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lunes, 27 de enero de 2020

"Nuestra casa está ardiendo", de Greta Thunberg y familia (2018)

Resumen del libro "Nuestra casa está ardiendo", de Greta Thuberg y familia (2018)

Resumen del libro:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2020/01/nuestra-casa-esta-ardiendo-de-greta.html


Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, ecología, calentamiento global, cambio climático, activismo
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Ficha técnica:

Título: "Nuestra casa está ardiendo"

Subtítulo: Una familia y un planeta en crisis

Título original: "Scener ur hjärtat"

Autores: Greta Thunberg, Malena Ernman, Svante Thunberg y Beata Ernman.

Publicación: 2018

Editorial en español: Lumen, Penguin Random House Grupo Editorial SA, Barcelona, 2019

Número de páginas: 299

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Biografía de autora Greta Thunber (hasta 2019)

Greta Thunberg es una joven activista climática sueca nacida en el 2003. En agosto de 2018 inició una huelga por el clima todos los viernes frente al Parlamento que se ha convertido en un fenómeno global al propagarse desde Estocolmo al resto del mundo a través del movimiento Fridays For Future. Se ha reunido con mandatarios europeos y ha pronunciado discursos ante los máximos mandatarios europeos y ha pronunciado discursos ante los máximos dirigentes mundiales en los foros de las Naciones Unidas, Davos y Bruselas, entre otros. Greta ha sido nombrada por Time una de las jóvenes más influyentes del mundo, y es Embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional y candidata al Premio Nobel de la Paz. En el verano del 2019, cruzó el Atlántico en el velero Malizia II para asistir a la Cumbre sobre Acción Climática que tuvo lugar en Nueva York en septiembre y luego viajar a Chile y México [nota del lector: unos incidentes en Chile obligaron a trasladar la cumbre a Madrid y la joven cruzó otra vez el Atlántico en otro barco].
Sus discursos están reunidos en el volumen Cambiemos el mundo, publicados por Lumen en 2019. Junto a sus padres, la cantante de ópera Malena Ernman y el actor y productor teatral Svante Thunberg, y su hermana Beata Ernman, es autora del libro Nuestra casa está ardiendo. Una familia y un planeta en crisis.

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Texto de la contraportada

"Quiero que actúen como si nuestra casa estuviese ardiendo. Porque así es". Con estas palabras cerraba Greta Thunberg su discurso en el foro de Davos el 25 de enero de 2019, cinco meses después de iniciar su huelga por el clima. Desde entonces, la activista ha sumado millones de personas a su lucha para salvar el planeta. Pero ¿qué llevó a una adolescente de quince años a tomar la decisión de plantarse en solitario ante el Parlamento de su país y desde allí intentar cambiar el mundo?

Esta historia, escrita por la familia Thunberg y narrada por la voz de su madre, la cantante de ópera Malena Ernman, comienza cuando la pequeña Greta cae en una depresión severa y deja de comer por el impacto del documental sobre el cambio climático. Sus padres emprenden una batalla feroz por su salud hasta que le diagnostican síndrome de Asperger, autismo de alto funcionamiento y TOC. Al poco tiempo, la hija menor, Beata, muestra signos de trastornos similares. Este es el grito de auxilio de una niña para convencer, primero a los suyos y luego al mundo, de que la sociedad está tan enferma como el planeta y de que es urgente que reaccione. Una narración sobrecogedora de una familia moderna que supera su propia crisis desafiando una crisis global.

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ÍNDICE

Primera parte. Tras el telón

Segunda parte. Gente quemada en un planeta quemado.

Tercera parte. Tragedia clásica.

Cuarta parte. ¿Y si la vida va en serio y todo lo que hacemos significa algo?

