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sábado, 5 de enero de 2019

"Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato", de Jaron Lanier (2018)

Resumen del libro "Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato", de Jaron Lanier (2018)


Ver el resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/01/diez-razones-para-borrar-tus-redes.html

Resumen elaborado por E.V.Pita (2019), doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, Internet, redes sociales, estructura social, monopolios, conductismo

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Ficha técnica

Título: "Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato"

Título original en inglés: "Ten Arguments for Deleting Your Social Media Accounts Right Now"

Autor: Jaron Lanier

Fecha de publicación: 2018

Publicación en español: Penguin Random House Grupo Editorial, Barcelona, 2018

Número de páginas: 185

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Biografía del autor Jaron Lanier (hasta 2019)

Jaron Lanier es científico, músico y escritor, conocido mundialmente por acuñar el concepto "realidad virtual" y defender la importancia del humanismo y de una economía sostenible en el nuevo paradigma digital que domina nuestra sociedad. Su primera "startup", VPL Researchs, creada en los años 80, inventó los primeros productos comerciales de realidad virtual e introdujo avatares, experiencias virtuales multipersona y prototipos de dispositivos que permitían simular operaciones quirúrgicas. Sus libros "¿Quién controla el futuro? (Debate, 2014) y "Contra el rebaño digital" (Debate, 2011) son éxitos internacionales, y ha sido nombrado una de las cien personalidades más influyentes del mundo según la revista Time.

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Texto de la contraportada

Razón 1... Estás perdiendo el libre albedrío

Razón 2... Renunciar a las redes sociales es la mejor manera de resistir la locura de nuestro tiempo.

Razón 3.... Las redes sociales te están convirtiendo en un idiota

Razón 4.... Las redes sociales están socavando la verdad

Razón 5.... Las redes sociales están vaciando de contenido todo lo que dices

Razón 6.... Las redes sociales están destruyendo tu capacidad de empatizar

Razón 7.... Las redes sociales te hacen infeliz

Razón 8... Las redes sociales no quieren que tengas dignidad económica

Razón 9.... Las redes sociales hacen imposible la política

Razón 10.... Las redes sociales aborrecen el alma


"¿Te cuesta imaginar una vida sin redes sociales? ¿Y si te dieran diez razones que te convencieran de la toxicidad de sus efectos? 

En este libro, Jaron Lanier, el hombre que acuñó el concepto "realidad virtual" y uno de los padres fundadores de la web 2.0, nos explica con una contundencia abrumadora cómo las redes sociales están convirtiéndonos en personas rencorosas, tristes, asustadizas, poco empáticas, aisladas y triviales. Todo ello es debido a la tendencia de las redes a sacar lo peor de nosotros, a convertir la política en algo terrorífico, a engañarnos con ilusiones de popularidad y éxito, a cambiar nuestra relación con la verdad, a desconectarnos de la gente, aunque estemos más conectados que nunca, y a coartar nuestra libertad con implacables anuncios especialmente dirigidos.

Si quieres una vida feliz, un mundo más justo y pacífico, o simplemente la oportunidad de pensar por ti mismo sin ser monitoreado e influenciado por las corporaciones más ricas de la historia, lo mejor que puedes hacer es cancelar tus cuentas. Ahora."

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ÍNDICE

Introducción con gatos

Razón 1... Estás perdiendo el libre albedrío

Bienvenido a la jaula que te acompaña dondequiera que vayas

El científico loco se preocupa por el perro enjaulado

La zanahoria y la argucia

El atractivo del misterio

El cielo y el infierno son los otros

El bit como cebo

Adicción, te presento el efecto red

La adicción y el libre albedrío son antónimos


Razón 2... Renunciar a las redes sociales es la mejor manera de resistir la locura de nuestro tiempo.

La máquina de Incordio

Las partes que forman la máquina Incordio

El problema es limitado, por lo que podemos contenerlo


Razón 3.... Las redes sociales te están convirtiendo en un idiota

Nieve tiznada

Conociendo a mi trol interior

La misteriosa naturaleza de la tecnología de amplificación de los idiotas

El más principal de los interruptores principales

Ve allí donde eres más amable


Razón 4.... Las redes sociales están socavando la verdad

Todo el mundo lo sabe

Cuando las personas son falsas, todo es falso

Incordio mata


Razón 5.... Las redes sociales están vaciando de contenido todo lo que dices

Significado entreabierto

El mundo de los pódcats


Razón 6.... Las redes sociales están destruyendo tu capacidad de empatizar


Insensibilidad social impuesta digitalmente

La teoría perdida en nuestro cerebro


Razón 7.... Las redes sociales te hacen infeliz


¿Por qué tantos tuits famosos acaban con la palabra "triste"?

