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lunes, 15 de octubre de 2018

"Lo que el dinero no puede comprar", de Michael J. Sandel (2012)

Resumen del libro "Lo que el dinero no puede comprar", de Michael J. Sandel (2012)

Resumen original y actualizado del libro:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/10/lo-que-el-dinero-no-puede-comprar-de.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, libre mercado, moralidad del mercado, finanzas, neoliberalismo

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Ficha técnica

Título: "Lo que el dinero no puede comprar"

Subtítulo: Los límites morales del mercado

Título en inglés: What Money Can't Buy

Fecha de publicación en inglés: 2012

Publicación en español: Debate Economía, Random House Mondadori, Barcelona 2013

Páginas: 253

Méritos: Sandel obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales

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Biografía oficial del autor Michael J. Sandel (hasta 2012 y una reseña del 2018)

(Minneápolis, 1953) ocupa la cátedra Anne T. y Robert T. Bass de Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard y es uno de los autores de referencia en el ámbito de la filosofía política. El curso sobre la justicia que imparte allí desde hace dos décadas es el más popular de la universidad. Autor de numerosas obras, en castellano, se han publicado El liberalismo y los límites de la justicia (2000), Contra la perfección (2007), Filosofía pública: ensayos sobre moral en política (2008) y Justicia ¿Hacemos lo que debemos? (Debate, 2011). Vive en Brookline, Massachusetts.

Su curso on line sobre Justicia tiene mucho éxito.

Sandel obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2018.
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Texto de la contraportada

"¿Deberíamos pagar a los niños para que lean libros o saquen buenas notas? ¿Deberíamos permitir que las empresas compren el derecho a contaminar el medio ambiente? ¿Es ético pagar a seres humanos para que prueben nuevos medicamentos peligrosos o para que donen sus órganos? ¿O vender la ciudadanía a los inmigrantes que quieran pagar?

En "Lo que el dinero no puede comprar", Michael J. Sandel se plantea una de las grandes cuestiones éticas del nuestro tiempo: ¿qué hay de malo en que todo esté en venta? y ¿cómo podemos impedir que los valores del mercado alcancen esferas de la sociedad donde no deben estar? ¿cuáles son los límites morales del mercado?

En las últimas décadas, los valores del mercado han desplazado a las demás normas en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana - medicina, educación, gobierno, leyes, arte, deporte, incluso la vida familiar y las relaciones personales -. Sin darnos cuenta, dice Sandel, hemos pasado de tener una economía de mercado a ser una sociedad de mercado. ¿Es eso lo que queremos?

Si en su extraordinaria obra Justicia, Sandel demostró su maestría a la hora de explicar con claridad y rigor las duras cuestiones morales que afrontamos en el día a día, en este nuevo libro promueve una discusión esencial que en esta era dominada por el mercado necesitamos tener: cuál ha de ser su papel en una sociedad democrática y cómo podemos proteger los bienes morales y cívicos que los mercados ignoran y que el dinero no puede comprar".

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ÍNDICE

Introducción: mercados y moralidad

Triunfalismo del mercado. Todo en venta. El papel de los mercados. Nuestra política rencorosa.

1. Cómo librarse de las colas

Aeropuertos, parques de atracciones y carriles especiales. Guardacolas pagados. Revendedores de volantes. Médicos personales. Mercados versus colas. Plazas en el parque Yosemite. Misas papales. Conciertos de Springsteen

2. Incentivos

Dinero por esterilización. El enfoque económico de la vida. Niños a los que se les paga por sacar buenas notas. Sobornos para perder peso. Venta de derechos de inmigración. Mercado de refugiados. Multas de tráfico y viajes sin billete en el metro. Permisos de procreación comercializables. Compensaciones por emisiones de dióxido de carbono. Dinero por matar un rinoceronte en peligro de extinción. Ética y economía.

3. De qué manera los mercados desplazan la moral.

Amigos contratados. Disculpas y brindis nupciales comprados. El argumento contra los regalos. Subastas de admisiones en universidades. Coerción y corrupción. Depósitos de residuos radiactivos. Día de los donativos y retrasos en las guarderías. Sangre a la venta. Economía del amor.

4. Mercados de la vida y de la muerte

El "seguro de los conserjes". Apuestas por la muerte. Apuestas sobre la muerte en Internet. Seguros versus juegos. El mercado de futuros del terrorismo. Las vidas de desconocidos. Bonos de la muerte.

5. Derechos de denominación.

Venta de autógrafos. Bateos patrocinados por compañías. Palcos de lujo. Moneyball. Publicidad en lavabos. Publicidad en libros. Publicidad corporal. Anuncios en lugares públicos. Anuncios en socorristas y senderos en la naturaleza. Coches de policía y tomas de agua. Anuncios en las aulas. Anuncios en las cárceles. La "plaquificación" de la vida cotidiana.

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RESUMEN

Sandel es un filósofo político conocido por reflexionar sobre cuestiones económicas y de justicia.

En este libro, el autor estudia la invasión del mercantilismo (antes reducido al mundo de los negocios) en el ámbito de la esfera privada y pública (familia, maternidad, cultura, medioambiente). Esto genera conflictos con la moral porque cosas que se hacían gratis porque eran públicas (conciertos públicos, medioambiente) o por solidaridad y por las que no se podía cobrar son ahora "facturables" y para las que hay un precio de venta o compra.

El libro arranca con la siguiente frase: "Hay algunas cosas que el dinero no puede comprar, pero en nuestros días no son muchas. Hoy casi todo se pone a la venta".

