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lunes, 15 de enero de 2018

"Manifiesto contra el trabajo", de Grupo Krisis (1999)

Resumen del libro "Manifiesto contra el trabajo", de Grupo Krisis (1999)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2018/01/manifiesto-contra-el-trabajo-de-grupo.html

Autor del resumen: E.V.Pita, doctor en Comunicación Social y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, teoría del trabajo, empleo, capitalismo, estructura social
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Título: "Manifiesto contra el trabajo"

Título original en alemán: Manifest gegen die Arbeit

Autor: Grupo Krisis (Zeitschrift Krisis)

Edición en castellano: 2002, Barcelona, Virus Editorial

Número de páginas: 79

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Biografía del autor Grupo Krisis

No consta

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Texto de la contraportada

"Un cadáver domina la sociedad, el cadáver del trabajo. Todos los poderes del planeta se han unido para la defensa de ese dominio: el Papa y el Banco Mundial, Tony Blair y Jörg Haider, los sindicatos y los empresarios, los ecologistas alemanes y los socialistas franceses. Todos conocen una única consigna: ¡trabajo, trabajo, trabajo!

A quién todavía no se haya olvidado de pensar, no le resultará difícil darse cuenta de la inconsistencia de una posición semejante. Pues la sociedad dominada por el trabajo no está pasando por una crisis temporal, sino que está llegando a límites absolutos. La producción de riquezas se está alejando cada vez más -en una medida que hasta hace pocas décadas sólo era concebible en la ciencia-ficción - del uso de mano de obra humana como consecuencia de la revolución microelectrónica. Nadie puede afirmar seriamente que este proceso se vaya a parar o que tenga marcha atrás.

Es precisamente en el momento de su muerte cuando el trabajo se revela como un poder totalitario que no admite otro dios a su lado. ¡El que no trabaje, no come! Esta cínica fórmula todavía es válida, a pesar de declarar "excedentes" a millones de personas. En vista de esto, todo grito reclamando trabajo y "puestos de trabajo" se convierte en regresivo. Lo que es necesario, de verdad, es la lucha contra el trabajo. La emancipación social presupone la ruptura categorial con este principio de coerción social, al que la humanidad se ha sometido durante más de dos siglos".

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ÍNDICE

1. El dominio del trabajo muerto

2. La sociedad neoliberal del "apartheid"

3. El "apartheid" del Estado neosocial

4. Agudización y desmentido de la religión del trabajo

5. El trabajo es un principio social coercitivo

6. Trabajo y capital son las dos caras de una misma moneda

7. El trabajo es dominio patriarcal

8. El trabajo es la actividad de los incapacitados

9. La historia de la imposición sangrienta del trabajo

10. El movimiento obrero fue un movimiento por el trabajo

11. La crisis del trabajo

12. El final de la política

13. La simulación casino-capitalista de la sociedad del trabajo

14. El trabajo no puede ser redifinido

15. La crisis de la lucha de intereses

16. La abolición del trabajo

17. Un programa de abolición contra los amantes del trabajo

18. La lucha contra el trabajo es antipolítica

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El Grupo Krisis, de origen alemán, comenzó a finales de los años 90 a hablar del fin del trabajo, algo que en 1996 ya había hecho Rifkin  con "El fin del trabajo". Mientras Rifkin proponía trabajar de voluntarios, el Grupo Krisis cree que el trabajo, efectivamente ha muerto por culpa de la revolución microinformática (que elimina más puestos de trabajo de los que crea). Estos autores añaden que el "trabajo" sigue siendo asistido artificialmente para preservar una sociedad que está totalmente basada en él.

El manifiesto arranca con esta frase: "Un cadáver domina la sociedad, el cadáver del trabajo".

A continuación reproduzco los primeros párrafos del primer capítulo, disponible en la web del grupo Krisis, para entender plenamente los argumentos del pensamiento crítico:

"Un cadáver domina la sociedad, el cadáver del trabajo. Todos los poderes del planeta se han unido para la defensa de este dominio: el Papa y el Banco Mundial, Tony Blair y Jörg Haider, los sindicatos y los empresarios, los ecologistas alemanes y los socialistas franceses. Todos conocen una única consigna: ¡trabajo, trabajo, trabajo!

