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domingo, 14 de marzo de 2021

"Gustar y emocionar", de GiIles Lipovetsky (2020)

 Resumen del libro "Gustar y emocionar", de GiIles Lipovetsky (2020)

Para ver el resumen original y actualizado ver el siguiente link: 

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Ficha técnica

Titulo:  "Gustar y emocionar", 
Subtítulo: Ensayo sobre la sociedad de la atención 
Título original: Essai sur la Société de séduction
Autor: GiIles Lipovetsky 
Año: 2020
Editorial: Anagrama, argumentos, Barcelona, 2020

Páginas: 473

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Texto de la contraportada

Dice Racine en el prologo a Berenice que "la regla principal es gustar y emocionar: todas las demás solo están hechas para alcanzar la primera". Gustar,emocionar: es decir, seducir. En este libro Gilles Lipovetsky aborda el asunto desde dos ángulos. En primer lugar, la seducción erotica desde los mecanismos de cortejo en las sociedades primitivas hasta los portales de Internet para encontrar pareja o ligues. Pero hay un segundo campo más amplio, en nuestra sociedad actual las técnicas de seducción también se aplican en otros dominios : la economía, política, educación, los medios de comunicación. Entramos en lo que el autor califica de donjuanismo consumista.

El imperativo ya no parece ser obligar, ordenar, disciplinar y reprimir, sino gustar y emocionar mediante la seducción. La seducción que nos envuelve provoca la emergencia de una individualizacion hipertrofiada en relación con el otro, genera un modo de intervenir sobre el comportamiento de los individuos y de gobernarlos en las sociedades democráticas liberales. Este ensayo aborda con precisión y en profundidad esos mecanismos y como afectan a nuestras vidas.


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Biografía de Gilles Lipovetsky (hasta 2020)

Lipovetsky es el autor de los celebrados ensayos La era del vacío , El imperio de lo efímero, El crepúsculo del deber, La tercera mujer, Metamorfosis de la cultura liberal , El lujo eterno (con con Elyette Roux), Los tiempos hipermodernos ( con Sebastien Charles), La felicidad paradójica, La sociedad de la decepción, La pantalla global (con Jean Serroy), La cultura-mundo (con Jean Serroy), El Occidente globalizado (Con Hervé Juvin), La estetizacion del mundo (con Jean Serroy), y De la ligereza, publicados todos ellos en Anagrama.

Ha sido considerado el "heredero de Tocqueville" y Louis Dumont y "una estrella de los analistas de la contemporaneidad". Es Caballero de la Legión de Honor y doctor honoris causa por las universidades de Sherbrooke (Quebec, Canadà), Sofía (Bulgaria) y Aveiro (Portugal).


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INDICE

Introducción

Deseo de gustar y seducción soberana
La irresistible extensión del ámbito de la seducción
¿Sociedad seductora o universo antiseductor?
Cambiar de paradigma
La seducción creadora
Por una seducción aumentada

Primera parte
La seducción erotica

1. De la seducción limitada a la seducción soberana
Amplificar el poder de seducción
La seducción superlativa: hetarias, geishas y estrellas.
La seducción controlada
Matrimonio por amor y seducción soberana

II. Cortejar,filtrear, ligar
Filtreo y relaciones modernas
La seducción anticonvencional
El hipermercado de la seducción

III. Del gesto a la palabra
Al principio fue el gesto
El modelo galante
Del cortejo sentimental a la seducción cool
¿Tiene futuro la galantería?

IV. El adorno o la artealización del cuerpo
La artealización del cuerpo
El atavio y la excepción humana
Señales honestas y seducción engañosa

V. La belleza tentadora
La belleza sin límites
El triunfo democrático del maquillaje
El "no se que" y la seducción singular
La seducción prohibida
¿Tiranía de la seducción?

VI. El hechizo de la moda
El atractivo de la inconstancia
La individualizacion de la apariencia
La erotización de las apariencias

Segunda parte
La sociedad de seducción

Seducciones extraeróticas
La seducción en régimen continuo
"Gustar y emocionar"

VII. El capitalismo de seducción
La industrialización de la seducción
Economía de mercado y conquista a los consumidores
La magia de lo nuevo y de la variedad
Actividades de ocio y entretenimiento
Estilización y erotización de la mercancía
Marketing, ficciones, redes sociales: el imperio de los afectos
Velocidad y movilidad
El culto a las marcas
¿La economía colaborativa contra el hiperconsumo?

VIII. La política o la seducción triste
De la propaganda al marketing político
Los nuevos resortes de la seducción política
La política en la era del entretenimiento mediático
El encanto perdido de lo político

IX. El estadio Cool de la educación
Los padres y el desarrollo pleno del niño
La escuela atractiva
Educación y fascinación digital

X. Seduccion, manipulación,alineación
¿Amaestramiento o seducción?
Engaño, estafa y seducción
¿Manipulación o desinvidualización?
Seducción y frustración
Seducción e infantilización
¿Alineación, adicción o seducción?
Malestar en la civilización seductora

XI. Mañana, ¿como será la sociedad de la seducción?
¿Ecología contra seducción mercantil?
La ilusión del posconsumismo
Seducción negra
La sociedad de seducción vigilada
¿Divertir o embrutecer?
Innovación, formación y creación 



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RESUMEN 

El libro hace un repaso histórico al filtreo y la galantería para llegar después al estudio de las redes sociales como Facebook, que apuestan por los likes y el me gusta, la noción de amigo y un mundo sin enemigos que puedan poner un "no me gusta". Facebook y sus algoritmos cumplen lo que el autor denomina como Gustar (por los likes) y Emocionar (porque los usuarios se emocionan al recibir un like o no recibirlo. Sin embargo, el autor cuestiona que los usuarios de Facebook y otras plataformas sean explotados ya que ellos mismos se implican emocionalmente en estas redes.
Dice que la galantería es la nueva forma de sociedad que usa el encanto, lo cool, el look o lo light para atraer a sus consumidores. Sin embargo, detrás sigue latente el culto al negocio, razón por la cual tantos jóvenes montan start-ups.
Revalca que la sociedad hipermoderna consiste en el nuevo lugar que ocupa el conocimiento en el trabajo y el sistema económico y que ya anticipó Daniel Bell como capitalismo cognitivo o sociedad postindustrial.
El gustar y emocionar pretende captar afectos, deseos, gustar, emocionar, tentar, etc... es un poco lo que hace la sociedad de la seducción, los mercados o los políticos. Dice que la economía actual ha generado un "donjuanismo" generalizado y ha fomentado las actividades de ocio y entretenimiento.

Esta sociedad que él denomina "de la seducción" se basa en la vieja sociedad del consumo o del hiperconsumo. Critica a quienes dicen que la sociedad debe abandonar el consumo y vivir en una "sobriedad feliz" porque creen que la novedad y la innovación permite reducir el gasto de consumo (lo que hace que los productos se vuelvan obsoletos y sean sustituidos por otros más eficientes; es una solución a la obsolescencia programada). Añade que el deseo de novedad y de modernidad puede más que la idea de volver atrás y además ahora los consumidores son prosumidores y ellos mismos se informan en Internet y no están tan manipulados como en la sociedad que reflejan series como Mad Men. Ve ilusorio apostar por el decrecimiento y la reducción virtuosa de las necesidades.
También duda que la economía colaborativa (Airbnb, uber) y la idea de compartir no deja de ser ilusoria y no rechaza el consumo sino que lo hace más atractivo.