Cita como ejemplos de lo que se puede comprar:  una celda más cómoda por 82 euros la noche, acceso al carril especial si se conduce solo a 8 dólares la hora, vientres de alquiler de mujeres indias a 6.520 dólares, derecho a emigrar a EE.UU. por 500.000 dólares, derecho a cazar un rinoceronte negro por 150.000 dólares, el número del móvil de su médico de cabecera por 1.500 dólares al año, derecho a emitir a la atmósfera una tonelada de dióxido de carbono por 13 euros,  o la admisión de un hijo en una universidad prestigiosa (si el padre hace una contribución generosa).

Otras formas de ganar dinero son alquilar la frente de su cara para exhibir publicidad comercial por 777 dólares, hacer de cobaya humana para probar la seguridad de un medicamento por 7.500 dólares, ser mercenario y combatir por 250-1.000 dólares al día, hacer cola toda una noche ante del Congreso de EE.UU. para guardar el sitio a un miembro de un lobby que quiere ir a la sesión por 15-20 dólares la hora, leer un libro por dos dólares, perder seis kilos en cuatro meses por 378 dólares, comprar el seguro de vida de una persona enferma.

Por ejemplo, menciona las colas. Hay gente que paga a mendigos para que le guarde el puesto en la cola para entrar en un concierto gratuito. Todo parece correcto desde el punto de vista mercantil pero hay un reproche moral porque se desvirtúa el sentido igualitario de la cola: se atiende por riguroso turno de entrada. Pagar a otros deja en desventaja a los menos pudientes. El autor examina diversas fórmulas, inspiradas en la teoría de las colas.

Otro tema que examina es el "soborno" (incentivos) a los niños para que lean libros o aprueben asignaturas, por no decir la rebaja de peso o dejar de fumar (te pagan por cuidar de tu salud como forma de ahorrarle dinero al servicio público de salud). En estos casos se desvirtúa el objetivo porque el incentivo pretende modificar un hábito (lectura, salud) y hacerlo permanente pero, en la mayoría de los casos, cuando desaparecen los pagos e incentivos, desaparece el buen hábito. En el tema de la lectura, el autor dice que la causa es buena y que también hay otros métodos como convencer al niño de que leer más beneficiará su capacidad comprensiva. En algunos colegios de Estados Unidos, incluso se paga a los alumnos por cada nota, a tantos dólares, por sobresaliente, notable, aprobado. Las notas suben ligeramente y los más aplicados sacan 1.500 dólares al año y los mediocres 40 dólares por semana. Pero la pregunta es si este método es bueno porque la idea de pagar 2 dólares por libro leído ha dado resultados escolares similares (los niños mejoraron su capacidad lectora) y es más barato.

Otro tema espeluznante es un programa público que paga a mujeres drogadictas para que se esterilicen para que no tengan niños que hereden la toxicomanía. El argumento del programa es que los niños luego se convertirán de adultos en excluidos sociales. Aparentemente, se dice que es un acuerdo beneficioso para ambas partes, para la madre, que obtiene un dinero ahora, y para la comunidad, que saldría beneficiada al reducir su población menor de jóvenes drogadictos pero el autor dice que hay un incentivo perverso en privar a una madre enferma de la posibilidad de tener hijos a cambio de un dinero que ella necesita para vivir. El autor cree que no hay libertad de acuerdo comercial cuando una de las partes se ve obliga a aceptar por necesidad una propuesta que parece poco moral.

Algo parecido pasa con la reducción de la natalidad y la política del hijo único en China, la compra de cuotas de la contaminación de CO2 por parte de países ricos (algo que es equiparable a pagar por tirar basura en el Gran Cañón o en paraíso natural, como el Himalaya) y el pago de tarifas por cazar rinocerontes negros en extinción o de la venta de derechos a coleccionistas de trofeos millonarios a disparar a morsas previa compra de las cuotas de caza asignadas a los esquimales para preservar su modo de vida. El autor dice que hay algo de siniestro en estos acuerdos comerciales porque se desvirtúa el bien inicial, que en muchos casos es que todos los habitantes deben cuidar de su planeta (y no el hecho de que porque seas rico te puedes permitir contaminar lo que quieras). En el caso de las morsas, lo que se intentaba preservar era el modo de vida ancestral de los esquimales pero resulta que estos los revenden a cazadores occidentales a cambio de dinero. Hay algo en esa comercialización que es injusto. Lo mismo pasa con la contaminación, donde los más ricos comprarían las cuotas de los pobres y seguirían usando potentes coches (Hummers) contaminantes. Esto lleva al autor a decir que algunos incentivos son contraproducentes y conllevan el efecto contrario al que se pretende (caso de las guarderías; los padres que venían a buscar tarde a sus hijos se sentían culpables; cuando la guardería impuso unas multas, las pagaron de buena gana porque entendieron que la guardería les estaba cobrando una tasa o tarifa).

El autor distigue entre tasa (cobro público), tarifa (cobro privado) o multa (penalización y estigmatización).

En el caso de los bebés chinos, los padres que quieren un segundo hijo tienen que pagar una multa pero los más ricos lo toman como una especie de tarifa pública. El Gobierno chino se dio cuenta y buscó otra forma de estigmatizar a los más ricos que tenían muchos hijos para que la penalización no solo fuera económica y no se tomase como una tasa sino como lo que era, una multa.

Otro tema que plantea es ideas de los economistas para que todos los países contribuyan a acoger a refugiados políticos (pero lo que no quieran tenerlos en su suelo, pueden pagar a países pobres para que acojan a su cuota). O bien, cobrar 50.000 euros a los inmigrantes por vivir en un país o vender la nacionalidad y ciudadanía (a cambio de adquirir una casa de medio millón de dólares).

