Resumen de "Chavs: la demonización de la clase obrera", de Owen Jones (2011)
Referencia APA: Jones, Owen (2011): Chavs: la demonización de la clase obrera. Torrejón de Ardoz (Madrid): Capitán Swing (2013)Ver el resumen original y actualizado en:
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Resumen por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho
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Título: "Chavs: la demonización de la clase obrera"
Título original: Chavs: The Demonization of the Working Class
Autor: Owen Jones
Primera edición: 2011
Edición en español: 2013, Torrejón de Arzoz (Madrid): Capitán Swing
Páginas: 347
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Biografía oficial del autor (hasta 2014)
Owen Jones, nacido en Shelffield el 8 de agosto del 1984, es un joven escritor, comentarista y activista asociado con la izquierda política británica. Escribe con frecuencia para medios como The Guardian, The Independent y New Statesman; y ha trabajado en el Parlamento con grupos de presión sindicales. además de realizar investigación parlamentaria en asuntos polémicos como las libertades civiles o los derechos de los trabajadores. En septiembre del 2011, fue votado como el pensador más influyente de la izquierda por los lectores del blog Left Foot Forward, y el Daily Telegraph lo situó como una de las figuras más populares e influyentes del momento. Desde el London Evening Standard, Andrew Neather incluyó su libro Chavs en el marco de un resurgimiento de la izquierda, que incluye desde las múltiples reediciones del Manifiesto Comunista hasta el aclamado documental de Jason Barker Marx Reloaded (audiovisual que examina de qué modo las ideas del filósofo y socialista alemán Karl Marx pueden ayudarnos a entender la crisis económica y financiera global de 2008).
Su segundo libro: "El Establishment la casta al desnudo" fue publicado en el 2014.
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Texto de la contraportada
"En la Gran Bretaña actual, la clase trabajadora se ha convertido en objeto de miedo y escarnio. Desde la Vicky Pollard de Little Britain a la demonización de Jade Goody, los medios de comunicación y los políticos desechan por irresponsable, delincuente e ignorante a un vasto y desfavorecido sector de la sociedad cuyos miembros se han estereotipado en una sola palabra cargada de odio: "chavs".
En este aclamado estudio, Owen Jones, analiza cómo la clase trabajadora ha pasado de ser "la sal de la tierra" a la "escoria de la tierra". Desvelando la ignorancia y el prejuicio que están en el centro de la caricatura "chav", retrata una realidad mucho más compleja: el estereotipo "chav" dice, es utilizado por los gobiernos como pantalla para evitar comprometerse de verdad con los problemas sociales y económicos y justificar el aumento de la desigualdad. Basado en una investigación exhaustiva y original, este libro es una crítica irrefutable de los medios de comunicación y de la clase dirigente, y un retrato esclarecedor e inquietante de la desigualdad y el odio de clases en la Gran Bretaña actual. La edición incluye un nuevo capítulo que explora las causas y las consecuencias de los episodios de violencia que ocurrieron durante el verano de 2011 en Inglaterra"
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ÍNDICE
1. El extraño caso de Shannon Matthews
2. Luchadores de clase
3. Políticos versus "chavs"
4. Una clase en la picota
5. "Ahora todos somos de clase media"
6. Una sociedad amañada
7. Una Gran Bretaña rota
8. La ofensiva
Conclusión: ¿Una nueva política de clase?
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Resumen y comentarios:
La primera página del libro es muy conocida. El autor cuenta que está en una cena con sus amigos de clase media acomodada y burguesa de Londres y un comensal hace una observación frívola y de mal gusto. Nadie parece sorprenderse ni dar muestras de bochorno. Hablaban de moda y uno hace un chiste con desenfado: "Qué lástima que cierre Woolworth's. ¿Dónde van a comprar todos los chavs sus regalos navideños". Todos se rieron.
Chavs es el término peyorativo para referirse a la subcultura de la clase trabajadora inglesa joven (llevan ropa deportiva de marca, bisutería llamativa y viven de las prestaciones y en viviendas sociales). Deriva de "chaval" (niño, en gitano) pero aquí el término similar sería "choni", "gichos", etc... Se trata de trabajadores considerados "palurdos" que trabajan de cajeros en supermercados, empleados en restaurantes de comida rápida o limpiadores.
Owen Jones dice que si hubiesen empleado términos homófobos, sexistas o racistas, lo hubiesen echado de la mesa. Pero como se refería a las "repugnantes clases bajas" nadie rechistó. Todos eran profesionales bien remunerados, educados en elitistas colegios y universidades, que disfrutaban de una confortable existencia en agradables barrios residenciales de Londres. Las posibilidades de que alguien de la clase trabajadora terminara como ellos era remota. "Allí estaba yo, presenciando un fenómeno que se remonta cientos de años atrás: los ricos burlándose de los menos pudientes".