A quien todavía no se haya olvidado de pensar, no le resultará difícil darse cuenta de la inconsistencia de una posición semejante. Pues la sociedad dominada por el trabajo no está pasando por una crisis temporal, sino que está llegando a sus límites absolutos. La producción de riquezas se está alejando cada vez más –en una medida que hasta hace pocas décadas sólo era concebible en la ciencia-ficción– del uso de mano de obra humana como consecuencia de la revolución microelectrónica. Nadie puede afirmar seriamente que este proceso se vaya a parar o que tenga marcha atrás. La venta de la mercancía mano de obra va a ser tan prometedora en el siglo XXI como la de sillas de posta en el XX. Sin embargo, en esta sociedad, a quien no puede vender su mano de obra se le considera «excedente» y se le manda al vertedero social.

¡El que no trabaje, no come! Esta cínica fórmula todavía es válida, y hoy en día incluso más, porque se vuelve irremisiblemente obsoleta. Es absurdo: la sociedad nunca ha sido tan sociedad del trabajo como en un momento en que el trabajo se está haciendo innecesario. Es precisamente en el momento de su muerte cuando el trabajo se revela como un poder totalitario que no admite otro dios a su lado. Determina el pensar y el actuar hasta en los poros de la cotidianidad y la psique. No se ahorran esfuerzos para prolongar artificialmente la vida del ídolo trabajo. El grito paranoico de «empleo» justifica que se fuerce incluso la destrucción, hace tiempo conocida, de los fundamentos de la naturaleza. Cuando se abre la perspectiva de un par de miserables «puestos de trabajo», se permite dejar de lado acríticamente los últimos obstáculos a la comercialización total de todas las relaciones sociales. Y se ha convertido en un acto de fe comúnmente exigido la idea de que es mejor tener «cualquier» trabajo que ninguno.

Cuanto más patente es que la sociedad del trabajo está llegando a su final definitivo, con tanta más violencia se oculta ese final a la conciencia pública. Los métodos de ocultación pueden ser tan distintos como se quiera, pero tienen un denominador común: el hecho mundial de que el trabajo se evidencia como un fin absoluto irracional, que se ha hecho obsoleto a sí mismo, es redefinido con la terquedad de un sistema enloquecido como el fracaso personal o colectivo de individuos, empresas o «enclaves». El límite objetivo del trabajo debe parecer, pues, un problema subjetivo de los excluidos".


El capitalismo, señalan los autores, consiste en reproducir el capital y eso se hace mediante el trabajo, da igual de lo que sea o por absurdo que sea. El trabajo, dicen, ha esclavizado al hombre moderno desde la Ilustración, hace dos siglos y lo ha sometido a horarios esclavizantes, le ha obligado a abandonar la tranquila vida en el campo para malvivir en las ciudades contaminadas, todo ello motivado por un ídolo llamado "trabajo" sobre el que se supedita todo. Recuerdan que si una empresa quiere explotar una zona con recursos naturales protegidos solo tiene que decir la frase mágica: "Vamos a crear X puestos de trabajo". Bajo esta fórmula, hay permiso y licencia para destruir el medioambiente y agotar los recursos naturales, todo en bien de crear empleo.

Tanto la izquierda como la derecha no han liberado al hombre del trabajo sino solo se ha debatido quién debía controlar el capital y la fuerza de producción pero nadie ha cuestionado que el hombre esté obligado a trabajar mucho durante toda su vida y sin parar.

Es más, aunque cada vez hay más paro y desempleo, hay una obligación moral de tener que trabajar y se estigmatiza al parado que además cobra ayudas públicas, de ahí el cinismo de crear políticas sociales basadas en el "el que no trabaja, no come". No se tolera al que no quiere trabajar voluntariamente. Señalan que incluso los ejecutivos más ricos del mundo, como Bill Gates, tienen que ir todos los días a la fábrica y estar pendientes de su negocio; a pesar de los millones que han amasado no se pueden permitir no faltar al trabajo, algo que sorprendería a los aristócratas del siglo XVIII, que ellos sí que no trabajaban nada. Recuerdan que la palabra "trabajo" deriva de "yugo" y está relacionada con las ingratas tareas que hacían los esclavos obligatoriamente.

Consideran que el "trabajo" comienza cuando los Estados absolutistas movilizan recursos para recaudar impuestos con los que, primero mover su maquinaria de guerra, y después, cuando los burgueses toman el control del Estado, para mantener guerras coloniales con el fin de extraer recursos. El trabajo supuso causar sufrimiento a los esclavos de África, que murieron literalmente extenuados de trabajo forzado para producir bienes. Señalan que solo un grupo muy reducido del planeta (Europa y USA) se benefició de la riqueza generada mientras que el resto del planeta fue asolado. A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial hubo unas décadas en las que los obreros, que también creían firmemente en el trabajo, acariciaron el sueño burgués de consumir todo tipo de productos. El sueño apenas duró tres décadas, en las que había pleno empleo, hasta que volvió el problema del paro y las presiones para ejercer el "derecho a trabajar" aunque fuese imposible lograr un empleo.