El lado malo de Incordio

El castillo elevado


Razón 8... Las redes sociales no quieren que tengas dignidad económica

Doble Incordio

Incordio de bebé

Incordio contradictorio

Anteojeras de Incordio

Mejor que Incordio

La perspectiva corporativa

La perspectiva del usuario


Razón 9.... Las redes sociales hacen imposible la política

Quemaduras de arco

La Primavera Árabe

Gamegate

LGBTQ

Ni de izquierdas ni de derechas, sino de abajo

"Black Lives Matter"

Ojalá este juego hubiese acabado ya


Razón 10.... Las redes sociales aborrecen el alma

 Conocí una metáfora metafísica

Los cuatro principios de la espiritualidad, según Incordio

La fe en Incordio

El cielo en Incordio

La existencia sin Incordio

La antimagia de Incordio

Conclusión: Los gatos tienen siete vidad

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RESUMEN

Comentarios iniciales: Lanier, uno de los gurús de Silicon Valley, lleva varios años desenmascarando el lado oscuro de las redes sociales. En este libro aborda el lado más tóxico: la adicción a las redes y la supuesta manipulación conductista de la conducta de los usuarios a través de filtros y burbujas y el usuario adicto sin libre albedrío se convierte en un zombi con su cerebro cansado con el piloto automático puesto y a merced de los manipuladores ocultos y de algoritmos indiferentes y aleatorios (ransomware). Dice que todos proporcionamos datos e información porque estamos enganchados y atrapados por el efecto red y nos estamos convirtiendo en "idiotas".

Lanier advierte que las plataformas no tiene otra manera mejor de ganar dinero que consiguiendo que les paguen por modificar el comportamiento del usuario (son hinoptizadores que trabajan para unos clientes que están ocultos y cuya identidad es desconocida, lo que genera desconfianza). El autor recomienda borrar las cuentas de las redes sociales en base a diez argumentos, al menos hasta que las plataformas cambien su sistema de servicio gratuito (donde tú eres el producto) por uno de pago. Dice que se ha convertido en algo normal la vigilancia generalizada y la manipulación sutil y constante, lo que considera "inmoral, cruel, peligroso e inhumano". Se pregunta quién podía usar ese poder y para qué (por ejemplo, plantea la hipótesis de que los datos de los usuarios caigan en poder de una dictadura digital que controla a sus súbditos). El autor también aclara que las empresas de las redes sociales se han dado cuenta de la situación, tienen remordimientos, entonaron el "mea culpa" (Parker y Palihapitiya) e intentan solucionarlo.

El autor arranca el libro explicando por qué los vídeos y "memes" en la Red de gatos (semidomesticados e imprevisibles) tienen más éxito que los perros (domesticados y previsibles). La gente se queda a la expectativa de lo que va a hacer el gato, totalmente imprevisible (siguen siendo ellos mismos). Los usuarios tienen miedo de ser "perros" en Facebook, de hacer algo desagradable cuando suena el "silbato" que los controla. A Facebook y Google los define como "imperios de modificación de la conducta".

En el primer argumento, el autor señala que desde hace cinco o diez años todo el mundo lleva un teléfono inteligente apto para la modificación algorítmica de la conducta. También hay altavoces inteligentes que nos siguen el rastro, miden lo que hacemos y nos devuelven reacciones prediseñadas. "Unos ingenieros a los que no vemos nos van hipnotizando con intenciones que desconocemos. Somos animales de laboratorio", dice Lanier. Recaban datos sobre el usuario a escala colosal, lo monitorizan y evalúan, y las estadísticas revelan patrones de conducta ocultos para los que no tenemos explicación. Una vez que la máquina "sabe" si el usuario está triste puede influir con otros mensajes que han funcionado en otras personas. 

El autor relaciona esta modificación publicitaria de la conducta con el "conductismo" (hace referencia a la caja de Skinner, una jaula donde recompensaba a animales que hacía algo en particular). Añade que hoy se puede adiestrar a alguien usando técnicas conductistas y que la persona ni siquiera es consciente de ello.