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RESUMEN

Comentarios iniciales: El libro es narrado por la madre de Greta Thunberg y su hermana Beata. Su madre es una cantante de ópera que se hizo famosa en un concurso televisivo de voces en Suecia. Su marido, Svante, dejó su trabajo de actor para seguirla por el mundo y cuidar de las dos niñas y de la casa. La madre tiene uno de los mejores oídos del mundo, es capaz de reconocer las notas de todos los instrumentos que suenan en la orquesta; su oído es total y solo conoce a una persona aún mejor: su hija Beata, la hermana de Greta. La madre fue diagnosticada de TDAH a los 45 años, lo que explicaba su "superpoder" si se canaliza por el contexto adecuado y entornos que encajen a la perfección con ella. Tenía tal capacidad de memoria fotográfica que, cuando la llamaban urgentemente para hacer una sustitución, se aprendía las partituras que jamás había visto de memoria en media hora desde que bajaba del avión o el tren e iba en taxi a la ópera, donde minutos después iba a actuar ante miles de espectadores sin un solo fallo. La madre se desmayó justo antes de dar un concierto delante de miles de espectadores pero con gran esfuerzo salió al escenario y cantó con un recital histórico, tras lo cual se retiró agobiada por el estrés familiar y profesional.

La madre inició el libro de forma autobiográfica pero referenciado a su preocupación por el clima. El libro tuvo que ampliarse cuando Greta Thunberg comenzó su protesta en el Parlamento sueco, haciendo una huelga estudiantil los viernes por el clima global. La madre, al ver a su hija hablando ante los micrófonos, se alegró de que esta superase su silencio asociado al síndrome de Asperger.

La historia empieza cuando Greta se niega a comer carne, pues ve en el plato "animales muertos", y luego empieza a olisquear la comida, darle vueltas, mirarla de arriba a abajo, como si fuese un ritual. Para tomar un plátano a lo mejor tarda dos horas. La madre se preocupa cada vez más y tiene que ingresar en un hospital a su hija tras pasar días sin comer nada. Allí la van sacando de peligro y le diagnostican un trastorno de Asperger y autismo. Finalmente, Greta da los primeros pasos para comer y va saliendo del peligro. Al final del libro, aunque come lo mismo (pan con frambuesas o fruta) ya está mucho más recuperada. Antes del diagnóstico, Greta tenía problemas de acoso en el colegio, razón por la que los padres la quitaron ya que los profesores no le hacían caso. Si no fuera por una profesora que le daba clases a Greta a escondidas todas las tardes, no habría superado el curso. Su madre luchó mucho por conseguir un diagnóstico oficial y una vez que los médicos lo firmaron, la familia tuvo todo tipo de ayudas institucionales y educativas, algo que la madre agradece al sistema sueco. Durante todos estos trastornos alimentarios, Greta se entusiasmó con los documentales climáticos. Hay que recordar que su tatarabuelo, otro Thunberg, fue premio Nóbel en 1886 por haber descubierto las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera aunque previó que el planeta tardaría 2.000 años en alcanzar las actuales concentraciones que hay ahora mismo.

Por su parte, la otra hija, Beata, la menor, llevaba una vida normal aunque se empezó a quejar de que solo le hacían caso a Greta. Pronto cambió de actitud. Mientras en el colegio se mostraba amable con la profesora, al llegar a casa profería todo tipo de insultos hacia su familia, daba portazos y protestaba si alguien hacía ruido porque no le dejaba pensar (tuvo la mala suerte de que el vecino emprendió dos meses de obras de reforma del baño en su vivienda con el consiguiente ruido). Beata se convirtió en una tirana que se quejaba por todo y le diagnosticaron TDAH. La madre cuenta que ella tenía las mismas peleas con su hija. Hasta el perro Moses se esconde cuando ve aparecer a Berta. Su gran actitud era la música y se convirtió en una fan de grupos de rock alternativos. Para que no estuviese tan nerviosa, su padre la llevó a Cerdeña pero el primer día en el hotel, tras pasar por la piscina, se encaprichó con que quería volver a Suecia urgentemente a su casa y su padre tuvo que llevarla al aeropuerto para coger un avión a Suecia. Al llegar, Greta les riñó por haber ido en avión, un gran emisor de gases. Posteriormente, en un segundo viaje con el padre, viajaron en un coche eléctrico a Londres, al estadio The O2 Arena, para oír a unos rockeros Little Mix de los que Beata era fan y como regalo de Navidad para ella. El padre vio que su hija era una "crack" que tatareaba sin ningún fallo y la única capaz de seguir sin errores todos los tonos de la banda rockera. Poco a poco, Beata estaba obsesionada con la música, bailar y cantar es lo único que le hace feliz, y como tiene TDAH, eso le impulsa a hacer solo lo que le gusta y evitar el resto.

