Paul Krugman (2020)


Resumen original y actualizado en el siguiente link:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2020/11/contra-los-zombis-de-paul-krugman-2020.html


Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología


Sociología, estructura económica, finanzas, desigualdad, crisis


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Ficha técnica


Título: “Contra los zombis”


Subtítulo: Economía, política y la lucha por un futuro mejor


Título en inglés: “Arguing with zombies: economics, politics, and the fight for a better future”


Autor: Paul Krugman


Publicado en el 2020


Editorial en español: Editorial Crítica, Planeta, Barcelona, 2020


Páginas: 463


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Biografía


Paul Krugman es ganador del premio Nobel de Economía en el 2008 y autor de numerosos best sellers: ha sido columnista en The New York Times durante veinte años. Catedrático de la City University of New York , reside en la ciudad de Nueva York.


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Texto de la contraportada


“Una introducción accesible y rigurosa a los principales retos de la política de hoy de la mano del premio Nobel de Economía Paul Krugman”.


Nadie como Paul Krugman para acercarnos a los principales conceptos económicos y a las ideas que mueven gran parte de nuestras políticas públicas y para explicar con lucidez problemas económicos a menudo confusos.


En “Contra los zombis” Kruman reúne más de 90 artículos – muchos publicados en The New York Times – en 18 secciones organizadas temáticamente y enmarcadas en el contexto de un debate más amplio. En ellas aborda cuestiones como la seguridad social, la atención médica, la crisis financiera de 2008 y sus secuelas, los mitos de la autoridad, la economía europea, los recortes de impuestos, las guerras comerciales, la desigualdad, el cambio climático y, sobre todo, el daño infligido por Donald Trump. Muchas de las piezas son argumentos contundentes contra la economía zombi, “una idea que debería haber sido desterrada por la realidad, pero que se niega a morir”.


Contra los zombis es Krugman en estado puro y una guía indispensable para entender el discurso político y económico a lo largo de dos décadas, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo. Con pinceladas rápidas y vívidas, Krugman aporta a sus lectores las claves necesarias para desbloquear los conceptos ocultos tras los principales problemas de la política económica de nuestro tiempo”.


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ÍNDICE


  1. Salvar la Seguridad Social

    Después de las “elecciones caquis”


  1. El camino hasta el Obamacare

          La elaboración de un programa positivo


  1. El ataque contra el Obamacare

          El Caucus de la crueldad


  1. La burbuja y su estallido

          La suma de todos los miedos


  1. La gestión de la crisis

    El triunfo de la macroeconomía


  1. La crisis en la Ciencia Económica

    El coste de las malas ideas


  1. Austeridad

    Gente muy seria


  1. El euro

    Un puente lejano


  1. Impostores fiscales

          La credulidad de los gruñones del déficit


  1. La rebaja de impuestos

          El zombi por excelencia


  1. Guerras comerciales

    Las globobadas y la reacción en contra


  1. Desigualdad

    El sesgo de Estados Unidos


  1. Los conservadores

    El movimiento conservador


  1. ¡Ah! ¡Socialismo!

           Acoso al rojo en el siglo XXI


  1. El clima

         Lo más importante


  1. Trump

    ¿Por qué no lo peor?


  1. Sobre los medios

    Más allá de las noticias falsas


  1. Pensamientos económicos

    La ciencia lúgrube.


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RESUMEN


Recopila textos posteriores al 2004, después de que Bush fuera reelegido. Más de un tercera parte de este libro está dedicada a diferentes aspectos de la crisis financiera de 2008 y sus consecuencias. Uno de sus primeros artículos data de 1998 y habla del estancamiento japonés cuando el interés cero no era suficiente para restablecer el pleno empleo, algo que luego se extendió al mundo occidental.


“Este libro tiene que ver con cosas malas que han hecho personas básicamente malas”, dice.


El autor arremeta ya en las primeras páginas contra las personas que sostienen que habría que bajar los impuestos a los ricos podrían haber concluido eso examinando las pruebas: pero no es cierta, no existen pruebas que pudieran hacerles cambiar de opinión. Dice que las pruebas que predijeron que la subida de impuestos de Bill Clinton iba a provocar una depresión, ahora afirman que el boom de la época de Clinton formó parte del resultado a largo plazo de la rebaja fiscal aplicada por Ronald Reagan en 1981. “O simplemente mienten, inventándose las cifras y otros supuestos datos”.


El autor dice que debatir las teorías con buena fe no basta, hay que informar a los lectores de que hay argumentos que no solo no son correctos sino de mala fe. Avisa de una red bien interconectada entre los medios de comunicación y los laboratorios de ideas que defienden los intereses de multimillonarios de derechas [nota del lector: probablemente se refiere a los hermanos Koch, uno ya fallecido] y se han apropiado hábilmente del partido republicano. “Este movimiento conservador es el que mantiene vivas las ideas zombis, como la creencia en la magia de las rebajas fiscales”, dice.


Sobre la crisis del 2008 dice que “nadie predijo realmente esta crisis, salvo algunas personas que también habían pronosticado otras muchas que nunca sucedieron”. Él mismo reconoció que tenía una enorme burbuja inmobiliaria pero le sorprendió el daño que causó el estallido de la burbuja, porque se percató de lo vulnerable que se había vuelto el sistema financiero por culpa del crecimiento de una “banca paralela” no regulada. Dice que sus artículos del 2008-2013 fueron intensos pero la época fue mala porque los políticos se negaron a utilizar los conocimientos económicos e insistieron en obsesionarse con los déficits fiscales, sostenidos de mala fe y causando un sufrimiento innecesario.