Los políticos incluso pensaron nuevos métodos de convertir las multas de tráfico por exceso de velocidad en tarifas públicas para circular más rápido. Hubo un candidato de EE.UU. que incluso propuso la "tarifa plana" para aquellos conductores que quisiesen circular más rápido.

Otra cuestión que Sandel aborda es la venta de sangre. Mientras que las donaciones son aceptadas porque se hacen de forma voluntaria y de forma desinteresada para ayudar a la comunidad, en cambio, cobrar por donar sangre está mal visto (al menos en Europa). La razón es que la donación de sangre sería restringida a los pobres que necesitan dinero y que se ven obligados a donar su sangre para ganar algo de dinero.

Lo mismo ocurre con otros servicios a la comunidad, ya sea donar un riñón o dar permiso para instalar una central nuclear cerca del pueblo. Ese es el ejemplo de un pueblo de Suiza donde el Gobierno pidió a sus habitantes que votasen en referéndum a favor de instalar allí un vertedero de residuos nucleares en bien del país. El 51 % votó a favor por hacer un servicio cívico a sus compatriotas. Luego, propusieron el mismo plan pagando un extra mensual a los habitantes (una pequeña cantidad o una cantidad aceptable). El proyecto fue rechazado por gran parte del pueblo, pues los habitantes pensaban que se estaban "vendiendo", que eran unos "mercenarios" o unos ciudadanos que aceptaban "sobornos". Es decir, que la habrían aceptado llevar esa carga (de que su pueblo conviviese con un cementerio nuclear) como deber cívico pero no por cobrar dinero por ello.

Otro ensayo similar fue respecto a la recogida de donativos para una causa noble. Un grupo de voluntarios recogió dinero gratuitamente de forma solidaria. Otros voluntarios cobraron el 1 % de comisión sobre la cantidad recogida o bien un 10 %. Los más eficaces fueron los que hicieron la recogida gratis mientras que los que iban a comisión recaudaron menos donaciones, sobre todo los que solo cobraban el 1 % de comisión. Eso se debe a que quienes recaudaban gratis pensaban que estaban participando en un gran proyecto solidario mientras que los que iban a comisión lo consideraban un trabajo para ganar algo de dinero (eso sí, los que ganaban más, estaban más contentos) y tenían menos motivación solidaria.

La conclusión tanto de la donación de sangre, la recogida de donativos o el pueblo que aceptaba residuos nucleares es que la gente acepta hacerlo gratis o cobrando mucho, pero no por una miserable propina.

El autor también analiza cosas que no se pueden comprar como es ganar el Premio Nobel. Si alguien pagase dinero o fuese al mejor postor, el premio se devaluaría porque es honorífico y reconoce los méritos de una carrera profesional, no está en venta. Pero otra cosa son los "honoris causa", donde se concede tal honor a destacados investigadores pero también a empresarios que hacen jugosas donaciones. Quienes conceden ese galardón se esfuerzan en resaltar el "amor por la filantropía" del donante porque saben que hay algo en todo eso que está mal.

Otro asunto destacable son los llamados seguros de conserjes o del agricultor muerto. Las empresas hacen seguros de vida a sus empleados (incluso los que ya se han marchado ) sin ellos saberlo y  a su muerte cobran 300.000 dólares o más sin que la familia reciba nada. Es una práctica que se generalizó en los años 90 y que mueve un mercado de pólizas de miles de millones. Solo Walmart tiene cientos de miles de empleados asegurados sin su conocimiento, tampoco son parte en las negociaciones ni se benefician en nada. Primero se hizo para los ejecutivos importantes y luego se extendió a trabajadores ordinarios con la excusa de que la empresa necesitaba compensar la formación que había impartido al empleado luego fallecido y que necesita financiar al trabajador nuevo que lo reemplaza.

El autor se pregunta si esto de jugar con la vida del empleado es moralmente aceptable aunque no cree que  las empresas reduzcan la seguridad laboral para cobrar los seguros de vida.
Los seguros de vida también son objeto de apuestas, caso de inversores que compran el seguro de vida de un anciano o un enfermo de sida esperando que se muera pronto. La tensión surge cuando el moribundo recupera milagrosamente la salud y los inversores llaman a su casa a ver si sigue vivo. Recuerda a las apuestas que se hacían en el siglo XVIII y XIX sobre lo que iban a vivir las celebridades,  algo que recuerda las apuestas on line. Son apuestas morbosas que el autor reprocha por su falta de moralidad aunque las celebridades no se vean afectadas. Pero cuando un inversor especulador se decepciona porque tú no te mueres es que hay algo que falla moralmente.

Incluso se planteó usar la eficiencia de los mercados para predecir futuros ataques terroristas mediante apuestas sobre que líder caería primero o donde sería el próximo atentado. Una agencia de inteligencia sostenía que la sabiduria colectiva sabría predecir mejor que nadie los riesgos. Hubo protestas y el plan se canceló.


En los siguientes capítulos aborda la publicidad en el deporte.  Es lo que se denomina derechos de denominación.
Reprocha que los estadios tengan ahora cabinas de lujo los espectadores ricos cuando antes todos estaban mezclados,  los grandes ejecutivos y los mecánicos,  en las mismas gradas. El autor ve cómo desde los años 70 desaparece ese igualitarismo entre los hinchas de un equipo y las élites empiezan a distanciarse haciendo espacios separados de lujo para los ricos. Los clubes, incluso los de las ligas universitarias, lo aceptan porque es una manera de financiarse. La publicidad lo invade todo lo público,  desde los coches de policía hasta las universidades o el metro y los programas escolares a cambio de financiación y finalmente corrompe todo el sistema público al mercantilizar un servicio público. Son ejemplos de cómo los mercados transforman las normas y convierten  a los objetos, personas e instituciones en mercancías en vez de ser gestos de decencia o heroísmo y generosidad originales.