Otro de los aspectos que aborda el Grupo Krisis es el de la gran competencia entre todos los ciudadanos de la sociedad del trabajo, una competencia feroz que relacionan con la selección natural de los más aptos y que, al final, desemboca en una sociedad del "apartheid" donde unos pocos trabajan y el resto no tiene dinero y no puede sobrevivir; sería como una especie de "eutanasia del pobre". En el caso de la incorporación a la mujer, creen que fue totalmente cínico permitirle trabajar sin aplicar a la vez unas medidas para compaginar su vida familiar; el resultado, es que la mujer está ahora doblemente esclavizada, tanto en casa como en el trabajo.

El libro tiene algunos puntos interesantes como el hecho de haber sido uno de los primeros en olerse la gran crisis del 2008. Lo hicieron en 1999, después de un ciclo de crisis en Latinoamérica, Asia y Rusia. Lo atribuyeron a que, al no poderse crear más trabajo, la riqueza se obtenía de la especulación financiera como un camino para seguir adelante a toda costa. Dedujeron que el mismo problema que hubo en la periferia  iba a reventar tarde o temprano en las economías más avanzadas como USA o Europa, lo que así ocurrió en el 2008. Su análisis era correcto: fue por culpa de la especulación financiera aunque el Grupo Krisis aclaró que el problema real de fondo es que ya no se puede generar más trabajo porque las mercancías son invendibles.

También explican la progresiva desmantelación del Estado porque es necesario seguir generando capital a costa de servicios sociales como la educación o la sanidad, dinero ahorrado que revertirá en las empresas, se supone.

Entre las soluciones que proponen está la de haya una "actuación social consciente" para que la riqueza producida sea aprehendida directamente según las necesidades. Sería el lema "Cojamos lo que necesitamos" sin arrastrarse de rodillas bajo el jugo de los mercados de trabajo. Proponen organizaciones sociales como consejos o asociaciones libres sobre las condiciones de reproducción de toda la sociedad. A las réplicas hechas por los defensores del libre mercado conforme estas ideas no son sensatas ellos responden que precisamente el mundo del trabajo basado en la libre competencia ha arrasado el planeta y ha excluido a millones de marginados que no son rentables. Para que la libre competencia y mercado funcionase primero tuvieron que exterminarse otro tipo de sociedad más humana. Hablan de paralizar sectores peligrosos como el automóvil, las armas, lo nuclear sino también la industria del entretenimiento, así como la publicidad y la mercadotecnia, que solo sirven para vender cosas inútiles a las masas.

También son críticos con la educación universitaria y los títulos porque la realidad es que ahora una doctora en Filología está en el paro o trabaja de taxista. Como dijo Ulrich Beck, el sistema de empleo estandarizado ha comenzado a deshacerse. Las palabras nuevas son "flexibilidad" en el empleo, o lo que es lo mismo, subempleados multifunción sin oficio. Esto era cómo funcionaban las cosas en los años 80, algo que luego se generalizó.

También critican la renta básica acompañada de actividades voluntarias porque no es más que otra forma de "dumping" social al tener la gente que coger dos o tres trabajos para sobrevivir. Además, al desaparecer el trabajo estandarizado no surge más tiempo para el ocio y la autorealización, sino trabajos por encargo o bajo demanda, así como que genera una gran movilidad del trabajador hacia otros países. La flexibilidad también convierte al trabajador en autónomo o empresario de sí mismo, para ahorrar la Seguridad Social y no se paga por convenio sino por trabajos concretos. Hay más rendimiento y más estrés y menos dinero. Las oficinas centrales se vacían y operan free-lances. Mencionan a Sennet y el libro "El hombre flexible".

Añaden que la flexibilización del trabajo no ha resuelto la crisis del trabajo porque genera trabajadores desmotivados y que el capitalismo ha caído en el absurdo y solo genera energías autodestructivas, según señalan.

sábado, 29 de junio de 2013

"Capitalismo global", de Jeffry Frieden (2006)

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA

"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:

Descargar el PDF en este enlace:
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Resumen del libro: "Capitalismo global. El transfondo económico de la historia del siglo XX", de Jeffry A. Frieden (2006)


Sociología, globalización, teoría económica, teoría política, historia de las teorías económicas, liberalismo, capitalismo, comercio internacional

Resumen, comentarios y anotaciones de E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

Texto original del resumen (libre acceso):

