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lunes, 8 de abril de 2019

"La anarquía que viene", de Robert D. Kaplan (2000)

Resumen de "La anarquía que viene", de Robert D. Kaplan (2000)

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/04/la-anarquia-que-viene-de-robert-d.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, geopolítica, política internacional, globalización, orden mundial

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Ficha técnica

Título: "La anarquía que viene"
Subtítulo: La destrucción de los sueños de la posguerra fría

Título original: "The Coming Anarchy"

Autor: Robert D. Kaplan

Publicado en español: Coleccion Sine Qua Non, Ediciones B, Barcelona, 2000

Número de páginas: 207

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Biografía de Robert D. Kaplan (hasta el 2000)

Robert D. Kaplan es corresponsal del Atlantic Monthly y autor de seis libros sobre viajes y problemas internacionales, traducidos a una docena de lenguas. Su best-seller, Fantasmas balcánicos (Ediciones B) fue elegido por el New York Times como uno de los mejores libros de 1993 y, por Amazon.com, como uno de los diez mejores libros de viajes de todos los tiempos.

Viaje al futuro del imperio (en esta misma editorial) y The End of the Earth también se situaron entre las obras más vendidas en Estados Unidos; el primero fue elegido por el Washington Post y Los Angeles Times como mejor libro del año.

Kaplan suele ofrecer charlas al ejército de EE.UU. Ha sido consultor del US Army Special Forces Regiment y es miembro de la New American Foundation.

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Texto de la contraportada

"¿Es la democracia el mejor sistema de gobierno? ¿Es legítima la tiranía para el Tercer Mundo? ¿La guerra es beneficiosa en algún sentido? ¿Es contraproducente la paz? ¿Debería Estados Unidos tener un papel preponderante en el mapamundi que se avecina?

Si las respuestas a estas preguntas fueran tan cautelosas como es habitual en política exterior, este libro no tendría sentido. La insolencia de las respuestas con que Kaplan desafía lo "políticamente correcto" para cuestionar la democracia y la paz propician su interés.

El autor sostiene que la democracia será catastrófica para el Tercer Mundo si antes no se consigue cierto desarrollo económico y social; alerta a Estados Unidos sobre el riesgo de que su democracia se convierta en oligarquía en el futuro; critica la paz total y defiende, en cambio, un cierto estado de lucha que prevenga conflagraciones mayores. Y aconseja a Estados Unidos apoderarse de la ONU.
Un libro para el debate que algunos considerán exclusivamente una provocación.

"El cristianismo no hizo el mundo más pacífico ni, en la práctica, más ético, sino simplemente más complejo. La democracia, que está ahora dominando el mundo como anteriormente lo hizo el cristianismo, puede hacer lo mismo"

"La guerra, mucho más que la paz, es una igualadora y una promotora de cambio social"

"La paz verdadera, del tipo que muchos imaginan, sólo es posible mediante una forma de tiranía, aunque sea útil y benigna".

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ÍNDICE

1. La anarquía que viene

    Cómo la escasez, la criminalidad, la superpoblación, el tribalismo y la enfermedad están destruyendo el tejido social de nuestro planeta.

2. ¿Fue la democracia solo un instante?

Mientras tratamos de implantar nuestra versión de democracia en el extranjero, en lugares donde no puede prosperar, también a nosotros se nos escapa de las manos. Por qué la democracia desestabilizará el mundo tanto como lo hizo el cristianismo primitivo.

3. El idealismo no detendrá el genocidio

Lo que reducirá el riesgo de futuros holocaustos no serán los tribunales de crímenes de guerra, sino las políticas de equilibrio de fuerzas y las agencias de espionaje con más recursos económicos. Por qué la humanidad está más protegida si se da por supuesta la maldad intrínseca.

4. Servicios especiales de inteligencia

Por qué las funciones de la CIA y las fuerzas armadas acabarán por fusionarse. La institución del espionaje en Washington adquirirá más poder en vez de tornarse obsoleta.

5. La actualidad: La inquietante contemporaneidad de la Decandencia y Ruina de Gibbon

Por qué Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano, de Edward Gibbon, refleja el mundo tal como es ahora en África, Oriente Próximo y la antigua Unión Soviética.

6. Proporcionalismo: un enfoque realista de la política exterior

¿Qué debe hacer Estados Unidos en el Tercer Mundo, donde hay tanto por hacer y tanto que no puede hacerse?

7. Kissinger, Metternich y el realismo

A World Restored, un libro sobre las guerras napoleónicas que Henry Kissinger escribió en su juventud, muestra las despiadadas ironías de la historia de las que prescindimos deliberadamente, aunque Kissinger llevó esas enseñanzas demasiado lejos en Vietnam.

8. El Nostromo de Conrad y el Tercer Mundo

Una redifinición de realismo con la ayuda de la gran obra de ficción de Joseph Conrad.

9. Los peligros de la paz

Un período prolongado de paz en una sociedad tecnológicamente avanzada como la nuestra podría conllevar grandes males. El ideal de un mundo en paz y gobernado con benevolencia por una organización mundial no es en absoluto una visión optimista del futuro.

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RESUMEN

Comentarios iniciales: el libro es muy duro desde el punto de vista geopolítico de la "real politik" (hasta parece escrito por Kissinger), ya que dice cosas como que en África y el Magreb es más práctico que el Ejército y los militares impongan un gobierno a que los ciudadanos voten en democracia ya que esas elecciones, bien intencionadas, suelen desembocar en caos y guerras civiles brutales y pone varios ejemplos. Menciona el testimonio fatalista de un vecino de Túnez que dice que en el 2000 el país no estaba preparado para tener democracia. Recuerda que, en África, solo el 20 % de la población está alfabetizada, la misma que en la Inglaterra del dictador y tirano Cronwell [nota del lector: como bien dice el reciente libro Factfullness, ese porcentaje de alfabetización ha subido mucho ahora]. Dice que aspira a decir unas cuantas "verdades incómodas".