El autor señala que cuando el razonamiento va más allá dela dominio de los bienes materiales tiene que tratar de moralidad pero la expansión de los mercados complica la distinción entre razonamiento mercantil y razonamiento moral y al final falla al intentar explicar el mundo solo basandose en la utilidad o los precios en incentivos, estas teorías y efectos que dejan de tener validez fuera del ámbito del mercado.

Añade que la aparición de los mercados de recuerdos, derechos de denominación y palcos elevados es un reflejo de nuestra sociedad gobernada por el mercado. Menciona un libro llamado Moneyball,  de Michael Lewis, donde relataba la hazaña de un humilde equipo de béisbol que llegó a la final gracias a sus técnicas estadísticas pero a costa de perder espectáculo.

El autor dice que la publicidad ha llegado a invadir la esfera corporal al tatuar anuncios en la frente a personas contratadas o a poner pegatinas e impresiones publicitarias en los huevos  del supermercado o incluso hay marcas de joyería que patrocinan novelas. Incluso una pareja llegó a subastar sin éxito. Cree que hay que distinguir entre aceptar publicidad libremente o bajo coacción  (si se es pobre).

También menciona el proceso de palquificación (poner logotipos de compañías). Cree que el logotipo cambia el significado  de las cosas porque el mercado deja su marca, corrompe la relación entre autor y lector. Añade que cuando vemos cómo los mercados y el intercambio comercial alteran el carácter de los bienes que tocan, tenemos que preguntarnos cual es y cual no es el sitio de los mercados. Y añade que no podemos responder a esta pregunta sin reflexionar sobre el significado y la finalidad de los bienes y sobre los valores que deberían gobernarlos. Teme que los mercados decidan por nosotros porque las tres décadas de la era del Triunfalismo del mercado han coincidido con un tiempo en el que el discurso público ha quedado en gramos parte vaciado de sustancia moral y espiritual. Insiste en que nuestra única esperanza es mantener a los mercados en su sitio mediante la reflexión sobre el significado de los bienes y las prácticas sociales que valoramos.

Y propone preguntarse por el tipo de sociedad en que deseamos vivir. Recalca que el comercialismo afecta a la vida comunitaria. Cuantas más cosas puede comprar el dinero menos son las veces que la gente puede reunirse. Por eso, la gente mira hacia arriba al palco vip de los estadios y los del palco miran a los de abajo. Así va desapareciendo la mezcla de clases. Resalta que en una epoca de creciente desigualdad la mercantilización de todas las cosas implica que la gente adinerada y la de recursos modestos vivan cada vez más separadas. La democracia exige que los ciudadanos compartan algo de vida en común y las distintas clases se encuentren en la vida cotidiana. 

miércoles, 15 de agosto de 2018

Resumen exprés en cómic de "El precio de la desigualdad", de Joseph E. Stiglitz (2012)

Resumen exprés en cómic de "El precio de la desigualdad", de Joseph E. Stiglitz (2012)


VERSIÓN EN COLOR

Cómic en color / resumen de
“El precio de la desigualdad”, de Joseph E. Stigliz (2012)
Resumen y dibujos por E.V.Pita (2018)
Cómic en color / resumen del libro "El precio de la desigualdad" (Stiglitz, 2012)  Autor del resumen y cómic: E.V.Pita (2018)
Cómic en color / resumen del libro "El precio de la desigualdad" (Stiglitz, 2012)

Autor del resumen y cómic: E.V.Pita (2018)


Descarga en PDF del resumen en cómic en color de “El precio de la desigualdad”, de Joseph E. Stiglitz (2012)

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VERSIÓN EN BLANCO Y NEGRO

E.V.PITA (2018)
Resumen exprés de "El precio de la desigualdad", de Joseph E. Stiglitz (2012)
Autor del cómic: E.V.Pita (2018)

https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/08/resumen-expres-en-comic-de-el-precio-de.html



Resumen original y actualizado en el siguiente link:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2012/10/el-precio-de-la-desigualdad-de-joseph-e.html


 Resumen, comentarios y anotaciones: E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho.

Blogs: http://evpitasociologia.blogspot.com y http://eleconomistavago.wordpress.com

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DESCARGA TODA LA NOVELA GRÁFICA EN PDF
https://evpitawriting.files.wordpress.com/2018/08/10libroseconok2.pdf
 

Resúmenes de diez libros de economía clave para entender la Gran Crisis del 2008.

"Diez libros para entender la economía del siglo XXI en cómic" (E.V.Pita, 2018)

Descarga de la novela gráfica en PDF en el siguiente link:
https://evpitawriting.files.wordpress.com/2018/08/10libroseconok2.pdf


Resumen, comentarios y anotaciones por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho.

lunes, 1 de febrero de 2016

"Hecho para tirar", de Serge Latouche (2012)

Latouche repasa la historia de la industria de masas para denunciar el despilfarro de recursos que suponen los productos de usar y tirar, diseñados con una obsolescencia programada para durar lo justo y alimentar el ciclo del consumo para maximizar los beneficios.