También interpreta el yihadismo y la violencia como una especie de ansias por salir en la tele o convertir una vida insulsa y mediocre en las afueras de París en un héroe de la causa y en una celebridad. Interpreta así el gran boom de reclutas que se alistaron en el ISIS en Siria. Señala que la violencia y brutalidad buscaban captar mayores audiencias en Internet, donde todo ha de ser magnificado.
Respecto a la sociedad capitalista señala que no hay ninguna alternativa viable de recambio ahora mismo y que no habrá ninguna Gran Noche de las alternativas radicales por lo que seguirá el mismo camino de tecnociencia, mercado e individualizacion democrática, siendo la sociedad de la seducción uno de sus productos.
También habla de la sociedad de la seducción de la vigilancia, en la que los aeropuertos están llenos de cámaras pero los pasajeros está encantado de que haya tiendas de lujo y boutiques. Otros aspectos son las Smart cities o el data mining o el data marketing donde no hay coacción ni un Big Brother policial al estilo de Foucault sino una vigilancia desmaterializada que se lleva a cabo a partir de prácticas hedonistas como compras, viajes, música, post, textos, tuits. Dice que los individuos saben que están siendo rastreados y geolocalizados y siguen entregados a sus prácticas digitales de entretenimiento y comunicación. La sociedad de la seducción no es antinómica con la nueva sociedad de la vigilancia: constituye una de sus condiciones de desarrollo. Añade que cuanto más se multiplican las actividades cotidianas relacionadas con la seducción-mundo, más se refuerza el poder de la vigilancia de datos.

Uno de los problemas que apunta de la sociedad de la seducción es que "frustra" a la gente precipita la ruina y la cultura y embrutece a las masas pero el autor replica que la gente lee más que hace 30 años o aprende a tocar instrumentos musicales mucho más que hace décadas. 

lunes, 12 de noviembre de 2018

"La sociedad del descenso", de Oliver Nachtwey (2017)

Resumen de libro "La sociedad del descenso", de Oliver Nachtwey (2017)

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/11/la-sociedad-del-descenso-de-oliver.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, estructura social, clases sociales,
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Ficha técnica

Título: "La sociedad del descenso"

Subtítulo: "Precariedad y desigualdad en la era posdemocrática"

Título en alemán: "Die Abstiegsgesellschaft"

Autor: Oliver Nachtwey

Fecha de publicación: Berlín, 2017

Publicación en español: Espasa Libros, Paidós, Estado y Sociedad, Barcelona, 2017

Número de páginas: 233

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Biografía del autor Oliver Nachtwey (hasta el 2017)

Oliver Nachtwey, nacido en 1975, es "fellow" del Instituto de Investigaciones Sociológicas de Fráncfort. Ha enseñado e investigado en las universidades de Jena, Tréveris, Darmstadt y Fráncfort.

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Texto de la contraportada

"El ADN político de las protestas actuales lo constituyen los derechos sociales y políticos; la democracia y la igualdad de derechos son el motor principal del nuevo conflicto democrático-social" (Oliver Nachtwey)

"El ascensor social parece haber frenado, los títulos universitarios ya no dan seguridad y los trabajos son cada vez más precarios. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué la movilidad social ha sufrido un revés y ya no va en ascenso sino en descenso? ¿Es la nuestra una sociedad regresiva, precaria y polarizada?

El prestigioso analista Oliver Nachtwey revisa las causas de esta tendencia y analiza los conflictos que ello genera. Si bien la salida de la crisis parece estar llegando, los enfrentamientos que están afectando a toda Europa son cada vez más evidentes: nuevos movimientos de izquierda y luchas obreras por un lado y, por el otro, protestas xenófobas y populismo de derechas. Un análisis certero y agudo de la realidad social que estamos viviendo".

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ÍNDICE

1. La modernidad social

2. Un capitalismo (casi) sin crecimiento

3. La modernización regresiva

4. El descenso social

5. (Re)acciones en contra

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RESUMEN

Comentarios iniciales: Certero diagnóstico de la época 1971-2018 en el que el autor explica de forma clara y concisa cuestiones como el estancamiento del crecimiento económico, la precariedad, el desmoronamiento del Estado del Bienestar, el aumento de la desigualdad y otras cuestiones.

El autor dice que entre 1945 y 1971 hubo una época dorada impulsada por el Estado del Bienestar (un producto del keynesianismo económico y patriarcal) donde todos los trabajadores tenían su vida resuelta. Había un crecimiento anual del 4,8 %, un Estado del Bienestar que ofrecía educación y sanidad gratis para todos, pleno empleo, salarios en continuo aumento, un ascensor social gracias al que el obrero subía de categoría y sueldo y su hijo entraba en la universidad,  empleo seguro para toda la vida, pero con algunos puntos oscuros como el hecho de que las mujeres quedaban confinadas como amas de casa y las minorías étnicas y otros colectivos quedaban marginados. Pero a efectos generales suponía un gran avance respecto a épocas pasadas porque ofrecía una gran estabilidad a los trabajadores y las familias y oportunidades de ascenso y una mayor igualdad vertical entre clases (no había igualdad horizontal, ya que las mujeres quedaban relegadas). Se llegó a decir que el sistema de clases había desaparecido pero, según el autor, siguió latente hasta que volvió a aflorar a partir de la crisis del 2008.

Este sistema basado en el Estado del Bienestar (y los 30 años gloriosos) se comenzó a desmontar a partir de 1971, cuando el presidente Nixon renunció al sistema económico diseñado en Bretton Woods en 1945 [nota del lector: a Nixon no le quedó otro remedio para relanzar la economía]  y que supuso un cambio del patrón dólar. A partir de ahí comenzó un periodo de inestabilidad financiera debido a la mayor flexibilidad de los mercados y desregulación del sector, con lo que hubo una cadena de borrascas o crisis concatenadas (1973, 1979, 1980, 1987, 1992, 1999-2000, 2008) y con un desempleo mayor, así como mayor precariedad laboral, estancamiento,  falta de crecimiento económico (solo un 2 % o un 3 %), así como una mayor desigualdad entre clases.

La idea del "estancamiento secular" (parón económico entre 1971 y 2016) se remonta a Keynes (en el contexto de la Gran Depresión) pero la más reciente procede del expresidente del Banco Mundial y exsecretario del Tesoro estadounidense Larry Summers y el premio Nobel de Economía Paul Krugman. Definen así a la fase actual de desarrollo capitalista. Según el autor, temían que los Estados industrializados estuvieran sometidos a un periodo perdurable (de ahí lo de "secular") de crecimiento económico muy bajo. Por ello, un capitalismo (casi) sin crecimiento podría convertirse en la "nueva normalidad" y, de hecho, afirma el autor, "en el octavo año de la gran crisis (2008-2016), la economía no ha reflotado todavía. El banco HSBC pronostica que por ahora no va a haber un retorno al camino del crecimiento autosostenido, cree que las naciones industrializadas han llegado al final de una larga área de expansión y espera un periodo de estancamiento. "Los pasados de los pasados decenios (pensemos en la liberalización del comercio mundial, las innovaciones tecnológicas, un "capital humano" mejor formado o la integración de la mujer en el mercado laboral ya se han agotado" (King, 2013). Estamos, por tanto, ante un "capitalismo poscrecimiento".


A efectos de la mejora de vida de los trabajadores (la llamada "modernidad social"), el autor admite que en el Estado del Bienestar había un "ascensor social" en el que el rico y el pobre subían juntos en el mismo elevador (el hijo del obrero entraba en la Universidad) pero que en el nuevo sistema desrregulado actual funciona una "escalera mecánica" donde los más ricos van en la parte delantera y una vez que llegan primeros a la primera planta pueden hacer allí sus "compras" o subir a una planta más alta. En cambio, los que vienen detrás no solo nunca llegan a la planta primera sino que, encima, la escalera mecánica cambia de sentido y empieza a bajar, por lo que la movilidad social es en descenso, hacia puestos de trabajo precarios y con salarios próximos a la pobreza (el hijo del obrero que se tituló en la Universidad ahora trabaja en horario partido como cuidador en una guardería).