En muchos párrafos, el autor se identifica claramente con "nosotros" (Estados Unidos), por lo que el libro hay que entenderlo en clave de política exterior norteamericana.

El autor dedica una colección de ensayos a describir el panorama internacional una década después de la caída del Muro de Berlín. "Los años que siguen a una victoria militar y política son tiempos tristes para los realistas". Los vencedores  de la Primera Guerra Mundial, como el ingenuo presidente Wilson, lucharon por el idealismo de la democracia y la libertad (pero en los Balcanes y Oriente Próximo, eso significaba una conciencia étnica exacerbada) y los ganadores de la Guerra Fría creían que la paz iba a traer libertad y prosperidad bajo los estandartes de la democracia y el libre mercado ha dado paso a una "nueva lucha por la supervivencia" en la que "el mal presenta nuevos disfraces".

El autor había viajado por Europa del Este en los años 80 y se dio cuenta de que el desplome del Imperio soviético no iba a ser del todo "alegre" al desmantelarse las estructuras de seguridad, generar conflictos étnicos en Yugoslavia y a una redivisión de Europa en Europa Central y los Balcanes.

Respecto al futuro optimista que muchos veían para una África subsahariana democrática fue igual de ingenuo. Recuerda que Sierra Leona celebró elecciones en 1996 seguidas de una anarquía bajo la banda juvenil Señor de las Moscas. En Rusia, la democracia no mejoró la vida de sus ciudadanos mientras que la autocrática China sí lo hizo. Añade que mientras las fronteras que dibujaron los colonialistas se desintegran, el retorno a la democracia de Nigeria causó un rápido ascenso de la violencia étnica. Añade que los éxitos democráticos, como Nigeria, son "fenómenos superficiales en una situación más generalizada de cataclismo demográfico y medioambiental". Su preocupación son los aumentos bruscos y absolutos en la demografía de los países más pobres en el futuro próximo y por cómo ese factor interactúa con el agotamiento del suelo, las divisiones étnicas y tribales, para generar zozobra.

Desde 1999, "la tesis global de un mundo bipolarizado entre sociedades como la nuestra (que produce los bienes y servicios que el resto del mundo quiere) y las atascadas en distintos formas de caos, se ha mantenido o desarrollado". La anarquía es el paradigma de la era de posguerra fría. Ve un aumento de la desigualdad entre los países ricos y pobres "y la diferencia va aumentando".

Su mensaje no es el fracaso de la democracia sino la aparición de "regímenes híbridos" cuasidemocráticos, que se adhieren oficialmente a los procedimientos parlamentarios mientras entre bastidores los servicios militares y de seguridad juegan papeles dominantes. Cita como ejemplo a Venezuela (en tiempos de Chávez).

Respecto a África Occidental dice que se está convirtiendo en el símbolo del estrés demográfico, medioambiental y social a nivel mundial, donde la anarquía criminal se erige como el verdadero peligro "estratégico" [a afrontar por la civilización occidental]. Hay enfermedad, superpoblación, crimen infundado, escasez de recursos, migraciones de refugiados, erosión de naciones-estado y fronteras internacionales, autorización de ejércitos privados, empresas de seguridad y cárteles internacionales de tráfico de drogas. Sierra Leona, como un microcosmos de lo que está ocurriendo, le recuerda a la Europa medieval anterior a la paz de Westfalia en 1648, con señores de la guerra dominando parte del país. Las selvas de los países vecinos son desforestadas a ritmo acelerado.

Acertó al prever la duplicación de la población de Nigeria en 25 años (en 1995 tenía 90 millones de habitantes y ahora 160) mientras agota sus recursos y las ciudades crecen a pesar de la malaria.

Su principal amenaza, tras las guerras balcánicas del siglo XX, es la "naturaleza desenfrenada" en África. "Para entender los acontecimientos en los próximos 50 años es necesario entender la escasez medioambiental, el choque cultural y racial, el destino geográfico y la transformación de la guerra", por este orden.

El autor desmiente a los tecnooptimistas que creen que la tecnología y el libre mercado resolverá los problemas de agotamiento de recursos: "No tienen en cuenta que el 95 % del aumento de la población tendrá lugar en las regiones más pobres del mundo, donde los gobiernos demuestran escasa capacidad de funcionar". No descarta los análisis neomalthusianos. Ve una división entre aquellos viven en una esfera "posthistórica" de prosperidad burguesa y gran parte de la gente "atrapada en la historia" viviendo en barrios bajos, con conflictos étnicos, con falta de agua y suelo. La gente, según Homer-Dixon, deberá elegir entre estados totalitarios (cita al Irak de Sadam Hussein), miniestados con tendencias fascistas (la Bosnia serbia), y culturas de la calle (Somalia).

Para hacerse una idea de lo que pasa en el mundo, Homer-Dixon, pone este ejemplo: "Imagínese una limousina con aire acondicionado (Occidente y el emergente cinturón del Pacifico) paseando por Nueva York por una zona llena de baches y mendigos sin techo (el resto del mundo).

Así que el mundo se divide en dos: en una parte, está el Último Hombre de Hegel y Fukuyama (el que dijo El Fin de la Historia), sano y mimado, y en la otra parte, el Primer Hombre de Hobbes, condenado a una vida corta, brutal, sucia y pobre. Y ambas estarán amenazadas por la presión medioambiental: el rico la contendrá, el pobre, no.

Una de las claves, como en China, es el traslado de la población rural a las ciudades del litoral. Prevén tensiones y que el centro se desgaje.

Dice que las guerras del futuro serán de supervivencia comunal, agravadas por la escasez medioambiental, subnacionales, con extinción de estados.