Uno de los trucos para atraer al usuario es darle "chutes" de dopamina si alguien le da un "like" a una foto o publicación. Hay un bucle de retroalimentación de validación social. Entre las recompensas figuran caramelos brillantes en "Candy Crush" o tesoros en los videojuegos o respuestas halagadoras cuando publica algo, por lo que publica más. Además de premios, hay castigos (desprecio, ostracismo). Es como el palo y la zanahoria. Otra de las claves es que la "captación" funciona mejor cuando el algoritmo es deliberadamente aleatorio e impredicible porque nuestro cerebro es un buscador innato de patrones y es incapaz de resistirse al reto de encontrar "otro truco" ante un patrón sin sentido o incongruente (misterio que lo hace más fascinante). Además, los algoritmos son "adaptativos" y hace cálculos modificando pequeños cambios y ajustes temporales para ver si mejoran los resultados por ejemplo en la probabilidad de la compra (introduce rutinariamente altas dosis de aleatoriedad para ir ajustándose; son como saltos o mutaciones). Esto es lo que engancha a la mente porque busca un patrón donde no lo hay (este es el sistema de las tragaperras digitales o las apuestas en Internet). El problema del conductismo es que una herramienta de aprendizaje instrumental en vez de creativo. Califica a los anunciantes de "manipuladores" porque, habrá gente que solo quiera vender un jabón pero otros, más oscuros, buscan socavar la democracia, dice el autor.

El autor aclara que la modificación de la conducta es un efecto estadístico de forma que no se manifiesta en todos los individuos de una población (el acierto o predicción es difusa aplicada a un individuo pero exacta a escala poblacional).

Además de los patrones aleatorios, también influye la presión social (sensibilidad hacia el estatus, la opinión y la competición social). Por ello, dice el autor, en las redes sociales, la manipulación de las emociones sociales ha generado recompensas (solidaridad, camaradería, compasión, respeto) y castigos (ansiedad, acoso, miedo, ira; son fácilmente desbordables y generan respuestas reflejas que nos embargan más tiempo). Los castigos son más baratos, desde el punto de vista empresarial y, además, los algoritmos, amplifican las emociones negativas porque detecta que aumentan las visitas. Hay un sesgo hacia "abajo" (es más fácil montar un conflicto que resolver el hambre en el mundo).
Recalca que las emociones negativas son una fuerza superior que influye en la conducta personal, política, económica, social o cultural.

Otro factor es el "efecto de red", que influye en que la gente se quede atrapada en las redes (Uber, etc...) porque otros también la usan por sus beneficios, por lo que carecemos de capacidad real para usar otras diferentes. El idealismo libertario (una Internet libre y gratuita, accesible a todos) degeneró en "monopolios globales" (los usuarios son el producto y no el cliente de las redes sociales, lo que se llama "monopsonios").

En el capítulo 2, habla de la máquina estadística (difusa pero real) que llama INCORDIO (conductas de usuario modificadas y convertidas en un imperio de alquiler). Se basa en seis piezas:

A) Adquisición de la Atención que lleva al dominio de los Idiotas

    Genera agresividad entre los usuarios, que se comportan de forma desagradable.

B) Buitrear en la vida de todo el mundo

     Los algoritmos correlacionan todos los datos de una persona con las del resto y elaboran sus teorías. El nivel de vigilancia y espionaje roza lo distópico.

C) Colmar de contenido la mente de todo el mundo

     Los algoritmos generan para cada usuario un "hilo de contenido", un "motor de recomendación" o personalización. Cada persona ve cosas diferentes, nadie entiende porque otros actúan de otra forma y se reduce la empatía.


D) Dirigir el comportamiento de las personas de la manera más sibilina posible

Las plataformas usan efectos sutiles y acumulativos que pueden hacer que la gente se sienta "triste", alterar la participación electoral  o reforzar la fidelidad a una marca. Los algoritmos optimizan la felicidad, emociones, fidelidad...

E) Embolsarse dinero para dejar que los peores idiotas Engañen disimuladamente a todo el mundo

   La máquina de modificación de conductas se alquila por dinero o debe suministrar un combustible de datos para la plataforma (los periódicos crearon "ciberanzuelos" para entrar en el hilo de noticias de Facebook y sobrevivir al cambio).

F) Falsas muchedumbres y una sociedad Falsaria

  Los usuarios malintencionados que usan la máquina INCORDIO obtienen beneficios. Todo vale: desde poner falsos bots, IA, reseñas, perfiles falsos, todo automatizado... (hay un vandalismo social invisible). Se genera un altavoz a las personas falsas.


En el capítulo 3, el autor dice que en las redes sociales hay una especie de interruptor por el que la gente funciona en modo "lobo solitario" (reflexivo) o "manada" (irreflexivo). Recomienda no caer en este juego y no alimentar la agresividad y negatividad en las redes con vídeos con insultos ni tuitear como "represalia".