El autor, después de la cena, se preguntó por qué ese "odio" hacia la clase baja se había vuelto aceptable socialmente. Los "chavs" son objeto de mofa en programas cómicos pero también hay gimnasios que organizan cursos de "lucha chav" para defenderse de ellos si paseas por un barrio peligroso y te ataca una pandilla. Se ríen de sus expresiones con faltas de ortografía, de sus pitbulls y navaja, procrean a los 15 años y pasan el día tratando de conseguir "maría". Acaban internados antes de los 21. Muchos empresarios creen que estos chavs "se merecen" su mala suerte.
En las siguientes páginas, Jones examina los casos de las niñas Madeleine McCain, hija de una pareja de clase media desaparecida en Portugal, y Shannon Mathews (ocultada por su madre y su tío, que simularon un secuestro para atraer la atención mediática). Sobre la familia de la segunda, que vivía en un barrio de "chavs" y viviendas sociales, los periódicos se quemaron con todo tipo de improperios.
Owen Jones señala que en Inglaterra las desigualdades existentes intentan disimularse echándole la culpa a los pobres por la situación de miseria económica que viven, por su mala cabeza e irresponsabilidad. Un caso como el de la madre de Shannon era el ejemplo perfecto de que se merecían lo que les pasaba. Sin embargo, Jones recuerda que para hacer periodismo en Inglaterra suele hacer falta una licenciatura y pocos hijos de trabajadores llegan a trabajar en las redacciones, que son mayoritariamente de clase media y media-alta, por lo que ven la realidad social desde el filtro de la burguesía. De ahí, que los diarios se "quemen" con los "chavs", sin la menos sensibilidad hacia cómo viven los pobres y generalizando sus vicios en todo el colectivo sin hacer distinciones.
Jones repasa la historia más reciente del movimiento obrero desde 1970. Las huelgas sindicales obligaron a los conservadores a retirarse del Gobierno, lección que no olvidó Margareth Thatcher. Esta decidió atacar al movimiento obrero golpeando a la minería y cerrando glandes conglomerados, dejando a decenas de ciudades y pueblos sin ingresos. Tras varios años de enfrentamientos entre manifestantes y policía, el movimiento sindical salió derrotado, los mineros tuvieron que volver cabizbajos al trabajo y Thatcher ganó la batalla. Las consecuencias fueron el colapso del movimiento sindical, que perdió su importancia. El número de parados pasó de uno a cuatro millones con Thatcher pero sus partidarios replicaron que el problema no era el alto número de parados sino que lo bueno estaba en que otros cuatro millones de trabajadores estaban tan asustados de perder su empleo que no se iban a manifestar contra ninguna medida.
El resultado de estas políticas de desindustrialización fueron que bajó la tasa de interés y la inflación, a costa de un elevado desempleo que hundió las comunidades mineras, sin apenas futuro.
La solución que propuso Thatcher es que cada se potenciase el sistema de servicios y que cada uno fuese un "emprendedor", un propietario, por lo que se vendieron las viviendas sociales a sus beneficiarios tras ahogar presupuestariamente a los ayuntamientos.
Owen Jones señala que fue en esta época cuando empezó la demonización de la clase obrera, con esa lucha sin cuartel contra el movimiento sindical, una venganza en toda regla, que devastó las comunidades. A veces se critica a los padres de los hijos que salen drogadictos, pero el autor recuerda que estos padres ejercen bien su papel y aconsejan a sus hijos que se metan en aprendices en la mina por si las otras posibilidad no salen adelante, lo que suele ocurrir. Pero al menos tenían un trabajo. La cuestión es que ahora estas comunidades están descalabradas y, dice el autor, para una adolescente es más rentable acceder a una ayuda pública por embarazo que ponerse a buscar un trabajo allí donde no hay ninguno,
El caso es que en esos pueblos donde cerró la mina y están desindustrializados, hay más posibilidades de que entre la droga o que la juventud no tenga posibilidades de un mejor futuro. Viven de ayudas públicas pero no porque sean vagos sino por los problemas del paro crónico en sus localidades.
Para Owen, los sindicatos y las comunidades industriales quedaron machacadas con las políticas thatcheristas y luego por las neolaboristas (que las copiaron al ver que les daban muchos votos). El autor insiste en que durante 20 años ha habido una "demonización" de la clase obrera, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de comunicación están dominados por la clase media de Inglaterra y que los votantes suelen ser de clase media.
Esto ha llevado a que los trabajadores estén desencantados con el laborismo, porque lo identifican con el thatcherismo, y se hayan interesado por otras opciones políticas como el BNP, un partido racista y de extrema derecha, que gana votos en los barrios más castigados.
Owen también analiza el auge del movimiento antimigratorio en aquellos barrios que antaño eran industriales. Los vecinos se quejan de que los inmigrantes obtienen antes que ellos las viviendas sociales y otros privilegios, por lo que se sienten desplazados. Además, los inmigrantes aceptan menores salarios y trabajar más horas, lo que le gusta mucho a los empresarios que prefieren contratarlos frente a los trabajadores locales. De ahí, que haya surgido un malestar en los barrios que fueron desindustrializados.