Cita al mariscal Metternich (el que puso orden en Europa tras la caída de Napoleón) como un "realista" que implantó régimenes reaccionarios en toda Europa para asegurar la estabilidad y la paz. Respecto al auge del Cristianismo en Roma, dice que el Imperio Romano no se volvió de repente un gobierno pacifista sino que una élite amoldó el Cristianismo a sus intereses para justificar otras guerras.

Respecto a los años de paz, dice que en esa época en la burocracia aumenta la corrupción, infidelidad y estupidez, las instituciones del Gobierno parecen menos vitales y el recuerdo de la amenaza se desvanece. Asegura que la guerra conduce a un respeto por un gobierno progresista y amplio pero la paz crea un vacío institucional que es llenado por empresas dedicadas al entretenimiento.
Ve alarmante la reducción de los ejércitos permanentes porque ve un aumento de las bandas violentas [nota del lector: no se ve nada de eso, sino más bien lo contrario, la criminalidad está cayendo]. Dice que la idea de que un mundo en paz implicará menos violencia es ingenua porque esa violencia adopta una forma que no es organizada (se pueden reducir los índices de criminalidad y poner más prisiones y vigilancia electrónica, lo que según Kaplan demuestra que la paz duradera solo es posible mediante una forma de tiranía, aunque sea sutil y benigna).

Añade que una ONU más poderosa serviría a los intereses de todos en la ayuda humanitaria pero a día de hoy solo representa "ilusiones" pues hace de tribuna para las divisiones de la guerra fría reemplazadas por otras distintas y refleja la élite global tal cual es. Añade que "la ONU adora el consenso pero el consenso puede ser un servidor del mal, puesto que la capacidad de enfrentarse al mal implica la voluntad de actuar con audacia e implacabilidad y sin consenso, atributos que la dirección ejecutiva nacional posee en mucho mayor abundancia que cualquier organización internacional". Dice que reautorizar asesinatos por el Congreso de EE.UU. podría hacer mucho más por "contener el mal" que ampliar el Consejo de la ONU para incluir a India y Brasil.  Cree que EE.UU. debería apoderarse de la ONU para convertirla en un multiplicador transparente del poder americano y occidental.






lunes, 1 de abril de 2019

"El dominio mundial", de Pedro Baños (2018)

Resumen del libro "El dominio mundial", de Pedro Baños (2018)

Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/04/el-dominio-mundial-de-pedro-banos-2018.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología.

Sociología, geopolítica, política internacional, dominio mundial, globalización, geoestrategia

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Ficha técnica


Título: "El dominio mundial"

Subtítulo: "Elementos del poder y claves geopolíticas"

Autor: Pedro Baños

Edición en español: Editorial Ariel, editorial Planeta, Barcelona, 2018

Número de páginas: 367

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Biografía del autor Pedro Baños (hasta 2019)

 El autor Pedro Baños es coronel del Ejército de Tierra y diplomado del Estado Mayor, actualmente en situación de reserva. Ha sido jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo. Ha participado en misiones en Bosnia-Herzegovina (Unprofor, Sfor y Eufor) y hoy es uno de los mayores especialistas en geopolítica, estrategia, defensa, seguridad, terrorismo, inteligencia y relaciones internacionales. Es autor de Así se domina el mundo, best-seller publicado también por Ariel.
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Texto de contraportada

"Si en su best-seller internacional Así se domina el mundo, Pedro Baños exponía cómo, para qué y con cuáles estrategias los poderosos intentaban, en dura pugna entre ellos, controlar a países y personas, en esta nueva obra da un paso más hacia la plena democratización de la geoestrategia y detalle cuáles son los instrumentos que se emplean para lograr ese predominio planetario.

Así, veremos cómo la potencia militar, la capacidad económica, la diplomacia, los servicios de inteligencia, los recursos naturales, el conocimiento y la comunicación estratégica, entre otros, se convierten en las herramientas de trabajo habituales de los grandes manipuladores geopolíticos. Además, el texto se complementa con los dos principales aspectos que el autor considera que van a modificar la geopolítica en los próximos años: la tecnología y la demografía. Y termina alertando de que se está viviendo un cambio de paradigma geopolítico sobre el que hay que estar prevenidos, pues a todos nos afectará de forma muy directa.

Una obra tremendamente visual, pues es prolija en detallados gráficos  a color, lo que sin duda facilita la comprensión de lo que se expone y hace más agradable la lectura.

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ÍNDICE

Los elementos del poder mundial

1. Potencia militar: el musco bélico

2.  Capacidad económica: el verdadero poder

3. Diplomacia: un poder no tan blando

4. Servicios de inteligencia: el poder de la información

5. Recursos naturales: la fuente del poder

6. Territorio y población: el poder tangible

7. Potencialidades intangibles: el poder etéreo

8. Conocimiento y tecnología: el poder de la sabiduría aplicada

9. Comunicación estratégica: el poder de la influencia y la persuación


Los grandes condicionantes geopolíticos

1. Tecnología: esos locos cacharros

2. Demografía: personas convertidas en gente


Hacia un nuevo orden mundial

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RESUMEN

Comentarios iniciales: Este libro es la segunda parte escrita por el experto Pedro Baños sobre el dominio mundial. Alerta de que se está viviendo un cambio de paradigma geopolítico "al que hay que prestar gran atención, pues repercutirá en todos nosotros".

Entre los autores más interesantes que menciona está Johan Galtung, matemático y sociólogo noruego, que anticipó en 1980 que en menos de diez años la Unión Soviética se desmoronaría víctima de sus contradicciones (la URSS cayó en 1991) e hizo otra predicción para el 2025: la caída del imperio estadounidense (aunque en el 2000, lo adelantó al 2020). El autor identificó en su libro La caída del imperio norteamericano las recetas del derrumbe: generacionales, culturales, militares, económicas, políticas, sociales... Si Washington no iniciaba un retraimiento suave y paulatino del contexto internacional, podría desplomarse como la URSS. Un poco lo que ya está haciendo Trump al iniciar la retirada estratégica de los viejos frentes ante una economía debilitada (tras el abandono de Bretton Woods en 1973 por Nixon y luego por la crisis del 2008).

