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domingo, 29 de octubre de 2023

"El malestar de las ciudades", de Jorge Dioni López (2023)

 Resumen del libro "El malestar de las ciudades", de Jorge Dioni López (2023)

Resumen original y actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/10/el-malestar-de-las-ciudades-de-jorge.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, urbanismo, ciudades, turismo, economía, gentrificación

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Ficha técnica

Título: "El malestar de las ciudades"

Subtítulo: Privatización, turismo, vivienda, especulación, tráfico.... Por qué es cada vez más difícil vivir en las ciudades

Autor: Jorge Dioni López

Fecha de publicación en español: Barcelona, 2023, editorial Arpa

Número de páginas: 348

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Biografía del autor Jorge Dioni López (hasta 2023)

 Jorge Dioni López nació en Benavente (Zamora) en 1974. Es licenciado en Periodismo por la Universitat Autónoma de Barcelona y su carrera profesional abarca diarios (Sport, Marca y Metro), radio (SER, RNE y Ràdio Gràcia), revistas (Vanity Fair, GQ y El estado mental) y comunicación institucional (Alcatel-Lucent y Asociación de Clubes de Baloncesto). También ha realizado tareas de corrección y edición para diversas instituciones. En la actualidad, imparte talleres de lectura y escritura en Escuela de escritores, realiza tareas de comunicación corporativa para la agencia Dobleh y colabora con La Marea. En 2021, publicó La España de las piscinas, premio Libro del año de no ficción por el Gremio de Libreros de Madrid.

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Texto de la contraportada

"¿Por qué se va la gente de las ciudades? Porque la echan. Una multitud de factores, desde el precio de la vivienda hasta los efectos del turismo, empujan a las personas a abandonar los espacios urbanos concentrados. Poco a poco, las ciudades se vacían y envejecen. Lo extraño es que no lo notamos, porque el flujo constante de personas nos hace sentir que todo está lleno, en especial los centros históricos, reconvertidos en parques temáticos.

El rentismo ha sustituido a la producción. La ciudad se ha convertido en un tablero de Monopoly que expulsa a los que no pueden pagar. ¿Por qué apostar por los habitantes de clase media cuando la especulación, el turismo o el consumo desaforado en domingo resultan más provechosos? Las ciudades ya no anhelan construir el futuro; buscan rentabilidad.

Tras el éxito de su primer libro, La España de las piscinas, Jorge Dioni López se centra en los problemas de la ciudad contemporánea y vuelve a plantear los efectos ideológicos del urbanismo. El malestar de las ciudades es una lectura extraordinaria, a la altura de las grandes obras de la sociología urbana.

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    ÍNDICE

Introducción. ¿Qué es una ciudad?

Primera parte. La ciudad abierta y sus enemigos

1. La conquista del espacio

2. Privatización: el robo de las gradas

3. Financiarización: los señores de la tierra

4. Turistificación: todo el año es San Fermín

5. Gentrificació: gente de desorden

6. Desarrollismo: se pueden tener criados

7. El regreso de las murallas

Segunda parte. La larga marcha

9. La ciudad de los promotores

10. I Love NY

11. ¡Propietarios del mundo, uníos!

12. Un Singapur en el Támesis

13. Los años del descubrimiento

14. Queremos un Calatrava

15. Los "detroits" del turismo

16. Las ciudades cansadas

Epílogo. Cerrar la puerta

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RESUMEN

El autor Jorge Dioni López habla en su libro de la "ciudad neoliberal", que equipara a la conversión en una colonia de las antiguas metrópolis. En la ciudad concentrada se insertan flujos globales y desterritorializados y eso provoca una expulsión inmobiliaria de los residentes porque nadie los necesita en el nuevo modelo. Son los efectos de la tercerización. Es la llamada "economía de flujos".


Explica una nueva tendencia que consiste en comprar edificios enteros en el centro de las ciudades, dejar que se degraden, conseguir ayudas para la rehabilitación, y volver a edificar más caro, con lo cual es negocio. Es la destrucción creativa del neoliberalismo que consiste en crear "nidos de negocio" allí donde no los había o era un acceso comunal y ahora es de acceso privado. Esta fórmula de crear valor como producto o de valorizar, monetizar y privatizar (comprabarata-degradación-reconstrucción-reventacara) se ve también en la sanidad. Es lo que se llama "destrucción creativa". En un entorno desregulado y privatizado, dice el autor que cualquier relación social se puede transformar en un producto y convertirse en capital. El espacio del centro se revaloriza al convertirse en zonas de bajas emisiones y con peajes urbanos (la llamada "gentrificación verde", que revaloriza los espacios privatizados). Y en el rural, las viviendas con piscina provocan problemas de falta de agua y en otras ocasiones instalan macrohuertos solares. La industria turística no echa humo porque cuesta verla aunque es muy extensa.

En las ciudades, los centros se están despoblando poco a poco de sus habitantes "de siempre" porque estos son expulsados cuando no pueden pagar los altos alquileres. Asimismo, los edificios se destinan a vivienda turística, por lo que el centro se convierte en un parque temático donde siempre hay actividades y una muchedumbre paseando de un lugar a otro. El autor pone como ejemplo la ciudad de Santiago de Compostela, recorrida a todas horas por peregrinos, y por la noche, por la tuna estudiantil. En estos centros urbanos es imposible vivir porque los precios son muy altos, está todo abarrotado y lleno de turistas. "Es difícil vivir en un lugar donde todo el mundo tiene un nivel de vida más elevado que el tuyo", dice el autor, en referencia a la reforma de las dársenas de Londres (Cannary Warf). Se trata de un turismo masivo e insostenible, dice el autor, lo mismo que la movilidad y el consumo, también insostenibles. Y, por otro lado, las actuales ciudades hacen más evidentes las desigualdades: los ricos y la élite se concentran en el centro y los pobres en el extrarradio. Lo llama el "mercado de la irresponsabilidad" porque crear conflictos tiene capacidad de crear valor, lo mismo que la ruptura de consensos.

El resultado es que barrios enteros se convierten en focos turísticos y los antiguos habitantes se mudan a la periferia, donde la vida es más barata. Hay un "efecto expulsión" del centro urbano, del que se adueñan los propietarios ricos, muchas veces para no vivir allí sino para realquilar las viviendas que han adquirido y cobrar rentas. Y otras veces, para amarrar su yate. Y el que es turista, al ser servido por solícitos camareros, tiene esa sensación de poder.

El autor recuerda los tiempos del desarrollismo de los años 60, basado en la precariedad laboral, servicios públicos escasos o inexistentes y el consumo como elementos de distinción. Frente a pequeñas explotaciones rurales se impuso la emigración a la ciudad y el crecimiento descontrolado de estas urbes.

Por otra parte, barrios populares se degradan por la delincuencia (o por las noticias alarmantes), a lo que se suma la pérdida de servicios o falta de mantenimiento (como el fin de las cajas de ahorros), se vende barato y después se rehabilitan como pisos o "lofts" de lujo a mil euros el mes de alquiler. Pone como ejemplos Lavapiés, en Madrid, o El Raval, en Barcelona. En esta fórmula hay derribos de edificios que no interesa rehabilitar, el solar se deja en barbecho hasta que la vivienda se haya revalorizado y se reedifica con aumento de edificabilidad (y se le cambia el nombre, como Soho o Tribeca). El autor insiste: "La ciudad es el producto y el destinatario de las políticas públicas es el inversor privado. El ciudadano es cliente y puede disfrutar del producto si compra su entrada". Lo equipara al juego del Monopoly donde un acaparador se queda con todos los inmuebles y arruina al resto, sin esperanza.

El autor culpa a los neoliberales (con Milton Friedman a la cabeza, quien desmontó el Estado de Bienestar culpando al Estado por restringir libertades y porque la clase media está subvencionando a gente que no paga. El autor replica que, al contrario, el Estado y la ley es la fuerza de los que no tienen poder y los servicios públicos permiten no tener que aceptar cualquier trabajo). El autor señala que el neoliberalismo genera miedo e incertidumbre entre los propietarios (que se convierten en victimistas y se convierten en agraviados porque ya no controlan el espacio público y se sienten marginados y no pueden hacer lo que les dé la gana).

El autor examina la degradación que sufrió California, paradigma del Estado de Bienestar. Tras varias políticas de desmantelamiento (Howard Jarvis situó la propiedad privada en el centro ideológico), tuvo que aprobarse la Proposión 30 (impuestos más altos a las rentas altas). Ahora, el 10 % de los californianos se han ido a otros estados más baratos o con una regulación más laxa, menores impuestos y vivienda más barata (se han mudado a Austin, Texas, empresas como Tesla, Google, Apple, Amazon, Oracle o Dropbox). Ha surgido un movimiento llamado GoodBye California (que se agravó por la extensión del teletrabajo).

El autor cree que al revivirse la Guerra Fría, vuelve el keynesianismo y propone sacar del mercado sectores como energía, sanidad, formación o vivienda. Dice que quienes culpan a factores externos del descenso de la clase media deberían culpar al propio sistema económico, porque la clase media intenta evitar la redistribución para arañar algo para él cuando en realidad "el trabajador que pasa a considerarse propietario pone la semilla de la precariedad de sus hijos".

Otra de las piezas de la ciudad neoliberal es el Manifiesto sobre la No Planificación (de Reyner Banham, gran defensor del vehículo privado). Los ciudadanos quieren su espacio y además pueden pagarlo. Pero el fin de la planificación implica el fin de la ley, dice el autor. Estos ejemplos de "puertos libres" son Shanghai o Hong Kong para atraer capitales (zonas de recreo, zona comercial, viviendas de lujo, paseo marítimo). Añade que en el neoliberalismo, las Administraciones públicas tienen un papel muy activo, ya que deben garantizar las condiciones para la redistribución de la riqueza hacia arriba. Cita a Patsy Healey, quien señala que el sector público toma la iniciativa, ensaya ideas, coordina, organiza los proyectos y, una vez que el riesgo se ha eliminado, transfiere después la iniciativa al sector privado que capta la tasa de ganancia. Si hay algún problema, el sector público vuelve a intervenir en forma de rescate. Son proyectos muy simbólicos de una economía próspera como el Golden Triangle (Pittsburgh), el Inner Harbour (Baltimore), una "arquitectura milagrosa" (Llàtzer Moix) que en España tiene su mejor ejemplo en el Gugghenheim de Bilbao: "Son una señal en el mapa: aquí hay plusvalías". Estos proyectos no solo modifican el entorno sino que simbolizan el cambio, proporcionan sentido y la reactivación de la ciudad legitima todas las decisiones, indica el autor. En el fondo, añade, estos proyectos son una "colonia" dentro de la metrópoli. 

Lo malo de estos proyectos ambiciosos (como el de los muelles de Londres como Canary Wharf, auspiciado por Thatcher, que se convirtieron en zonas caras y exclusivas) es que el dinero acaba en proyectos comerciales o turísticos, donde las condiciones labores son peores, y además aparece un sector vinculado a esas ayudas públicas que son consultoras especializadas en el drenaje del dinero público. Ya no se ordena el crecimiento sino que lo fomenta porque hay que aprovechar la capacidad de la ciudad para crear valor (Peter Hall). El inversor queda liberado de la planificación redistributiva. El resultado es que Londres se convirtió en un potente centro financiero, núcleo turístico y atracción de inversión pero también en una de las ciudades más desiguales del mundo, afirma el autor, con zonas muy desfavorecidas donde la mortalidad infantil es la más alta del país. Dice que "hay varias ciudades en el mismo espacio".