En el capítulo 4, aborda la falsedad de mucha información que circula por la red (a veces creada por bots falsos que generan millones de contenidos, "likes", ciberanzuelos, terroríficas historias falsas que aparecen en los hilos de contenido de Facebook...). Da igual si eres de izquierda o derechas, el algoritmo te cataloga dentro del grupo de "paranoicos". Lo preocupante, dice el autor, es que también divulgan falsedades médicas o sanitarias (como el desprecio a las vacunas) que pueden revivir enfermedades olvidadas y erradicadas.

En el capítulo 5, aborda la falta de contexto del contenido (texto, imagen y vídeo) publicado en las redes sociales, lo que genera conflictos por los malentendidos que surgen. Dice que Internet hay "nula o poca" capacidad para conocer el contexto (conversaciones de mujeres se remezclan, se manipulan groseramente, se incorporan a un marco violento o se sexualizan).
Por su parte, los periodistas se ven obligados a "optimizar" los resultados de audiencia de sus noticias para sacarle el mayor partido. De todos modas, muchas de estas cifras son falsas (la audiencia son "bots")
El autor recalca que los "podcats" han sobrevivido a la manipulación del contenido.

En el capítulo 6, Lanier alerta de la falta de empatía que generan las redes sociales. Indica que si lo que decimos deja de tener sentido, tampoco lo tiene para el resto del público. Señala que no podemos saber en qué medida la máquina Incordio sesga y moldea la manera de ver el mundo a través de búsquedas, hilos de contenido, anuncios personalizados o flujos, pues todos son distintos y privados, y personalizados (las señales que nos mandamos unos a otros dejan de tener sentido; nuestro mundo es invisible para quienes nos malinterpretan y viceversa debido a la opacidad). Además se reducen los espacios públicos y hay una mayor insensibilidad social impuesta digitalmente. No hay ya una teoría de la mente, el "no juzgues a la gente hasta ponerte en su lugar".

En el capítulo 7, indica que las redes sociales nos "entristecen" (al establecer unos estándares de belleza, estatus social inalcanzable o la vulnerabilidad ante los troles). Si las redes maximizan nuestra capacidad de atención, lo que amplifica las emociones negativas como si fuese un imán, "la máquina tenderá a encontrar la manera de hacernos sentir mal" sin necesitar saber cuál es el motivo que nos ha hundido. Según el autor, él está enfadado porque la máquina Incordio lo sitúa en una posición "subordinada" y "humillante" al sentirse juzgado (y desencadenar su "trol interior"). No le gusta que Facebook le diga que tiene pocos amigos o de si no gusta (lo que es "incordiante") porque lo clasifica y categoriza (como si fuesen signos del zodíaco o el horoscopo) pues esto puede determinar si nos conceden un préstamo, un empleo o un seguro. A mayores de estos niveles de valoración superficiales y visibles, hay otros opacos que nadie conoce (mediante correlaciones matemáticas que nadie sabe interpretar, la llamada interpretación de capa intermedia).

En el capítulo 8, aborda la inseguridad económica que genera el algoritmo Incordio (al fomentar los trabajos esporádicos mientras solo un puñado de emprendedores se hace rico). Dice que el movimiento que creó Internet cometió un error inocente:  se adoptó como dogma el software libre y abierto, con el código fuente bien visible pero esta teoría, al ser inviable económicamente, no llegó a funcionar. Sin embargo, las compañías con máquinas Incordio tienen software hipersecreto y oculto, inaccesible a los háckers por lo que "el código secreto con el que nos manipulan está protegido como las joyas de la corona". El segundo error, dice el autor, es permitir que los servicios fuesen gratuitos (el único modelo que funcionó fue el de la publicidad a costa de los músicos, traductores y periodistas). El problema es que ahora alguien paga para manipularnos y que genere trabajos precarios en Uber mientras espía a los pasajeros, dice Lanier. No hay sitio más que para unas pocas superestrellas.

La posibilidad que contempla Lanier es "monetizar directamente servicios como la búsqueda y las redes sociales". El usuario pagaría una cuota mensual por usarlos pero si contribuyese con contenidos, ganaría algo de dinero "en vez del simbólico cinco estrellas actual". Hay un precedente y son las televisiones por Internet como Netflix o HBO. Dice que cuando los usuarios paguen por las plataformas, estas servirán a sus usuarios y clientes (a su vez, dueños de sus datos, con los que puedan ganar dinero si son valiosos).