O sea, según Baños, Estados Unidos asume ya un modelo de "multipolaridad excéntrica" (EE.UU. seguiría siendo la potencia dominante pero tendría que repartir su poder, en referencia a China (el gran rival tecnológico y económico) y Rusia). Los actores secundarios serían Europa, India, México y Brasil.

Según el autor, China se convierte ahora en un gigante aeroespacial, se extiende por África, Iberoamérica y mar del Sur de China e incluso compra tierras para cultivar, implanta una nueva Ruta de la Seda y compra sectores estratégicos en horas bajas en Europa.

Según la teoría de Baños, Trump estaría intentando "deconstruir" el mundo (sobre todo el económico) para crear otro nuevo orden mundial (que se parezca a aquel en que EE.UU. era el dueño del mundo en 1945 y en 1991).

El autor hace hincapié en que dos factores claves del cambio mundial son la demografía (nos encaminamos a un mundo de jóvenes que viven en países pobres) y la tecnología (un oasis de ciudades inteligentes y sostenibles en el Norte cercadas por chabolistas). A ello se suma que los más ricos creen ciudades-fortaleza, islas-refugio urbanas alejado de las desigualdades del resto del mundo, más automatizado y conectado.

Baños apela a un cambio de mentalidad, a un menor egoísmo y mayor moral, conciencia y valores, a una responsabilidad personal, pero su libro, precisamente, abre los ojos sobre cómo funcionan los entresijos de la política internacional y los intereses de quienes mandan en el mundo.

El control militar del mundo

En su libro, el autor explica quién controla militarmente el mundo. Estados Unidos tiene desplegados el 54 % de sus ejércitos exteriores haciendo un "tapón" en la frontera de Rusia y China a lo largo del corredor de Europa del Este (otro 16 % a mayores desplegado), Oriente Medio y el Cáucaso, Caspio y montañas afganas. Es un "cinturón" que contiene a sus dos grandes rivales mundiales. Sin embargo, EE.UU solo tiene el 8 % de sus tropas desplegadas en el Pacífico, el nuevo punto "caliente".

El autor dice que el poder radica en los océanos y brinda el control del tráfico internacional (razón por la cual EE.UU. tiene 19 portaaviones y sus rivales uno, tres o cuatro). En cuanto a las tropas, estas han disminuido a medida que aumenta la tecnología. El imperio español no movía a más de 3000.000 hombres mientras que la dinastía Ming, en una época cercana, movilizaba 1,5 millones (para luego reducir a solo 800.000). En la Primera Guerra Mundial, Alemania tenía a 5,3 millones de soldados (más que nadie) hasta que la URSS y Estados Unidos movilizaron a 11 y 12 millones cada uno y el Reich a otros 12 millones. Actualmente, el ejército más numeroso es el de Corea del Norte con 9,4 millones de soldados.

Pero tecnológicamente, EE.UU. es imbatible ahora: tiene 13.762 aviones y 19 portaaviones y gasta medio billón de dólares al año, así como 2,3 millones de soldados, 70 submarinos y 5.884 carros de combate.
 Su rival Rusia dispone de 3,3 millones de hombres, gasta diez veces menos dinero pero tiene 20.216 carros de combate, solo tiene 3.800 aviones, un portaaviones y 63 submarinos.
Y China dispone de 3,7 millones de soldados, gasta 161.000 millones, tiene 6.400 tanques, 2.955 aviones, un portaaviones y 68 submarinos. India tambiñen es una potencia bien armada.
La otra potencia es Corea del Norte, con 6,5 millones de soldados, 5.000 tanques, 950 aviones y 76 submarinos.
Japón tiene 4 portaaviones y 1.600 aviones y Alemania, 700 aviones y 500 tanques. Los ejércitos de ambos países oscilan entre 200.000 y 300.000 hombres.

Ahora mismo, EE.UU., China, Arabia Saudí, Rusia, India y Francia son los que gastan más dinero en armamento al año (siendo USA el triple que China y diez veces más que Rusia).

Tanto Rusia como EE.UU. tienne 6.500-6.800 cabezas nucleares cada uno mientras que Corea del Norte se cree que podría tener 10 o 20 e Irán ninguna. Francia y China tienen sobre 300.

Estas grandes potencias también emplean a compañías privadas (las CMP, mercenarios o subcontratas). Estas son las más conocidas: Dyncorp (EE.UU), Control Risk (UK), Academi (EE.UU.), Triple Canopy (USA), Grupo Constellis (USA) y GK Sierra (USA). Por su parte, los rusos tendrían sus propias subcontratas (Grupo RSB, Antiterror, Centrer, Cosacos, Wagner...)

Respecto a los robots-soldado (armas completamente autónomas), se sabe que lo están desarrollando EE.UU., Reino Unido, China, Israel, Rusia y Corea del Sur.

El control económico del mundo

El autor destaca la importancia de la "guerra económica" (desde los bloqueos napoleónicos, a la guerra del Opio o el bloqueo a Japón en la Segunda Guerra Mundial de combustible y cereales). También dice que EE.UU. fomentó la descolonización entre sus aliados para que no tuviesen acceso tan fácil a las materias primas tras la postguerra (a los que ancló con una ayuda de 12.000 millones de dólares con el plan Marshall). Además, los países recién liberados podían caer bajo su órbita
comercial (el llamado neocolonialismo).

Indica que la globalización se basa en la democracia, la economía de mercado, el liberalismo económico, la iniciativa privada y el capitalismo. Los otros pilares son el FMI (EE.UU. tiene el 17 % de la cuota y del voto y los miembros de la UE, el 32 de la cuota y el voto repartido / debe garantizar la estabilidad), el Banco Mundial (fuertemente controlado por Washington pues tiene veto, debe dar financiación a los países pobres) y la Organización Mundial del Comercio.