Resumen de "Hecho para tirar", de Serge Latouche (2012)

Ver el resumen original y actualizado en el siguiente link:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/02/hecho-para-tirar-de-serge-latouche-2012.html


Referencia APA: Latouche, Serge (2012): Hecho para tirar. La irracionalidad de la obsolescencia programada. Barcelona: Ediciones Octaedro SL (2014)

Sociología, consumo de masas, decrecimiento económico, ecología

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Título: "Hecho para tirar. La irracionalidad de la obsolescencia programada"

Título original: "Bon para la casse. Les déraisons de l'obsolescence programmée"

Primera edición: Les Liens qui Libérent, París, 2012

Edición en español: Barcelona: Ediciones Octaedro SL (2014)

Número de páginas: 107

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Biografía del autor (hasta 2014)

Serge Latouche es profesor emérito de Economía en la Universidad de París XI-Orsay, objetor de crecimiento, es autor de numerosos libros; entre los que destacan: La apuesta por el decrecimiento, La sociedad de la abundancia frugal (publicados en Icaria) o La hora del decrecimiento y Salir de la sociedad del consumo (publicados en Octaedro)

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Texto de la contraportada:

"Todos hemos sufrido la experiencia, unos con la lavadora, otros con el televisor o el ordenador, de tener aparatos y equipos que se averían tras el fallo de un elemento. Por lo tanto, todos, en un momento u otro, nos hemos enfrentado, aunque a veces sin saberlo, al fenómeno de la obsolescencia programada. Y si bien esta práctica ya es desagradable y costosa para el consumidor, resulta un desastre para el ecosistema. Sin embargo, para el gran público, aunque esta experiencia resulta familiar, la palabra obsolescencia, y su verdadero sentido, sigue siendo desconocida. ¿De qué se trata exactamente? ¿Cuáles son sus límites y sus consecuencias? ¿Qué soluciones podemos proponer para ponerle remedio? El presente opúsculo pretende dar respuesta de manera clara y sencilla a estas legítimas preguntas".

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ÍNDICE

Introducción. La adicción al crecimiento.

1. La palabra y la cosa. Definición y naturaleza de la obsolescencia programada.
Intento de definición.
La naturaleza de la obsolescencia programada

2. Origen y ámbito de la obsolescencia programada
Los orígenes de la obsolescencia programada
Una constante antropológica
Los obstáculos de la tradición
La era de la falsificación
La transformación de las mentalidades

El ámbito de la obsolescencia programada
 La primera aparición de usar y tirar
 El modelo Detroit
 La obsolescencia programada
 La segunda ola de usar y tirar
 La obsolescencia alimentaria

3. ¿Es moral la obsolescencia programada?
  El papel social de la obsolescencia programada
  La obsolescencia y la ética
  La obsolescencia del hombre

4. Los límites de la obsolescencia programada
   Las reacciones de los consumidores y los ciudadanos
   La obsolescencia y la crisis ecológica

Conclusión. La revolución del decrecimiento

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Resumen

Serge Latouche es un defensor del decrecimiento económico, una corriente de pensamiento que cree que el crecimiento económico ilimitado es ilusorio porque despilfarra y agota los escasos recursos del planeta. Considera que la ideología que promueve el crecimiento ilimitado como modo de generar empleo es una falacia porque conlleva la destrucción irracional del hábitat, lo que a la larga no es sostenible y puede conllevar el brusco colapso y la ruina del sistema.
Pone como ejemplo la obsolescencia programada de los productos de consumo (lavadoras que no duran más de tres años, coches que se averían al caducar la garantía). La idea se les ocurrió a los fabricantes de bombillas de los años 30 que no podían permitir que los filamentos durasen demasiado a pesar de que existe una bombilla que lleva alumbrando un siglo. El negocio estaba en alimentar continuamente las ventas mediante la reposición de las bombillas quemadas. Incluso acordaron que una bombilla no durase más de 1.000 horas. Esta filosofía se aplicó también a la industria del automóvil, cuando General Motors empezó a cambiar continuamente los diseños de sus modelos de vehículos para animar a los compradores a que lo cambiasen cada año o cada dos. Era todo lo contrario de Ford, que apostaba por modelos robustos y duraderos aunque los clientes solo pudiesen elegir aquellos coches pintados de color negro.


lunes, 29 de junio de 2015

"Homo economicus", de Daniel Cohen (2012)

Resumen de "Homo Economicus", de Daniel Cohen (2012)


El resumen original y actualizado está en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/06/homo-economicus-de-daniel-cohen-2012.html

Autor del resumen: E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, evolución, economía política

Título: "Homo Economicus"
Subtítulo: "El profeta (extraviado) de los nuevos tiempos"

Título original: "Homo economicus, prophéte (égaré) des temps nouveaux"

Autor: Daniel Cohen

Fecha de publicación: Éditions Albin Michel, 2012

En castellano: Editorial Planeta, 2013

Número de páginas: 206

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Biografía del autor Daniel Cohen (hasta 2013)

Daniel Cohen es uno de los economistas más conocidos y reputados de Francia. Estudió matemáticas en la École Normale Supérieure en París y obtuvo, en 1986, un doctorado en Ciencias Económicas en la Universidad París X. Fue miembro del Instituto Universitario de Francia y del Consejo de la European Economic Association y consultor del Banco Mundial y del Banco Central de Rusia. Fue profesor de economía en la Universidad de Nancy y profesor visitante en la Universidad de Harvard. Ha obtenido numerosos premios - entre ellos, el "premio al mejor libro de economía" en el año 2000 y 2012, y el "Premio al economista del año" en 1997-. Es autor de Tres lecciones sobre la sociedad postindustrial y La prosperidad del mal, que fue traducida a más de 15 idiomas.

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Texto de la contraportada

"El hombre moral abandona la sala cuando entra el Homos economicus. Los dos representan su papel, ciertamente, pero no se pueden sentar en la misma mesa.