Respecto a las crisis, el autor dice que entre 1971 y 2016 (época de la regresión social y de estancamiento) hubo una especie de oasis de mejora económica (entre 1980 y 2008) pero sin que esto alterase la nueva estructura basada en la precariedad y el renacer de las clases y la desigualdad ya preconfigurada.

El autor habla de una "modernidad social" en referencia a que entre 1971 y el 2016 se mejoró la condición laboral de la mujer (que se reincorporó a los puestos de trabajo) y de las minorías étnicas, para las que hubo una discriminación positiva. Pero a nivel de crecimiento económico, cree que hubo un "parón" tecnológico. Señala que la revolución informática (Internet, smartphone) tuvo una incidencia e impacto mucho menor que otras tecnologías de consumo como la llegada del coche barato, la lavadora o el teléfono, que entraron en los hogares de forma masiva. Un ejemplo es que ahora aquel que es considerado un "pobre" tiene en su casa todo tipo de modernos aparatos electrodomésticos y cubre sus necesidades primarias básicas.

En las gráficas desde 1970 a 2016 se observa una tendencia a la baja que revela que el modelo está agotado por falta de crecimiento económico (es lo que llama capitalismo sin crecimiento). La solución para generar recursos fue privatizar todo el sector público, convertir en negocio la sanidad, crear nuevos "nichos" (educación, sanidad) que antes estaban gestionados por el sector público en aras de la eficiencia. Pero dice que el autor que el problema de esta ideología neoliberal es que se convirtió en "totalitaria" desde el momento en que la "ideología de mercado" se inmiscuyó e impregnó la vida privada de la gente y metió su discurso mercantilista en los hogares. Además, el contribuyente y ciudadano pasa a ser "cliente". Esto se ha generalizado tanto que incluso en la Administración Público los funcionarios deben tratar a los ciudadanos como "clientes". Al Gobierno de los mercados se le denomina ahora "posdemocracia".

En las gráficas se observa como en 1971, los salarios estaban ligados a la productividad pero, a partir de esa fecha, los salarios se quedan estancados mientras que la productividad aumenta. [nota del lector: esto podría deberse a los llamados efectos invisibles de la revolución informática: si un oficinista hacía un trabajo en una jornada, ahora lo hace en medio gracias a los ordenadores pero su salario sigue siendo el mismo o más bajo]

En una de las gráficas, se puede ver cómo el desarrollo del PIB en Alemania y la UE se desploma entre 1961 y el 2012 (a pesar de los altibajos, hay que fijarse en la progresión lineal, la línea que une ambos extremos del período, que es claramente descendente). En la OCDE, el resultado desde 1971 a 2010 es el mismo (la media de crecimiento baja del 4 % al 2 %).

En otra gráfica se ve como la tasa de beneficio empresarial también baja del 23 % al 15 %, o se mantiene estable entre el 11 y el 13 %.

A ello se suma, según otra gráfica, que el desarrollo de la tasa de inversión bruta a nivel mundial y la OCDE entre 1960 y el 2012 se hundió del 22 al 21 % (en el mundo) y del 21 al 19 (en la OCDE). En el caso de Alemania, cae del 25 % del PIB al 17.

Una de las matizaciones que hace el autor es que, aparentemente, el sector industrial disminuyó y ahora es prioritario el de servicios pero sospecha que la industria sigue ahí pero desmenuzada: antes una empresa automovilística se incluía como industrial (lo que incluía la cadena de montaje pero también las oficinas o la cantina) pero ahora la matriz se ha difuminado en miniempresas separadas (una para el I+D, otra para la cantina, otra para la contabilidad) que ya no son computadas como sector industrial sino como servicios.

En cuanto a los salarios, distingue entre salarios reales (99,1 %) y salarios del convenio (108), por lo que detecta un desfase.

Otra de las claves es la externalización y partición de una gran empresa en una miríada de sociedades, cada una sin convenio colectivo y salarios baratos, lo que supone una pérdida de estatus para los trabajadores.


El autor señala que en la "modernidad social" (1945-1971) se nivelaban hacia arriba las posiciones de clase, especialmente mediante la concesión de iguales derechos cívicos. Pero en la "modernidad regresiva" (1971-2016), en cambio, con la "sociedad del descenso" se constituye una multiplicidad de estructuraciones de clase orientadas hacia abajo. La mayor parte de los trabajadores "free lance" o interinos llevan una vida precaria. El autor indica que para unos pocos (por ejemplo, los especialistas en tecnologías de la información) es una ganancia de autonomía (sin jefes ni horarios). De ahí que no se produzca (como esperaban hasta hace bien poco algunas personalidades importantes (Standing, 2011), la formación de un "precariado" como nueva clase social. El autor añade que "hasta ahora no ha surgido ni un potencial de acción ni una conciencia de clase capaces de arrastrar a las masas". Como tampoco hay un precariado, sino muchos precariados (Bude, 2006).

Una de las cuestiones que plantea Nachtwey es si se puede dar un nuevo conflicto de clases ahora que ya no hay clases (tras finalizar la lucha obrera y canalizarla a través de los convenios de empresa creados en el Estado de Bienestar y luego alcanzar la ansiada clase media sin que apenas hubiese huelgas destacables a cambio de implantar un salario mínimo; y una vez que el debate se centró en las subidas del IPC o mejoras del convenio o cuotas políticas, el sindicalismo perdió parte de su caracter moral), o si va a haber otro tipo de conflictos ya que la afiliación a los sindicatos es muy baja. El propio concepto de clase parece trasnochado o una reliquia anacrónica pero resurge con el aumento de desigualdades entre ricos y pobres a partir del 2008. Por un lado, afirma, hay un grupo que siente rencor y resentimiento porque sabe que ya nunca más va a poder escalar socialmente y se verá relegado a puestos poco remunerados.
Por otro lado, la sociedad del descenso se caracteriza por una creciente desigualdad y los derechos sociales y económicos del ciudadano se ven una y otra vez pisoteados y no dejan de surgir nuevas estructuraciones de clase.
Añade que en la posdemocracia, los canales de articulación de los intereses se ven obstruidos por el consenso en cuanto a los condicionantes, lo que produce una "crisis de representación" de la democracia parlamentaria. Los problemas de legitimización se producen por las nuevas desigualdades sociales y democráticas que el "viejo" Estado tardocapitalista había conseguido reducir.

Menciona la Agenda 2010 como una nueva fase de la liberalización del mercado laboral en Alemania  (los minijobs).

El autor señala que, a partir del 2008, hay miniconflictos, como por ejemplo, las acampadas de los indignados de España (germen del partido Podemos). En el 2015, hubo una ola de huelgas en la Administración alemana e incluso en Amazon. Las luchas obreras ahora se han trasladado al sector servicios (donde los convenios colectivos fueron "perforados"). Los sindicatos, tras las privatizaciones, quedaron muy debilitados. Ahora las protestas son "flashmobs", consignas en la ropa, campañas de Internet y además se consulta a las bases. Incluso hubo una protesta de limpiadoras (las "invisibles"), los sanitarios (por razones de una ética profesional que no es atendida) o los comerciantes minoristas, en general para que el patrono les concediese su estatus de empleado. No solo eso sino que una mujer inmigrante tiene difícil aspirar a entrar en un convenio colectivo.

El autor comenta que los conflictos laborales están aumentando de nuevo pero con un contenido añadido (por ejemplo, un reparto más equitativo de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos, la vivienda, la calidad de vida urbana). Esto se debe a que el sector que protesta es el de los servicios industriales, que están afincados en las ciudades. De ahí que también haya quejas por la "gentrificación" (la expulsión de los pobres de los barrios urbanos), o por la falta de guarderías.

Otro tipo de protestas se refieren a las acaecidas en el sur de Europa tras el colapso financiero del 2008 que incluyó drásticos programas de austeridad en los países en crisis. El Estado social quedó desmantelado y se recortaron las prestaciones en el sector sanitario y educativo. Curiosamente, un activista convocó una manifestación en Facebook contra la precariedad y fue más gente que a otra que organizaron fuerzas de izquierdas.