Título: "Capitalismo global"
Subtítulo: "El trasfondo económico de la historia del siglo XX"

Título original: "Global Capitalism. Its Fall and Rise in the Twentieth Century"

Autor: Jeffry A. Frieden

Fecha de publicación: 2006

Editorial en español: Crítica SL

Ver RESUMEN abajo


Texto de la contraportada:
"De todas las razones para asignar al siglo XX un lugar especial en la historia - ha escrito el famoso historiador Paul Kennedy en el prólogo a esta obra - pocas igualan en importancia a la enorme transformación económica": Jeffrey A. Frieden, profesor de la universidad de Harvard, ha conseguido con este "impresionante libro", según lo califica Kennedy, contarnos de manera clara, y con una visión critica, el relato de cien años de triunfos y fracasos del capitalismo, de unos vendavales que ayudan a comprender las causas de dos grandes guerras mundiales y de crisis devastadoras como las de los años 30 o la actual Africa negra. Un libro que debe ayudarnos a entender mejor la historia de un siglo de guerras y castástrofes, pero cuya intención es, ante todo, hacernos conscientes de que "la globalización a cualquier precio es errónea", y de que el reto del siglo XXI consiste en combinar la integración económica internacional con una política de progreso social.




ÍNDICE

-En los umbrales del siglo XX
  Del mercantilismo al librecambismo
  De la plata al oro
  Amenazas al orden global

Primera parte
Los mejores años de la época dorada (1896-1914)

1. El triunfo del capitalismo global
    Reafirmación del patrón oro
    Especialización y crecimiento
    La globalización y sus descontentos

2. Los partidarios de la economía global
    Apoyo intelectual a la Edad de Oro
     Nathan Mayer Rothschild, 1840-1915
     Los partidarios del libre comercio
     Los pilares de la Edad de Oro
     Redes globales para una economía global
     Las migraciones internacionales de capital y de personas

3. Éxitos de la Edad de Oro
    Gran Bretaña se queda atrás
    Las nuevas tecnologías y la nueva industria
    La protección de la industria incipiente
    Las áreas de colonización reciente
    Crecimiento en los trópicos
    La interpretación de Hecksher-Ohlin de la Edad de Oro

4. Fracasos en el desarrollo
    El rey Leopoldo y el Congo
    Colonialismo y subdesarrollo
    Mal gobierno y subdesarrollo
    Estancamiento en Asia
    Estancamiento de las plantaciones
    Obstáculos para el desarrollo

5. Problemas de la economía global
    ¿Libre comercio o comercio justo?
    Ganadores y perdedores en el comercio
    Amenazas de la plata contra el oro
    El movimiento obrero y el orden clásico
    Pérdida de lustre en la Edad de Oro

Segunda parte

El mundo se disgrega, 1914-1939

6. Todo lo establecido se desmorona
    Consecuencias económicas de la Gran Guerra
    La reconstrucción de Europa
    El júbilo y estruendo de los años 20
    Estados Unidos se aísla
    ¿Restauración del mundo anterior?
    Caída en el vacío

7. El mundo del mañana
    Las nuevas industrias
    Las nuevas corporaciones empresariales
    Las nuevas empresas multinacionales
    Allá en el campo
    Nuevas sociedades
     Avances y retrocesos

8. El orden establecido se viene abajo 
    El fin de la expansión
    El oro y la crisis
    Saliendo de la oscuridad
    Fuera lo viejo...

9. La opción autártica
    Autosuficiencia semiindustrial
    Schacht y los nazis reconstruyen Alemania
    Políticas económicas autárquicas
    Europa vira a la derecha
    El socialismo de un solo país
    Desarrollo invertido
    La alternativa autárquica

10. La construcción de una democracia social
     Las vías sueca y estadounidense a la democracia social
     Keynes y la democracia social
     Trabajo, capital y democracia social
     La democracia social y la cooperación internacional
     Desde las cenizas

Tercera parte

Juntos de nuevo (1930-1973)

11. Reconstrucción en el Oeste y el Este
      Estados Unidos toma el mando
      Las tareas inmediatas
      La influencia de Dean Acheson
      Estados Unidos y la reconstrucción de Europa
      La Unión Soviética construye su propio bloque
      Dos síntesis

12. El régimen de Bretton Woods en funcionamiento
     Se acelera el crecimiento de postguerra
     Jean Monnet y los Estados Unidos de Europa
     Bretton Woods en el comercio
     El orden monetario de Bretton Woods
     La inversión internacional en el marco de Bretton Woods
     Bretton Woods y el Estado de Bienestar
     El éxito de Bretton Woods

13. Descolonización y desarrollo
     La industrialización sustitutiva de importaciones (ISI)
     La carrera hacia la independencia
     La ISI en la teoría y la práctica
     Nehru lleva a la India a la industrialización
     El Tercer Mundo opta por la ISI
     La difusión de la industria moderna

14. El socialismo en muchos países
     La expansión del mundo socialista
     División del mundo socialista
     La vía china al socialismo
     Socialismo al Tercer Mundo
     ¿Un futuro socialista?