Poco a poco, Greta y sus padres empezaron a informarse del cambio climático. La madre cuenta que fueron a una montaña y, viendo fotos antiguas, un guía les explicó que los arbustos estaban siguiendo a mayor altura del monte que hace décadas porque el aire estaba más caliente y podían sobrevivir allí. La madre relata que ella es la primera que gasta mucho CO2 con sus viajes a Japón por trabajo y otros países, a cantar ópera. Son muchos los que viajan en este medio contaminante pero lo que dice es que las pequeñas acciones individuales no servirán de mucho ya que el arreglo ha de ser mundial y a gran escala. Los adelantos tecnológicos ni siquiera están en marcha y tardarían décadas en funcionar y, a lo mejor, eran inoperativos. Creen que hay que ponerse ya a reducir las emisiones de CO2 o el planeta empezará a hervir pues el planeta corre el riesgo de alcanzar los 2 grados centígrados del Acuerdo de París (antes de tiempo), pues ese es el borde para poner en marcha una reacción catastrófica en cadena muy alejada de nuestro control. "O bien lo cumplimos o no", dice la autora.

"Cada vez que decidimos volar, comer carne o comprar ropa nueva, ello implica una reducción en el presupuesto de carbono necesario para aumentar el bienestar en las partes del mundo menos afortunadas que la nuestra", cuenta en el libro Malena. Repite las palabras de Kevin Anderson (consejero para el Gobierno británico para la cuestión climática): "El verdadero fanatismo es pensar que podemos seguir viviendo como lo hacemos, con los estándares de la pequeña élite que representamos. De modo que dejar de volar es más bien lo contrario". Solo el 3% de la población mundial viaja. "El verdadero problema es que lo hacemos todo a la vez. a la mayor velocidad posible. El ser humano es un meteorito con conciencia", dice Anderson. En resumen, reducir la temperatura global exigiría un cambio de vida inmediato para los más privilegiados (los ciudadanos occidentales) y nadie quiere eso.

Avanzado el libro, Greta empieza ya a meditar sobre el clima. Dice que el feminismo, el humanismo, el antirracismo, los animalistas, los pro-refugiados, los de enfermedades psíquicas o los de desigualdades económicas tienen cada uno la llave de una puerta cerrada pero el movimiento climático tiene una llave que abre todas las puertas y nadie quiere aceptar su ayuda. O no quieren prescindir de todos los privilegios a los que se opone la cuestión climática.

La madre también habla del efecto "greenwashing" (conflicto entre las bellas palabras y la acción real). Ve un conflicto de intereses entre las empresas (emiten el 30 % de los gases de efecto invernadero) y su voluntad de encontrar soluciones sostenibles y no es buena idea dejar en sus manos toda la responsabilidad. Sospecha que los lobbies tratan de obstaculizar una política climática eficaz. Algunos como Branson quisieron ayudar en el tema del clima y financiaron proyectos y ofrecieron recompensas para dar con una solución técnica para absorber una determinada cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera. El premio sigue sin concederse. Sin embargo, montó en los mismos años tres compañías aéreas y un equipo de Fórmula 1. Lo que quiere decir Malena y su familia es que por cada coche eléctrico que circula por Europa, habrá otros muchos que se compren todoterrenos. Hay que cambiar todo el sistema, dicen.

Por su parte, Greta va afinando su pensamiento climático: "Todos los profesores nos dicen lo mismo. Será vuestra generación la que salvará el mundo. Sois vosotros los que tendréis que limpiar lo que dejemos nosotros y arreglarlo todo" y luego cuando termina todo se van en avión de vacaciones. Estaría bien que ayudáseis un poquito. Aunque renunciar a viajar en avión sería algo así como una revolución, la más grande de la historia de la Humanidad, lo cierto es que ni ha empezado ni se le espera.