El Monopoly y las obras caritativas; el altruismo y el cálculo de intereses egoístas; los nuevos ricos -altos ejecutivos con remuneraciones estratoféricas - y los nuevos pobres - los asalariados -; el mundo multipolar sin fronteras y el renacimiento de las pulsiones nacionalistas; la nueva China que reproduce las desiguldades dickensianas y las consecuencias paradójicas de la política del "hijo único"; la crisis del euro y las medidas de austeridad; los avances en biología y genética y la nueva servidumbre digital; las subprime y la lógica mercantil aplicada a la sanidad y a la educación, la crisis de pareja y el despido..., parecería imposible abarcar categorías tan dispersas, diversas y contradictorias en un discurso coherente que pretenda dar cuenta del mundo actual. Y sin embargo, Daniel Cohen lo consigue, y no lo hace como una mera enumeración de anécdotas curiosas sino con una intención explícita: repensar el mundo para volverlo inteligible y replantearse las relaciones económicas en un marco que recupere aspiraciones humanas tan básicas y complejas como la felicidad".

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ÍNDICE

1. La felicidad interior bruta

El tiempo perdido
Divorciarse y envejecer
Hágase usted mismo su propia desgracia
Un monstruo antropológico
Diez consejos

2. El trabajo, un valor en vías de desaparición

La dirección por el estrés
El nuevo espíritu del capitalismo
La nueva era de las desigualdades
La hiperclase

3. El declive del imperio

La Antigüedad tardía
La caída del Imperio de Occidente
Cómo se volvió cristiano Occidente
Are We Rome?
El declive del civismo americano
La excepción americana

4. La descentralización del mundo

De Nueva York a Shanghái
Replantearse la pobreza
Asia tuvo un mal comienzo
De China
Good bye, Lenin
Democracia y capitalismo
Homo politicus

5. La gran crisis de Occidente

La globalización triste
Europa en peligro
La desindustrialización
El aislamiento planetario

6. La pesadilla de Darwin

Homo digitalicus
Darwin y los economistas
El gen egoísta
El cuerpo genético

7. La condición posmoderna

El difunto mundo moderno
¿Una sociedad postmaterialista?
El espectro de Marx
Gastos saludables
Vuelta a la felicidad

Conclusión

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Comentarios:

La tesis principal es que la actual era es excesivamente individualista y ha olvidado el lado colaborador y altruista del ser humano [nota del lector: Internet, por contra, es un ejemplo de gran obra colectiva y cooperativa]

Dice que las desigualdades y los bajos salarios de la globalización se intentaron tapar con el crédito bancario pero que eso se ha revelado insuficiente (tras la crisis del 2008). Sostiene que Alemania olvidó el criterio de Keynes de que si el país deudor debe apretarse el cinturón, el país acreedor debe gastar más, o  de lo contrario habrá recesión, que es lo que ha pasado.




miércoles, 25 de marzo de 2015

"La venganza de la geografía", de Robert D. Kaplan (2012)

Resumen de "La venganza de la geografía", de Robert D. Kaplan (2012)


El resumen actualizado y original está en el siguiente link:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/03/la-venganza-de-la-geografia-de-robert-d.html

Resumen y comentarios por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, geopolítica, política internacional

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Título: "La venganza de la geografía"
Subtítulo: "Cómo los mapas condicionan el destino de las naciones"

Título original: "The Revenge of Geography"

Autor: Robert D. Kaplan

Feha de publicación: 2012

En español: RBA Libros SA, 2013

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Biografía oficial del autor Robert D. Kaplan (hasta 2013)

"Robert D. Kaplan (Nueva York, 1952), periodista y analista político, es autor de catorce obras sobre política exterior y libros de viajes, entre los que destacan: Monzón: un viaje por el futuro del océano Índico, Fantasmas balcánicos: viaje a los orígenes del conflicto de Bosnia y Kosovo, y El retorno de la antigüedad: la política de los guerreros. Ha sido corresponsal en el extranjero para la revista The Atlantic durante más de 20 años, profesor de Seguridad Nacional en la Academia Naval de Annapolis (2006-2008), miembro de la Junta de Políticas de Defensa, el principal consejo asesor del Departamento de Defensa estadounidense (2009-2011) y sénior del Center of a New American Security, en Washington (desde 2008). En 2011, la revista Foreing Policy incluyó a Kaplan en la lista de los "Top 100 Global Thinkers". Actualmente, es el principal analista geopolítico de la empresa privada de seguridad Stratfor."

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Texto de la contraportada

"En el pasado, el contexto geográfico y las realidades naturales de los imperios y las naciones siempre fueron determinantes en los conflictos internacionales. Así ha sido hasta ahora y así será en el futuro, por encima de cualquier condicionante que la globalización imponga. Esa es la sorprendente y brillante tesis que se postula en La venganza de la geografía. Serán la distribución del espacio, el clima y otras circunstancias exclusivamente físicas los parámetros que definirán el devenir de las diferentes regiones mundiales durante el próximo siglo.

Robert D.Kaplan, uno de los más agudos y reputados analistas políticos de la actualidad, repasa en este impactante libro las teorías y los descubrimientos geopolíticos más recientes, examina algunas páginas reveladoras de la historia, para a continuación proponer una lectura global del mundo en que vivimos y definir cuál será el posterior desarrollo de los acontecimientos en el escenario internacional"

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ÍNDICE

La venganza de la geografía

Primera parte
Visionarios

1. De Bosnia a Bagdad

2. La venganza de la geografía

3. Heródoto y sus sucesores

4. El mapa euroasiático

5. La distorsión nazi

6. La teoría del anillo continental

7. El atractivo del poder marítimo

8. La "crisis del espacio"

Segunda parte
 El mapa de principios del siglo XXI

1. La geografía de las divisiones europeas

2. Rusia y el corazón continental independiente

3. La geografía del poder chino

4. El dilema geográfico de la India

5. El pivote iraní

6. El antiguo Imperio otomano

Tercera parte
El destino de los Estados Unidos
1. Braudel, México y la gran estrategia