15. El final de Bretton Woods
     Despliegue de los compromisos
     Retos al comercio y la inversión
     Crisis de la sustitución de importaciones
     Estancamiento del socialismo
     El fin de una era

Cuarta Parte

La Globalización, 1973- 2000

16. Crisis y Cambio
     El petróleo y otras conmociones
     El contragolpe de Vocker
     Globalismo
     Regionalismo y globalismo
     Finanzas globales y crisis financieras nacionales

17. La victoria de los globalizadores
     Nuevas tecnologías, nuevas ideas
     Intereses globalizadores
     George Soros, como intermediario financiero

18. El desarrollo desigual y combinado permite a algunos países situarse en primera línea
     Producción global y especialización nacional
     El crecimiento orientado hacia las exportaciones en Europa y Asia
     Un sociólogo marxista en el poder
     Europa oriental se une a Occidente
     Una nueva división internacional del trabajo

19. Otros países se quedan desesperadamente atrás y se ahonda el abismo entre pobres y ricos
     Fracaso de la reforma y la transición
     Bloqueos en el desarrollo
     La vía zambiana
     La catástrofe africana
     Plagas, miseria y desesperación

20. Turbulencias en el capitalismo global
      La fragilidad financiera y una trinidad incociliable
      "Las tres palabras más temidas"
      Mercados globlales: ¿gobernación o rendición de cuentas?



CONCLUSIONES DEL AUTOR

Este libro resume la historia de la globalización desde la "Belle Epoque" (1890-1914) hasta las protestas antiglobalización de Seattle en 1999.
En sus conclusiones, el autor señala que desde 1850 el crecimiento económico se ha disparado y la industria ha crecido, mientras que la internacionalización ha transformado empresas, países y continentes enteros caso de Finlandia (Nokia) o Corea. Millones de empleos dependían de las relaciones económicas internacionales.

Segun Jeffrey A. Frieden, la economía internacional permitió a los países subdesarrollados aliviar la pobreza y llevar a cabo reformas. Los pobres de Asía y Africa tienen acceso a las oportunidades de la economía mundial.

Pero hay otro aspecto del capitalismo global como refleja la acería Homestead, un hito de US Steel. El vacío dejado por la fábrica lo ocupa un centro comercial y la ciudad de 20.000 personas ahora es de 3.000. Hasta Pittsburgh perdió población. Su única esperanza es el turismo.

La competencia extranjera, dice Frieden, cerró decenas de miles de fábricas y acabó con decenas de millones de empleos industriales en Europa y Norteamérica. Los países ricos no pueden competir con las manufacturas de Asia, Latinoamerica y Europa del Este, con salarios más bajos. Los hindús y filipinos escriben programas de ordenador.

Por su parte, los países en desarrollo deben más de un billón de dólares a acreedores extranjeros. Los gobiernos han jubilado a funcionarios, vendido propiedades, recortado el gasto social y elevado impuestos. Además, les caen demandas por explotación infantil en sus talleres.

Uno de los defectos del capitalismo global es que:

1)  las empresas contraen deudas a bajo interés en los mercados financieros internacionales y los expone a las demandas de los inversores extranjeros.

2) El comercio permite comprar productos extranjeros baratos lo que acarrea competencia no deseada a los productores autòctonos.

3) Las corporaciones multinacionales aportan nuevas tecnologías y métodos, lo que expulsa del mercado a las empresas locales.

4) La deuda exterior permite a los gobiernos gastar más de lo que ingresan, esto puede generar crisis insoportables.

5) Los gobiernos abren sus fronteras a la economía mundial y algunos se hacen ricos pero otros ciudadanos se empobrecen.

El autor dice que la integración económica internacional expande en general las oportunidades económicas y es buena para la sociedad. Recuerda que las otras alternativas fracasaron en 1930.
1) Alemania, Italia y Japón cerraron sus economías y optaron por la dictadura, guerra y conquista.
2) Los países pobres y antiguas colonias que cerraron sus economías en 1930 y 1940 se hundieron en el estancamiento económico, la conflictividad social, la crisis y las dicturaduras militares en 1970 y 1980.
3) Pocos países lograron progreso sin acceder a la economía internacional.