En el 2004, ganó Bush y las televisiones declararon la muerte del “progresismo” estadounidense. Bush anunció que quería privatizar la Seguridad Social para convertirla en un sistema de cuentas para la mayoría de los estadounidenses, lo que dañaría a los jubilados que no tengan un plan de pensiones privado con cotizaciones definidas en las que se depositaba dinero en una cuenta de inversión. Krugman vio que había un nivel de riesgo en los planes privados que obligaba a tener unos ingresos estables si algo salía mal. Hubo oposición. Krugman insistió en que las pensiones es algo que debe llevar el Gobierno y que la crisis de la Seguridad Social no era real.


En el segundo capítulo, explica que los demócratas, tras el fallido intento de Bill Clinton de reformar la sanidad, había que prestar atención básica a todo el mundo (en EE.UU. había problemas para conseguir un seguro médico). Lo intentaron con la Ley de Protección del Paciente y Atención Sanitaria Asequible (ACA o PPACA), un sistema híbrido público-privado más conocido como el Obamacare. Que fue imperfecta pero extendió el seguro a más personas. A los pobres los cuidaba Medicare o Medicaid. Quedaban las lagunas de los demasiado jóvenes o los “no lo bastante pobres”. La solución fue mantener la cobertura sufragada por el empleador y añadir unas normas y subsidios para extender la cobertura a los no asegurados (como Suiza, con un sistema descentralizado para lograr cobertura universal).


En el capítulo 3, cuenta que el Obamacare sobrevivió en junio del 2012 tras el veredicto del Tribunal Supremo, que lo aprobó con matices, pero abrió la puerta a muchos (14) estados republicanos a no dar ayuda médica básica a los ciudadanos vulnerables a pesar de que no le costaría nada. Rechazaban dinero gratis para ayudar a los pobres: “Era pura crueldad”. En la ampliación del Medicaid, se trataba de perjudicar a los beneficiarios, los más pobres, dice el autor. Finalmente, los Republicanos tuvieron la oportunidad de revocar el Obamacare pero dejarían a millones de personas sin cobertura y optaron por el “sabotaje” de la ley, a la que arrojaron arena en los engranajes, pero la ley estaba bien construida y fue sólida.


El cuarto capítulo lo dedica a la crisis. Dice que nadie se acordaba de la crisis de los 90 y que se pensaba que no habría más Gran Depresión tras las lecciones de Keynes. Sin embargo, Japón se quedó atrapada en una década perdida de estancamiento y deflación. Luego, siguieron las crisis asiáticas. Los economistas alertaron pero nadie quiso oírlos. En 1999, Krugman escribió “El retorno de la economía de la depresión”. En los años siguientes se inquietaron por una “enorme burbuja inmobiliaria” que resultó ser “peor de lo que casi todos creían” motivada por años de desregulación e “innovación”. En este capítulo describe el miedo creciente a que estuviera ocurriendo algo terrible. Krugman avisó de que en el 2005 los precios inmobiliarios se estaban desinflando y cree que la crisis financiera empezó en el verano del 2006.


En el capítulo 5 reconoce que nadie vio la magnitud de la crisis del 2008, aunque sí vio avecinarse los problemas. Explica que la macroeconomía advierte que una economía profundamente deprimida no se estimula ni con tipos de interés cero. Dice que por eso los déficits fiscales son beneficiosos y que hacer demasiado poco es peor que hacer demasiado y que algunas medidas que parecen responsables (como contener el gasto público) agravan la depresión. El tiempo les dio la razón: los masivos déficits presupuestarios no empujaron al alza los tipos de interés, la impresión de moneda a escala enorme no fue inflacionista y los gobiernos prudentes y recortaron gastos lo pasaron peor.


En el capitulo 6 habla de las escuelas de economistas de “agua salada” (neoyorquinos, progresistas y keynesianos) y “agua dulce” (Chicago, neoliberales). Friedman fue el que propuso inyectar dinero poco a poco para evitar las depresiones aunque convenía no llegar al pleno empleo porque provocaría una inflación. Pero a los partidarios del libre mercado, les parecía excesivo y crearon una enorme confusión además de que los hechos no les dieron la razón. También aborda la teoría monetaria moderna.


En el capítulo 7 habla de la austeridad promulgada por “gente muy seria” que se despreocupó del desempleo masivo y se obsesionó por el peligro de los déficits presupuestarios y pedían sacrificios para reducirlos (“a otras personas, naturalmente”). Estos, en vez de luchar contra el desempleo, se empecinaron en aplicar la “austeridad fiscal”. Krugman inventó el concepto de “el hada de la confianza” porque los austericidas decían que los recortes daban confianza al inversor (Alesina y Ardagna decían tener pruebas de los beneficios de los recortes por un lado y Reinhart y Rogoff por otro dijeron que si la deuda traspasa el umbral mágico del 90 % de deuda del PIB le suceden cosas terribles). Cuando en el 2013 se vio que reducir el déficit no funcionó, la “gente muy seria” le echó la culpa del paro al “déficit de cualificaciones”.


El capítulo 8 aborda la crisis del euro. El autor dice que Europa creó una sociedad próspera y decente tras la II Guerra Mundial. La UE era muy burócrata pero luego llegó el euro y eso lleva que la moneda compartida tiene sus ventajas y sus inconvenientes (los “choques asimétricos”). Antes se podía dejar caer la moneda para mejorar la competitividad pero en el 2008 las cosas se pusieron difíciles para Finlandia y España que ya no tenían moneda propia y tuvieron que hacer un doloroso proceso de reducción de salarios para frenar el alto desempleo. De ahí surge la teoría de las “zonas monetarias óptimas” que dice que el euro es una mala idea. El euro era una moneda única que necesitaba una red de seguridad compartida para los bancos. Era un camino empedrado de buenas intenciones que llevaba al... infierno.