El autor también habla del proceso de regeneración del frente marítimo de Barcelona en 1992 (el equivalente al centenario de Baltimore) que conllevó el derribo de 4.200 viviendas de renta baja en suelo que pronto se iba a revalorizar. La idea era realojar en viviendas de promoción pública a familias afectadas, pero hubo un desplazamiento de miles de personas y un cambio de uso de locales. Se intentó traer equipamiento cultural y universidades (PERI), lo que convirtió al Ravat en un parque temático. Pero el autor se pregunta: "¿para quién se realiza este proceso, para la gente que vive ahí o para desplazarla y atraer flujos de población o capital?". Barcelona encajaba en lo que David Harvey llamó el giro emprendedor de las ciudades: colaboración público-privada y cambio de actividad de las administraciones, que pasan a captar las oportunidades de inversión y crecimiento. Adquieren riesgos, construyen infraestructuras o adaptan los marcos fiscales o laborales. "La acción redistributiva y social queda en segundo plano", afirma el autor. De lo que se trata no es de planificar la ciudad sino de colocar un Gugghenheim para atraer inversión y turismo. "Todo el mundo quería uno", dice el autor, sobre el nuevo icono de Bilbao, y que no supuso sobrecoste. Es lo que se llama el "modelo de los contenedores" (polos, hubs o labs a través de beneficios fiscales, ayudas directas o deducciones, a lo que debe sumarse una estructura productiva para la que trabajar o un tejido industrial vinculado al territorio). En el caso de Bilbao, hubo bastante control y se favoreció más la industria que la inversión inmobiliaria, y se crearon zonas de biodiversidad y carriles bici. Otras ciudades intentaron copiar el modelo de "arquitectura milagrosa" para poner la ciudad en el mapa. Cita a Santiago de Compostela y la "Ciudad de la Cultura", que no se colocó en un espacio devastado sino en una ciudad que ya funcionaba y ya tenía un icono: la catedral. El hecho de colocar al Gaiás en un monte, en un espacio alejado (doctrina Arrese) que obliga a coger el coche conlleva un intento de funcionar como "antena del mercado laboral", sin inserción con su entorno. Pero estuvo lleno de sobrecostes y en el 2013 se paralizó. Otros ejemplos son la Ciudad de las Bellas Artes de Valencia, de gran belleza estética pero desligada del entorno pero que se justificaba con el lema "Todo el mundo quiere venir a Valencia". No eras nadie si no tenías un macroproyecto. Alicante tuvo su Ciudad de la Luz o el Distrito Digital, o el hub digital VLC Tech City, ejemplos de cómo reconvertir un polígono industrial en un distrito innovador. Otro "hub digital" es Tres Xemeneies, en Sant Adrià de Besós, que suma 2.000 nuevas viviendas. O el Parque Paramount de Murcia, Mundo Ilusión en Castellón o el fracasado casino EuroVegas o Wanda Campamento y Gran Scala. El autor señala que "la idea es repetida: centros de convenciones, hoteles, casino, centros comerciales y de ocio". La idea es antifordista: tus clientes son foráneos, no tus propios trabajadores como quería Ford (fordismo).

El autor añade que, mientras la sociedad del Bienestar busca el consenso, el neoliberalismo quiere huir de eso a través de la segregación escolar, los bulos o el pin parental y el precio es perder las estructuras colectivas (y comunes). El modelo productivo es ahora rentista y de servicios, por ello Barcelona recibe 12 millones de turistas (una nueva industria). En la ciudad se insertan flujos globales y eso provoca una expulsión inmobiliaria. Son los efectos de la tercerización. Es la llamada "economía de flujos".

El autor se pregunta: "La pregunta de para quién trabaja el Estado es necesaria a medio plazo porque, cuando este desaparece o se vuelve ineficaz, su espacio puede ocuparlo el crimen organizado".

Algunas ciudades han apostado por los congresos y la cultura, pero como dice el autor, la ciudad tiene límites y saturación de los recursos, y cree que hay que hacer una transición.

El autor, siguiendo a Edward Bellamy, concluye que es necesario acabar con la concentración de capital y propone una nueva ciudad donde la vivienda no pueda ser propiedad de personas jurídicas y no pueda ser acumulada. También que la Administración garantice ese derecho como la sanidad o la educación o la energía. Dejando al sector privado, la competición será el formato (lógica darwiniana y hoobesiana). Por contra, propone trabajo garantizado, semana de cuatro días, jornada laboral de seis horas, salario y patrimonio mínimo y máximo, servicio público de vivienda y energía.


lunes, 29 de mayo de 2023

"La revolución de la proximidad", de Carlos Moreno (2020)

 Resumen del libro "La revolución de la proximidad", de Carlos Moreno (2020)

Resumen del libro original y actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/05/la-revolucion-de-la-proximidad-de.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, urbanismo, ecología, globalización, ciudades

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Ficha técnica

Título: "La revolución de la proximidad"

Subtítulo: De la "ciudad mundo" a la "ciudad de los quince minutos"

Título original en francés: Droit de cité. De la "ville-monde" à la "ville du quart d'heure"

Autor: Carlos Moreno

Fecha de publicación en Francia: 2020

Fecha de publicación en 2023: Alianza Editorial, Madrid, 2023

Número de páginas: 193

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 Biografía del autor Carlos Moreno

Carlos Moreno, principal impulsor de "la ciudad de los quince minutos", es director científico y cofundador de la cátedra "Emprendimiento, Territorio, Innovación" en el IAE de París-Universidad Panthéon-Sorbonne, donde es profesor asociado. Aconseja a personalidades de primera línea a lo largo de todo el mundo, entre los cuales figura la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Ha recibido la medalla Prospective 2019 de la Academia Francesa de Arquitectura.

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Texto de la contraportada

"En el complejo y vibrante laboratorio a cielo abierto de nuestros espacios urbanos, donde se manifiestan nuestras contradicciones y se experimentan los cambios en los hábitos y modos de vida, se condensan también los grandes retos del desarrollo de la humanidad. Ante el triple desafío ecológico, económico y social al que nos enfrentamos, Carlos Moreno propone replantear la ciudad a partir del uso, la proximidad y la supresión de los desplazamientos. Lo que ha denominado "la ciudad de los quince minutos" supone otro modo de vivir, de consumir, de trabajar, de estar en la ciudad; implica repensar el modo de desplazarse, de recorrer el espacio, de explorarlo, de descubrirlo.

La revolución de la proximidad busca recuperar el carácter multipolar de las urbes, acercar los servicios a la gente, dar más importancia a lo local, recuperar los vínculos de vecindad, salir del estatus social impuesto por el mundo del trabajo y guardar las distancias con esa ciudad entregada a los coches que nos acosa para recuperar el amor por los lugares. La ciudad multicéntrica está ahí para dinamitar todo eso: para recuperar el carácter particular y el espíritu de cada ciudad y ofrecer la ocasión de retomar el control del tiempo de nuestra vida".

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ÍNDICE

Prefacio de Richard Sennett

Introducción... Derecho de ciudadanía, derecho a existir

1. La ciudad viva... La ciudad de ayer, de hoy y de mañana: un lugar para vivir

2. El desafío climático... La ciudad y la vida urbana en el momento del cambio climático

3. Complejidad urbana...La ciudad múltiple: imperfecta, incompleta y frágil

4. El derecho de vivir la ciudad... Del Derecho a la ciudad al derecho a vivir en la ciudad

5. Metrópolis sostenible... Nada más sostenible que la ciudad

6. La proximidad puesta a prueba... La ciudad de los quince minutos

7. Las grandes transformaciones... Metropolización, globalización y territorios

8. Hacia una ciudad ubicua...La tecnología en el siglo XXI, el ciudadano conectado aquí y allá

Conclusión... Vivir hoy con la covid-19 ¿y mañana?

Epílogo, por Saskia Sassen

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RESUMEN

El autor Carlos Moreno formula varias ideas para configurar su "ciudad de los quince minutos" (o el "territorio de la media hora") como respuesta a un modelo basado en los coches: la idea de Jane Jacobs del barrio de los ultramarinos que se hacía a pie y rebosante de vida ciudadana y que desapareció con la llegada de los centros comerciales y los coches, la idea de Saskia Sassen de la ciudad global, nodos independientes que dominaban el mundo frente a la periferia, que dio lugar a la globalización, o las ideas de los Chalecos Amarillos que reclaman más protagonismo de la periferia respecto a la gran capital. También recoge parte del legado del sociólogo Sennett, que alabó el urbanismo de la super-ille o supermanzana de Barcelona (barrios cortados al tráfico donde se celebran actividades). 

Moreno dice que el derecho a la ciudad es el de vivir en la ciudad (la densidad es la virtud de la ciudad porque crea sinergias, la distancia, su vicio). Indica que algunas grandes ciudades, en la era de la multitud, se superponen a los Estados, se cruzan y se imbrican y generan una vulnerabilidad ambiental, económica y social ante la sorpresiva aparición de un "cisne negro" dado que las ciudades son frágiles y al ser complejas hace difícil la planificación y anticipación.

El autor recalca que el 60 % de la producción mundial procede de 600 ciudades que ocupan el 1,5 % de la superficie mundial pero esta concentración de riqueza en ciudades catalizadoras genera exclusión de una parte de la población (que no han podido integrarse). En China hay tres hiperregiones. El 30 % de la población mundial vivirá en el 2040 en ciudades de más de un millón de habitantes, un 9 % residirá en megalópolis de más de 20 millones de habitantes y en hiperregiones de 50 y 70 millones. Un 13 % de la población mundial vive en 34 ciudades y el 50 % en ciudades de menos de 500.000 habitantes (las que más crecen son de 300.000 a 5 millones). Muchas ciudades ya han declarado el estado de emergencia climática y están generando presión sobre la biodiversidad local porque se extienden por campos agrícolas. Considera que la construcción urbana a gran escala, el agotamiento de recursos naturales, la contaminación generalizada, el estrés hídrico amenazan nuestra calidad de vida.

Dice que el covid ha roto el ritmo de la ciudad y obligó a entrar por la fuerza en la proximidad. Fue posible instaurar el teletrabajo. Considera que la sociedad "fordista" (trabajo en cadena y especializado) ha robado el tiempo al ciudadano, lo más precioso, a causa de la vida acelerada de las ciudades. El autor recuerda que el cambio climático, la construcción a gran escala, el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación excesiva, el estrés hídrico y sus efectos sistémicos supone un grave prejuicio para nuestra calidad de vida (pese a ello, siguen creciendo las metrópolis y megalópolis). Pone como ejemplo a Medellín (Colombia), que con proyectos como el Metrocable o parques urbanos se reencontró con la naturaleza y la inclusión social. Otro ejemplo es Copenhague, con el "barrio de los cinco minutos" de Nordhavn, Shenzhen (China) con la flota de buses eléctricos más grande del mundo o Nueva York y su plan OneNYC2050 (aumento de velocidad de buses).

La idea de la ciudad de los quince minutos (una metrópolis a escala humana) es una respuesta para reducir la contaminación de vehículos de combustión fósil y devolver la ciudad a los peatones. Quitar coches para que los ciudadanos hagan vida en unas ciudades gigantes que están creciendo a pasos agigantados y cada vez concentran a más porcentaje de la población mundial frente al declive del mundo rural. Dos modos de definir nuevos espacios urbanos y nuevos usos, así como crear una red de hiperproximidad, serían a través del cronourbanismo, la cronopatía y la topofilia.