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RESUMEN

Comentarios previos

El libro ha tenido bastante éxito pues en España, en el 2015, ya va por su sexta edición. Es ameno y explica muchas cosas de la actual geopolítica. Fue escrito entorno al 2010-2011 y publicado en el 2013 y augura conflictos en Ucrania y el norte de Siria (como así ha ocurrido).
Al leer el libro, uno tiene la sensación de que las potencias son entes vivos ambiciosos que se pelean entre sí, o más bien sospecha que esa descripción no es más que una burda racionalización que hacen los imaginativos geopolíticos para explicar la realidad como si fuese un cuento infantil. Pero de momento, es la teoría que explica algunos de los grandes movimientos de política internacional y predice otros con increíble exactitud.

El título de La venganza de la geografía viene a referirse a que hay espacios geográficos que, gobierne quien gobierne, obligan a un país a su expansión territorial. Piénsese que la Rusia zarista y la URSS en nada variaron su política de anexionarse países para avanzar hacia el Índico y llegar al mar.
Kapland sigue la estela de otros que ponen como factor determinamente la geografía para el éxito de una nación. Es una vieja idea que los sociólogos descartaron hace tiempo porque estos le dan más importancia a la estructura social y las leyes. Así, por ejemplo, en la actualidad vemos dos tendencias: La sociológica, que estaría representada entre otros libros por "¿Por qué fracasan los países?, en donde defienden que las democracias y la libertad generan crecimiento económico mientras que los regímenes absolutistas o dictatoriales generan estancamiento. La otra tendencia sería la geográfica, en la que autores como Kaplan o el autor de "¿Por qué manda Occidente...por ahora?" han revitalizado la idea de que la geografía determina el éxito de un país (el viejo tópico de que en el sur son más vagos porque hace sol y salen a bailar y en el norte muy trabajadores porque hace frío y están todo el día en el taller).

 Kapland sostiene que las naciones tienen estabilidad cuando han ocupado todo su espacio natural (un gran valle, una estepa, una cadena montañosa). Por el contrario, cuando tres países se reparten un mismo valle sin barreras naturales que los separen, esta situación generará luchas fronterizas e invasiones durante siglos. La tendencia es que, finalmente, todo ese territorio se unifique. Así, países como Egipto han gozado de una gran estabilidad durante milenios porque los faraones ocuparon todo su territorio en ambas orillas del Nilo y el país fue protegido de invasiones por el desierto del Sáhara, el Mediterráneo y el Mar Rojo. Por el contrario, Mesopotamia, cruce de las rutas que llevan a  Asia, Europa y África ha sufrido continuos cambios políticos durante milenios, una región siempre azotada por guerras, migraciones o ataques. 
Otro dato que los autores recientes comentan cada vez más es que el auge de Europa a partir del siglo XVII tiene relación con la expansión de Rusia hacia Siberia, Crimea y Mongolia, que cortó el paso a los nómadas de la estepa que tantos estragos causaron antaño. Esa seguridad fomentó la estabilidad en Euroasia y disparó el crecimiento económico. No es lo mismo hacer la revolución industrial en un siglo XVIII pacífico que teniendo que enfrentarse a hordas de fieros jinetes del Cáucaso que arrasan todo a su paso.

Kapland menciona a tres autores importantes que configuraron la teoría de la geopolítica actual. El más prestigioso y reconocido es  Mackinder, un autor de principios del siglo XX que con una teoría determinista vino a decir que historia de la humanidad siempre había estado promovida por los grandes avances hacia el exterior de los pueblos que no tenían salida al mar y que se situaban cerca de Europa oriental y el corazón continental de Eurasia. Hablaba de que Eurasia formaba una "isla mundial" y que el país que conquistase el corazón continental dominaría el mundo. Proponía que hubiese unos estados-barrera independientes que separasen Rusia de la Europa marítima. Veía el futuro en función de un equilibrio de poder que garantizaba la libertad. Alrededor del corazón continental existía un "anillo continental" de Eurasia (lo que hoy llamamos periferia: Mediterráneo, Mesopotamia (Irak, Afganistán), Caspio, Himalaya, Finlandia). Sostiene que el poder terrestre se enfrentó siempre al marítimo (Rusia contra el Imperio Británico, Esparta contra Atenas, Venecia contra Turquía). La clave de la geopolítica es esa zona inaccesible de Eurasia abierta a los nómadas, que el ferrocarril acertó. MacKinder defendía el poder terrestre pero Rusia fue derrotada por Japón, un poder marítimo, en 1905. Algunas de sus predicciones sobre las expansiones territoriales se cumplieron pero no mediante la guerra sino mediante pacíficas emigraciones hacia esos bordes del "anillo continental" para ocupar espacios vacíos.

Después, Kapland menciona a Karl Haushofer, un asesor de Hitler en los años 20 y 30 del siglo XX, que leyó y tergiversó a Mackinder, defendió que había que consolidar un área alemana y rusa, desde el Elba hasta Amur. El llamado "espacio vital". El nuevo orden mundial alemán estaría compuesto por una cuenca pacífica dominada por Japón, una Panamérica, dominada por Estados Unidos y un corazón continental dominado por los alemanes, con una subregión mediterránea norteafricana dominada por Italia. Prácticamente, está describiendo los escenarios y objetivos bélicos de la Segunda Guerra Mundial antes de que esta empezase. La geopolítica alemana acarreaba una "guerra perpetua" por el espacio. La geopolítica de Haushofer era el plan maestro para que los nazis supiesen qué tenían que conquistar.