En este capítulo incluye un artículo sobre “El prisionero español” escrito en noviembre del 2010, en referencia a que España era prisionera del euro y no le dejaba otra salida que la devaluación interna.


En los últimos capítulos ataca a los halcones del déficit y otras ideas zombis que blandieron los republicanos contra los demócratas durante el mandato de Obama, el cual quiso inyectar capital público para reflotar la economía, pero lo hizo menos de lo esperado por la presión republicana. Krugman intenta demostrar que el gasto público en nada perjudicó a Estados Unidos. También critica las "ilusiones" neoliberales de que la rebaja fiscal a los ricos y rebajarle los impuestos contribuirá a crear más empleo y, por tanto, beneficiará a los más pobres, lo que no parece ajustado a la realidad.





domingo, 15 de noviembre de 2020

"Capitalismo: 1679-2065", de Santiago Niño-Becerra (2020)

 Resumen del libro "Capitalismo: 1679-2065", de Santiago Niño-Becerra (2020)

Resumen original y actualizado del libro en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2020/11/capitalismo-1679-2065-de-santiago-nino.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología,

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA

"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:

Descargar en PDF en este enlace:
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Ficha técnica

Título: "Capitalismo: 1679-2065"

Subtítulo: Una aproximación al sistema económico que ha producido más prosperidad y desigualdad en el mundo.

Autor: Santiago Niño-Becerra

Editorial: Ariel, Editorial Planeta, Barcelona, 2020

Páginas: 508

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Biografía oficial del autor Santiago Niño-Becerra (hasta el 2020)

Santiago Niño-Becerra es doctor en Economía y catedrático de Estructura Económica de la IQS School of Management (Universitat Ramon Llull). y uno de los principales divulgadores españoles de asuntos económicos.

En su ensayo El crash del 2010, al analizar la gran crisis financiera que él llevaba anunciando desde hace mucho tiempo, emitió su conocida tesis: este crash no iba a ser leve ni breve, sino profundo y muy durarero. A medida que los hechos le han ido dando la razón, su popularidad como economista ha ido creciendo. Colabora en numerosos programas y medios de comunicación. Además, de aquel primer libro, ha publicado Más allá del crash, Diarios del crash, y El crash, Tercera fase, todos centrados en la crisis, a los que hay que añadir otros dos: La economía y Mails. Una obra que lleva vendidos más de 160.000 ejemplares.

Publica artículos en su web www.sninobecerra.com y en su cuenta de Twitter (@sninobecerra), que ya supera los 200.000 lectoras/es.

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Texto de la solapa

La llegada del coronavirus ha sido también el acelerador de un proceso inevitable en la evolución del Sistema Capitalista. Así lo explica en este libro el profesor Santiago Niño-Becerra. Con la claridad y contundencia que le caracterizan, sitúa la actual incertidumbre económica en la larga historia del Capitalismo. Y también anuncia lo que está por venir: una nueva forma de Capitalismo más deshumanizado.

Hace diez años, el sistema implosionó y entró en un crash tan grave y duradero como el de 1929. La crisis no ha terminado todavía, aunque esta vez sí se anuncia su final. Falta muy poco para que comience a ser perceptible algo que de hecho ya ha empezado a producirse: la llegada de un Capitalismo más tecnológico, mucho más flexible y cada vez más desigual.

El factor trabajo dejará de ser clave en el funcionamiento de la economía. El modelo de protección social pasará a la historia. La compensación llegará con la introducción de sistemas de renta básica universal, ocio barato y otras fórmulas que permitan a los ciudadanos evadirse de la realidad. Y, en medio siglo más, el Capitalismo dejará de ser útil y acabará siendo reemplazado por otro sistema.

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ÍNDICE

1. Antecedente
2. El Modelo Clásico
3. El Modelo de Demanda
4. El Modelo de Oferta
5. El Modelo de Oferta Plus
6. La transición del Modelo de Oferta
7. El período de precrisis

LA CRISIS

8. La Fase Cero: de las falsas esperanzas a las ilusiones truncadas
9. La Primera Fase: la austeridad
10. La Segunda Fase: los estímulos y las anfetas
11. La Tercera Fase: la desconfianza y el despertar

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RESUMEN

Santiago Niño-Becerra tiene una teoría según la cual hay crisis de modelos económicos de 250 años desde la época romana: así finalizado el modelo esclavista de Roma, habría otro de proletario que duraría hasta el colapso del Imperio en el año 500 (aprox.). Luego, habría otros ciclos de economía feudal y mercantilista hasta llegar al 1776, donde arrancaría el capitalismo liberal y que llega hasta nuestros días. Según el autor, el modelo capitalista actual está agotado y dará paso a otro tipo de modelo económico, y parece ser que será ultratecnológico.
El autor cuenta que el Capitalismo surge de una evolución desde la Ruta de la Seda, la Hansa, las Cruzadas, el Renacimiento, el colonialismo, el despotismo ilustrado, las Guerras Napoleónicas, la abolición de la esclavitud, el perfeccionamiento de la tecnología orientada a la producción... Cuenta que a finales del siglo XVIII hubo tal madurez que una clase social hizo valer el poder verdaderamente efectivo: el económico y que se lo impedía un régimen autoritario e inmovilista que utilizaba a Dios como argumento y conectaba con el pasado. Al romperse el vínculo, afloró el Sistema Capitalista. 