Una ciudad de 15 minutos, una ciudad de distancias cortas, es una hoja de ruta y debería contar con barrios que se podrían caminar en 20 minutos y en los que estarían todos los servicios básicos como escuelas, ambulatorios médicos, gimnasios, bibliotecas, centros para mayores, tiendas de comida, todo lo que necesitase un ciudadano sin necesidad de coger el coche. Es una respuesta a otro modelo, el de los "polígonos" o PAUs, donde los ciudadanos necesitan coger el coche para comprar el pan, llevar al niño al colegio y otras actividades. En la ciudad de 15 minutos, estos servicios serían próximos y, además, cada barrio sería dinamizado con actividades para los vecinos, para darle animación al barrio. Se trataría de reducir trayectos innecesarios en coche para devolverle calidad de vida al ciudadano y hacer que las ciudades sean más sostenibles y menos contaminantes. Señala que "los habitantes tienen que poder caminar, montar en bici, disfrutar de calles con plantas, de comercios de proximidad, de colegios abiertos". Propone transformar las plazas de aparcamientos en superficie en terrazas, lugares de encuentro o talleres de reparación de objetos, reutilizar el mobiliario urbano y mezclar los barrios residenciales con los comercios. Supone redescubrir y explorar la ciudad y "retomar el control del tiempo en nuestra vida".

La ciudad de proximidad fomenta la mezcla de población para mantener el anclaje local de las clases medias y preservar la cohesión social y permite que las personas menos favorecidas accedan a un abanico de servicios orientados a las familias. Combina estos elementos:

- Densidad orgánica (favorece las elecciones modales de los habitantes)

- Proximidad (espacios urbanos compartidos, creatividad colectiva, aprecio del patrimonio humano, cultural, material e inmaterial, tramas verdes, azules, blancas (luces))

- Mezcla (coopresencia y reencuentro mediante actividades económicas (reindustrialización de la proximidad, disponibilidad de servicios públicos), inclusión social (redes vecinales, hipervecinos, inclusión de la minusvalía), enfoque intergeneracional (acceso a niños, tercera edad, dependientes, pedibús, recorridos con acompañamiento), equilibrio de género (espacios públicos y zonas de servicios con mezcla de hombres y mujeres, paseos de exploración para mujeres) y vida cultural (cultura de proximidad, espectáculos en vivo en domicilios, identidad colectiva y apertura a otros, actividades sobre basura del planeta).

- Ubicuidad: digitalización busca soluciones para hiperproximidad, difusión de la cultura, combinación de servicios médicos o educativos para suplir ausencias, formación telemática, ahorrar CO2 con trayectos cortos.

Para hacer que una ciudad se convierta en una ciudad de los quince minutos, hay que examinar en qué empleamos los metros cuadrados, a qué se destinan, quiénes los usan y cómo. Moreno propone identificar servicios disponibles (médicos, gimnasios, cines, teatros, parques, etc...) y averiguar cómo se utilizan las calles y plazas (si hay zonas verdes, jardines, fuentes para refrescarse) y cómo se trabaja (en casa o lejos). Luego, hay que acercar los servicios a la gente, dar más importancia a lo local, recuperar los vínculos de vecindad, salir del estatus social que humilla a los parados y distanciarse de la ciudad donde el coche está asociado a lo masculino.

Otra de las ideas es multiplicas las funciones de las infraestructuras ya existentes según la hora del día: convertir un colegio en un centro de actividades sociales o culturales fuera de las horas lectivas (cronopatía), crear un sentimiento de dependencia y amor por la ciudad (topofilia).

El autor también propone el "territorio de la media hora" como adaptación en torno a una nueva armazón territorial (se refiere a la periferia de París y el rural de Francia, cuyo abandono generó las protestas de los Chalecos Amarillos porque tienen que usar el coche para desplazarse). Sus propuestas son favorecer el coche compartido y las líneas virtuales de empleo compartido, transporte a demanda, fórmulas de movilidad compartidas o multimodalidad con vehículos de bajas emisiones). Mediante datos digitales se geolocaliza a los residentes voluntarios y se construye una línea aproximada creando nuevos recorridos a partir de sus costumbres (mutualización de recursos).

Hay una parte del libro que defiende la "smart city" si se pone al servicio de la proximidad y una ciudadanía fundada en herramientas tecnológicas (civil tech) que exija rendición de cuentas a los proyectos públicos.  La idea es que los datos territoriales (geolocalización, asociaciones cruzadas de recursos, infraestructuras, servicios y usos) sirvan para regenerar la vida urbana y creen valor por su ecosistema. Esta herramienta puede visualizar el emplazamiento de diversos servicios disponibles para cada persona e identificar las carencias de su territorio, lo que ayudaría al alcalde a tener una visión amplia y hacer políticas transformadoras. También menciona una herramienta digital que provea de servicios (telemedicina, acceso a servicios telemáticos, medios de información locales, reservas digitales, enseñanza y educación, compra de productos de proximidad). Ayudará a acceder fácilmente a las prestaciones sociales indispensables cerca del lugar de residencia. Propone una soberanía digital frente a las grandes plataformas (Facebook, Apple, Airbnb, Uber, Amazon, Netflix, Alibaba o Xiaomi) que "nos han pirateado la vida". En Toronto, ha fracasado Sidewalk Labs (Google) tras una visión reguladora de la gestión de datos y decisiones democráticas que evitaron la pérdida de control del ciudadano. Frente a una hiperconectividad tecnológica que transforma a los hombres en zombis o geeks desconectados socialmente, propone la idea de la "hiperproximidad" para reconstruir los lazos sociales en los barrios para vivir en las ciudades a escala humana, a través de los "open data". 

El plan es que, poniendo la digitalización al servicio de la ciudad de proximidad. La idea es que cada uno o una pueda llegar en 15 minutos a pie o en bici (en un transportes sin carbono) a seis necesidades esenciales de la vida:

- Habitar (creación de alojamientos donde la demanda es mayor a precios asequibles)
- Trabajar (favorecer la mezcla de actividades en cada barrio y reequilibrando el empleo)
- Comprar (garantizar el tejido comercial, incluidas las tiendas de alimentos)
- Estar en forma (actividades deportivas y asistencia sanitarias adaptadas a todos)
- Aprender (oferta escolar que garantice la mezcla y abanico de formación para todas las edades)
- Divertirse (actividades de ocio y culturales, aumento de espacios públicos de encuentro y fusión, espacios de respiración y vegetalización)

El autor Moreno habla del tecnosolucionismo como manera equivocada de reducir el calentamiento pòrque retardaría mucho una solución, buscando soluciones rápidas como eliminar directamente los trayectos en coche. Recuerda que la pandemia demostró que se podía teletrabajar sin coger el coche (unos desplazamientos que "invaden el tiempo que podríamos dedicar al prójimo nos producen una especie de cansancio", desconfianza o temor al otro; considera que acudir todos los días al puesto de trabajo es una costumbre impuesta para mantener una estructura jerárquica y no una verdadera necesidad funcional). Se trataría de reducir el número de kilómetros recorridos para aprovechar el tiempo útil (concepto de alta calidad de vida social). Cree que el "buen vivir" es indispensable para "poner remedio a la fragilidad del tejido urbano y de la relación de los habitantes con su territorio".

La idea de la proximidad, de "la ciudad de los quince minutos" y el "territorio de la media hora" consiste en implantar el mayor número posible de servicios cerca de casa, así como para pasar a otra temporalidad, con un nivel inferior de emisiones de carbono, a pie o mediante movilidades activas (bicicleta, paseo, patinete), que aliente la "proximidad multiservicios". El hecho de que haya una participación activa, que todos tengan posibilidad de acceder a funciones sociales esenciales: alojamiento, trabajo, compras, sanidad, educación y ocio "de modo que todo el mundo pueda incrementar su bienestar personal con los suyos, vivir mejor con sus vecinos y sus colegas de trabajo y estar en armonía con un planeta sostenible e inclusivo". La descentralización de la ciudad abre la vía al futuro de un  humanismo ecológico.

También resalta que las ciudades deben ser un muro de contención de las maniobras de las plataformas que, "provistas de medios considerables, alteran nuestras vidas" (a excepción de Velib').

El autor defiende los proyectos de servicios de proximidad en plataformas digitales de agregación de datos como herramientas clave de la soberanía digital e imaginar transformaciones óptimas de un territorio a partir de un índice de alta calidad de vida social (prospección de visualización, diagnóstico y simulación). 

También propone maximizar tres fuentes de bienestar:  1) Personal (más tiempo disponible para sí mismo, familia y allegados), 2) Social (más vínculos con vecinos y colegas y menos tensión) 3) Planeta inclusivo y sostenible (respeto por el otro, la naturaleza y los recursos).

Saskia Sassen comenta en el libro que París ha conseguido lo imposible: la transformación radical de una gran ciudad, en la que los coches circulan las 24 horas. Eso demuestra que se pueden transformar las grandes ciudades, dice, pues la mayoría son víctimas de su propio crecimiento (y cuya solución consiste en demoler los edificios viejos para construir otros nuevos). Lograr lo mismo que París, con la alcaldesa Anne Hidalgo y Carlos Moreno, requiere "una profunda ruptura con nuestras ideas preconcebidas", y sobre todo porque los habitantes tienen ideas que pueden compartir sobre qué hacer para mejorar su propio barrio. Añade que la ciudad se convierte en  "un laboratorio vivo para la tecnología urbana, que gestiona todos los sistemas que necesita una ciudad: agua, transportes, seguridad, residuos, edificios ecológicos, energías renovables". "La ciudad de los quince minutos se ha convertido en un modelo de organización al tener en cuenta lo más favorable para sus habitantes. Lo que marca la gran diferencia es haber tenido en consideración las necesidades de los habitantes más que haberse centrado en la cuestión de la circulación".

[nota del lector: el autor menciona en su libro los cines, kioscos, pero eso parece remontarse a otra era, ya que la mayoría han desaparecido a causa de la digitalización, por tanto, el modelo que él propone podría estar obsoleto o anquilosado en la añoranza de otras épocas, antes del 2008]

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500 RESÚMENES DE LIBROS  
DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA
"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/01/500-resumenes-de-libro originals-de-economia-y.html
Descargar el PDF en este enlace:

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jueves, 30 de marzo de 2023

"España fea. El caos urbano, el mayor fracaso de la democracia", de Andrés Rubio (2022)

 Resumen del libro "España fea. El caos urbano, el mayor fracaso de la democracia", de Andrés Rubio (2022)

Resumen original y actualizado en:

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación

Sociología, urbanismo, arquitectura, paisaje, espacios, feismo

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Ficha técnica

Título: "España fea"

Subtítulo: "El caos urbano, el mayor fracaso de la democracia"

Autor: Andrés Rubio

Edición en español: Debate, Barcelona, 2022

Página: 435

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Biografía del autor Andrés Rubio (hasta 2022)

Andrés Rubio es periodista. Fue jefe de la sección de Cultura del periódico El País, y durante casi 20 años, del suplemento El Viajero. Ha sido colaborador de las revistas Bauwelt y Architecture, y confundador de la galería de arte Mad is Mad, en Madrid.

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Texto de la contraportada

"¿Por qué la Constitución de 1978 no incluye la palabra "paisaje"? ¿Por qué no existen en España un Conservatorio del Litoral como el francés? ¿Por qué en 1967 había catalogados más de mil pueblos bonitos en España y ahora no quedan ni cien? ¿Por qué han sido tan dañinos para el paisaje los años de la etapa democrática y su régimen de comunidades autónomas, y cómo han podido llegar a arruinar de forma irreparable la memoria colectiva?