A todo esto se suman las revueltas urbanas en Francia o Reino Unido en barrios estigmatizados y deprimidos (las "banlieues" parisinas). Eran revueltas sin programa ni acción colectiva. Parecía más una descarga emocional o ira.

En el caso de Occupy Wall Street o los Indignados españoles, se ocuparon plazas y se hicieron acampadas a modo de laboratorios. Luchaban por los derechos civiles y la participación ciudadana. Eran movimientos urbanos que denunciaban el incumplimiento de la promesa del capitalismo moderno de garantizar tanto la igualdad en la prestación de servicios y oportunidades como el ascenso y la seguridad sociales mediante la educación y la formación. El autor dice que estos movimientos son el resultado de la "desinstitucionalización" del conflicto social y expresión del descontento porque al acabar la carrera a los estudiantes les esperaban trabajos precarios e infracualificados y el paro (es la "sublevación de los diplomados", según Kraushaar).

En el caso de la generación española, tienen un nivel de cualificación históricamente sin precedentes, domina varios idiomas extranjeros y asesora experiencias en el extranjero. Pero sus miembros, llegados a una cierta edad, no pueden fundar una familia y no tienen más remedio que seguir viviendo con sus padres, pues ni tienen derecho a prestaciones sociales ni se pueden alquilar una habitación en un piso compartido.

Posteriormente, el movimiento se reorientó (compromiso con los barrios, antidesahucios, solidaridad local con comedores) y surgió el partido populista democrático Podemos con su mensaje anti-casta, se gobierna por círculos aunque luego apostó por un liderazgo carismático, según dice el autor.

En la misma época surgieron la Primavera Árabe y Occupy Wall Street. [nota del lector: es evidente que estamos ante un conflicto generacional en varias partes del mundo debido a la presión demográfica, ya que casualmente los manifestantes de todos estos movimientos eran gente joven muy descontenta]

El autor señala que lo que aglutinaba a los manifestantes de Occupy Wall Street y a otras protestas a nivel internacional era el eslogan "somos el 99 %", ese enorme grupo de gente que quedó excluido del bienestar social y de toda posibilidad de influjo político. Pedían redistribución económica (la sociedad del descenso) y la del dominio público (la posdemocracia), así como a que esté representada la mayoría de la población.

Otro detalle es que estos nuevos movimientos sociales defendían una postura "posmaterial": para ellos, la autonomía, la participación y la autodeterminación eran tan importantes como la creatividad y la libertad. A mayores, Occupy Wall Street hizo crítica social y pidió más justicia social y una justa redistribución de la riqueza.

Estos nuevos movimientos defendían unos "proyectos en la sociedad" y no "la sociedad como proyecto" del movimiento obrero. Era un movimiento antisistémico que incluía como proyecto a toda la sociedad (criticaba el papel de los bancos en la crisis financiera como elementos relevantes del sistema, el capitalismo había experimentado un cambio sistémico y la democracia corría pareja al orden político. Surgió una especie de populismo democrático en contra del "establishment", se desmarcaban de los tradicionales partidos y sindicatos (las élites) y asociaban el conflicto social al llamamiento de una "verdadera democracia para toda la humanidad". Era un impulso radical-democrático que constituía una política antiinstitucional (la política de la primera persona y el rechazo a la figura de los delegados).

Populismos

El último capítulo está dedicado al populismo. Dice que hay una nueva figura que es el "ciudadano rabioso", entre los que abundan nostálgicos del mayo del 68 que ahora son burgueses, así como expertos (delegan las decisiones en profesionales y forman parte del proceso posdemocrático). Hay latente un "conato autoritario" que apuesta por una convivencia eficientemente conducida por expertos.

El autor añade que a esto se suma otro tipo de protesta ciudadana de los privilegiados  (pone como ejemplo a Pegida,  en Alemania oriental y sajona), que proclama: "somos el pueblo". Es una corriente neoautoritaria basada en el resentimiento. El autor dice que es la expresión de una clase media aquejada y radicalizada por el miedo al descenso y de una rebelión regresiva en contra de una democracia "configurada a imagen de los mercados".
 En el resto de Alemania hay los llamados movimientos "pro" (pro esto, pro lo otro) que se hacían pasar por movimientos ciudadanos pero que, según el autor, en el fondo alentaban un fuerte resentimiento antiislámico y pro extrema derecha.

En el caso de Pegida se desmarca de la extrema derecha y hace hincapié en el carácter ciudadano de sus consignas derivadas de kos valores occidentales de la Ilustración, la democracia,  la libertad, la autodeterminación y el Estado de Derecho. Es una variante regresiva de la nueva protesta política. Al igual que con ocupa Wall Street, los ciudadanos salen para reclamar democracia, redistribución  de recursos y jerarquía social,  pero ahora estás consignas las gritan "enrabietados" ciudadanos de derechas. Las críticas también son contra los de arriba (políticos,  empresas, periodistas). También hay un movimiento social identitario por la integración cultural y los valores de un mundo que ha perdido el norte. No se trata tanto de una cuestión de reconocimiento o de diferencia étnica como del contenido de unos derechos consolidados.

Añade el autor que para la clase media baja, la dura competencia social y la lucha por el bienestar, así como las frustradas expectativas respecto al ascenso y a la seguridad son las principales factores que conducen a una "desnormativización" y "barbarización" de los conflictos sociales.

El autor ve detrás una reproducción del autoritarismo en la empresa que favorece la desvalorización de los demás.

Concluye que en el  capitalismo poscrecimiento cada vez hay menos grupos que avanzan en el plano social pues para los buenos puestos de trabajo hay demasiados solicitantes con alta cualificación. Ahora, uno tiene algo que perder, la precariedad no delata un fracaso personal sino que es una experiencia colectiva.por otra parte, las nuevas protestas son descentralizadasus y hay mayor participación democrática. Hay protestas a favor de la democracia y la igualdad de derechos. hay un conflicto democrático-social (algunos ven un peligroso desgarro).

Para el autor,  la modernidad social no va a volver.  Teme que la modernización regresiva y la política posdemocracia puedan generar una corriente autoritaria que se enajene y vacíe los fundamentos liberales de nuestra sociedad. Es el gemelo malvado de la rebelión democrática, alimentado por una mezcla de resentimiento antidemocratico y de pulsión religioso-identitaria. Por eso propone buscar alternativas para hacer una modernidad solidaria. 

lunes, 24 de septiembre de 2018

"Teoría King Kong", de Virginie Despentes (2006)

Resumen del libro "Teoría King Kong", de Virginie Despentes (2006)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/08/teoria-king-kong-de-virginie-despentes.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, feminismo, derechos de la mujer, estructura social, posfeminismo

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Título: "Teoría King Kong"

Título original: "King Kong Theory"

Autora: Virginie Despentes

Edición original: Éditions Grasset & Fasquelle, París, 2006

Edición en español: 2007,  Barcelona, 2018 , Penguin Random House GE

Páginas: 175

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Biografía oficial de la autora (hasta el 2018)

Virginie Despentes (Nancy, Francia, 1969) es novelista y directora de cine. A los 17 años dejó el instituto y se marchó a vivir a Lyon, donde encontró empleo en una tienda de discos, colaboró en revistas musicales, cantó en un grupo de rap y trabajó en un peepshow. La popularidad le llegó con su primera novela, Fóllame, que fue llevada a la gran pantalla. Desde entonces, ha publicado Perras sabias, Lo bueno de verdad, Teen Spirit, Bye Bye Blondie, Apocalyse bebé y la trilogía Vernon Subutex, un retrato demoledor de la sociedad contemporánea francesa que la ha reafirmado como una voz imprescindible de las letras de su país. Publicado por primera vez en 2006, Teoría King Kong la convirtió en uno de los referentes del posfeminismo. 