Pero Frieden advierte que la globalización a cualquier precio es errónea.
1) Durante la Edad de Oro del capitalismo global anterior a 1914, los gobiernos atendieron a la integración económica internacional y poco más. Los partidarios del libre comercio, el patrón oro y las finanzas internacionales querían que los gobiernos se limitasen a salvaguardar esas políticas y sus propiedades pero ignoraban las preocupaciones de sus ciudadanos. Ello dio lugar a un choque entre los movimientos obreros y la ortodoxia clásica, que se agudizaron con la Gran Depresión.
El sistema se colapsó.

2) Tras la Segunda Guerra Mundial, el nuevo orden de Bretton Woods intentó evitar los fracasos de la autarquía y el laissez-faire del patrón oro.
Hubo un compromiso entre el patrón dólar-oro, la liberalización gradual del comercio y las instituciones internacionales para crear un marco de integración económica y de Estado de Bienestar.
Fue una solución temporal.

Pero eso en 1970 supuso un conflicto entre los mercados internacionales sin cortapisas y los gastos sin limites de los gobiernos nacionales. Hubo 15 años de inflación, déficit presupuestario y estancamiento económico.

3) En 1990, el capitalismo global resurgió como en 1914.

La conclusión de Frieden es que:
1) la economía mundial moderna funciona mejor cuando está abierta al mundo.
2) Las economías abiertas funcionan mejor cuando los gobiernos atienden las fuentes de insatisfacción con el capitalismo global.

El reto del capitalismo global es:
1) Combinar la integración internacional con un gobierno políticamente receptivo y socialmente responsable.

Algunos dicen que es imposible o indeseable "pero la teoría y la historia indican que es posible que la globalización coexista con políticas comprometidas con el progreso social y corresponde a los gobiernos y a los pueblos poner en práctica lo posible", concluye Frieden.

RESUMEN

Capítulos 1, 2 y 3

En estos capítulos, Frieden narra el crecimiento económico de la edad dorada del libre comercio internacional, sobre todo en los años de la Belle Epoque, entre 1890 y 1914.
Para el lector moderno, el mayor interés que puede tener esta etapa es que se parece mucho a la de la globalización (1990-2014). Entonces, los intercambios se realizaban a través del patrón oro, sobre el que todas las monedas tenían un cambio estable y no podían devaluarse externamente pero sí internamente con una bajada de salarios y precios cuando un país tenía que ser competitivo para exportar más.
[Nota del lector: esto recuerda a lo del euro, que como los países no pueden devaluar la moneda por ser un cambio fjo, deben reducir salarios].
Otra de las características es que el dinero no tenía fronteras y los capitalistas invertían en cualquier país donde creían que podían generar beneficios. Dentro de este marco de internacionalización, países como Estados Unidos dudaron entre un mayor proteccionismo al campo o abrirse al comercio internacional y durante todos estos años, las votaciones se inclinaron por proteger el mercado interior.
En la Belle Epoque, que corresponde al esplendor de la economía clásica, cada país producía según su ventaja competitiva [ver a David Ricardo y también a Thomas A. Friedman y su libro sobre la globalización "La Tierra es Plana"] , es decir, producía intensivamente y gran escala lo que sabía hacer mejor y dejaba que otros produjesen aquello en lo que no eran competitivos. Así, Brasil o Colombia producían café en enormes plantaciones y Argentina cereal y carne mientras que Londres destacaba en las finanzas, Alemania en productos químicos y Portugal en vino. De esta forma, cada país obtenía el mejor precio y beneficio para cada mercancía, incluido el transporte.
Anotaciones técnicas
El autor habla del modelo de Heckscher-Ohlin en el comercio internacional. Sostiene que los distintos países tienen diferentes dotaciones de factores: así existen países con abundancia relativa de capital y otros con abundancia relativa de trabajo. Normalmente los países más ricos en capital exportarán bienes intensivos en capital (se utiliza relativamente más capital que trabajo para producirlos) y los países ricos en trabajo exportarán bienes intensivos en trabajo (se utiliza relativamente más trabajo que capital para producirlos).

De esta manera, si un país posee una gran oferta de un recurso "A" con relación a su oferta de otros recursos, se considera que es abundante en dicho recurso "A". Entonces un país tenderá a producir relativamente más de los bienes que utilizan intensivamente sus recursos abundantes. En conclusión, los países tienden a exportar los bienes que son intensivos en los factores con que están abundantemente dotados.