"Nunca jamás en toda la Historia de la humanidad se ha alcanzado un crecimiento económico como el que ha habido a partir de 1870", dice. Añade que redujo la desigualdad y la pobreza. "La única verdad es que el Sistema Capitalista tiende al monopolio en la lucha salvaje por ganar la pugna competitiva, quien sea más hábil, más capaz, se irá imponiendo sobre los demás hasta que se quede solo, o sola", dice. Era una especie de darwinismo social que se acentuó desde 1870 y a partir de ahí el Capitalismo giró para implantar regulaciones para frenar los monopolios y garantizar una competencia que incentivase la innovación.

A partir de la Segunda Guerra Mundial, hubo políticas redistributivas en el mundo desarrollado mientras se evitaban desviaciones no deseadas en el subdesarrollado. Desde 1970, las compañías transnacionales deslocalizaron las producciones a países no desarrollados (con menores costes) en un entorno de creciente consumo.

En el 2000, hubo otro giro por los avances en robótica, inteligencia artificial, internet de las cosas y la producción aditiva (impresión 3D). Las consecuencias fueron que la demanda de capital se disparó (y a su vez, se concentró más) y la demanda de trabajo en formato tradicional (contrato fijo o indefinido) se redujo en vertical (aumentó el subempleo del factor trabajo y cayó su remuneración).
Desde ese año, el Capitalismo (especializado en fabricar) derivó hacia la ingeniería financiera, obteniendo rentabilidades astronòmicas con activos desvinculados de la realidad (primero salió bien parado de la burbuja punto.com y luego quedó irreparablemente tocado con las hipotecas subprime (afectó a bancos, seguros y fondos de inversión).

Según Niño-Becerra, el Capitalismo desde 1945 se hundió en el 2010 y "puede darse por muerto" tras las disfunciones que trajo consigo: deuda corporativa impagable, deuda pública enorme, exceso de oferta, activos inflados.

Define el capitalismo como el sistema de "el que gana, se lo lleva todo". La elevada competitividad hace que solo uno consiga llegar a la cima y quedarse con el mercado, situación que no dura mucho porque siempre puede surgir otro competidor muy innovador. El-ganador-se-lo-lleva-todo es el sistema usado en Internet, donde al final solo unos pocos competidores logran acaparar todo el mercado.

El libro tiene como tres partes intercaladas; una es un índice cronológico de las etapas del precapitalismo, el capitalismo industrial, la era del consumo y el Estado de Bienestar (modelo de demanda), la era de la productividad y la globalización (modelo de oferta), la de productividad plus (gracias a Internet y la deslocalización) y luego, la crisis del 2008, seguida de austeridad y estímulos.

El autor para cada época intercala frases de políticos, economistas o escritores que dieron en la clave respecto a la descripción del modelo económico de dicha era. Es muy citado el autor Rifkin (autor de best-sellers como El fin del trabajo, entre otros). 

El libro es interesantísimo porque encaja como piezas en el puzzle cómo se fueron superponiendo la era el consumo, la de la ultraproductividad, y que van explicando cómo a la vez pasaron otras cosas como la deslocalización, la caída de los salarios, etc... Intenta dar un sentido a cómo sucedieron los distintos episodios económicos, por lo que puede servir de referente para entender cómo se desarrollaron los hechos.

Quizás lo más interesante del libro es la época de la ultraproductividad, iniciada por Reagan y Thatcher en los años 80. El autor narra cómo, poco a poco, los grandes países occidentales fueron desmontando el Estado de Bienestar a la vez que las empresas iniciaban la deslocalización para ser supercompetitivas (a la vez que eliminaban millones de puestos de trabajo que eran innecesarios debido a las altas capacidades de las nuevas computadoras y a la globalización). Los salarios obreros cayeron en picado (no así los de los directivos, que empezaron  a ganar sueldos estratoféricos) [nota del lector: lo cual no se entiende porque si tan competitivas eran, las empresas tendrían que contratar al ejecutivo más barato del mercado, no al más caro. Algunos autores como Piketty y Michael Sanders dan una explicación: los que ya eran ricos, accedieron a ingresos suplementarios a través del trabajo, tanto el hombre como la mujer, y ampliaron más sus fortunas a través del trabajo]. 

Es decir, en este modelo de oferta, los bienes eran más baratos, y la gente necesitaba menos para vivir, y por tanto, tampoco tenía que ganar más. A la vez, se pusieron ruedas de molino en las ayudas públicas: eran más difícil conseguirlas, había más trabas burocráticas... a la gente se la obligaba a trabajar o tendría que sobrevivir con una ayuda social miserable. De esta forma, se lograba el "pleno empleo" como en la era del consumismo (era de la demanda), eso sí, trabajando en empleos precarios. 

La historia no termina ahí porque al bajar los salarios, la gente tuvo menos dinero para consumir aunque los bienes fuesen más baratos. La solución fue aumentar los préstamos y créditos al consumo para comprar más mediante tarjetas de crédito. Luego, llegó el capitalismo popular que murió con la crisis de las burbujas punto.com. Y tras el 11-S, se fomentó la compra de casas mediante hipotecas basura para que todo el mundo sintiese la euforia del casino financiero, lo que desembocó en la crisis del ladrillo del 2008. 

En la segunda parte del libro, el autor analiza cómo se intentó revitalizar la economía mediante la austeridad y luego con medidas keynesianas (anfetas económicas, ayudas) como la inyección de capitales públicos en la economía para reflotar las dañadas economías. Y estábamos en esa cuando vino la pandemia del covid-19 a hundirlo todo.