Añaden que se creó una sociedad basada en la idea de desenterrar los restos fósiles para después, lo más rápido posible, quemarlos en la atmósfera altamente sensible del planeta.

Recalca la gran ignorancia que tiene la gente sobre los "forcings" o los "feedbacks" y tampoco de cómo un desplazamiento de las corrientes marinas bajo las plataformas de hielo flotante de la Antártida puede acelerar el proceso de deshielo. También hay desforestación en los bosques boreales.

Cree que la gente no es capaz de asimilar los informes negativos. "Nos aproximamos a una frontera invisible, más allá de la cual no hay vuelta posible. Lo que estamos haciendo ahora pronto no podrá deshacerse", dice. "Casi nadie se da cuenta de que ya estamos metidos en la crisis. Permanecemos a la espera de que los jefes del rebaño digan que nos detengamos, de que eludan el peligro y nos pongan a salvo", afirma. Añade que desde que en 1988 se dio la primera alerta de que el calentamiento global era obra humana, "las emisiones no se han reducido, al contrario, han subido un 68%  y pese a las energías renovables el mundo utiliza ahora más las fósiles que antes. Seguimos moviéndonos en la dirección equivocada", añade Malena.

La madre cuenta que durante la crisis de su familia descubrieron que tenían "superpoderes". La propia crisis es la solución a la crisis porque cambian nuestros hábitos y nuestra conducta.

Señalan que en Factfulness ni siquiera aparece la crisis climática y de sostenibilidad como algo muy urgente. Les critican por calificar de "cháchara" la preocupación por el cambio climático y que hay que pasar a la acción pero con datos y fríos análisis para resolver el problema pero añaden que la fundación Gapminder ni los tres Rosling no son los únicos, ni mucho menos, que defienden esas ideas. Es una especie de "mainstream". No hay conciencia para actuar y si la hay, no se hace nada.

La autora señala una visita de Greta y su familia a la montaña, en un bar de una cadena rápida paran y los turistas se atiborran de productos cárnicos como si no hubiese un mañana, con kepchut esparcido por el suelo y envases rotos de papel o plástico. Eso le lleva a pensar que vivimos en una planeta limitado pero de una forma ilimitada.

La última parte del libro se refiere a la huelga estudiantil de Greta iniciada el 20 de agosto del 2018 ante el Parlamento con un cartel que ponía "En huelga escolar por el clima". Aunque su padre la vigila tras una columna, ella está sola y, dado que ya es una activista conocida en medios locales, pronto acuden a entrevistarla. Su número de "followers" en Twiter se dispara en los días siguientes. Su huelga es de 9 a 15.00 horas y luego vuelve a casa en bicicleta. Una señora le reprende porque debería ir al colegio y un comercial de una cadena de comida rápida intenta que posen con sus hamburguesas y refrescos pero ella se niega porque no quiere que ninguna marca publicitaria o político se aproveche de su situación. Al comercial les dice que intenta vender sus vacas muertas y ganar dinero, lo que nada tiene que ver con niños que hacen huelga en favor del clima. Concede muchas entrevistas, sus amigos la retuitean, y la madre está orgullosa de que Greta haya superado su bloqueo y pueda hablar ante las cámaras. Su familia también le advierte de que la atacarán sus "haters".

El razonamiento que hace contra los que dicen que Greta tiene que estar en la escuela es que los niños de hoy serán ingenieros dentro de 15 o 20 años y "será demasiado tarde" para que salven el mundo. Los "haters" dicen que el tipo de crisis climática que exige acción o cambio no existe, por lo que les parece "provocadora" la huelga escolar. Los más afectados son los que menos posibilidades tienen de influir a no ser que se hagan oír en los medios de comunicación.

El libro termina con una nueva crisis en la familia, cuando Beata dice que ha descubierto que tiene misofonía. La madre anima a la gente a que salga al "escenario".

lunes, 12 de agosto de 2019

"Cambiemos el mundo", de Greta Thunberg (2019)

Resumen del libro "Cambiemos el mundo", de Greta Thunberg (2019)


Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/08/cambiemos-el-mundo-de-greta-thunberg.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Sociología y Derecho.