Una indicador que muestra que un país es rico en capital es el precio de los factores. Un país (A) es rico en capital comparado con otro país (B), si el capital es relativamente más barato en el país A que en el país B.

Capítulos 4 y 5

Sin embargo, este crecimiento basado en la competencia tuvo efectos colaterales. Por un lado, los agricultores europeos fueron los grandes perdedores y se vieron expulsados de sus campos al no ser competitivos frente al cereal de Argentina, por ejemplo. Hubo una emigración del campo a la ciudad masiva, e incluso cruzaron el charco para trabajar en las fábricas de Estados Unidos.
Por otro, dieron lugar a una explotación de la mano de obra de forma tan intensiva que alcanzó rasgos criminales en el Congo, donde el rey belga Leopoldo exprimía su protectorado y forzaba a los nativos a trabajar casi como esclavos en sus plantaciones de caucho. Fue el mayor escándalo del siglo XIX y puso en evidencia la explotación colonial.
A todo ello se suma que cuando había que devaluar el empresario siempre optaba por la misma solución, que era reducir el salario para abaratar los costes sin que el obrero tuviese un colchón, ya que, entonces, no había protección social.
Por otra parte, la producción extractiva de mineral o cereales no generó una industria alternativa en los países, muchos de los cuales quedaron estancados en sociedades agrarias porque se dedicaban todos los recursos a la exportación y los beneficios se invertían en otras empresas de otro país, allí donde hubiese posibles beneficios.

Capítulos 5,6, 7 y 8
Se refiere a los años 1914 a 1929 y 1929 -1939.
En la primera época, estalla la Primera Guerra Mundial por motivos que aún nadie ha acertado a explicar, y destroza Europa e interrumpe el comercio internacional. Tras la guerra, los aliados imponen una astronómica deuda por indemnizaciones a Alemania a pesar de las advertencias de Keynes, en su libro "Las consecuencias económicas de la paz", de que ello generaría conflictos.
El primer problema surgió con la hiperinflación alemana, que tardó varios años en ser atajada. Por otra parte, Churchill quiso volver al patrón oro y mantener el valor de la libra, lo que generó una grave recesión porque los salarios eran rígidos debido al poder sindical adquirido en aquellos años. Muchos países optaron por imponer aranceles y proteger su industria y, después, los estados fascistas o autoritarios, como la Alemania nazi, impusieron medidas de autarquía para autoabastecerse y que su país pudiese funcionar sin comprar nada en el exterior. Por su parte, Estados Unidos pareció volverse más librecambista y extendió por el mundo sus multinacionales.

En 1929, estalló la Gran Depresión y causó un grave colapso en Estados Unidos, donde el 25% de la población quedó desempleada y la economía se hundió en un porcentaje similar, con múltiples cierres de empresas. No saldría de la depresión hasta 1935, cuando Roosvelt aplicó políticas keynesianas.
Capítulos 9 y 10

Schacht, el presidente del banco alemán(el Bundesbank) pasó a dirigir la economía alemana en 1933 tras convencer a los empresarios de que Hitler daría estabilidad al país y mantendría a los sindicatos a raya para impedir una subida de precios y salarios, y por tanto, controlar la inflación. Con una fuerte inversión en defensa y obras públicas, y con una fuerte coherción para evitar las importaciones o firmas acuerdos comerciales abusivos con otros países menos poderosos, en 1935 y posteriores años, Alemania, bajo el partido nazi, logró pleno empleo. Sin embargo, a partir de 1937, Hitler se dio cuenta de que ya no necesitaba el apoyo empresarial, dejó de pagar la deuda de guerra y se volvió incontrolable. Schacht dimitió en esos años al darse cuenta de que se avecinaba una guerra continental que los empresarios no querían. Pero el modelo económico alemán de economía de cuartel sirvió de referencia al sur de Europa y a otros países en desarrollo como Japón para relanzar su industria y una economía básicamente autárquica y de caracter nacionalista.

Por su parte, la URSS se convirtió en el único gran país que sorteó la recesión y experimentó crecimiento económico aunque a costa de exprimir a los campesinos y volcar todos los recursos en la industria básica y alimentar barato a los obreros sin hacer caso a los bienes de consumo. Su rápido crecimiento se debió al mucho trabajo que aún quedaba por hacer para levantar una industria nacional Su éxito sirvió de inspiración a otros países más adelante que deseaban una rápida industrialización [nota del lector: en el libro "¿Por qué fracasan las naciones?", se explica que una industria fuertemente extractiva como la soviética tendrá éxito momentáneo y luego decaerá .