Otro aspecto de la guerra económica es la manipulación de los precios del petróleo. Los precios del barril se desplomaron en 1986 (para boicotear a Irán) y arruinó a la URSS y a Venezuela. En 1990, Sadam Husein se quejó de los bajos precios e invadió Kuwait. En el 2008 hubo otra posible manipulación: el precio estaba en máximos a 147 dólares y Rusia invadió Georgia (que quería entrar en la OTAN). De repente, el petróleo se hundió a 90 dólares y llegó a tocar los 35. Esta imprevista bajada hundió al venezolano Chávez y a Rusia. El nuevo sobresalto fue en el 2014, cuando el petróleo volvió a caer de 100 dólares a 50 (porque subió el "fracking", la crisis) y debilitó a Rusia en Ucrania y Crimea y Siria, y castigó a Venezuela. A los demás perjudicados, el FMI y BM les compensó.

El autor indica que EE.UU. puede influir en los precios del petróleo al poder manipular el valor del dólar, ya que las transacciones energéticas se realizan en dólares.

A todo ello se suman ahora los yacimientos de gas de enquisto, que están en China, Estados Unidos, México (está en una situación privilegiada), Argentina, Sudáfrica, Australia, Canadá, Libia, Argelia, Brasil y Polonia, principalmente.

Otro detalle importante es la deuda pública de Estados Unidos (el 55,9 está en poder de acreedores norteamericanos, el 9,5 % de China y Hong Kong, el 8 % de Japón y el 26 % del resto del mundo). Su deuda es de 21,3 billones de dólares pero como esta moneda está ligada a la producción de petróleo, le permite imprimir billetes para sobrevivir.

Otra clave es la divisa como fuente de poder (siendo el dólar ligada al patrón oro desde 1945 hasta que hubo inflación en 1971 hasta que el dólar no fue convertible con oro pero sí con petroleo y gas, los petrodólares (que son el 65 % de las divisas))
El dólar es un arma económica pero de doble filo ya que podría surgir una divisa alternativa (se intentó pero eso equivale a una guerra con EE.UU). Los rusos intentaron hacer un rublo-yuan y Venezuela propuso un Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos. Por su parte, el presidente Strauss-Kahn del FMI intentó buscar una reserva internacional (los Derechos Especiales de Giro) pero, al poco, lo echaron por un escándalo sexual. Otras propuestas de petromonedas fueron la caucásica "altyn".
Por su parte, el yuan (renminbi) chino es moneda de reserva del FMI y lanzó el "petroyuan" para comprar a Venezuela o Nigeria y Zimbabue. A China tampoco le interesa desvalorizar sus enormes reservas de dólares. Rusia y China están comprando oro (entre los dos suman 4.000 toneladas) para crear una supermoneda el rublo-yuan. En ese caso, EE.UU. lanzaría otra moneda, el "amero" (con Canadá y México e incluso fusionarse con el euro).

Europa también es un duro competidor económico para EE.UU (su "federador exterior", según De Gaulle) y además el continente quiere normalizar sus relaciones con Rusia (y acceder a su fabulosa riqueza material y su granero). Francia está muy preocupada por la pérdida de su soberanía al vender la empresa estratégica Alstom a General Electric, de EE.UU . Hay "zancadillas" para quitarse ventas y contratos.

El autor es escéptico con la idea de una UE convertida en un solo bloque político, con un liderazgo único y su propio ejército y sólidos instrumentos financieros. En Francia creen que a EE.UU. no le interesa una Europa unida políticamente, solo económicamente, a la que ve como un "escudero". Sospecha el autor que EE.UU. seguirá usando sus caballos de Troya en las instituciones comunitarias y nacionales europeas.

Otro apartado relacionado con la economía es la Nueva Ruta de la Seda, que conecta Yiwu (cerca de Cantón) en China con Madrid por tren de mercancías a través de Moscú y Polonia (con un ramal a Londres), y luego tiene varios brazos por Irán y Turquía, a la que se une la vía marítima por Suez hasta Roma (aunque el libro no lo menciona, la Ruta de la Seda seguiría hasta Lisboa). EE.UU. no ve con buenos ojos la ruta porque China es su competidor y una amenaza para sus intereses geopolíticos y económicos. Tampoco le gusta el corredor entre China y Pakistán, a través de la conflictiva Cachemira (eludiendo los puertos de la India).

Otro dato de interés es el poder de la industria alimentaria, monopolizado por Bayer-Monsanto (una controla los abonos y herbicidas y el otro los alimentos transgénicos).

El autor concluye que un país serio tiene que dotarse de un departamento específico de geopolítica económica.

Conflictos diplomáticos y espionaje

Pedro Baños localiza varios focos calientes

En el mar de China, las islas Senkaku, islas Pratas, Paracelso, Scarborough, Banco McClesfield, Islas Spratly. Si Japón protesta, China le corta el suministro de tierras raras.

También está la ciberdiplomacia. Los programas y apps de Facebook también sirven para transmitir el mensaje de EE.UU. al mundo. Se trata de diplomacia-marketing para "consumir".

El autor también comenta el dispositivo Echelon, el dispositivo global de vigilancia electrónico (operado por la NSA de USA y sus aliados) y con estaciones en Seattle, Canadá, Yorkshire, Comwall, Baviera, Australia y Nueva Zelanda. El autor dice que Occidente se hace la víctima con el espionaje de rusos, chinos o iranís y resulta que el más agresivo es EE.UU., a través de la red Echelon. Además, el autor dice que la NSA tiene potestad de su gobierno para espiar indiscriminadamente fuera de EE.UU. y monitorizar todas las comunicaciones electrónicas (e-mail, chat, vídeos, fotos, voz, transferencia de archivos, videoconferencias, detalles de redes sociales...)
Por su parte, la BND alemana estuvo espiando desde 1990 los correos de periodistas extranjeros, así como legaciones extranjeras.