España Fea es un estudio brillante de las barbaridades cometidas sobre el patrimonio español desde el final de la dictadura de Franco hasta la actualidad. Desgrana con rigor y sensibilidad los disparates llevados a cabo desde las costas mediterráneas hasta las del norte, pasando por la "España vaciada" y el desastre urbanístico de Madrid, e indaga en las causas que nos han conducido  a esta catástrofe cultural sin precedentes. Revela la estrategia urdida por politicos y promotores ignorantes y corruptos, con el silencio cómplice de un gremio desmovilizado, el de la arquitectura, y la indiferencia y el desconocimiento del mundo intelectual y los medios de comunicación. Pese a todo, el libro también analiza con detalle algunos ejemplos de trabajo bien hecho, que enlazan con la mejor tradición europea, en ciudades como Barcelona o Santiago de Compostela, o en pueblos como Albarracín o Vejer de la Frontera.

Sobre la base de numerosas entrevistas, y uniendo la crónica periodística, el libro de viajes y el ensayo político, Andrés Rubio presenta un texto de gran originalidad y lleno de matices. Fijándose además en los casos de Francia, Alemania e Italia, traslada un mensaje europeísta y de progreso en defensa de las mejores cualidades de lo público, propugnando la ordenación del territorio como arma indispensable para afirmar la democracia."

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ÍNDICE (resumido)


Prólogo de Luis Feduchi

Primera Parte

El escenario de la injusticia espacial

España, territorio de arquitectura basura

El reto de España vaciada

Franco y las raíces del mal

¿Quién mató a la arquitectura popular?

"Especulación disfrazada de hipócrita avance"

El dictador, su corrupta familia y Girón

Los admirables menorquines y su Camino de Caballos

Lacaton y Vassal: una pieza que no se toca

Dos expertos que avisaron del desastre

La arquitectura española, en el MOMA

Felipe González, la gran decepción

¿Quién indultó a Jesús Gil?

Francia, la gran diferencia

Un botijo con un sujetador de la  bandera americana

La fealdad de España y su vínculo con la esclavitud

El sueño enfermizo del chalet

Los pueblos, pocos, más bonitos de España

La barandilla de la playa de la Concha, en Lepe

Ejemplos de trabajo bien hecho

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Segunda parte

Los alemanes, nuevos viejos maestros

De Munich a la Casa de las Conchas de Salamanca

[....]

Tercera Parte

Canarias, la maldición de las islas Afortunadas

¿Por qué han ganado los enemigos de Lanzarote?

[...]

Cuarta parte

Luces y sombras en la transformación de Bilbao

El crítico que comparó el Guggenheim con Marilyn

Xerardo Estévez, el mejor discípulo de Bohiga

[...]

Quinta parte

Mijas, Garrovillas, Chinchón

El triste caso de Mojácar 

[....]

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RESUMEN

El autor Andrés Rubio hace un repaso a los grandes desastres urbanísticos de España. Cree que la Constitución del 78 perdió la oportunidad de ordenar y proteger el paisaje y la costa, como hizo Francia, y apostó por el desarrollo urbanístico descontrolado. En parte, eso se debió a que los políticos dejaron el control y desarrollo urbanístico en manos de comunidades autónomas y sobre todo de pueblos y humildes municipios, en los que no existía personal formado técnicamente ni había presupuesto para contratarlo. El autor cree que el amiguismo y los negocios personales influyeron en el desarrollo descontrolado del urbanismo. A ello se suma la falta de mecanismos prácticos para hacer cumplir las sentencias judiciales que ordenan derribar edificios ilegales. Parte del caos urbanístico tiene su origen en el desarrollismo franquista, que creció sin control, sobre todo en la ciudad, para alojar a los trabajadores procedentes del campos y darles una vivienda, y en la costa, donde el crecimiento y los paseos marítimos formaban parte del turismo de masas (y cuyo ejemplo paradigmático es Benidorm y sus torres a pie de playa).

Por contra, pone otros ejemplos de lo que sí se pudo haber hecho bien. Ciudades como Barcelona (las superilles fueron puestas como ejemplo por el sociólogo Richard Sennett, pero también la Barcelona del 92), Santiago de Compostela (su alcalde Xerardo Estévez era arquitecto y discípulo de Bohiga) o Bilbao (con los espacios regenerados en torno al Guggenheim) lograron crecer con armonía y orden respetando su legado y su entorno. No ocurrió lo mismo en Madrid, y pone como ejemplo la rehabilitación del edificio Capitol, que considera poco afortunada, o las casas del complejo Canalejas, que se vaciaron por dentro aunque la Justicia determinó que no se había alterado el espíritu de la época. 

Uno de sus modelos es Francia, con la costa del sur protegida de construcciones debido a que el Estado está comprando las parcelas en venta para dejarla libre de casas y para disfrute del público.

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA
"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/01/500-resumenes-de-libro originals-de-economia-y.html
Descargar el PDF en este enlace:


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domingo, 30 de octubre de 2022

"La España de las piscinas", de Jorge Dioni López (2021)

Resumen del libro "La España de las piscinas", de Jorge Dioni López (2021)

Resumen original y actualizado en: 

 https://evpitasociologia.blogspot.com/2022/10/la-espana-de-las-piscinas-de-jorge.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Contemporánea, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, urbanismo, neoliberalismo, vivienda social, política electoral

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA

"DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)"

por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:

Descargar en PDF en este enlace:
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Ficha técnica:

Título: "La España de las piscinas"

Subtítulo: Cómo el urbanismo liberal ha conquistado España y transformado su mapa político

Autor: Jorge Dioni López

Edición en castellano: Arpa & Alfil Editores, SL, Barcelona, 2021

Páginas: 268

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Biografía del autor Jorge Dioni López (hasta 2021)

Jorge Dioni López nació en Benavente (Zamora) en 1974. Es licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona y su carrera profesional abarca diarios (Sport, Marca y Metro), radio (Cadena SER, RNE y Ràdio Gràcia), revistas (Vanity Fair, GQ y El estado mental) y comunicación institucional (Alcatel-Lucent y Asociación de Clubes de Baloncesto). También, ha realizado tareas de corrección y edición para diversas instituciones.

En la actualidad, es profesor de lectura y escritura en la Escuela de Escritores, realiza tareas de comunicación corporativa para la agencia Dobleh y colabora con la revista La Marea.

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Texto de la contraportada

"La España del pelotazo creó un sueño: vivir fuera de la colmena. He aquí un libro espléndido" Enric Juliana.

"Durante los años del boom inmobiliario, se construyeron cinco millones de viviendas en España. La mayoría sigue el modelo de suburbio estadounidense. Son islas verdes - por las zonas comunes - y azules - por las piscinas - situadas en las afueras de las ciudades y en las que reside buena parte de la llamada clase media aspiracional de nuestro país. Jóvenes familias con niños pequeños. Los hijos y los nietos de la España vacía.

Estos barrios de nueva creación conforman lo que Jorge Daniel López denomina "la España de las piscinas". Un mundo hecho de chalés, urbanizaciones, hipotecas, alarmas, colegios concertados, múltiples coches por unidad familiar, centros comerciales, consumo on line, seguro médico privado, etc... Un mundo que favorece el individualismo y la desconexión social y cuya importancia política es hoy fundamental, pues de él depende la evolución del mapa político, sobre todo, el voto conservador.

El debate sobre la vivienda y el territorio suele centrarse en temas como la gentrificación, el precio de los alquileres o el vaciado rural. La España de las piscinas pone sobre la mesa otra cuestión esencial: el análisis de nuestro principal modelo de desarrollo urbano y cómo ha transformado la manera de entender el mundo, las aspiraciones y la ideología de millones de españoles".

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SUMARIO

Introducción. Ensayo y error

Primera parte: Qué son los "pauers" y dónde encontrarlos

1) Un país de propietarios
2) De piscina en piscina

Segunda parte: Eres donde vives

3) Cinco hipótesis sobre la dispersión
4) Breve historia de la dispersión

Epílogo. Dispersión o comunidad

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RESUMEN

Los Planes de Actuación Urbanística (PAU) nacieron en 1990 como una especie de "sueño americano", como un nuevo modelo que dejaba atrás el barrio tradicional con servicios y comercios. Se trata de un modelo que apuesta por el individualismo de la familia residente y se aleja de otros modelos que ensalzaban la vida en comunidad de los barrios. El fenómeno ya fue estudiado por la geógrafa Jacobs, aunque aplicado a cómo los barrios se iban degradando al perder la vida comunitaria.


En los PAU, la idea era urbanizar grandes zonas periféricas y desconectadas. Islas rodeadas por carreteras, grandes avenidas o vías ferroviarias. Eran "islas privadas" ya que los políticos tenían poca participación en la urbanización. Los propietarios realizan a través de las juntas de compensación una planificación para cada espacio: ocio, residencial, comercial, naturaleza pero imponen bosques urbanos en vez de parques, centros comerciales en vez de tiendas y un diseño en el que se necesita coche. Recuerdan a Milano 2, promovida por Berlusconi, dice el autor. El perfil del residente es una pareja profesional estable, por lo que es una zona homogénea y segregada en una zona "tranquila y segura". Los PAU se hizo "viral" porque recibió un gran apoyo institucional y, como dice el autor, en esa época era más fácil conseguir un crédito para un chalet con piscina que para un piso en la ciudad porque los bancos que concedían los créditos tenían muchos chalés en "stock" cuya construcción habían financiado y querían recuperar su inversión. Poco a poco, lugares reacios al voto conservador, se fueron llenando de PAUs.

El autor Jorge Dioni López dice que el urbanismo a gran escala comienza en la época del desarrollismo de los años 60, con la edificación de los grandes barrios de fachada de ladrillo y toldos verdes para acoger a los inmigrantes del rural. A partir de los 70, 80 y 90 se instauró un nuevo modelo pensado para crear propietarios de poder medio y alto adquisitivo aislados en islas urbanas. Aunque había mucha vivienda social, los acometían cooperativas y no el Estado para afianzar esa sensación de ser propietarios. Esto tenía una clara connotación política, porque, a raíz de las experiencias neoliberales de Margareth Thatcher, que privatizó la vivienda social creando millones de propietarios, este tipo de votante se escora a la derecha. Municipios de voto laboralista o socialista (Alcorcón, Móstoles) se vieron rodeados por islas urbanas (las PAU) cuyo voto era de derechas, un modo de transformar el territorio y cambiar el voto electoral urbano en una o dos generaciones para convertirlo en una "mayoría cautelosa", de "abstención" o de voto a la derecha. Nacían desarrollos urbanos al norte y al este de Madrid y pueblos como Arroyomolinos que tenían 3.000 habitantes en apenas unas décadas se convertían en núcleos urbanos de 30.000 residentes en miles de chalés y una de las natalidades más altas de España. Otro ejemplo es Parla Este. La mayoría de estas nuevas familias residía en sus propias islas urbanización, dotadas de piscina y jardín privado, con grandes avenidas y parques boscosos pero sin ningún servicio ni de salud, colegio o comercio. Todo ello había que buscarlo en coche, ya que estas urbanizaciones o PAUs crecen al lado de los enlaces a las autovías y autopistas. Era el mismo modelo que en el EE.UU. de los centros comerciales.
  
Detrás de todo esto subyace un modelo de país que prima la creación de un mercado inmobiliario y no tanto el acceso a la vivienda. Según el autor, el modelo está basado en la especulación con el precio, el desvío de dinero al sector privado y la compra de ladrillo como objetivo final. Cita al geógrafo David Harvey y su "nuevo empresarialismo urbano" y "la alianza entre el sector público y sector privado centrada en la inversión y en el desarrollo económico con la construcción especulativa del lugar como objetivo político y económico inmediato, y no en la mejora de las condiciones dentro de un territorio determinado".  