Además, las economias escandinavas optaron por otra vía en torno a 1936. En concreto, Suecia logró unir a socialistas, agricultores (a los que prometió subvenciones) y obreros para conseguir una socialdemocracia con todo tipo de derechos sociales (seguridad social, colegios gratuitos...) que nadie podía ni soñar en aquellos tiempos. Los empresarios acabaron por pactar porque en ese modelo tenían garantizado que no habría huelgas porque la población estaba satisfecha.

Finalmente, Roosvelt en Estados Unidos adoptó las políticas keynesianas con programas de inversión pública, lo que estimuló la demanda y generó empleo y crecimiento.


Capítulos 11 y 12

Tras la victoria norteamericana en la Segunda Guerra Mundial, los americanos, alentados por Dacheson, se centraron en construir una democracia social y un libre comercio mundial, lo que ahora favorecía los intereses de los empresarios, deseosos de exportar. Esto fue plasmado en el tratado de Bretton Woods para desarrollar un Banco Mundial para el desarrollo (idea de Keynes), un prestamista de última instancia (el FMI, también idea de Keynes) y una organización internacional de comercio (que fracasó y fue sustituida por la rondas del GATT). La idea era que el libre comercio mundial generaba riqueza y que el proteccionismo, no. Pero el problema es que el mundo quedó dividido en dos bloques, el soviético, donde el comercio era nulo incluso entre sus países satélite, y el occidental, que continuaban con su fase de abrir fronteras.
Por su parte, Jean Monett, un vendedor de vinos y ciudadano del mundo aunque con intereses en Estados Unidos, impulsó un gran mercado en Europa con idea de hacer grandes empresas multinacionales y abaratar costes, lo que derivó en el tratado del Carbón y el Acero, el Euroatom y luego el Mercado Común Europeo (CEE).
El éxito de Bretton Woods conllevó la implantación del Estado de Bienestar en Europa, con grandes inversiones públicas y la mejora de los derechos sociales.


Capítulos 13 y 14

En la Guerra Fría, el modelo socialista soviético de economía de planificación centralizada fue implantado en muchos países del Tercer Mundo como solución rápida para emprender una rápida industrialización. Casos como China, con Mao, o la India, de la mano de Nehru, son versiones del mismo modelo de economía planificada que les valió para crecer, aunque Mao tuvo traspiés como el del Gran Salto Adelante, que provocó una hambruna, o la Revolución Cultural.

En esos años, muchos países del Tercer Mundo quedaron descolonizados y adoptaron dos tipos de políticas. Por un lado, la industrialización sustitutiva de importaciones (ISI), que permitió que países subdesarrollados no dependiensen de la industria extranjera para tener sus propias factorías de bienes de consumo. Es el caso de América Latina, como Brasil, que experimentó importantes crecimientos en los años 50 y 60. Los países del bloque soviético también empezaron a construir una industria de bienes de consumo. Solo hubo un puñado de países que se volcaron en producir para la exportación, como Corea del Sur, Taiwan o Japón, y que a la larga fueron los que más crecieron.

Capítulo 15

El orden de Bretton Woods se deshizo en 1972, cuando Nixon desvinculó al dólar del oro para eludir una recesión [Nota del lector: el proceso biene muy bien explicado en el libro "Keynes vs. Hayek", publicado en el 2013]. Al poco estalló la crisis del petróleo de 1973 que disparó la inflación. Pero antes de llegar a esa fase, el modelo de sustitución de importanciones había dado muestras de agotamiento por un alto endeudamiento y muchos países entraron en la vía militar para atajar la inflación. El primer caso fue el gobierno militar de Brasil, y como fichas de dominó le siguieron otros países que implantaron dictaduras. Sin embargo, la inflación siguió descontrolada. [nota del lector: Francis Fukuyama describiría en 1990 en "El fin de la historia" la sucesiva oleada democratizadora de 1974 a 1990]. Los países socialistas también quedaron estancados [Nota del lector: el proceso es descrito en el libro: "¿Por qué fracasan los países?" publicado en 2012].


Capítulo 16


Entre 1973 y 1981, la inflación se disparó en Estados Unidos (llegó al 11%) y otros países. El presidente de la Reserva Federal, Vocker, atajó la inflación mediante la provocación de una recesión en 1981 y 1982 que aumentó el desempleo. El presidente Ronald Reagan estuvo de acuerdo y el plan funcionó: al contraerse la economía, la inflacción cayó a niveles controlables del 5%. Pero fue el inicio del fin del Estado de Bienestar y de la aspiración del Gobierno a crear pleno empleo. (continuará el resumen)