Sociología, cambio climático, ecología, sostenibilidad, externalidades

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Ficha técnica

Título: "Cambiemos el mundo"

Subtítulo: Huelga por el clima

Título en inglés: No consta

Autora: Greta Thunberg

Año de publicación: 2019

Publicación en español: Editorial Lumen, Penguin Random House Grupo Editorial, Barcelona, 2019

Número de páginas: 72 + 8 sin numerar

Nota: es una recopilación de discursos y reseñas de prensa

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Biografía oficial de Greta Thunberg (hasta el 2019)

Greta Thumberg es una joven activista climática  sueca. En agosto del 2018 inició una huelga por el clima todos los viernes que se ha convertido en un fenómeno global al haberse expandido de Estocolmo al resto del mundo. Se ha reunido con mandatarios europeos y ha dado discursos, escritos por ella misma en, entre otros foros, las Naciones Unidas y ante los máximos dirigentes de la Unión Europea en Bruselas. Greta ha sido nombrada por Time una de las jóvenes más influyentes del mundo y es candidata al Premio Nobel de la Paz. Junto a sus padres y su hermana Beata, es autora del libro Nuestra casa está ardiendo. Historia de una familia y de un planeta en crisis, que se prevé publicar en el 2019 en Lumen.

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Texto de la contraportada

"Soy Greta Thuberg, tengo quince años y hablo en nombre de la justicia climática. Este es un grito de socorro".

En agosto del 2018, esta adolescente sueca que se ha propuesto luchar por la supervivencia del ser humano comenzó una huelga escolar los viernes que ahora siguen cientos de miles de estudiantes en todo el mundo. En diciembre fue invitada por las Naciones Unidas a hablar en la cumbre sobre el cambio climático. Poco después cruzó Europa en tren para pronunciarse ante los líderes del mundo en el Foro de Davos: "Quiero que entren en pánico - les dijo -. Quiero que actúen como si nuestra casa estuviese ardiendo. Porque así es". Hoy Greta Thunberg es candidata al Premio Nobel de la Paz. Este volumen indispensable recoge todos sus discursos".

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ÍNDICE

- Discurso en Parliament Square. Londres, para la Declaración de la Rebelión XR, el 31 de octubre del 2018

- Conferencia TedX, de noviembre del 2018

- Del discurso en la Marcha por el Clima, Estocolmo, 8 de septiembre del 2018.

- Del discurso en Davos, del 25 de enero del 2019

- De los discursos en Bruselas y Helsinki, el 6 y 20 de octubre del 2018

- Discurso en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP24), en Katowice, el 3 de diciembre del 2018

- Un post de Facebook del 2 de febrero del 2019

- Del discurso ante el Consejo Económico y Social de la UE, Bruselas, en febrero del 2019

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RESUMEN

En agosto del 2018, Greta Thuberg inició una huelga en solitario por el clima ante el Parlamento sueco. El libro recoge sus discursos en la Marcha por el Clima de Estocolmo, en la plaza Parliament Squate de Londres (donde declaró la revolución XR), en la conferencia TedX, en la reunión Young Cop24 de Katowice ante el secretario general de la ONU, así como una charla en el foro de Davos, un post de Facebook y un discurso ante el CES de la UE. En esencia culpa a la actual generación adulta de contaminar el planeta, no hacer nada para impedir el cambio climático y arruinar el planeta para cuando ella sea mayor y tenga hijos. "A ustedes se les están acabando las excusas y a nosotros el tiempo", les reprocha a los dirigentes de la ONU. Las nuevas generaciones heredarán un escenario de pesadilla. Propone dejar los combustibles fósiles bajo tierra y centrarse en la equidad.

La autora, de 15 años, tiene diagnosticado el Síndrome de Asperger, un trastorno obsesivo compulsivo y mutismo selectivo (solo habla cuando lo cree necesario). Sus discursos son corrosivos y ataca la dejadez de los políticos ante el cambio climático. Habla de "emergencia climática" porque solo hay un margen de doce años para impedir que aumenten las temperaturas de forma irreversible. Propone reducir los viajes en avión (ella viaja en tren) y no consumir carne.