Entre los personajes que desde el XIX impulsaron este modelo urbanístico está Cerdá con los Ensaches, Cort Botí con los bloques de pisos en la postguerra de 1940 (y se hizo con 13 millones de metros cuadrados de suelo en el noroeste de Madrid). En el franquismo se apostó por el cemento pero destinado a ayudar a banca, constructoras y propietarios de suelo, no al comprador de vivienda, porque se quería crear un mercado inmobiliario. El primer ministro de Vivienda, José Luis Arrese, proclamó: "Primero, la vivienda, y después el urbanismo". Se quería una nación de propietarios y no de proletarios. Sería trasladar al entorno urbano el conservadurismo del propietario agrícola. Además, se liberalizaron las condiciones de compra de suelo y las expropiaciones, al formarse consorcios en vez de juntas de compensación. Se generaron en unas décadas seis nuevos millones de pisos, muchos de ellos de estilo brutalista, como los barrios de El Pilar y Concepción, y con los beneficios se creó la Marbella de la jet-set. Desde 1994, muchos PAU de Madrid se proyectaron, como un "efecto Donuts" alrededor de la carretera de circunvalación M-40, donde se repetía el mismo esquema: chaléts unifamiliares de dos plantas y urbanizaciones de cinco alturas con jardín, columpios, piscina y pista deportiva. La influencia de Arrese se prolongó en los modelos de ayuntamientos y diputaciones hasta la burbuja de los años 1990 a 2008, pues tras la crisis financiera de la Gran Recesión, de los proyectos de nuevos PAU solo quedaron descampados o esqueletos de edificios.

Los sucesivos gobiernos comenzaron a implantar un modelo de urbanización en la periferia de las grandes ciudades, los llamados polígonos PAU, que se parecía a los suburbios norteamericanos, donde sus residentes necesitan el coche para todo, para ir al colegio o al centro comercial, porque estas zonas residenciales carecen de los servicios básicos pero tampoco son ciudades dormitorio. El autor observa que estas áreas residenciales votan a naranja (Ciudadanos) o, tras la debacle electoral de Ciudadanos, a azul (PP) o incluso verde (Vox). Por tanto, sus residentes tienen tendencia a votar a las derechas, según los estudios que realizó el autor. En los años 50, la propiedad de la vivienda estaba en el 50 % y ahora en el 80 %. Lo irónico es que, debido al cambio climático, ahora pedimos a todos esos miles de personas trasladadas a las "islas urbanas" del extrarradio, concebido como un modelo insostenible por el obligado uso del coche para ir en busca de servicios, que no se desplacen en coche.
 
En Madrid, el autor cita a familias de 35 a 50 años que se fugó al extrarradio, a Doñinos, Carbajosa, Aldeatejada o Villares, en Salamanca, Zaratán, Renedo o Arroyo, en Valladolid, Alfaraje en Sevilla, Las Vaguadas en Badajoz, Miralbueno o Distrito Sur en Zaragoza, eran cinturones de "voto naranja".

Existe un efecto de segregación social porque, según relata Jorge Dioni López, todo el mundo se va al sitio que puede pagar. El autor dice que aunque se tiró el anzuelo de una "vivienda asequible", en realidad todas las políticas van dirigidas hacia el mismo modelo de "propietarismo" y "segregación" (por ingresos, estabilidad, capacidad de ahorro...) y no se les da a quienes más lo necesitan. Aunque la idea era que las nuevas viviendas de protección social fuesen asequibles para personas que ganasen entre 900 y 3.000 euros, un piso nuevo de tres habitaciones en el 2019 en Montecarmelo o Las Tablas costaba medio millón de euros, por lo que pocos iban a pasar por esa estrecha puerta. 

Durante la fiebre del oro, entre 1994 y 2008, se aprobaron planes a contrarreloj para construir 5 millones de viviendas, aunque no eran para vivir sino un "producto". Se desregularizaron las legislaciones urbanísticas locales para "no poner trabas al progreso". Seseña, planificada por el Pocero, fue un ejemplo: el pueblo toledano con 3.000 habitantes iba a tener 13.000 nuevas viviendas. Arroyomolinos, con 689 habitantes en 1990, pasó a 30.000 en el 2019, con una media de edad de 30 años y sin la menor relación con el municipio que los acoge y que se enfrentó a un crecimiento desmesurado. El problema, dice el autor, es que la política decidió "no molestar" y se desentendió de los servicios y el urbanismo y dejó en manos del sector privado sus condiciones de vida.

lunes, 9 de septiembre de 2019

"Muerte y vida de las grandes ciudades", de Jane Jacobs (1961)

Resumen del libro "Muerte y vida de las grandes ciudades", de Jane Jacobs (1961)

Resumen original y actualizado del libro:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/09/muerte-y-vida-de-las-grandes-ciudades.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, urbanismo, ciudades, paisajismo, vida social

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Ficha técnica

Título: "Muerte y vida de las grandes ciudades"

Título original en inglés: The Death and Life of Great American Cities

Autora: Jane Jacobs

Fecha de publicación: 1961

Edición en español: Hay de los años 70 y 80.
Capitán Swing Libros SL lo reeditó, Madrid, 2011, 2013

Número de páginas: 487

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Biografía oficial de la autora Jane Jacobs (fallecida en el 2006)

"Jane Jacobs nació en Scranton en 1916 y falleció en Toronto en el 2006. Fue una divulgadora científica, teórica del urbanismo y activista político-social, su obra más influyente fue Muerte y Vida de las grandes ciudades (1961), en la que critica duramente las prácticas de renovación urbana de los años 50 en EE.UU., cuyos planificadores asumieron modelos esquemáticos ideales que condujeron a la destrucción del espacio público. Con métodos científicos innovadores e interdisciplinares, Jacobs identificaba las causas de la violencia en lo cotidiano de la vida urbana, según estuviera sujeta al abandono o, por el contrario, a la seguridad y calidad de vida.

Paralelamente, la autora destacó por su activismo en la organización de movimientos sociales autodefinidos como espontáneos (grassroots), encaminados a paralizar los proyectos urbanísticos que entendía que destruían las comunidades locales. Primero en EE.UU., donde consiguió la cancelación del Lower Manhattan Expressway; y posteriormente en Canadá, a donde emigró en 1968 y donde consiguió la cancelación del Spadina Expressway y la red de autopistas que pretendían construirse.

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Texto de la contraportada

"Cincuenta años después de su publicación, Muerte y Vida de las grandes ciudades es , según el New York Times, "probablemente el libro más influyente en la historia de la planificación urbana". Jane Jacobs, columnista y crítica de arquitectura de principios de los años 60, afirmaba que la diversidad y la vitalidad de las ciudades estaban siendo destruidas por algunos arquitectos y urbanistas muy influyentes.

Popular no solo entre profesionales, el libro es una fuente crítica de las políticas de renovación urbanística de los años 50, que destruían comunidades y creaban espacios urbanos aislados y antinaturales. Jacobs defiende la abolición de los reglamentos de ordenación territorial y el restablecimiento de mercados libres de tierra, lo que daría como resultado barrios densos y de uso mixto. Frecuentemente cita a Greenwich Village neoyorquino como ejemplo de una comunidad urbana dinámica. Riguroso, lúcido y deliciosamente epigramático, Muerte y vida es un programa para la gestión humanista de las ciudades. Sensato, documentado, ameno e indispensable".

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ÍNDICE

Apuntes sobre Jane Jacobs de Zaida Muxí y Blanca Gutiérrez

Prólogo de M. Delgado

1. Introducción

Primera parte. La peculiar naturaleza de las ciudades

2. Usos de las aceras: seguridad

3. Usos de las aceras: contacto

4. Usos de las aceras: incorporación de los niños

5. Usos de los parques vecinales

6. Usos de los barrios


Segunda parte. Las condiciones para la diversidad urbana

7. Los generadores de diversidad

8. Necesidad de la combinación de usos primarios

9. Necesidad de manzanas pequeñas

10. Necesidad de edificios antiguos

11. Necesidad de concentración

12. Algunos mitos sobre la diversidad


Tercera parte. Fuerzas de decadencia y fuerzas de regeneración

13. La autodestrucción de la diversidad

14. La maldición de los vacíos fronterizos

15. Subiendo y bajando barrios

16. Dinero gradual y dinero cataclísmico


Cuarta parte. Tácticas diferentes

17. Viviendas subvencionadas

18. Erosión de las ciudades o sacrificio de las ciudades

19. Orden visual: sus limitaciones

20. Salvemos el conjunto

21. Gobernar y urbanizar distritos

22. Qué tipo de problema es una ciudad


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RESUMEN

Según explican Muxí y Gutiérrez, Jane Jacobs defiende un modelo de seguridad basado en la confianza del vecindario, en el conocimiento mutuo frente al diseño de ciudades con suburbios residenciales, la simplificación que hace Le Corbusier de las calles como meras cintas transportadoras sin obstáculos ni vida y por las que solo pasan coches y las ciudades jardín de Ebenezer Howard donde los espacios verdes son espacios vacíos que tienden a degradarse. Jane Jacobs defiende una planificación basada en la experiencia cotidiana de las personas que les capacita para decidir qué tipo de espacio urbano quieren y necesitan.

Donde la existencia de espacios de socialización y encuentro ayudan a la creación de vínculos entre las personas. Ese sentimiento de comunidad hace que un sitio sea seguro. Por el contrario, se impone un modelo de ciudad donde impera la anomia social, donde se prima el individualismo y es la "autoridad" la encargada de mantener el orden. Añaden que para Jacobs, las cuestiones clave eran la importancia de la relación de las personas con el espacio público, considerar y apreciar las redes creadas por los diversos usos, entender la manzana como la unidad básica de la ciudad y la primacía de la calle como aglutinador de la vida en los barrios. Frente a ello, los planificadores hacen lugares de paso, mobiliario urbano que no se usa (no hay fuentes, son bancos para sentarse una sola persona...), donde hay una falta de conexión entre diseño y realidad, y donde prima el coche, por lo que los espacios para peatones quedan supeditados al coche. Jacobs también le da importancia al comercio

La autora escribe sobre los tipos de calle que son seguros y cuáles no, los parques urbanos que son maravillosos y otros son cepos y trampas mortales, los barrios bajos que siguen siendo bajos y otros se rehabilitan solos a pesar de resistencias oficiales y financieras, explica por qué el centro de una ciudad y las áreas comerciales se desplazan, qué es lo que hace una vecindad auténtica y qué labores hace. Escribe sobre "cómo funcionan las ciudades en la vida real" para conocer los principios urbanísticos y qué prácticas de rehabilitación pueden estimular la vitalidad social y económica de las ciudades.

Jacobs menciona los desastres del urbanismo en su época: barrios de viviendas baratas que se han vuelto centros de delincuencia, vandalismo y desesperanza social, promociones de viviendas de renta media sin vitalidad, barrios residenciales de lujo con insulsa vulgaridad, centros culturales sin librería, centros cívicos frecuentados por indigentes (porque es un sitio con techo), paseos que no van a ninguna parte y sin paseantes, vías rápidas que cruzan la ciudad. Añade que los barrios se etiquetan, se les pone un precio, se crean "islas hostiles" y los centros comerciales monopolistas y los centros culturales monumentales esconden la sustracción del comercio, la cultura, la vida cercana y relajada de las ciudades.

Cita barrios de Nueva York, como Morningside Heights, rodeados de campus universitarios y césped, con apartamentos espaciosos, "en los que la gente teme caminar por la noche" y se convirtió en un barrio bajo. Planificaron con más teoría de la urbanización y construyeron promociones de viviendas oficiales, salpicadas de luz y aire, sol y paisajismo, y con un centro comercial. Se vendió como un ejemplo de salvamento urbano pero se precipitó en la decadencia.