Añade que Google y Facebook están "muy enganchados" a la máquina Incordio.

En el capítulo 9, aborda la imposibilidad de generar política porque la red se ha llenado de insultos y vídeos violentos y la manipulación de los votantes para que disminuyan su participación electoral (por ejemplo, para provocar la derrota de Hillary Clinton, según sugiere el autor). Menciona que muchos votantes se sintieron desdeñosos y desesperanzados para no ir a votar, lo que explica con la expresión "redlining" (manera disimulada mediante la cual los bancos estadounidenses, supuestamente, han manipulado históricamente los algoritmos con los que evaluaban la solvencia crediticia para discriminar a los barrios negros). Se pregunta dónde está lo espontáneo y lo premeditado en algunas reacciones de los votantes de Clinton que se vieron impelidos a ridiculizarla.

En el capítulo 10, analiza las cuestiones "espirituales" de la red (libre albedrío, sentido de la vida frente al objetivo actual de "optimizar"). Google incluso trabaja para el "más allá", casi como una religión. Además, algunos ingenieros no sirven a la Humanidad sino que trabajan para futuras máquinas de Inteligencia Artificial que herederán la Tierra (la singularidad). El autor replica que la IA es un "cuento" inventado por los informáticos para conseguir financiación hace años, una fantasía que oculta una ingeniería de código chapucera. Añade que la religión de la máquina Incordio está conectada a un negocio que otorga empatía a programas de ordenador (la IA) para soslayar que eso degrada la dignidad, el estatus y los derechos humanos de seres reales (con los que no se tiene ninguna empatía y a los que se silencia). Recalca que todos somos una humilde célula en un superorganismo que es la plataforma.

La forma de resistirse es abandonar esas redes sociales tóxicas (incluye a WhatsApp, Instagram) que espían al usuario y crear las propias web. Dice que a medida que haya más gente consciente, abandonarán esas redes.







lunes, 30 de marzo de 2015

"¿Quién controla el futuro?", de Jaron Lanier (2013)

Resumen de "¿Quién controla el futuro?", de Jaron Lanier (2013)


Resumen original y actualizado en:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/03/quien-controla-el-futuro-de-jaron.html


Resumen y anotaciones por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho.


Sociología, redes sociales, Internet, comunicación, consumo, sociedad de masas

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Título: "¿Quién controla el futuro?"


Título original: "Who Owns the Future?"


Autor: Jaron Lanier

Edición en inglés; Penguin Random, 2013

Edición en castellano: Penguin Random - Debate, 2014

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Biografía oficial del autor Jaron Lanier (hasta 2014)

"Jaron Lanier es experto en informática, músico, artista gráfico y escritor. Una de las cien personalidades más influyentes del mundo en 2011, según la revista Time, es muy conocido en el campo de la informática por sus trabajos sobre la realidad virtual - expresión acuñada por él -, que le valieron el galardón al Lifetime Career del IEEE en 2009. En un artículo de la revista Wired se le define como "la primera figura de la tecnología que ha logrado el estrellato en la cultura contemporánea". Ha trabajado tanto en entornos académicos, sobre todo en relación con Internet 2, como en el sector privado, y ha participado en la creación de empresas que acabaron compradas por Oracle, Adobe y Google. Obtuvo un doctorado honoris causa del Instituto de Tecnología de New Jersey en 2006. La Enciclopedia Británica le ha incluido en la lista de los trescientos inventores más importantes de la historia. Su libro Contra el rebaño digital (Debate, 2011) fue un éxito internacional".

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Indice (resumido)

Parte I Primer asalto

1. Motivación

La ley de Moore altera la forma de valorar a las personas
La playa que bordea la ley de Moore
El problema no es la tecnología sino nuestra manera de pensar en ella.
El progreso es obligatorio / nunca es ajeno a la política

2, Una idea sencilla

Primer interludio: una visión antigua de la Singularidad
¿Merecen las personas que se les paguen si no padecen?
La parcela

Parte II  La tempestad cibernética

3. El dinero visto a través de los ojos de un informático
El dinero, Dios y la antigua tecnología del olvido

4. La construcción ad hoc de la dignidad de las masas
¿Son las clases medias algo natural?
Pequeños retoques en el diseño de la red pueden alterar los resultados
Dejemos que las distribuciones gaussianas sean gaussianas
Los sistemas del estrellato se axfisian a sí mismos, las curvas gaussianas se renuevan
El absurdo ideal de un mercado completamente puro
Ingresos y riqueza son cosa distinta