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Texto de la contraportada

"Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica, pero también para los hombres que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no son ambiciosos, ni competitivos, ni la tienen grande. Porque el ideal de la mujer blanca, seductora, que nos ponen delante de los ojos es posible incluso que no exista".

"Teoría King Kong - con la espléndida traducción revisada de Paul B. Preciado - es uno de los grandes libros de referencia del feminismo y de la teoría de género, un incisivo ensayo en el que Despentes comparte su propia experiencia para hablarnos sin tapujos ni concesiones sobre la prostitución, la violación, la represión del deseo y la pornografía, y para contribuir al derrumbe de los cimientos patriarcales de la sociedad actual".

"Despentes se ha convertido en una especie de heroína de culto, una santa patrona de las mujeres invisibles"

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ÍNDICE

Tenientas corruptas

¿Te doy o me das por el cul?

Imposible violr a una mujer tan vicisa

Durmiendo con el enemigo

Brujas porn

King Kong Girl

Buena suerte, chicas

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RESUMEN

Comentarios previos: la autora del libro defiende una tesis feminista y no se corta nada pues habla con un lenguaje coloquial muy crudo y sin eufemismos, directo al grano y llamando al pan pan y al vino vino. Dice las cosas claras para que todos y todas la entiendan. Habla de la vida misma y de su experiencia personal, brutal. A veces, recurre a la ironía o hace comparaciones algo forzadas, pero lo importante del libro es el mensaje feminista que quiere transmitir examinando las situaciones de violencia a las que son sometidas las mujeres por parte de los hombres y contado desde su propia experiencia: multiviolación (como joven víctima), prostitución (como joven ejerciente de lujo), cine porno (como directora), o el propio matrimonio patriarcal.

La autora Virginie Despentes representa la voz de una generación de mujeres que buscan un cambio social para alcanzar una igualdad de géneros. Despentes se alza como voz de las "feas", las perdedoras e invisibles en una sociedad machista y patriarcal que enfoca el éxito de la mujer en la belleza femenina y no en su bagaje intelectual, por ejemplo. Supone un soplo de aire fresco. Otro sociólogo francés, Lipovietsky, ya indagó en las consecuencias de la presión por la estética.


Despentes divide el libro en cinco partes: en primer lugar, habla de las mujeres feas, gordas, perdedoras, insatisfechas sexualmente por su hombre y vagas que no interesan a los hombres ni encajan en el prototipo femenino de mujer de éxito, blanca y emprendedora, y que, por tanto, quedan marginadas en la sociedad. Pero, en un potente discurso, las anima a salir adelante ya que el ideal femenino de mujer, ni siquiera existe en la realidad.

 En segundo lugar, cuenta que siendo muy joven ella y una amiga, que vestían en estilo punk y estaban alegres y borrachas, volvían de un festival de música y hacían autostop y las recogieron en coche tres amigos, que luego las violaron en un bosque amenazándolas con una escopeta y dándoles una paliza. Ella llevaba una navaja pero no la usó, lo que sorprendió a los chicos, que pensaron que entonces es que a ellas les había gustado. La autora comenta que tuvo que afrontar esta terrible realidad, que cometieron un error al no bajarse de inmediato al meterse en un coche con tres chicos, y que ellos quizás no vieron ningún delito ni culpabilidad en lo que hicieron debido a su cultura machista. Ella se queja de que las mujeres violadas son juzgadas por la gente por si hicieron algo provocativo, si en realidad les gustó o si no se resistieron lo suficiente ni recibieron una buena paliza o no murieron resistiendo.

En el segundo capítulo, cuenta su experiencia trabajando como prostituta durante dos años, mientras era una empleada precaria pero honesta en un servicio de revelado de fotos de Lyon. Dijo que se metió en el tema de las citas porque era dinero fácil, ganaba más que como trabajadora precaria y porque le sirvió para ganar experiencia en el sexo. Dice que usaba el Minitel (el antecesor de Internet en Francia en los años 90) para hacer contactos. Sus clientes eran sobre todo muchos sexagenarios solitarios y tristes con dinero que la trataban con suma amabilidad. El hecho de vestirse con tacones y minifalda (para ella, un disfraz) la convirtió en “supermujer” y “superfemenina” y se dio cuenta del poder que tenía ante los hombres al pasar por la calle. Sostiene que la prostitución siempre se ha presentado como algo rodeado de miseria (y no como una libre elección profesional de la mujer para ganar una buena suma de dinero). La razón de ilegalizar o hacer clandestina la prostitución, en vez de legalizar todo y poner unas condiciones dignas de trabajo, es que el verdadero motivo es ponérselo difícil al hombre para obtener sexo diario fuera del matrimonio. Parece una táctica para obligarlo a contraer matrimonio si quiere sexo gratis a diario, pues así lo estipula el contrato matrimonial. Se queja de los hombres pican en el matrimonio porque la prostitución es casi clandestina. Insiste en que la prostitución podría ejercerse con total normalidad y en buenas condiciones laborales, pero nadie se interesa ya que las propias mujeres prefieren que el hombre vea una imagen de clandestinidad, de inmigrantes ilegales secuestradas, que casi roce la ilegalidad, de forma que el matrimonio sea la opción más aceptable para tener sexo garantizado. En cuanto a la mujer, el matrimonio se convierte en otra trampa en la que su contrato le estipula obligaciones como hacer las labores domésticas gratis, cuidar a los niños gratis y dar una tarifa plana de sexo al marido. Comenta la cercanía entre una casada "mantenida" y rica y, salvando las distancias, una prostituta, ya que ambas han recibido una contraprestración económica por yacer con un hombre, una mediante un contrato matrimonial con un millonario (que incluye mansión, chófer, uso de tarjeta, sirvientes) y otra mediante un pago por servicio por parte de un cliente pudiente. Por eso, ve hipócrita criticar a quienes se dedican a esta profesión cuando, en su opinión, el matrimonio es algo parecido pero con duración indefinida o con tarifa plana.

En el tercer capítulo, la autora aborda las películas porno. Cuenta la anécdota de que Paris Hilton fue pillada “in fraganti” y un presentador televisivo quiso humillarla pero ella no se dignó a contestar, no porque fuese mujer sino porque ella era de “clase alta”, la heredera de una cadena de hoteles de lujo, y el presentador de clase media o baja, y por tanto, lo ignoró. Despentes señala que la élite puede hacer lo que quiera y le dé la gana y disfrutar de su vida sexual sin importarle lo que digan las clases bajas. En el tema de las películas X, la autora sospecha que los hombres espectadores de este género cinematográfico se ven a sí mismos como las mujeres a las que el macho o machos dominan en todas las escenas de la película. Esa promiscuidad parece coincidir más con la mentalidad masculina que con la femenina. Las actrices que se prestan a esto quedan "estigmatizadas" y etiquetadas de por vida a pesar de que en estas películas es todo ficción.  Encuentra cierta violencia hacia la mujer, lo que concuerda con la concepción del hombre como un ser violento. La teoría de Despentes es que las películas porno venden mucho, pero solo entre el público femenino, porque encontraron una fórmula que les da éxito, cree que su estructura tiene algo retorcido que le gusta a los hombres. Ella cree que a los hombres les gusta identificarse con el papel de mujer en las películas porno, pero estas películas llevan a la pantalla las fantasías más oscuras del subconsciente masculino ya que las mujeres ven las relaciones sexuales de otra manera distinta. Añade que los hombres han sido educados en la violencia porque son los cadáveres que necesita el Estado para sus guerras mientras que las mujeres son educadas como máquinas de engendrar nuevos soldados.