Por contra, barrios bajos de Boston,  como North End, que tenían mala fama (por tapar las ventanas con colchones) tenían las casas rehabilitadas, la salud era mejor que la media y la delincuencia más baja que en el resto de la ciudad. Los urbanistas (iban los profesores de Harvard y del MIT con sus alumnos a estudiarlo y elaborar proyectos para crear superbloques y avenidas arboladas) abogaban por tirar todo y sanear el barrio pero lo cierto era que se trataba de un espacio vivo y dinámico. Uno de los secretos es que, en los bajos de estas viviendas irregulares, había tiendas de comida, talleres, carpinterías, etc... y las calles rebosaban de vida con los niños alborotando, gente comprando, paseando y conversando. "La atmósfera callejera, dinámica, amable y sana, era tan contagiosa que empecé a preguntar direcciones a la gente solo por el gusto de charlar un poco", dice la autora. Incluso llamó a un urbanista y a un banquero para preguntarles su opinión.

lunes, 5 de agosto de 2019

"Construir y habitar", de Richard Sennett (2018)

Resumen del libro "Construir y habitar", de Richard Sennett (2018)

Resumen original y actualizado en el siguiente link;
https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/08/construir-y-habitar-de-richard-sennett.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología.

Sociología, urbanismo, vida en la ciudad, hábitat urbano, cultura urbana

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Ficha técnica

Título: "Construir y habitar"

Subtítulo: Ética para la ciudad

Título original en inglés: "Building and Dwelling. Ethics for the City"

Autor: Richard Sennett

Fecha de publicación en inglés: 2018

Publicación en español: Editorial Anagrama SA, Barcelona, 2019

Número de páginas: 431

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Biografía oficial del autor Richard Sennett (hasta el 2019)

Richard Sennett es sociólogo, profesor de la London School of Economics y de la Universidad de Nueva York, creador de Theatrum Mundi, una fundación de investigación sobre cultura urbana, y consultor de la ONU. Ha recibido numerosos premios y honores, entre ellos el Premio Hegel en el 2006, el Gerda Henkel en el 2008 y el Spinoza en el 2010, además del doctorado honoris causa de la Universidad de Cambridge y la Centennial Medal de la de Harvard. En Anagrama se han publicado El declive del hombre público, La corrosión del carácter, El respeto, La cultura del nuevo capitalismo, El artesano, Juntos y El extranjero.
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Texto de la contraportada

"¿Cómo deberían ser las ciudades del futuro? ¿Cómo ha evolucionado su planificación a lo largo de la historia? ¿Cómo afecta a nuestra vida el entorno urbano en el que vivimos? ¿Qué valores urbanísticos se deberían potenciar? ¿Qué lastres se deberían desterrar?

Repensar la ciudad es el objetivo último de este libro que hace un recorrido por su evolución partiendo de los dos ámbitos en los que trabaja el autor, el de la sociología y el del urbanismo, y tomando como base tanto reflexiones de arquitectos y urbanistas como de filósofos.

Construir y habitar recorre la historia de las ciudades desde el ágora griega hasta las urbes del siglo XXI como Shanghái. Repasa las propuestas de los grandes innovadores de la planificación urbana en el siglo XIX - Haussmann y Cerdá-, la creación de la ciudad del siglo XX en Europa y Estados Unidos de la mano de arquitectos como Le Corbusier y su evolución en el siglo XXI en países emergentes como China, India, México o algunos africanos. Y aborda ejemplos concretos, que van del diseño de Central Park de Nueva York a la sede de Google, el Googleplex, pasando por las bibliotecas de Medellín, el desarrollo urbanístico de Delhi.

Este libro cierra la trilogía del Homo faber de Richard Sennett, cuyas dos entregas anteriores, El artesano y Juntos, también están publicadas en esta colección. Son tres obras independientes pero que, leídas en conjunto, proporcionan una de las reflexiones más lúcidas y estimulantes sobre la sociedad contemporánea".

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ÍNDICE


1. Introducción: defectuosa, abierta, molesta

I. Las dos ciudades

2. Fundamentos inestables

3. Cité y ville se separan

II. La dificultad de habitar

4. El Ángel de Klee se marcha de Europa

5. El peso de los otros

6. Tocqueville en Tecnópolis

III. Cómo abrir la ciudad

7. El urbanita competente

8. Cinco formas abiertas

9. El vínculo de hacer

IV. Ética para la ciudad

10. Sombras del tiempo.

Conclusión: Uno entre muchos

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RESUMEN

Richard Sennett es un autor preocupado por los cambios sociales, por ejemplo, sobre cómo han desaparecido los artesanos debido a la automatización. En este libro, analiza los espacios abiertos de las ciudades (espacios vivos que invitan a la socialización en el barrio, como los bulevares parisinos, las calles de tiendas hindúes o las tiendas bohemias de Greenwich Village) y los espacios cerrados (que ahuyentan a los peatones como el Googleplex, los barrios-colmena de Shangái o las ciudades inteligentes surcoreanas). El libro puede servir como guía exprés de la historia contemporánea de la arquitectura urbana y la generación de espacios para la convivencia.

Distinción entre "cité" y "ville"
El autor parte de la distinción francesa entre "cité" y "ville", pues en una es la ciudad como estructura urbana y la otra como "forma de vivir" o "cultura urbana". Para el autor, un espacio está abierto y vivo si los oficinistas de Google van a tomar café al bar de la esquina, al que también acuden los taxistas del barrio a cotillear.

La "ville" se refiere a la ciudad en su conjunto mientras que la cité designaba un lugar en particular. "Cité" vino a significar en el siglo XVIII la naturaleza de la vida de un barrio, los sentimientos que la gente albergaba acerca de los vecinos y los extraños, así como su apego al lugar. Pero esta distinción se perdió y hoy en día "cité" alude casi siempre, según el autor, a esos lúgubres espacios que dan cobijo a los pobres en las afueras de las ciudades. El autor rescata el término antiguo porque distingue entre el medio construido y cómo vive la gente. Por ejemplo, los atascos de los túneles defectuosamente diseñados de Nueva York pertenece a la "ville" y los neoyorquinos locos que hacen carreras por esos túneles al amanecer pertenece a la "cité". O sea, la "cité" son las percepciones que tienen sus ciudadanos de la ciudad (tiendas,...) y la "ville" es cómo está construida.

La cité abierta es un lugar más de hacer que de ser pero no despierta simpatía por los demás.

En palabras de Sennett, una ville abierta está marcada por cinco formas que hacen posible la complejidad de una ciudad. El espacio público promueve actividades sincrónicas. La ville privilegia el linde a la frontera y tiende a hacer porosas las relaciones entre las distintas partes de la ciudad. Marca con modestia la ciudad con el empleo de materiales simples y la colocación arbitraria de marcadores a fin de destacar lugares anodinos. Utiliza las formas-tipo en su edificación para crear una versión urbana de lo que en música es el tema con variaciones. Y a través de la planificación seminal se permite que los temas (dónde ubicar escuelas, viviendas, tiendas, parques) se desarrollen de modo independiente en la ciudad, lo que produce una imagen compleja del conjunto urbano.

El autor ve cinco formas abiertas:

1) El centro es sincrónico: dos espacios centrales. El bazar, el ágora griega o la plaza Nehru de Delhi serían sincrónicos (el apretado gentío hace muchas cosas a la vez pero necesitan un principio de coordinación) mientras que un estadio o un teatro son un espacio secuencial (la multitud se concentra en una única cosa).
El autor menciona el diseño fallido del arquitecto Henry Cobb al diseñar un extremo inferior del paisaje del National Mall de Washintong DC, que era un parque demasiado solitario. Sennet le asesoró para hacer un espacio sincrónico (atraer a gente con puestos y casetas e iluminación nocturna) pero el exceso de estímulos hizo que el cliente no aprobase la idea.

2) Signos de puntuación. Marcadores monumentales y mundanos. Pone por ejemplo el Obelisco de Roma, en el que convergían varias calles y servía como punto de referencia e invitaba al viaje religioso. Otros puntos de exclamación son las altas agujas de las iglesias. También hay puntos y comas, como las calles que se cortan o las esquinas de las oficinas para distintas actividades. Las comillas urbanas se refieren a bancos, pequeños árboles o fuentes que mejoran los espacios públicos pobres, lo mismo que las macetas de las casas que embellecen la ciudad, así como los jardines "shinto" y zen.

3) Porosidad y membrana. Menciona al mapa de Nolli (que permite ver cómo el Panteón de Roma s se convierte en un gran espacio poroso). Se refiere a la distinción entre frontera y linde (las murallas, plazas de aparcamiento, lugares de intercambio tenso), está la membrana de una célula viva (es una separación más "light" de la entrada de un edificio y la calle; al crear grandes espacios abiertos o eliminar ruidos ambientales mediante superficies irregulares. También se pueden amplificar los sonidos sociales en pasadizos subterráneos que atraen a la gente, como los gritos de los vendedores ambulantes).

4) Lo incompleto. La forma cáscara y la forma-tipo. Se trata de distintos proyectos donde los espacios arquitectónicos quedan incompletos y los lugareños los completan "a su manera". Otra idea es la llamada "caja georgiana" (edificios de la época georgiana que proliferan en Londres), que ha sido pervertido por divisiones interiores, neones de las tiendas, lo mismo que muchos "lofts" de Nueva York que han sido deformados. La idea de Sennett es crear formas-tipo (una pieza de ADN urbano que adopta diferentes configuraciones en distintas circunstancias; el encaje de forma y funció es flexible). Pone como ejemplo apartamentos recargados de estructuras eléctricas o tuberías que permiten instalar nuevos cuartos de baño. Mientras la cáscara está vacía, la forma-tipo es el caracol dentro de ella (en este sentido critica los nuevos planes para peatonilizar las manzanas de Cerdá).

5) Lo múltiple y planificación seminal. Se refiere a usar mercadillos al aire libre para animar un espacio pero también poner "semillas", como por ejemplo la biblioteca del Cerro de Medellín.

Alcantarillado de Londres
El autor hace un repaso histórico a los modelos de ciudad. Por ejemplo, cita a Joseph Bazalgette, como el mejor ingeniero de la ciudad moderna, porque creó un gran alcantarillado en Londres en torno a 1860. Formaba parte de una red más densamente conectada y eficiente que en las calles de la superficie. Hay que tener en cuenta que por la misma época un inspector londinense descubrió que, tras trazar un mapa con puntos de casas donde había fallecimientos, las muertes por cólera se localizaban alrededor de una fuente contaminada. Tras clausurarla y cortar el agua, cesó la epidemia. Fue el inicio de la importancia de la salud pública en la ciudad.


Bulevares de París
Otro ejemplo de ciudad moderna es la del barón Haussmann, que rehizo el París medieval y abrió grandes avenidas llenas de boulevares y grandes edificios nobles para evitar que los revolucionarios levantasen barricadas en las calles estrechas. Lo que no podía imaginar es que en esas avenidas se abriesen cafés y la gente los abarrotase para disfrutar de las tardes. Sennett explica que las barricadas planteaban una amenaza política y Haussmann construyó amplios bulevares por los que, en tiempos de agitación, pudieran desplazarse dos filas de cañones tirados por caballos y disparar sobre las calles interiores. Por otra parte, la solución de Haussmann a los problemas del transporte público dividió París en tres "réseaux" o redes de bulevares. En las nuevas calles que trazó Haussmann la gente se mezclaba socialmente y circulaba con comodidad. El autor se pregunta si se trató de un progreso al precio de la represión.