5. Los servidores sirena

No puede haber complejidad sin ambigüedad

6. El espectro de la inversión perfecta
Nuestra comida gratis
Caramelo
El riesgo de irradiación
El servidor ve de ti más de lo que tú puedes ver de él
El autocojetamiento a la autoconfabulación

7. Algunos de los primeros servidores sirena
Mi pequeña ventana
Wal-Mart como softeware
La perspectiva de la cadena de suministro
Servidores sirena financieros

Segundo interludio: Si la vida de da "Eulas", haz limonada

Parte III    Dos puntos de vista sobre el devenir del siglo

8. Episodios de desempleo de masas
¿Seguirá habiendo trabajo en la industria?
Napsterizando a los conductores
La enseñanza no es lo suficientemente abstracta
Una fábula farmacéutica que podría hacerse realidad este siglo

9. Desde lo alto: hacer mal uso del big data para hacer el ridículo
Tres "neerds" entran en un bar
Lo que para uno es falta de privacidad para otro es fuente de riqueza
El big data en la ciencia
La naturaleza del Big data desafía a la intuición
Kickstarter

Tercer interludio: La modernidad imagina el futuro

Parte IV   Mercados, paisajes energéticos y narcisismo

10. Mercados y paisajes energéticos
La tecnología del engaño ambiental
Experimentalismo y percepción política
Keynes como pionero del Big Data

11. Narcisismo
La locura del giro local / global
Los servidores sirena creen que el mundo gira a su alrededor

Cuarto interludio: los límites son para los "muggles"

El riesgo mortal de no ser una criatura cambiante

Parte V - La lucha por ser el más "meta"

12. La historia perdida

13. Coacción en piloto automático, Efectos de red especializados.

14. Ocultar el elemento humano

15.La historia encontrada

Quinto interludio: El viejo sabio en las nubes

Parte VI Democracia

16. Basta con no quejarse
Los Gobiernos han aprendido los trucos de los servidores sirena

17. Para que los derechos persistan, deben basarse en la capacidad de influencia.

Sexto interludio: El protector de bolsillo en la túnica de color azafrán
Monjes y nerds
La evolución de la abundancia

Parte VII . Ted Nelson

18. La primera y la mejor idea
Derecho a remezclar no es lo mismo que derecho a copiar
Enlaces bidireccionales


Parte VIII Las imágenes comprometedoras

19. El proyecto
Una economía de la información sostenible

20. Necesitamos algo mejor que unos diques ad hoc
En los árboles no crece el dinero suficiente

21. Algunos principios fundamentales
Simetría comercial
Solo ciudadanos de primera
Evitar los servidores sirena zombis
Solo identidad de primera

22. ¿Quién hará eso?
Realismo biológico
La psicología del merecimiento

23. Las grandes empresas

24. ¿Cómo gasteremos el dinero?

25. Riesgo

26. Identidad financiera
Simetría economica interpersonal
Neutralidad de red economica
La simetría como método disuasorio contra los intentos de engañar al sistema

27. La mitad inferior de la curva

28. La interfaz con la realidad
¿Qué podemos hacer con el big data y el problema de la realidad?
Por qué el combate contra el fraude implica la lucha contra los chanchullos

29. Desasosiego
El paraíso de los hacker
La red nos vigila
Varias buenas razones para dejar que nos rastreen en la nube
El desasosiego no está en la tecnología sino en el poder que otorgamos a los servidores sirena
La pirámide del chantaje de Maslow

30 Un intento de mitigar el desasosiego
Los derechos comerciales escalan online, los derechos cívicos, no
Los derechos comerciales tienen consecuencias prácticas
El precio ideal de la información equivale a la minimización del desasosiego

Séptimo interludio: Los límites son para los mortales
De la red social a la inmortalidad
La inmortalidad de dos niveles planificada para este siglo

Parte IX Transición

31. La transición
¿Puede haber una regla de oro digital?
Avatares y crédito
El precio de la antenimbosia

32, Liderazgo
Mil geeks
Startups
Multitud de servidores sirena
Facebook o algo similar
Confederaciones de solo unos pocos servidores sirena gigantes

Octavo interludio: El destino de los libros
Los libros inspiran la maquinación obsesiva
No es una cuestión de papel frente a libro electrónico
El libro tal y como le gustaría a Silicon Valley

Conclusión: ¿Qué debemos recordar?
La economía del futuro es el diseño de interfaces de usuario
¿Hay alguna manera de determinar si una economía de la información es humanista?