Otro capítulo de interés son las operaciones encubiertas; como que la CÍA fomentó la Europa unida aportando 50 millones. El dinero lo vertió el Comité Americano para una Europa Unida (Ford y Rockefeller) que financiaba al Movimiento Europeo y a su rama juvenil. Aquellas opiniones contrarias eran "neutralizadas".
También habla de los complots contra Castro y las prisiones secretas de la CIA en Europa.

Los principales servicios de inteligencia extranjera son:

- China : Ministerio de Seguridad del Estado de China (MSS) que tiene 100.000 agentes.
- EE.UU. Cuenta con 17 agencias.
. Rusia: el Servicio Federal de Seguridad (FSB)
-Vaticano: tiene la red más extensa de inteligencia, la más opaca

También estudia los paraísos fiscales (hay 11 en Europa), en los que los servicios de inteligencia buscan información.

Recursos naturales

Otro capítulo trata sobre los recursos naturales y sus potenciales conflictos.

El autor menciona la desigual disponibilidad de agua en el 2025 (escasez en Levante y Cataluña), así como el norte de México y sur de EE.UU.
También menciona el interés de las grandes potencias por África y sus minerales, donde ya están China, Francia y Reino Unido obteniendo concesiones. En el caso de China, ya está en el Magreb, Sudán, Nigeria, Guinea, Angola, Zambia, Congo y Sudáfrica.

Otro foco de conflictos es el Ártico, ya que hay una ruta por la costa rusa (entrando por el mar de Bering) que le interesa a China. En total, hay cuatro rutas (noroeste, noreste, transpolar, puente ártico). Un portacontenedores de Maersk Line logró atravesar ya la ruta Noreste.

La Antártida es otra tierra de interés que se disputan los países del Cono Sur, así como Francia, Reino Unido y Noruega.

El autor también menciona el "Earth Overshoot Day" (indica la distancia que estamos del desastre ecológico y lo de más que gastamos y no producimos). En la tabla se puede ver que en 1970, los recursos de un año se habían agotado el 19 de diciembre y en el 2018 ya estábamos en julio.
El día del exceso terrestre en España es 11 de junio y el de China cuatro días después. EE.UU. agota todo en marzo y Alemania en mayo.

Población

El autor hace hincapié en los cambios demográficos. Señala que uno de cada cinco habitantes del planeta es chino o indio (China tiene 1.384 millones de habitantes y la India, otros 1.296 millones). El 5 % de la población mundial está concentrado en una pequeña extensión de la India, en el Ganges.

Poder etéreo

El autor explica cómo la gente en mayo de 1945 pensaba que el país que más contribuyó a derrotar a Hitler fue la URSS (57 % de los encuestados) y en el 2015, el 54 % pensaba que fue EE.UU. Esto se debe a las tácticas de publicidad de cada país. Razón por la cual, China se ha lanzado a controlar el cine extranjero para dar una buena imagen de su país.

Urbanización
Aumento exponencial


miércoles, 25 de marzo de 2015

"La venganza de la geografía", de Robert D. Kaplan (2012)

Resumen de "La venganza de la geografía", de Robert D. Kaplan (2012)


El resumen actualizado y original está en el siguiente link:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/03/la-venganza-de-la-geografia-de-robert-d.html

Resumen y comentarios por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, geopolítica, política internacional

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Título: "La venganza de la geografía"
Subtítulo: "Cómo los mapas condicionan el destino de las naciones"

Título original: "The Revenge of Geography"

Autor: Robert D. Kaplan

Feha de publicación: 2012

En español: RBA Libros SA, 2013

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Biografía oficial del autor Robert D. Kaplan (hasta 2013)

"Robert D. Kaplan (Nueva York, 1952), periodista y analista político, es autor de catorce obras sobre política exterior y libros de viajes, entre los que destacan: Monzón: un viaje por el futuro del océano Índico, Fantasmas balcánicos: viaje a los orígenes del conflicto de Bosnia y Kosovo, y El retorno de la antigüedad: la política de los guerreros. Ha sido corresponsal en el extranjero para la revista The Atlantic durante más de 20 años, profesor de Seguridad Nacional en la Academia Naval de Annapolis (2006-2008), miembro de la Junta de Políticas de Defensa, el principal consejo asesor del Departamento de Defensa estadounidense (2009-2011) y sénior del Center of a New American Security, en Washington (desde 2008). En 2011, la revista Foreing Policy incluyó a Kaplan en la lista de los "Top 100 Global Thinkers". Actualmente, es el principal analista geopolítico de la empresa privada de seguridad Stratfor."

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Texto de la contraportada

"En el pasado, el contexto geográfico y las realidades naturales de los imperios y las naciones siempre fueron determinantes en los conflictos internacionales. Así ha sido hasta ahora y así será en el futuro, por encima de cualquier condicionante que la globalización imponga. Esa es la sorprendente y brillante tesis que se postula en La venganza de la geografía. Serán la distribución del espacio, el clima y otras circunstancias exclusivamente físicas los parámetros que definirán el devenir de las diferentes regiones mundiales durante el próximo siglo.