Las lecciones de la Gran Depresión (1929)
Una lección fue que la actividad bancaria tenía que ser regulada debido al enorme poder sistémico en general y de los bancos en particular.
La otra era los demoledores efectos de las quiebras de los bancos.

Las tres fases de la crisis del 2007

El autor divide la crisis del 2008 en tres fases. Añade que la crisis terminará en el 2025 y luego funcionará con un nuevo modelo que ya está dando sus primeros pasos y le seguirá un "boom".

La fase Cero (2007-2008)
Se rompieron ilusiones como que la vivienda jamás bajaba de precio o que la capacidad de endeudamiento podría crecer hasta el infinito. La salida fue tirar del gasto público y de medidas keynesianas pero en el 2009 se llegó a una fase deficitaria monstruosa que disparó la prima de riesgo de las deudas públicas de las economías más débiles, como la de España.
A estos problemas se añadió que la UE necesitaba una operativa, una estructura que le permitiese alcanzar sus objetivos pero en el 2005, tras años de recortes en el modelo de protección social, y con la economía inmersa en una crisis, la cesión de soberanía no iba a ser positiva para los intereses de la población. En la UE no existe una política fiscal común ni un presupuesto único. Por ello, rechazaron la Constitución Europea y hubo recelos ante el Tratado de Lisboa.

Primera fase (2007 a 2010)
El modelo de reducir costes para fabricar y servicios para luego volcarlos en servicios financieros se agotó en el 2007. Se trata de una crisis similar a la Gran Depresión de 1929: una crisis de "sobreproducción conveniente". Aunque la tecnología posibilita producir de todo, los consumidores ya tienen de todo o están endeudados o las rentas son insuficientes. O sea, la tecnología llegó cuando no había dinero en los bolsillos de los consumidores.

Supuso el reconocimiento de que los métodos tradicionales de recuperación de la actividad mediante el déficit público ya no era válido porque el endeudamiento que arrastraba colapsaba cualquier intento de estímulo público. Estados Unidos hizo una "huida hacia adelante" con el dólar financiado por el resto del mundo y Europa, pasó por una fase de hundimiento del gasto público (austeridad o consolidación fiscal).

La austeridad sumió a las economías en estado de parálisis a la vez que las primas de riesgo no descendían. Por su parte, China prosiguió su proceso de posicionamiento mundial al entrar en las economías menos desarrolladas.

Segunda fase (2012-2018)
Fue la época de las anfetaminas económicas. El BiCE inyectó ingentes cantidades de dinero fresco en la economía hundiendo los tipos de interés hasta niveles reales negativos, comprando deuda pública y deuda privada y permitiendo que fuese de una menor calidad (se pensó que en los siguientes seis años todo volvía a ir  bien. El autor asegura que "en realidad, se estaba tapando la imprescindible limpieza de las instituciones existentes con la alfombra de unos fondos "que en algún momento habrá devolver... o no".

Estados Unidos continuó con sus tipos de interés nominal al 0 % e inyectando dinero en el sistema, modo que adoptaron Europa y Japón. China encadenaba superávits comerciales y capeaba su situación interior gracias a su particular sistema político. Pero en el 2018, esas posibilidades de agotaron porbanque las anfetaminas no curan las carencias propias de un endeudamiento público y privado impagable, dice el autor.
En el 2018 el panorama era siniestro:
- balances bancarios cargados de activos contabilizados a un valor muy superior al de mercado
-capacidad de produción muy superior al consumo efectivo de los ciudadanos cuyas rentas están estancados
-Estados con una recaudación fiscal que crece a un ritmo muy inferior al necesario.

Tercera fase (2018-2026)
El autor señala que la crisis evidenció el principio del fin del "trabajo asalariado", una característica del Sistema Capitalista. Según explica, el Modelo de Ofertas convirtió el factor trabajo en una "commodity" que podía ser utilizada de forma flexible y según necesidad a medida que mejoraba la tecnología en los procesos productivos. La IA hará aún más innecesario el trabajo humano, ya que el trabajo que se precisará será limitado en cantidad, ultraexclusivo en calidad y desempeñado por elementos que no necesariamente han de ser humanos. "Hoy existen personas que no van a trabajar jamás porque las capacidades que pueden aportar no van a ser nunca necesarias", dice. El gran problema de esta época es que la capacidad de producción es muy superior a la capacidad de consumo. En 1929 o antes del 2002, el objetivo era generar en el consumo el deseo de un bien o servicio, que antes se hacía con publicidad y ahora con perfiles adaptados a cada persona. 

Pero el autor avisa de que el problema del consumo data de los años 80: la oferta crece a la vez que un número de persona puede comprar pero esta capacidad se ha estancado o decrece.

Dice que ahora toca hacer limpieza de los "excesos del pasado": deudas impagables y activos sin valor.


La era covid

El autor explica que el virus del covid-19 llegó en el 2019 cuando el virus se encontraba en la Tercera Fase de la crisis: un momento de enlentecimiento general de la economía que ya estaba siendo destacado en los informes de perspectivas. Hubo lentitud de los Estados cuando los virus se propagan de forma global. El confinamiento supuso el parón total de la economía y las relaciones sociales (situación solo equiparable a la erupción del volcán islandés Laki en 1785-1786 que generó crisis agrarias).

Añade que el virus está actuando de acelerador de una serie de hechos que hubiesen llegado igualmente por la propia evolución de la economía y la sociedad: el teletrabajo que ha llegado para quedarse. Cree que la recuperación para las pymes será problemática, así como el parón de la economía sumergida, las recaudaciones fiscales se resentirán, etc...