Epílogo
Una clase imprevista de la economía de la información humanista
Silicon Valley adapta una idea alternativa y supuestamente simple de la economía humanista
El valor actualmente oculto de los datos

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Texto de la contraportada

"Desde hace unas décadas, Lanier ha aprovechado su experiencia para reflexionar acerca de cómo la tecnología transforma nuestra sociedad y nuestra cultura. "¿Quién controla el futuro?" es la perspectiva de un pensador visionario sobre la cuestión económica y social más importante de la actualidad: la perniciosa concentración de dinero y poder en las redes digitales. Lanier piensa que el auge de las redes digitales ha conducido nuestras economías a la recesión y ha diezmado las clases medias. A medida que las tecnologías destruyen más y más sectores - desde medios de comunicación hasta la medicina o la industria -, afrontamos mayores desafíos al empleo y la prosperidad individual.
Pero hya una alternativa a permitir que la tecnología se apropie de nuestro futuro. En esta obra tan ambiciosa como sensible al devenir humano, Lanier dibuja el camino hacia una nueva economía de la información que respetará a la sociedad y le permitirá crecer. Es hora de que la gente común sea recompensada por lo que crea y lo que comparte en red. Lúcido, original y provocador, "¿Quién controla el futuro¿" es una lectura necesaria para todos los que vivimos en un mundo parcialmente digital."

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Resumen y comentarios:

Lanier se encuadra entre los nuevos autores que describen el  mito artúrico de Silicon Valley: la inmortalidad a través de la computación del cerebro, guardar la memoria biológica en un cerebro artificial. Cuando se alcance este logro, la Humanidad habrá alcanzado la Singularidad. Este concepto ha sido tratado por historiadores recientes como en "De animales a dioses",de Yuval Noah Harari (2013) y "¿Por qué manda Occidente... por ahora?", de Ian Morris (2010).
Lanier sostiene que los ingenieros de Silicon Valley están obsesionados con esa idea de la inmortalidad informática y que ya casi se ha convertido en una religión. [nota del lector: la verdad es que tiene todos los ingredientes]. Lo que deduce el autor es que tarde o temprano va a haber dos clases de personas: las que puedan permitirse el lujo de pagar por almacenar sus vivencias en un programa de Inteligencia Artificial y, por tanto, reproducirlas después de que su cuerpo físico fallezca y los que tendrán que conformarse con morir como todo el mundo. Esta inmortalidad informática es en la que están volcando sus esfuerzos los genios de Silicon Valley. Es algo que se sabe desde hace un lustro porque han salido varios libros que mencionan este avance humano, que coincidiría con la eliminación de todas las enfermedades y el alargamiento de la vida, quizás hasta los 200 años. Larnier ya anticipa un estancamiento económico al ser gobernado el mundo por una gerontocracia inmovilista. [nota del lector: tengo mis dudas de que la inmortalidad informática o la Singularidad funcione incluso si se lograse que un cerebro electrónico reprodujese todas las vivencias de un humano fallecido y tuviese consciencia como si fuese él. La cuestión es que una vez que el tipo se despierta en esa nueva vida y descubre que está atrapado en un "disco duro", que él solo es "pensamiento cibernético" ¿no se iba a enfadar o sentirse deprimido? Sería una consciencia dentro de una caja que podría leer los periódicos on line y enterarse de lo que pasa en el mundo, hablar con sus seres queridos o mover "avatares" para hacer recados. También es posible que se pudiese implantar ese cerebro artificial en un "cyborg" al más puro estilo Darth Vader o Robocop. Sería un triste consuelo, una especie de fantasmas vivientes que saben que se esfumarán al primer apagón y que los vivos son los que tienen el control].