Thunber cuenta que cuando tenía 8 años oyó hablar por primera vez del cambio climático, algo que habían provocado los humanos con su estilo de vida. Le dijeron que apagase las luces para ahorrar energía y que reciclase el papel. Le sorprendió que los seres humanos fuesen capaces de cambiar el clima ya que todo el mundo hablaría de ello, pero no se oía nada y todo seguía como antes, sin restricciones para quemar combustible. A pesar de ser una crisis existencial y el mayor problema al que nos hayamos enfrentado, que incluye una sexta extinción masiva, se sigue haciendo todo como antes, indica la autora.

A los once años, enfermó y se deprimió. Perdió diez kilos. No sabe mentir y no tiene interés en el juego social. Para ella, los autistas son normales y el resto gente extraña. En el 2018, fue una de las ganadoras de un concurso de redacciones sobre el medio ambiente del diario Svenska Dagbladet. Luego, se unió a ecologistas de Fossilfritt Dalsland para preparar una huelga al estilo Zero Hour pero luego ella decidió actuar sola y el 20 de agosto se sentó sola ante el Parlamento sueco y repartió folletos. Su mensaje se hizo viral en Twitter e Instagram. Niega que haya alguien detrás de ella o que le paguen. Incluso sus padres, totalmente alejados del activismo, no la secundaron. "No he conocido a ningún activista del cambio climático que esté en la lucha por dinero", afirma. Y se dirige a los políticos: "Si ustedes han hecho los deberes saben que no nos queda otra opción". Reprocha el sistema competitivo donde la gente engaña para ganar. Prefiere cooperar y compartir de forma justa los recursos que quedan en el planeta.

Según Thunberg, países como Suecia deben empezar a reducir sus emisiones un 15 % cada año para mantener la temperatura global por debajo de 2 grados aunque el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático recomienda reducir a 1,5 grados. A partir de ese límite, se generaría una reacción en cadena irreversible que escaparía al control humano. A pesar de ello, los dirigentes políticos ni los medios de comunicación no lo mencionan ni hacen nada. A día de hoy, los gases de efecto invernadero atrapados en la atmósfera y la contaminación ya aumentan la temperatura de 0,5 a 1,1 grados (aunque dejemos de quemar combustibles).

Otro aspecto que considera que nadie habla es del "principio de equidad o justicia climática", expuesto en el Acuerdo de París, para que los países ricos reduzcan sus emisiones a cero entre seis y doce años para que los pobres puedan mejorar su nivel de vida construyendo sus infraestructuras (carreteras, hospitales, centrales eléctricas) que los países ricos ya tienen.

Dice que si nadie hace nada no es por maldad sino porque la gente no tiene ni idea de las implicaciones en su vida diaria. No hay consciencia de que urge un cambio, dice la autora. La realidad es que no hay señales visibles como ciudades inundadas ni países reducidos a escombros. No solo nadie hace nada sino que los climatólogos y ecologistas siguen viajando en avión y comiendo carne y lácteos.

Una de las claves de sus discursos es esta frase: "Si vivo hasta los cien años, en 2103, pero ustedes no piensan en un futuro más allá del 2050. Yo no habré vivido ni la mitad de mi vida y ¿qué ocurrirá después?". Añade que quizás, en el 2075, sus hijos le pregunten por la generación de sus abuelos, los que en el 2018 estaban aquí, por qué no hicieron nada cuando todavía había tiempo para actuar. "Lo que hagamos o dejemos de hacer ahora afectará a toda mi vida y a la de mis hijos y nietos. Y lo que hagamos o dejemos de hacer ahora ni mi generación ni yo misma podremos deshacerlo en el futuro", recalca.