Niño-Becerra, a raíz del "efecto turbo" del covid-19, ha acelerado estas tendencias:

- Concentración de capital: las grandes corporaciones serán más potentes y generarán oligopolios (a lo que el capitalismo tiende de forma natural)

- Papel decreciente del Estado en favor de zonas con potencial (ejes, redes y clusters). El papel de los Estados en la crisis del covid será la última manifestación de su poderío antes de la decadencia.

- Reducción de la movilidad de las personas y aumento de la comunicación "online": suben las videoconferencias y las compras online pero causan el impacto en los transportes.

- Mayor consumo en plataformas digitales. Caen las tiendas de barrio.

- Importancia de la productividad y la tecnología. La robotización, robótica colaborativa, producción aditiva desplazará más el trabajo (y polarizará rentas y desigualdad social).

- Relocalización de actividades. Evitar stocks cero si el suministro procede del exterior y retornar actividades deslocalizadas con tecnología más sofisticada que permita fabricar cerca del consumo.

- "Saber hacer" frente al "saber cómo hacer". Durante la crisis del covid, las empresas automovilísticas empezaron a fabricar respiradores. Afectará a los programas educativos y habrá más "tutoriales" en You Tube.

- Caída del PIB (-20 o -40 % según zonas). La tendencia ya apuntaba hacia la reducción de oferta por la imposibilidad de la demanda de absorberla, y el covid-19 aceleró este proceso.

- Más control telemático de la población: geolocalización (por seguridad sanitaria), para ordenar procesos logísticos e identificar y neutralizar disidencias.

- Más telediagnóstico, telemedicina y teleasistencia. Ahorro y mayor población atendida.

- Aislamiento y soledad de enfermos mayores. Crecerá la eutanasia.

- No realizar pagos con dinero fiduciario. Eliminación de las monedas y sustitución por medios de pago electrónico.

- Brecha digital en el trabajo a distancia. Habrá dos clases sociales, cada vez más alejadas, según su acceso a las tecnologías de la comunicación.

Según el autor, lo-que-viene tras el covid: será diferente, la recuperación va a llevar a un lugar distinto y los mecanismos y herramientas que se usarán serán otros.
Hay un planteamiento de que se tendrán "menos cosas" pero se podrán hacer "otras cosas". Según Niño-Becerra dice que dejaremos de tener bienes y servicios y tendremos otros (idea de que habrá una pérdida pero también una ganancia). Se fomentará la "resilencia" ("lo nuevo es lo mejor", algo que el autor cuestiona).

Cree que las anfetas a la economía, las ayudas y la solidaridad durante el covid "son el comienzo de una transición, de la preparación del terreno para la puesta en marcha de las nuevas operativas, del nuevo modo de hacer las cosas" y el virus actuó de "hiperacelerador" de nuevas herramientas (como la telemedicina) para su implantación y aceptación. El covid aceleró una "Nueva Normalidad" que ya se estaba dibujando en el horizonte pero Niño-Becerra duda que "todos vayan a estar mejor" ni que la nueva situación "beneficie a la mayoría". "Habrá que verlo", dice.

El autor ve el futuro con un mundo poblado por grandes corporaciones, donde el dinero "fiat" (fiudiciario) no existirá. como tampoco el pleno empleo, y donde habrá más sensación de un bien común y colectivo entendido como un "todo". Los ciudadanos serán controlados por sensores biométricos y clasificada por puntos como en China. La gente (como ocurrió con los "millenials") no estará motivada para emprender ninguna protesta ni revolución al ser algo inútil y no haber sindicatos.
Es decir, Niño-Becerra vislumbra un mundo en los próximos años parecido a China, pero en vez de controlado por un partido único, lo hace por grandes corporaciones.

Dice que a partir del 2040, no habrá contienda mundial ni guerra entre potencias ni una revolución popular contra los poderes establecidos. Reforzar el concepto de Estado no tendrá utilidad y, según el autor, la "Revolución Francesa" del Sistema Capitalista será la desaparición del Estado y de los Estados y su sustitución por un conjunto planetario de corporaciones. Triunfaría la idea de que "todos los individuos son iguales" pero en una estructura como "Un mundo feliz" (Aldous Huxley). La tecnología podrá velar por todo el conjunto y hará un control operativo de la vida. El nivel demográfico descenderá porque solo hará falta una parte mínima de la población y el Capitalismo ya no tendrá cabida ni la propiedad privada tendrá sentido (porque se impone el acceso a las apps y servicios, en vez de ser propietarios) ni la competencia entre productores (ya que el capital se ha concentrado tanto que hay oligopolios). Su gran pregunta es si, al descender la explotación y bajar el desperdicio de recursos, se ha logrado asegurar la sostenibilidad ambiental del planeta y evitar catástrofes climáticas.

Afirma que el sistema capitalista dará paso a un nuevo sistema entre el 2060 y 2070 y desaparecerá porque se ha agotado tras cumplir su función.







domingo, 1 de noviembre de 2020

"La desaparición de los rituales", de Byung-Chul Han (2019)

 Resumen del libro "La desaparición de los rituales", de Byung-Chul Han (2019)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2020/11/la-desaparicion-de-los-rituales-de.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, hábitos y costumbres, sociedad de Internet

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Ficha técnica:

Título: "La desaparición de los rituales"

Subtítulo: Una topología del presente

Título original en alemán: Vom Verschwiden der Rituale. Eine Topologie der Gegenwart.