Robert D.Kaplan, uno de los más agudos y reputados analistas políticos de la actualidad, repasa en este impactante libro las teorías y los descubrimientos geopolíticos más recientes, examina algunas páginas reveladoras de la historia, para a continuación proponer una lectura global del mundo en que vivimos y definir cuál será el posterior desarrollo de los acontecimientos en el escenario internacional"

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ÍNDICE

La venganza de la geografía

Primera parte
Visionarios

1. De Bosnia a Bagdad

2. La venganza de la geografía

3. Heródoto y sus sucesores

4. El mapa euroasiático

5. La distorsión nazi

6. La teoría del anillo continental

7. El atractivo del poder marítimo

8. La "crisis del espacio"

Segunda parte
 El mapa de principios del siglo XXI

1. La geografía de las divisiones europeas

2. Rusia y el corazón continental independiente

3. La geografía del poder chino

4. El dilema geográfico de la India

5. El pivote iraní

6. El antiguo Imperio otomano

Tercera parte
El destino de los Estados Unidos
1. Braudel, México y la gran estrategia

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RESUMEN

Comentarios previos

El libro ha tenido bastante éxito pues en España, en el 2015, ya va por su sexta edición. Es ameno y explica muchas cosas de la actual geopolítica. Fue escrito entorno al 2010-2011 y publicado en el 2013 y augura conflictos en Ucrania y el norte de Siria (como así ha ocurrido).
Al leer el libro, uno tiene la sensación de que las potencias son entes vivos ambiciosos que se pelean entre sí, o más bien sospecha que esa descripción no es más que una burda racionalización que hacen los imaginativos geopolíticos para explicar la realidad como si fuese un cuento infantil. Pero de momento, es la teoría que explica algunos de los grandes movimientos de política internacional y predice otros con increíble exactitud.

El título de La venganza de la geografía viene a referirse a que hay espacios geográficos que, gobierne quien gobierne, obligan a un país a su expansión territorial. Piénsese que la Rusia zarista y la URSS en nada variaron su política de anexionarse países para avanzar hacia el Índico y llegar al mar.
Kapland sigue la estela de otros que ponen como factor determinamente la geografía para el éxito de una nación. Es una vieja idea que los sociólogos descartaron hace tiempo porque estos le dan más importancia a la estructura social y las leyes. Así, por ejemplo, en la actualidad vemos dos tendencias: La sociológica, que estaría representada entre otros libros por "¿Por qué fracasan los países?, en donde defienden que las democracias y la libertad generan crecimiento económico mientras que los regímenes absolutistas o dictatoriales generan estancamiento. La otra tendencia sería la geográfica, en la que autores como Kaplan o el autor de "¿Por qué manda Occidente...por ahora?" han revitalizado la idea de que la geografía determina el éxito de un país (el viejo tópico de que en el sur son más vagos porque hace sol y salen a bailar y en el norte muy trabajadores porque hace frío y están todo el día en el taller).

 Kapland sostiene que las naciones tienen estabilidad cuando han ocupado todo su espacio natural (un gran valle, una estepa, una cadena montañosa). Por el contrario, cuando tres países se reparten un mismo valle sin barreras naturales que los separen, esta situación generará luchas fronterizas e invasiones durante siglos. La tendencia es que, finalmente, todo ese territorio se unifique. Así, países como Egipto han gozado de una gran estabilidad durante milenios porque los faraones ocuparon todo su territorio en ambas orillas del Nilo y el país fue protegido de invasiones por el desierto del Sáhara, el Mediterráneo y el Mar Rojo. Por el contrario, Mesopotamia, cruce de las rutas que llevan a  Asia, Europa y África ha sufrido continuos cambios políticos durante milenios, una región siempre azotada por guerras, migraciones o ataques. 
Otro dato que los autores recientes comentan cada vez más es que el auge de Europa a partir del siglo XVII tiene relación con la expansión de Rusia hacia Siberia, Crimea y Mongolia, que cortó el paso a los nómadas de la estepa que tantos estragos causaron antaño. Esa seguridad fomentó la estabilidad en Euroasia y disparó el crecimiento económico. No es lo mismo hacer la revolución industrial en un siglo XVIII pacífico que teniendo que enfrentarse a hordas de fieros jinetes del Cáucaso que arrasan todo a su paso.

Kapland menciona a tres autores importantes que configuraron la teoría de la geopolítica actual. El más prestigioso y reconocido es  Mackinder, un autor de principios del siglo XX que con una teoría determinista vino a decir que historia de la humanidad siempre había estado promovida por los grandes avances hacia el exterior de los pueblos que no tenían salida al mar y que se situaban cerca de Europa oriental y el corazón continental de Eurasia. Hablaba de que Eurasia formaba una "isla mundial" y que el país que conquistase el corazón continental dominaría el mundo. Proponía que hubiese unos estados-barrera independientes que separasen Rusia de la Europa marítima. Veía el futuro en función de un equilibrio de poder que garantizaba la libertad. Alrededor del corazón continental existía un "anillo continental" de Eurasia (lo que hoy llamamos periferia: Mediterráneo, Mesopotamia (Irak, Afganistán), Caspio, Himalaya, Finlandia). Sostiene que el poder terrestre se enfrentó siempre al marítimo (Rusia contra el Imperio Británico, Esparta contra Atenas, Venecia contra Turquía). La clave de la geopolítica es esa zona inaccesible de Eurasia abierta a los nómadas, que el ferrocarril acertó. MacKinder defendía el poder terrestre pero Rusia fue derrotada por Japón, un poder marítimo, en 1905. Algunas de sus predicciones sobre las expansiones territoriales se cumplieron pero no mediante la guerra sino mediante pacíficas emigraciones hacia esos bordes del "anillo continental" para ocupar espacios vacíos.

Después, Kapland menciona a Karl Haushofer, un asesor de Hitler en los años 20 y 30 del siglo XX, que leyó y tergiversó a Mackinder, defendió que había que consolidar un área alemana y rusa, desde el Elba hasta Amur. El llamado "espacio vital". El nuevo orden mundial alemán estaría compuesto por una cuenca pacífica dominada por Japón, una Panamérica, dominada por Estados Unidos y un corazón continental dominado por los alemanes, con una subregión mediterránea norteafricana dominada por Italia. Prácticamente, está describiendo los escenarios y objetivos bélicos de la Segunda Guerra Mundial antes de que esta empezase. La geopolítica alemana acarreaba una "guerra perpetua" por el espacio. La geopolítica de Haushofer era el plan maestro para que los nazis supiesen qué tenían que conquistar.