En el cuarto capítulo, la autora habla del cine de acción como King Kong y lo compara con su película y libro "Follam..,", una obra que escandalizó a la sociedad francesa porque mostraba a una víctima de una violación que disfrutaba. Dice que la heroína de King Kong estaba segura con él (un animal presentado como asexuado) y se decepcionó al darse cuenta de que los hombres la habían utilizado para capturar al gorila gigante. Califica de “mentiroso” al director de la producción que visitó la isla de King Kong y que señaló a su actriz como la culpable de que los aviones lo abatieran al escalar Nueva York. Despentes replica que quienes dispararon a King Kong fueron los aviones y no la heroína, como si ella como mujer fuese culpable de algo.  Añade que la heroína estaba a gusto con King Kong, su protector, pero tuvo que contentarse con el héroe humano convencional, un mediocre e integrado en el sistema que fue a "rescatarla" y "protegerla".

En cuanto al matrimonio, la autora es bastante crítica con esta institución. Cree que al final hay que dejar hacer a la mujer para que la cosa funcione, ya que de por sí, el matrimonio, según opina, es una institución que enjaula a la mujer a cambio de dinero y seguridad económica. Lo ve como un mero contrato de intercambio: el hombre obtiene sexo en tarifa plana para toda su vida con la misma mujer mientras que la mujer logra seguridad económica, explica. Pero todo está pensado para que la mujer sea esclavizada en el hogar cuidando a los niños, trabajando si hace falta... el problema es que al Estado no se le ocurre cambiar los horarios ni poner más guarderías para contabilizar la vida personal y el trabajo, lo que no sabe si se hace a propósito para someter a la mujer o ahuyentarla del mercado de trabajo.

En la parte final, aborda el mito de la mujer blanca, dulce, sumisa, guapa y con éxito, como esencia de la feminidad. Advierte que las mujeres de cine solo existen en la imaginación de los hombres, pero esa belleza superfemenina no es la mujer real porque tal mito superfemenino no existe. Recuerda que ella era una punk y le preguntaban por qué con lo guapa que era no se ponía más linda para gustar a los hombres. Recuerda con horror que el mero hecho de ser mujer la situaba en un plano social más bajo y que un hombre, aunque fuese un barrigudo de 50 años con un miembro pequeño, se permitía piropearla por la calle por el mero hecho de ser él hombre y ella mujer.

Añade que las mujeres sumisas y feminizadas, al gusto de los hombres, triunfan en la sociedad y tienen éxito porque funcionan como otros hombres, en armonía con una sociedad patriarcal que ensalza la agresividad y la ambición, y que además compaginan la maternidad y el cuidado del hogar con dulzura. Pero que la mayoría de las mujeres no se prestan a eso y, por tanto, las mujeres reales no coinciden con las idealizadas, por lo que hay un conflicto con los hombres que esperan ciertas cosas.

A todo ello se suma la presión de la satisfacción sexual. La autora recuerda que hasta los años 60 nadie había oído hablar del orgasmo o no se le daba la menor importancia. Ahora, todo el mundo está preocupado por ese tema, las mujeres porque no lo alcanzan, como se supone que debería ser, y los hombres porque les angustia no estar a la altura de las exigencias. El sexo ya no es algo informal sino que exige un rendimiento y unas metas, y ocasiona angustia porque hay ganadores y perdedores, según explica la autora. Los adolescentes se angustian por estas cosas.

Sospecha que a los hombres ni siquiera les gustan las mujeres pero que se ven obligados a estar con ellas, intentando disimular su decepción con frases bonitas y cortesías, y que lo que realmente desearían era estar con otros hombres, igual de machos y viriles que ellos. Dice que los hombres se ven obligados a hacer de carne de cañón para los Estados y ellas deben alimentar a la familia y sostener el hogar, y que ambos sexos están obligados a casarse, motivo de que haya tantos conflictos entre géneros porque ninguno de los dos congenia con el otro. Ella sospecha que ninguno de los géneros es feliz, y considera que lo mejor es que los hombres dejen a las mujeres en paz y hacer lo que les dé la gana.  

lunes, 14 de agosto de 2017

"Inventar el futuro", de Nick Srnicek y Alex Williams (2015)

Resumen del libro "Inventar el futuro", de Nick Srnicek y Alex Williams (2015)

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2017/08/inventar-el-futuro-de-nick-srnicek-y.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Social y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, Economía Política, neoliberalismo, postcapitalismo, capitalismo, socialdemocracia, futuro

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Título: "Inventar el futuro"
Subtítulo: "Postcapitalismo y un mundo sin trabajo"

Título original en inglés: Inventing the Future: Postcapitalism and a World Without Work

Autores: Nick Srnicek y Alex Williams

Fecha de publicación en inglés: 2015
Edición en español: Barcelona, 2017, Malpaso Ediciones

Número de páginas: 335

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Biografía oficial de los autores Nick Srnicek y Alex Williams (hasta 2017)

Nick Srnicek es autor de Postcapitalist Tecnologies (2016) y coeditor de The Speculative Turn: Continental Materialism and Realism (2011).

Alex Williams cursa un doctorado en la Universidad de East London.

En 2013, ambos lanzaron el Manifiesto aceleracionista.

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Texto de la contraportada

"El neoliberalismo no está funcionando. A lo largo de las últimas décadas, las políticas económicas neoliberales han arrastrado a millones de personas a la pobreza y a otras muchas a trabajos precarios y mal pagados. Entretanto, la izquierda se mantiene atrapada en una serie de prácticas que rara vez ofrecen un respiro y menos aún una solución a la crisis. Este libro propone, finalmente, una alternativa. Inventar el futuro es un audaz manifiesto sobre la vida después del capitalismo.

En contra de los voceros de la derecha que una y otra vez proclaman el fin de la historia, Nick Srnicek y Alex Willliams - autores del célebre manifiesto aceleracionista - demuestran en estas máginas que otro mundo es posible. Opuestos a los ideólogos de izquierda que temen irracionalmente a los avances tecnológicos, Srnicek y Williams demandan una economía postcapitalista en la que la tecnología nos libere del trabajo y amplíe nuestras libertades. Esta es una obra de radical imaginación política y una llamada a inventar el futuro antes de que se nos imponga".

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ÍNDICE

1. Nuestro sentido común político: introducción a la política folk.

2. ¿Por qué no estamos ganando? Una crítica a la izquierda contemporánea

3. ¿Por qué están ganando ellos? La edificación de la hegemonía liberal

4. Una modernidad de izquierda

5. El futuro no está funcionando

6. Imaginaros el postrabajo

7. Un nuevo sentido común

8. Construir el poder

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RESUMEN

Los autores consideran que el neoliberalismo (basado en la privatización, el libre mercado, la globalización) ha fracasado tras convertirse desde los años 70 en la única alternativa posible y después de que la izquierda copiase sus ideas y su programa. Tras la Gran Crisis del 2008, no se atisba un proyecto que vuelva a generar riqueza para las clases medias, ahora abocadas a una bajada de salarios y el temor a perder su empleo.

Nick Srnicek y Alex Williams dicen que mientras el neoliberalismo dispone de una fuerte base teórica y una estructura organizada con un programa definido (liberar el comercio y el mercado y aumentar los beneficios de las empresas), sus opositores están completamente desorganizados. Ha surgido como oposición al neoliberalismo una especie de "política folk" integrada de forma separada por los ecologistas, las feministas que luchan por una subida salarial y compaginar la vida laboral con la familiar, los defensores de los derechos de las minorías (etnias, homosexuales, etc...) e incluso los colectivos anticapitalistas y antiglobalización, o contra la excesiva burocratización. Se trata de luchas locales sin un nexo común que los agrupe a todos y por separado no constituyen un proyecto de nada. Por otra parte, la izquierda y los sindicatos han quedado desmontados desde los años 70 y son una sombra de lo que fueron sin poder para cambiar la sociedad. 