Fecha de publicación en Alemania: 2019

Editorial en español: Herder Editorial, SL, Barcelona

Número de páginas: 120

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Biografía oficial del autor (hasta el 2020)

Byung-Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959) estudió Filosofía en la Universidad de Frigurgo y Filosofía alemana y Teología en la Universidad de Munich. En 1994 se doctoró en la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. Ha dado clases de Filosofía en la Universidad de Basilea, de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín. Es autor de más de una decena de títulos, la mayoría de los cuales se ha traducido al castellano en Herder Editorial.

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Texto de la contraportada

Los rituales, como acciones simbólicas, crean una comunidad sin comunicación, pues se asientan como significantes que, sin transmitir nada, permiten que una colectividad reconozca en ellos sus señas de identidad. Sin embargo, lo que predomina hoy es una comunicación sin comunidad, pues se ha producido una pérdida de los rituales sociales. En el mundo contemporáneo, donde la fluidez de la comunicación es un imperativo, los ritos se perciben como una obsolescencia y un estorbo prescindible. Byung-Chul Han se pregunta: ¿por qué las formas simbólicas cohesionan la sociedad y qué nos depara cuando esta deja de cultivarlas? Para Han, su progresiva desaparición acarrea el desgaste de la comunidad y la desorientación del individuo.

En este libro, los rituales constituyen un fondo de contraste que sirve para perfilar los contornos de nuestras sociedades. Se esboza, así, una genealogía de su desaparición al mismo tiempo que se da cuenta de las patologías del presente y, sobre todo, de la erosión que ello comporta. En este nuevo ensao Byung-Chul Han reflexiona sobre estilos de vida alternativos que serían capaces de liberar de la sociedad de su narcisismo colectivo.

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ÍNDICE

Presión para producir

Presión para ser auténtico

Ritos de cierre

Fiesta y religión

Juego a vida o muerte

Final de la historia

Imperio de los signos

Del duelo a la guerra de drones

De la seducción a la pornografía

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RESUMEN

El autor explica que los ritos son acciones simbólicas que transmiten y representan aquellos valores y órdenes que mantienen cohesionada una comunidad. Generan una comunidad sin comunicación mientras que lo que predomina hoy es una comunicación sin comunidad. Estabilizan la vida gracias a su mismidad, a su repetición. Hacen que la vida sea duradera. "La actual presión para producir priva a las cosas de su durabilidad", dice. "Destruye intencionalmente la duración para producir más y para obligar a consumir más", afirma. No es posible demorarse si nos limitamos a gastar y a consumir las cosas. Y cita como ejemplo al "smartphone". Dice que en los ritos, las cosas se usan de forma pulcra y respetuosa, no se gastan ni se consumen. "Hoy consumimos no solo las cosas sino también las emociones de las que ellas se revisten", dice.

El autor parte de la base de que el neoliberalismo ha estimulado la producción (todos deben producir las 24 horas del día, cualquier tarea es producción), a un ritmo de jornada laboral, con todos los días iguales. El capitalismo fomenta el individualismo, el ganar más, el producir sin parar y sin sentido. Por contra, en anteriores épocas agrícolas precapitalistas, donde había un sentido comunitario y religioso, se diferenciaba el trabajo (que tenía sus estaciones) con la fiesta, donde había un descontrol durante varios días donde los excesos estaban permitidos (Navidad, Pascua, Pentecostés). Había un tiempo ritual ( que tiene un sentido) [nota del lector: entiendo que el sentido de estas fiestas religiosas era marcar el calendario: el equinocio de invierno, que suponía un parón por el frío, el de primavera para sembrar con la vuelta del calor, el de verano para cosechar, y el de otoño, la recolección]. 

Es decir, que la fiesta era también una forma de ritual pero al mismo tiempo un descanso y estaba pensada para saber vivir bien. En la era industrial, los días festivos se fueron difuminando y se convirtieron en productivos para ganar más o producir lo que fuese. [nota del lector: pensemos ahora en toda esa gente que está sacándose fotos en Instagram y "produciendo contenido" para las plataformas sociales, que buena idea de negocio tuvo el listo que las montó].

Señala que la percepción simbólica desaparece a favor de la percepción "serial", que es intensiva (como en las series de TV; va de una vivencia a la siguiente, algo sin fin). Por eso hay el "binge watching" (atracón televisivo o el visionado bulímico). Dice que el régimen neoliberal fuerza a percibir de forma serial e intensifica el hábito serial. La constante "update" o actualización abarca a todos los ámbitos vitales y no permite ninguna duración ni finalización, lo que da a una "pérdida del hogar", trastornos de déficit (frente a la religión, que insiste en prestar atención), ya no se aprende nada de memoria ni se hacen repeticiones (base del ritual religioso, menciona a Kierkegaard) porque se buscan nuevas aventuras estimulantes, excitaciones y vivencias.

 "A dispositivos neoliberales tales como la autenticidad, la innovación o la creatividad le es inherente forzarnos permanentemente a lo nuevo pero solo generan variaciones de lo mismo mientras que las repeticiones dan estabilidad a la vida", dice. Dice que la presión por producir genera rutina y para escapar del vacío consumimos más novedades. "La vida intensa como lema publicitario del régimen neoliberal no es otra cosa que consumo intenso", dice.

Añade que la comunicación digital consta de "cámaras de eco" en las que uno habla de sí mismo y los "me gusta", los amigos y los seguidores no constituyen ningún campo de resonancia". Recalca que la digiltalización debilita el vínculo comunitario y es una comunicación "descorporizada". Ni siquiera hay lugar para los sentimientos, pues la comunicación digital es manejada por las pasiones y "propicia una descarga emocional inmediata" (cita a Twitter y la política emocional que se basa en ello).