Por dicho motivo, se declaró en huelga estudiantil ante el parlamento sueco. La autora se burla de quienes le aconsejan volver al colegio o convertirse en climatóloga para resolver la crisis climática. Cree que los niños que faltan a clase por la huelga por el clima son un movimiento global al actuar todos juntos. Añade que las ideas motivacionales como proponer placas solares, energía eólica, economía circular, etc... "no funciona" porque las emisiones no han disminuido. Más que esperanza pide acción como poner leyes para reducir el uso de cien millones de barriles de petróleo al día. Dice que las reglas tienen que cambiar.

La autora avisa de que, según Johan Rockström, hay tres años de margen para revertir el aumento de emisiones de gas de efecto invernadero para alcanzar los acuerdos de París (solo tienen un 5 % de posibilidades de lograrlo). A pesar de ello, siguen aumentando las emisiones.

Comenta que en Suecia viven como si tuviesen los recursos de 4,5 planetas (En España es 2,3), por lo que le está robando a las generaciones futuras los recursos de 3,5 planetas. Quiere que esto se pare ya, es un grito de socorro frente a la palabrería hueca. Se queja de que los políticos la ridiculizan y la llaman "retrasada, arpía o terrorista" y se queja de que la prensa mira para otro lado. Les advierte de que "el futuro de las próximas generaciones recae sobre sus espaldas".

Otro de los discursos, como el de Davos, se centra en el hecho de que "nuestra casa está ardiendo", título de su próximo libro. Dice que según el IPCC, en menos de doce años ya no podremos corregir nuestros errores y hay que reducir las emisiones de CO2 al 50 % (sin incluir la cuestión de equidad entre países ni la liberación de gas metano en el permafost del Ártico generado por un efecto de retroalimentación al haber mayor deshielo. Por contra, sí incluye tecnologías de absorción de gases que ni siquiera están inventadas ni desarrolladas a escala planetaria). Advierte que "nos enfrentamos a una catástrofe que traerá consigo un sufrimiento indescriptible para una cantidad enorme de personas". Añade que "resolver la crisis climática es el mayor y más complejo desafío al que el Homo Sapiens se ha tenido que enfrentar". Pero la solución la entiende hasta un niño pequeño: detener las emisiones.

Añade en Davos que "nuestro presupuesto de carbono" se está consumiendo a toda velocidad y debería convertirse en la nueva moneda global y centro de la economía. Cuanto mayor sea la huella de carbono de un país, mayor será su deber moral. No quiere esperanza, "quiero que entren en pánico y que sientan el miedo que yo siento todos los días y que actúen como si nuestra casa estuviese ardiendo".

En otro discurso, habla de las medidas de presión con huelgas estudiantes ante edificios gubernamentales para lograr los dos grados. Se niegan a estudiar por un futuro que podría dejar de existir y que nadie hace nada por salvarlo y cuya educación y retos científicos no significan nada para los políticos. El silencio es lo peor de todo. Cada persona cuenta, como cuenta cada emisión y cada kilo.

En otra charla, en la ONU, culpa nuevamente a los políticos de "habernos fallado" durante los 30 años que los climatólogos advirtieron de la crisis en ese foro mundial. Hablar del eterno crecimiento económico verde es otra de las malas ideas de los políticos, que le están dejando la carga a sus hijos. Lo único sensato es echar el freno de emergencia. "Estamos a punto de sacrificar nuestra civilización por las oportunidades de ganar enormes cantidades de dinero para un reducido número de personas y sacrificar la biosfera para que algunos países ricos como el mío puedan vivir con lujos pèro es el sufrimiento de muchos el que costea esos lujos", dice.

Ante el CES de Bruselas, critica que la UE proponga un nuevo objetivo de la reducción del CO2 al 45 % de lo que había en 1990 en el 2030 pero ella dice que "no basta" para proteger el futuro de los niños y niñas que están creciendo hoy. Habría que reducir vuelos comerciales y transporte marítimo. "Una vez más esconden su desastre bajo la alfombra para que nuestra generación lo limpie y lo solucione", dice. Y recalca que "Si insisten en que estamos malgastando un valioso tiempo de clase, permítanme que les recuerde que nuestros dirigentes políticos han malgastado décadas con su negación e inactividad". Termina diciendo: "Hemos empezado a limpiar su desastre y no pararemos hasta que hayamos acabado".







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