Strausz-Hupé es el tercer geopolítico de gran influencia y el más realista, En "Geopolítica: la lucha por el espacio y el poder" alertó del peligro de la geopolítica nazi y restauró el prestigio de Mackinder, que lejos de delirios expansionistas lo definió como un observador imparcial. Strausz-Hupé animó a los americanos a que se concienciasen de la importancia que tenía su país, tras la guerra mundial, para estabilizar y preservar el equilibrio de poder euroasiático. El poder aéreo acabaría por dejar sin sentido la idea del "corazón continental". Y avisó de que la tendencia era crear "superestados".

El libro estudia grandes masas continentales como Europa, el Mediterráneo, Rusia, Mesopotamia, Irán, China, Turquía o Estados Unidos.

El caso más interesante es el de Rusia porque el territorio del país no ha hecho más que agigantarse desde tiempos de los zares hasta llegar hasta Vladivostok, en el Pacífico. Los zares tenían sus ciudades asentadas en los bosques pero se expandieron hacia las estepas para crear una anillo de seguridad. Al hacer sus fronteras más grandes, también aumentaron los riesgos, y fue necesario expandir la frontera. De este modo, se cortó el paso a los belicosos nómadas que durante siglos asolaron China, Oriente Medio y Europa del Este. La guerra de Crimea a mediados del siglo XIX entre el Imperio Británico y Rusia, fruto del Gran Juego, refleja bien el conflicto de intereses entre una potencia marítima (Inglaterra) y una terrestre (Rusia) que ansiaba llegar al mar. Afganistán se convirtió en una pieza clave para Rusia que se disputó con Gran Bretaña.
Aunque la capital era San Petersburgo, en el mar Báltico, Rusia era una potencia terrestre y la URSS acabó por establecer su capital en Moscú. Su expansión natural en Europa incluía Bielorrusia, los países bálticos y Ucrania. La URSS no hizo más que continuar la expansión zarista y crear un anillo de repúblicas y absorberlas. Incluso le quitó parte de Manchuria a China. En la Segunda Guerra Mundial se produjo el gran choque entre las dos superpotencias continentales, Alemania y la URSS, por hacerse con el control de la gran planicie que va desde Francia hasta los Urales. Alemania salió derrotada y la URSS controló gran parte de Europa del Este pero no pudo hacerse con Grecia, tras la Segunda Guerra Mundial, porque los aliados consideraban esa zona del Egeo como un "pivote geopolítico" de vital transcendencia. Si Grecia caía en la órbita soviética, caería el resto de Europa. En todo caso, la URSS siguió un plan geopolítico para hacer un anillo de seguridad mediante países satélite que lo separasen de Alemania. El hecho de que Grecia quedase fuera de la órbita soviética y fuese occidental pudo haber contribuido al futuro colapso de la URSS, según Kapland, porque Alemania asumió el poder continental. La guerra de Corea o la fracasada invasión de Afganistán en 1979 dio el golpe de gracia al sistema soviético. Este proceso expansionista se paró con la disolución de la URSS aunque la diplomacia rusa continuó para mantener su influencia en la periferia.
Kapland sostiene que si Rusia apostase seriamente por integrarse en la economía mundial trasladaría su capital al puerto de Vladivostok, en el Pacífico, cerca de Japón, Corea y China. La cuenca del Pacífico es ahora el motor de la economía mundial y Rusia podría tener grandes ventajas si establece una gran ciudad en Vladivostok, a solo unos miles de kilómetros de Shanghai. Por otro lado, dado que Rusia ocupó zonas chinas en el siglo XIX, que ahora están desplobadas, la geografía ha vuelto a su situación original y ahora muchos emigrantes chinos cruzan la frontera para asentarse en territorio ruso. Respecto a Ucrania, el autor escribió el libro antes de la guerra de 2014, pero ya aventura que iba a ser un foco de tensión porque no hay ninguna frontera natural que separe a Rusia de Ucrania.

Otra zona geopolítica de interés es China. Kapland sostiene que al tratarse de un país unificado (gracias al canal que unió los ríos Yan-sen y Amarillo, y enlazó económicamente el norte y el sur), apenas tuvo guerras y pudo desarrollar una economía estable, salvo por las invasiones mogolas y nómadas esteparios. La idea de Kapland es que China se va a convertir en una potencia marítima, por lo que acabará por dominar el Pacífico. Da consejos para los intereses americanos para contrarrestar la creciente influencia china en ese océano. 

Respecto a Oriente Medio, Kapland sostiene que Irán (la antigua Persia) ha prolongado su influencia cultural en todo su entorno a pesar de que sus fronteras son menores que en su época de esplendor. Es uno de los pivotes de Eurasia. Otro pivote es Turquía, que tras la Primera Guerra Mundial perdió su imperio otomano y se volvió laica. Su influencia se ha acrecentado a medida que los políticos musulmanes han recobrado el poder en los últimos años. También cobra importancia el norte de Siria porque es un lugar muy conflictivo por todos los grupos étnicos que hay allí y muy difícil de controlar, por lo que previó nuevas guerras allí. Lo curioso es que Kapland escribió el libro antes de que el Estado Islámico se hiciese fuerte precisamente en esa zona, asunto que hoy es muy preocupante en la esfera internacional.

Respecto a Estados Unidos sostiene que actúa como una potencia marítima ya que está protegido por dos océanos y una frontera amiga en Canadá. Cree que algún día México se expandirá al norte de Estados Unidos porque esa zona fue española durante muchos siglos y la prueba es que los inmigrantes hispanos cruzan la frontera para asentarse y trabajar allí porque se sienten "como en casa".

(continuará el resumen)