Manzanas de Cerdà de Barcelona
El autor también estudió el proyecto de Idelfons Cerdà en Barcelona. A diferencia de Haussmann, se centró más en los edificios que en el espacio público, dice Sennett. Las manzanas de viviendas se agregaban según un patrón geométrico cuadricular en malla. Pero la idea inicial de Cerdà era crear un amplio espacio interior abierto por los flancos con bloques paralelos de pisos de 2 o 3 plantas. Luego, se construyeron cinco o seis plantas y se profundizaron las manzanas en la década de 1870. Después, se empezó a construir el interior, en 1920 se cerró la manzana, se aumentó la altura, en 1970 se agregaron áticos y en el 2014, incluso había torres dentro de los patios. Lo que ocurrió es que, en 150 años, se rellenaron las manzanas de viviendas.

El autor señala que Barcelona intenta reinventar en el Eixample el concepto de "manzana abierta" de Cerdà y crear una supermanzana (la super-illa, en catalán), lo que considera un "engaño" porque en este nuevo plan no hay nada que vaya de abajo hacia arriba ya que estos nuevos grandes espacios deberían estar coordinados a gran escala. La idea sería peatonalizar un grupo de nueve manzanas y hacer que el tráfico la rodee, dando valor a las grandes esquinas que se generen en los lados de la megamanzana. Una idea sería generar espacios libres de turistas para los propios barceloneses. El autor se hace eco de los problemas con los turistas, una población flotante que apenas deja dinero, salvo al sector hostelero, pero que hace uso de calles y carreteras que no contribuyen a pagar. Sennett, sobre las megamanzanas, dice que primero habría que estudiar si los viales viejos serán suficientes para absorber el tráfico de nueve manzanas o generaría un  nuevo problema al crear atascos.

Central Park en Nueva York
Sennett también menciona un tercer ejemplo de construir ciudad: se refiere a Central Park en Nueva York. Inicialmente, Frederick Law Olmsted creó refugios de la calles en parques públicos como Central Park. La idea era que se mezclaran de manera sociable gentes de diferentes razas, clases sociales y origen étnico. Sin embargo, el parque era como una especie de oasis fuera de sus bordes, donde predominaba una desolada realidad urbana.

El autor sostiene que Central Park fue una inmensa construcción destinada a dar placar al hacer posible que la gente escapara de la ciudad hacia una elaboradísima versión artificial de paisaje natural con divertidos puentes, pasos subterráneos, lagos y glorietas puestos de forma arbitraria y de factura humana. Recuerda que el artificio humano es la línea recta de árboles plantados en los bordes de las aceras para separar al peatón del tráfico.


El Plan Voisin de Le Corbusier
El autor menciona otro proyecto famoso: el Plan Voisin de Le Corbusier de 1924. Lo define como un "hijastro perverso" del plan de Cerdà de construir la ciudad en manzanas uniformes. Su objetivo es la ausencia de vida en la calle. Más o menos funciona así: se trata de torres de vecinos muy altas sin tiendas en las plantas bajas y aceras estrechas. El residente se siente en un lugar inhóspito y no hace vida social de barrio. Según explica Sennet, el Plan Voisin se convirtió en un modelo para agrupar y segregar a los pobres, e inspiró un desolador proyecto en la ciudad de Nueva York en la década de 1950.

El Plan Voisin tuvo una versión para ricos: las ciudades jardín. El autor habla de Ebenezer Howard y su idea de un grupo de ciudades sin suburbio y sin humo. Lewis Mumford respondió al Plan Voisin con su propia idea de la ciudad jardín, cuyo plano interrelacionaba todos los aspectos de la vida en una ciudad. Por ejemplo, un área central reunía a 58.000 habitantes rodeada de granjas, bosques, un gran canal y un tren interurbano circular. Alrededor, había municipios de 32.000 habitantes, o de 8.000, casas industriales, asilos, hospitales, cementerio, colegios para discapacitados. El autor menciona que Mumford trabajó en distintos proyectos de ciudad jardín, como el de Sunnyside, en Queens, en Nueva York (había casas unifamiliares, apartamentos y adosados).


La apropiación de espacios
Otro arquitecto, Aldo van Eyck, creó en Ámsterdam espacios abiertos a partir de una intersección de tráfico, lo que se llama "apropiación de espacios". El parque tiene un borde peligroso donde los niños juegan cerca del tráfico porque el arquitecto pensaba que los niños debían aprender a gestionar los riesgos, lo que no harían de estar físicamente aislados.

Otra idea de apropiarse espacios es usar el espacio bajo las vigas metálicas de una autopista de Manhattan, que era un espacio vacío lleno de traficantes de heroína y toxicómanos,  en una zona de tiendas que atrajo a la población negra de Harlem como a la comunidad blanca de la Columbia University.

El mapa de Nolli de Roma de 1748 mostraba una ciudad porosa en dos dimensiones y orientadas norte-sur y no en 3D y al este como hacían antes.

Jane Jacobs
El autor también cita el trabajo de la urbanista Jane Jacobs, que planteó soluciones para un espacio urbano muerto como Greenwich Village, Nueva York. Su idea fue volver a una vuelta al París de Haussmann y llenar los bajos comerciales de tiendas de bares, antigüedades, discos, teatros, para crear una cultura urbana y atraer gente al barrio. Sennett dice que, a diferencia de Olmsted (el de Central Park), Jacobs prefería los espacios sociales vinculados a la vida de la calle. Pone por ejemplo la White Horse Tavern, en Greenwich Village, donde los clientes podían charlar distendidamente en la barra sin preocuparse por los borrachos.

En este sentido, siguiendo las ideas de Jacobs, el autor menciona la típica calle de Bombay, en la India, en la que los peatones transitan por espacios donde la gente mezcla trabajo y habitación en el mismo espacio y tiempo. Lo mismo ocurre en Nápoles, donde calles "muertas" recuperan la vida social por el tránsito de forasteros y turistas.

Ciudades modernas asiáticas
Sennet examina otras soluciones aplicadas en India o China. Por ejemplo, en Nueva Delhi, la plaza Nehru es un espacio abierto y mítico. Se llenó de tiendas de lujo y empresas emergentes por el día, pero por la noche regresan los sin techo, los vendedores ambulantes de productores electrónicos robados y los vendedores de saris. El autor dice que aunque la arquitectura moderna pretendía crear un espacio cerrado, una vez que se van los vigilantes jurados, la plaza recupera su espacio abierto.

Todo lo contrario ocurre en Shanghái, donde se han creado multitud de espacios cerrados con altas torres, que Sennett define como "una versión lujosa del Plan Voisin". Recuerda que el "shikumen" (patios vecinales comunicados entre sí donde había talleres y pequeñas tiendas) era una forma habitacional organizada en los que la gente se mezclaba estrechamente. Ahora se ha hecho una versión moderna del "shikumen" como un espacio cerrado y saneado: expulsaron a los antiguos habitantes y crearon tiendas y una imitación que se cierra fuera de horario laboral.

El autor también examina el cambio en Moscú, desde la visión de Walter Benjamin, con un pasado cerrado (grandes avenidas decimonónicas con calles casi despobladas) y una solución de futuro con modernos edificios que según el autor "parecen encarnar la apertura y la esperanza".


Ciudades jardín y cabañas
Sennet estudia la visión de Martin Heidegger como la vida en la cabaña en la Selva Negra nevada como fuga de la ciudad en la Alemania hitleriana (y así evitar el contacto con otras etnias). El autor alerta de que la sencilles de la construcción se combina con la exclusión social. Según Heidegger, doméstico significa seguro.

Otra manera de cerrar una ciudad, afirma el autor, es, en lugar de la fuga a ciudades jardín o cabañas en la selva, es la segregación. Cita como ejemplo el caso de la Venecia del Renacimiento, en la que se obligaba a los extranjeros a vivir en edificios aislados de los ciudadanos. Había ghetos, como el famoso de los judíos, situados en la periferia norte y el cual estaba conectado por un único puente abierto por el día, cerrado por la noche y siempre con vigilancia de las autoridades. Los griegos también tenían su gheto en una isla así como los dálmatas, armenios, albaneses, los alemanes, persas y turcos.

Tocqueville y las tecnópolis

El autor dice que Tocqueville fue profético en términos como la "posverdad" de los medios de comunicación de masas y el populismo. Se basa en este autor para describir el aislamiento social y los guetos tecnológicos de Googleplex y las ciudades inteligentes asiáticas.

El primer volumen de Democracia en América, publicado en 1835, muestra al joven escritor todavía obsesionado por el pasado, por las pasiones destructivas de la multitud, y en la tiranía de la mayoría que universalida su voluntad una vez instalada en el poder. Pero en el segundo volumen, de 1840, Tocqueville comparaba América con su propio país en su propia época, una Francia que él consideraba una sociedad burguesa ávida de dinero, un país indulgente donde regían el confort y la complacencia y donde la gente había perdido el interés por compromisos de mayor enjundia. En vez de peligrosas turbas, veía una masa de individuos desconectados de la sociedad y cerrados en sí mismos. Sennett ve ese "individualismo" desconectado como una igualdad de condición (desea los mismos bienes de consumo, educación, vivienda, estatus, lo que Adorno definió como la masificación del gusto del consumidor) y un presagio de los usos actuales de la tecnología. Se trata de individuos egocéntricos que desean una vida agradable y fácil, en contraste con el individualismo duro de los pioneros norteamericanos. Uno carga su mochila y el otro prefiere los tours guiados, uno va al Starbucks y el otro al café local.

Googleplex
Otro de los análisis que hace Sennett se refiere al Googleplex, el moderno edificio de oficinas de Google en Silicon Valley pero también en su sede de Nueva York. Sennett lo define como un gueto corporativo y autoimpuesto, aislado de la vida exterior de la calle. Son comunidades cerradas y diseñadas para veinteañeros solteros que forman parte de la élite, de las llamadas "clases creativas" (una idea de Richard Florida). El autor recuerda que en Googleplex no hay ningún motivo para dejar el edificio porque se combinan el placer recreativo y el trabajo. La empresa proporciona en su interior servicio de limpieza, gimnasio, atención médica, así como cómodos sillones y sofás para dormir por la noche, toboganes, pantallas gigantes de plasma. Minimiza las distracciones fuera del recinto. Cuando los trabajadores se casan, la empresa les proporciona autobuses blancos que los lleva a casa desde la oficina y los trae, trayecto en el que pueden seguir trabajando gracias a los megaconexiones wifi del autocar. Al autor Googleplex le recuerda a ciudades fabriles como Pullman, en Illinois, y Port Sunlight, en Gran Bretaña.

El autor rechaza Googleplex porque es "una forma de retiro interior que puede traducirse en la forma construida". Recalca que el calor de la comunidad puede ser el antídoto de la indiferencia. Advierte que la indiferencia de tipo tocquevilleano "es un mal en la cité, que se manifiesta en los silos raciales y racistas de comunidades cerradas".

Comenta que en las oficinas del Googleplex no prevé en su planta espacios distintos para diferentes actividades (no se pone el acento en las esquinas o intersecciones, como habría hecho el diseñador de oficinas Frank Duffy).

Además, montar un Googleplex (basado en la idea del campus universitario de estructura flexible) en un barrio no aporta nada a los residentes y encima atrae a tiendas, lo que encarece los precios de los alquileres. No tiene nada que ver con las empresas emergentes de Silicon Valley que olían a pizza de peperoni, Coca-Cola light y calcetines sudados, con aire acondicionado y ventanas cerradas. Pero esa cultura habría conexiones cara a cara y los competidores comentaban entre sí sus fracasos. Luego, dice el autor, el capitalismo monopolista compró esas firmas y las cerró. Paradójicamente, Googleplex está pensado para el intercambio de ideas en su interior mientras fuera cierra el libre mercado, dice Sennett. Se trata de un entorno interior "absorbente", una especie de oficina abierta sin estímulos donde los empleados trabajan callados aunque hay espacios como las oficinas-paisaje con máquinas de café expresso donde los empleados charlan y propician encuentros creativos gracias a este diseño de informalidad (billares, sofás bajos, carritos de comida junto al lavabo) y que hace una especie de hermandad de clase alta. Lo llaman "choques fortuitos de trabajo" y los fomentan con esquinas redondeadas. Se pregunta si un entorno replegado sobre sí mismo estimula realmente la creatividad. El autor visitó con una alumna el lugar y se sintió aliviado al salir y tomarse un café barato en el bar de la esquina.