La segunda cuestión que Lanier examina es la importancia y poder que están logrando los "servidores sirena", que pertenecen a grandes compañías que procesan todos esos datos que subimos al whapsapp o a Facebook. Lanier sostiene que la verdadera riqueza de Internet está en extraer patrones de esos datos y luego venderlos. [nota del lector: por ejemplo, saber que las personas que compran los viernes por la tarde zapatos de color negro por eBay suelen adquirir más entradas para el teatro a través de Facebook, o cosas así]. Es la comercialización de estos datos la verdadera riqueza de Google o Facebook, el verdadero negocio está en la explotación estadística de los datos de los usuarios, el llamado Big Data, porque la tarta publicitaria es un modelo económico que se agotará y en el que todos acabarían enzarzados en peleas por hacerse con algunas migajas más de los mismos trozos. Las enormes granjas de servidores, que requieren una gran energía, están acumulando y procesando datos de millones de personas que usan aplicaciones gratuitas de redes sociales y telefonía sin saber que hay un servidor que anota cada paso que dan y saben todo sobre ellos: a qué hora encienden su móvil y lo apagan, lo que da una pista de dónde duermen (y extraer muchas conclusiones....), cuando está más activo (por el trabajo), qué llamadas hacen (lo que reconstruye sus redes sociales)... El IP o identidad digital no es única y los usuarios pueden crear varios perfiles en Facebook para borrar pistas de su huella digital pero a estas alturas es más que probable que el Big Data, a base de correlaciones de patrones, ya sepa quiénes usan el mismo perfil y quién es el verdadero usuario. En definitiva, controlar el Big Data es el negocio del siglo XXI porque los comerciantes usan esos datos por encargo para mejorar su producto, afinar en la publicidad dirigida y hacer sus ventas. La cosa va a ir a más porque la automatización es imparable y, tarde o temprano, los coches conducirán solos y nuestras rutas serán procesadas. La versión más suave de lo que podría pasar es que cuando pasásemos por una carretera un cartel publicitario pondría la cara de un amigo y unas letras nos dirían: "Johny, no te olvides de comprar en Amazon tu entrada para la final de la NBA".
 El problema de los grandes servidores de Big Data es que acaban monopolizando su sector, por aquello de "el ganador se lo queda todo" y se convierten en imprescindibles para el usuario, que carece de alternativas. Lo mejor de todo es que numerosos usuarios están trabajando gratis y subiendo miles de datos a la Red como si fuese un hobby o una diversión (a través de blogs, comentarios en foros, vídeos caseros...) de forma que alimentan gratis a esos servidores sirena que luego sí saben explotar la información estadística que extraen. Es decir, la gente trabaja gratis y encantada, por eso el servidor funciona como las sirenas que llevaba a las rocas a la tripulación de Ulises. Hay millones de internautas trabajando gratis y llenando de contenido la Red se supone que, por el bien común, pero todos olvidan que detrás hay una compañía privada y unos inversores que quieren extraer un beneficio. El efecto más visible es que el valor de la información subida a la red se ha devaluado [nota del lector: lo vemos a diario en la prensa escrita] porque la oferta es muy amplia.
Algunos servidores son "servidores sirena", como los define Lanier, y solo hay un puñado de ellos pero tienen billones de datos procesados de los usuarios que requieren sus servicios gratuitos. Y ya se sabe que la información es poder. Los ciudadanos y los gobiernos pronto se podría ver superados por estos servidores sirena.
 Por otra parte, toda esta información "on line" es cierto que beneficia a todo el mundo y agiliza las comunicaciones pero también está destruyendo puestos de trabajo, no solo a los músicos, periodistas y fotógrafos si no a todos los sectores que dependen de la logística, transporte, pero incluso a los "yuppies" de Wall Street que se ven superados por máquinas que hacer millones de operaciones por segundo, algo inigualable. La economía se ha vuelto mucho más eficiente (al menos para especular y para fabricar más barato). El resultado es que, como advierte Lanier, la clase media está desapareciendo a ritmos agigantados y la clase media era la que sostenía la economía de masas porque ¿a quién le van a vender sus productos los fabricantes si no hay clase media y todo el mundo es pobre o no tiene manera de ganarse la vida?.

La propuesta de Lanier es que Internet tiene que pagar a todo el mundo por la información que sube o, por lo menos, por los datos que se extraen. Por ejemplo, si alguien hace un comentario en Twitter y eso genera visitas, debería haber algún micropago para compensarle. Actualmente, si alguien sube un vídeo que recibe millones de visitas eso le genera un subidón de ego pero poco dinero, salvo que le salga un patrocinador. En el mejor de los casos, de un millón de internautas, hay uno o dos que sacan algo de pasta. Los demás, reciben aplausos una temporada y luego caen en el olvido.
 Parte del libro se dedica a estudiar cómo monetizar Internet, qué es lo que se debería hacer para que cualquier producto subido a Internet genere ingresos de forma que la economía digital genere una nueva clase media a partir de micropagos que se podrían cobrar unos años después para compensar al pionero. Lo cierto es que al desaparecer los derechos de autor, o ser apropiados por los servidores sirena en esos contratos on line que nadie lee, el usuario trabaja gratis para hacer fabulosamente ricos a otros a medida que se empobrece el resto de la población.