[nota del lector: sorprende que estos autores no hayan citado a Anthony Giddens, el autor de La Tercera Vía, porque dice exactamente lo mismo: la izquierda se ha fragmentado para hacer peticiones concretas como el feminismo, el medioambiente o los derechos de los gays]

Los autores hacen un recorrido por las distintas políticas dominantes desde la Segunda Guerra Mundial. En primer lugar, se impuso el modelo keynesiano-fordista en el que Estado invertía dinero en proyectos públicos y las empresas actuaban de forma paternalista con los empleados. La amenaza de ser adelantados por la URSS y la presión de los fuertes sindicatos hizo que el trabajador viviese moderadamente bien en el Estado de Bienestar de Occidente y ascendiese la clase media. El sistema funcionó hasta los años 60 cuando surgieron las primeras protestas para reclamar derechos civiles y subvertir el orden establecido, demasiado encorsetado. La reacción en los años 70 fue doblemente brutal: por un lado, la grave crisis energética empobreció a las clases medias y por otro, la ideología neoliberal surgió como única fuerza capaz de continuar con el crecimiento económico, que se consideró el único medidor de la felicidad y bonanza de un país. Poco a poco fue desmantelado el Estado de Bienestar y privatizados los bienes públicos en aras a agilizar el libre mercado a la vez que los sindicatos eran desmantelados y desmontados hasta convertirlos en comparsas. La izquierda, dicen los autores, se limitó a minimizar los efectos devastadores del neoliberalismo e incluso asumió su programa, razón por la cual el votante empezó a sospechar que no había grandes diferencias entre ambas corrientes. Incluso la participación en las elecciones democráticas se redujo a mínimos históricos al ver el votante que perdía derechos y la izquierda no luchaba por ellos.

En los años 90, la globalización era imparable y pese a las promesas del neoliberalismo de que iba a llover riqueza para todos, lo que ocurrió es que el trabajador se sintió cada vez más presionado, vio reducido su salario y tenía miedo a perder su empleo precario si el crecimiento económico se reducía o había una deslocalización. Los autores perciben una gran desilusión en un trabajador "quemado" por la atmósfera altamente competitiva y unos horarios largos y extenuantes a cambio de un salario que apenas le llega para pasar el mes o a veces ni llega. En el siglo XXI, no hay visos de cumplirse ningún progreso prometido y el neoliberalismo tampoco ha sido capaz de poner en marcha grandes proyectos revolucionarios que hagan más feliz a la Humanidad ni que les permita trabajar menos y cobrar más. Todo lo contrario, en el mundo resultante se cobra menos y se trabaja más, en parte por la competencia de las máquinas, que han tirado el salario hacia abajo.

A su vez, las grandes empresas amasaban fortunas hasta que en el 2008 estalló la Gran Crisis y se llevó a numerosos bancos por medio. Los economistas empezaron a denunciar la desigualdad económica y social que generaba el neoliberalismo y, a día de hoy, se considera que ha fracasado como opción política porque lo único que ha conseguido es concentrar la riqueza en unas pocas manos y excluir a la mayoría del reparto del pastel. 

Los autores creen que la tecnología brinda oportunidades para hacer un nuevo proyecto político y ven posibilidades de una alternativa real [nota del lector: a primera vista no está claro si es una refundación de la izquierda o un tecnoliberalismo más eficaz y distributivo].

En los primeros capítulos, los autores abordan el fracaso de los movimientos de las plazas, siendo el principal el de Ocuppy Wall Street, seguido por el 15-M de España o las primaveras árabes en Egipto y otros países. Aunque los movimientos movilizaron a enormes masas de descontentos, se disolvieron como azucarillos sin lograr ningún objetivo, al menos en EE.UU.

Uno de los problemas de Ocuppy era que funcionaban como asambleas abiertas, dicen los autores, dentro del modelo "horizontalista" sin jerarquías. Pero la realidad es que algunas decisiones a debatir partían de tres o cuatro personas y otras arrastraban un largo y penoso debate por cuestiones nimias.

Los autores creen que la falta de una élite o jerarquía impidió que el movimiento alcanzase más objetivos ni que contactase con otros movimientos afines para ejercer mayor presión. Sostienen que las propias asambleas abiertas donde todo el mundo hablaba de lo que quería y debían llegar a un consenso sobre cualquier cuestión (incluso por el ruido de los tambores brasileños que tocaban en la plaza) socavó el principio democrático al impedir tomar cualquier decisión mayoritaria, pues primero debía lograrse un consenso. Finalmente, las reformas que planteaban insistían en reclamar una democracia directa y otras eran meras reformas liberales cuando, en opinión de los autores, lo que estaba en juego era crear alternativas viables que reemplazasen al neoliberalismo.

En el caso de las primaveras árabes, las protestas en los países con dictadores lograron muchos apoyos de la clase media, que deseaban un cambio de régimen, pero la falta de organización del movimiento popular  fue aprovechada por los yihadistas para sus propios intereses.

lunes, 23 de enero de 2017

"¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?", de Juan Ignacio Crespo (2016)

Resumen del libro "¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?", de Juan Ignacio Crespo (2016)

Ver resumen original en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2017/01/por-que-en-2017-volveremos-entrar-en.html

Resumen elaborado por E.V.Pita

Sociología, recesión, ciclos económicos
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Título: "¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?"
Subtítulo: Un análisis de los datos que auguran una nueva recesión y cuándo saldremos de ella

Autor: Juan Ignacio Crespo

Editorial: Deusto, Grupo Planeta, 2016

Páginas: 319

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Texto de la contraportada

"Este libro combina pronósticos y reflexiones, pero también es un balance de previsiones antiguas. Para ello el reputado analista financiero Juan Ignacio Crespo habla de pasado, presente y futuro.

En la primera parte repasa las predicciones que hizo para economías y mercados en libros anteriores con su método, el chartismo histórico.

En el presente analiza la desaceleración de la economía en China y su impacto sobre el precio del petróleo y demás materias primas, así como sobre unas economías emergentes que se debilitan por la subida de tipos de interés en Estados Unidos y por la apreciación del dólar.

En el capítulo dedicado al futuro hace nuevas predicciones para Bolsa, oro, divisas... y extrae las consecuencias de los tipos de interés negativos de los bancos centrales; expropiación silenciosa del ahorro y capitalismo de Estado. Y habla principalmente, de la próxima recesión y de lo que seguramente la desencadenará".

Texto de la contrasolapa

"Algunas de las razones que apuntan a una próxima recesión global en el 2017 y que Crespo desarrolla en estas páginas son la caída de los beneficios empresariales, de la productividad y de la inversión empresarial en Estados Unidos, la desaceleración de Singapur (primera economía en anunciar la entrada en recesión en octubre del 2008), la crisis de los países emergentes y la caída del precio de las materia primas y del petróleo. A las que hay que sumar, muy especialmente, el deterioro económico de China, ya que está siendo la principal causa de la prolongación de la recesión mundial.

Todos estos factores y alguno más que se contempla en el libro auguran que una próxima recesión, aunque no sería demasiado larga, conllevaría en España un aumento de la tasa de desempleo hasta el 25 o 26 % y haría necesaria una nueva ronda de capitalización de los bancos".

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Biografía del autor Juan Ignacio Crespo (hasta el 2017)

Juan Ignacio Crespo es licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid.

El libro lo considera como "el único economista español que predijo la crisis del 2008"

Desde el Tesoro, y durante cinco años, negoció las emisiones de deuda pública y los préstamos en divisas del Reino de España. Más tarde se le encomendó la tarea de dirigir la constitución del área financiera de Corporación Caja Madrid, lo que incluía crear y presidir dos gestoras de fondos de inversión (Gesmadrid e Inverban), una sociedad de valores y bolsa, y una gestora de patrimonios.