También indica que el régimen neoliberal individualiza a los hombres y al mismo tiempo se evoca la empatía, pues es una caja de resonancia. La empatía sirve para influir y manejar emocionalmente a la persona. "En el régimen neoliberal no solo se explota el tiempo laboral, también la persona entera", dice, y añade que la gestión emocional es más eficaz que la racional. "La psicopolítica neoliberal se diferencia de la biopolítica de la modernidad industrial, que opera con coerciones y mandatos disciplinarios", afirma. Lo social se somete por completo a la autoproducción.

Analiza el "rendimiento", y cuanto más aporta el sujeto, más gana el ego, se explota voluntaria y apasionadamente a sí mismo, hasta quedar destrozado. "Se mata a optimizarse", dice. Su fracaso se llama "depresión" o "burnout" (trabajador quemado). En cambio, la depresión (que se basa en una referencia hiperbólica a sí mismo) no se produce en una sociedad absorta.

Otro problema es la "sociedad de la autenticidad", donde todo el mundo se representa a sí mismo, donde se rinde el culto al yo y solo se preocupa de analizar su propia psicología. "El culto narcisista a la autenticidad es corresponsable del progresivo embrutecimiento de la sociedad, pues hoy vivimos una cultura de las pasiones y donde campa el narcisismo, lo lúdico desaparece de la cultura y el arte ya no es un discurso", añade. Hasta James Bond ya no se alboroza al final de la película con fiestas y juegos con sus bellas amantes sino que se reúne con su jefa y acepta volver al trabajo con una nueva misión: "Será un placer". Hay una incapacidad por "finalizar", todo queda a la presión de "optimizarse". 

Su constitución narcisista coarta la formación de la comunidad. Añade que "uno se explota voluntariamente creyendo que se está realizando", el régimen neoliberal se apropia de la persona transformándola en un centro de producción de una eficiencia superior y la involucra en el proceso de producción. Hasta se han puesto de moda los tatuajes. "Hoy el mundo no es un teatro en el que se representan papeles y se intercambian gestos rituales, sino un mercado en el que uno se desnuda y se exhibe. La representación teatral deja paso a la exposición pornográfica de lo privado", dice.

Por su parte, la globalización es un no-lugar, como Internet, una "hipercultura" (espacios culturales sin límites que implosionan y se traspasan unos a otros y es aditiva sin cierre) y genera "el infierno de lo igual", y la violencia de lo global se contrarresta con "el fundamentalismo del lugar". Al contrario, en la aldea  nadie cuenta sus vivencias sino que hay una historia común.

Las fiestas actuales ya no tienen rituales ni celebración sino que son una "gestión de eventos consumistas" destinados a las masas (y no a la comunidad). "La producción acapara incluso el reposo, degradándolo a tiempo libre, a pausa para hacer un descanso. El tiempo libre es para algunos un tiempo vacío, que provoca un horror vacui. La presión para aportar rendimiento no hace posible ni una pausa que permita descansar. Por eso, muchos se ponen enfermos justamente durante el tiempo libre: el leisure sickness o enfermedad del ocio. El tiempo libre viene a ser una torturante forma vacía de trabajo", dice el autor. Recalca que el trabajo tiene un fin pero el rendimiento, no. Antes las fiestas eran el desenfreno y ahora es el trabajo el desenfreno y esa presión para producir desintegra la comunidad", afirma. 

Añade que el capitalismo no es una religión pues no congrega sino que tiene efectos individualizantes y aislantes y el capital no descansa y totaliza lo profano. Con el dinero, hago que otros trabajen para mí. Los turistas recorren no-lugares vaciados de sentido mientras que los peregrinos están ligados a lugares que vinculan a los hombres. Los rituales arcaicos (que ponen énfasis en el juego y derroche de energías) le resultan chocantes al hombre actual cuyo estilo de vida es dominado por el trabajo y la producción. El capital compra tiempo porque la muerte es entendida como una pérdida absoluta.

Otra de las cuestiones que examina es la del "jugador" (como los guerreros que no temen morir) y la del "trabajador" (el soldado mercenario que tiene miedo a la muerte). Cree que estas dos formas de afrontar la vida se refleja en la actual sociedad, donde casi todos son "mercenarios asalariados". El concepto de "jugar" proviene de la antigüedad y se asocia con los señores y caballeros). Y añade que el pensar (y no el trabajar) tiene un componente "lúdico" que se ha perdido con el "dataísmo" (Big Data) pues ahora se asimila al cálculo. La presión por producir destruye el espacio de los juegos y las narraciones. El trabajo algorítimo no es narrativo sino "aditivo", de la narración se pasa a la mera "numeración". "El dataísmo hace que la producción del saber resulte pornográfica", dice.

Señala que el Big Data genera un saber dominador que hace posible intervenir en la "psique" humana y manejarla. Dice que el imperativo dataísta de transparencia "no es una continuación de la Ilustración, sino su final". Recalca que la transparencia es un imperativo dataísta que obliga a pasarlo todo a datos e información, a visibilizarlo y genera una presión por producir. Este dominio de comunicación total coincide con la vigilancia total y que "se hace pasar por libertad".

También habla de que la rigurosa higiene de la "corrección política" pone fin a la seducción erótica. En el neoliberalismo, bajo la presión para producir, todo se exhibe, se visibiliza, se desnuda y se expone, queda a merced de la "inapelable luz" de la transparencia.

La presión para producir y aportar rendimiento, dice el autor, alcanza hoy todos los ámbitos vitales, incluso la sexualidad. La líbido, que representa el fenómeno del capital en el nivel del cuerpo, es hostil al juego. Advierte que "el exceso de positividad constituye la patología de la sociedad actual. Lo que enferma no es la carestía, sino la demasía".