Strausz-Hupé es el tercer geopolítico de gran influencia y el más realista, En "Geopolítica: la lucha por el espacio y el poder" alertó del peligro de la geopolítica nazi y restauró el prestigio de Mackinder, que lejos de delirios expansionistas lo definió como un observador imparcial. Strausz-Hupé animó a los americanos a que se concienciasen de la importancia que tenía su país, tras la guerra mundial, para estabilizar y preservar el equilibrio de poder euroasiático. El poder aéreo acabaría por dejar sin sentido la idea del "corazón continental". Y avisó de que la tendencia era crear "superestados".

El libro estudia grandes masas continentales como Europa, el Mediterráneo, Rusia, Mesopotamia, Irán, China, Turquía o Estados Unidos.

El caso más interesante es el de Rusia porque el territorio del país no ha hecho más que agigantarse desde tiempos de los zares hasta llegar hasta Vladivostok, en el Pacífico. Los zares tenían sus ciudades asentadas en los bosques pero se expandieron hacia las estepas para crear una anillo de seguridad. Al hacer sus fronteras más grandes, también aumentaron los riesgos, y fue necesario expandir la frontera. De este modo, se cortó el paso a los belicosos nómadas que durante siglos asolaron China, Oriente Medio y Europa del Este. La guerra de Crimea a mediados del siglo XIX entre el Imperio Británico y Rusia, fruto del Gran Juego, refleja bien el conflicto de intereses entre una potencia marítima (Inglaterra) y una terrestre (Rusia) que ansiaba llegar al mar. Afganistán se convirtió en una pieza clave para Rusia que se disputó con Gran Bretaña.
Aunque la capital era San Petersburgo, en el mar Báltico, Rusia era una potencia terrestre y la URSS acabó por establecer su capital en Moscú. Su expansión natural en Europa incluía Bielorrusia, los países bálticos y Ucrania. La URSS no hizo más que continuar la expansión zarista y crear un anillo de repúblicas y absorberlas. Incluso le quitó parte de Manchuria a China. En la Segunda Guerra Mundial se produjo el gran choque entre las dos superpotencias continentales, Alemania y la URSS, por hacerse con el control de la gran planicie que va desde Francia hasta los Urales. Alemania salió derrotada y la URSS controló gran parte de Europa del Este pero no pudo hacerse con Grecia, tras la Segunda Guerra Mundial, porque los aliados consideraban esa zona del Egeo como un "pivote geopolítico" de vital transcendencia. Si Grecia caía en la órbita soviética, caería el resto de Europa. En todo caso, la URSS siguió un plan geopolítico para hacer un anillo de seguridad mediante países satélite que lo separasen de Alemania. El hecho de que Grecia quedase fuera de la órbita soviética y fuese occidental pudo haber contribuido al futuro colapso de la URSS, según Kapland, porque Alemania asumió el poder continental. La guerra de Corea o la fracasada invasión de Afganistán en 1979 dio el golpe de gracia al sistema soviético. Este proceso expansionista se paró con la disolución de la URSS aunque la diplomacia rusa continuó para mantener su influencia en la periferia.
Kapland sostiene que si Rusia apostase seriamente por integrarse en la economía mundial trasladaría su capital al puerto de Vladivostok, en el Pacífico, cerca de Japón, Corea y China. La cuenca del Pacífico es ahora el motor de la economía mundial y Rusia podría tener grandes ventajas si establece una gran ciudad en Vladivostok, a solo unos miles de kilómetros de Shanghai. Por otro lado, dado que Rusia ocupó zonas chinas en el siglo XIX, que ahora están desplobadas, la geografía ha vuelto a su situación original y ahora muchos emigrantes chinos cruzan la frontera para asentarse en territorio ruso. Respecto a Ucrania, el autor escribió el libro antes de la guerra de 2014, pero ya aventura que iba a ser un foco de tensión porque no hay ninguna frontera natural que separe a Rusia de Ucrania.

Otra zona geopolítica de interés es China. Kapland sostiene que al tratarse de un país unificado (gracias al canal que unió los ríos Yan-sen y Amarillo, y enlazó económicamente el norte y el sur), apenas tuvo guerras y pudo desarrollar una economía estable, salvo por las invasiones mogolas y nómadas esteparios. La idea de Kapland es que China se va a convertir en una potencia marítima, por lo que acabará por dominar el Pacífico. Da consejos para los intereses americanos para contrarrestar la creciente influencia china en ese océano. 

Respecto a Oriente Medio, Kapland sostiene que Irán (la antigua Persia) ha prolongado su influencia cultural en todo su entorno a pesar de que sus fronteras son menores que en su época de esplendor. Es uno de los pivotes de Eurasia. Otro pivote es Turquía, que tras la Primera Guerra Mundial perdió su imperio otomano y se volvió laica. Su influencia se ha acrecentado a medida que los políticos musulmanes han recobrado el poder en los últimos años. También cobra importancia el norte de Siria porque es un lugar muy conflictivo por todos los grupos étnicos que hay allí y muy difícil de controlar, por lo que previó nuevas guerras allí. Lo curioso es que Kapland escribió el libro antes de que el Estado Islámico se hiciese fuerte precisamente en esa zona, asunto que hoy es muy preocupante en la esfera internacional.

Respecto a Estados Unidos sostiene que actúa como una potencia marítima ya que está protegido por dos océanos y una frontera amiga en Canadá. Cree que algún día México se expandirá al norte de Estados Unidos porque esa zona fue española durante muchos siglos y la prueba es que los inmigrantes hispanos cruzan la frontera para asentarse y trabajar allí porque se sienten "como en casa".

(continuará el resumen)