Ocupó cargos también en el grupo Telefónica (como director general en una de sus filiales); en el grupo Cajaduero (como director general de su sociedad de valores y presidente de su gestora de fondos de Luxemburgo) y en Thomson Reuters, cuyas herramientas le ayudaron a comunicar que "¡todo está en los gráficos!",

Es miembro del Cuerpo Superior de Estadísticos del Estado y durante diez años fue profesor en las Universidades Complutense y Autónoma de Madrid. También ha formado parte de los consejos de administración de Corporación Caja Madrid y del Banco Hipotecario de España.

En el 2016 colaboraba en El País, El Mundo, La Vanguardia, RNE, Cadena Ser, TVE o Capital Radio. Es también autor de los libros Las dos próximas recesiones (2012) y de Cómo acabar de una vez por todas con los mercados (2014), ambos publicados por Deusto.


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ÍNDICE

Pasado

1. Qué fue del chartismo histórico y sus predicciones: balance provisional al inicio del 2016

2. Pasado y futuro del euro

3. Con un billón basta

4. Lucha de titanes en el mercado monetario global "QE y anti-QE"

5. ¿Por qué negoció tan mal el Gobierno griego?

6. El problema de la deuda es hablar del problema de la deuda

7. Los cuernos de Moisés

Presente

8. Materias primas y recesión global. ¿Están las materias primas anunciando una nueva recesión?

9. La larga marcha de las materias primas

10. Chartismo histórico y materias primas: condición suficiente, pero no necesaria

11. Las materias primas y China

12. Petróleo por doquier

13. La casi imposible inversión de la curva

14. Al final de la escapada. Treinta y cuatro años de bajada de rentabilidades

15. Índice Báltico Seco y comercio internacional

Futuro

16. Destrucción de liquidez versus expropiación

17. Capitalismo de Estado

18. Dejar de creer en la rentabilidad elevada

19. La tierra del yuán naciente

20. La recesión del 2017. Liquidez y riesgo sistémico

21. ¿Cuándo acabará la crisis? Visiones del futuro

Y hasta los más ocultos pensamientos

22. La dialéctica de los contarios

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Resumen

El autor Juan Ignacio Crespo estudia la evolución de los precios de las materias primas (petróleo, oro) en busca de oleadas cíclicas de etapas de crecimiento económico.
Crespo usa el método del chartismo histórico que consiste en comparar ciclos de los índices internacionales de Bolsa o precios de materias primas a lo largo de varias décadas así como la tasa de desempleo en busca de patrones que permitan deducir la evolución futura.
Más o menos, un ciclo dura 18 años. La predicción principal del libro es que la crisis durará hasta el 2018 pero si todavía sigue una profunda recesión entre el 2019 y el 2022, la teoría estaría equivocada,

A través del chartismo histórico, Crespo busca coincidencias entre dos períodos históricos:
Por ejemplo, la evolución del eurodólar entre 1984 y el 2000 parece sospechosamente igual que la del 2000 al 2016. Si ese modelo siguiese del mismo modo, habría crisis durante seis años más. Otras comparaciones como la del Ibex 35 (1974-1986) y (2008-2016) no tienen gran parecido salvo en que es en una línea de regresión en descenso. El autor dice que comparar el Ibex con el índice Nikkei de los años 90 le ha funcionado bastante bien pues ambos hacen un recorrido de "ida y vuelta". Ve una próxima caida hasta los 7.000 puntos (Crespo, 2016:289).

Entre las pruebas que aporta de que en el 2017 va a haber una recesión está la caída del Índice Báltico Seco "que podrían estar apuntando a una recesión extremadamente grave aunque por ahora los datos que se conocen del comercio mundial (estancado) no confirman algo tan grave" (Crespo, 2016:288).

Crespo también prevé una nueva ronda de capitalización de los bancos "pero en España el impacto sobre ese sector no será ni de lejos tan fuerte como en el pasado ya que al menos las familias han reducido la deuda".

Anticipa que el desempleo, como en toda recesión, "volverá a subir, pero no de una manera tan rápida y aguda como en la recesión de 2008-2009" ya que el sector de la construcción no tiene un papel como antes. Ve una tasa del 25 %.

Dice que la posibilidad más probable en España y a nivel global es que las economías podrán recuperase y salir de la crisis aunque la mayoría no será consciente de ello por la costumbre de hablar de la crisis (eso pasó en los años 90 a pesar de que la renta per cápita se duplicó). Cree que la crisis terminará en el 2018 aunque será difícil contrastarlo.

Otra variable que estudia es el nivel de deuda, que ya está en 199 billones (el 236 % del PIB mundial). La deuda china pasó de 7 a 28 billones por la burbuja inmobiliaria y el crecimiento de la banca en la sombra.

Respecto al precio del petróleo, examina la demanda y las reservas de China. El autor considera que los chinos aprovecharon el bajo precio mundial para acumular  reservas. También relaciona las recesiones con los picos de máximos precios del petróleo (1980, 1981-1982, 2008) pasan unos meses desde que se alcanza el máximo para que se entre en recesión) pero no siempre funciona. En el 2008, coincide plenamente un récord del petróleo (a 150 euros el barril Brent) y una brutal recesión de año y medio. Por tanto, saber por qué se acelera o disminuye el precio del petróleo es importante (la caída es por exceso de oferta, el fracking).

Los resultados del índice CRB Spot de materias primas no parece confirmar esa tendencia de altos precios y recisión. En el año 1953, el CRB estaba muy bajo (fondo de saco) pero una leve subida generó una recesión y en 1957, otro pico de tamaño medio causó otra. En la recesión de 1970, los precios ni siquiera estaban altos, lo que sí ocurrió en 1974, y donde hubo recesión. En 1979-1980, se dispararon los precios CRB y volvió la recesión. Pero en los años siguientes, se desplomaron y hubo una gravísima recesión de dos años (1981-1982). En 1985 se dispararon otra vez los precios y no pasó nada, y lo mismo en 1989. No sería hasta 1990 cuando volvió la recesión, aunque a precios algo más bajos que los anteriores picos. Durante toda la década de los 90 los precios CRB alcanzaron picos muy altos (de hasta 320) y no pasó nada. Fue al nivel de 250 cuando en el 2001 hubo otra recesión. Nuevamente, continuó una escalada de precios y reventó en un pico de 500, generando la superrecesión del 2008-2009. Vemos que las recesiones se cumplen a veces y otras no con precios muy altos de CRB. No obstante, aunque no hay recesiones en algunos picos, Crespo apunta otros eventos que coinciden con esos picos: la crisis de deuda externa de Latinoamérica, el crack de la Bolsa de 1987.

En base a este análisis sobre materia primas, Crespo anticipa una recesión en Estados Unidos para finales del 2016 y principios del 2017. En unos meses se verá si se cumplen o no sus predicciones.


Al final de su libro da las claves: al igual que otros economistas está preocupado por los avances en Inteligencia Artificial y adelanto tecnológico. Ve detrás una especie de capitalismo de Estado porque la última crisis se superó a través de una intervención del Estado. Por otro lado ve un "período de expropiación patrimonial en favor de parte de los que menos tienen (Crespo, 2016:318), en referencia a los tipos de interés negativo que supone una transferencia de riqueza de los ahorradores a los dolores, una "quita indolora".

Tras este período de crisis perpetua, empezarán 17 años de abundancia económica y expansión. Será entonces cuando se cree empleo y se mejore la calidad de vida con las nuevas tecnologías.

Ve una futura división de la sociedad en dos bloques muy desiguales, no tanto en lo patrimonial como en las rentas, y no tanto en el acceso al conocimiento como en plasmarlo en algo que no sea entretenimiento. Dice que los saltos de productividad de los avances tecnológicos se acabarán reflejando y desembocará en una prosperidad hasta el 2035.

Por otra parte, cree que el Banco de España acabará por pagar una renta básica universal.