Googleplex de Nueva York fue diseñado por Bjarke Ingels y Thomas Heatherwick. Hicieron un jardín acristalado y techado para aliviar a los trabajadores de Google de la exposición a su entorno físico pues la calle es un "sucio envoltorio".



Ciudades inteligentes
El autor maneja conceptos como "friction-free" (libre de fricción) para describir la tecnología fácil de usar (lo que genera igualdad de condiciones para el usuario al usar un programa informático o un móvil), así como la sobreexposición (o saturación). A partir de ellos, estudia las ciudades inteligentes, como la de Masdar en los Emiratos Árabes Unidos o la de Songdo, en Corea del Sur. En el caso de Masdar, Sennett la ve como ejemplo de ciudad inteligente cerrada porque un único centro de control regula todos los aspectos de la vida de la ciudad. Le recuerda la descripción de Le Corbusier del Plan Voisin porque concibe la ciudad como "una máquina para vivir".
La otra ciudad inteligente es Songdo, en Corea del Sur. Sennett dice que sus espacios sociales cuidadosamente diseñados (con largos ríos y paseos fluviales) son un fracaso: los residentes prefieren lugares que han surgido informalmente y no se ajustan de manera lógica al plan urbano. En las imágenes se ve como esos parques idílicos quedan alejados de las viviendas, más bien situados en zonas de oficinas y palacios de congresos, en medio de grandes avenidas. Sus alumnos estaban entusiasmados el primer día al ver una ciudad regida por algoritmos pero luego se sintieron controlados y vigilados por dicha ciudad llena de sensores y la calificaron de "homogénea, pesada, vigilada y centralizada, espectral, árida, inerte". Temen el azar. Vivir en estas ciudades es demasiado fácil y son condescendientes con el usuario. No ven muchas señales de la democracia de las polis. El autor cree que Songdo "no es en absoluto inteligente" porque está gestionada de un modo "entontecedor". Carecía de los efectos de abducción, generación y atención focal.

El autor dice que la "ville" tecnológica puede dividirse en ciudad inteligente prescriptiva (una ciudad cerrada, un Googleplex ampliado) o coordinadora.

La ciudad inteligente prescriptiva no es una forma urbana de coproducción con el ciudadano, pues tanto las formas como las funciones de los lugares se fijan de antemano y los ciudadanos las utilizan de acuerdo con la atractiva pero entontecedora regla de hacer lo más fácil. Es una "ville" cerrada.


En cambio, la ciudad inteligente coordinadora es coproductora, pues sus datos en tiempo real permiten a la gente no solo pensar en la manera de usar la ciudad, sino también, como en Lyon o Curitiba, en cómo diseñar distintas formas de edificios y planes de calles. Las formas alternativas proporcionan el modelo de una "ville" abierta moderna. Se trata de ciudades con un control centralizado desde una cabina con operarios que usan los macrodatos para hacer una retroalimentación con la que gestionan la dinámica urbana y reajustar los servicios a la manera en que un piloto conduce un avión. Todo está calculado para la eficiencia medioambiental y el ahorro. Un ejemplo sería Songdo y otro Masdar (cerca de Abu Dabi, y la cual funciona con fuentes de energía renovables como la solar y que tiene vehículos autónomos).

Comenta que la tecnología punta de la ciudad inteligente también es abierta cuando coordina las complejidades cambiantes en lugar de reducirlas a un único patrón de eficiencia. Lo que es válido para la ville también lo es para la cité.


Bermas para frenar el cambio climático
El cambio climático también ha obligado a idear proyectos para proteger las zonas urbanas. Uno de los más aclamados es la propuesta del Bjarke Ingels Group (BIG), tras el paso del huracán Sandy en el 2012, de crear una inmensa berma (colina de arena urbanizada llena de árboles y jardines) en torno al extremo sur de Manhattan. La berma estaría destinada a bloquear los efectos adversos del cambio climático y mitigar la potencia de las futuras tormentas que la gente pueda continuar con sus actividades normales (como hacer tai-chi en unos pabellones cubiertos).
El MIT hizo otra versión más abierta y de mayor adaptabilidad para generar una berma de tierras húmedas a través de Manhattan, que surgiría y decaería según el aumento o disminución de las tormentas, así como al altura de las mareas. Lo que se busca es que la berma cambie de forma en vez de quedarse como una construcción fija (que sería el caso del proyecto BIG).

Medellín
El autor ha buscado más casos de ciudades abiertas. Un ejemplo es Medellín, en Colombia, que logró que comunidades aisladas de la ciudad (como las chabolas pobres de El Cerro) tuviesen acceso al centro a través de un funicular que rompió su incomunicación. A ello se suma una biblioteca gestionada por residentes que sirve de espacio común para vecinos que antes tenían miedo entre sí. El hecho de poner en Medellín una maceta en una ventana marca un espacio abierto.

Hay, por contra, ejemplos de espacios cerrados, como el duro contraste entre las favelas y, a su lado, separadas por un muro, gigantescas urbanizaciones con pistas de tenis y torres de apartamentos con piscina y jardín en Sao Paulo, en Brasil. Sennett añade que en las distintas ciudades el "río de tráfico" por las grandes avenidas es una frontera tan infranqueable como una muralla sólida.


Espacios porosos
También hay espacios intermedios, como en Bombay, donde la vía del tren se convierte en un espacio peligroso pero, a escasos metros, las calles multifuncionales se llenan de gente a todas horas (tiendas con toldos en cada edificio).

Otros espacios "porosos" es el linde abierto en Borough Market, en Londres. Aquí se ve un centro comercial repleto de puestos por el que transitan los peatones bajo una cubierta de cristal.

Hay muchas soluciones para hacer más sociable el cemento: poner bancos de madera sobre las gradas y escaleras de hormigón, decorar con macetas las ventanas, o simplemente poner unas sillas y mesas de color con flores en una acera de cemento (le añade valor).

También se han hecho desaguisados como crear modernos apartamentos que imitan el estilo Manhattan pese a que sus residentes llevan una vida familiar y laboral distinta a la actual. También se plantea el resultado de la Tour Montparnasse en París, que rompe el tejido histórico de su entorno. El autor admite que la torre es un pegote "horrible" pero es fiel a nuestra época. Se pregunta cómo conciliar el diseño urbano la nostalgia y la realidad.

La interacción de expertos y usuarios
El autor comenta que él mismo ha hecho intentos de intercambiar ideas entre expertos y usuarios sobre cómo debía ser un edificio o un barrio sobre todo a la hora de que los planificadores trabajen y cooperen los urbanistas y urbanitas. Prefiere que los usuarios manejen y corten bloques de poliespán para hacer sus propuestas mejor que programarlo en 3D (le parece un método demasiado automático en el que el usuario no tiene ningún control). En el estilo abierto de diseño, la gente debería tener libertad para escoger los materiales.

Pone como ejemplo el incendio con 69 muertos en una torre de viviendas sociales en Londres (cubierta con un sandwich de planchas de aluminio y un polispán altamente inflamable pero unas libras más baratas que otros más seguros). La comisión de investigación no quiso reconocer que los constructores pusieron el material más barato por ser residentes pobres y que si a ellos se les hubiese preguntado no habrían querido el material barato pero peligroso.

Se han hecho otras soluciones para intercambiar ideas entre diseñadores y usuarios, como en la estación ferroviaria parisina Gare de Lyon.

Otros experimentos para crear espacios abiertos son a pie de obra, como el de Iquique, en Chile, por el arquitecto Alejandro Arivena, que construye el esqueleto de una estructura y sus residentes pobres pueden finalizarla (el autor dice que cuando se terminan las casas es un desastre arquitectónico pero un éxito sociológico). Sennet insiste en que "abierto" no quiere decir estético.

El autor critica las soluciones dadas a la Ciudad de México con 25 millones de habitantes, la mayoría pobres que deben trasladarse 2 o 3 horas al dia en transporte urbano a sus trabajos. La solución que se les ha dado es mejorar el transporte pero que han fracasado porque la ciudad necesita un gran cambio.

La ciudad cosmopolita kantiana
El autor considera una especie de "cité" kantiana. El filósofo Kant dijo que un cosmopolita no debía indentificarse profundamente con ningún lugar ni con ningún pueblo. Pensó en un habitante cosmopolita no comprometido que, según Sennet, podría servir hoy para describir a los ciudadanos globales y las fuerzas globalizadoras que transforman ciudades. Menciona a los inversores en "core" que dominan la inversión urbana moderna y que fácilmente podrían parecer hoy unos sujetos kantianos que mueven el capital por todo el mundo ajenos al lugar, por encima de cualquier afecto o vinculación personal en relación a los sitios en los que invierten. Pero también serían sujetos kantianos los migrantes más pobres de Medellín que solo sobreviven porque son capaces de adaptarse mirando más allá de los límites de la costumbre y la tradición local.

El crítico social Ash Amin describió al cosmpolita kantiano como una persona que se ha vuelto indiferente a la indiferencia, con la consecuencia práctica de que puede practicar la tolerancia.

Sennet menciona la Kantstrasse, una calle larga, ancha y recta, bombardeada durante la guerra, en el distrito comercial de Berlín Occidental, que sirvió de escaparate del consumismo durante la Guerra Fría, y que atraviesa una zona más elegante. Es una calle hospitalaria con la diversidad y viva que rebosa de vida comunal, y lleno de cafés y bares, y en los que hay una zona asiática que llegó recientemente y a la que el barrio absorbió. En su entorno viven mucha gente sola, por lo que surgen negocios para surtir a estos solitarios. Como "ville", la Kantstrasse es "abierta" en la forma.

La planificación
Sennett trabajó como planificador, como consultor de pequeñas comunidades y para una organización internacional [nota del lector: entiendo que la ONU] . Quiso salvar la brecha entre los construido (la cité) y lo vivido (la ville). Ve varias maneras de cooperar: mediante la coprodución, no como consulta, trabajando con formas abiertas. Ve tres técnicas de coprodución: los usuarios trabajan con la espuma de poliestireno para dar sus ideas, así como transparencias y porfolios que la gente puede tocar y reunir. Los exhibía en caballetes situados en iglesias por ser sitios seguros. Otra idea es que se vayan los expertos.

El autor dice que ningún planificador puede prever, décadas después, quienes ocuparán un barrio o una calle porque esta puede cobrar vida prueba. "Las propias formas adquieren con el tiempo la capacidad de autogestión: no se limitan a las intenciones de sus autores originales. Como la cité, con el tiempo las formas de esta ville devienen formas abiertas", afirma. Añade que, debido a la porosidad y una antigua planificación, la ville abierta rebosa carácter debido a sus marcadores, sus irregularidades, sus estructuras incompletas. "Calles como los bulevares de Haussmann han adquirido esa torcedura kantiana pese a que él las proyectó para que fuesen monumentales e imponentes. Las calles han adquirido un virus de autoeliminación a gran escala", dice.
Añade que los planificadores pueden contribuir a que las calles sean espacios abiertos proponiendo formas y oponiéndose a las personas que no vivan de manera abierta. Pero el problema del urbanismo, dice, es el énfasis autodestructivo en el control y el orden. Critica la Carta de Atenas y dice que la ética de una ciudad abierta es "vivir entre muchos hace posible (Venturi) la riqueza de significado antes que la claridad del significado".